Reseña: Aniquilador, de Grant Morrison y Frazer Irving

Con el poder fácil de crítica internetera, nos estamos volviendo bastante exigentes. La crítica fácil, hiriente, en muchos casos, está a un paso. Y encima te suele venir de un verdadero «entendido». Todo esto en el sector que quieras. Amplia oferta. En el mundo literario y de cómics, hasta te suele venir de un bebé de veinticinco años que se aburre más que respira. No obstante, leer reseñas, criticas de un cómic USA nuevo, y que el noventa y nueve por ciento de la gente lo categorice de 10; eso no es raro, sino lo siguiente. Es de extrañar y asusta. Por qué todo lo que mayoría pone por las nubes, al que mira de soslayo le tira para atrás. ¿Cierto, señor filósofo? El ser humano es bastante complejo. Y da igual si en este caso el tema viene de la mano de un autor de renombre como es Grant Morrison. O quizás no de igual por que yo con Morrison siempre tengo sentimientos encontrados. Excepto cuando hace Ciencia Ficción. CF obtusa de la buena.

Aniquilador (Annihilator) es el último trabajo de una nueva era en la carrera de Grant Morrison. Uno de los autores más prolíficos y comercializables del noveno arte. Después de trabajar como un importante arquitecto y escritor en DC Comics durante décadas, Morrison pasó a proyectos propios comenzando con la miniserie Happy!, que tanto me encantó en su día. Y me remito a ella para comparar. Pues Happy! encuentra esperanza en el dolor, mientras que Aniquilador se centra en la desesperación que es el centro de la creación. Y con esto hablo del autor así como del protagonista de Aniquilador. Quien crea tiene que afrontar constantemente el abismo de la nada, creando algo de donde  no hay nada y se enfrenta al fracaso y el abandono. Con humor seco, atmósfera inquietante y una dosis de asombro de CF, es cierto friends, Morrison aquí crea una maravillosa trama.

Los eventos de Aniquilador siguen a dos personajes, ambos viviendo en una confusión de ficción y realidad. Nos presentan a Ray Spass (que no se donde oí que se pronuncia Ray «Espacio»), un guionista de cine que alguna vez fue famoso y al que se le ha dado una oportunidad de franquicia cinematográfica titulada Aniquilador, como un medio de salvar su decadente carrera. Ray quiere contar la historia definitiva de casa encantada pero ambientada en el espacio exterior. Como tal, se ha mudado a una mansión terrorífica de esas que vienen con historias paranormales detrás aparte de oscuridad y depravación. Ray tiene muy claro que su nuevo guión se centrará en el personaje de Max Nomax (un gran nombre morrisoniano que representa astutamente la dualidad), y todo como si Nomax viviera una vida normal. Dos tipos que se ven peculiarmente similares, pero tienen estilos drásticamente diferentes. Aparte de que ambos están preparados para esos agujeros negros simbólicos y literales… Es decir, el meta-cómic dentro del meta-cómic.

Los agujeros negros son un símbolo recurrente desde que empieza la trama. Lo que subraya su intención muy al estilo del film Donnie Darko. No obstante, este cómic trata al cien por cien la desesperación del acto de la creación… cuando no aparecen las musas. Para Nomax es como encontrar la cura a la muerte, para Spass es el proceso de comunicar una visión (más una pequeña cura de muerte) desde el sumidero de esa mansión ubicada en Hollywood donde los agujeros negros representan la finalidad de todas las cosas. ¿Cómo en todos lados?¿Es de extrañar entonces que se detecte otro agujero negro (juego de palabras) en una resonancia magnética del cerebro de Spass? Aquí hay que darle al coco, como suele pasar cuando Morrison se pone “durete” al intentar una renovación creativa. Spass enfrenta su desafío más difícil al escribir esta película. Depende todo del acto de borrar el interior de la mente, una idea que parece funcionar en múltiples niveles de significado. Y si no me explico bien, mejor leer el cómic… jajaj. Un tomito en el que Frazer Irving aporta un dibujo semi-realista y semi-fotográfico que me dejó ojiplático. (¿Veis a Prince por aquí?).

Aniquilador es de esas historias que dejan muy buen sabor de boca pero que casi no entiendes. Al menos, en mi caso. ¿Otra comparación peliculera? Lo mismo me ocurrió con Interestellar.

Reseña: Manor Black, de Cullen Bunn, Brian Hurt y Tyler Crook

El otro día en la reseña de Los Dementes (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4985), os decía que una de mis nuevas aficiones comiqueras para asegurarme el disfrutado era intentar leer todo lo que salía de Cullen Bunn en este país. Por que siguen llegando cosas. Y todo gracias a Norma Editorial que parece haber puesto el ojo en él y mejor aún, en sus series de Terror. Y, en definitiva, eso es. Tras“pasarlo “bien” con Los Dementes, uno quiere más. Una muy buena opción para mis macabros planes ha sido leer Manor Black. Una serie en TPB, novedad de mes que se va. Y contnué la misma idea: llegar a la serie sin tener ni pajolera idea de qué iba. Introducirse en el miedo, sabiendo que estaba, nada más y nada menos, que ante los mismos creadores de Harrow County. Una serie que nos está flipando a muchos.

Conocer la vida y maldición de Roman Black, el anciano patriarca que desea salir de la espiral mortal en la que se haya inmerso; antes de que sus siniestros hijos comiencen a pelearse por quién tomará el control de la Mansión Black. Pero Roman, después de todo lo que ha hecho en sus casi doscientos años en esta tierra, piensa: ¿Así será su legado? Se le ocurre que quizás la esperanza esté en manos de un joven maga llamada Ari. Roman romperá todos los moldes cediéndole sus poderes para que todavía quedé esperanza en el mundo.

