Reseña: Marvel Limited Edition. Maestros Marvel del Suspense. Parte 1, de Stan Lee y Steve Ditko

Vamos a decir Suspense por no decir Terror. El buen Terror, la mejor intriga, el cómic que increpa, esas historias que mantienen la tensión desde el primer momento y que de bien que están hechas rápidamente te meten en situación…

Como a todo aquel que ahonda en un tema, llega un momento que, no es que sepa demasiado, es que ya casi lo ha visto todo. Y a mí me pasa con las Antologías; recopilaciones de terror, suspense, relatos policíacos… Y las diferentes formas que existen de llamarlas. Volumen con guiones variados que aúnan un todo que me incita a leerlos y la mayoría de las veces a devorarlos. Por que de lo bueno, siempre quiero más. Sencillamente, por eso a uno se le cae la baba y se debe dar patadas en el culo por conseguir este último Marvel Limited Edition publicado por Panini Cómics y SD en nuestro país. La primera parte del Maestros Marvel del Suspense: Lee y Ditko. Ahí es nada. Los creadores de Spiderman y Doctor Extraño en sus inicios, haciendo sus pinitos y dándole también a “lo prohibido”, sí. Creando relatos en formato cómic al estilo de las clásicas antologías The Crypt of Terror, The Haunt of Fear, The Vault of Horror o la archiconocida Tales from the Crypt (Historias de la Cripta), que a cine y televisión llegó. Creando una buenísima recopilación para la ocasión donde se le dice Suspense por no decir Terror.

Escalofriantes historias de suspense y misterio, parábolas de tensión psicológica desgarradora, que ahora aparecen recopiladas en un tomo de cómic imprescindible. Un buen volumen que no recoge una serie sino los diferentes números en colecciones diferentes donde dichos maestros publicaron sus más macabras ideas fuera del emergente pijameo. Y eso mola porque encontramos historias que vieron la luz en inencontrables revistas (hoy en dia) como Journey into Mystery, Journey into Unknown Worlds, Mystery Tales, Marvel Tales, Strange Worlds, World of Fantasy o la World of Suspense de la época, por poner unos ejemplos. El primero de dos fantásticos ómnibus que publicó Marvel, historias de cinco a diez páginas como mucho, donde Ditko y Lee crean monstruos (en sus más diversas formas), historias de terror, suspense, crímenes y Ciencia Ficción. Gran cantidad de material que vuelve a ver luz y que nadie debería, al menos, ojear.

Buenas historias que con poco, te atrapan. En el Oeste, dos ladrones de bancos escapan a un rancho remoto, justo cuando uno comienza a dudar de sus acciones criminales. Un científico crea una píldora que podría cambiar el mundo para siempre, pero un sueño le convence de no seguir su objetivo. Un malvado ser es revivido por un tipo gracias a la magia negra. Los marcianos amenazan con invadir y destruir toda vida terrestre y todas las naciones de la Tierra se unen para hacer un viaje y convencerlos. Un hombre consigue introducirse en un platillo volante y tras perder el sentido, cuando vuelve en sí en la Tierra, tiene recuerdos de haber pisado Júpiter. Un hombre roba un anillo místico de los monjes en el Tíbet, lo que le da fortuna pero arruina su salud. Un hombre usa una máquina del tiempo para resolver sus problemas de dinero. El Capitán Kane navega con su barco de pesca cuando su tripulación logra atrapar una langosta de casi tres metros y medio de largo y empiezana buscar de dónde procede tal bicho…

Más de cuarenta historias para disfrutar.

Joyitas que resucitan.

Tengo un profundo amor por los cómics que leí en la infancia. Y me encantó saber que antes de que Marvel entrara en el negocio de los superhéroes, ya publicaban antologías que trataban los tres grandes géneros y en especial, la Ciencia Ficción más clásica como Strange Tales y Journey into Mystery. Pero a finales de los años 50 del pasado siglo, la fiebre de los platillos volantes empezó a ser reemplazada por monstruos, de manera segura y dentro de los límites del Cómic Code. Un terror más cercano al que sólo había que cambiarle el nombre. Por eso, los niños de la época disfrutábamos (monstruos que rara vez lastimaban a nadie), incluso cuando devastaban ciudades. Lo mejor de estas época fue dibujado por Jack Kirby y en nuestro país se llegó a editar algo de eso en Diábolo Ediciones. Pero en aquellas revistas tras las buenas historias de Strange Tales, mis ojos de niño empezaron a reconocer unos gloriosos dibujos que aparecían casi siempre en una historia en los cinco o seis últimas páginas de la revista. Un artista que llegaría a reconocer por su estilo distintivo desde entonces y ya por siempre. El famoso estilo de Ditko que desafía las comparaciones e imitaciones y se muestra espectacularmente en esta enorme colección de cuentos cortos que Panini y SD llevan a librerías especializadas.

Historias completamente diferentes a lo que estáis acostumbrados si apenas habéis leído cómic de terror o suspense de esta época. O que disfrutaréis y con las que sonreiréis levemente si conocéis y/o ya habéis degustado gloriosas series de televisión como The Twilight Zone (La Dimensión Desconocida), Thriller (la llamaron en España, Tensión) o Más Allá del Limite (The Outer Limits). Historias que se dicen que son para adultos, pero que disfrutas como cochino en un charco desde muy joven. A menudo retorcidas, a menudo, surrealistas; la brillantez de Ditko junto al ingenio de Stan Lee en sus primeros años. Tomo único e inclasificable.

