Reseña: Saga. Integral 1, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples

Decidme cuántos de ustedes no estaba esperando este integral. Grandiosa época vivimos en la que llegan en formato recopilado estas joyitas del cómic actual. Un buen momento de iniciarse, pasarse a…, o incluso regalar esta maravilla del noveno arte que sólo había leído en parte. Solo para comprobar si de verdad era tan buena serie (después de tantos halagos y premios) y ya puedo llamarla «Joya del Noveno Arte». Así de claro. Y eso que sólo he leído lo recopilado en este primer tomo que acaba de publicar Planeta Cómic, quizás para que tengamos un final de año lector esplendoroso, en nuestra afición favorita. Un primer volumen que recoge nada más y nada menos que los primeros dieciocho números de la serie + extras. Incluso después ver premios y premios constantes a la obra y las excelentes críticas a la obra de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, hice como con otros títulos y esperé. Por que siempre proclamaré a los cuatro vientos que es mejor así, que decidas tú mismo cuando parar de leer… No sé si me entendéis. Y por eso soy tan pesado y tan agradecido por que este desafío de lectura exista físicamente, por que, como ya suponéis, me encantó todo lo recogido aquí.

Si aún o sabéis nada, Saga sigue la historia de Marko y Alana ambos combatientes en lados opuestos de una guerra intergaláctica. Ahora están juntos y son padres primerizos, pero ambos bandos los llaman traidores y ofrecen recompensas por sus cabezas. El bebé Hazel es la narradora de la historia, desde una perspectiva futura que le da a la trama el suficiente presagio para mantener las cosas interesantes y al guión la suficiente información para parecer significativo en todo lo que cuenta. Pero los perseguidores clave que buscan a Marko y Alana tienen personalidad propia, cosas que ganar y que perder y encontrar en el camino, mientras se lanzan a a la caza de la familia fugitiva. Cada uno lucha por su propia supervivencia y eso es lo que le da chicha a la serie. En cualquier bando de esta guerra vas a encontrar seres que se mueven por el Mal en sí mismo, otros rectos y obedientes, planetas, lugares, bandidos y algunas alianzas sorprendentes. Pero esto es una guerra. Y ninguna guerra termina bien para todo el mundo.

El libro comienza con la narración combinada de los padres de Hazel hablando de su nacimiento y se intercalan algunos comentarios de la propia chica. Ella habla de la concepción de ideas y el proceso de llevarlas al mundo en cosas tangibles. Es una buena comparación tener estas dos líneas de pensamiento simultáneas, y un mini desafío para cualquier mente lectora que se precie (diría que entrelineas se puede leer en este comentario de Hazel una posible explicación sobre la creación de Saga). Definitivamente, un comienzo único e intrigante para iniciarse en una trama.

Las ideas son cosas frágiles.

La mayoría no vive lo suficiente fuera del éter del que fueron sacados, pateando y gritando.

Sobre el formato, en esta edición, se recogen los tres primeros volúmenes de Saga, con material extra al final que describe el proceso de escritura del cómic desde el punto de vista de cada uno de sus colaboradores. Hay seis capítulos en cada volumen, pero este tomo está configurado para que se lea como diecicocho capítulos continuos de una historia más grande. Mola. Cada escenario tiene sus propios temas e ideas, y cada historia es un conjunto de capítulos que están vinculados con puntos subyacentes. Pero a partir del primer capítulo, la historia avanza sin problemas, conectada de manera experta con personajes cuyas vidas se entrelazan a pesar de sus propias subtramas únicas.

En un mundo de Ciencia Ficción, Saga es de esas historias donde brillan los personajes. Algo muy Dune o muy Star Wars, si se quiere. Son los personajes los que realmente hacen la historia y mantienen al lector comprometido capítulo tras capítulo. El arte es hermoso y funcional. «Llamativo», quizás sería un buen término. En el guión se nota la experiencia adquirida de Vaughan y todo se lleva a cabo perfectamente para mantener al lector interesado en los cambios de escenario y personajes. A veces, nos topamos con la vida de los cazadores, los agentes del gobierno o los independientes aliados a terceros. ¿Estos son «chicos malos»? Quizás algunos lectores van a sorprenderse (o no) de que esos malos-malutos terminen por gustar igual, o incluso más que nuestra querida familia en fuga. Algo muy Star Wars, insisto. Perdonad que me repita, pero es que desde que supe de Saga y leí de qué iba, siempre la vi como un posible spin-off de La Guerra de las Galaxias; su trama da para serie de TV.

Cada historia necesita un villano, muchos de ellos son inesperados, algunos con motivos no revelados pero nos interesa saber sobre ellos. En Saga cada uno de ellos es una persona distinta. Personajes grises con una idea y con un fin diferente a los demás (muy Canción de Hielo y Fuego/Juego de Tronos). Su propio trasfondo y moralidad. Y ninguno de ellos es humano. Hay un fantasma, un gato (¿mi favorito?), un cíclope, etc. Saga los conecta a todos. El personaje principal es un bebé con cuernos y alas y está tan bien labrado que es raro no sentirte atraído/a por Hazel. Mola también que rara vez sabes que qué o quién saldrá en la página siguiente…

Una serie que avanza hacia un argumento a favor de la igualdad y la aceptación, que es un mensaje honorable en sí mismo, el aspecto más predecible de la historia, quizás. Pero Saga cuenta con otras grandes moralejas entretejidas: las mujeres son fuertes, la verdad siempre sale a la luz, nadie es perfecto, me encantan los personajes que cometen errores reales. Y todo es posible si luchas por ello. Pero aquí lo importante, lo que te enganchará, es el camino. Todo lo que vas viviendo con cada uno de los personajes, es lo que disfrutarás como cochino (con antenas) en un charco. Saga, bajo la trama, posee una lectura edificante e inspiradora.

