Reseña: Las Crónicas de Conan. El Corazón de Yag-Kosha, de Kurt Busiek, Mike Mignola y VVAA

Me dijeron que el Conan de Busiek encapsula lo mejor del personaje, que había conseguido traer a la palestra gran parte de la esencia del icónico e inmortal bárbaro creado para el pulp por Robert E. Howard y que grandes autores del noveno arte del momento adaptaban esto. Y cuando vi que Panini Cómics publicaba este mes nuevamente un volumen recopilatorio de ese “nuevo” personaje que tan buenos momentos lectores me ha dado, supe que era el momento de volver. De volver a La torre del elefante y otras historias recogidas en lo que se ha denominado Las Crónicas de Conan.

Marvel Comics ha estado relanzando historias clásicas de Conan publicadas originalmente por Dark Horse Comics. El segundo volumen de la colección contiene los números del #20 al #39, impresos originalmente entre 2005 y 2007. Con más de diez años de antigüedad, estas historias son algunas de las mejores producidas por Dark Horse y son un excelente lugar para encontrar todos los aspectos del personaje que lo hacen genial, sus mejores historias “modernizadas” y hay varias razones por las que esto os lo tengo que recomendar.

Conan el Bárbaro protagoniza más cuentos legendarios llenos de espadazos, hechicería, arañas gigantes y criaturas monstruosas, incluidas las historias adaptadas de las obras originales de Howard, como os comentaba. Robar la gema de valor incalculable, el Corazón del Elefante, de una torre sin vigilancia parece un juego de niños, pero nada es fácil para Conan por muy poderoso que sea frente a sus enemigos. Y, por supuesto, volvemos a tener en boga esos coqueteos con damiselas con poca ropa, en este caso, con la esposa de un magistrado lo cual le lleva a problemas que no esperaba. Las aventuras de Conan en la Ciudad de los Ladrones continúan mientras se enfrenta a una serie de amenazas tanto humanas como inhumanas…, la hechicería, algo que el bárbaro jamás va a entender pero a lo que se tiene que enfrentar casi siempre. Por que… ¿qué horrores de otros mundos son capaces de hacer acto de presencia en este? ¿Por qué en el Salón de los Muertos nada parece estar realmente fallecido? Pero esperad, esperad, ¿hay alguien preparado para que este bruto con músculos en la orejas llegue a ser… el mismísimo Rey? Un volumen que además aporta historias sobre la juventud de Conan mientras desafía la batalla del Valle de Brita y monta un toro cimmerio salvaje, una desventura que a mí por lo menos me sacó una carcajada.

Me preguntó alguien en RRSS: ¿Puedo ir directamente y ponerme con este tomo o necesito el anterior? Respondí: Aunque sea un segundo volumen, no necesitas el anterior. Pero ya sabéis como es esto, si puede, all in con todo. Sería lo mejor. Si puedes, insisto, hazte la colección completa y con el mismo diseño de tomos que tu cómicteca y tus ojos cada vez que pasen sobre ella te lo agradecerá.

Como la mayoría de las historias de Conan el Bárbaro, estos relatos se cuentan con mucha narración donde se da bastante importancia al misterio y la trama. Son el tipo de historias que le leerías a alguien junto a una fogata dejando volar la imaginación. Por eso son bastante fáciles de disfrutar, especialmente porque el personaje es básico y fácil de entender. Un guerrero sin miramientos. No es necesario leer cien cómics del personaje para pasarlo bien. Te basta uno, o mejor dicho, un arco argumental de tan solo tres números como los que se aportan aquí. Kurt Busiek revela al personaje como el bárbaro-ladrón definitivo. Mike Mignola (sí, el creador de Hellboy) demuestra que ni siquiera los fantasmas son rival para Conan. Las espadas y la batalla son la mejor virtud de este cómic. El primer tercio de esta colección está dedicado a las historias escritas por Busiek, la mayoría de las cuales están dibujadas por Cary Nord. Como ejemplo, La torre del elefante, que captura perfectamente la naturaleza mística de las historias de Conan, pero también la poca-mucha astucia del héroe en combate. Otras historias de Busiek presentan peleas, pero es la capacidad de Conan para escalar muros imposibles y colarse en lugares lo que llama más la atención. Conan puede parecer un héroe musculoso que blande una espada, pero estas historias ayudan a mostrar el ingenio y la rapidez sobrenatural del personaje. Ojo-atención al arco de Mignola y Cary Nord.

