Reseña: Después de Clase Vol. 1, de VVAA

Estoy dentro de la minoría, al menos, estadounidense que opina que Después de Clase es una antología divertida. Estamos ante un recopilatorio muy especial que incluye cuatro ejemplarizantes relatos autoconclusivos empapados en sangre y lágrimas, como bien dice su sinopsis. ¿El mundo parece un sitio aterrador? Es que, en realidad, lo es. Y te das cuenta, cuanto más mayor te haces. Después de Clase (Afterschool) es una antología de terror que lo demuestra. Y ECC Ediciones ha hecho bien en publicarla en nuestro país. Y hará bien también en no dejar de publicar los siguientes volúmenes de esta colección porque es maravillosa. Aparte de relatos de terror, son buenos consejos sobre ciertos casos. Y todos necesitamos un poco de confianza de vez en cuando. Hay momentos en los que no tenemos suerte y nos vendría bien algo de apoyo, ¿no? En formato viñeta, aquí lo tienes. O no. No me hagáis mucho caso… Este apoyo puede venir de cualquier parte; un amigo, un compañero o en el caso de Nora, un perro que por fin es un perro normal. Un perro totalmente normal. ¿Por qué me miráis así? Algunos lo habréis pillado y otros no, supongo. Dependerá de vuestro nivel irónico o de captación del sarcasmo. La primera historia trata sobre una niña y su perro. Pero si solo fuera eso esta reseña no tendría gracia. Pero si digo que esta antología de terror es capaz de transformar eso, en cuentos de adolescentes donde hay reinas parásitas, imágenes al nivel de una peli de Cronenberg, historias casi imposibles de creer por el horror que proponen. Todas se vuelven tramas deliciosamente pulposas. «Honestamente, lo más difícil de toda la noche fue darle la mano a lo que parecía una vagina podrida de pulpo…». Las historias de Después de Clase lidian con problemas de la vida real, pero con sangre de por medio. Aquí la policía vendría siempre ya que tras esa pregunta que suelen hacer cuando se les llama (¿Hay sangre?), tendríamos que contestar: Sí compañero, mandad un patrullero urgente.

Sin agallas puede ser la mejor historia de todo el volumen. Me encantó el arte de esta primera grapa y provocó que ya quisiera hacerme con toda la colección. Es la historia de la niña y el perro que os comentaba antes. Cumple con esa máxima que dice que todo historia con un can de por medio entra súper bien. A todo el mundo le encanta una historia con un perro. Lo que pasa es que se vuelve grotesca no mucho después y… el final impacta. Pensé: Es jodido pero lógico. Mola.

La cigueñación contiene un mensaje fuerte de principio a fin. Sin mucho relleno o diálogo o acción sin sentido. El embarazo forzado es un gran temor para algunas personas, por lo que la historia puede impactar muy mucho si estás en esta situación cuando leas esta historia. Ojo.

Alguien que te escuche, se podría definir como el homenaje de un guionista a lo que siempre quisimos muchos: una peli de Solo en Casa pero de verdadero terror. Y, por supuesto, en Halloween, no en Navidad. Agregad a eso un niño con necesidades especiales que no puede hablar y mucho menos alertar a su familia sobre el peligro que hay en su hogar. Las emociones a flor de piel si leéis este relato estando solos.

A los guiones de El Club está Leon Hendrix III. Series como Loki, Sex Education o la adaptación a televisión de Scream están en su currículum. No obstante, creo que que es el relato menos potente del volumen. El mensaje no es tan potente como en las anteriores tramas, y hubo demasiada exposición para llegar a un final anticlimático. Al principio pensé que sería una historia de intercambio de cuerpos, pero estaba extrañamente equivocado. Y aún me hago la pregunta de: ¿por qué ese hombre jugaba con runas?

Después de Clase es una antología de relatos que fue encargo del sello Skybound de Image para una serie de especiales pensados para televisión. De hecho, la ABC los emitió en USA durante dos décadas. Estaban enfocados a un público juvenil y se tocaban temas relevantes para intentar evitar a tiempo temas controvertidos. Ahora con estos cómics se pretende recuperar ese espíritu, alegorías e historias que afrontan diferentes temas que se encuentran de actualidad y afectan sobremanera a la población adolescente. Y no solo estadounidense, sino a nivel mundial. Muy recomendable.

Reseña: La Casa de las Sombras, de Adam Nevill

Exacto. Estoy on fire con los libros de Adam Nevill y con todas estas publicaciones de su obra que están llegando de nuevo a nuestro país gracias a Minotauro. El talento de este autor británico para el Terror resuena ominosamente en cada escena de sus libros, y lo que es mejor, me inspira. Que puede ser casi lo que más busque personalmente a la hora de leer. Inspiración para las historias que escribo.