Reseña: MLE. The Deadly Hands of Kung-Fu. Puño de Hierro y Otras Historias, de Rudy Nebres, Chris Claremont y VVAA

Tras el The Deadly Hands of Kung-Fu y el Luke Cage: Del Infierno… ¡Un Héroe!, donde disfrutamos de puños, patadas voladoras y ostias a mansalva, llega otro Marvel Edition Limited, esta vez la recopilación de todas las aventuras de Puño de Hierro dentro del mítico magazine de los años 70. Una nueva joya-joyita-joya del género recuperada para los que fuimos niños en los 80s, con padres y abuelos cinéfilos donde semana sí y semana también, se estrenaba o “daban” en el autocine una peli del gran Bruce Lee que todos íbamos a ver. Dias de gloria, sueños y buenos momentos para el entrenamiento de lo que treinta o cuarenta años después llamarían friki, o polifriki, como a mí me gusta llamarnos; porque nos gusta de todo. Todo lo bueno de cómics, libros, música y cine.

El Kung-Fu, ese tremendo arte que se mostró al mundo y del que siempre queríamos saber más. Porque saber demasiado, era poder. En 1974, la fiebre del Kung-Fu golpeó a toda USA y gracias a la gran y pequeña pantalla, se expandió por medio mundo. Cine, televisión pero también una exitosa serie de cómics llamada, en principio, Maestro de Kung-Fu, que partía de un muy chulo magazine llamado The Deadly Hands of Kung-Fu, fue lanzado por Marvel. Y fue genial, os lo puedo asegurar, porque yo estuve allí, lo viví, lo gocé y disfruté “in situ”. Historias que iban encabezadas por el gran Shang-Chi, pero donde podías encontrar también a dueños y señores de las patadas voladoras como Puño de Hierro o los Hijos del Tigre. Tiempos de grandes cómics con artistas considerados a día de hoy autores consagrados. Y unas portadas impresionantes de Neal Adams.

Cada número no solo presentaba aventuras y tramas con acción a raudales de los más grandes héroes del Kung-Fu, sino también entrevistas, guías de artes marciales, reportajes fotográficos y críticas de películas, TV y libros. Si había algo que quisieras saber sobre artes marciales, The Deadly Hands of Kung-Fu era tu fuente. Tu manantial en mitad del desierto; ese kiosco lleno de periódicos y revistas insulsas de la época. Tesoros a nuestros ojos. Y todo estos recuerdos de abuelo pelirrojo es para que veáis el tremendo valor que tienen los Marvel Limited Edition que Panini Cómics y SD Distribuciones andan publicando/rescatando, joyitas clásicas donde encontrar hoy en día los mejores relatos de esa gran revista-cómic que fue The Deadly Hands of Kung-Fu.

Donde tras algunos intentos con un Bruce Lee comiquero que no prosperó, llegaron algunos susodichos que sí que lo hicieron a su imagen y semejanza como Shang-Chi y también el magnífico Puño de Hierro. Personajes que enganchaban por su trasfondo, sus imponentes presencias en viñeta y su autoridad y rápido desenlace contra adversarios de gran calibre. Quizás por el pijameo, quizás por su carácter, a mí me llegó más Iron Fist, o Danny Rand, poseedor del incomparable poder otorgado por el don del Puño de Hierro. Quién debía defender el reino místico de K’un-Lun del siempre malévolo Dhasha Khan, que intentaba poner a prueba el temple de Puño de Hierro con sus terroríficos planes. En un gran arco incluido en este tomo, el guerrero-hechicero busca el espíritu del Pájaro de Fuego, una mujer protegida por Iron Fist, pero Khan tiene al Dragón de Plata a su lado, ¡alguien con una conexión profunda e inquietante con Danny Rand! Una confrontación que pondrá en peligro el alma de Iron Fist, además de lo dicho: puños, patadas voladoras y ostias a mansalva, entre exuberantes ilustraciones de lavado de tinta que transmiten poder y majestuosidad en el mundo de las artes marciales. Y alguna que otra aventura en solitario de las compañeras de Puño de Hierro: Misty Knight (ex-agente de policía que tiene una agencia de investigación privada) y Colleen Wing (descendiente de una familia de samuráis, que vengó la muerte de su abuelo con la ayuda de Puño de Hierro).

Las conocidas Hijas del Dragón.

The Deadly Hands of Kung-Fu: Puño de Hierro y otras historias contiene los números de #10, del #19 al #27 y #29 y #30 de la colección, donde se incluye la monumental saga en seis partes, a cargo de Chris Claremont y Rudy Nebres, en la que Puño de Hierro lucha por el destino del mundo. Una joyita que vuelve a nosotros, a nuestro tiempo, a nuestras cómictecas.

Un buen chute del mejor arte marcial de todos los tiempos.

Reseña: Gotham Central. En el Cumplimiento del Deber, de Greg Rucka, Ed Brubaker y Michael Lark

Crecí amando superhéroes. Entre cómics que me aportaban mis tíos, mi abuelo materno y mis propios ahorros, como estudiante de primaria/secundaria leía y veía todo lo posible de superhéroes. El género de Terror y el superheróico me tenían flipado desde mi más pronta edad. Y desde entonces fue así: salir en coche con mis padres libro/cómic bajo el brazo, viaje por carretera libro/cómic bajo el brazo; cuando en sexto de primaria unos amigos y yo nos escapamos al centro de la ciudad a ver una tienda de cómics, se nos abrió un nuevo mundo alrededor. Y casi cuarenta años después de eso, a lo largo de mi vida, me he dedicado por completo a leer de todo (siempre lo que me gustaba en cada momento) pero siempre, o casi en su mayor medida, todo iba relacionado a superhéroes. Y riéndome yo por siempre del que hacía/hace bromas sobre el género de superhéroes y su infantilismo, el tiempo nos ha dado la razón. Y ahora para ser molón o para estar al día, tienes que saber de superhéroes. No, de hecho, todo el mundo sabe un montón. Ay… Hablo en plural por que sé que sois muchos los que estáis cortados del mismo patrón que yo. Es como cuando los abuelos se ponen a hablar de aquella guerra… Lo que sí que es cierto es, que este es un mundo para todos. Hay ejemplos ocasionales pero bastantes de los que estáis leyendo esto ahora mismo, venimos del mismo planeta. ¿Y por qué hablo tanto de superhéroes si Gotham Central…? Por eso. Para haceros ver que el cómic de superhéroes es solo una puerta (la mar de grande) a un inmenso universo de posibilidades. Y así, impertérrito, os recomiendo Gotham Central, una obra magna ahora recopilada de forma maravillosa por ECC Ediciones, una oportunidad de no dejar pasar un cómic del que habréis leído mil cosas buenas de él. Y es normal, pues ya sabiendo que están detrás tres creadores geniales como Greg Rucka, Ed Brubaker y Michael Lark; tres ya considerados maestros del noveno arte, tres productores de un trabajo de los que recomiendo cositas cada poco.