Un mundo que quiere arder.

Si tuviera que usar una palabra para describir Manor Black, sería «inquietante». Hay un constante presentimiento de mal rollo en cada página. No se detiene, ni por un momento. Puedes llegar a pensar que tienes un segundo para recuperar el aliento cuando nuevamente Roman avanza a través de su vasta mansión escudriñando, aunque sabes que, en realidad, está atrapado en la garganta de un ser monstruoso que lo quiere engullir. Y lo sé, friends, lo sé. Muchas de estas geniales sensaciones que aporta el cómic es atribuible al artista Tyler Crook y su estilo incomparable. Provoca una variedad de niveles de Terror, desde lo sutil hasta lo absolutamente aterrador con escenas de acción. ¿Por ejemplo? Las primeras páginas de Manor Black donde tienen a Ari en una camioneta y huyen. Es una forma tensa de mostrar un cómic y solo lo es más cuando doblan una esquina y ven a un espeluznante hombre enmascarado parado en la carretera. Un sorpresón, un susto de los buenos, que se traslada maravillosamente bien al lector. Además, lo inquietante que es pensar cada segundo, que no estamos seguros, que no tenemos ni idea de cuáles son las reglas, ni los planes, de la Mansión Black.

¿Cuáles son los verdaderos horrores y monstruos aquí?

Otro gran ejemplo es cuando Roman visita un gran reloj de arena, presumiblemente lleno de sangre. Literalmente, está viendo cómo se le va la vida. Entonces Crook (con sus dibujos) captura ese sentimiento de tristeza en la mirada de Roman. Al instante, entendemos cuánto tiempo ha estado en «el proyecto” y el poco tiempo que le queda para marcar la diferencia. Pero la cuestión de la trama, del guión, es cómo actuará Roman. Y nos preguntamos: ¿Es un hechicero malvado? ¿Benévolo? Todavía lo estamos averiguando. Los escritores Cullen Bunn y Brian Hurtt nos mantienen entre pesquisas, especialmente después de ver lo que hay en la habitación tras el reloj de arena…

Manor Black no trata sólo a hechiceros oscuros. También hay una perspectiva humana y eso nos muestra cuán inusual e inquietante puede llegar a ser esta historia. Eso, solo habiendo leído el primer TPB que recopila los números del #1 al #4, de una serie que está hecha a medida para los fans de Harrow County y/o The Sixth Gun (serie de Cullen Bunn que me muero de ganas que se publique en nuestro idioma). Pero tiene sentido, ¿no? Cómics hechos por el mismo equipo creativo con el que ya nos vamos deleitando en Harrow County, donde ofrecen uno de mis tipos favoritos de Terror. Ese ente argumental que se filtra en tu piel y te hace sentir incómodo mientras vas leyendo.

Me encanta.

Reseña: Soy una Mata-Gigantes, de Joe Kelly y Ken Niimura

Soy de la opinión que, como amante del noveno arte, si una obra ha recibido cantidad de premios y no has oído a nadie hablar de mal de ella, precisa un mínimo de atención por tu parte. Después estará el dibujo que puede ser maravillosito o no, el guión que puede pegar tu espalda al sofá de escai o no, pero el mínimo de atención, siempre. Lo que se le dice «echarle un ojo». Eso como mínimo. Otra cosa es que me digas que mejor no, vaya a ser que te encante y no puedes (económicamente) meterte en más líos, de momento. No obstante, recordad una máxima dentro del mundo del cómic: es un hobby que necesita (para tu bien) tener muy cerca amiguetes con la misma afición lectora. Y ahora os cuento mi caso. Me sentí un poco fastidiado tras ver la adaptación cinematográfica de Soy una Mata-Gigantes (I Kill Giants). Comentándolo con un colega este me sugirió que probara el material original. Que recurriera a las fuentes… ¡A las fuentes! Lo que yo más promuevo. Vaya tela. Y resulta que Norma Editorial acaba de publicar una nueva edición en tapa dura de este título que me atrae mil. Por tanto, las coincidencias no existen. ¿O sí?

Bien, os aseguro ya que Soy una Mata-Gigantes, de Joe Kelly y Ken Niimura, es mucho más transparente y atractiva que la versión cinematográfica. A la película le gusta ir a horcajadas sobre lo que está sucediendo y exactamente, eso es lo que no se debiera evitar. No se puede jugar con eso, no con el suspense (ese al que tanta importancia daba Patricia Highsmith); pues pierde fuerza. Ese “suspense” tratado como don de un guión es la sangre que mueve un cuerpo. Un trama con una máxima importante, además: los Gigantes son reales, y sí, la gente puede verlos.

Me enamoré, me encanta la protagonista Barbara, que en el cómic es un poco más joven, más agradable, más vulnerable y un poco más… redonda. La película comete un error porque nos mantiene intentando adivinar cosas sobre Barbara cuando en el cómic Kelly nos cuenta, casi de inmediato, todo sobre la confusión personal que tiene. Importante: sabemos por qué pelea y sabemos contra qué pelea. Al ser tan directo, Kelly crea un arco argumental lleno de emoción en un viñetario que tal como está ideado (blanco y negro, con poco texto, cuasi-manga) impacta y lo devoras en nada. ¿Pero qué cuenta este tomo ganador del Premio Internacional de Manga de Japón, la Mejor Novela Gráfica Indie de 2008 y escogido como uno de los 10 Mejores Cómics Juveniles por las Bibliotecas Norteamericanas en 2010? Cuenta la historia de Barbara Thorson, de diez años, una alumna de quinto grado que es mucho más madura que cualquier chico/a de su edad, pero que decide dedicar la mayor parte de sus preocupaciones a un «mundo de fantasía» en el que lucha contra temibles gigantes con su martillo mágico. Mas, no penséis que esto es un juego, ya que Barbara pasa horas investigando a esos seres, preparando su arma y colocando trampas de manera diligente y estoica. Sin embargo, un día, cuando una nueva estudiante llamada Sophia se hace amiga de Barbara, esa misma que anda en el punto de mira de Taylor, la matona de la escuela que hace miserable la vida de todos… La vida se vuelve más complicada para la joven mata-gigantes.

