Reseña: Flash. Porvenir, de Scott Lobdell y Brett Boothe

Una saga empieza se puede leer en este Flash: Porvenir. El guionista Scott Lobdell y el dibujante Brett Booth recogen el testigo de la miniserie Héroes en Crisis para mostrarnos las consecuencias de los gravísimos acontecimientos que provocó la desesperación de un héroe que no se había aclimatado a una vida sin sus seres queridos. Esto lo indica la sinopsis editorial pero es enteramente así. Su nombre es Wally West, y era el hombre vivo más rápido… hasta que se reescribió el Multiverso sin él ni su familia. Aunque Wally regresó e intentó que funcionara, el daño ya estaba hecho pues, después de una terrible tragedia… ¿puede este Flash encontrar la redención en un cosmos por el que ha luchado tan duro para destruirlo?

El Multiverso Oscuro se hace grande. El Dark Multiverse comienza cuando Tempus Fuginaut (o A Tempus Fuginaut, no tengo muy claro su nombre real completo) se horroriza al encontrar una marea de oscuridad que amenaza con romper las realidades dominantes y sumergir a todo el mundo del Universo DC en una oscuridad perpetua. En un acto de desesperación, busca a un ser que pueda detener y reinterpretar esa marea de masa crítica que avanza mientras a nosotros se nos cuenta que Wally West, atrapado en una celda de la prisión de Blackgate, y con sus poderes de súper velocidad debilitados, empieza a sentir como su mente comienza a acelerarse de modo alarmante. Vemos un flashback de su tiempo en Sanctuary, incluido un vínculo con Roy «Arsenal» Harper, quien murió debido a su pérdida de control de sus poderes. Peor aún, sus peores enemigos están en Blackgate encarcelados con él. Lo que lleva a encuentros desagradables cada vez que se encuentran por los diferentes habitáculos de la penitenciaria. Incluyendo los intentos constantes de ser asesinado en su celda. Pero aparece el Fuginaut para darle la oportunidad de su vida. Lo teletransporta, desbloquea sus poderes dormidos y lo arroja al Multiverso aterrizando nada más y nada menos que en Tierra-23.

Como alguien que defendió en su momento Héroes en Crisis (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2307); comprendí que era una trama superficial, confusa y complicada. Sí que tenía detallitos a tener muy en cuenta, los mismos que de algún modo se podrían aclarar en este Flash: Porvenir. También hay que tener en cuenta que soy alguien que siente afecto por Wally West por ser el Flash más maltratado de todos los que conozco. Por eso me enfrenté a Porvenir con la mente abierta y disfruté bastante de este tomo de ECC Ediciones que recopila los seis numeritos de Flash Forward más el one-shot Generation Zero: Gods Among Us Special Edition #1 USA (Epílogo) que de algún modo hace referencia al Dark Universe. La primera aparición de Wally es una toma superior, mirando hacia abajo a su habitación, lo que realmente resalta las extremidades alargadas y arácnidas del estilo característico que es marca registrada del dibujo de Booth. Por el contrario, Murmur, que está diseñado para ser largo, delgado y desconcertante, se ve casi exactamente igual que The Flash, e incluso personajes secundarios como Linda Park aparece con el cuello delgado de preadolescente. El dibujo es raruno, sí. Pero la secuencia del Multiverso Oscuro funciona un poco mejor e incluso me moló el diseño del Fuginaut con ese físico extraño de manos y cabeza agrandadas.

¿La historia? Ya os digo que la disfruté. No intenta pasar por alto la tragedia ocurrida en Héroes en Crisis, y aunque la situación de Wally no es la mejor, hay un cambio de paradigma muy logrado que empieza a emerger desde el mismo momento en que aparece en escena Linda Park (un duplicado de la esposa cuya pérdida alimentó su ruptura).

Pero una cosa que quede clara.

Esto no es una historia de redención.

Reseña: Robin y Batman, de Jeff Lemire y Dustin Nguyen

Soy de esos que nunca le gustó el Robin clásico. Pero también el mismo que cada vez que ve una obrita que me puede reconciliar con él, lo intenta. Siempre dije que tiene que haber un autor, un guionista, a las malas únicamente un dibujante, que me satisfaga con las aventuras de lo que se supone un Robin clásico como tal. Las evoluciones del personaje sí que me gustaron la mayoría y hay por ahí aventuras maravillosas sobre ellos que he leído. Y os tengo qué decir que el día ha llegado. El primer cómic que he disfrutado a tope con un Robin clásico como referencia es este que hoy os reseño: Robin y Batman, de Jeff Lemire y Dustin Nguyen. Con sólo cambiar una cosita de la historia primordial, lo que me ha gustado esta mini novela gráfica.