Hablamos del autor cuyas obras y estilo, bien se pudieran categorizar de gótico moderno. En La Casa de las Sombras este señor tiene, lo que considero, un ritmo absolutamente perfecto. Lo espeluznante y lo «erróneo» que enfrenta nuestro personaje principal, Catherine, se acumula constantemente a lo largo de toda la novela. No nos bombardea el autor con demasiada información a la vez. Solo la suficiente para dejarnos salivando por más. Un libro como este mantiene el interés del lector y hace que sea casi imposible que encuentres el momento idóneo para dejar de leer. No me importa decir que he perdido horas de sueño por culpa de este libro y no solo por el horror que produce la historia. Nevill no es un autor que te golpee en la cara con un resultado obvio. Escribe con la intención de hacer que su “audiencia” piense y establezca algunas de las conexiones por su cuenta antes de pasar a la siguiente escena de revelaciones. Ese es el mejor Terror explicado en mi opinión. El No-Obvio.

Catherine Howard es una tasadora de anticuario. La enviaron a Red House, «una casa de estilo gótico perfectamente conservada» cerca del pueblo inglés de Magbar Wood, que está condenada a ser un mausoleo pues “honra la pérdida y la locura». La casa está repleta de obras de M. H. Mason, un recluso que convirtió la taxidermia en arte. Los dioramas de Mason son una ventana al infierno, cada uno de los cuales muestra ratas disecadas dispuestas como soldados atascados en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Más grotesco aún, hay un dormitorio repleto de marionetas que mezclan partes humanas y animal. Edith, la sobrina de Mason de noventa y tantos años y única sobreviviente, le dice a Catherine que Mason regresó de la Primera Guerra Mundial sin parte de su cráneo y se encerró allí creyendo que la humanidad al completo eran alimañas.

La historia de fondo de Catherine se entrelaza a lo largo del relato con sus recuerdos. Fue adoptada y criada cerca de una escuela abandonada donde se recogían niños discapacitados. Para más inri, en su pueblo hubo secuestros de niños. Uno de los cuales fue el de su mejor amigo. Esa tragedia envió a Catherine a una espiral emocional, y la fragilidad plagó su vida adulta temprana, que estuvo plagada de matones, engaños y romances fallidos. El escenario y el ritmo de Nevill son perfectos, y los personajes secundarios, como la silenciosa y rechoncha Maude, el ama de llaves de Edith, son perfectamente espeluznantes. A primera vista, Catherine cree que las glorias de Red House harán bien a su reputación profesional. Luego vienen las revelaciones de los malvados homenajes de Mason al horror y ahí ya casi se te para el corazón con cada escena.

Una de las razones por las que Nevill se está convirtiendo en uno de mis autores favoritos es porque termino relacionándome con sus personajes. Lo hice con Luke de El Ritual (https://www.planetadelibros.com/libro-el-ritual-ne/363804) y lo hice de nuevo con Catherine Howard. Entendí esa infancia de ostracismo y falta de sentido de pertenencia. La soledad sin fin que he sentido en algún momento de mi vida. Nevill creó un personaje simpático en Catherine y yo estaba involucrado en su destino.

Otra razón es que Nevill sabe cómo escribir Terror exquisitamente bien. Creo que La Casa de las Sombras se ha convertido en mi libro favorito de Adam Nevill y eso que El Ritual para mí es su obra cumbre.

Una buena colección de un autor que nunca desmerece.

Reseña: Red Room. La Red Antisocial, de Ed Piskor

Antes no sé pero ahora si me preguntaran y tuviera que responder ante un título o cómic potente de terror sangriento diría Red Room: La Red Antisocial, de Ed Piskor. Un viñetaje completo mix de género futurista y horror con el que el autor Ed Piskor se ha forjado una reputación dentro de los fans del Terror. Aparte de ser el señor Piskor ya conocido por haber creado algunos de los cómics visualmente más ingeniosos en los stands, cómics de las grandes casas como el rediseño que hizo de los X-Men, en La Gran Novela de La Patrulla-X (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1671) con el Grand Design.

Ahora Piskor da el salto al horror y yo no me lo iba a perder. Y menos cuando Planeta Cómic traduce y publica en nuestro país la que está considerada su primera obra dentro del género que más amo. Red Room es una miniserie de Terror dentro del denominado «splittercore». Su trabajo dentro de Fantagraphics. Pero Red Room: La Red Antisocial no es otra cosa que un homenaje a los cómics de terror clásicos de los años 50, años de los que este autor parece saber demasiado. Ya sabéis, antes de la llegada de la Comics Code Authority que lo prohibió o censuró todo o casi todo. ¿Y qué cuenta? En este mundo retorcido, el asesinato se ha convertido en una de las formas de entretenimiento más populares. Los asesinatos brutales se transmiten en vivo en la web oscura a una audiencia cada vez mayor, y la criptomoneda hace que matar sea un negocio lucrativo. Red Room es una antología. Una variedad de historias independientes pero interconectadas que exploran este sórdido mundo de muerte y depravación en el que no dudéis que se pueda convertir nuestro mundo en un futuro.