Soy una Mata-Gigantes sigue la regla de Bechdel, de hecho, a muy pocos personajes masculinos se les da tiempo de página en este cómic y rara vez se los menciona. Los problemas de Barbara con Taylor obligan a la escuela a enviarla a un terapeuta, quien cree que los gigantes son la forma que tiene la pequeña de lidiar con situaciones mucho más serias. Problemas en casa y demás. Y es que a medida que las situaciones tanto en el hogar como en la escuela se intensifican, la línea entre fantasía y realidad se difuminan. Y la conclusión de la historia deja todo totalmente abierto y con satisfacción tanto para fans de los fantástico como para escépticos. Es en esta mezcla de fantasía y realidad que I Kill Giants realmente sobresale (y aprovecha el medio, donde lo fantástico es más común que lo mundano). Obra genial muy en el tono de Un puente hacia Terabithia.

La dedicación de Kelly y Nimura al proyecto se muestra en cada página. Los personajes son absolutamente únicos, tanto conceptual como visualmente. Así que no nos andemos con rodeos: Soy una Mata-Gigantes es uno de los cómics más “regalables” para jóvenes y adultos que podéis encontrar ahora mismo en librerías.

Reseña: The Weather Man (El Hombre del Tiempo), de Jody LeHeup, Nathan Fox y Dave Stewart

¿No os pasa que leéis o visualizáis una historia que creéis nueva y, sin embargo, te pegas todo el viaje preguntándote por qué te suena? Eso me acaba de ocurrir al terminar este primer tomo de The Weather Man (El Hombre del Tiempo) que publica Norma Editorial y que engloba los primeros seis números de una historia que ha gustado bastante en USA por lo que he podido saber. Una de las mejores historias de Ciencia Ficción que he podido leer últimamente y eso que aún no ha terminado. Pero mucho tiene que cambiar el tema para que el argumento deje de gustarme porque estamos ante una trama que produce las sensaciones que me dejó (lo flipado) en su día en mi juventud y en el cine, el film de Desafío Total; la antigua, por supuesto, la de Arnold Schwarzenegger. Pero, ¿a eso me recuerda? No, no, creo que no. Hay algo más escondido in memory…

Recomendado por Rick Remender, Garth Ennis, Frank Quitely y Gerry Dugan y, por supuesto, por mi tito americano que hace de espía o de alerta-tsunami ante series tan chulas que podrían llegar a nuestro país; tuve que ponerme con The Weather Man (El Hombre del Tiempo). (¿De qué me suena este argumento?) Debo decir que no estaba preparado para esta obra. Con tanto rumor positivo temí que me decepcionara. Pensé que podría ser otro cómic típico de CF lleno de clichés, un debut que sorprende a los que apenas tienen bagaje lector detrás… Aunque para nada. Impactante lo que han creado Jody Leheup, Nathan Fox, Dave Stewart, Steve Wands y Tom Muller, y a las pruebas me remito: The Weather Man nos traslada a una civilización en Marte en el año 2770. Pero algo malo pasa, algo catastrófico sucede, la sociedad… Bueno, entra en escena Nathan Bright, el meteorólogo. Lleno de carisma y encanto, y el amor por su amado perro, que no puedes evitar que te guste Nathan. Pero las cosas se ponen patas arriba cuando un grupo de “señores” armados aparecen disparando contra Bright, dejándonos con el final de un primer número con eventos que no sabes muy bien por donde coger. Un primer número potente que provoca que quieras saber más y no sueltes el tomo.

Lo dicho: el lugar, Marte, el año, 2770. Una catástrofe inexplicable ocurrió en la Tierra y ahora todo lo que queda de la raza humana vive en Marte. La moral está baja y la gente necesita distracciones de la terrible realidad que les rodea. Bright es el meteorólogo matutino más popular del planeta rojo y está más que nada para distraer a la gente de sus problemas. También acaba de tener una cita que se arruina por la llegada de varios tipos cargados de balas hasta los dientes. Es algo diferente. A Nathan no le suele pasar que le arruinen una cita, es la celebridad de moda al que la mayoría de las mujeres ven como ponerse un pin en la minifalda. A pesar de esto, Nathan es un tipo básicamente decente si se ignora su total falta de ética laboral, su borrachera constante, su superficialidad, su pobre higiene y la falta de escrúpulos con respecto a su trabajo. Por lo general, le cae bastante bien a su perro. Aunque desafortunadamente su perro no podrá salvarlo ahora que ha sido acusado del asesinato de casi todos los habitantes de la Tierra.

Me cautivó el ritmo frenético y la excelente escritura de Jody Leheup. Me impidió mirar cualquier cosa fuera del viñetario que tenía delante. Secuencias bien representadas con el estilo artístico agradable de Nathan Fox. Sé que es un cliché comparar cualquier tipo de distopía futurista con Blade Runner, Cowboy Bebop, Desafío Total y demás. Pero The Weather Man se aprovecha de esa estética “cercana” y catastrofista de visión de cómo aparecerían las futuras ciudades de Marte y mola. También tiene un toque Aeon Flux en la coreografía de las escenas de acción, donde los colores de Dave Stewart lo bordan. Me gustó de la historia la profundidad en la trama que se va consiguiendo con cada número. Cuando llegas al sexto capítulo no queda otra que pensar que esta primera parte ha sido una montaña rusa de emociones. Una miniserie que guarda todo lo chungo para el final.