Reseña: Post York, de James Romberger

Las historias de ciencia ficción eco-apocalípticas están muy de moda. Lo que en USA se ha dado en llamar como Cli-Fi. Y el por qué es fácil. Este tema, de ciencia ficción, casi que tiene poco. Esa «realidad» la tenemos a un paso. Hemos vivido una pandemia en pleno siglo XXI y cada poco vemos que nuestro planeta nos considera ya como uno de sus mejores virus creados y a los que quiere destruir para no morir de éxito. Si va a permitir que la destruyamos, ella también nos dará “cariño”. Lo tengo claro.

Dentro de los cómics USA más recientes con este tema tuvimos Snowpiercer, un cómic distópico sobre una Tierra paralizada por una Edad de Hielo, que dio lugar a una exitosa película. Es quizás el más famoso título reciente del género. Pero el primer ejemplo de trama de eco-apocalíptica que puedo recordar que disfruté mucho fue Spaceman, publicado por Vertigo Comics en 2011, y escrito y dibujado por el genial tándem creador de la maravillosa saga 100 Balas. Sí, Brian Azzarello y Eduardo Risso. Spaceman contemplaba un mundo cálido e inundado, el planeta entero reducido a la podredumbre de los suburbios de Nueva Orleans tras ser devastado por el huracán Katrina. Y un prota que buscaba metales. Y un paraíso venido a menos en el que sobrevivían únicamente ricos frente a suburbio amurallado tras un enorme océano.

Post York fue una publicación del sello Berger Books de Dark Horse Comics que recién publica Planeta Cómic en nuestro país. Karen Berger fue la editora de Vertigo desde su comienzo en 1993 hasta su partida en 2012. Creó Berger Books en 2017. Cuatro años después, consideramos que la etiqueta de Berger Books es un claro indicio de cómics reflexivos y que a esta editora le encantan este tipo de historias. Y a un poco que tengan un mínimo de calidad, como es el caso de Post York, de James Romberger, las va a publicar. ¿Qué cuenta? Pues habla de nuestra amada tierra Nueva York. Donde la cadena alimentaria se ha vuelto sorprendentemente frágil. Visionamos una ciudad muy diferente a la que conocemos como la ciudad que nunca duerme. Entramos en la historia en el momento justo después del derretimiento de los casquetes polares. Conocemos a un señor solitario e independiente el cual junto con su gato navegan por una ciudad inundada. ¿La idea? Cada día, sobrevivir un día más. Cada mañana navegar en busca de comida, cruzándose con otros de esta mini-comunidad improvisada, desde forasteros como él hasta la élite depravada y despiadada que lucha cada uno a su modo por mantener una sensación de normalidad que para nada tienen.

Una ciudad ahogada en el pasado. Pero todo cambia cuando un día se topa con una misteriosa mujer y una ballena azul varada. Un giro de tuerca. ¿Serán uno la salvación del otro? ¿La destrucción? Post York es una fábula de proporciones épicas. Un one-shot que fue nominado a un Premio Eisner en 2013, cuya edición aporta un curiosa material extra. Post York tiene muchas cosas en común con Spaceman, salvo que sus conclusiones son, si cabe, mucho más lúgubres. Esas conclusiones se extraen de un tema de investigación real que el señor Romberger detalla en un epílogo que se aporta en este cómic. Como ejemplo, saber que ciertas partes de Nueva York están construidas sobre pura roca (de ahí que aguanten los cimientos de esos altos rascacielos) pero también su mayor parte subterránea es un enorme lago. Es decir, tierras que podrían colapsar en cualquier momento tras un fuerte evento climático…

Reseña: Las Crónicas de Conan. Bajo los Cerros Sombríos, de Busiek, Nord y Nicieza

