Reseña: El Horror del Túmulo. Los Diez Relatos Weird Western, de Robert E. Howard

Costas de Carcosa, que nos tenía algo abandonados con esta colección en tapa dura que tan buenos momentos nos viene dando, regresa a lo grande con una tremenda antología, una publicación a manos del maestro del fantástico como fue el gran Robert E. Howard. Relatos de horror dentro del género western. Una mezcla que siempre he dicho que bien elaborada, puede ser una cazuela con un olor tan rico como sorprendente. Porque no es muy común ver que el genero western se mezcle con otro, y mucho menos con el Terror, y salga un buen resultado. Y en las manos y mente de este hombre brotaba… En Los Diez Relatos Weird Western vais a ver que esto se trata maravillosamente bien. Y es que el maestro escribió una de las primeras historias del Weird Western jamás creadas como fue El horror del túmulo, que junto a Las palomas del infierno, es uno de mis cuentos favoritos del creador de Conan, Kull o mi amado Solomon Kane. Porque Robert Ervin Howard fue un escritor pulp estadounidense de ficción fantástica, terror, aventuras históricas, boxeo, western y detectives. Howard escribió más de trescientas historias y setecientos poemas de pura emoción desenfrenada. Y aquí está la prueba exacta de como también hizo sus pinitos en tramas con el Lejano Oeste de fondo.

Todo lo que hacía o escribía Howard se convertía en oro puro.

Tras otro poderoso Prólogo como nos tiene acostumbrados el maestro Javier Jiménez Barco para la ocasión, tenemos a El horror del túmulo que es el relato que lidera esta antología. Y el más potente. Donde un codicioso vaquero de Texas busca un tesoro en un túmulo indio y despierta algo antiguo y malvado. Pero este tomo tiene otras maravillas como El hombre en el suelo o El corazón del viejo Garfield, un cuento de 1933 y una de las mejores historias extrañas que he leído en mucho tiempo porque no recordaba nada de nada y no estoy seguro de haberla leída en el pasado. Aunque creo que sí porque me recuerda a un relato que escribí, así que seguramente “bebí de este río”. Aquí lo siniestro y el horror están plenamente integrados en la puesta en escena de la frontera asentada. Personas que sentiréis que son o fueron verdaderos tejanos que se enfrentan a un misterio, pero que responden a ello con verdadera determinación. Nada de intelectuales sino de hombres prácticos enfrentándose al horror en las llanuras. Y La muerta recuerda es una historia casi perfecta de venganza y una excelente caracterización de la mentalidad de los vaqueros y de la sociedad ruda y dispuesta del Oeste de allá por 1870.

Pero hay más relatos con la mejor ambientación de finales del XIX en el verdadero Far West. Como Por el amor de Barbara Allen, El secreto del valle perdido (un lúgubre relato subteosófico de antiguas razas depravadas que descienden a toda velocidad en la escala evolutiva), El extraño caso de Josiah Willbager (que cuenta como nativos americanos le arrancaron el cuero cabelludo y lo dieron por muerto, pero sobrevivió milagrosamente gracias a una visión), El jinete del trueno, El horror en la noche, La sombra de la bestia (el hombre sureño defiende a su mujer de piel clara de amenazas bestiales sólo para encontrar algo aún más bestial y oculto rondando una casa; todo esto sin olvidar que cada relato viene con alguna ilustración y el volumen cierra con unos Apéndices; el primero, contenedor de unos poemas que el autor lanzó también con esta temática; y el segundo, artículos sobre cómo algunos de estos relatos también vieron la luz dentro de los cómics de la EC.

Siempre diré que con la lectura de una obra de Howard es muy difícil no ganar. En sus cuentos de terror, en el peor de los casos, es pulp. En el mejor de los casos, es un digno heredero al menos de Poe, incluso si hay gente que dice que nunca llega a igualar a Lovecraft (para mí lo supera); Howard aquí ambienta sus historias en la Texas que conocía, hace obvio como podía profundizar en el corazón del hombre blanco pobre y con problemas de aquella época y deja historias inolvidables en lo que es uno de los grandes libros publicados este año.

El horror a lo desconocido en el Lejano Oeste que, como en cualquier lugar del mundo, está ahí fuera. Aunque muchos se nieguen a creerlo retirando la mirada.