Acción emocionante y visceral, sientes cada golpe y… No voy a desvelaros nada más de la trama como podéis ver. Me encantó. Ahora que lo pienso…, creo haber escrito un relato hace años muy parecido y…, quizás, de eso me suena.

(Maldita sea)

Reseña: El Loto Carmesí, de John Arcudi, Mindy Lee y Michelle Madsen

Hacia tiempo que no me ponía con algo de los mundos creados por Mike Mignola, de los que salen (y seguirán saliendo) cantidad de spin-offs. Historias alternativas que tienen ubicuidad en este sendero de magia negra, pactos con el diablo y seres aberrantes del submundo que quieren tener cada  vez más presencia en la Tierra. Un mundo muy Lovecraft del que poco se habla pues, en mi opinión, Mignola ya ha sabido separar bastante bien sus creaciones de todo lo creado por el terror primario que proponía el de Providence. No obstante, la obra que os traigo hoy ni siquiera es de Mike Mignola. Es más, el maestro, ni siquiera sale en los créditos como alegato a haber participado en algo de lo que se cuenta en El Loto Carmesí. Aunque dudo mucho que no le haya echado un ojo… Esta historia es de John Arcudi.

John Arcudi (Abe Sapien, A.I.D.P) es un guionista de cómics estadounidense conocido por su trabajo en The Mask pero, sobre todo, en A.I.D.P. (Asociación para la Investigación y Defensa Paranormal / B.P.R.D en USA), el titulo hermano de Hellboy. Lugar donde obviamente se hizo íntimo de Mignola. Se considera muy fan de Edgar Rice Burroughs y William Faulkner y eso en su trabajo se nota. En El Loto Carmesí es el encargado de contarnos los orígenes de la principal enemiga de Bogavante Johnson; otro personaje de este mundo del que no me pierdo una sola aventura y al que deberíais echar un ojo si estáis leyendo esto. Pues, antes de convertirse en el mayor adversario de Bogavante Johnson, el Lotus Carmesí fue una niña que se vio envuelta en la Guerra Ruso-Japonesa. Treinta años después, Lotus aún tiene rencor en su interior como para seguir jurando venganza eterna contra las potencias internacionales. Y dos espías intentan ir a por ella en territorio chino antes de que cantidad de gente inocente (o no) se conviertan en moscas en su telaraña.

Pese al género negro o de novela de espías que promueve El Loto Carmesí, diría que esta recopilación de los siete números que comprendieron esta miniserie y que publica la siempre recomendable Norma Editorial; diría, que tenemos aquí un thriller conspiranoico sazonado con temas sobrenaturales. En el Universo de Hellboy (mundos donde se meten estas historias como podéis ver anunciado en la portada del cómic), un elemento básico para la creación de dicho universo son estas miniseries one-shot que tan buen sabor de boca dejan. En esa amplia existencia, también son comunes las historias de origen y precuelas. Ya he disfrutado de chuladas como El Origen de la Llama Negra (Rise of the Black Flame, 2016), Rasputín: La Voz del Dragón (The Voice of the Dragon, 2017), Koshchei, el Inmortal (Koshchei the Deathless, 2018) y ahora nos llega El Lotus Carmesí (Crimson Lotus, 2019). Cada una de estas historias nos adentran en territorio inexplorado, visitando épocas que nunca antes habíamos visto, presentando personajes que nunca antes habíamos conocido. Guiones, que son una nueva astilla en ese árbol centenario que implica la construcción de este enorme mundo. Incluso cuando se trata de personajes familiares, como Trevor Bruttenholm en La Voz del Dragón, los vemos en un período de su vida diferente al que realmente los conocimos. A menudo, hay mucho que presentar y a veces, estas historias luchan bajo el peso de ello, especialmente, en momentos que intentan reforzar las conexiones con el Universo Hellboy en su conjunto.

Una cosa que me sorprende es (por que algunos lectores de cómics tienen mucha prisa en su vida y apenas se paran a leer lo que tiene en la punta de la nariz), que ciertos seguidores de Hellboy tardan en darse cuenta o les están pasando desapercibidos estos títulos. Algunos tan indispensables de leer que casi cualquier arco del Chico Infierno. Sé que suena comercial, pero estas obras (supongo que parte de la cabeza de Mignola) están elaboradas de tal forma que tienes que leerlas todas para que en tu cabeza de chorlito se componga el mismo puzzle. O me da que nunca se completará al cien por cien. Es cierto que al entrar en El Loto Carmesí hay muy pocos personajes familiares a los que aferrarse, más que cualquiera de los otros títulos mencionados anteriormente. Y es por que Arcudi parece disfrutar de lo distante que parece al principio su guión. Mas, cuando has leído bastante del tema sabes que es un universo circundante, hasta el punto de que el tejido conectivo es casi accidental en ocasiones. Y esas nimiedades, seguramente, algún día se desarrollarán.

En términos de cohesión visual, el arte de Mindy Lee (Bounty, Bitch Planet) encaja perfectamente con el Universo Hellboy. Pude ver su trabajo molando mucho cuando trabajó con Gabriel Bá. Unas ilustraciones que tienen ese no-sé-qué que gustan. En El Loto Carmesí, también me encantan los colores potentes de Michelle Madsen (Cazador de Brujas). La forma en que complementan el trabajo de Lee. Y es eso, en su conjunto, El Loto Carmesí es un nuevo y emocionante thriller del Mignolaverso.