Creo que no somos los únicos por aquí que esperábamos con ansia la llegada del integral o integrales del Conan de Busiek. Porque uno/a, el verdadero amante de Conan, quiere a su amado personaje de Fantasy en tomos gordos, con largas aventuras para leer, todo en una mano, en un brazo de bíceps gordo como es el nuestro, ¿no? La leyenda, el Conan bajo la visión de un guionista contemporáneo y no un cualquiera. Kurt Busiek es para mí y para muchos un autorazo de renombre al que atribuyo la reinvención del cómic de superhéroes, cosa que alcanzó con su maravillosa Astro City. Y aquí, junto al artista Cary Nord (Daredevil) vuelve a la figura del Conan el Bárbaro, un personaje que vuelven fácil de entrar para las nuevas generaciones; cosa que no ha gustado a los más puristas pero a los que les digo que antes de negarse a cruzarse el río, lo ideal es coger un palo y ver cuanta profundidad tiene.

La posibilidad de sorpresa siempre existe.

Comenzando con Conan The Leyend #0 comienza este primer tochal de Biblioteca Conan. Después, los primeros diecinueve números de la colección que ha dado bastante que hablar. Un prólogo de la nueva serie en curso que aviva los fuegos primitivos de tu mente y reintroduce a los no iniciados en el mundo del cimmerio. Un one-shot introductorio que presenta a los lectores la leyenda del bárbaro en expansión, lujuriosa y llena de batallas, estableciendo personajes y situaciones importantes para la serie y preparando el escenario para las aventuras por venir. Pero también el primer número actúa como una buena introducción al personaje de Conan y se demuestra una experiencia de lectura agradable. Hay algo refrescante en un personaje que acabará libremente con la vida de alguien que la historia muestra claramente como un ser asquerosamente lascivo. Tuve que sonreír ante los comentarios de Conan en la mesa de un comedor donde básicamente insulta a su anfitrión, diciendo que es tan feo que le está quitando el apetito.

Posteriormente, vamos con los “rescates” de los grandes relatos de Robert E. Howard, esta vez reinterpretados por los autores mencionados. En el #2 se trata La Hija del Gigante de Hielo, la primera historia reconocida del personaje, donde tras una sangrienta masacre, Conan se encuentra cara a cara con la máxima visión de la belleza, un espíritu irresistible de los páramos del norte, un ser que seducido por su belleza desnuda… Conan termina por enfrentarse a sus hermanos trolls. Una trama que te llev no mucho después a varias grapas con Conan dirigiéndose a la batalla contra los hombres de Asgard, sin sospechar nunca la traición que le reservan, ni el horror que desciende de Hiperbórea. Un relato famoso que sirve para un arco argumental que os enganchará a la saga y que establece muy bien la idea de que el bárbaro es demasiado confiado cuando se trata de su trato con los demás. Incluso los lectores más novatos en el personaje, van a ver que este tío es un baturro con poco cerebro y demasiado músculo y brutalidad. Tema bien rescatado de los inicios del personaje.

Y más aventuras. Un Conan cautivo es llevado al norte encadenado y descubre cuán equivocada estaba su visión de Hiperbórea como una tierra “de ciudades resplandecientes, de riquezas y maravillas, y mujeres exóticas, que viven vidas de serenidad y contemplación, en paz con toda clase de aves y bestias, desde el cordero hasta el grifo y la leche y la miel fluyen en arroyos desde las colinas”. Robert E. Howard insinuó las pesadillas que sufriría el personaje en su paso por Hiperbórea, pero Busiek y compañía las revelan aquí por primera vez con lívidos detalles.

En cuanto al dibujo, Cary Nord hace un trabajo fantástico. Representa además, detalles muy cuidados como cuando Conan es inducido por las drogas y se muestra su confusión visual. Jamás había visto a nadie dibujar algo así tan bien. Pero lo decía antes. Conan the Legend fue diseñado para servir como una introducción perfecta al personaje. Una nueva serie, la primera del siglo XXI, una vez que Dark Horse obtuvo los derechos. Se lanzó el primer número en USA al precio de 25 centavos. El mismo precio que tuviera la primera aparición de Conan, en la clásica revista pulp Weird Tales allá por 1932. Fue un detallazo. Un guiño bien curioso.

