Reseña: Nathanaëlle, de Charles Berberian y Fred Beltran

¡Un poco de CF, maestro!, dice esa parte de mi cerebro cada no mucho. ¡Una utopía, una distopía, una space-opera, pero dale caña, men! En formato cómic ocurre como con el género de Terror: cuesta encontrar que se publique algo considerable. Aunque muchas veces no sabes hasta que lo pruebas. Y muchos me diréis: «Como todo en la vida, tío». Sí y no. Hay títulos que sabes a lo que vas y otros que, aunque hayas leído más libros y cómics que pelos tienes en la cabeza, no tienes ni pajolera idea. Y siendo un tipo que rara vez lee sinopsis editoriales, me enfrenté a esta chulada recién calentita que publica Ponent Mon. Un cómic al que me enfrenté únicamente atraído por su portada. Así de claro. Portada y titulo y pa´dentro. Eah, ¿ahora qué? ¿Tengo criterio o no? Jajaj… Viva el libre albedrío, hombre. Y viva Ponent Mon por el tremendo trabajo que hace por el aficionado español trayendo el mejor cómic europeo. Puedo decir sobre Nathanaëlle que en un chasquido de dedo me encontré cayendo en paracaídas sobre su página 80 y casi gritando llegue a su final. En un suspiro. No sé si esto es bueno o malo para el lector/devorador de cómics que compra mensualmente titulitos que llevarse a casa para disfrutar; pero para el que dice que no tiene tiempo para leer (siempre lo hay), algo debe contar. Nathanaëlle goza de una Ciencia Ficción muy marcada. La humanidad se ve transformada por una catástrofe nuclear que hizo imposible la vida en la faz de la Tierra, y ahora nuestro mundo está dividido en dos grupos, separados por la mentira de unos gobernantes insulsos. Pero ha llegado el momento de una insurgencia…

Aquí estamos de nuevo con un tema visto y revisado a menudo; el mundo de abajo y el mundo de arriba. No obstante, cuando esto sucede, tienes que ver si “el camino” es disfrutable. Y lo cierto es que uno espera de Nathanaëlle alguna originalidad, más escenarios post-apocalípticos o un whisky con sabor a milhojas. Pero no lo hay. La originalidad de Nathanaëlle está en sus personajes y en un tono, no sé muy bien como explicarlo, un mundo muy gris, un mundo basado en el metal como guión. Todo muy frío. El frío del metal, el sabor de la sangre. Como la trama que se centra en la relación entre Nathanaëlle, hija del gran sabio Tàbor, y Melville, una máquina de café robot.

Nathanaëlle está diseñada como historia, como mundo disfrutable para todo fan de un posible mundo-robot con salsa de humano. Precisamente, la historia, usa ideas que se han visto en otros lugares, sí, una sociedad totalitaria, ahora una buena parte de la población hacinada en chozas subterráneas (con el pretexto de una epidemia que hace mucho tiempo asola la superficie), una fuerza policial omnipresente responsable de hacer cumplir el orden… Y el inevitable grano en el culo para toda esa dictadura que en este caso se llama Nathanaëlle, la hija rechazada de uno de los principales dignatarios del régimen, que expondrá al mundo el engaño y organizará la revolución. Pero con algunos flashbacks para energizar la trama, Charles Berberian crea personajes inolvidables como el ingenuo y torpe robot que pone la pizca graciosa a más de una escena. Generoso, pegajoso, incluso odioso a veces, acumula catástrofes cuando pone todo de su parte para hacerlo bien. Un toque de humor del otro lado de los Pirineos muy chulo.

Como es de esperar en un cómic europeo encontramos en Nathanaëlle un diseño gráfico súper atractivo. Fred Beltran tiene talento, sin duda, y en este álbum, así como el bonito cuaderno gráfico que sigue la historia misma, lo confirma sobradamente. Mola el universo que desarrolla ante tus ojos, especialmente el vestuario de los personajes. Tiene detallitos “muy Moebius”, reminiscencias, sin duda, de su paso por los Associés Humanoïdes; una agrupación francesa de historietistas amantes de la Ciencia Ficción que se fundó en 1974, donde estuvieron grandes como Jean Giraud, Alejandro Jodorowsky, Milo Manara, Juan Giménez o Richard Corben. Entre más de mil dibujantes de cinco países diferentes que colaboraron para sacar adelante el proyecto. Lugar donde nació El Incal o Los Metabarones, por ejemplo.

No me gusta de Nathanaëlle el final. Es de esas historias que tienen mucho encanto y que temes que el final te decepcione. O te joda por que no existe. Y aunque amo los finales abiertos, una cosa es eso y otra que no haya conclusión real. Es como si los autores hubieran desarrollado una historia más para un universo global que para un álbum cerrado. La narración usa mucho tiempo de ida y vuelta para animar la historia y se alterna entre el ascenso de Nathanaëlle y la audiencia de Tabor. Hasta lo que tal vez sea un cliffhanger final. Mmmmmm…, no sé. El camino si vale mucho la pena.

Echadle un ojo.

Reseña: Las 5 Tierras. Volumen 1, de Lewelyn, Jêrome Lereculey y Dimitris Martinos