Reseña: Go West Young Man, de Tiburce Oger y VVAA

Para hacer un descansito de tanto Terror en estos días de mal tiempo y grandes lecturas haloweeneras, nos hemos metido en vena por aquí un poquito-mucho de western- Y del bueno. Una selección de historias, un buen tomo del tramas del Oeste, un buen bourbon de unos catorce años donde se repasa la conquista del Oeste americano mediante catorce historias interconectadas. Donde se demuestra que Tiburce Oger es un maestro del género western, y como buen líder de la manada, escribe el guion de cada una de las pequeñas historias que componen Go West Young Man, siendo el interés principal de la historia recorrer la conquista del Oeste americano, como os decía. Una lectura que nos ha resultado bastante agradable. Cuanto menos, cada una de las historias, entretrenida. Historias no muy extensas donde saltamos de una época a otra con nuevos personajes cada vez, siendo el único nexo común un reloj de bolsillo que pasa de un dueño a otro como un MacGuffin maldito. Desde las guerras coloniales a la intervención estadounidense en la revolución mexicana, los destinos se cruzan y las generaciones se suceden. Pioneros, indígenas, forajidos y prostitutas lucharán por sobrevivir a espacios inmensos y guerras interminables. Go West Young Man es un sueño hecho realidad para grandes amantes del género western. El sueño de un fanático del cómic y del Lejano Oeste que imaginó una vez ver reunidas a los más grandes artistas del cómic europeo en un mismo álbum.

Tiburce Oger ha conseguido reunir aquí a, nada más y nada menos, que dieciséis artistas en un tomo de más de cien páginas que recorre la leyenda del Oeste americano desde el siglo XVIII hasta principios del XX. La gran mayoría de esos diseñadores ya han trabajado en el género pero en palabras del guionista: es como si John Wayne, Clint Eastwood, Gary Cooper y otros se reunieran en una misma película.

A través de estos relatos de dos a nueve páginas, seguiremos el viaje de un reloj de bolsillo de oro desde la época de las guerras anglo-indias de los Grandes Lagos a mediados del siglo XVIII hasta la Gran Depresión de los años 30. Seremos transportados a los cuatro rincones del Oeste Americano, desde la frontera canadiense hasta México, desde Pensilvania hasta California. Y en cada lugar, en cada época, descubriremos un contexto diferente, que nos permitirá sentir la evolución del mundo americano a lo largo de estos años, cruzarnos cerca o lejos con lugares, entidades y personajes ilustres, con la voluntad siempre de mostrar una auténtica trama típica de estas épocas.

Me encantó esta idea de unir a grandes ilustradores del cómic europeo, en especial, que aceptaran colaborar en una obra única. Aprecio aún más que no se trate de una colección clásica de cuentos independientes con sus pros y sus contras, sino más bien una saga iniciada, ciertamente compuesta de episodios, cada uno con un principio y un final, pero verdaderamente unidos entre sí por la misma «línea de vida» que sigue al reloj. Me encantó ver esos talentos gráficos reunidos, insisto. Cada autor aporta su propio universo visual, recordando inmediatamente las obras con las que se hizo famoso y al mismo tiempo encajando muy bien en este conjunto armonioso. El guionista también optó por adaptar cada historia al diseñador que se encargaría de ella para acercarse lo más posible a sus respectivas preferencias y estados de ánimo. Y cada una de estas historias son como mínimo agradables. La ambientación conseguida en cada una de ellas es maravillosa.

Si tuviera que hacer una critica, sería el realismo pesimista, incluso lúgubre, de muchas de estas historias, porque la muerte casi siempre está presente y la tragedia tiene a veces lados desesperados. Esto se explica por el hecho de que cada historia es un paso del testigo del reloj a un nuevo propietario. Por eso tampoco me desagradó tanto el tema. Tiene su lógica. Pero resumiendo, estamos ante unos de los tomos joyita, publicado en nuestro idioma, por supuesto, por la siempre interesante Norma Editorial.