Como completista de Conan, te meterás en el agua sin pensártelo. Como interesado en el personaje, coge un palo y prueba la profundidad del río.

Reseña: Mitos Nórdicos. Volumen 1, de Neil Gaiman, P. Craig Russell y VVAA

Es curioso como a muchas de las otras culturas, los personajes de la mitología nórdica nos continúan siendo una faceta popular de la cultura pop moderna. Siguen siendo atractivos. En estos días, la mayoría de la gente probablemente esté familiarizada con las versiones de cómics/películas de Marvel de deidades como Thor, Loki y Odín, así como del gran impacto que tuvo en muchos jóvenes y viejóvenes la serie de TV, Vikings. Desde entonces, los elementos de la mitología nórdica los podemos ver por todas partes, incluso en los tatuajes que se hace la peña. Respecto a las lecturas, comentar que el maestro Neil Gaiman tomó prestado mucho de la mitología nórdica para su novela American Gods (2001, que fue adaptada a cómic también por Dark Horse Comics así como en una serie de TV de gran impacto mundial). Por lo que es apropiado -muy mucho-, que lo encontremos tras proyectos como Mitos Nórdicos, junto al siempre genial P. Craig Russell, publicando volúmenes de su obra literaria en formato cómic para Dark Horse.

Antología de cuentos nórdicos que este mes Planeta Cómic publica el primer volumen (de tres) en nuestro país. Un cómic maravilloso en muchos aspectos donde encontrar, por ejemplo, y para gente no muy versada en estos temas, de donde partieron muchas de las ideas que hoy vemos en algunos superhéroes; donde nacieron, donde comenzaron las versiones de Marvel de esos famosos personajes que tanto lo petan en cine… El primer volumen de esta serie, adaptado y traido a la vida gracias a los diseños de P. Craig Russell, se rodea también del don de maestros como el dios Mike Mignola, Jerry Ordway, Piotr Kowalski, David Rubín y Jill Thompson. Pero hay que recordar que son una adaptación muy fiel del material original de Gaiman, el libro que el maestro de Portchester sacó en su día con el mismo nombre y que al igual que la adaptación a cómic de American Gods, algo se altera, pero cambia poco y muy, muy bien, para entretener en el formato que tenemos entre manos.

Gaiman y Russell se unen a una colección legendaria de artistas para llevar a los lectores a través de una serie de mitos nórdicos, incluida la creación de los Nueve Mundos, la pérdida del ojo de Odín y la fuente de su conocimiento, la elaboración del martillo de Thor y el más valioso de los dioses; más tesoros inencontrables, el origen de la poesía y el papel de Loki en el final de todas las cosas, ese denominado Ragnarök. Este primer volumen de Mitos Nórdicos recopila los primeros seis números de la serie. Dentro de esos números hay adaptaciones de las primeras historias del libro de Gaiman y a diferencia de la mayoría de los cómics modernos, y al ser la mitología nórdica episódica, cada historia más o menos es independiente. Lo que viene muy bien para devorar el cómic rápidamente y sin tapujos. Muy digerible leer mitología así.

Yggdrasil y los Nueve Mundos, cuenta la historia de la creación nórdica: cómo surgieron los dioses, gigantes, enanos, humanos, etc. y cómo se crearon los Nueve Reinos.

La cabeza de Mimir y el ojo de Odín, explica cómo Odin intercambió su ojo con Mimir a cambio de conocimiento.

Los tesoros de los dioses, muestra cómo una broma de Loki hizo que los dioses recibieran algunas de sus herramientas icónicas, incluido el famoso martillo Mjolnir.

El maestro constructor, es una historia divertida sobre cómo se construyó el muro que rodea a Asgard.

Los hijos de Loki, presenta a los lectores a los hijos de Loki, Jormungundr, Hel y Fenrir, y explica cómo Tyr perdió la mano.