Y aquí está Greg Rucka otra vez, y Ed Brubaker, los cañeros del guión creando una importante dicotomía en la mitología de Batman. La tensión a ojos vista desde una comisaría y sus componentes en la ciudad con mayor crimen del mundo del cómic. Batman. Un solitario al margen. La existencia de su familia incluyendo a Robin, Alfred, y el comisario Gordon. Mientras que Batman se supone que es un vigilante sin licencia, que pasa la mayor parte del tiempo disfrutando de sus artilugios y encuentros sorpresivos en el mundo de la noche… Pero, ¿quién patrulla las calles? ¿No es quizás más importante en Gotham su policía dado que hay un mafioso o un ladrón cada medio metro?

Gotham Central fue durante un tiempo una de las series más esperadas por estos lares. ECC Ediciones la trajo y desde entonces la ha ido produciendo en diferentes formatos; unos dicen (como siempre los trolls/haters) que para sacar dinero. Mi opinión es (como hacen muchas editoriales), más bien para que le llegue a todo el mundo. Recordad que no todo el mundo puede soltar cierta cantidad de pasta según en qué dia del mes. Y recordar también que son empresas y si tú eres empresario lo entenderás. Chusmas aparte, ahora se reedita esta magnífica colección en tapa dura, un tomo que recopila los diez primeros números, una serie que desde que vio la luz en DC sólo ha obtenido méritos y halagos. Y muy merecidos. La historia se centra en el Departamento de Policía de la ciudad de Gotham, pero apartando un poco el género superheróico y afianzándose en la realidad y el día a día (nunca mejor dicho, porque las historias van sucediéndose un día detrás de otro), de una comisaría y las dificultades de sus funcionarios que viven y trabajan para la seguridad ciudadana.

¿O es que nunca habéis pensado que la policía de Gotham tenga quizás sus buenas razones para resentir del Caballero Oscuro? Más de la mitad de los casos importantes son resueltos por ellos. Y en muchos, muchos, sólo aparece el orejas picudas al final, para dar la puntilla cuando lo peor ya ha pasado. Y es que cuando Batman no tiene éxito o no está involucrado, los casos suelen terminar trágicamente…

Una segunda edición, un primer volumen de dos, que recopilará la serie al completo. Una oportunidad.

Una joya más para la cómicteca.

Reseña: The Fade Out (Deluxe Edition), de Ed Brubaker, Sean Phillips y Elizabeth Breitweiser

Tuve un amigo que amaba cualquier argumento que hiciera referencia a novela negra, cine de época y entorno político-detectivesco de los años 50. La persecución de “comunistas” en Hollywood, las grandes novelas de Dashiell Hammett, Raymond Chandler y films provenientes de libros como La Dalia Negra y L.A. Confidential. Todo esto era súper ideal de la muerte para él. Y aunque yo lo criticaba sarcásticamente en días nublados, en cierto modo, me lo inculcó. O me pasó su fiebre. Pues si algo tiene el ser humano pasionario de gustos enfermizos es un inmenso poder de contagiar al de al lado. Siempre que estén en su misma onda y sean receptores abiertos, claro. El tema es que leí y vi bastantes cositas que a él le molaban, y en ese trajín de gustos que por supuesto disfruté, yo también descubrí cositas pero más de mi campo. Me topé con Ed Brubaker. Con su Soldado de Invierno, con su Criminal, su Batman: Gotham Noir, su Gotham Central, su Sleeper, su Fatale, su Velvet y su Kill or be Killed. Es decir, el género negro hecho cómic. Pero no el género negro bla-bla-blá y bla-bla-blá; el mejor thriller, el mejor cómic de espías, el jodido mejor género negro hecho cómic. Díganme ustedes entonces si tras tanto «sufrido» (os aseguro que no conozco a nadie y digo nadie que no le haya gustado ni siquiera una de las obras anteriores), nadie; cómo diablos no iba yo a pillar esta Deluxe Edition de The Fade Out que vuelve a editar Panini Cómics en su sello Evolution Cómics.

La historia tiene lugar en 1948, la edad de oro de Hollywood y el antiguo sistema de Estudios. Es una época de prosperidad de posguerra que se refleja en películas ostentosas y glamourosas en Hollywood. Durante estos días, los Estudios tenían TODO el poder y la influencia de Hollywood. Había mucho dinero en la industria del cine y dada la paranoia de la Guerra Fría, el incipiente FBI tenía un gran interés por erradicar a los presuntos simpatizantes comunistas dentro de la industria. Intereses duales de los estudios y el FBI dieron como resultado un Hollywood lleno de guionistas y actores que compitieron vendiendo al de al lado como competidor comunista, para que fueran puestos en la lista negra y eliminados.

Ser etiquetado como «comunista» e incluido en la lista negra es exactamente la situación en la que se encuentra uno de los protagonistas en The Fade Out. El otro, aún experimentando una carrera exitosa, está luchando con el trastorno de estrés postraumático de sus días en la guerra. Juntos, los dos se topan con un asesinato que se convierte en algo más grande de lo que uno puede imaginar… Un «noir» o un «hard-boiled» como la definió Raymond Chandler en su ensayo El simple arte de matar (1950); una trama oscura y violenta, pero también inteligente que nos muestra a un Ed Brubaker en su mejor momento.