Reseña: Undertaker (Integral), de Xavier Dorison y Ralph Meyer

Hoy os reseño la que considero otra de las grandes publicaciones del año. Un integral de lo que puede ser una de las mejores colecciones publicadas en la BD en los últimos años. ¿Quién lo trae? Pues Norma Editorial en un genial tocho que sólo puede estar en las mejores cómictecas pues contiene los seis geniales álbumes que han visto la luz hasta ahora de la mano del guionista Xavier Dorison (Long John Silver) y el dibujante Ralph Meyer (Asgard) firmando uno de los mejores westerns que se pueden leer actualmente. Undertaker (Enterrador) es un personaje con carácter, réplicas y citas casi constantemente brotando de su boca. Desde el primer álbum empieza fuerte. Tenemos una serie que está fuertemente inspirada en Blueberry, una serie que propinó un fuerte hachazo en lo que se refiere a llevar el mejor western al formato cómic. Y lo que es mejor, es muy buena a día de hoy.

Donde Jonas Crow es un empresario de pompas fúnebres con visión para los negocios. Llamado para enterrar a un cliente -hasta entonces, algo normal-, sin comerlo ni beberlo se encuentra embarcado en una increíble persecución. Pero Undertaker, para empezar, es un hombre cínico con un pasado turbulento que iremos descubriendo a lo largo de las tramas. Los personajes secundarios que van apareciendo son casi tan buenos, o mejor dicho, son casi tan atractivos como él. Especialmente los personajes femeninos que tienen un carácter fuerte y una presencia real en el escenario. De hecho, desde el segundo álbum el entorno empieza a volverse tremendamente oscuro, la historia de cada personaje se profundiza y la tensión dramática aumenta especialmente con las numerosas escenas nocturnas a la luz de las fogatas. Creando una intimidad propicia para las revelaciones que mostrarán cada uno de ellos. Y aunque los primeros álbumes enganchen muy bien a la lectura con la socorrida persecución, la dimensión psicológica de, por ejemplo, la poderosa personalidad de Jeronimus Quint, ofrecen un escenario que evoluciona favorablemente bien hasta el final.

Quizás esta sea una reseña para leer una vez has leído el volumen. No lo digo por los spoilers, que siempre intento evitar, es más porque así valorareis mejor las palabras que uso para referirme a los pros de esta obra. Pues el tercer álbum trae más personajes y más revelaciones. Sentí en ocasiones como si a lo Stephen King, me estuviesen contando la vida de todo un pueblo, cada uno con sus virtudes y sus muchos demonios. Undertaker es realmente una serie maravillosa en este sentido. En El devorador de oro encontramos lo que decía: a un Jonas Crow como un cínico enterrador, que no duda en inventarse citas en nombres de San Pablo. Encontré el dibujo aquí en perfecta armonía con la atmósfera. Historia atrapante como pocas. Cómo danzan los buitres es, después de la buena sorpresa del primer álbum, otro viñetaje que se devora con gran placer pues cierra a lo que se nos lleva en la trama anterior. Álbum que se podría utilizar como ejemplo en una clase de guion cuando se toque el uso del diálogo en el mundo del cómic.

El ogro de Sutter Camp, al otro lado de los Pirineos, fue el álbum más criticado de la serie, aunque no entiendo muy bien porqué. Inicia una nueva aventura y quizás la intensidad tiene que empezar de cero y eso a la gente no le gustó. También cuenta un tema delicado y las escenas nocturnas son bastante numerosas. Hay gente a la que tampoco le gusta eso. Pero la trama está bien llevada, sobre todo, con la escena en la que el coronel Warwick exclama «¡El Ogro está vivo!». Ahí lo dejo.

La sombra de Hipócrates es en donde Jonas Crow se desata. Aunque sea aplastado por la personalidad más que maquiavélica de Jeronimus Quint, alias el Ogro, es tremendo como saca a relucir lo peor de él. Y en El indio blanco y Salvaje lo mismo. Xavier Dorison nos ofrece una historia más densa y compleja donde nos revela la verdadera misión de Jonas Crow en esta vida. Y ofrece sorpresas sobre el pasado de nuestro ahora famoso enterrador. Escenarios muy ricos y lleno de sorpresas, insisto. Me gustó el papel que juega Jed, el buitre. Y los personajes femeninos Rose Prairie y Lin no solo son extras, son personajes muy dignos de mención como os decía antes. Rose, en particular, ocupa un lugar preponderante. Y a nivel de dibujo, Ralph Meyer nos ofrece hermosas láminas maravillosas dignas de pasar a lienzos de salón. Entiendo muy bien que Norma Editorial haya querido premiar al aficionado que se haga con la primera edición de esta obra con una genial lámina exclusiva…

Queda esperar que los autores sean capaces de detenerse a tiempo, antes que Undertaker comience a estirarse y repetirse, porque eso sería una pena. Por eso, aunque da lástima decir y creo que es la primera vez que lo hago con algo que me ha gustado tanto, debido a la intensidad de esta serie, dudo que se pudiera mantener el nivel mucho tiempo. Quizás debieran dejarla aquí. Aunque si siguen, espero equivocarme y ver que Undertaker es joyita título tras título. Para mí es ya joya del cómic. Y no sólo hablo de western.