El poderoso atractivo de una portada muchas veces vale para engancharte a querer saber qué hay detrás. ¿El anzuelo? Hablamos de cómics. Es obvio que el dibujo sea lo primero que nos interese de una obra. Después, está que seas amante del cómic europeo o no, sabiendo a ciencia cierta que todo lo que procede de centro del viejo continente rebosa calidad. ¿Y qué puedo decir de Las 5 Tierras esta nueva serie que publica Yermo Ediciones por volúmenes? Lo mas fácil sería decir que estamos ante otra obra de fantasía medieval llena de giros inesperados que se ha alzado en nada hacia lo más alto de las mejores series francobelgas del momento. Y que su primer volumen ya está aquí. Es lo que tiene el éxito. Y es que en series o mejor dicho argumentos de este tipo, la comparación con Juego de Tronos es inevitable. Y digo yo: como si Canción de Hielo y Fuego hubiese innovado en la Fantasía con el tema central de sucesión al trono y todas las familias o casas dándose de ostias por él. Cuando lo primero a decir es, que ni siquiera eso es un arco argumental fantástico; está en nuestra historia vieja europea desde el medievo. O si alargamos un poco el brazo, desde que el ser humano se separó por clanes que mostraban respeto y obediencia a otro clan superior que los gobernaba a todos. No obstante, el temita atrae. En especial, las intrigas, situaciones, los apuñalamientos por la espalda (literales o no) que se dan las diferentes familias por alcanzar el poder. Ese salseo, bien llevado, nos pone burrísimos a los lectores. Por eso, Las 5 Tierras es otro plato muy disfrutable. Y en formato cómic y con un dibujazo tremendo de Jêrome Lereculey, mi recomendación va a resultar dedundante.

Las 5 Tierras es uno de los pocos cómics que me ha marcado con fuerza, que ha reavivado las brasas que quedaban en mí. Un guión muy “a lo Juego de Tronos«, muy “a lo tragedia griega”. Pero no penséis que no se presenta más complejidad a la historia. Obviamente, una serie coral con cantidad de personajes entre los que es difícil identificar un héroe principal. Pero sí, como suele ocurrir, hay uno (o dos) que ves que van jugar un papel importante con el tiempo, pero no es crítica, al contrario, porque esta complejidad nos permite sumergirnos de lleno en este mundo donde todos defienden sus intereses lo mejor que pueden utilizando la violencia, la mentira, la traición, el amor y/o la amistad.

A lo largo de las páginas de estos dos primeros capítulos (Con todas mis fuerzas y Alguien vivo), entendemos que nadie es realmente blanco, y que todos están tratando de sobrevivir en este mundo despiadado. Debo admitir, sin embargo, que aprecié mucho a la «Sombra del Rey» por su rectitud, inteligencia y ligera insolencia. El joven Hirus también me impresionó con su “previsión” en sus primeras decisiones… Pero es uno de esos personajes del que no te fías, al que nunca le pedirías que te trajera un vaso de agua.

Me ha molado. Me ha molado mucho. El diseño de Jêrome Lereculey es impresionante. Refleja a la perfección los sentimientos de los protagonistas en escenarios espléndidos. No deja que tengas dificultad en reconocer a los diferentes héroes y distinguir claramente las especies animales a las que pertenecen. ¿Cómo logra dar caracteres diferentes a todos estos tigres y hacer que los veas diferentes fuera de su apariencia animal? Lo flipo. Aquí hay una historia coral que me alegró descubrir. Asistimos a la accidentada sucesión del reino de Angleon, intercalada con traiciones, complots, asesinatos e historias de amor.

Seguimos varias tramas paralelas (preveo que bastantes más en posteriores álbumes) que al final se cruzan en un momento o en otro. Destacar como con apenas cuatro datos, ya estamos metidos en un universo y su tradición. Se siente fácilmente que hay un duro pasado que lastra a ciertos personajes y mola ver que el territorio es vasto en todos los sentidos y aunque no se cuenta aún todo lo ocurrido en el archipiélago de Angleon, llegará. En cuanto abrimos el cómic, nos topamos con un portentoso mapa de las enormes cinco tierras. Queda mucho por saber.

Y ya estás enganchado. Molando mucho el hecho de que la historia es apasionante y comprensible a pesar de la cantidad de personajes y tramas simultáneas y que el dibujazo tremendo destacando el nivel de humanismo creado para cada personaje y el corte de cada viñeta que da muy bien el paso de una secuencia a otra. Pero como todas las obras que abarcan tanto, tiene sus puntos débiles. Aunque en mi caso es más dolor de hype que otra cosa. Por ejemplo, al principio, se nos presentan diferentes pueblos que lamentablemente (o por el momento) no vuelves a saber de ellos. Y QUIERO saber más de ellos. También hubiera sido interesante en una obra así, una tabla resumen al principio o al final del volumen aclarando a modo de guía quién es quién, aunque por el momento no hace falta pero que es cosa que gusta a los cortos de memoria. Muy recurrido esto en obras/trilogías de literatura fantástica. No obstante, novedad imprescindible.

Las 5 Tierras es mi cómic-hype del momento.

Reseña: Los Guerreros de Dios. Integral 1, de Philippe Richelle y Pierre Wachs

Lo importante es, que cuando los propios autores son amantes de la Historia, en su obra normalmente lo van a transmitir muy bien. Y todo va en consonancia. El lector de Los Guerreros de Dios, esta chulada de álbumes recopilados que está publicando Ponent Mon, de Philippe Richelle y Pierre Wachs, y del que se acaba de publicar el segundo volumen; el lector, tú y yo, en más o menos ganas, nos gusta leer/saber más de la Historia y en este caso, de las curiosas (por llamarlas de alguna manera) guerras civiles más importantes que Francia sufrió entre católicos y protestantes. Un periodo turbio como pocos. Un contexto bastante bien descrito por guionista e ilustrador de este cómic, sobre todo, por que se lleva adelante no como plato principal, más bien de trasfondo.

En Los Guerreros de Dios todo se centra en las desventuras de un caballero que llegó a interesarse por la Reforma un tanto por accidente; hecho que me parece sublime porque… ¿Cómo nos ocurre lo importante en nuestras vidas, si no es por pura casualidad? Cuando Francia se quiebra en la segunda mitad del siglo XVI, guerra y religión van de la mano. Un caballero se verá obligado a mezclar estas dos «virtudes» del hombre. Entre reforma y tradición, su corazón sangriento se balancea. En aquel siglo de incertidumbre, el reino de Francia buscó enemigos doquiera que mirara. En especial, quería hacer frente a la “codicia” de los españoles. Por eso, en su fuero interno se le dio caza a los seguidores de la Reforma. Enrique II quiere que desaparezca del mapa el caballero de Boissac, un supuesto católico pero curioso de las tesis de los hugonotes. Debe vivir una amarga experiencia. La religión no es una broma si la Iglesia Romana te está observando. Eso debe saberlo.