“Red Room es un cómic cyberpunk, depravado y salpicado de horror que no puedes dejar de ver una vez que consigues deleitarte con el caos”, estas fueron las palabras del propio Piskor en el comunicado de prensa de Fantagraphics. “Piensa en Red Room como en los EC Comics pero hoy en día, infundido con el aliciente de la serie Black Mirror. Historias subversivas e independientes que forman parte de una narrativa más amplia y retorcida. Una caricatura de nuestra sociedad sin restricciones”, continuó Piskor. Además añadió que Fantagraphics era la editorial perfecta para este cómic porque él se siente un luchador al igual que Gary Groth (co-fundador de The Comics Journal y Fantagraphics Books). Y por último añadió que tenía pensado traspasar los límites con esta serie de historias y sabía que debía tener un editor que le apoyara inequívocamente.

Red Room: La Red Antisocial se publicó al otro lado del charco en números sueltos y no recopiladas en un solo tomo como Planeta Cómic la ha editado aquí. Así que la oportunidad es enorme. Doce números en total donde encontrar asesinatos brutales y torturas en vivo para que los asquerosamente ricos (énfasis en *asqueroso*) donan criptomonedas para verlo todo en primera fila. Cada número nos muestra el vasto elenco de personas repugnantes que están en la cima de la red negra y antisocial. Y ya al principio se nos presenta la más malvada de todas, Señorita Pentagram. El tipo de orquestador del negocio que vemos analizar las salas rojas y a su vez, obtenemos diferentes perspectivas de cada situación sobre lo que sucede en dichas salas de horror secretas.

Tened cuidado porque empieza fuerte pero no se detiene. Y si puedes soportarlo, al final terminaréis encontrando un cómic de terror visto de modo objetivo muy creativo. Ed Piskor demuestra que es un verdadero hombre del Renacimiento dentro del cómic, ya que aborda cada parte del trabajo: escribir, lápices, entintar, colorear… En Red Room, Piskor entregó un beso de chef al género de Terror.

Reseña: La Cabaña del Fin del Mundo, de Paul Tremblay

Una obra impactante de horror psicológico y Terror del bueno que evita el parpadeo durante la lectura, es la nueva novela del fantástico autor del momento en USA, el señor Paul Tremblay. Su nueva novela, La Cabaña del Fin del Mundo, es un thriller muy elogiado por la crítica que ha sido llevado al cine por nada más y nada menos que Michael Night Shyamalan (El Sexto Sentido, El Protegido, Señales, El Bosque, La Visita, Tiempo…). Ahí es nada. Con el título de Llaman a la Puerta aún la podéis encontrar en cartelera.

Tremblay es un autor que siempre que puede basa sus argumentos en la lógica de la situación. Algo muy difícil de hacer dentro del género de Terror. De conseguir que quede bien. En La Cabaña del Fin del Mundo despoja su narrativa de los elementos más raídos en una historia que es casi imposible de revisar sin revelar algunos momentos críticos. Pero lo intentaré. Algo os tendré que contar, ¿no?

Lo hablaba con una compañera hace nada, aunque es una conversación que incluso ya es redundante entre los fans de la literatura de Terror. Debemos estar muy atentos a lo que se publica, porque literatura de Terror en nuestro país, se edita poquísimo, pese a la enorme demanda de adeptos (algo ocultos, eso si) que existen. Nocturna Ediciones, de hecho, es una de las editoriales en las que debéis poner el ojo casi cada mes. Y aunque sí que es cierto que llegan cositas, la verdad que bastante buenas, queremos más. Fuera de nuestras fronteras se publica MUCHO Terror del bueno. Y aquí no llega para satisfacernos.

En La Cabaña del Fin del Mundo hay una pareja que lleva muchos años juntos. Eric y Andrew se conocen bastante bien y deciden tomarse unas merecidas vacaciones en una cabaña remota cerca de un lago en la zona rural de New Hampshire. Les acompaña su hija Wen, una niña china adoptada y muy querida con casi cualquiera que se cruza. Wen es entrañable y auténtica como pocas personas existen. Y ahora, pese a encontrarse los tres en un lugar tan apartado que podría ser desconocido para muchos, aparece un desconocido, de tamaño descomunal, que hace migas con la pequeña y le advierte con terribles palabras sobre algo que va a suceder.

Una historia de pocos personajes en la que de pronto aparecen más desconocidos de dispares puntos del país, dos hombres y dos mujeres portando armas de aspecto medieval, que llegan para trasmitir un mensaje insoportable a la familia. Y que pese a su apariencia común, no hay nada particularmente extraordinario en estos extraños: un cantinero, una enfermera, un cocinero y un matón que puede o no ser quien dice ser. «Tus padres no querrán dejarnos entrar, Wen. Pero tendrán que hacerlo. Diles que tienen que hacerlo. No estamos aquí para lastimarte. Necesitamos su ayuda para salvar el mundo. Por favor».