Reseña: Lejana Estrella Brillante, de Robert Olmstead

La trama de Lejana Estrella Brillante es relativamente simple, y por esa razón probablemente no encontrarás muchos detalles al respecto en algunas reseñas de por ahí. Es tan sencilla que se puede transmitir poca información al respecto a los lectores sin inyectar algún tipo de spoiler. Y también dicen que no es un libro que uno lea por su trama; su verdadero atractivo es la calidad de la escritura del autor. Estoy de acuerdo con eso en parte. Por la calidad escrita, obviamente. Pero acaso (cambiando de género para la comparativa), ¿no es sencilla la trama del episodio cuatro de Star Wars y no deja de ser una maravilla de guión?

Lejana Estrella Brillante se compara muy favorablemente con la Trilogía de la Frontera, de Cormac McCarthy. La narrativa de Olmstead, como la de McCarthy, es hermosa y sobria, casi poética, y su estilo es completamente único. Pinta hábilmente cuadros vívidos del suroeste de Estados Unidos a principios de siglo, transmitiendo las vistas, los sonidos e incluso los olores del lugar con una precisión tremenda. Más importante aún, el autor evoca un perfecto sentido de la atmósfera y transporta al lector en el tiempo hacia esas tierras baldías de Nuevo México, permitiéndole sentirse como si estuviera allí, cabalgando por el desierto rocoso, testigo de su austera y siempre cambiante belleza.

Lejana Estrella Brillante es una maravillosa lectura de apenas doscientas páginas que se devoran en nada. La historia se cuenta desde el punto de vista de Napoleón Childs, un veterano soldado de caballería que se acerca al final de su carrera. El contorno aproximado del personaje es estereotípico (el viejo soldado canoso y bien informado), pero Olmstead le da una tridimensionalidad tremenda al protagonista y una nueva vida a este personaje estándar. Se siente finamente representado; uno siente su sabiduría ganada con esfuerzo, así como su cansancio hasta los huesos de lidiar con la futilidad de su misión y con la chusma de los jóvenes y tontacos que le rodean y quieren llegar a ser algo sin experiencia.

Aclararé que aunque Lejana Estrella Brillante se ha convertido en uno de mis libros favoritos, no gustará a todos los lectores. Estoy seguro de ello. El estilo de escritura del autor puede molestar tanto como atrae, ya que es tan atípico de la mayoría de la prosa actual que algunos pueden considerarlo genial, mientras que otros pensarán que es cuando menos recargado. Más importante aún, el libro contiene escenas de intensa brutalidad que a cierta gente puede no gustarle. Aunque dudo que a los amantes del western o de su hermana mayor la tan de moda novela negra, les pase. En mi caso, ya sabéis. rara vez tengo dificultad para leer sobre personajes (o personas) que infligen daño a otros porque sí. Pero he de destacar que algunos eventos de esta novela son bastante horribles y se representan de manera tan gráfica que los encontré realmente perturbadores, con imágenes en mi cerebro aún, cada vez que pienso en la novela.

Mi veredicto es que Lejana Estrella Brillante no es un libro fácil aunque se lea con suma facilidad. Aporta un golpe emocional que puede dejar al lector sintiéndose agotado cuando llegue al final. El autor también plantea una serie de cuestiones éticas dentro de la narración para las que no proporciona respuestas. Es probable que los lectores se encuentren revisando las ambigüedades morales del libro durante algún tiempo después de que lo terminen. Sin duda, es un libro que da para mesas de discusión y debate.

Bien por Hermida Editores publicando esta joya en nuestro país.