En esta época de pensamiento en auge, donde el hombre ya se ve como el centro del universo y omnipotente, pienso que es súper complicado asumirlo si no tienes la más mínima idea de lo principal. Puedes pillar ideas objetivas de gente, del porqué a tanto movimiento a finales de siglo XVI, pero lo normal es que oigas más ideas subjetivas que otra cosa. ¿Por qué? Porque aquí (una vez más) la religión anda de por medio. Y si no te atrae siquiera un poco el tema, te enterarás de muy poco. Por ejemplo, preguntar sobre las ideas de Calvino en la plaza de París en el año de gracia de 1557, quizás era yo el único tonto en clase de Filosofía en el instituto al que le interesaba. Pero yo soy fan -entre otras muchas cosas-, de ver como el ser humano es capaz de ahogarse en un vaso de agua cuando algo le increpa. O mejor dicho, le da miedo. Y si entonces nos trasladamos a territorio galo, al verano de 1557, una zona invadida por las tropas del emperador español Felipe II, un enemigo temido por todos, y según el entendimiento del monarca francés, enemigo atroz que manda sitiar la ciudad de Saint-Quentin de la mano del militar Manuel Felipe de Saboya; yo, por ejemplo, ya estoy dentro.

Este primer integral recoge los tres primeros álbumes de la serie, La caza de herejes, Los ahorcados de Amboise y Los mártires de Wassy. Tres capítulos para iniciarse en una trama histórica e inevitablemente romantizada que permite captar la atmósfera que reinaba en aquellos tiempos oscuros. Muy bien elaborada, a partir de una técnica de guión muy usada últimamente como es la gran historia, a través de la pequeña. Muy al estilo de Los Tres Mosqueteros, del maestro Alejandro Dumas y aún más, de su casi desconocida y súper recomendable novela La Reina Margot. Maravillosa para los amantes de este periodo.

Pronto se acabarán los alimentos y las reservas de pólvora están casi vacías. A punto de capitular, el almirante Gaspard de Coligny, encargado de la defensa de la ciudad, pide ayuda a su tío, el alguacil de Montmorency. Por desgracia, este último es un mal estratega y es capturado. Guerras religiosas que incendiaron todo un país y parte del continente europeo. El cambio de siglo. Personas acostumbradas a nuevas ideas pueden practicar su no adoración a escondidas, si quieren, pero si estos Protestantes aumentan en número y se oponen a la gracia de Dios y para colmo, toman las armas… En esta atmósfera del fin del mundo es donde el caballero Arnaud de Boissac intentará salir del paso. Frecuentando quizás demasiado las tesis del pastor Calvino y buscando la benevolencia de los poderosos, como el Conde de Montsouris y el Duque de Guisa. Pero ¿será suficiente?

Philippe Richelle y Pierre Wachs, dos autores de los que me han recomendado muchísimo su serie Les Mystères de la Troisième République (Los Misterios de la Tercera República), donde dicen que lo hacen de maravilla. Entonces, a ver. ¿Ponent Mont? ¿Más de estos autores, s‘il vous plait?

Reseña: Nevada. La Estrella Solitaria, de Fred Fred Duval, Jean-Pierre Pécau y Colin Wilson

Lo confieso. Últimamente, estoy en el punto de solo querer leer westerns e historias apocalípticas. Para mí, de algún modo, entre ellas hay cierta conexión. ¿Y la hay? No sé, mi cerebro dice que sí, y que quiere leer-degustar obras del estilo. Si no fijaros en mis últimas reseñas… ¿Qué sobre lo apocalíptico el tema que quema que estamos viviendo tiene mucho que ver? Pues supongo que la mayoría de los psicoanalistas están afirmando ahora lentamente con la cabeza. En fin. ¿Qué es la lectura si no el mejor arma para evadirse? ¿Vivir y sentir aventuras en la piel de otros e imaginar qué harías tú en su lugar? Para la ocasión, junto varias cosas. Un tipo de argumento que me gusta leer en estos momentos y un dueto de guionistas de los que no me quiero perder nada-nadita-nada de lo que se publique en nuestro idioma. Fred Duval (Mosquetero, Hauteville House) y Jean-Pierre Pécau (Sonora). Ahí estamos. Y no contento con eso, este primer ejemplar de Nevada, cuando sabes de qué va, se recomienda solo. No sólo por el “suspense” de los acontecimientos, como decía Patricia Highsmith; hay más, la estructuración y el marco de los hechos. Pues Nevada nos lleva a un universo muy occidental pero que tiene lugar en una zona muy western durante el período de prohibición estadounidense de la Ley Seca.

Nevada, es el bastión de los grandes estudios de Hollywood que están comenzando a despegar. Tiene como misión buscar y traer de vuelta a los estudios a los actores para que puedan prestar sus servicios a los medios. Y se le aporta lo que quiera que necesite: sustancias más o menos legales. He aquí una serie decididamente volcada a la acción con un protagonista central, un antihéroe «perfecto», que no teme a nada y no se deja engañar. Un rostro pulcro, fuerte, inteligente, afortunadamente su cinismo le da a su carácter un poco de aspereza, de lo contrario rápidamente nos abrumaríamos con tanta perfección. Pero el tío lo vale.

Por si aún no me he explicado bien (no me he tomado aún los cafés que necesito), Nevada es  una nueva serie de álbumes procedente de nuestra amada BD, que Yermo Ediciones recién publica y que nos habla sobre un cazador de estrellas en Hollywood en la década de 1920. Un concepto original del tándem a seguir Duval/Pécau. Nevada Márquez es una especie de vaquero montando en el mejor corcel motorizado que existía en California en los gloriosos años 20 y probablemente a día de hoy. Una Harley. Los estudios de Hollywood le encargan regularmente que traiga de vuelta a estrellas de cine que, sacadas de la borrachera, drogas o de los deseos más naturales que el cuerpo necesita, lo más importante, es que vuelvan al trabajo, en especial, aquellos que abandonaron en mitad de una filmación.