Una elección grave que cumple con todos los principios dramáticos de Anton Chekhov. ¿Cómo acceder a desconocidos que llevan armas de por medio?

Paul Tremblay cambia magistralmente perspectivas durante los momentos más dramáticos de la novela. Hay ciertos puntos que están mejor descritos que en el film. Y, por supuesto, cosas diferentes y añadidas. Es el ejemplo claro de: Mejor lee el libro. O por lo menos, antes de ver la peli. En la novela se crea una trama frenética que te mantiene en vilo hasta el final, cosa que el film solo logra en ciertas partes. Un guion que solo ofrece pistas de cómo se originó la extraña misión de tan extrañas personas que, insisto, en la peli apenas se cuenta.

Una genial historia de supervivencia y sacrificio que combina el poder de la fe con el potencial del hombre para una violencia desenfrenada. Hablamos de unos libros más recomendados por Stephen King.

Reseña: Ojiva, de Bruno Zago y Guilherme Petreca

Para todos aquellos “jóvenes” que habéis flipado de lo lindo con la serie Last of Us, no pensad ni por asomo que este tipo de argumentos son nuevos e innovadores. Quiero pensar que no pensáis así, valga la redundancia. Aunque imagino que por lo que se brinda aquí es por la comodidad de degustar una historia mientras se está agustito en el sofá y solo tienes que mantener los ojos abiertos. Pero os diría que casi lo mismo, se puede hacer leyendo. Y que existen cantidad de historias apocalípticas tan buenas o más que la que propone esa historia sacada del videojuego, que todo sea dicho, les ha quedado muy bien.

Ojiva, de Bruno Zago y Guilherme Petreca, es un claro ejemplo de ello. Y sí, sé que “sabéis” que hay grandes novelas de CF que tratan el tema apocalíptico fuera de los zombies clásicos como la genial La Tierra Permanece, de George R. Stewart, y que tratan más el tema de un virus que acaban con la población. Ese miedo lo tenemos ahí. Y por tanto, monstruos. Ojiva es el último relato de este tipo que me ha impactado y me veo en la necesidad de contároslo. Donde el mundo ya no nos pertenece. Monstruos que se alimentan de humanos han aparecido y se han apoderado de todo. Una década después de la invasión, los pocos que quedaron luchan por sobrevivir en una tierra devastada. Entre ellos, Pilar, una mujer que asumió la responsabilidad de cuidar a Sara, una niña huérfana, y acompañarla en un largo y peligroso viaje hacia su único pariente vivo…

¡Dioses! Cómo huele a Last of Us, ¿no? ¿Qué fue antes el huevo o la gallina? ¿Quién inspiró a quién? Un gran trabajo inicial de Bruno Zago como guionista donde Guilherme Petreca no se queda atrás. Le da vida a la obra con brillantez. Diría también que de inspiración lovecraftiana, por eso más que nada me atraía esta lectura. Un cómic que se desarrolla en un futuro donde somos invadidos por monstruosos forasteros y la humanidad necesita vivir (sobrevivir, sería el término correcto) entre ellos. También utiliza elementos distópicos como que el hombre pierde su humanidad y tiene que pensar solo en sí mismo para conseguir recursos. Y no queda más que unirse por el bien común. Difícil de conseguir eso de un hombre, no siendo un lobo para el hombre.

Ojiva, a pesar de tener algunos clichés propios de este tipo de obras, muy reconocidos, especialmente, para los que leemos literatura fantástica; aun así, aguanta bien. Entretiene lo suficiente para decirlo. Me recordó en sensaciones también a Un Lugar Tranquilo. Aquella peli apocalíptica de monstruos que te devoraban al menor ruido. Este fue el primer cómic escrito por uno de los tres miembros del canal y editorial Pipoca & Nanquim. Zago y Petreca concibieron un rico escenario pos-apocalíptico para ambientar una gran historia de acción con tantas páginas como para considerarse novela gráfica. Una genial álbum que ha publicado Ponent Mon en nuestro país. Me habían dicho que la historia se inspira en algunas de mis películas favoritas: Aliens, Mad Max, Cloverfield, Monsters, The Mist, etc. Es cierto que se puede comparar a muchas tramas. Pero poco más allá de alguien en busca de alguien y para ello atravesar un infierno llamado Tierra. Por tanto, Ojiva no defraudó. Además, la historia comienza con un preludio fantástico que fácilmente podría haber sido escrito por Robert Kirkman. Tiene momentos de horror, heroísmo, esperanza, desesperación, amor y tristeza. Y aunque no está exenta de defectos (creo que tiene algunas páginas de más), ha sido una lectura bastante amena que además ha servido para poner entre mis ilustradores favoritos al señor Guilherme Petreca.