Reseña: Estrellas Oscuras (Volumen Uno), de Lonnie Nadler, Jenna Cha, Brad Simpson y Hassan Otsmane-Elhaou

A los que vivimos esa lucha incansable de encontrar buenas historias de Terror ya sea en formato fílmico, literario o cómic, la publicación de obras como Estrellas Oscuras no es otra cosa que una buenísima noticia. Trae a nuestros lares, esta chulada de cómic la cada vez más interesante Editorial Hidra a la que le tengo puesto el ojo, mes sí y mes también. Por lo original, por lo diferente, por el buen ojo que tiene para traer al público español sendos títulos que parecen no tener cabida en otras editoriales… Pese a las buenas críticas que tienen. Ejemplo de lo que digo es Estrellas Oscuras (Black Stars Above), una miniserie que abre con un primer volumen en tapa dura, una trama de Terror inquietante como pocas de las leidas los últimos años. Claramente, una serie llena de ilustraciones cuidadosas donde se hace el esfuerzo por hacer un buen homenaje a los grandes autores del género de Terror.

Nacida de las mentes creativas de Lonnie Nadler, Jenna Cha, Brad Simpson y Hassan Otsmane-Elhaou; el viaje de Eulalie tiene lugar en el más bello entorno de la naturaleza canadiense más de cien años atrás. Pero no solo eso, sin que exista precedente en la historia, este cómic parece contar algo verídico incluso cuando el horror es el foco principal. La trama da la sensación de ser una pieza histórica gracias a la investigación y el esfuerzo creativo de sus autores. Estrellas Oscuras se centra en el verde/blanco canadiense de aquellos lejanos años de comercio de pieles en América del Norte. Un cambio económico importante en el país que afecta a Eulalie y su familia, aunque nunca se dice explícitamente. Con su casa bastante lejos del pueblo más cercano, y solo la familia como compañía, es lógico que Eulalie anhele algo más. No es una mala vida, y hay muchas alegrías, pero la mundanalidad y la insatisfacción no se marchan de su corazón. Tened en cuenta que con esto no es con lo que abre la historia, lo hace con algo mucho más siniestro:

Observé y descendí, como un copo de nieve o un dios o ambas cosas, sobre una llanura pálida. No era un vacío, sino más bien un espacio blanco donde se veía la vida y la oscuridad que nos distingue…

Yo añadiría una cita de pelicula que se podría adaptar muy bien:

En la profunda Canadá, nadie oirá tus gritos.

Ok, quizás es una frase que abarca demasiado. Un país enorme. Pero con ello quizás os podéis hacer una idea de lo que se puede encontrar uno en Estrellas Oscuras. Eulalie Dubois, la hija de un trampero de pieles franco-canadiense y una mujer nativa, lucha por su futuro. Es el año 1887, y mientras su padre lo niega obstinadamente, el negocio de trampero se muere. El negocio de las pieles está siendo absorbido por la HBC. Un día, mientras se detiene en la ciudad para vender mercancías, se encuentra con un tipo extraño y misterioso que le ofrece una misión en peculiar: entregar un paquete en la ciudad norteña sin nombre, esa misma que se ubica entre los frondosos bosques del Cinturón Verde. Lo único: jamás debe mirar qué hay dentro del paquete.

A medida que la situación en casa se vuelve más grave, incluido un matrimonio arreglado no deseado, Eulalie decide hacerse cargo del recado y no pasa mucho tiempo antes de que se encuentre recorriendo un viejo sendero, un camino de irracionalidad, sucesos extraños en un bosque, llegar a una ciudad a la que nadie debería aventurarse solo…

Lo decía al principio. Estrellas Negras es, en pocas palabras, un tesorito encontrado en el desierto de publicaciones de género de Terror en nuestro país. Un cómic para amantes de este género literario donde la sensación que queda es, que te vuelves a encontrar con los grandes maestros consagrados. Una historia que evoca a Jack London, H.P. Lovecraft, Arthur Machen, Algernon Blackwood…, y los relatos de maestros literatos del horror a fuego lento que acometen fácilmente el alma lectora. Y nieve que cae, árboles dispersos y linces que atraviesan la vasta extensión. Y un hombre que alcanza a ver los ojos de un lince que en realidad no tiene ojos, solo oscuridad, muy a lo Junji Ito. Y Eulalie que se encuentra a sí misma en una edad sobre la que Stephen King casi ha escrito tesis. Teorías sobre el cambio en ellas y lo sobrenatural cuando alcanzan la pubertad.

Cómic magnífico, cuya historia os atrapará fácilmente.

Deseando saber más.

Reseña: Biblioteca de Cómics de Terror de los Años 50. Fantasmas, de Steve Banes y VVAA

Es Enero y aún no se han ido los fantasmas. Siguen viniendo más y a cual peor… O mejor, según se mire. La prueba es esta maravillosa aportación que hace nuevamente Diábolo Ediciones al mundo del cómic de nuestro país, trayéndonos un volumen más de la Biblioteca de Cómics de Terror de los Años 50. Esta vez, un especial a esos espectros intangibles que no tuvieron paz en vida y con suficiente poder o ira como para hacernos daño durante la nuestra. Fantasmas, es el sexto volumen de la Biblioteca de Cómics de Terror de los años 50, un exitazo de publicación para el mejor amante al cómic que se precie. Tras Haunted Love (Historias de amores malditos que abría la colección), el genialmente recuperado Frankenstein, de Dick Biefer, un volumen especial Zombis (que guardo como oro en paño), Momias y Criaturas del Pantano; ahora le toca el turno a apariciones, espectros, a todas esas criaturas que desaparecieron de este mundo y están tan llenos de espanto que no se quieren ir. No, sin hacernos la vida imposible a los vivos. No son fantasmas con buenas intenciones, no.