Nevada tiene que encontrar los medios para hacerlos entrar en razón. Los presupuestos son los que son y giran en torno a esos/as depravados. Y así vamos sabiendo de Mac Nabb, estrella prodigiosa del western, apodado «La Estrella Solitaria», que decidió tomarse un descanso por México o la Baja California. Con unos intereses ocultos que no gustan a cierto tipo de gente. Y ahora a Nevada le toca encontrarlos. ¿Cómo? ¿En plural? Sí. El actor y su doble se han metido en un buen lío…

Me gustó mucho este western ligeramente moderno que mezcla Oeste Americano y desierto de México con el comienzo de la Edad de Oro de Hollywood y sus caprichosas estrellas. Tiene bastante trasfondo a novela de James Ellroy. Un buen punto de partida a intrigas palaciegas del mundo del cine pero que se centra sobre todo en la acción. La psicología no es demasiado importante aquí.

El escenario del desierto está lo suficientemente bien representado para que podamos entrar. Y hay algunos toques de humor muy interesantes. Colin Wilson nos ofrece un dibujo, una gráfica realista bastante convencional, jugando con el encuadre y manejando cuando toca el ímpetu de la acción, cosa que embellece a su vez el hilo narrativo.

Nevada tiene buena pinta o mala, según el bando en el que estés. Su motocicleta ruge en el desierto y mejor será que no la oigas cada vez más cerca. ¿Quieres saber más? Yo también.

Reseña: Casacas Azules 1968-1971, de Raoul Cauvin y Louis Salvérius

Uno de los cómics que mas leí de pequeño, debido a que de algún modo tengo sangre norteamericana, fue Les Tuniques Bleues (Casacas Azules). Aquí hay una interrelación un poco raruna: leía cómic franco-belga gracias a mi tito americano. Reside en USA, sí, pero mantenemos desde que tengo uso de razón una relación familiar-lectora que ya muchos conoceréis si sois de los que lleváis años leyendo cada reseña diaria que se publica en Desde New York – Crónicas Literarias. A lo que iba. Recuerdo que mi tito recuperaba lo que se publicaba de Casacas Azules, lo que se iba publicando en español en la arcaica revista Spirou Ardilla, entre los años 1979 y 1981 aproximadamente, de donde me encantaba aquella serie que llamaron, nada más y nada menos que Guerreras Azules, nombre que poco después, Ediciones Junior, cambió por Casacas Azules. Todo un clásico de la escuela franco-belga, con más de cincuenta álbumes publicados y como no, nacida en la legendaria y casa madre de cómics míticos como es la revista Spirou.

Toda una serie de aventuras y desventuras centrada en estos intrépidos soldados norteños, yankees del noveno arte, que han sobrevivido a lo largo de 50 años, en especial, y gracias a editoriales como Dolmen que piensan bastante en el aficionado trayendo y poniendo a mano estos enormes clásicos de renombre en su más que recomendable colección Fuera Borda que publica joyita tras joyita. Y con gran acogida, me consta. Pues ya van unos cuantos integrales de estos que Dolmen Editorial ha puesto tan de moda seleccionados por años. Una suerte ver que estos geniales tomos aún están relativamente fáciles de pillar. Obras de arte que si el aficionado medio nuevo supiera de su enorme calidad, no me cabe duda que ya estarían vivitos y coleando en más de una cómicteca que aún está huérfana de Casacas Azules.

El volumen que hoy os traigo es el más reciente publicado. Pero recoge los álbumes que comprendieron los años entre 1968 y 1971. Los inicios. Comienza con La Gran Patrulla (La Grande Patrouille), que recoge aventuras ilustradas por Louis Salvérius que fue quien lanzó la serie. Por lo tanto, este álbum está cargado de cierta emoción, ya que presenta el debut del Sargento Chesterfield y el Cabo Blutch, desde las primeras páginas, donde ya vemos que estos dos siempre han sido los mismos. Incapaces de llevarse bien y, sin embargo, inseparables.

Una Carreta al Oeste (Un Chariot dans l’Ouest) sí que comprende lo que conocemos como historia completa. Donde un mensajero herido logra llegar al campamento de Fort Bow y cuenta que pertenece a la guarnición de Fuerte Desafío (Fort Defiance). Los soldados sufren el asedio de los indios allí y están al final de sus fuerzas y sin municiones. ¡Hay que darse prisa! Así que el sargento Chesterfield, flanqueado por su inseparable cabo Blutch y sus compañeros, se apresuran en ayudar a los suyos. Pero no es fácil trasladarse sin incidentes con un carro lleno de municiones por una zona infestada de indios, ¿no?

De Norte a Sur (Du Nord au Sud) puede ser el álbum más adulto de todos los que he leído hasta ahora. Y eso que es de las primeras historias que hicieron Raoul Cauvin y Louis Salvérius. Por lo que se me invita a pensar que el tono inicial -la ameba primordial-, se encaminaba más hacia un público más adulto y en algún momento, “alguien” les dio un toque. De Norte a Sur (titulo muy sonado) es otra historia completa -nada de tiras de cómicas-, donde asistimos a la proclamación de la Guerra Civil Americana que enfrentó al bando de la Unión contra los Confederados. El sargento Chesterfield, el cabo Blutch y sus compañeros se unen a las tropas del General Grant. Entre un capitán de caballería fanático de la carga, un general dispuesto a emborrachar a sus soldados para convencerlos de que acepten misiones arriesgadas e indios peligrosamente susceptibles… Es poco probable que alguien aquí se aburra.

Además de estas geniales aventuras, Casacas Azules 1968-1971 contiene un extenso artículo que nos revela más sobre la vida y obra de Salvérius.