Reseña: La Estrella del Desierto (Integral 1), de Stephen Desberg y Enrico Marini

La Estrella del Desierto es (en mi opinión, por supuesto) la obra visual más hermosa de Enrico Marini. Pasé dos tardes maravillosas leyendo este primer integral…, los dos primeros capítulos de la trama. Una historia que deleita cual buena peli del Oeste. Y dos tardes porque decidí extender el tiempo de disfrute, de gusto y regusto. Alargar el sabor del manjar que tenía entre manos. Se daba todo: buen cómic europeo, western, acción y tiros por doquier tras una buena trama. Os puedo decir que ha pasado bastante tiempo desde que leí un western de esta calidad. Cuando hablo de calidad pienso obviamente en el dibujo endiabladamente bueno de Marini que en mi opinión con esta serie ha alcanzado la casi perfección gráfica. Por decir que no existe la perfección al cien por cien… No obstante, conviene recordar que La Estrella del Desierto no es solo un cómic con un diseño suntuoso sino que también es una historia con un escenario seductor, que posiblemente es obvia y clásica; pero que nunca deja de gustarme. Y es que Stephen Desberg utiliza todos los códigos típicos del western y los ejecuta bien. Incorpora una historia de venganza y esto nos brinda un thriller ambientado durante la conquista de Occidente por parte de los «nuevos americanos». Además, da la sensación que el guionista se ha documentado enormemente bien para darnos de manera magistral, ese ambiente tan especial que reinaba en aquellos años. Fue toda una epopeya hacer aquella travesía por parte de las empresas ferroviarias que querían llegar al Pacífico.

¿Y qué más se puede pedir sino que esté bien hecho, un cómic que se lee con tanto placer? Lo único que no me gustó es que Marini nos puso un protagonista de rostro muy parecido a cierto actor tan famoso. Cuyo nombre no mencionaré. Más que nada porque nunca asocio a ese actor con una peli del Oeste y bueno, siempre cabe que algún afortunado no lo vea claro y así no le corta el rollo. Pero por lo demás el cómic está de lujo. Nos trasladamos a Washington en 1870. Un hombre de edad avanzada llamado Mathew Montgomery es funcionario en el Ministerio de Defensa. Tiene esposa, hija, amante…, todo lo que uno puede obtener en un alto cargo. Pero tras el asesinato y violación de su mujer e hija…, su perfil cambia. Abandona todo su mundo para seguir la pista del asesino, el cual dejó un extraño simbolo indio grabado con un cuchillo en el púlpito de sus seres queridos…

La Estrella del Desierto es una historia íntima. De una íntima venganza. La América de Occidente aquí solo un escenario grandioso en el que un hombre busca sentido a su vida, si es que ya queda tiempo para ello. Al principio, la violencia -exceptuando la tragedia- está cotenida pero luego…, se desata la ira, la locura de una búsqueda que llevará al protagonista a Topeka, a la llamada antecámara del infierno. Busca venganza contra los asesinos de su mujer e hija. Y luego la conmoción. Pues atrapado en un torbellino de salvajismo y macabra realidad, Matt Montgomery muestra al mundo lo que de verdad lleva dentro. Lo que yo diría que muchos de nosotros llevamos dentro y nunca nos queremos ver en ese papel.

El personaje evoluciona de una forma soberbia. Evoluciona, comprende y descubre una América desconocida y salvaje, y con ello un pueblo y un universo que nadie imagina que esté a un paso. Desberg captura el género a la perfección. Los códigos del western están ahí, y bien organizados. La narración es fluida y rítmica, la acción perfectamente equilibrada; la trama es ciertamente clásica, con una oscura historia de venganza, pero perfectamente dominada. El guión nos mantiene avanzando, y eso que aún me queda por leer el siguiente integral que resolverá muchas cosas… entiendo. Ganas tremendas que Norma Editorial lo publique. Revelaciones en el capítulo 3 y 4 se necesitan. Pero la verdadera ventaja la aporta el increíble universo gráfico que Marini diseña para ofrecernos de forma visual dicho mundo, entorno, época… Se trabaja admirablemente la decoración, los colores, los personajes, el encuadre y la atmósfera. El paso de las viñetas muestran también una evolución. La interpretación de este mundo de pioneros sin ley rodeado de amplios espacios abiertos es bastante notable. La Estrella del Desierto es un verdadero cómic del Oeste. Es un western crepuscular de muy alta gama que recuerda en sensaciones a la Sin Perdón, de Clint Eastwood. Un clásico cuento de venganza que mola y que reúne a dos autores en su mejor momento.