Pinta a secuela en no mucho tiempo.

Reseña: Muertos de Segunda, de Christopher Buehlman

Hermida Editores es esa editorial donde se están rescatando libros interesantes de CF y Terror. Aunque no anunciados a bombo y platillo. Pero hacen bien, porque ya sabemos lo que hay con los tres grandes géneros del fantástico y esas despectivas críticas que tenemos que aguantar de vez en cuando aunque en el formato cine y series de TV les callemos la boca a cada momento…, porque tienen que recurrir a nosotros por falta de ideas. ¡Sin nosotros no son nadie! Después de este alegato defensor, alegar, valga la redundancia, que menudo libro, novela de vampiritos chula que acaba de publicar la editorial. La chulada Muertos de Segunda (The Lesser Dead), de Christopher Buehlman, es esa novela que tan buenas críticas tuvo en USA y que ganó el Premio a la Mejor Novela de Terror del año 2015 de la American Library Association, que no es decir poco. Imaginaos gente como nosotros, amantes de este género, opinando y votando.

Muertos de Segunda nos lleva a mi tierra. Nueva York en 1978. Donde Joseph Hiram Peacock (Joey para los amigos) lleva siendo adolescente durante décadas. Está disfrutando de su vida vampírica y pasa el rato en la famosa Studio 54, mirando la televisión y viviendo en una comunidad de vampiros escondida de la sociedad. Sí, es un buen momento para ser no-muerto. Al menos, lo era hasta que comenzaron a aparecer cuerpos y cuerpos a diestro y siniestro. Y un grupo de niños vampiros en los alrededores. Sin embargo, estos niños no actúan como ningún vampiro que Joey haya visto. Necesitan alimentarse con demasiada frecuencia, carecen de autocontrol y son rápidos. Muy rápidos. ¿Es esta una nueva variedad de vampirismo? ¿Van a provocar que todo se vaya a la mierda? ¿Es un efecto secundario que solo sufren los pequeños monstruitos esos? Vamos a decir que no. No por nada. Parece algo mucho peor…

Libro divertido y aterrador como pocos. Odio usar esa palabra en una reseña porque es muy fácil descartarla desde un punto de vista literario. ¿Divertido? Mmmmm… Bueno friends, mientras que un vampiro es una metáfora maravillosa del ser humano, a veces un vampiro es solo un vampiro y una historia puede ser divertida por el hecho de ser divertida si lector que ama un buen libro de Terror sonríe de escena en escena. Sí, creo que no pensaréis que estoy loco si os confieso que me vi sonriendo en varias escenas de El misterio de Salem´s Lot. Eso si. Era una sonrisa de gusto, de amar lo que estaba leyendo. De que me pareciese casi un milagro que una historia ficticia enganchara tanto. Pues con Muertos de Segunda también sonreí. Y eso no quiere decir que sea una historia perfecta. De ninguna manera. Tengo dos quejas bastante importantes que impidieron que recibiera el tratamiento de cinco estrellas. Primero, hay demasiados personajes y pocos de ellos están realmente desarrollados. Desaprovechado su potencial. Los personajes van y vienen, se descartan muchos nombres, se establecen tramas paralelas con los personajes y luego pasamos cien páginas sin verlos solo para que los maten o los descarten de alguna manera. Eso me mató, nunca mejor dicho. Frustrante, sobre todo, porque encuentras algunos realmente potentes. No obstante, la excusa por la que no me frustro al cien por cien, es porque si lo estoy comparando con el libro de Stephen King, aquel tenía bastantes más páginas.

En segundo lugar, la elección de los estilos narrativos. Joey como narrador me frustra muchísimo. El flujo narrativo es irregular y se interrumpe constantemente durante aproximadamente la primera parte del libro. Por eso si os cuesta al principio, mi consejo es no abandonar por lo que más queráis. Haced un esfuerzo y no os perderéis una genial novela de vampiros. Una novela que devuelve al vampiro a sus oscuros y aterradores orígenes.

Amo el Terror en todas sus formas y aunque los vampiros que me molan son los más clásicos, los más cercanos a las leyendas de los países del Este (strigois, vurdalaks… y aberraciones así), tengo que confesar que hay algo muy interesante y “puro” en esos vampiros ochenteros que salieron en novelas y pelis con los que me crié. Lost Boys, El Misterio de Salem´s Lot…, aquella peli de una familia que iba en una caravana… Está claro que los vampiros, si bien no son un monstruo particularmente aterrador a día de hoy, pueden ser una gran metáfora, de ellos parten historias interesantes y la atmósfera de tales historias suele ser encantadora en una noche oscura y lluviosa donde todo apunta a disfrutar de una buena lectura. Por eso siempre digo que debéis recurrir a los clásicos. O a novelas que recuerden a ellos muy mucho como le pasa a Muertos de Segunda.