Las historias que encontraréis aquí, dan mucho miedito. Hay un gemido espeluznante al fondo de la habitación y no es el viento de medianoche tras la cortina. No. Vives en un pisito alquilado a muy buen precio pero con el detallito de que tu balcón da al cementerio del lugar. Ese gemido espeluznante viene de una de las verjas del cementerio. Algo viene. Si te fijas, la puerta de una cripta se abre lentamente a su vez y una forma extraña emerge de la oscuridad. Vuela a través de la noche fría y neblinosa, con ojos encendidos de odio y lo peor es que no puedes moverte. Estás paralizado. Viene… y está cada vez más cerca… Más cerca… Más cerca. Terror puro del estilo encontraréis en Fantasmas, este terrorífico volumen que cuenta con nada más y nada menos que dieciocho historias a cual más inquietante. Una maravilla de antología con el detalle de contener al final una historia (La venganza de Ouanga), que no aparecía en el volumen original del antologista Steve Banes, culpable de estos maravillosos volúmenes en USA, que lleva adelante la idea de rescatar los mejores cómics de horror Pre-Code. Todo lo genialmente publicado antes del famoso código de censura al que fueron sometidas estas maravillas del noveno arte. Y con maestros consagrados a día de hoy entre sus páginas, autores que en los años 50 del pasado siglo ya empezaban a mostrar su calidad en el formato viñeta: Alex Toth, John Blummer, Sid Check, Lin Streeter, Ross Andru, Lou Cameron, King Ward y muchos más.

Para los curiosos e indecisos, rápido repaso a la antología sin ánimo de spoilers: Yo, fantasma (La figura desamparada deambula entonces, a través de las extrañas brumas, un alma perdida), Venganza (¡Me encantan los funerales! La gente ama las bodas así como yo amo los funerales), Los espectros rondan la torre maldita (¡El fantasma de Ana Bolena!), El fantasma perseguido (¡Doce mil dólares! ¡Yujuuuuuh!), Jurado de muertos vivientes (En un minuto estarás muerto. Tenemos planes para TU fantasma), La mujer sonriente (Apuesto a que no pasarías una sola noche en esta casa abandonada), Baffling Mysteries (Mi venganza se ha completado), Sesión de Terror (Nunca debemos mencionar esto a nadie … ¡Nunca! ¡No nos creerían!), Espíritu de humo (Bueno, ella dijo algo sobre vengar su muerte y entonces…), Si un cuerpo mata a un cuerpo… (Un curioso encuentro fantasmagórico), El deseo mortal (¡No consigo resolverlo!), El fantasma del Teatro Abbey (Una historia sobre un hombre murciélago), El fantasma de la sombra blanca (¡Esa horrible sombra!), Nunca llames a un fantasma (¿Cómo? ¿Qué intentó atraparte el qué?), Una noche en el Collado Negro (Voces en la noche como el correr de hojas muertas…), Los fantasmas de los olvidados (¡Madre de Dios, qué es eso!) y La maldición del fantasma ( ¡Corre por tu vida!).

Una mirada retrospectiva a los que considero primeros cómics de Terror de calidad de la historia. Sombras de seres humanos fallecidos, fantasmas del Mal. Más de 240 páginas de apariciones espantosas, sesiones de espiritismo escalofriantes, espectros y más espectros escalofriantes y malignos. Con mucho más que venganza por sus cuerpos asesinados. El volumen cuenta además con una introducción de John Rozum (guionista de series como El laboratorio de Dexter, Expediente X o Scooby-Doo) y una galería de cubiertas de la época.

Dicen que debes asegurarte bien de cubrirte la cabeza cuando estas sombras difusas de antiguos seres vivos aparecen cerca de ti.

Yo recomiendo correr.

Reseña: La Tumba de Drácula. ¡La Noche del Vampiro!, Gerry Conway, Marv Wolfman, Gardner F. Fox y Gene Colan

Se reivindica mucho y es normal. Estamos hablando del que puede ser el mejor cómic elaborado de Terror y encima cómic que realza y supera la figura tan trillada de Drácula en el mundo del cine. Alguien tuvo que tener en mente la idea de, si se hacía, había que hacerlo bien. Quizás el propio maestro-dios del dibujo Gene Colan, quizás el cúmulo de guionistas de calidad como Gerry Conway o Marv Wolfman (¡apellido inspirador!). A nuestro país han llegado diferentes versiones de esta serie que os reseño hoy. Pero ahora va Panini Cómics y se apunta un mega-tanto sacando la Biblioteca Drácula, es decir, la gloriosa serie de La Tumba de Drácula, en diez chulos volúmenes llevaderos (en este formato no existe excusa para no leerlo) y para colmo de males-preciosérrimos: por fin, a todo color. En mi caso, dos primeros tomos que han visto la luz (¡¿la luz?!), dos primeros tomos que ya he devorado y con los que me inicio en la colección. Quincenales, por quince pelotes, incluyendo ocho números de Tomb of Drácula cada uno. ¿Se puede dar más por menos? Dicen que es una de las más soberbias interpretaciones del mito creado por Bram Stoker. No se equivoquen: NO EXISTE UNA MEJOR.

En 1971, la Comics Code Authority (un organismo reunido para censurar cómics, una serie de ilusos que se aburrían bastante) ajustó sus regulaciones para dar más penalidad a lo que consideraban una sopa en súper ventas de tebeos de contenido sexual, y todo lo relacionado con el género de Terror (vampiros, hombres lobo y otros monstruos). La respuesta en la gloriosa Casa de las Ideas fue una ola de «héroes monstruosos» como Morbius, Werewolf By Night y El Motorista Fantasma. No obstante, todo el mundo sabía que cierto ser con categoría, que con su sola presencia eclipsaba a todo, un aristócrata de caché como era el propio Conde Drácula, de Bram Stoker…, debía salir a la luz (¡¿otra vez la luz?!). Un ser, un personaje que necesitaba pasar al noveno arte con criterio, de forma independiente a la novela y hacerlo con una buena historia, atractiva y original. La joya, la tenéis delante.