Lo que hace que The Fade Out sea tan convincente es la atención de Brubaker a los detalles con respecto al período de tiempo. Leí una entrevista en la que dijo que basó esta historia en los relatos de su tío, que fue guionista de género negro durante dicho período. Todo-todito-todo te traslada a la época como hacen las buenas novelas de Hammett. Desde la jerga, la cruda descripción de la segregación de la costa oeste, las diferentes experiencias de la posguerra para los veteranos y los altibajos de la vida en Hollywood, todo se corresponde con precisión con aquellos momentos de penuria y vida. Como cinéfilo y amigo del “pasionario” que me lo inculcó, he leído libros y ojeado documentales de esta curiosa época norteamericana. En aquellos días, los actores, y las mujeres en particular, eran tratados básicamente como esclavos en la industria del cine. Y Brubaker captura ese lado feo e ignorado de los primeros días de Hollywood al explorar a los guionistas que, en última instancia, eran simples herramientas de los Estudios. Ironía negra clásica que resulta ser verídica en uno de los finales de cómic más tristes de todos los tiempos. Teniendo en cuenta, además (¡Tened en cuenta!), que esta trama se disfruta con delicadeza, paciencia, como realmente se lee una buena novela negra. Esas que aportan datos, más en los detalles y conversaciones, que en la propia prosa.

Estamos hablando de una Edición Deluxe que recopila los doce números de la serie, reparto de personajes, extras, biografías y bueno, siempre sin olvidarnos del gran Sean Phillips, alma gemela ilustradora de la mayoría de las grandes joyas escritas de Brubaker. Apoyado en un coloreado maravilloso de Elizabeth Breitweiser que lleva el cómic a un nivel grandioso visualmente. Me alegró mucho oír que se rumoreaba una adaptación cinematográfica en breve.

Así que leed The Fade Out si sois fanáticos del «noir». Leed esto si sois cinéfilos. Leedlo, si os encanta el drama criminal. The Fade Out es una maravilla que satisface a todos y obviamente acaba de posicionarse en el top de mis mejores lecturas de este odioso año.

Indispensable.

Reseña: Marvel Héroes. Los Vengadores. La Llegada de Proctor, de Bob Harras, Steve Epting y VVAA

Una grata sorpresa es encontrar nuevas sagas (para mí) en colecciones tan interesantes como Los Vengadores. Y en este preciso momento, now, ahora, uno de los méritos irrefutables del plan editorial de Panini Comics es sin duda el de seguir fielmente su programación de reimpresiones de material antiguo y nuevo, para que nunca falte al aficionado de pro el mejor material. Un único denominador como es publicar historias emocionantes y coleccionables mes a mes para tener siempre disponible una lectura gustosa, total, en esta época del año con más tiempo libre (supuestamente). Una operación que también nos permite comprender cuáles son las obras que a pesar del paso del tiempo conservan no solo el encanto (con la nostalgia empujando), sino también fuerza expresiva y profundidad literaria. ¿Unos ejemplos? Sin duda, el caso del Hulk, de Peter David, una de las series más largas de Marvel, una de las más celebradas. Pero, en especial, un buen ejemplo es La Llegada de Proctor, recién publicada en Marvel Héroes, un tomo más que imprescindible si de verdad quieres perderte en una nueva aventura-campaña de los héroes reunidos más poderosos de la Tierra.

En esa laguna que tuve entre los inicios de mi emancipación donde dejé de leer cómics por un tiempo, supongo que este titulo tuvo varias ediciones en este país. Pero si no, La Llegada de Proctor me suena verla en nuestro idioma, unos veinticinco años atrás en la grapa mensual de Los Vengadores (cuando el súper grupo estaba muy lejos aún de glorias cinematográficas y no era el título más vendido ni por asomo). Y por lo que me han contado, una saga a menudo solicitada pero nunca reimpresa, hasta ahora. Os cuento: en los años 90, los X-Men dominaban indiscutiblemente las listas de ventas. Por muchos factores. Pero sobre todo por la fidelidad que Chris Claremont había construido con lectores y personajes, una profundidad en la que el maestro usaba muy bien su don. Estructura narrativa basada en interrelaciones. A partir de ahí, todas las demás colecciones y héroes se vieron un poco reflejados en eso. Y es que pese a que el grupo histórico por excelencia tuviera cierta división cuando David Micheline se le ocurriera crear un grupo paralelo y llevárselo a la Costa Oeste; lejos de revoluciones copernicanas, Los Vengadores luchaban a finales de siglo XX en historias que a menudo no iban a ninguna parte. Y se puede decir que en cuanto a ventas, iba siendo poco a poco aplastados por la popularidad de los mutantes. Por tanto, hizo falta la llegada de Bob Harras (entonces editor de títulos X y en proceso de convertirse en editor jefe de Marvel) para darle un fuerte empujón a una serie que llevaba “descansando” demasiado tiempo, dormidos en los laureles y rememorando historias pasadas una y otra vez. Memorables sí (Guerra Kree/Skrull, la Saga de Korvak…), pero incapaces de captar la atención de público y crítica. Hasta que llega Harras y da ese toque extra. Una nueva visión como es La Llegada de Proctor. Innovar con algo fácil en principio, con la sencillez de tramas que no pasan por trastornos absolutos como los que, después de varios años, provocaría Bendis.

Harras opera de manera más sutil y aún más disruptiva. Harras injertó en esta enorme saga, subtramas que automáticamente conducen a desarrollos narrativos de muy amplio alcance y que potencialmente podrían contener nuevas historias, años y años después. Y así se ha visto. Los Vengadores: La Llegada de Proctor recopila en un solo volumen todo lo referente a esta saga, incluso desde unos números antes. Exactamente, desde Avengers #348 al #366 incluyendo el Annual #22. ¿Y quién es Proctor? Proctor, en realidad, es una versión alternativa del Caballero Negro, el líder de Los Vengadores en otra dimensión. A groso modo, Proctor se enamoró locamente de Sersi, quién lo convirtió en su Gann Josin (nombre para el compañero sentimental de un Eterno), pero finalmente Sersi se aburrió de Proctor y lo dejó. Y este enloqueció. Además Proctor también fue víctima de la maldición de sangre de su padre. Sin embargo, en lugar de resistir la maldición como el Caballero Negro de la Tierra-616, Proctor la abrazó. Y a través de ella y de su estado Gann Josin, Proctor ganó poderes increíbles. Tanto que destruyó la Tierra de esa dimensión y mató a Sersi cientos y cientos de veces en dimensiones paralelas. Ni que decir tiene que el descenso de Proctor a nuestra dimensión pondrá en jaque al súper grupo más potente de nuestra época.