Parece que Christopher Buehlman entiende de esto. Y se puede comprobar gracias a la genial traducción de Óscar Mariscal.

Reseña: Cuaderno de Ideas, de H.P. Lovecraft

Al igual que otros muchos escritores entre los que me incluyo, durante su vida, el maestro del terror cósmico H.P. Lovecraft tuvo cuadernos donde apuntó ideas, conceptos, alumbramientos de las musas y otros elementos que en algún momento de su vida le sobrevinieron. Palabras, frases y párrafos de los que partirían nuevos relatos, novelas cortas o libros. Llamó a esto su «libro común”. Bien. En 1938, justo después de la muerte del maestro de Providence, su amigo y albacea literario, Robert H. Barlow, imprimió este cuaderno de apuntes en una edición de tan sólo 75 copias; cosa que se convirtió en objeto muy valioso para los fans a la vez que obrita curiosa a reivindicar tras el alcance de los escritos de Lovecraft. Gracias a Editorial Periférica, una nueva edición del Commonplace Book, ya se puede disfrutar por estos lares y en nuestro idioma.

Un librito ligero de leer pero que inspira lo más grande a cualquiera que sienta el deseo de escribir, que tenga el don del que tanto habla Stephen King, o que tan siquiera disfrute navegando entre la mente de un autor que hizo historia casi sin saberlo.

Un cuaderno que se convirtió en libro publicado extraído a partir de fotografías de alta resolución que se consiguieron sacar de la Library of Congress, y del que se creó una réplica tipográfica para la edición de 1938 que antes mencionaba. Y en el que para hacerlo aún más entretenido, se incluyeron algunas palabras que escribió Lovecraft después de entregar su manuscrito a Barlow y que no se incluyeron en su primera edición.

H.P. Lovecraft escribió resúmenes de tramas para más de cincuenta historias clásicas de terror que se omitieron de manera similar y se reproducen aquí por primera vez. Es casi un juego ponerse a relacionar de que apunte o idea partió tal y cual relato.

Indispensable para fans del maestro y para todo aspirante a escritor.

Reseña: El Doctor Jekyll y Mister Hyde, de Mattotti, Kamsky y Robert Louis Stevenson

Mattotti y Kamsky han adaptado aquí uno de los grandes mitos literarios del fantástico. Y creo que lo hicieron bastante bien. En primer lugar, el dibujo de Mattotti, que me pareció original y como suele pasar con él, destacable sobre tantos otros, aporta varias láminas en este enorme álbum que parecen pinturas, algunos cuadros que podríamos poner algunos amantes del fantástico en casa. Parece un ilustrador que aboga por cierto cubismo mestizo de Fernand Léger que también se acerca al pervertido toque expresionista de algunos maestros (pienso en Otto Dix) o incluso de los surrealistas. Y todo en gran álbum que publica ECC Ediciones para la ocasión digno de los amantes del buen cómic de ilustraciones originales en todos los sentidos.

Porque en el guion, es decir la adaptación en sí, realizada a cuatro manos, está bien hecha. Literario pero fluido, ameno; la ambivalencia del personaje principal está bien representada. Su descenso a los infiernos regala imágenes impactantes en el último tercio y ahí, el dibujo de Mattotti se muestra poderoso, tanto que algunas de esas imágenes son dignas de pesadillas febriles ideal para los que se nos vienen a la mente dibujos terroríficos que alguna vez pasaron por nuestros ojos. Hago tanta mención al dibujo porque en algunos sitios vi que lo critican haciendo referencia a que dificulta la lectura. En mi opinión, esta es una obra diferente, elaborada por y para un clásico, y por y para un tipo específico de lector. Sin olvidarse del amante del arte y del género de Terror. Diría que no hay que ver El Doctor Jekyll y Mister Hyde, de Mattotti y Kamsky, como un cómic. O mejor dicho, que no es «demasiado» apto para un lector de cómics típico amante del dibujo modernista. Diría además que no es nada fácil (y yo lo valoro bastante) el tomar una narrativa clásica tan marcada y adaptarla con un diseño tan experimental. Sabiendo esto, me las arreglé para entrar en la historia, una de las tramas más conseguidas en mi opinión y de las inmutables, de las que jamás podrán ser llevadas al cine con la fuerza que se representa en la novela de Robert Louis Stevenson.

Este buen dúo de autores me ofreció algo diferente. Un Jekyll, erudito tímido y hogareño, desentraña el misterio de la autotransformación. Esto le permite vivir plenamente otra existencia. Se podría ver incluso como una actualización de una de las historias más famosas de tan prolífico autor. El tratamiento de la transformación de Jekyll en Hyde, con la deformación del cuerpo que eso conlleva, la del movimiento, el uso de colores pastel, cálidos y sensuales… La redondez de la línea combinada con la del color, todo contribuye a que cada viñeta casi sea un trabajo de arte. Un álbum de Mattotti con un escenario real. Si no sabéis nada de nada de esta historia, concretar que es un guion que explora de manera fantástica la pérdida del autocontrol y la esquizofrenia. Y no me iré sin decir que la línea de Mattotti recuerda mucho-bastante a la era expresionista alemana de la década de 1920. Las sombras se extienden, son opresivas y todo está coloreado muy crudo como para acentuar la violencia de la trama.