En La Tumba de Drácula, abrimos con un hombre llamado Frank Drake, junto con su amigo y su amada, abriéndose paso por los vastos campos de la Europa del Este. Drake ha venido a las tierras salvajes de Transilvania en busca de la herencia de su familia, un castillo que ha pasado de generación en generación, desde antes de que la familia Drake cambiara su nombre. Habiendo arruinado la fortuna de su familia, Frank y su amigo Clifton han venido con la esperanza final de vender el castillo y obtener algo de liquidez. Pero incluso Clifton no se creyó del todo el resto de la historia, la parte en la que Frank explicó su apellido original, pues, ¿cómo diablos iba a proceder del famoso Drácula?

Me gusta ver que realmente la historia de Bram Stoker no existe en el Universo Marvel, my friends. Frank Drake es la prueba viviente de ello. Y también atrae como empiezan a torcerse las cosas desde el principio: el tema es bastante incómodo entre Frank y Clifton, ya que la pareja actual de Frank, Jeanie, es en realidad la ex de Clifton. Una vez que llegan al castillo de Drácula, Frank encuentra objetos familiares realmente inquietantes. Además, es como si hubiera estado soñando con esos pasillos de piedra entre corrientes de aire frío, toda su vida. Mientras investiga, Cliff, el amigo idiota de Frank, cae por un suelo podrido a una catacumba oculta donde descubre la tumba de Drácula y… ¿qué es lo peor que podría pasar? Las nefastas intenciones de Cliff de estafar a Drake y casarse con Jeanie por su dinero palidecen en comparación con la sed de sangre que acaban de despertar en esa mazmorra.

Un inicio pletórico para una maravilla de serie, que en una primera lectura, aporta esas maravillosas sensaciones que una vez percibimos en nuestras primeras vivencias con el género de Terror. No es alabar por alabar. Desde el primer momento te das cuenta que La Tumba de Drácula es y fue un cómic inusual. En primera instancia, el personaje principal es en realidad el villano de la obra. Eso no era, ni es normal aún a día de hoy. También por que el arte de Gene Colan es tan excelente (nadie dibujaba de forma tan real las neblinas y el viento como este hombre), un arte que te introduce en la trama cuando incluso los diálogos de Gerry Conway son algo más masticables.

La Tumba de Drácula fue uno de los éxitos más inesperados de Marvel, y aunque Marv Wolfman no empezó en el elenco de autores, en el momento que coge los mandos de la serie se nota. Construye toda una serie de aventuras casi por ejemplar, que se disfrutan de lo lindo. Y más, en estos días grises y lluviosos. Por supuesto, también introdujo en el noveno arte al personaje Eric Darren Brooks, el famoso y verdadero Blade el Cazavampiros (en el #10 de esta colección), un personaje secundario con mucha fuerza. Un tipo con interesante historia detrás que en breve os contaré.

La Tumba de Drácula es un cómic súper IN-DIS-PEN-SA-BLE.

Reseña: Nuestros Encuentros con el Mal, de Warwick Johnson-Cadwell y Mike Mignola

Sabéis que gozo muy mucho esta época del año con el Terror. En general, siempre: terror escrito, terror leído, terror visualizado, me va a encantar. Stephen King, H.P. Lovecraft, M.R. James, Mike Mignola, John Carpenter, Jordan Peele, lo que está haciendo Mike Flanagan… El buen Terror en cada una de sus facetas me llama en esta época del año, cosa mala. La noche de Halloween llama a la puerta. Es una manía o un recordatorio que se convierte en ritual todos los años. Y el cuerpito lo sabe. Por que los ojos, los gustos, se encaminan a querer leer cositas chulas del que es para mí, el mejor género de todos. Y Norma Editorial debe saber algo de estas sensaciones pues todos los años publica títulos muy chulos para el fan del miedo. Hoy os hablo de uno de los pocos títulos que mi corazón taquicárdico espera con ansia cada nueva publicación. Las aventuras del Profesor J.T. Meinhardt y su ayudante el Sr. Knox son dos tipejos con una obsesión: matar vampiros y aberraciones nocturnas en los siempre tenebrosos países del Este. Una obra surgida de la mente de Warwick Johnson-Cadwell y que el maestro Mike Mignola (Zombie´s World. Hellboy, Cazador de Brujas, Baltimore, Frankenstein Underground, Bogavante Johnson, A.I.D.P.), acoge para su mundo con los brazos abiertos.

Nuestros Encuentros con el Mal, son historias de Terror. Terror del bueno, como se dice en esta casa. Terror llevado en ocasiones al lado cómico del estilo (y en el número anterior lo menciona Mignola) películas clásicas y maravillosas de finales de los años 60s como El Baile de los Vampiros, de Roman Polanski. Una trama que se toma en serio el Terror pero que no se toma en serio a sí misma. Además, Nuestros Encuentros con el Mal se convierte en un maravilloso añadido al Mignolaverso que sigue en constante expansión. Un mundo (diría que el nuestro años atrás) donde en varios rincones del planeta los monstruos brindan por el Mal.

El profesor J. T. Meinhardt y su asistente, el Sr. Knox, son dos especímenes que en Nuestros Encuentros con el Mal continúan con su eterno trabajo de clavar estacas, incendiar ataúdes y echar abajo mansiones que esconden grandes señores endemoniados. En esta ocasión, varias historias, casi unidas una con la otra, nos llevan a los Cárpatos, fuente de inspiración para el Terror, zona embrujada y repleta de leyendas. Como introducción encontramos La Muerte de Lady Ruthven, que presenta una escena de persecución de carromatos que recuerda al clímax y escena similar que sucede en el Drácula, de Bram Stoker. Donde conocemos a la Srta. Mary Van Sloan, de la que aún no sabíamos nada, otra mata-vampiros. Kurtz, el Duque Perdido, también toca el tema vampírico aunque de una manera bastante inusual; en esta historia, el Profesor y el Sr. Knox hacen poco por derrotar al tirano vampiro Kurtz. Otros vampiros de la aldea de Lodzarak ya se la tienen jurada.