Casacas Azules es un clásico del western humorístico y un best-seller absoluto del cómic europeo. Más de cinco décadas, una de las series más longevas y más exitosas del célebre semanario Spirou, habiendo protagonizado ya casi setenta álbumes. Un grandísimo estandarte del cómic europeo que podéis encontrar aún en librerías.

Vosotros veréis.

Reseña: Americania. Historias de la Frontera, de Sergio Toppi

Si Toppi hubiera sido escritor, probablemente hubiera sido antologista. Se nota que le gusta y se le da bien, crear cómics con diversos relatos donde en realidad nos está brindando sorbitos con moraleja. Americania: Historias de la Frontera es este estupendo tomo en tapa dura que recién publica Ponent Mon y que podría ser una especie de contraparte a Tanka, que contenía una serie de historias cortas sobre el Japón medieval, otra buenísima antología del milanés que espero que Ponent Mon nos traiga en breve.

Ya lo dice el subtitulo, en Americania somos transportados al Oeste de USA, a la frontera, momento culmen de la fiebre del oro. Aquí los protagonistas llevan una existencia sucia, polvorienta, viven el día a día apenas sabiendo que le deparará el destino mañana. Todo el mundo piensa que puede mejorar su triste vida cotidiana recogiendo algunas pepitas que parecen dejadas ahí, en un charco, donde pisan y mean los caballos. Pero pocos conseguirán encontrar tan preciado tesoro, piedras que proporcionan placeres de la vida por un tiempo, o no, porque la lucha y la muerte van de la mano con estas señoritas de color dorado. Y también hay quienes se aprovechan de esta miseria humana para hacer buenos negocios, y quienes roban a pobres infelices, pero quién roba a un ladrón… Bueno, ya saben.

Esta fabulosa edición -indispensable para ti si tienes un mínimo de interés por una buena historia del Oeste en formato cómic-, abre con un estupendo Prólogo de José E. Martínez, donde habla de la genial colección que están creando con Maestros del Fumetto. Donde Sergio Toppi es un imprescindible, por supuesto, y de la importancia de recuperar sus obras para el público español e información jugosa de donde parte y donde se publica cada relato. De hecho, cada historia abre con eso mismo: año de publicación, titulo original y demás… Me encanta. Así «entras» sabiendo un poco sobre lo que cada cuento tiene detrás, en estas once historias que nos llevan a las rutas del Gran Norte, donde poblaciones amerindias y tramperos se codeaban para tener que llevarse, casi cada día, un trozo de carne a la boca.

Americania: Historias de la Frontera contiene relatos buenos y buenísimos. Así de claro. En comparación con otras colecciones de cuentos (y os habla alguien que tiene en casa más de quinientas antologías, y leídas, más del doble), en antologías ya sean de Toppi, Serpieri u otros autores, casi siempre hay un resultado desigual. Pero Americania tiene un alto porcentaje de calidad. Sinceramente, no desecharía ninguna de las once tramas por las que Tarantino estarái seguramente encantado de llevarlas al cine. Tiene chuladas como Naugatuck 1757, que habla de Farquharson, un escocés que huyó del yugo inglés, un gaitero que se va América a cumplir la profecía de su familia. O Mientras vivas, donde un indio nos cuenta los momentos finales de su padre, el cual cambiaba pieles por armas y alcohol, aunque él solo quiere poder cazar en paz en las grandes llanuras. O Una sola vez en la vida, donde un ladrón cuenta cómo la única buena acción que hizo en la vida, lo llevó a la horca.

Joyitas que se quedan en la mente por un tiempo como es Responde a mi pregunta, un relato de un hombre que se instala cerca de un río y encuentra mucho oro. Hasta que los indios del lugar, hasta entonces benévolos, le piden que se vaya y devuelva lo robado a sus tierras. O Una visita para John Colter, genial este relato muy fílmico, donde el mostrador de Colter es el único lugar en millas donde poder obtener suministros. El mismo lugar donde John Colter aprovecha para desplumar a sus clientes, hasta que un día aparece un indio que le ofrece una enorme pepita… O historias como Blues, que dan miedito.

O Katana, donde se cuenta el último viaje de Jedediah McCoy con prisa por cruzar la frontera. O La rabia por vivir, donde abandonado por su compañero, un buscador de oro decide recurrir a sus últimos recursos para sobrevivir al agotamiento, el hambre y a ese viejo lobo que lo vigila desde la espesura…

Todas y cada una de las historias tienen su aquel. El Oeste contado por Toppi es el de un período duro en la historia de Estados Unidos. El de Las Uvas de la Ira, de Steinbeck, donde hombres en busca de un futuro mejor se aventuran en tierra inhóspita. ¿Y qué mejor que la línea realista y el dominio del blanco y negro del gran Sergio Toppi para trasladarnos a ese ambiente? Americania: Historias de la Frontera es un tomo que hará salivar a más de un fan del cómic europeo, y por supuesto, a todo amante del western o historias de vaqueros, como las llamaba mi padre. Una puerta abierta a otra época, donde el sufrimiento era vivir entre montañas escarpadas, desiertos de vida sin arena, donde el viento agrieta rostros y enmudece los disparos de Colts y Winchesters que ayudan a vivir unos días demás.

Indispensable, amigos, indispensable.

Reseña: El Fuego de Teseo (Integral), de Jerry Frissen, Francesco Trifogli, Antoine Pédron y Gérald Parel

Llevo años queriendo reseñar algo de Jerry Frissen. Algún trabajo suyo propiamente dicho, porque aunque leyera Metabarón en su día, siempre pensé que en esa obra Alejandro Jodorowsky metió mano en todo… Así que cuando vi entre las novedades de Ponent Mon, la recopilación, es decir, el integral de El Fuego de Teseo, no lo dudé un momento y quise leerlo, disfrutarlo, me dispuse a conseguirlo para hablaros de él.