Una hermosa pieza extraída de una de las grandes novelas de terror.

Reseña: Figuras Ocultas, de Jason Rekulak

Si empezamos diciendo que es una novela que ha sido traducida a 20 idiomas, creo que es suficiente, como mínimo, para ponerle atención. Figuras Ocultas, de Jason Rekulak, un señor de nueva Jersey que ha sido durante muchos años editor del sello independiente Quirk Books y que con su novela La Fortaleza Imposible (2017) ya gustó; ahora lanza una nueva novela en nuestro país bajo la protección de Nocturna Ediciones. Figuras Ocultas, una novela de gran éxito de crítica y ventas en 2022 al otro lado del charco. Y cierto es, que nunca antes había oído hablar de Jason Rekulak hasta que me enteré que Hidden Pictures fue finalista de los Goodreads Choice Award 2022, donde finalmente ganó en la categoría de Terror.

Sinceramente, es raro que a una novela de terror le vaya tan bien en una competencia tan importante de críticas de reseñas de libros en internet. Así que tuve que rastrearla para satisfacer mi curiosidad y curiosamente me llega la noticia de que Nocturna Ediciones la publica en español. Pero, ¿es bueno y vale la pena el bombo? Sí, y definitivamente sí. Este es exactamente el tipo de thriller con un toque sobrenatural que sería popular entre los lectores que no se sienten atraídos por la ficción de terror más tradicional o que brindan con cada nueva novela de John Connolly. Figuras Ocultas es exactamente lo que promete su publicidad y es un thriller oscuro e increíblemente fácil de leer. Y eso que no siempre estoy de acuerdo con el ciclo interminable de citas de Stephen King que aparecen en los nuevos lanzamientos, pero en esta ocasión, King tiene razón. Como el maestro alude, goza de algunos giros muy inteligentes, cambios en la trama y un guion direccionado astutamente para engañar al lector. En su mayor parte, utiliza la ambigüedad a la perfección, equilibrando un riff sobrenatural potencial con un personaje principal que es un narrador poco fiable.

Leí las trescientas setenta y dos páginas durante tres noches y lo pasé de maravilla con esta novela. Es extremadamente difícil reseñar este libro sin entrar en territorio spoiler, por lo que voy a mantener el resumen de la trama de forma breve. El primer fuerte de Figuras Ocultas es la narración en primera persona del personaje principal Mallory, una joven en recuperación temprana (18 meses) de la adicción a las drogas. Cuando era adolescente, tuvo una carrera prometedora como corredora de fondo, que se vio truncada por un accidente, seguida de una adicción a los analgésicos que se convirteron en drogas mucho más fuertes. Cuando comienza la novela, Mallory está a punto de ser entrevistada como niñera interna de Teddy, un niño de cuatro años. Quizás os preguntéis por qué una pareja de ricos como Caroline y Ted podrían estar interesados en contratar a una ex-drogadicta para cuidar a su hijo, pero Caroline trabaja en el campo de la medicina y está ansiosa por darle a Mallory una segunda oportunidad. Aunque su esposo es más reacio.

Mallory pronto se enamora del pequeño y la casa de verano que le dan para vivir es perfecta e inicialmente todo sale como en un sueño. Incluso por las noches, Mallory realiza carreras largas, conoce a un chico y siente que tiene la oportunidad perfecta para reconstruir su vida y quizás llegar a un acuerdo con los esqueletos que acechan en su armario. También deja de asistir a las reuniones de Drogadictos Anónimos (o algo así), pero sigue manteniendo el contacto con su patrocinador (como consejero) por teléfono y en alguna que otra reunión. Pero las cosas no permanecen en paz por mucho tiempo, ya que Teddy comienza a hacer dibujos inquietantes de una amiga imaginaria a la que llama Anya. Está bastante claro para Mallory y para los padres de Teddy, incluso en su estilo tosco e infantil, que la mujer que Teddy está dibujando en sus dibujos está muerta. Pronto, las imágenes comienzan a volverse más y más sofisticadas y Mallory les cuenta sus preocupaciones a los padres de Teddy. A partir de ese momento, las cosas empiezan a complicarse en extremo y nada es lo que parece…

Un excelente trabajo que consiguió mantenerme enganchado y me encantó la forma en que los dibujos se agregan a la historia, magnificando la paranoia de Mallory. Las interacciones entre los cuatro personajes también son geniales. Se me quedó una frase en la cabeza después de leer el libro. Suficiente para hacer que una persona crea en fantasmas.