El guionista Jeff Lemire y el dibujante Dustin Nguyen nos traen este conmovedor relato sobre los inicios del primer Chico Maravilla en un volumen que recopila íntegra la miniserie original Robin & Batman. El cómic que recomendaría leer como origen del personaje. A groso modo, Dick Grayson ha venido recientemente a vivir con Bruce Wayne y está entrenando con él. Bruce siente que ese chico tiene demasiado rencor por el asesinato de sus padres (le recuerda a alguien) y no está listo para estar en el campo de batalla luchando contra el crimen con tanto odio dentro. Dick Grayson tiene una vida nueva. Ha presenciado el asesinato de sus padres y, ahora, está a cargo de Bruce Wayne. Pero el millonario no es un hombre normal. Es Batman, el héroe de Gotham City, y Dick está llamado a convertirse en su ayudante en la lucha contra el crimen. El joven Robin va a empezar un viaje repleto de personajes siniestros como Killer Croc, de prodigios como la Liga de la Justicia y de amigos como Alfred Pennyworth o los futuros Jóvenes Titanes. Pese a todo, esencialmente, la historia trata de los sentimientos de Dick y de cómo tiene que adaptarse a su nueva vida con el señor Wayne.

Aunque hay muchas versiones de la historia en las que Dick vive con Bruce Wayne y se entrena para convertirse en Robin, esta es una de las versiones menos convencionales de esa historia. Bruce no es tan amable con Dick como lo han retratado otros autores, los dibujos animados o los tebeos antiguos. Y luego están All-Star Batman y Robin, de Frank Miller que ufff… He leido reseña norteamericanas que se centran especialmente en comparar la versión de Frank Miller con la de Lemire y sacarle bastantes más pros que contras a esta última. Y también entiendo porqué a algunos fans no les gusta esta versión de Bruce Wayne. Pero en mi caso no me importó porque se nos está hablando, sobre todo, del personaje-persona Dick Grayson.

También me gustó que el villano de la historia fuese Killer Croc y que desarrollara un poco su origen en este cómic. Es un ser que está conectado con el pasado de Dick Grayson antes de que se convirtiera en Robin, ya que Killer Croc tiene vínculos con Haly’s Circus (en esta historia, por supuesto). Mola esa relación creada por Lemire. Tiene una motivación interesante.

¿Las ilustraciones? Pues qué os voy a decir del crack Dustin Nguyen. Agradables, excelentes, recrean la acción de forma maravillosa cuando toca y captura muy bien las emociones de Dick Grayson. Me encanta la estética y la paleta de colores usada para la ocasión.

Buena historia, personajes y construcción del mundo. ¿Bruce es demasiado malvado y se siente fuera de lugar? Quizás es que a algunos no les gusta ver la realidad. Imaginen a una persona que ha sufrido en la vida todo lo que ha sufrido Bruce. A ver si va de sonriente y bonachón por la vida.

Reseña: Detective Marciano. Identidad, de Steve Orlando y Riley Rossmo

¿Buscabas un cómic para leer por primera vez sobre el Detective Marciano? Sigue leyendo… ECC Ediciones acaba de publicar Identidad del guionista Steve Orlando y el dibujante Riley Rossmo donde se pueden disfrutar de las aventuras más actuales de J’onn J’onzz en un volumen que recopila los números del 1 al 12 de la serie original Martian Manhunter. ¿Qué cuenta? Pues habla de J’onn J’onnz y de cómo era un policía corrupto en Marte antes de que su mundo ardiera por completo. Ahora, en su nueva vida en la Tierra, un espantoso asesinato traerá de vuelta su pasado para atormentarlo…

En conceptos generales, ese es el argumento. Pero hay mucho más en este TPB recopilatorio que hoy os traigo. Detective Marciano: Identidad sigue dos tramas, una que tiene lugar hace dos años en Colorado y otra del pasado en Marte, que hace bastante más tiempo y es antes de su destrucción. En la Tierra, John Jones es un detective de homicidios que investiga un brutal doble homicidio con su pareja, Diane. En Marte, podemos echar un vistazo a la vida familiar de J’onn, así como el dato a cómo operaba como cazarrecompensas. Las dos tramas están vinculadas cuando John/J’onn comienza a tener visiones en la Tierra de su pasado en Marte.

Confesaré desde el principio que John/J’onn alias Detective Marciano siempre fue un superhéroe que me intrigó a la vez que lo miraba con recelo por su enorme parecido con La Visión de Marvel. Pero siendo consciente de que quién fue el primero, en la Edad de Plata, los héroes en general, y los héroes de DC en particular, tendían a tener una personalidad heroica genérica bastante uniforme, esencialmente sin rasgos notables más allá de «si algo malo está sucediendo, es mi deber arreglarlo» y “cuidado con que descubran mi identidad secreta”. Detective Marciano es producto de la Edad de Plata y por tanto no fue una excepción. Pero mientras que la mayoría de los otros héroes DC surgieron de personalidades heroicas genéricas, J’onn, en su mayor parte, fue original. Y es de los pocos de la JLA que sólo aporta a la JLA cuando verdaderamente el planeta está en peligro.