Reseña: Infiel, de Pornsak Pichetshote, Aaron Campbell y José Villarrubia

Cómic de Terror, ladies & gentleman, vamos con más de lo bueno. El pasado mes Norma Editorial publicó Infiel (Infidel), una de esas historias hechas para los que le encantan pasar miedo, o al menos (según tú y tu irracionalidad), lo intentan. Además, es un titulo que vale para corroborar un tema que suelo hablar con lectores constantes, esos mismos que se quejan tanto como yo de que se publica poquísimo Terror literario en nuestro país. Insisto en mi teoría y la expongo ya como una máxima:

El mejor Terror escrito

nos está llegando en formato cómic.

Una prueba fehaciente de ello es Infiel, el cómic de Pornsak Pichetshote, Aaron Campbell y nuestro paisano muy norteamericano José Villarrubia; otro trabajo donde lo borda, por cierto. Dicen que la diversidad es la sal de la vida, y yo alego que sin terror o miedo no estaríamos aquí hoy en día tan poderosos como nos sentimos. A lo largo de mis años como lector y entusiasta de novelas gráficas y libros de literatura fantástica que tratan los tres grandes géneros en el que me desvivo por leer buenas historias de Terror, me he topado con cantidad de argumentos que se limitan a adaptar clásicos o derivan de guiones fílmicos que sí fueron originales. Novelas gráficas escritas por hombres y mujeres, ideas gráficas elaboradas por afroamericanos, caucásicos, hispanos, chinos, indios, etc. Miedos que parten del interior de nosotros, los seres humanos. Dentro de este enjambre hay una parte de la colmena donde se ubican los que dan vida a algo en lo que no habíamos pensado. Algo original. Esa es mi eterna búsqueda del Santo Grial. Por eso no descanso hasta ponerme con un titulo que lo proponga, al que yo al abrir la primera página le diga: «Por favor, asústeme, me encanta pasar miedo. ¡Métete en mi cabeza!». Haz que me pregunte sobre la procedencia de ciertos ruidos en la noche o porqué en el lugar donde trabajo, oigo pasos en un pasillo en el que no hay nadie.

Una mezcla de todos estos conceptos se juntaron al leer Infiel, de Pornsak Pichetshote (un autor y director de cine tailandés-estadounidense), que con su guión provoca que te preguntes por qué la gente piensa que mudarse a una casa antigua es una idea espléndida. Un tema que engloba a todo ser humano, por el que tiene que pasar, da igual raza, género o religión. Pues en el Terror (para el dolor de Drácula), todos estamos en el ajo. El miedo no hace distinción.

Infiel es la historia de Aisha, una mujer musulmana-paquistaní-estadounidense, que vive en Nueva York con su prometido, Tom, un simpático hombre católico caucásico y su hija de un matrimonio anterior. Las cosas se vuelven económicamente difíciles para la pequeña familia (¿el desencadenante?), por lo que se mudan a un apartamento con la devota madre católica de Tom. Los choques culturales y de edad son inevitables, pero lo cierto es que Aisha se esfuerza mucho por suavizar las cosas y encontrar puntos en común en el nuevo hogar que ahora es su casa. Los escalofríos llegan cuando Aisha descubre que el complejo de apartamentos donde ahora vive fue una vez el punto focal de una masacre estilo Amityville. Un lugar “infiel” lleno de poltergeists, tensión racial, fantasmas, malentendidos religiosos, posesión demoníaca, xenofobia, una puerta al Infierno, en toda regla. Entonces, ¿qué podría salir mal?

Uno se identifica fácilmente con las experiencias de Aisha. Yo que a mi edad he trabajado en cantidad de sitios desolados a los que no quiere ir nadie -y mucho menos pasar la noche-, todo suma si los demonios aterradores que sobrevuelan nuestra mente, se hacen contigo. Historias gráficas así pueden ser todo desafío al ser leidas en sitios así. ¿Masoquismo? ¿La locura a un paso? «¿Por qué pasarlo mal?», dicen los que no quieren ir al cine a ver una peli de Terror cuando, en realidad, su pulso acelerado dice que lo pasaron bien, pasándolo mal. Que amo el Terror y punto, friends. En todas sus formas de expresión. Para mí, confirmar que hay alguien al otro lado, no es otra cosa que evidenciar que nuestra existencia se alarga de alguna forma. Para bien o para mal.

La lectura de Infiel provocó que me levantara más de una vez de la silla.

Reseña: Cobra Kai. La Saga de Karate Kid Continúa. La Historia de Johnny, de Denton Tipton, Kagan McLeod y Luis Antonio Delgado

Hoy es un día ideal para enseñaros este cómic. Esta novedad de Norma Editorial acaba de ver la luz en librerías y es un interesante momento para degustarlo por que entre otras cosas ayer mismo vio la luz en Netflix la esperadísima 3ª Temporada de Cobra Kai; una serie que para muchos pasó desapercibida en su momento, pero que desde que la cogió la omnipotente Netflix, ya empieza a dar que hablar (siempre tarde este país) entre el populacho.

Con una premisa interesante, una historia que nació de una teoría muy aplaudida que sorprendió a algunos en USA en un capítulo de Como conocí a vuestra madre, donde Barney Stinson (el rubio) alegaba que odiaba a Daniel Larusso y que realmente Johnny Lawrence era el perjudicado de la trama de Karate Kid, pues Larusso llega a sus vidas, le roba la novia a Johnny, es un llorón que necesita la ayuda de un viejo para defenderse y empieza a provocarlos a base de «bromitas»… En fin, ¿por qué el pobretón canijo tiene que derrotar y hundir la vida a un chaval que no tiene la culpa de rodearse de un sensei agresivo o tener un padre (padrastro) rico y ser el ídolo de muchos en el dojo de karate del barrio? Gustó tanto la idea tras ese capítulo de Como conocí a vuestra madre que los propios actores -que llegan a participar en el mismo-, Ralph Macchio (Daniel Larusso) y William Zabka (Johnny Lawrence) decidieron buscar guionista junto al dueño de los derechos de la saga como es el propio Will Smith. De ahí la película que protagoniza su hijo con Jackie Chan. Producir entre todos una serie llamada Cobra Kai, donde reivindicar de alguna forma la figura destrozada tras el Torneo de Karate de All Valley, de aquel chico mal parado, guapo y rubio.