Muy molona esta historia.

Las dos primeros cuentos de esta pequeña colección presentan un potencial tremendo que te lleva de todas-todas a esa zona quejumbrosa de la vieja Europa. Está chulo ver que al igual que el resto del Mignolaverso, en estos “cortos” abundan las referencias a obras literarias, joyitas del género, que solo los buenos lectores conocen. Por ejemplo, el nombre de Lady Ruthven se toma del cuento de El Vampiro, de John Polidori, que es conocida como la primera historia de vampiros escrita en inglés. En cuanto al Duque Kurtz, su crueldad es similar a la del tipo que comparte su apellido en El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad.

El arte de Johnson-Cadwell está impregnado de tonos oscuros y líneas ásperas. De unos colores poderosamente bellos, verde-oscuros que nos trasladan a bosques frondosos como si de una puerta dimensional se tratara. Su escritura, por otro lado, es nítida. El humor llega en la historia de Blackwater, donde una coalición de mini-vampiros han quedado a medio convertir por el monstruo más malvado de la zona… A medio convertir, sí, jajaj. Para después toparnos con que Earl Cannon Taganrog y Devilt Pietros y cómo no han podido superar su amarga rivalidad ni siquiera en la eternidad. Siegfried, para mí también fue cómico leerlo. O al menos, recuerdo tener una sonrisa en la cara mientras lo leía en mi sofá bajo una luz tenue y oyendo de fondo el silencio de la noche. Cambia la tradición gótica al convertir a los cazadores de vampiros en la presa de un hombre lobo inteligente. Un cazador de cazadores de vampiros, jeje.

Nuestros Encuentros con el Mal es diversión. Otro cómic súper indispensable, joyita a disfrutar para este Halloween raruno que se avecina. Para el amante del Terror, de los vampiros, de las buenas historias, no comprar Nuestros Encuentros con el Mal o su anterior El Sr. Higgins Vuelve a Casa, es perder dinero. Más claro, agua bendita.

Reseña: En las Montañas de la Locura, de H.P. Lovecraft y François Baranger

Puede ser perfectamente de las ediciones más esperadas en nuestro país, el trabajo que François Baranger está haciendo con la grandiosa y monstruosa obra de Lovecraft. Baranger es ya ilustrador reconocido en el mundo por su talento, en especial, en el mundo del cine y los videojuegos (Harry Potter, Furia de Titanes, La Bella y la Bestia). Y ahora anda tras los lápices de esta obra ciclópea, dando visual a lo incomprendido, a los parajes y aberraciones que el maestro de Providence nos describió en sus obras de Terror. Tras La Llamada de Cthulhu en Minotauro Ilustrados ya está disponible el uno de dos, de la que es para mí, la mejor historia escrita por H.P. Lovecraft. Por supuesto, hablo de En las Montañas de la Locura, una trama evocadora, inspiradora como pocas, historia que me consta que ha contribuido como base para que otras mentes brillantes del glorioso mundo del género de Terror, hayan creado guiones no menos flipantes. Una obra que abre con una introducción del gran Maxime Chattam, criminólogo y novelista francés especializado en ficción criminal, uno de los autores del momento.

Arkham, 1933. El profesor Dyer, un destacado geólogo, oye que una expedición científica pronto partirá hacia la Antártida con la ambición de seguir los pasos, esos mismos que él dio dos años antes. Con la esperanza de disuadirlos, Dyer decide dar un recuento completo a los trágicos acontecimientos por los que tuvo que pasar y a los que sobrevivió, esta vez sin olvidar los pasajes que su mente decidió rechazar al volver para no ser tomado por loco. Dos años antes, los barcos fletados por la Universidad Miskatonic habían aterrizado en el continente helado al comienzo del verano en el Polo Sur. El contingente de cuatro profesores y dieciséis estudiantes se pusieron a trabajar de inmediato. Los primeros resultados no tardaron en llegar, y el biólogo de la expedición, el profesor Lake, se marchó con varios miembros del equipo para seguir una prometedora ruta fósil. Pocos días después, alertaba por radio que había descubierto asombrosos especímenes de una especie desconocida, extraordinariamente antigua, antes de detener toda comunicación por un horrible tormenta que les acometía. Pensando en lo peor, Dyer partió hacia sus rescate al día siguiente. Setopó con sus miedos más ancestrales…

Paisajes desolados en desiertos helados, criaturas indescriptibles de millones de años descubiertas en un estado anormal de conservación, extrañas estructuras geométricas en la cima de esas montañas oscuras que se abaten contra el cielo, mucho más altas que el Everest… Como os decía e insisto, una obra que ha inspirado a generaciones de escritores y directores, desde John Carpenter, cuando dirigió La Cosa (The Thing, aunque se basa en otro relato de Terror, concretamente, Who Goes There?, John W. Campbell), aunque, sobre todo, En las Montañas de la Locura siempre suena últimamente por el deseo eterno de ser llevada a la gran pantalla por Guillermo del Toro.

Siempre me ha fascinado el universo creado por H.P. Lovecraft, aunque debo reconocer que siempre tengo que hacer un gran esfuerzo para meterme, de verdad, en sus historias. Pero es un problema particular, yo que normalmente odio los grandes relatos ausentes de diálogo y extensos en descripciones. Pero al César, lo que es del César. Sé lo que es, quién fue, leo todo lo que puedo sobre Lovecraft, por que siempre hay que leer a los grandes. Y François Baranger, no debe estar muy lejos de mi pensamiento cuando decidió ilustrar todo ese universo de descripciones horrendas que Lovecraft propuso. ¿Para hacerlo más fácil? Más bien, para poner ante los ojos de muchos todas aquellas demencias y bellos/malvados paisajes dignos de esa locura invernal.