Con un Steve Epting a tope de gama con sus lápices y un Bob Harras inspirado enganchándonos con una trama bien currada, bien entretejida y que ha soportado muy bien el paso del tiempo (nunca mejor dicho), Los Vengadores: La Llegada de Proctor se ha convertido en mi más maravillosa lectura de este verano. Una en la que me he perdido entre viajes en el tiempo, momentos fatídicos y sorpresas con buenísimos personajes que no esperaba. A falta de un buen estreno fílmico desde hace tiempo, durante casi una semana, leído con tranquilidad y recreándome en sus grandes viñetas, me he perdido en toda una serie de geniales tramas creadas por dos maestros del noveno arte.

Obra súper indispensable para marvelitas y recomendable para lectores asiduos de ese maravilloso género que es la Ciencia Ficción.

Reseña: Los Aristócratas, de Alfredo Castelli y Ferdinando Tacconi

Nueva joyita reeditada o rescatada es, sin duda, el integral de Los Aristócratas que acaba de publicar Ponent Mon. Quién nos iba a decir que volveríamos a ver esta maravillosa obra de Alfredo Castelli y Ferdinando Tacconi nuevamente publicada y en una genial edición en tapa dura; la obra que los dos maestros italianos lanzaron en el Corriere dei Ragazzi en 1973. Y es que «il fumetto» italiano ya cuenta con más de un siglo de historia y Los Aristócratas es una de sus puntas de lanza. Sí es cierto que desde que alcanzamos el cambio de siglo casi cada año podríamos celebrar el centenario de un buen titulo inmortal, sin embargo, puede ser útil volver a series pasadas, aparentemente desconocidas o injustamente subestimadas por ciertas editoriales. O incluso por lectores que únicamente tienen buenos ojos para los superhéroes. Pero el que es lector de cómics de toda la vida, sabe que hay donde elegir. Que hay otros muchos héroes sin poderes que vivieron a mano de sus autores grandes y atractivas aventuras. El caso es que, por una cosa o por otra, los que tuvimos suerte de leer «fumetti» desde pequeños (al cómic italiano se le denomina así en referencia al nombre del globo de diálogo o bocadillo), seguimos muy cerca la obra de Alfredo Castelli. En especial, las reediciones de sus obras que últimamente se están haciendo con cuenta gotas. Ni que decir tiene que soy súper fan de su Martin Mystère que tristemente se quedó sin editorial en nuestro país tras la desaparición de Aleta…

Por lo tanto, era obvio que las buenas cosas llegaran y era súper obvio que si Ponent Mon lanza al mundo un genial tomo recopilatorio de Los Aristócratas, aquí lo reseñamos: Los Aristócratas, de Alfredo Castelli y Ferdinando Tacconi (ilustrador de la serie), a quienes también ayudó el propio Sclavi. Y es que 1972 había sido un año importante para los cómics italianos populares: nació el Corriere dei Ragazzi, un periódico con una base editorial muy dirigida a las series de cómics donde se disfrutaba de mayor libertad para temas ligeramente más adultos, con prevalencia de nuevos cómics de aventuras sobre los típicamente humorísticos. Por eso, tan solo un año después, Los Aristócratas se convirtió en la serie más emblemática de dicha publicación. Creada en 1973, destaca por numerosas virtudes, en primer lugar, no sigue la tradición legalista típica de los cómics infantiles, sino que tiene un grupo de caballeros ladrones como protagonistas. Por supuesto, este grupo británico de caballeros que viste de forma impecable ponen rápidamente al lector del lado del bando malvado. ¡Ellos molan! El Conde inefable, la bella Jean, el fenomenal Álvaro, el poderoso Moose y el brillante Fritz, presentan un cómic coral, lo cual es bastante raro de ver en el cómic italiano. Una referencia podría haber sido quizás los espías internacionales de Alan Ford y el Grupo TNT, de 1969 (un cómic italiano o tira satírica creada por Max Bunker (Luciano Secchi) y Magnus (Roberto Raviola), que contaba con agentes secretos clásicos de humor surrealista y referencias irónicas a los aspectos de la sociedad italiana y occidental de la época); de los cuales Castelli podría haberse inspirado en la estructura narrativa, adaptándola a un formato diferente con malos-malutos. Tal vez, como critica a las tan de moda series de TV británicas de entonces, como Los Vengadores o incluso Los Persuasores, de Roger Moore y Tony Curtis.

El Conde es la mente y el líder de los aristócratas, y es el verdadero «aristócrata» por excelencia. Un señor que se expresa como un libro impreso y desprecia la modernidad y la vulgaridad en todas sus formas. Junto a él, su guapa y sobrina Jean, la única chica del grupo, con quien a menudo tiene peleas educadas, y que representa al personaje mejor caracterizado y sensual y es motor principal de la narrativa y de las situaciones cómicas más delicadas, pues Jean está enamorada del inspector Michael Allen, amigo-enemigo de Los Aristócratas. Una idea muy chula. Los otros aristócratas son personajes más funcionales: el alemán Fritz representa la tecnología, y sus dispositivos a lo James Bond, a menudo aparecen en las historias como un elemento maravilloso que permite, además, soluciones menos violentas. El gigante irlandés Moose recuerda al desaparecido Bud Spencer, y representa la fuerza bruta, usualmente restringida pero ocasionalmente necesaria. El ladrón y playboy italiano Álvaro es la habilidad del ladrón en persona. Pero lo que de verdad os va a molar es que esta serie mezcla personajes icónicos de la gran novela de aventuras y el cine. Así que no dudéis en toparos con Sherlock Holmes, James Bond, Fantômas, Agatha Christie, el inspector Clouseau o Arsenio Luppin, entre otros. Siempre mezclando hechos reales con ficción, Castelli usa todos los trucos del cómic clásico para animar, y aunque la serie es principalmente humorística-aventurera, la situación inicial es a menudo dramática, con algunos personajes en grave peligro, creídos muertos o desacreditados.

Y el estilo de Tacconi, moderno, irónico y dinámico, al mismo tiempo; convierte a Los Aristócratas en una de las mejores series que se pueden leer pese a sus años. Puntal de lanza, como dije, en los mejores cómics europeos de todos los tiempos e indispensable para cualquier cómicteca que se precie.