Y en La extraña boda de Freya vemos a Loki y Thor (disfrazados de Freya) viajando a un reino de ogros para frustrar un intento de matrimonio entre Thrym y Freya a cambio del regreso del martillo perdido de Thor.

Historias deliciosas, apetecibles, un buen frito variado para degustar junto a una cervecita o tintito este verano.

Reseña: Solo el Fin del Mundo Otra Vez, de Neil Gaiman, P. Craig Russell, Troy Nixey y Hollingsworth

Solo el fin del mundo otra vez fue originalmente una historia fantástica escrita por Neil Gaiman y publicada en 1998. Yendo al grano, es una mezcla del clásico personaje de hombre lobo al estilo Lawrence Talbert de la Universal, la ciudad de Innsmouth de Lovecraft y también -por qué no- tiene cositas que recuerdan a una novela que me encantó en su día como fue A night in the lonesome October (Una noche en el solitario Octubre), de Roger Zelazny.

La historia comienza en pleno invierno en Innsmouth, Massachusetts. Talbot se despierta una mañana con resaca de hombre lobo. Se encuentra mal y vomita la pata de un perro y los dedos de algunos niños… Inmediatamente recuerda lo que sucedió la noche anterior. Se limpia y luego se dirige a su oficina. Cuando llega allí, un hombre gordo está encorvado en la silla junto a la ventana. El hombre habla de esos Profundos que vienen a veces del mar limpiando la orilla de la inmundicia que la habita. Lawrence le pide al gordo que se vaya y luego se da cuenta del letrero de neón que promociona a una psíquica al otro lado de la calle. Se dirige a ese lugar donde se anuncia Madame Ezekiel y esta señora le echa las cartas…

El tarot desvela la carta del hombre lobo, luego una con formas de Profundos por lo que se deduce que se deben hacer sacrificios para que se alcen desde el océano. Luego Talbot todo irritado saca una carta en blanco y otra y otra más. Y esto molesta a Madame Ezekiel que acusa a Talbot de estropear sus cartas y le echa de su tienda. Entonces se dirige a un bar a tomar un trago, el cantinero le sirve, luego toma un libro y procede a leer pasajes sobre cómo cuando la luna y las estrellas están en posición correcta para poder hacerse sacrificios dignos para que los Profundos puedan ser convocados… Se va iniciar el fin del mundo y Talbot, por supuesto, quiere saber cuál es su papel en todo esto.

Después de la lectura, he podido saber que Neil Gaiman escribió una serie de historias como tributo a Roger Zelazny. Y que P. Craig Russell las adaptó a cómics. Aunque la historia es bastante corta, Gaiman no deja de ofrecer como siempre una trama rica, descriptiva, de las que uno siempre quiere más. La forma en que escribe, el aspecto y los olores de este pequeño pueblo pesquero de Nueva Inglaterra provocan que el lector se sienta como si estuviera parado allí con el frío amargo del invierno en su aliento. El amor de Gaiman por H.P. Lovecraft es evidente en muchos de sus cuentos y guiones para cómics, pero aquí es demasiado evidente. Dejando aparte los nombres y lugares, sobre todo, en la espeluznante forma en que toda la gente del pueblo actúa hacia Talbot.

En cuanto al arte, Solo el fin del mundo otra vez desprende una sensación muy retorcida, casi demente. Troy Nixey hace un trabajo realmente fantástico con la atmósfera de Innsmouth; Talbot transformándose en el hombre lobo y luchando contra Madam Ezekiel en las profundidades del mar se dibujan de manera brillante. Nixey también hace un trabajo maravilloso en aquellos detalles lovecraftianos, como tentáculos y cosas resbaladizas y espeluznantes que chocan y hacen ruidos extraños en la noche, como fondo de algunas viñetas. Los personajes humanos tienden a parecer un poco tontos y deformes a veces pero el uso del color de Matthew Hollingsworth los magnifica.

Gracias a Planeta Cómic estamos podiendo hacernos casi cada mes con cómics que parten del consagrado autor del fantástico que es Neil Gaiman. Lo que es garantía de satisfacción. ¿Hombres lobo y Lovecraft? ¿Qué más se puede pedir?