Pues un poquito de cómic histórico-mitológico le viene bien al cuerpo de vez en cuando. Y qué decir que me gustó bastante este cómic de Frissen y Francesco Trifogli, una obra que me recordó desde el principio a los libros de La Sabiduría de los Mitos, de Luc Ferry. Libros indispensables para disfrutar de este género literario. Pues tengo muy claro que El Fuego de Teseo podría haber formado parte de esa colección, ya que engloba uno de los relatos más famosos de la mitología griega y lo hace desde una perspectiva estilo gráfico realista.

En El Fuego de Teseo me gustó mucho esa atrevida idea de decir que Teseo fue en realidad una mujer. Es difícil de creer al principio, pero el desarrollo que Frissen va creando con el paso de las páginas resulta bastante convincente. A los que estáis puestos en literatura grecorromana y/o disfrutáis del género Péplum, también podría sorprendernos la actitud que tiene aquí el Rey Egeo de Atenas hacia sus congéneres. Pero consta en parte (como se dice ahora) que eran costumbres de la época.

Lo que está claro es que este cómic revisita el mito de Teseo a contrapelo. Teseo no es el hijo amado del Rey Egeo de Atenas, es por el contrario, su hija repudiada que solo tiene la ambición de matar a su padre para vengar la muerte de su madre y escapar así de una vida de esclavitud y bandidaje. Y es, sólo por un giro inesperado del destino, que se encuentra a punto de enfrentarse al todopoderoso Minotauro y entonces…

Jerry Frissen innova en este cómic, como dije antes. Teseo no es el hijo bastardo de Egeo (o Poseidón según las versiones del mito), sino su hija bastarda. Rechazada por un padre que desea un heredero varón para recuperar su lugar en la corte, nos encontramos con un tipo que también es rechazado por el pueblo por no querer dar lugar en sociedad a los más débiles. Por lo tanto, las mujeres como sexo débil, las cerca en ese grupo. No obstante, todas las opciones son posibles para enfrentarse tanto al monstruo mitológico como al humano. Y todo para llegar a un final inevitable que muchos conocen aunque no sé yo si de esta forma.

Los diseños de Francesco Trifogli son buenos, aunque quizás le falte un poco de precisión a ciertos detalles. Eso sí, los colores de Antoine Pédron son muy acertados para lo que se nos quiere representar, y buena nota también para la bonita ilustración de portada de Gérald Parel.

¿Y por qué quería leer El Fuego de Teseo? Aparte de lo comentado al principio de la reseña, por saber qué más aportaba a la tan conocida mitología griega. Y ahora puedo decir que aporta originalidad y un punto de vista diferente a lo que se nos cuenta en la leyenda de Cnosos. Un cómic redefinido del que no salgo decepcionado tras un primer álbum intrigante y un segundo con final abierto de los que me encantan. ¿Fui testigo de una epopeya digna de una tragedia griega? Me gustó la seriedad y el cuidado que se tuvo para no mancillar la historia clásica y el marco de la Antigua Grecia. Sin salirse completamente de los caminos trillados, es creíble y atractivo. Para colmo, muy rápidamente te encuentras siguiendo a tu heroína y sintiendo su ira y resentimiento, y preguntándote cómo se desarrollará su llegada a Creta para el enfrentamiento que quedará grabado en los anales de la Historia. Todo un viaje por el año 1720 a. C, donde en un pueblo de Serifos, el poeta griego Kleon canta una gesta heroica ante un público cautivado. La lucha de un hombre joven y valiente llamado Teseo, hijo de Poseidón, que mató al Minotauro dentro del laberinto de Cnosos. Esa, ya todos la conocen. Pero realmente muy pocos saben lo que realmente hay detrás. Muy pocos. Cuando una misteriosa mujer encapuchada, entra en escena.

El Fuego de Teseo es ya una de mis grandes sorpresas lectoras de este estrambótico año 2021.

Reseña: Myrddin, de Jorge García y Gustavo Rico

Jorge García y Gustavo Rico se han unido para crear una novela gráfica con una trama principal que ha sido contada en cantidad de ocasiones, aunque no desde la perspectiva de la Ciencia Ficción. Es decir, la revisión del mito artúrico como nunca antes se había visto. De hecho, si os dijera la pregunta-premisa que fue lo que me enganchó a leerlo, quizás os pase lo mismo: ¿Qué pasaría si Merlín no fuera humano? Vamos a ver, que no fuera…, ¿y si fuera un ente extraterrestre que llega a la Tierra con un extraño secreto y se inmiscuye entre los de nuestra raza con un curioso objetivo? En una época donde aún persisten los poderosos linajes, los guerreros, reyes y sabios… ¿Y si este ser que se hace llamar Myrddin conviviera, aconsejara y ayudara al Rey Arturo y a su hermana Morgana gracias a la tecnología que maneja? No me digáis que no es una sinopsis cuando menos atractiva. Tenemos aquí una revisión o una relectura a la enorme trama histórico-fantástica, a todo lo que rodea a la excelente historia pilar de Excalibur.

Bien, pues Jorge García y Gustavo Rico hacen lo propio en este cómic, o más bien, novela gráfica. Un interesante prólogo de Sagar Forniés (ilustrador, director artístico y escenógrafo español muy amante del mito), ya nos advierte de inicio que la obra que nos disponemos a leer, elude bastante bien los preceptos clásicos de la literatura clásica y la convierte en un filtro del glam-rock (???) con un dibujo y color impactante.

Muy de acuerdo, con este señor.