Maravillosa, maravillosa, maravillosa.

Reseña: Marvel Limited Edition. The Deadly Hands of Kung-Fu, de Steve Englehart, Jim Starlin, Doug Moench y VVAA

En 1974, la fiebre del Kung-Fu golpeó a toda USA y gracias a la gran y pequeña pantalla, se expandió por medio mundo. Cine, televisión pero también una exitosa serie de cómics llamada, en principio, Maestro de Kung-Fu, que partía de un muy chulo magazine llamado The Deadly Hands of Kung-Fu lanzado por Marvel. Fue maravilloso. Os lo puedo asegurar porque yo estuve allí, como se suele decir. Lo viví, gocé y disfruté “in situ” como niño que encuentra un tesoro cuando menos se lo espera. Historias que iban encabezadas por el gran Shang-Chi, pero donde podías encontrar también a dueños y señores de las patadas voladoras como Iron Fist y los Hijos del Tigre. Y bastantes del estilo. Tiempos de grandes cómics con artistas -considerados a día de hoy autores consagrados-, grandes entre los grandes como Rudy Nebres, George Pérez, Jim Starlin y Paul Gulacy, podías encontrar. Y unas portadas impresionantes de Neal Adams. Cada número no solo presentaba aventuras y tramas con acción a raudales de los más grandes héroes del Kung-Fu, sino también entrevistas, guías de artes marciales, reportajes fotográficos y críticas de películas, TV y libros. Si había algo que quisieras saber sobre artes marciales, The Deadly Hands of Kung-Fu te esperaba en el kiosco y era casi un compendio con buen material para deleitarte un tiempo. Es por eso que mis ojos se engrandecieron muy mucho cuando vi que unos los próximos Marvel Limited Edition a publicar era un ómnibus de The Deadly Hands of Kung-Fu.

Y ese día ha llegado.

Esta gran labor que hacen Panini Cómics y SD Distribuciones publicando/rescatando grandes cómics de la historia en formato tomo integral; sigue siendo maravillosa. Además de alcanzar, una y otra vez, cotas más altas. Ahora, ya es posible volver a degustar grandes aventuras como El Secreto del Dragón, Demonios Pintados de Muerte o Entre Dos Odios. Acción con grandes golpes de efecto de las manos del gran Shang-Chi en Shang-Chi, Maestro del Kung-Fu o en su lucha contra Puño de Hierro en El Arma Viviente. Además de los correspondientes extras, y los tres números o guiones más recordados del personaje, todo un compendio del gran arte marcial con los dieciocho primeros números de la serie The Deadly Hands of Kung-Fu incluidos.

Una joyita que vuelve a nosotros, a nuestro tiempo y nuestras cómictecas, si te es posible hacerte con él. Shang Chi, el maestro de Kung-Fu, se publicó por primera vez en el Special Marvel Edition #15 (diciembre de 1973) y fue un éxito tal, que su nombre desde entonces gobernó la edición. El cómic se retituló Las Manos de Shang-Chi: Maestro de Kung Fu, y funcionó así hasta el #125 en junio de 1983. El éxito y la fiebre, aparte del momentazo y las lecciones que Bruce Lee le estaba dando al mundo; al parecer procedía de algo muy curioso. En 1972, Marvel Comics tenía los derechos del Fu Manchú, de Sax Rohmer, y al ver cuán popular fue la serie de David Carradine en la pequeña pantalla, Marvel decidió que había que darle caña a ese sendero; hacer un cómic de Kung-Fu. Primero traído a la vida por Steve Englehart y Jim Starlin, el escritor de éxito Doug Moench asumió los guiones posteriormente para dar grandes historias a los fans. Muchas de las cuales encontraréis en este MLE que hoy os reseño. Un buen tomo en el que participan grandes guionistas e ilustradores.

Si os gusta el género, vais a quedar con ganas de más. Sorprendidos, y melancólicos muchos, como me sentí yo al recordar algunas de las tramas. Por ello, mi esperanza es que en algún momento en el futuro cercano aparezca otro nuevo MLE, otro nuevo tomo que continúe la serie desde donde queda aquí. De alguna forma, poder tener la colección completa de The Deadly Hands of Kung-Fu. O lo más cercano posible a eso. Pues estamos ante una verdadera joya del cómic, que nos encandiló a muchos en nuestra niñez, cuyos guiones e ilustraciones han soportado el paso el paso del tiempo de forma maravillosa. En definitiva, súper recomendado.

Un buen chute del mejor arte marcial de todos los tiempos.

Reseña: Estela Plateada (Omnibus), de Dan Slott, Michael y Laura Allred

Me pasó igual cuando la joyita que fue y es La Visión, de Tom King, estaba pegandolo fuerte en todo el mundillo de foros y comentarios entre lectores. Decidí aguantar y esperarme a ver/tener/leerlo en un solo tomo, sabiendo que llegaría y que la espera merecería la pena. Y oye, una genialidad. Pues lo mismo con el famoso y reciente Estela Plateada, en formato Omnibus, que recoge esta maravilla de serie o series, mejor dicho. Archirrecomendable, donde se muestra un guión magnífico, atrayente, con la narrativa principal súper creativa, tanto que desde muy pronto se siente diferente a otros cómics. Muy bien. Todo correcto. Pero insensato de mí (o no) esperé a tenerlo todo, bien recopiladito en un buen integral. Y resulta que Panini Cómics se supera una vez más, sacándolo en un portentoso Omnibus donde recrearse con personajes fantásticos, con interacciones que crean una comedia sólida. Así que ya, tan pronto, lo corroboro, Estela Plateada es una obra de arte. Y eso que soy de los viejunos rancios que le duele la cabeza cada vez que otros autores, fuera de los grandes Stan Lee y John Buscema, “tocan” a este heraldo de heraldos tan guay.