Magníficas ediciones que me consta, se agotan en nada. Avisados estáis. Estáis calentando el sitio si, de verdad, amáis todo lo que el maestro de Providence propuso.

Reseña: Frankenstein, de Bernie Wrightson y Mary Shelley

Desde nuestro lado, al menos, en este retorno a la normalidad no venimos exigiendo a las editoriales nada, sin embargo, parece que ellas mismas se autoinfligen exigencias para hacerse notar con su regreso. Virtud que repercute buenamente en nosotros como lectores. Y es que, no sólo es terriblemente maravilloso que vuelva estar disponible en librerías esta maravillosa novela gráfica llamada Frankenstein, además, es que vuelve a un precio genial. Ese mismo que resquebraja el tan odiado y dañino mercado de segunda mano especulador. Por supuesto, todo el mundo que conozco la está pillando. Ayer mismo vi que ese director friki tan guay como es Álex de la Iglesia, comentaba en Twitter lo encantado que estaba de haber obtenido por fin este titulazo. En serio, sin que sepas más, comprala y luego vienes y vuelves a leer la reseña, si quieres. O no. Lo que te apetezca. Pero no pierdas el tiempo, por que están desapareciendo a ritmo de bocadillos de jamón en la puerta de un colegio…

Hablamos de la clásica novela de Frankenstein, de Mary Shelly, pero ilustrada por el maestro del diseño macabro, el gran Bernie Wrightson (1948-2017). Para el que no lo conozca (no tenéis perdón de Dios), un historietista estadounidense creador de La Cosa del Pantano, así como otras decenas de títulos dentro del cómic de Terror que partió de revistas de género como House of Mystery, House of Secrets, o aquellas pioneras que dieron lugar a mi tan amada Creeepy. No obstante, también tocó otras cositas en las grandes casas del cómic de superhéroes, donde en mi opinión dejó huella en Batman con su The Cult. Pero, pero, pero…, en un podio aparte, Writghtson quedará eternamente reconocido por trasladar a nuestros ojos un Frankenstein de culto. Y, por supuesto, por ser amigo y colaborador del maestro Stephen King, quien precisamente escribe el Prólogo para esta edición en tapa dura publicada inicialmente en USA por Dark Horse.

La historia es un clásico, quizás la conocéis de pe-a-pa, o quizás solo por encima; depende de vuestro nivel lector y gustos por la literatura gótica de Terror. No voy a entrar en eso. Además, hay pelis y cientos y cientos de reseñas al respecto, con algunas teorías conspiranoicas que esas sí que dan miedo. Pero la diferencia entre esta y otras ediciones es realmente las ilustraciones de Bernie Wrightson. El valor que alcanza la historia con las cuarenta y cinco ilustraciones a página completa y en blanco y negro que son simplemente impresionantes y hermosos cuadros. Lienzos, que muchos de vosotros vais a imaginar en lo maravilloso que sería tenerlas a gran tamaño en esas tristes paredes que os reguardan del frío…, bueno, ahora mismo, del calor infernal que se aproxima. Unas ilustraciones que se cruzan y entrelazan con la trama de forma increíble y que sumergen al lector en dicha trama, la misma que ya pone nervioso e inquieta con tantos momentos terroríficos.

Detalles, detalles, detalles.

Pocas obras de artistas de cómics se han ganado la aclamación y reverencia universal, como es la versión ilustrada del Frankenstein, de Mary Wollstonecraft Shelley, por Bernie Wrightson. Un lanzamiento original de 1983 donde se empareja de forma maravillosa arte y literatura de calidad.

Si no has leído este clásico y estás considerando obtener uno, esta ES LA EDICIÓN. Esta. Cuando habléis con alguien que medio sepa de literatura fantástica, y tratéis el tema de El Moderno Prometeo casi siempre os van a hacer referencia a ESTA EDICIÓN. A tal y cual de una editorial que mola pero es que…, al final, se terminará hablando de ESTA EDICIÓN. Por que es la mejor, la que todo el mundo debiera tener, así de simple. Y por que tenerla en tus manos, es sinónimo de gozar con una trama tremenda y macabramente encantadora y bellamente ilustrada.

Cuando arte y trama son joyas, una historia maravillosa se transforma en diamante tallado en oro. Decir súper recomendable es quizás quedarse corto.

Obra de arte.

Reseña: La Ventana de la Biblioteca, de Margaret Oliphant

En el maravilloso y siempre alucinante mundo del género de Terror, la máxima: Lo breve si es bueno, dos veces bueno…, alcanza su máximo esplendor en cotas inimaginables. Un género donde a poco que ahondéis en las fuentes, en sus autores más clásicos (en especial, siglo XIX, principios del XX) vais a encontrar auténticas maravillas escritas. Originalidad en muchos de los relatos que hoy en día hemos visto convertidos en films, cortos, o historias clásicas de las que se han tomado una “fuerte inspiración”. Y es que cuando llevas años y años leyendo sin parar, y puedes profundizar cada vez más en el género que te gusta, llegas hasta sus cimientos y te maravillas. Entre esas raíces quebradas de libros de segunda mano, legajos polvorientos y tomos olvidados con primeras páginas contenedoras de dedicatorias a bolígrafo; paleontólogos que somos ya algunos, sabemos que existen autores-reliquia como Margaret Oliphant (1828-1897), cuyos escritos nunca dejaron indiferente al buen amante del Terror. Pues, se hace difícil no comenzar una reseña sobre una obra de la señora Oliphant sin referirse a su famosa prolificidad, ya que produjo más de ciento veinte obras ficción y no ficción en vida. Oliphant fue una de esas primeras escritoras británicas que lograron ganarse la vida con sus escritos, aunque en su caso, después de la muerte de su esposo en 1859, fue más una cuestión de supervivencia para ella y sus hijos…