Siempre se ha dicho que las mejores aventuras se escriben en el Viejo Continente, ¿no? Este es un ejemplo.

Reseña: Marshal Bass. Su Nombre es Nadie, de Darko Macan, Igor Kordey y Vitkovic

Marshal Bass creo que es el único serial western en formato cómic que he seguido fielmente en toda mi vida. Tiene el toque que me gusta del género; el melancólico, el desvaído, el alejado de toda sociedad y con encuentros a vida o muerte en los vastos páramos de una todavía salvaje América del Norte en muchos campos, nunca mejor dicho. Un inmenso desierto de frondoso follaje, montañas y ríos. Un edén donde todo ser vivo lucha por obtener un territorio o su sitio en una vida de desolación social.

River Bass es el primer afroamericano en el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos. Es el único que puede infiltrarse con facilidad en ciertos grupos pues muy pocos saben de su puesto. Aceptó la estrella que lleva en el pecho para luchar por los derechos de los considerados diferentes. Respeto e igualdad. Si hace falta él solo se enfrentará a la crueldad de un mundo, de un enorme país que empieza a emerger en base al dólar. Y con cada álbum, una nueva aventura.

ECC Ediciones recién publica el tercero de ellos. Tercero de seis que tiene la colección original. En Su Nombre es Nadie (título potente para peli del Oeste, ¿no), nos trasladamos a la granja de River Bass, donde su esposa Betsabé cuida siempre con cariño de sus hijos. Don Heraclio Vega, un acaudalado terrateniente mexicano, aprovecha la ausencia del marshal para hacerle insinuaciones a su mujer, pero ella no está de humor. Además, la hija mayor de ambos ha desaparecido. Se ha largado con un joven indio, guapo, que pasaba por allí, del que se enamoró. Ni una palabra, ni un adiós, solo Dios sabe dónde puede estar. Mas, en un lugar peligroso, seguro. Así que nada de aventuras. El asunto se convierte en algo personal. Y River Bass durante el rastreo se teme lo peor. Han huido hacia territorio indio, a la guarida de sus peores enemigos, lugar de residencia de la familia de un hombre al que mató y cuyos integrantes juraron matarle. Las cosas que hacemos por los hijos.

Los nuevos westerns en formato cómic se comparan implacablemente con las referencias del género. Fue el caso de Undertaker comparado con Blueberry. Además, tras grandes westerns como Blueberry, Durango, Buddy Longway o Mac Coy, algunos piensan sobre el riesgo de caer en la repetición o la banalidad de las historias. Sin embargo, yo veo todo lo contrario. Yo, que desde pequeño nunca sentí gusto alguno por las pelis del Oeste (que tanto gustaban a mi padre), ahora que ya tengo una edad, veo todo un mundo de posibilidades, de historias, de argumentos, inspiración pura en una época donde poder desarrollar grandes historias de género negro. Pues, sin duda, la tan de moda novela negra actual desciende de aquí. Lo recalco nuevamente. Y es que mi pasión actual por el western bien labrado como se puede encontrar en Marshal Bass, simplemente, me hace feliz. Feliz de ver llegar un nuevo cómic en un género que podríamos pensar que está saturado y donde todo se ha dicho y esta serie demuestra que no. Pero un NO rotundo. El escenario suscita temas reiterativos del género, sí: la condición de los esclavos, la forma en que se trata a los libertos, las opiniones de los blancos sobre negros, etc. Pero lo potente aquí es la trama-aventura central. La que afecta al protagonista de cerca. Tenemos, pues, un trasfondo tan interesante como la propia trama y su parte gráfica.

Black & White y Asesinatos Familiares ya me impactaron por su ambiente y trama. Su Nombre es Nadie es una pepita de oro más en una serie que os súper recomiendo. A tener en cuenta siempre, el trazo poderoso de Igor Kordey -siempre con ese aire a Richard Corben-, que aquí vuelve a mostrar unas hermosas splash-pages dobles, magníficas puestas de sol y una hermosa reproducción cromática esencial para el mejor ambiente en una historia del Oeste.