Reseña: Nieve, Cristal, Manzanas, de Neil Gaiman y Colleen Doran

Una buenísima recomendación en formato cómic que se me ocurre para esta época navideña en la que estamos (más que nada, porque me preguntaron ayer mismo); algo ligero, chulo, preciosista y lo más importante económico, sería, sin duda, Nieve, Cristal, Manzanas; ahora que acaba de ser publicado por Planeta Cómic en nuestro país. Un regalo -nunca mejor dicho-, que ofrecieron al mundo del noveno arte Neil Gaiman y el ilustrador Colleen Doran, tras adaptar el relato del mismo nombre que ya escribiera el propio Gaiman en su día. Una escalofriante adaptación del cuento de Fantasía que fue publicado en USA por la siempre interesante Dark Horse.

Ideal para la época que estamos, un relato que es una reinvención del clásico de Blancanieves, pero contado desde la perspectiva de la madrastra. Curioso, ¿no? Pero hay más, Nieve, Cristal, Manzanas es terrorífico. Y todos sabemos cuánto ama este que os escribe una buena historia de Neil Gaiman y más si es de Terror. Es uno de mis autores favoritos que escribe actualmente curiosamente poquísimo y es difícil saber en qué demonios anda. Pero todavía no he encontrado una historia suya que no me guste. Un tío que le da a todos los medios de entretenimiento, como debe ser. Por que un autor, un creativo, que en los tiempos que estamos no esté dispuesto a asumir cualquier reto, poco va a vivir de su trabajo…

Algunas de mis preferencias de Gaiman son las adaptaciones a cómic de su trabajo. Por eso estoy tan agradecido a Dark Horse USA y a Planeta Cómic porque esto llegue aquí. Unas traslaciones llevadas a muy buen puerto que siempre resultan intrigante ver cómo los artistas con los que se alía el maestro visualizan la obra del nativo de Portchester. Un autor que consiguió, quizás, una de sus primeras y más grandes rupturas dentro del mundo de los cómics con su obra eterna Sandman. Y aquí es donde entra en juego Nieve, Cristal, Manzanas. Puede ser uno de los relatos que más recuerdan a su obra magna. si bien pudiera ser que estemos hablando de una historia que tendría perfecta cabida dentro de dicho universo. En este magnífico cuento, una reina no tan malvada está aterrorizada por su monstruosa hijastra y está decidida a repeler a esta criatura y salvar su reino de un mundo donde los finales felices no son tan felices para siempre…

La historia corta en la que se basa este cómic es, quizás, uno de los relatos cortos más conocidos de Gaiman. Una vuelta de tuerca al cuento de hadas de Blancanieves con la máxima: ¿Qué pasaría si Blancanieves fuera una especie de monstruo vampiro y la «Reina Malvada» solo estuviera tratando de salvar su reino de una horrible amenaza? Esta es la pregunta, el trasfondo del cuento, una trama inquietante con bastante suspense y que obviamente terminará en tragedia. No es un cómic para leer a un niño. Tira más a las fuentes. Como inicialmente fueron aquellos cuentos primarios con los que Andersen o los hermanos Grimm horrorizaban en sus recopilaciones.

Una historia corta pero realmente sólida. Que como os decía tiene su base literaria en un relato publicado en la antología Smoke and Mirrors, de Neil Gaiman. Un guión donde el autor maneja el tema con cuidado, recorriendo una delgada línea entre la simpatía por todos los personajes y la representación de cosas monstruosas con un toque aterrador. Entretenida, inquietante y espeluznante, serían los calificativos. Pero lo que más me intrigó de esta adaptación fueron los extractos que presentaban algunas de las ilustraciones de Colleen Doran. Su estilo prometía una versión realmente interesante, única y hermosa del cuento original y me encontraba emocionado al leerlo. ¿Cómo resultó? Tan bueno como esperaba, ¡si no mejor!