Reseña: El Club de los Portaféretros, de Paul Tremblay

Para ciertos críticos, a Paul Tremblay le costó un tiempo encontrar su tempo. Dar un giro al género y encontrar su espacio, su estilo, dentro de un género difícil siempre como es la literatura de Terror. Y lo dicen porque después de unos primeros trabajos e intentos de meter cabeza en la inmensa “empresa” de la ciencia ficción estadounidense con algunas historias satíricas o distópicas (incluyendo Swallowing a Donkey’s Eye), Tremblay decidió pasarse a este nuestro amado terror y allí fue donde en 2015 dio el pelotazo con Una cabeza llena de fantasmas. Desde entonces, yo al menos puedo decir que cada una de sus novelas me están pareciendo de notable alto, que desde entonces ha ganado el estatus de best-seller, los respectivos elogios de Stephen King, entre otros autores, y ya que menciono al maestro, casi que espero con el mismo ansia cada nueva novela suya que cruza el charco. Porque por aquí tenemos la suerte de que Nocturna Ediciones las publica en español. Esta maravillosa editorial en la que ya podéis encontrar sus geniales La cabaña en el fin del mundo (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6424), Desaparición en la Roca del Diablo, así como la mencionada Una cabeza llena de fantasmas (https://www.nocturnaediciones.com/libro/118/cabeza_llena_fantasmas), Premio Bram Stoker, que lleva nada más y nada menos que tres ediciones ya. Ah, y que no se me olvide deciros friends que La cabaña del fin del mundo es esa historia que ha sido llevada al cine por el gran M. Night Shyamalan y que ahorita está en cartelera en nuestro país con el nombre de Llaman a la puerta.

A lo que vamos es que su última novela, El Club de los Portaféretros ya está aquí. Una historia que continua con la vena macabra encontrada por el autor aunque esta vez agrega la dimensión de un tema cuasi-autobiográfico, como dice Tremblay en su epílogo, con respecto a la protagonista Art Barbara: “Para ser claros, Art Barbara es y no soy yo. ¡Bueno, está bien, él es principalmente yo! El Club de los Portaféretros está ambientada en Massachusetts y Providence, tierras propias de la vida del autor. ¿Y quién es Art Barbara y cuál es su historia? Antes de desvelar eso, conviene hablar de la presentación del libro. Se nos hace creer que esta no es la composición de Tremblay, sino el manuscrito encontrado de las memorias de Art. Una presunción bastante familiar en el género de terror clásico pero que suele funcionar para complicar las capas de la narrativa. Pero descubrimos que el manuscrito ha sido anotado por una mujer llamada Mercy Brown la cual intercala páginas enteras de comentarios en puntos cruciales (a mano y/o en los márgenes del libro), dirigiendo a su persona lo que realmente piensa.

Nos encontramos por primera vez con Art como un saco triste de la escuela secundaria en 1988. Un nerd, un friki, el rarito de la escuela, ya sabéis… Pero en este caso, su vida es lúgubre y no tiene hobbys (todo lo contrario a un friki de verdad). Pero Art es bastante inteligente y hábil con las palabras (sus memorias están repletas de metáforas sorprendentes y narraciones hábiles), de hecho, tiene la intención de acumular material suficiente en trabajos para sus solicitudes universitarias. Así que en una de ellas decide comenzar El Club de los Portaféretros. ¿Cómo? Básicamente, imagina un escuadrón de estudiantes en prácticas que actúan como docentes durante los funerales solitarios de los no deseados. En el libro, las escenas en la funeraria en las que participan estos estudiantes ofrecen bastante humor negro y comentarios sarcásticos. Unas partes del libro que se disfrutan bastante. Porque es en este lugar espeluznantemente emocional donde Art se encuentra con su némesis/compañera/sombra oscura de toda la vida, la encomiable Mercy Brown…

Mercy comparte nombre con una residente de Rhode Island de la vida real, cuyo cuerpo fue exhumado en 1892 por los aldeanos que creían que era un vampiro. Este conocimiento pone en alerta a Art. ¿Debe él, y nosotros, creer que la Mercy de 1988 es esa misma criatura? Una chica con una chaqueta militar llena de botones de la cultura pop, ¿quién convierte el arte en música punk? Muy improbable, ¿no?

La descripción de Tremblay tanto de la vida de un adolescente de Nueva Inglaterra en la década de los 80 como de la escena de los clubes de rock en loa 90 y principios del siglo XXI son vívidas y precisas. Describe a Providence especialmente bien (con algunos guiños a nuestro hijo-maestro-nativo, el gran H.P. Lovecraft). Tenemos así casi que dos novelas de terror que dan sentido a una realidad distópica. Los narradores duales y en duelo otorgan a los eventos del libro un alto nivel de indeterminación que provoca una lectura tan misteriosa como entretenida. Aquellos que disfrutan del terror silencioso, al estilo de Anne Rice, en este libro encontraran una joya.