Reseña: John Tanner. El Cautivo del Pueblo de los Mil Lagos, de Christian Perrisin y Boro Pavlovic

Llevo mucho sin deciros que, tanto que alardeamos de creadores de buen cómic los americanos, resulta que, por ejemplo, las mejores historias de Western en este formato siempre nacen en el viejo continente. Es una coincidencia que quizás no lo es tanto pero, ¿no sería más lógico que en cada tierra se hiciera lo mejor para con su historia? Supongo que de ahí lo de no ser profeta en tu tierra por que en mi caso, la mejor historia que he visto en cómic sobre la Guerra Civil Española…, por supuesto, no la hizo un español. Pero a lo que iba, que es fácil encontrar muy buenas historias del Oeste dentro del noveno arte y del cómic europeo.

Yermo Ediciones recién publica uno de esos títulos, uno de esos cómics para el recuerdo. Es decir, las historias que se basan en hechos reales a uno se les queda grabada. Serie que se inicia con este primer álbum y que deja con ganas de más. La historia de John Tanner, que permanecerá cautivo de las tribus Ojibwe durante treinta años (capturado desde los nueve) historia de la que no tenía ni idea. Me sonaba algo parecido, pero ni era exactamente esta historia, ni transcurría igual. Y es que, con la intención de reemplazar a un hijo desaparecido, John experimentará varias pruebas y un destino singular y doloroso, antes de convertirse en un vínculo entre las culturas blanca e india, a través de su función de traductor y guía. Por tanto, estamos ante un cómic de belleza incalculable, un guion de película biográfica muy bien relacionada y bien documentada por lo que he podido investigar. Al buscar lo que concierne al personaje (yo soy así de inquieto) en mi Historia del Far-West, de Rieupeyrout (enciclopedias que, sin duda, merecerían una bonita re-edición en español); me di cuenta que Perrisin había estudiado bien el tema, porque si exceptuamos algunos pasajes de ficción que le dan aspecto aventurero al guión, todo huele a autenticidad. A la vez que le da valor antropológico a los nativos americanos.

Es una trama que además pertenece más al campo de lo salvaje que a la típica historia de búsqueda. La acción se desarrolla entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, es decir, menos de un siglo antes del período en el que transcurre El Último Mohicano. Pero está en esa linea. Un cómic impregnado de cultura india, incluso el vocabulario indio es increíblemente rico. Y que trata la historia contada a través de John Tanner a un amigo que se convertirá más o menos en su biógrafo. Un médico curioso abierto a los pueblos nativos americanos de 1827. Así que imaginamos desde este medio-flashback que al final del álbum Tanner ya es un adulto y se ha convertido en indio. Una historia sin sorpresas pero que se disfruta con el “durante”. Sobre todo, por el dibujo de Pavlovic, cuando menos, ingenioso, efectivo, que acompaña muy bien a la historia, que se desarrolla a ritmo lento, pero de forma interesante. Siendo el conjunto descrito, diálogos bañados en ilustraciones muchas que son lienzos en sí mismos.

El dibujo de Pavlovic (ilustrador que recuerdo de El Niño y Les Munroe), posee un dibujo soberbio, digno de la mejor BD. Despliega todo su don en los magníficos paisajes de los Grandes Lagos pero también ofrece un verdadero festival sobre cultura india (atuendos, objetos y rostros indios). Además de la historia de John Tanner, la historia en su conjunto es instructiva por su transcripción de esta cultura india que descubrimos en un tono mucho menos idealizado; los nativos son crueles, a veces malvados, individualistas y viven en la indigencia algunos. Otra ambición de sobrevivir en un mundo hostil. Mas, también aprendemos que la evolución de los nativos no se basó sólo en violencia y sangre, sino en una especie de asimilación de mestizaje de lo que es un claro ejemplo John Tanner. Después de todo, son indios de los Grandes Lagos, no tienen la misma forma de vida que los indios de las llanuras de un siglo después. Una comuna diferente.

Serie planeada en díptico, que ningún amante del género debería perderse.

Reseña: Americania. Historias de la Frontera, de Sergio Toppi

Si Toppi hubiera sido escritor, probablemente hubiera sido antologista. Se nota que le gusta y se le da bien, crear cómics con diversos relatos donde en realidad nos está brindando sorbitos con moraleja. Americania: Historias de la Frontera es este estupendo tomo en tapa dura que recién publica Ponent Mon y que podría ser una especie de contraparte a Tanka, que contenía una serie de historias cortas sobre el Japón medieval, otra buenísima antología del milanés que espero que Ponent Mon nos traiga en breve.