En Identidad lo vemos en el presente como un policía amistoso y bromista con su compañero, aunque atormentado por su pasado. Y en Marte, como un oficial de la ley áspero y corrupto que intenta mantener en secreto sus negocios con los bajos fondos incluso ocultándoselo a su familia.

La representación de Marte es extraña. No es la típica de películas como Desafío Total. Pero hay suficiente similitud con la sociedad estadounidense para dar una sensación espeluznante de «Uncanny Valley» en todo momento. J’onn es un policía corrupto de una manera familiar para cualquier aficionado a la novela negra, incluso si los detalles particulares de su corrupción son inescrutables. Regresa a casa con su esposa, M’yri’ah y su hijo pequeño, que resulta ser una masa con forma de frijol…, y él y M’yri’ah discuten sobre tener otro hijo después de hacer el amor…

El dibujo me gustó. Aunque reconozco que a veces hay algunos detalles rarunos; desde el corte de cabello que desafía la física de Diane hasta la escena en la que J’onn y M’yri’ah se dan un revolcón con unas espaldas tenebrosamente palpitantes… Una fusión gelatinosa. Por otro lado, eso no desmerece que el arte de Rossmo eleve este tomo a algo muy emocionante de leer. La disposición de las viñetas preservan el interés y hacen que la historia avance rápidamente, mientras que el colorido de los escenarios, rico en verdes, naranjas y rosas, le da al paisaje marciano un tono alienígena muy chulo.

Detective Marciano: Identidad tiene un comienzo prometedor para amantes del personaje, los que busquen introducción a éste o adoradores del tema Marte. Para todos ellos, indispensable.

Reseña: La Cosa del Pantano. Devenir, de Ram V, Mike Perkins y John McRea

¿Con qué expectativas va a uno a un cómic que en un USA raro es el que no le está dando un 10? ¿Expectativas muy altas, no? Bueno, ya sabemos que pasa normalmente con lo de ir con las expectativas demasiado altas hacia algo que quieres que te guste… Pueden pasar dos cosas: lo normal que no te mole, pero lo raruno, que te unas a la plebe  gustándote mogollón. Pues esto me pasó con la nueva serie de La Cosa del Pantano que se está publicando en este 2022 y que ahora ECC Ediciones acaba de traer en tapa dura con un primer tomo que contiene los ocho primeros números. Devenir es un pasote.

Ram V y Mike Perkins no son nuevos en Swamp Thing. Hicieron no hace mucho dos números de Estado Futuro: La Cosa del Pantano y antes de eso trabajaron en Legend of the Swamp Thing Halloween Spectacular. Sin embargo, Levi Kamei sí es nuevo y esta es su primera aparición en The Swamp Thing. No siempre es fácil presentar una nueva versión de un personaje familiar y querido. Y ya en el primer número de esta serie Ram V decide introducirnos en un misterio para intrigarnos a la vez que nos presenta a Levi Kamei. La escena de apertura es una gran introducción al nuevo mundo de La Cosa del Pantano, pero primero tenemos una introducción al Errante Pálido. Parece ser el último avatar de Rot. En un bochornoso día de calor, se encuentra un cuerpo en la cuneta de una carretera y los oficiales de policía le cuentan al forense asistente la leyenda del Errante Pálido. No se menciona a Rot, sino una historia espantosa y horrible que nos lleva a creer que este personaje probablemente resultará ser el avatar de Rot. Los detalles que describe el forense en la evaluación del cadáver agregan la cantidad correcta de minucias a la escena para hacerlas sentir real. Un inicio de trama brillante.

La introducción de Levi Kamei es todo un puntazo. No hay una gran secuencia de acción, son solo escenas bien pensadas que le permiten al lector aprender algo sobre Levi y sus relaciones. El horror que esconde se muestra brevemente algunas veces, pero Ram V nos mantiene a todos en suspense para una revelación mayor, que llega no mucho después gracias a esta idea de tener entre manos un tomito que comprende varios números. Para los lectores familiarizados con el concepto de La Cosa del Pantano, el trauma de Levi no es tan confuso como lo es para el propio Levi. Sin embargo, en Devenir, los lectores emprenderemos el viaje con él e iremos descubriendo toda una genial trama de suspense-thriller juntos.