Un spin-off maravilloso, que no me cansé de recomendar cuando partió en Youtube Premium. Dos temporadas que me hicieron vibrar e historia de la que siempre quiero saber más.

Por ello, es una celebración para mí la publicación de este cómic que me ha encantado. Aunque siendo sincero, no estaba seguro qué esperar de él. En tapa dura, este tomito recopila una miniserie de cuatro números que publicó IDW Publishing en USA. Quiero decir, la serie Cobra Kai es caña de la buena pero la idea de querer saber más, siempre corres el peligro de encontrar cosas que no te gusten, o que con idea de innovar, te lleven por otro camino que no quieres. Sin embargo, el guionista Denton Tipton me llevó a dar un paseo que nunca esperé. Un cómic que es una mirada al pasado, a escenas de la vida de Johnny durante la primera película, la original, la que dio el pelotazo en 1984. Aquella época en la que conocíamos a un Johnny Lawrence despreciable, el típico matón de peli…, pero Tipton (al igual que la serie de Cobra Kai) nos muestra el porqué Johnny actúa como lo hace. Pese a todo, el guionista nos enseña la parte del chico con la que sí puedes simpatizar, entendiendo que uno cuando es joven, solemos ser influenciables, tontos, y en muchos casos idiota.

Para el cómic, el artista Kagan McLeod se encarga de mostrarnos una historia que se vuelve interesante con el paso de las páginas y que muestra acción, mucha acción, bien llevada. Un ilustrador que captura el espíritu de los personajes sin copiar su semejanza exacta, lo que a veces podría distraer. Buen dibujante que pese a su estilo y originalidad, se acompaña bastante bien del colorista mejicano Luis Antonio Delgado para mostrar lo que desea. Colores primarios duros, una paleta que da realismo al cómic, el trabajo de Delgado es fantástico y no debe pasarse por alto.

Con Cobra Kai: La Historia de Johnny, pasa igual que con la serie de TV; no importa si eres fan de los films originales o si no has visto nada de nada nunca. Cuenta una trama interesante de gente como tú y como yo, historia de caída y auge en una persona que cumple todos los requisitos para el «Dime con quién andas y te diré quién eres». ¿Vale la pena? Definitivamente, vale la pena saber más, mucho más de esta trama. Pero desde ya os afirmo, por todos los santos y demonios, dejad de ser muggles: ved las películas, la serie de TV y si podéis, complementaros con este cómic. A partir de entonces, vuestro conocimiento será otro. Será ideal para que nadie te dé gato por liebre…

Reseña: Dune La Novela Gráfica: Libro 1, de Frank y Brian Herbert, Kevin J. Anderson, Patricia Martín y Raúl Allén

Viajé por Dune hace ya bastantes años cuando estaba de moda pasarnos novelas de CF entre compañeros de instituto. O más bien, entre amigos gustosos del fantástico que buscábamos emociones fuertes que comentar. Dune fue una de nuestras puntas de lanza que dio pie e inspiración incluso a partidas de rol. Novela, argumentos, Casas en guerra, fue nuestro Juego de Tronos. Aunque en formato novela para un nicho muy concreto. Tristemente, y tengo que decirlo, la lectura de literatura fantástica en años de estudios, se hace dificil si no tienes los profesores adecuados. Ahí lo dejo. En definitiva, Dune fue nuestro libro de cabecera y gracias a su lectura algunos indagamos más. Y había más. Pero os puedo decir que las dos únicas novelas buenas de la serie son la primera y la segunda…, pese a que el fanático acérrimo lo negará. Aunque cuando yo lo he recomendado, únicamente ha salido de mis labios el primero. Dune, a secas.

Bonita metáfora.

De ahí mi expectación por el cómic que acaba de publicar Norma Editorial en nuestro país. Partiendo de una novela que casi recomiendo leerla una vez al año, o cada dos, jamás pensé en la idea de ver la historia dentro del noveno arte. Y me atraía ver lo que podía hacer un apellido Herbert con esta gran historia. En concreto, la idea era quitarme el mono ante el film que se avecina. Así que los lectores interesados en sumergirse en el desalentador género de CF (eso me dijo una vez un hipócrita) pueden encontrar la lectura de la novela original de Dune, de Frank Herbert, en este genial tomito en tapa dura (Dune The Graphic Novel: Book 1), una primera parte de la mano de Brian Herbert y Kevin J. Anderson. Súper recomendado para lectores de las grandes epopeyas del género en formato ilustrado. Y es que a través de bellas ilustraciones (eso no te lo da la novela original y si tu imaginación es cortita…, estás tardando en pillar éste), coloridas y viñetas chulísimas, esta novela gráfica demuestra ser una adición importante a los que coleccionamos o queremos todo-todito-todo de Dune (¡me regalaron hace nada el nuevo juego de mesa!), en cualquiera de sus formatos.

Tal como cuenta Norma Editorial, ellos han decidido seguir adelante con la publicación pese al retraso del estreno de la esperadísima adaptación cinematográfica del gran Dennis Villeneuve. Y hacen bien. Uno o una quiere dulces mientras espera. Por eso, no tardé en degustar esta maravilla que en mi opinión le ha quedado de perlas al propio hijo del autor, que encabeza este proyecto de adaptación junto al escritor estadounidense de CF, Kevin J. Anderson, que ha escrito varias novelas de continuaciones en el Universo Expandido de Star Wars, autor que consta en su haber con el récord Guinness por ser el escritor más prolífico a la hora de firmar libros…, jajaj, qué tío. Pero lo más tremendo de todo es, que las magníficas ilustraciones son obra de dos paisanos nuestros como Patricia Martín y Raúl Allén. Eah.