Ya lo dice el subtitulo, en Americania somos transportados al Oeste de USA, a la frontera, momento culmen de la fiebre del oro. Aquí los protagonistas llevan una existencia sucia, polvorienta, viven el día a día apenas sabiendo que le deparará el destino mañana. Todo el mundo piensa que puede mejorar su triste vida cotidiana recogiendo algunas pepitas que parecen dejadas ahí, en un charco, donde pisan y mean los caballos. Pero pocos conseguirán encontrar tan preciado tesoro, piedras que proporcionan placeres de la vida por un tiempo, o no, porque la lucha y la muerte van de la mano con estas señoritas de color dorado. Y también hay quienes se aprovechan de esta miseria humana para hacer buenos negocios, y quienes roban a pobres infelices, pero quién roba a un ladrón… Bueno, ya saben.

Esta fabulosa edición -indispensable para ti si tienes un mínimo de interés por una buena historia del Oeste en formato cómic-, abre con un estupendo Prólogo de José E. Martínez, donde habla de la genial colección que están creando con Maestros del Fumetto. Donde Sergio Toppi es un imprescindible, por supuesto, y de la importancia de recuperar sus obras para el público español e información jugosa de donde parte y donde se publica cada relato. De hecho, cada historia abre con eso mismo: año de publicación, titulo original y demás… Me encanta. Así «entras» sabiendo un poco sobre lo que cada cuento tiene detrás, en estas once historias que nos llevan a las rutas del Gran Norte, donde poblaciones amerindias y tramperos se codeaban para tener que llevarse, casi cada día, un trozo de carne a la boca.

Americania: Historias de la Frontera contiene relatos buenos y buenísimos. Así de claro. En comparación con otras colecciones de cuentos (y os habla alguien que tiene en casa más de quinientas antologías, y leídas, más del doble), en antologías ya sean de Toppi, Serpieri u otros autores, casi siempre hay un resultado desigual. Pero Americania tiene un alto porcentaje de calidad. Sinceramente, no desecharía ninguna de las once tramas por las que Tarantino estarái seguramente encantado de llevarlas al cine. Tiene chuladas como Naugatuck 1757, que habla de Farquharson, un escocés que huyó del yugo inglés, un gaitero que se va América a cumplir la profecía de su familia. O Mientras vivas, donde un indio nos cuenta los momentos finales de su padre, el cual cambiaba pieles por armas y alcohol, aunque él solo quiere poder cazar en paz en las grandes llanuras. O Una sola vez en la vida, donde un ladrón cuenta cómo la única buena acción que hizo en la vida, lo llevó a la horca.

Joyitas que se quedan en la mente por un tiempo como es Responde a mi pregunta, un relato de un hombre que se instala cerca de un río y encuentra mucho oro. Hasta que los indios del lugar, hasta entonces benévolos, le piden que se vaya y devuelva lo robado a sus tierras. O Una visita para John Colter, genial este relato muy fílmico, donde el mostrador de Colter es el único lugar en millas donde poder obtener suministros. El mismo lugar donde John Colter aprovecha para desplumar a sus clientes, hasta que un día aparece un indio que le ofrece una enorme pepita… O historias como Blues, que dan miedito.

O Katana, donde se cuenta el último viaje de Jedediah McCoy con prisa por cruzar la frontera. O La rabia por vivir, donde abandonado por su compañero, un buscador de oro decide recurrir a sus últimos recursos para sobrevivir al agotamiento, el hambre y a ese viejo lobo que lo vigila desde la espesura…

Todas y cada una de las historias tienen su aquel. El Oeste contado por Toppi es el de un período duro en la historia de Estados Unidos. El de Las Uvas de la Ira, de Steinbeck, donde hombres en busca de un futuro mejor se aventuran en tierra inhóspita. ¿Y qué mejor que la línea realista y el dominio del blanco y negro del gran Sergio Toppi para trasladarnos a ese ambiente? Americania: Historias de la Frontera es un tomo que hará salivar a más de un fan del cómic europeo, y por supuesto, a todo amante del western o historias de vaqueros, como las llamaba mi padre. Una puerta abierta a otra época, donde el sufrimiento era vivir entre montañas escarpadas, desiertos de vida sin arena, donde el viento agrieta rostros y enmudece los disparos de Colts y Winchesters que ayudan a vivir unos días demás.

Indispensable, amigos, indispensable.