En su haber existe el relato largo La Ventana de la Biblioteca (The Library Window), una de sus últimas obras publicadas. Apareció en la Blackwood’s Edinburgh Magazine de enero de 1896, y fue una de las historias más populares y frecuentemente reimpresas. La narradora es una mujer joven: su edad nunca se menciona, pero el contraste entre ella y las personas mayoras se observa con frecuencia en el texto. Pero no es tan joven, es lo suficientemente mayor como para mostrar cierto interés en los hombres o, al menos, eso da a entender. Esta chica -quien vive con su tía mayor en la ciudad escocesa (ficticia) de St. Rules-, pasa la mayor parte de su tiempo aislada en un salón con vistas a la calle principal. Entre libros y canasta de trabajo… Un día repara en que, al otro lado de la calle, casi enfrente, hay una ventana conectada a la antigua biblioteca de la universidad. Las amigas de su tía y ésta, toman el té y comienzan a discutir si la ventana de enfrente es real o simplemente fue pintada (quizás sólo haya sido tapiada para evitar el impuesto de Pitt…); este hecho extraño captura la imaginación de Missy (la protagonista) que comienza a pasar cada vez más tiempo mirando esa ventana, en la que gradualmente observa todo tipo de escenas que parecen traídas de otro mundo.

Descubrí hace no mucho una editorial que me llamó la atención. Se lo estaban montando muy bien. Pulpture Ediciones es una pequeña editorial independiente dedicada a la literatura de ficción establecida en Madrid, que publica autores contemporáneos, pero también traducciones de clásicos, de esos que siempre digo que deben estar disponibles en cualquier librería que se precie. Los que llamo con frecuencia Las Fuentes. Con un cuidado diseño, y unos formatos muy ligeros pero de calidad, cuentan con títulos la mar de interesantes para devorar de una sentada. Basados sobre todo en la narrativa breve de la que alegan es su piedra angular, y ofreciendo precios asequibles en relación calidad/precio. Entre el catálogo de su colección Amaya andan joyitas como El Espectro del Abad (o la Tentación de Maurice Treherne), de la genial Louisa May Alcott; Carne para la Eternidad, dos relatos sobre momias, uno del genial Robert W. Chambers escritor del indispensable El Rey de Amarillo; y ahora esta chulada que os reseño hoy.

La Ventana de la Biblioteca no es solo una de las mejores historias sobrenaturales de Margaret Oliphant, es también una de las historias sobrenaturales más interesantes de ese período de la literatura victoriana donde se pueden encontrar grandes obras que nunca se olvidan. Esta nueva edición es ligera pero proporciona un contexto interesante para ayudarnos a tenerla a mano en una extensa biblioteca, como sé que muchos que habéis leido hasta aquí, ya tenéis.

Reseña: Juicio a Satán, de Ray Russell

La sombra de la famosa novela de William Peter Blatty es muy grande. Pero, ¿y si hubiera algo anterior, una novela casi con el mismo tema y con un potencial similar a la exitosa El Exorcista? Como mola descubrir joyitas del género de Terror en nuestros días. Días aciagos por encontrar algo bueno, o mucho peor, algo original que uno no haya devorado ya. «Exorcismo», ese ritual religioso obsoleto de posesión extraña que aún se realiza pero que nos llegó muy al fondo a todos gracias al film de 1973. La posesión demoníaca y los terrores de la religión siempre han estado en la conciencia colectiva mucho antes que Blatty, Friedkin o Linda Blair. Libros, historias, anécdotas o relatos verídicos; a poco que busques, encuentras. Fue entonces que gracias a que Penguin Random House decidió reimprimirla en 2015 y en nuestro país Alba Editorial dentro de su sello Rara Avis acaba de «devolverla a la luz”, por fin se encuentra disponible esta joyita de historia de posesión demoníaca escrita por Ray Russell llamada Juicio a Satán (The Case Against Satan). Novela que aborda el tema utilizando el fenómeno como una alegoría de nuestra capacidad limitada para comprender nuestros orígenes.

En lo principal, Juicio a Satán no podría ser más diferente a El Exorcista y es por eso que las dos novelas pueden coexistir cincuenta y tantos años después. Se nos cuenta la historia del Padre Gregory Sargent, un hombre religioso y erudito con visión de futuro y con ideas contradictorias sobre la naturaleza humana. Pensador reconocido, que publica sus pensamientos con gran éxito fuera de la comunidad católica, hecho que no puede conciliar con su vocación. Así es hasta que la joven Susan Garth aparece en su despacho. Una vez fue una niña dulce y tranquila pero cuando de pronto Susan comienza a actuar de manera extraña, negándose a asistir a la iglesia y rebelándose contra todos los que la rodean, empiezan a preguntarse, qué demonios (nunca mejor dicho) le pasa a la joven, si es solo una niña rebelde que atraviesa un momento difícil o hay algo más oscuro al fondo. El padre Sargent es el elegido para ayudarla a salir de la oscuridad, por que él, más que nadie en el mundo, entenderá y tomará el curso de acción apropiado. ¿O no?

Si entras en el tema, vas a leer una novela aterradora. Lo pasarás mal, si entras con la mente abierta, como se debe entrar en una novela de cuyo género andas enamorado, donde descubrir una historia realmente estimulante sobre la lucha de un sacerdote contra su fe. Ambientada en 1962, llegó a los lectores antes que la novela de Blatty pero también antes que La Semilla del Diablo, de Ira Levin; de las que definitivamente puedes ver como se inspiraron en algunos detalles contados aquí. Probablemente, se adelantó a su tiempo en términos de mirar la posesión demoníaca a través de una lente de, ¿es realmente una posesión o podría explicarse a base de ciencia o psicología?.