Es así de fácil, en general, en el Estela Plateada, de Dan Slott y los Allred, vais a encontrar un cómic ligero, fácil de disfrutar y un verdadero placer de leer. Se necesita un fantástico grupo de personajes para ello, normalmente, y con un papel casi icónico como suele tener Silver Surfer eso podría ser un problema; pero nada de nada. Estos autores desencadenan en estas casi setecientas páginas -que comprenden Silver Surfer #1-#15, más sus otros catorce numeritos con los que se inicia el Volumen 7, y material de All-New Marvel Now! Point One-, aventuras ordenadas que permiten que ocurran escenas chulas, otras potentes en acción y bastantes divertidas que sacan sonrisas por el camino. No obstante, mientras esto sucede, la narración imaginativa y los hermosos trazos que realizan Michael y Laura Allred, ayudan a diferenciar un cómic de calidad de otros de su misma competencia. Por ello, ya imaginaréis de donde viene tanta alabanza. Y es que sinceramente, lo mires por donde lo mires, este Nuevo Amanecer, es una lectura que se vuelve con el paso de las páginas una deliciosa vivencia, así como una entrada única a la nueva era Marvel.

Un volumen protagonizado por un gran elenco de personajes, cuya positividad saludable los hace agradables desde el principio y las interacciones entre ellos proporcionan algunas risas sólidas. Simplemente, pasar tiempo con estos personajes es divertido, mientras tanto, las aventuras que viven hacen que la experiencia sea aún mejor. Tramas originales, atípicas, que llenan la serie con un sentido más profundo. Desde el inicio, la narrativa que vais a encontrar en esta serie se puede definir como algo único y diferente. El primer arco de la historia se centra en un planeta de física imposible que los lectores pronto aprenderán que está impulsado por el corazón de la manifestación física del concepto de posibilidad. ¿Ein? Tranquilos, se explica bastante bien. Luego, el segundo arco se centra en el desarrollo de la realidad y las pesadillas de sus personajes cobrando vida. Es un paseo extraño y salvaje que se destaca como algo excepcionalmente positivo entre el panorama de los cómics que se pueden encontrar normalmente en la Casa de las Ideas. Pero insisto, el gran poder de esta serie son los personajes con los que nos vamos topando así como la maravillosa Dawn Greenwood que aparece como una chica agradable desde el primer momento. Es positiva, se preocupa por los demás y está a punto de comenzar un viaje de descubrimiento. Todo esto se combina bien con el Silver Surfer, de corazón puro, que solía desconectar siempre de los demás. Incluso la familia de Dawn y los aliens de los que se hace amiga por el Universo, agregan algo, un salseo bastante chulo. ¿Y ayuda que estos personajes sean divertidos? Tela. Con el añadido de la incapacidad de Dawn y Estela para comprender ciertos aspectos de la vida de los demás que termina por crear algunos malentendidos humorísticamente inocentes.

Dicho con menos palabras, un  Omnibus recién publicado por Panini Cómics, uno de los indispensables cómics de este raruno 2020. No comprarlo, no tenerlo, es perder dinero. No es buena idea perder la oportunidad de llenar tu cómicteca con uno de los mejores volúmenes elaborados de forma íntegra, lleno de grandes momentos que al poco recuerdas en conversaciones con amigos. Historias creativas, cautivadoras, de la era moderna de los cómics. Tanto en escritura como en arte, una chulada. Una historia en su conjunto, que trata sobre Silver Surfer y sus aventuras con una mujer humana a través del espacio y el tiempo. Ciencia Ficción de la buena, de la humorística, por la que hay que brindar. Personajes maravillosamente compuestos, con un desarrollo a buen ritmo, historias inteligentes sin demasiados clichés.

Totalmente indispensable.

Reseña: Los Muertos Vivientes. Descanse en Paz, de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard

Cero spoilers.

Y llegó, lo que algunos pensábamos que nunca llegaría. Se mató a la gallina de los huevos de oro. El final de The Walking Dead. El cómic que lanzó a la fama al señor Kirkman y que puso de moda nuevamente los zombies en el mundo…, Bueno, diría que trajo de nuevo a la actualidad aquellos lejanos años 80s, la idea de muertos vivientes por doquier, el apocalípsis sin una idea clara, no hay un porqué, el mejor subgénero de todos. Una historia que desde el principio llega a lo más profundo y que con poco se vuelve formidable. En el mundo de los cómics, el boca a boca, arrastra verdades. Los Muertos Vivientes viene siendo aclamado por la crítica desde que vio la luz en 2003 de manos del casi por entonces desconocido Robert Kirkman y el dibujante Tony Moore.

Como decía en su primera introducción, nacía una historia de zombis sin pretender asustar a nadie, y que sin intentar ahondar en el gore y en las vísceras al por mayor, nos presentaba un enorme elenco de personajes en situaciones límite. Reflejando su comportamiento moral y social a ojos de los demás. Y, sin duda, ese ha sido su fuerte. Su éxito. Pues que duda cabe que un cómic bien escrito y bien dibujado que enganche, si encima lleva al lector a evolucionar junto a los personajes… Tiene el cielo ganado.

Los Muertos Vivientes (Tomo 32: Descanse en Paz), fiel a su nombre, puede ser el volumen más tranquilo y melancólico que ha tenido la serie. Si bien ciertamente hay mucha acción para cerrar la serie, las ochenta páginas adicionales con las que este volumen trabaja le permiten ser un guión más reflexivo y contemplativo, que otra cosa. Lo que me parece adecuado, pues me encantan esas conclusiones que tras la acción final se muestran cantidad de escenas entre pasado y presente y una música evocadora a lo Enya…. ¿Es el tipo de finalización que Kirkman andaba buscando? Alguna sorpresita hay.

Terminar una serie como Los Muertos Vivientes nunca iba a ser fácil. Si bien no ha sido para mí absolutamente perfecta, Descanse en Paz, sí que tiene bastante satisfacción para lo que se podía llamar una línea de conclusión remarcable teniendo en cuenta lo que es. Una serie de larga duración y que ha mantenido un nivel alto y atractivo a lo largo de casi doscientos números. Estando a la altura, aportando identidad, giros sorprendentes, muertes súbitas y momentos desgarradores. Muchos sabíamos que los creadores dedicaron un buen tiempo a pensar en un cierre lo más sorprendente posible (se tomaron la molestia de crear portadas falsas y anuncios para futuros números que nunca hicieron, hay un buen frikerío sobre esto en internet), pero la conclusión ha sido… bueno, tendréis que comprobarlo por vosotros mismos. De lo que no hay ninguna duda es, de la sensibilidad de Kirkman como escritor y del nivel de confianza que se ha ganado de otros creativos que trabajaron con él. A pesar del enorme empresario que es hoy, cuida a sus productos y a su gente como nadie.