Y así conocemos a Myrddin, que es un ser diferente, pero no extraterrestre, ni alienígena… Espera, espera, ¿o sí? De Merlín viste pero es otra cosa, de eso no me cabe duda. Un ente, casi un espectro, que no solo interactúa con los protagonistas de la trama. También con el lector. Jorge García me ha parecido un genial guionista capaz de crear una interrelación extraña mientras vas leyendo el cómic. Arturo, Morgana, Mordred, Ginebra, Lancelot son de algún modo diferentes a los personajes clásicos que uno tiene en mente, pero tienen un no-sé-qué interesante que provoca que quieras saber más de ellos. Con lo que García provoca una lectura diferente creando diversas tramas que empiezan a entrecruzarse a ritmo vertiginoso, y cuando te quieres dar cuenta, has llegado al final. Y eso deja una sensación extraña…

Como he oído por ahí, si que es cierto que mezclar Ciencia Ficción y Fantasía no suele ser plato de buen gusto. Como decía mi abuela: «Azul con verde, muerde». De los tres grandes géneros del fantástico son quizás la mezcla más “dolorosa”. La más difícil de llevar a cabo sin llevarse algún tomatazo. Pero si se consiguen poner límites en ciertas grietas como hicieron aquí Jorge García y Gustavo Rico, la historia sale adelante sin problemas y se convierte en una novela gráfica a la que unos cuantos de ustedes debieran dar una oportunidad. Y más sabiendo (aún me fustigo por no haber estado al tanto) que Myrddin era considerado uno de los cómics más esperados del año y ya está aquí. Un tandem tan potente como el de García y Rico -tras la genial Los Dientes de la Eternidad-, no era para menos.

¿Y qué cuenta? Prefiero que lo descubráis por vosotros mismos. Aunque ya estáis al tanto del ochenta por ciento de la trama, seguramente. Pero a eso sumad algo tan eternamente atractivo para vosotros lectores del fantástico como historia, leyenda, tecnología y viajes en el tiempo en una trama oscura, afligida, casi melancólica…, de una realidad en la que se nos cuenta de algún modo el auge y caída de Camelot.

Una obra caprichosa, original, digna de aplauso por lo diferente. Norma Editorial como siempre apostando por los mejores autores patrios, poniendo a su disposición su potente gama editorial, cosa que provoca mis aplausos.

Una de las grandes apuestas, muy digna, que merece ser apoyada por todo lo que concierne. Páginas que destacan trama, dibujo y edición. ¿Cómic del año? Veremos. Pero buen ejemplo de perfecta sincronización.

Reseña: Helldorado, de Ignacio Noé, Jean-David Morvan y Dragan

Helldorado es una aventura “histórica” llena de furia y sangre magníficamente retratada por Ignacio Noé y Morvan. Utilizo las comillas en la palabra «histórica» pues como habréis deducido, lo que aquí se cuenta no tiene mucho que ver con la realidad, por mucho que nos pongamos a imaginar y queramos poner a los españoles de entonces como los peores demonios que han pisado la Tierra algúna vez. Pero bueno, una vez advertidos, quizás aceptéis como yo desde el principio al personaje completamente ficticio de la trama y os llegue a gustar. Porque, sin duda, el punto fuerte de esta novedad que nos trae la editorial Nuevo Nueve, es obviamente su dibujo y sus colores.

En Helldorado vais a encontrar un universo visual tan chulo que con cada página vais a querer sumergiros más y mas en la historia. Muy, muy lejos, del universo realista histórico estándar que encontramos en tantas series del género, aquí se trata un dibujo en particular, con personalidad, incluso en su colorido y sus diseños digitales, que también aportan bastante. Mi interés por las civilizaciones precolombinas me empujó a querer leer de inmediato Helldorado. Y eso que ya venía dispuesto a que me contaran un resultado diferente. El inicio del cómic con su larga secuencia sin diálogos es sobrecogedor, cruel, una verdadera abominación que quizás fue lamentablemente perpetrada sobre dichos pueblos en varios lugares de Mesoamérica. Pero lo que imaginan entonces los autores, está inspirado en enfermedades infecciosas traídas por los conquistadores, como por ejemplo la viruela. Organismos no exentos de infección para colmo de luchadores en una cruenta guerra. Enfermedades que se propagan rápidamente a gran escala…

Entonces, no contentos con destruir las ricas civilizaciones amerindias de México, historiadores serios han probado que los españoles probablemente mataron más nativos por contagio de enfermedades que por armas. El tema de la Conquista donde la inevitabilidad del ser humano se crece, pero metiendo por mi parte a todos y cada uno. Díganme si no qué soldado mesopotámico, egipcio, romano, del imperio británico, francés, holandés, estadounidense no conquistó así. Qué poderoso gobierno no se dejó llevar por su afán de ser más que el de al lado; arrasando e imponiéndose contra el débil. Cuentan que de los diez millones de indios que poblaron México (mayas, aztecas, toltecas…) antes de la llegada de los conquistadores, solo quedaba una cuarta parte hacia 1521.

A partir de este postulado, los autores de Helldorado demonizan a los españoles, no solo por sus actos bárbaros y brutales, sino también por su aspecto físico poco atractivo, con rostros de degenerados, medio-zombies, del que el Capitán Abatirso es el ejemplo más llamativo con su silueta de ser medio quemado. Por otro lado, los amerindios también son crueles, y eso me gusta que se represente. El problema son los seres humanos, no tal o cual pueblo… Aunque obviamente aquí, ellos están defendiendo su casa. No obstante, lo que impacta en Helldorado es como una potente enfermedad lleva a cuerpos vivos en movimiento y descomposición, no muy atractivos a primera vista, a seguir luchando. Así como pintar un retrato realista de estos pueblos de ascendencia maya o azteca atrapados en sus prácticas sacrificiales y sus rivalidades tribales. Sólo el diálogo algo moderno de ciertos personajes, no va muy bien con el contexto histórico. Aunque la trama resulta muy creíble a nivel de decoraciones y vestuario.

Conocí a Ignacio Noé en 1996 en una serie erótica bastante impactante como fue El Convento Infernal (creo que aún la tiene disponible Ediciones La Cúpula), donde su dibujo hiperrealista ya causaba sensación. Pero es en Helldorado donde encuentra terreno fértil, abierto, sin restricciones, para desatar su talento gráfico; los rostros devastados de los españoles y los propios de los amerindios están terriblemente bien conseguidos. Es impresionante visualmente como decía antes, a pesar del coloreado digital, poder trasladarse al Siglo XVII, a una pequeña isla tropical en medio del océano Atlántico y ver el desenlace entre conquistadores españoles y Syyanas, indios nativos que la habitan. Con un terrible enemigo en común contra el que tendrán que aliarse de alguna forma.