Esta primera entrega sigue la historia de Paul Atreides, de quince años, mientras intenta navegar por su nueva vida en el planeta desértico Arrakis, donde su poderosa familia ha tomado el control. Cuando la madre de Paul, Jessica, encuentra una nota en un lugar secreto que le advierte de un traidor entre ellos, la familia Atreides se apresura a descubrir cuál de sus asesores de confianza está tramando matarlos. O peor aún, entregárselos de alguna forma al malvado barón Vladimir Harkonnen. Mientras tanto, Paul y su padre, el Duque Leto, se sumergen en las costumbres de este nuevo mundo colonizado; desde volar a través de las dunas de arena mientras intentan evitar gusanos gigantes devoradores de seres vivos, hasta ver como se compran y venden gotas de agua en las calles. Tanto Paul como su padre, disfrutan, a la vez que se documentan de alguna forma. El Duque Leto empieza a percibir que vivir en Arrakis no será una hazaña fácil…

A lo largo de esta primera novela gráfica, las bellas ilustraciones que acompañan al diálogo entre personajes proporcionan una visión especial a lo que Herbert quería que los lectores imaginaran mientras leían la novela original. Un aspecto particularmente agradable de la novela es una escena en la que Paul y su padre viajan a las dunas de arena para observar a los nativos de la mina Arrakis en busca de especias. Aquí, los lectores reciben información especial sobre la importancia de la minería de especias para el bien del planeta y lo peligroso que llega a ser ese tipo de trabajo. Paul y su padre tienen que usar trajes especiales para sobrevivir en el calor árido del desierto y el aire es tan potente en las dunas que ambos tienen que respirar con un aparato especial. Luego, cuando un gusano gigante amenaza con tragarse a todos los hombres de las dunas, la secuencia de acción que sigue proporciona la tensión y la emoción que necesita un buen cómic para obligar al lector a no apartar la mirada de las siguientes páginas.

Con la cantidad justa de información, épica y acción mezclados con política, podréis encontrar en Dune: La Novela Gráfica – Libro 1, una introducción perfecta al mundo de CF que propuso Frank Herbert y que deslumbró a millones de lectores. Diferentes razas, personajes, Casas en tregua o a pie de guerra, tensiones o intrigas para una epopeya que una vez que entras, quedas enganchado.

El primero de tres, friends. ¡Quedan dos tomos más!

Felices Fiestas.

Reseña: Aliens. Polvo al Polvo, de Gabriel Hardman y Rain Beredo

Si uno es un enamorado de la película, de las películas, de los cómics, de la franquicia, y no tiene para comer, tendrá que salir fuera a buscarlo, ¿no? Al bosque, a la montaña o a la tienda de cómics. Para los que somos fans de Alien, y todo lo que el film de James Cameron y esa alineación de autores inspirados crearon en su día, en nuestro país el bosque-frutal se llama Norma Editorial. Lugar donde encontrar nuevas historias de una de las más geniales sagas de Terror de todos los tiempos. Entre sus novedades, anda este mes, Aliens: Polvo al Polvo. Un pequeño tomito en tapa dura que recopila la miniserie de cuatro números del guionista Gabriel Hardman, un examen aterrador de porqué hay que temer a los Xenomorfos.

Después de Aliens: Órbita Muerta (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-americano/alien/aliens-orbita-muerta), tenemos nueva aventura en Aliens: Polvo al Polvo. Al igual que con Órbita Muerta, Polvo al Polvo es otra serie en la que el escritor y el artista son una sola persona. En este caso, Gabriel Hardman. Debo decir que estoy disfrutando mucho al ver estas series publicadas en nuestro país, que el bosque siga dando fruta a los monos-frikis insistentes que somos, que necesitamos saber más y más de esta ambientación. Pues además gusta también encontrar una única voz creativa que impulse narrativa y arte. Con un apoyo potente en el color como el que en este caso aporta Rain Beredo.

Aliens: Polvo al Polvo abre en medio de un brote en la colonia Trono en LV-871, cuando el joven Maxon Cregar (Max) es despertado por los sonidos de otros colonos que intentan luchar contra los aliens. Pronto descubre a su madre con un “regalito facial” mientras duerme y cuando se resarcen de todo y ella despierta, madre e hijo intentan unirse a la lanzadera de escape para evacuar la colonia.

Algo que realmente disfruté de esta miniserie es la sensación de plena acción, de desasosiego, que tiene desde la primera página. Te arrojan directamente al meollo de la cuestión. No hay una acumulación lenta, no hay páginas de exposición y no hay una comprensión real de lo que está pasando o porqué se ha ido todo al garete en tan poco tiempo. Simplemente, ya se encuentran en medio de la infestación e intentan salir de ella, cual peli de zombies. Otra cosa que me encanta es que está ambientada en una colonia que en realidad es/era funcional y estaba desarrollada. Hay un puerto espacial, hay edificios y calles y no todos parecen estructuras prefabricadas. Mola ver una una mirada más completa a una de las colonias desarrolladas en el universo Alien. Pero desafortunadamente, fue algo así como un vistazo corto, aunque se disfruta esa mini-ambientación propuesta. Dicho esto, finalmente llega una explicación en las páginas finales del último número y, en mi opinión, hubiera estado perfectamente bien sin ello. A veces, es mejor no saber, o quizás soy yo al que le gusta brindar por los finales abiertos.