En 2003, cuando se lanzó el primer volumen de The Walking Dead, Kirkman lamentaba la brevedad de las historias de zombies. La insatisfacción de Kirkman con el subgénero era que andaba deseoso de más, que cuando terminaba una buena peli, quería más. Que el deseo de hacer una historia larga con este trasfondo apocalíptico surgió, sobre todo, de querer ver que sucedía después de los créditos finales de muchas de aquellas películas viejas e inconclusas. Su objetivo al principio con Los Muertos Vivientes, era escribir una película de zombies que nunca terminara. Pero después de dieciséis años, la historia interminable de Kirkman, ha llegado a su conclusión. Por que nada es eterno.

¿O sí?

Reseña: Marvel Héroes. El Regreso de los Seis Siniestros, de David Michelinie, Stan Lee, Gil Kane, Erik Larsen y VVAA

Si estás en la onda de Spiderman, te habrás dado cuenta que se publican pocos títulos comparado a otros años. ¡Pero qué tomos, madre mía! Lo mejor de lo mejor en geniales compendios, llegan poco a poco a librerías, muchas, colecciones indispensables que se llegan a agotar por que Spidey siempre es Spidey. Aunque diría que algunos titulos apenas tienen repercusión en redes y eso que estamos hablando de unas muy chulas recopilaciones, para los que como yo, que pensamos de modo algo sibarita y ya tenemos una edad; le tenemos muchas ganas. ¿Sinceramente? Por que algunos ya no andamos para colecciones en grapa. Así que por todos los dioses, no me digáis que no mola muy mucho la idea de tener todo-todito-todo (algunos ya se lo solicitamos a Panini Cómics en su día); todo de El Regreso de los Seis Siniestros. Para mí, uno de las mejores arcos argumentales extensos del trepamuros, y para la comunidad, un top de tops de nuestro vecino favorito Spiderman. Un Marvel Héroes que además, en este caso, aporta esas aventuritas chulas donde Parker pierde los poderes arácnidos o se enfrenta en una dura lucha con el Doctor Muerte.

Los Seis Siniestros fue un grupo de villanos ideados y reunidos para/con un solo objetivo: MATAR A SPIDERMAN. La cabeza pensante, el siempre locuaz Doctor Octopus, que consigue una reunión de malévolos seres para ese fin y están en más de una ocasión a punto de conseguirlo. Dicho grupo, con el tiempo, contendrá diferentes líderes y diferentes componentes (¡Incluso se llega a crear unos curiosos llamados Los Doce Siniestros!), pero el objetivo, siempre será el mismo. Borrar al trepamuros de la faz de la Tierra o hacerle daño sin miramientos. Y es que después de sufrir tres derrotas consecutivas, un Doctor Octopus separado de su pack archipoderoso de tentáculos por un tiempo, consigue hacerse de un nuevo aparato que mezcla con su cuerpo. Con esa poderosa arma sale de prisión y rápidamente busca venganza. Por que como bien se dice ahora: La mejor venganza, es vengarse.

Se pone entonces en contacto con todos los supervillanos conocidos que han sufrido al arácnido, que se cruzaron con él y que, por supuesto, le guardan rencor. Más bien, le odian. Hablo de El Buitre, Kraven, Mysterio y El Hombre Arena. Ellos responden a la llamada. Y como ninguno está dispuesto a renunciar al honor de matar al canijo de mallas rojas y azules, deciden desafiarlo individualmente con un sorteo al azar. Provocándolo primero a más no poder (Los Seis Siniestros secuestran a la Tía May y a la secretaria del Daily Buge, Betty Brant y las tienen como reclamo para obligar a Spiderman a participar en las diferentes rondas); pero, ¿qué pasó? Pues que nuestro vecino favorito derrotó a Los Seis Siniestros uno por uno, burlándose encima, de esa inútil decisión de juntarse para después enfrentarse con él por separado… Pero todo esto fue antes. El Regreso de los Seis Siniestros es lo que sucede después. ¿Qué nunca segundas partes fueron buenas? Diganselo a la segunda parte de El Padrino, La Guerra de las Galaxias y a El Regreso de los Siniestros. Títulos que navegan libremente en ese mar de excepciones.

El Regreso de los Seis Siniestros vio la luz como arco argumental dentro de la serie regular The Amazing Spider-Man, entre los números #334 y #339. Pero cierto y verdad es, que se empieza a gestar bastante antes y se “soluciona” en bastantes números y aventuras después. Y como Panini Cómics es lista y lo sabe, de ahí que este genial Marvel Héroes contenga todas esas aventuritas y sucesos que comprendieron realmente la trama y que forman parte de la conclusión de la etapa de David Michelinie y Erik Larsen en la serie. Historias legendarias, en un tomo indispensable que incluye The Amazing Spider-Man #330-#350, el Annual #24, The Spectacular Spider-Man Annual #10 y esa joyita de Spidey como fue La Aventura Totalmente Diminuta, con la que Stan Lee y Gil Kane volvieron a casa.

Pues ahí va entonces una recomendación fácil, de las que se hacen solas y casi no hace falta que leáis esta reseña para saber que este volumen es de los que hay que tener. ¿Qué tenéis que recluiros un tiempo en casita, esas minivacaciones que parece que ahora recomiendan y que para muchos es posble hacerlo? Lecturas. Lecturas de las buenas debería recomendar el Gobierno. El Regreso de los Seis Siniestros debería estar en esa pila de recomendaciones para el aislamiento. Es más, si es así, probablemente tengáis que buscar algo más leña, por que hacía años que no disfrutaba tanto y me leía en tan poco tiempo un tochaco de tales dimensiones.

Un superhéroe en su mejor momento en la que fue para mí su mejor serie regular. Villanos a cascoporro llenos de odio y encuentros y desencuentros en los lugares más curiosos de una Nueva York que empezaba a ser centro de todos los males del mundo.

Lectura im-pres-cin-di-ble.