Helldorado tiene una buena trama, un guión curiosamente llevado, que fuerza a razonar una filosofía algo ingenua (humanista), la capacidad para darle la vuelta a la historia que siempre nos han contado con brutalidad de fondo. El ritmo es bueno una vez que has comenzado. Es difícil no querer leerlo hasta el final. Queda a la reflexión las carnicerías de esta época, pero el cómic es recomendable como poco. Una enfermedad para unirlos a todos.

Reseña: Érase una Vez en Francia (Integral), de Fabien Nury y Sylvain Vallée

Para que veáis que no siempre aconsejo lo mismo, los álbumes de Érase una vez en Francia no pasa nada si los leéis o coleccionáis de forma independiente. Quiero decir, este nuevo integralazo que saca Norma Editorial es una maravilla tenerlo así pero tampoco pasa nada si… jajaj; nada, a quién queremos engañar. Somos víctimas de la Era de los Integrales y nadie puede remediarlo. Somos lectores de cómics de toda una vida y ahora muchos, señores mayores que lo queremos todo en buena calidad, preciocidades que queden bien en la estantería, historias maravillosas en formato viñeta que si salen a buen precio pues, manjar de los manjares. Y esto precisamente ocurre con el integralazo que se acaba de marcar Norma Editorial de una historia que fue todo un descubrimiento no solo para mí, sino para miles de lectores a nivel europeo. Érase una vez en Francia es otra de esas buenísimas historias con el marco de la Segunda Guerra Mundial como fondo. Y hay algunos dirán: ¡Ostras, guay!, y otros: ¿Otra más? En los dos bandos estuve yo. Pero si carburas un poco ves que el tema es fácil: la Segunda Guerra Mundial da para mucho. No cientos, miles de historias curiosas, evocadoras, macabras y bellas se dieron en el periodo de tiempo que cubre la pre-guerra, el conflicto bélico e incluso la pos-guerra. Esa tremenda desazón que cubrió todo un planeta en el pasado siglo XX. Y que lo paralizó a nivel de crecimiento y esplendor.

Parece algo inevitable.

En Érase una vez en Francia, muy pronto se nos presenta un personaje cumbre, cuya maldición fue difícil quitarse de encima pero cuyo don para los negocios hizo que le fuera fácil salir del anonimato. Huérfano, inmigrante, chatarrero, millonario, colaboracionista, miembro de la Resistencia, criminal para unos y héroe para otros; Joseph Joanovici fue todo eso y más. Vamos a descubrir aquí la historia de un hombre ambiguo, sin miedo, un judío que casi la guerra le vino de perlas para su modo de ver la vida en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial. ¿Alto y claro? Joanovici hizo fortuna a costa de los nazis. ¿Pero a qué precio? Érase una vez en Francia cuenta la historia de Josef Joanovici, un judío analfabeto emigrado a Francia tras las purgas zaristas y donde se abre camino gracias al tío de su mujer el cual le da trabajo para sacarlos a ella y a su bebé adelante. Empieza con el negocio de la chatarrería y se da cuenta rápidamente que los metales van aumentando de precio a medida que el conflicto armado avanzaba. Un material que se fue poniendo cada vez más difícil de conseguir para los gobiernos por la inminente guerra. A raíz de esto, Joanovici consiguió crear un poderoso imperio mafioso capaz de codearse por un lado con una Francia alicaída y por otro con los nazis cuya ocupación estaba al caer. Estaba en el lugar exacto en el momento justo. Sin embargo, Josef Joanovici ocultaba una faceta mejor y apoyaba a la Resistencia al mismo tiempo que salvaba a cientos de sus compatriotas judíos cuando podía. La historia sigue tras la guerra y Joanovici es cada vez más influyente, poderoso y escurridizo. De ahí a que empiece a ser investigado implacablemente por el juez de Melún cuya obsesión era acabar con el que consideraba un traidor que ayudó a los nazis cuando Francia como país le acogió sin remilgos.

Pues todo esto y más en un integral de época. Nada más y nada menos que seis volúmenes que te mantendrán más que enganchado a la historia de Joseph Joanovici. Una serie que se ha convertido en una de mis favoritas (tanto de libros, pelis y cómics), mayormente por el trasfondo, el dibujo hermoso y ciertas ilustraciones muy fílmicas. Un trabajo genial de Vallée, un dibujo elegante capaz de caracterizar a los personajes y tratarlos como gente real, que rebosa frescura y dinamismo.

Fabien Nury (WEST, Yo soy legión) y Sylvain Vallée fueron capaces de transcribir perfectamente la procrastinación específica de este período. Joseph Joanovici no fue ni completamente blanco, ni completamente negro. Era gris, como tantas personas que se ven de pronto al filo del abismo. Los autores se inspiran en un personaje real para crear una trama trepidante, al más puro género negro. Nos proponen una serie apasionante, creando uno de los cómics más vendidos del continente europeo. Una trama que tiene claras referencias al cine ochentero, a Martin Scorsese, y obviamente el titulo es un homenaje al film Érase una vez en América, de Sergio Leone. Aunque los argumentos no tienen nada que ver.

La historia está dividida en álbumes o arcos argumentales. Por eso os decía al principio que también se disfruta en formato no íntegro. En definitiva, una historia maravillosa por la que los que productores de Hollywood deben de estar ya frotándose las manos.

Si algunos pasáis de largo pensando que este es otro cómic bélico más, estáis muy equivocados. Érase una vez en Francia ha sido un cómic multipremiado, súper recomendado, Premio a la Mejor Serie en el consagrado Festival de Angoulême. Se dice pronto.