Reseña: Raptor. Una Novela Gráfica de Sokól, de Dave McKean

Y sueño que puedo extender mis alas;

volando alto, alto, soy un pájaro en el cielo…

La última historia que leí de Dave McKean fue Celluloid, que ciertamente fue algo que me dejó… uff. No obstante, McKean es aparte de guionista un creador-ilustrador fascinante, y vale la pena echarle un vistazo a todo lo que hace, así que, por supuesto, que iba a hacerme con su Raptor, ahora que lo recién publica ECC Ediciones. McKean subtitula este cómic como Una novela gráfica de Sokół. El personaje principal se llama así, Sokół, aunque no penséis que todo es tan sencillo como eso. No estoy seguro de por qué McKean lo hace. Es la primera vez (creo) que tenemos conocimiento los comiqueros de este personaje. Por lo que no es un tema de vender al estilo de: “Oye mira, aquí más de Sokól, una historia aparte…”. Pero cuando lees Raptor, la disfrutas, aunque tampoco es una trama que se preste a múltiples historias… ¡¿Pero qué digo?! ¿Cómo que no, si es precisamente eso? Supongo que a McKean le gustaba como sonaba el subtítulo y de ahí, lo que tenga que venir, vendrá.

En Raptor comenzamos con nuestro protagonista, que usa una máscara dura (parece de plástico, pero en la época en la que sucede la historia, dudo que el plástico ya estuviera en boga), tiene un ave de presa como mascota (una rapaz, para más datos), y aparentemente lucha contra monstruos. La primera parte del volumen está bellamente narrado y aunque parece un poco pretencioso ver que Sokół se encuentra en una playa con su pájaro luchando contra lo que parece ser un crustáceo gigante, un horror lovecraftiano, después de la lucha, encuentra una moneda antigua en la playa. El dueño de ella parece ser el Contramaestre de la ciudad. Pero Sokół no la quiere y se la da a uno de los habitantes. Hasta aquí todo bien. Pero luego pasamos al cementerio de una iglesia y a una casa pequeña, donde un joven llamado Arthur acaba de enterrar a su joven esposa. Su hermano lo visita y lo convence de que lo acompañe a una reunión con un tipo de sociedad secreta, donde sacan cartas del tarot, se colocan en alineaciones extrañas e intentan comunicarse con seres del Más Allá. Arthur tiene una visión pero no parece suceder nada más. Mientras tanto, Sokół deambula por un bosque, encuentra un edificio en ruinas, saca un libro de la estantería y comienza a leerlo. El libro resulta un poco familiar, y más tarde, cuando Sokół está en la cantina del pueblo, se da cuenta de que las palabras del libro han cambiado desde que lo leyó unas horas antes… Y hasta aquí puedo leer.

Como podéis ver, estamos ante un cómic atractivo como pocos, cuando sabes realmente de qué va. En el fondo, es una meditación sobre el dolor y la pérdida y el cómo superarlo. Pero le sobrevuelan tantos ramales narrativos tan típicos del Mignolaverso (Mike Mignola y sus personajes, y toda esa serie de monstruos y pueblos encantados por el mundo), que me atrapó de todas-todas. Pues Sokół parece el tipo de persona que disfruta luchando contra esas aberraciones. Especialmente, porque en un momento no terriblemente sutil, McKean demuestra que se siente cómodo luchando contra cosas que no parecen monstruos pero que lo son (es extraño que se me parezca también a otra novela gráfica como la de Monstruos, de Barry Windsor-Smith, que brinda por el “¡Oh, no, los verdaderos monstruos se parecen a nosotros!”). Como si eso fuese raro.

Aparte, el personaje de Arthur y su deseo de luchar contra lo paranormal también, se traduce en cómo deshacerse contra lo que mató a su esposa. Eso si, ambientada en el siglo XIX, la misma gripe podría haberla matado. Pero quiere contraatacar contra aquellos que quizás no hicieron lo suficiente por salvarla. McKean mantiene esta subtrama opaca, en su mayor parte. Y bueno, dado que es un cómic de Dave McKean (Sandman, Hellblazer, Batman…), el arte es asombroso. Poco más que decir al respecto. Maravilloso todo.

Raptor es un cómic excelente y siempre es bueno ver a buenos creadores esforzándose por hacer cosas interesantes. Aquí, un ejemplo. Mola ver que no ha perdido su don.