Juicio a Satán contempla muchos puntos interesantes. También descubrí con ella que realmente disfruto leyendo libros que exploran los entresijos de la iglesia católica y que tienen sacerdotes como personajes principales. Es una especie de observación divertida. Además, me pregunto si Stephen King la leyó hace ya bastantes años, ya que aparecen nombres de personajes de novelas tempranas suyas, tales como Barlow o Halloran… (Conspiranoico que es uno).

Hay dos mundos que chocan en Juicio a Satán. Religión y llamémosla Iluminación. Ahora que lo pienso, no quiero llamarla Ciencia porque no lo es. El padre Sargent tiene ideas muy progresivas que dan forma a su comprensión del mundo. Así es como Juicio a Satán difiere de El Exorcista. Presenta la posesión demoníaca y el ritual del exorcismo de una manera completamente diferente: el padre Gregory Sargent, que piensa en Dios y Satanás en términos simbólicos, no está convencido de que Susan Garth esté realmente poseída. El exorcismo es una prueba de fe para él y teme las consecuencias del proceso para su frágil cuerpo en lugar de preocuparse por derrotar al Mal. Como decía, es una novela sobre el choque entre religión e iluminación en los años 60, época donde se empezó a gestar un fuerte liberalismo, «Carpe diem», y brotaron en USA, sobre todo, cultos a casi todo lo que se moviera y donde se alzó con el trono la adoración al Diablo. Ray Russell lo retrata aquí de forma intensa y maravillosa.

Gran novela, que se lee casi de una sentada.

Reseña: Vampirella. Volumen 3, de Pepe González

Llegó por fin la tercera y última entrega del famoso recopilatorio de las historias ideadas por el autor español Pepe González para la inmortal Vampirella. Una edición conmemorativa de los mejores números publicados del personaje, después de dos tomos indispensables para los amantes del verdadero cómic pulp. Un integral que contiene veintitrés números que resumen quince tramas y que vieron la luz en aquella oscuridad de los benditos años comiqueros habidos entre 1978 y 1983. Historias que hasta el momento eran casi imposibles de encontrar.

El calor, la sangre en ebullición y terror insondable. Hablamos de la joya de la corona de la Vampirella Magazine. Una obra, un personaje, que llevaba encerrada más de treinta y cinco años en una bóveda lúgubre y aromatizada, y que gracias a estos integrales de Planeta Cómic vuelve a estar disponibles en librerías. Una dulce y atractiva a los ojos morenaza llamada Vampirella que resurge de donde nunca debió irse. Publicadas y desenterradas al otro lado del charco por Dynamite Entertainment, ahora la tenemos aquí y se cierra así la recuperación de esta maravillosa trilogía de buen cómic de Terror.

En este nuevo tomo se recogen  historias escalofriantes de la femme fatale por excelencia del cómic de horror. Aderezada con dioses míticos, seres espectrales, pueblos abandonados, tierras baldías y demonios malévolos, donde Vampirella brilla a base de gracia y sensualidad. Por supuesto, gracias a los lápices de todo un grande con fue Pepe González. Un tomo que en su primer ejemplar y segundo se abría con una introducción magistral hacia el personaje de Antoni Guiral, explicando la de problemas que tuvo el personaje para salir adelante con Pepe González, ya que el tío era un fiestero de los buenos y no cumplía plazos de entrega. Un Pepe González, sin embargo, en todo su esplendor, considerado el dibujante que mejor ilustraba chicas de todo el mundo. Así de simple, así de fuerte. De hecho, se decía que todos los dibujantes de la editorial española Toutain y muchos de la Warren, literalmente copiaban los dibujos de este señor que se nos fue en 2009. Un maestro patrio que nunca debemos olvidar, que desarrolló junto a grandes guionistas a la mejor Vampirella de todos los tiempos.

Guiones recopilados en este tomo de cierre, una indispensable edición para el amante del mejor cómic de Terror, que cierra con historias tan inolvidables como La Babosa Bestia de la Balsa del Bellaco, Un Amor Bendecido por el Infierno, Ser una Esposa en la Muerte o Un Festín de Pavor. Entre otras muchas, por supuesto. Y una que no se me va de la cabeza como Los Horrores de Ciudad Amargura, donde el dibujo alcanza cotas insuperables. Grandes guiones ilustrados a cual más brillante en dibujo y trama, aunque siendo sinceros las que se centran en la trama de continuidad basados en la familia Pendragón nunca me molaron mucho. Soy más de ver a este pibón en aventuras independientes, en luchas contra monstruos aberrantes, pueblos perdidos surgidos del averno o en cavernas húmedas enfrentándose a sectas adoradoras de seres abominables que predican con sangre humana.

Pese a leer y amar relatos, libros y cómics de Terror desde que tengo uso de razón, Vampirella fue un reencuentro tardío para mí. Si contempláis de todas-todas la apariencia de la chica natal del planeta Drakulon y la imagináis en una revista en las manos de un niño…, bueno, supongo que entendéis a lo que me refiero. Tenía que luchar contra viento y marea para obtenerlos. Me podía la curiosidad siempre eterna por el mundo de los vampiros. Y más cuando me enteré que Vampirella tuvo su primera aparición en una de esas antologías del dios de las antologías fantásticas como fue Forrest J. Ackerman. Derechos que fueron comprados para los cómics y ahí es donde el personaje despuntó con notoriedad.  Los más grandes siempre quisieron dibujar a Vampirella.

Este tercer y último volumen incorpora además toda una selección de portadas que son lienzos en sí mismos, con los que poder decorar los mejores hogares que se precien. El tuyo, el mío, como dice la canción Si nos dejan… Para los que tenemos buen gusto.