Leí una entrevista en la que Gabriel Hardman hablaba de estos cómics que al parecer son una serie en su conjunto. El autor solía hablar de cómo deliberadamente quería utilizar a un personaje más joven como protagonista principal para reforzar un sentimiento de impotencia y falta de comprensión. Y lo cierto es, que encaja bastante bien con la falta general de antecedentes de la situación. Pero así como en otros cómics alabo la insistencia de crear unos personajes realistas, en Aliens: Polvo al Polvo el mérito es otro. Una aventura muy rolera, si me permitís. Aquí, pasa esto, y sálvese quien pueda. Ya veremos después. No encuentras ningún personaje perdurable, el Capitán de la lanzadera de escape ni siquiera tiene un nombre. Y no es algo malo. Todo lo contrario. Es otro modo de contar una historia. Es decir, Hardman hizo algo interesante con Maxon que me gustó bastante. Aunque es el personaje principal, aprendemos muy poco sobre él a lo largo de la historia. Tiene el impulso de sobrevivir, como todo ser humano, y lo que dicen los que le rodean realmente parece afectarlo, pero vocaliza muy poco sus pensamientos.

También me gustó especialmente el trabajo de diseño. Un problema que tengo con muchos de los cómics antiguos de la serie es que no necesariamente parecen encajar en el universo de Alien, o al menos a mí me lo parece en apariencia, entornos y tecnología. Bien, pues os aseguro que Aliens: Polvo al Polvo introduce directamente al universo peliculero.

Un gran marco, una gran construcción ilustrada, una buena aventura.

Reseña: Strangers Things. Especial Halloween, de Michael Moreci, Todor Hristov, Chris O´Halloran y Nate Piekos

Pase lo que pase ahí fuera y sea el año que sea, estamos en la época más espeluznante del año. Y, ¿qué mejor manera de anunciar la inminente llegada de Halloween que con una historia espeluznante de los niños de Stranger Things? Aún nada de lo contado en las series de televisión ha tenido lugar, lo que se cuenta en el Strangers Things: Especial Halloween ocurre seis días antes de los acontecimientos con el Demogorgon. Es la noche de Halloween en Hawkins, Indiana, y Will, Mike, Lucas y Dustin se disponen a pasar la noche más terrorífica del año contando historias de Terror en el Castillo Byers. Contar historias de miedo. Así que ha llegado el momento de revelar el secreto mejor guardado del pueblo. Es hora de hablar del Devorador de Niños de Hawkins.

Dark Horse Comics en USA y Norma Editorial en nuestro país, siguen publicando estos one-shots del grupito de niños más famosos del momento. Este Especial Halloween es un cómic ligero, escrito por Michael Moreci, un cómic que presenta ilustraciones muy logradas de Todor Hristov, colores de Chris y rotulación de Chris O’Halloran. Ah, y una genial portada del siempre interesante en Twitter, Francesco Francavilla. Y es que siempre me pareció irónico que, dada la naturaleza de la serie, la 1ª Temporada de Stranger Things se saltara directamente Halloween y comenzara una semana después. Ya sé que la 2ªT sí que es en Halloween y que probablemente estaba ya todo pensado a futuro. Pero cuando aquello pasó ante mis ojos (o cuando ves la 1ªT por primera vez y sabes como va todo en nuestro grandioso género de Terror), ese tema ralla. Lo ideal es aprovecharlo. Así que me ha encantado ver que no fui el único que quedó pillado con esto; Michael Moreci también. Y este guionista decidió aprovechar la oportunidad para insertar una anécdota terrorífica en la vida de este grupito-rolero de chicos, antes que todo diera un giro…, literalmente.

Es la noche de Halloween en Hawkins, Indiana, y Will, Mike, Lucas y Dustin se reúnen en el Castillo Byers para comer chuches y asustarse unos a otros con historias espeluznantes. Will revela una que dice ser verdad. El Devorador de Niños y bueno, casi que el titulo lo revela todo, ¿no? Pues no. El “Child-Eater of Hawkins”, es una historia clásica de miedo en Halloween, pero con varias vueltas de tuerca. Y si bien hay un giro hacia el final, quizás te lo tomes a broma, o quizás no. Así que al ser un one-shot, ¿leer, usar y tirar? Para nada, ¡a la colección va!, esta historia rápida de leer, eso sí, pero de las chulas que es mejor no spoilear.

Michael Moreci comprende lo que los lectores quieren. Los cómics de Stranger Things nunca intentan expandir la mitología mucho más allá de las películas. Los personajes y el entorno creado son tan ricos que se podría, por supuesto. Pero debe haber un acuerdo legal por ahí en el que poco se puede tocar. No obstante, los cómics leídos hasta ahora sí que captan ese ambiente de los 80s que tiene la serie. Las historias de Terror allí funcionan. Funcionan muy bien y son de fácil lectura y deleitan a todo el que vivió aquellos maravillosos años con disfraces de personajes de Star Wars, películas de zombies de George A. Romero, rol, cómics y pósters de Footloose en las habitaciones.

Todor Kristov fue una gran elección para esta historia. Realmente, da vida a cada uno de los personajes y los hace fácilmente reconocibles. Los niños sentados alrededor de la fogata están muy conseguidos. Casi que se puede escuchar el crepitar del fuego y los inquietantes ruidos nocturnos del bosque donde se encuentran. La historia principal (dentro de otra historia) cobra vida de manera brillante, muy evocadora y gracias a algunas elecciones artísticas inteligentes, los elementos de Terror funcionan hasta convertirse en una historia de miedo.

Strangers Things: Especial Halloween se puede leer fácilmente sin haber leído otros cómics de Stranger Things. Incluso sin haber visto la serie. Además, es un punto de partida ideal para los que quieran entrar por primera vez a este mundo creado por los hermanos Duffer. ¡Qué mejor que una leyenda urbana real para leer esta noche de Halloween!