La Cosa del Pantano: Devenir no se basa en ningún conocimiento previo del concepto. Para aquellos que ya conocen toda la obra de Swamp Thing les puede molar esta nueva versión. Pero los que no conocen nada, tampoco se encontrarán perdidos ante el argumento. Es una versión diferente de la tan conocida por Alec Holland y ya está. Donde Mike Perkins y Mike Spicer hacen un gran trabajo con el arte. Juntos establen el tono para cada escena con la cantidad justa de detalles y puestas requeridas para lo que se cuenta. Spicer tiene especial cuidado en asegurarse de que su paleta de colores sea la adecuada para cada viñeta y así se crea un ambiente terriblemente bien diseñado, por ejemplo, para representar la calurosa carretera del desierto o los horrores en la mente de Levi. El verde de las nubes que rodean el avión de Levi es un gran efecto que presagia lo que le depara el futuro al personaje… Magnífico todo.

Al igual que sus otros trabajos en Swamp Thing, Ram V y Mike Perkins hacen un gran labor para con el personaje. No importa si este número es la historia que querías, el enfoque principal está muy bien logrado y hace que el lector se relacione con Levi haciendo muy fácil seguirlo. Como dice la sinopsis, olvida todo lo que sabes de La Cosa del Pantano, porque Alec Holland ha pasado a la historia. Ahora, el Elemental del Verde se llama Levi Kamei… y no es capaz de controlar del todo sus nuevas habilidades. Una etapa ambientada en Frontera Infinita que escribe Ram V, el responsable de las andanzas de la Liga de la Justicia Oscura, a los dibujos Mike Perkins (Lois Lane) con la colaboración de John McCrea (Demon).

Casi na.

Reseña: Wonder Woman. Black and Gold, de VVAA

Wonder Woman: Black and Gold es una de esas miniseries de la Chica Maravilla que no te puedes perder. Seis numeritos reunidos en un tomito integral en tapa dura propio de ECC Ediciones pero también una historia para conmemorar y celebrar el 80 Aniversario de Wonder Woman. Con cinco impactantes historias cortas, cada una de un equipo creativo diferente, Black and Gold incluye una combinación bien seleccionada de tramas que arrojan luz sobre una faceta diferente del legado perdurable de Wonder Woman como personaje y heroína. Desde luchar contra bestias míticas hasta salir con mamá a dar un paseo o charlar en la cama, seguramente estemos ante un cómic que por la naturalidad con la que se trata al personaje, sea uno de los cómics DC actuales más recomendables para leer y que más tipos de lectores puedan disfrutar.

El número debut de la serie, escrito por AJ Mendez y con arte de Ming Doyle, cuenta la historia de Diana y su madre, Hippolyta, pasando ese tiempo de calidad con su madre que muchas jóvenes necesitan. Después encontramos temas varios como el intentar reconciliar la ira de Wonder Woman con su pasión por la justicia; el análisis maravilloso de John Arcudi y Ryan Sook sobre la visión del mundo de Diana y la fuente de su icónica compasión; una carta de amor increíblemente ilustrada al mundo de los cómics del día de nacimiento de la Chica Maravilla; y otra trama donde se trae a Wonder Woman de vuelta al presente, ofreciendo una historia de origen elegante y con estilo para hablar sobre una de las armas más icónicas de todo el Universo DC como es el Lazo de la Verdad.

Las historias recopiladas en Wonder Woman: Black and Gold abordan al personaje de Diana desde perspectivas muy diferentes. Y eso es lo que mola. Y como debería ser cualquier antología que se precie, el tomo en general muestra varias capas de la personalidad de la superhéroe. Vamos a ver cosas como una mirada extraña y relajada de Wonder Woman, la guardia baja, lo que lo convierte quizás en el capítulo más singular dentro de la edición. Esto en la historia que abre el tomo. Pero después veremos versiones muy diferentes de Wonder Woman, donde se muestra cómo Diana ve el mundo que la rodea y su propio lugar dentro de ese mundo. Y tras un número que simplemente destaca por su poder gráfico como es Golden Age (Edad Dorada) por su poca profundidad narrativa, finalmente, llega un relato duro con el porqué Wonder Woman se ha mantenido como una de las presencias más intimidantes y poderosas de DC durante las últimas ocho décadas.

Y visualmente, Wonder Woman: Black and Gold, un tomo magníficamente atractivo.

Un ejemplar que se recomienda muy mucho, en especial, para fans impertérritos de los buenos cómics que buscan tratar algo diferente de un personaje en cuestión. Y obviamente, para los fans de toda la vida de la Chica Maravilla.

Un bufete de historias, claramente escritas e ilustradas con inmenso amor y respeto por un personaje icónico que se ha mantenido al frente de los cómics durante ochenta años.

Y que no muestra signos de desaceleración.

Eso no es decir poco.

Reseña: Midnighter y Apolo. La Búsqueda, de Steve Orlando, ACO y Fernando Blanco

Después de una ruptura algo larga, el equipo vuelve a estar unido. Uno es prácticamente Superman, el otro tan rudo como Batman pero con la voluntad de romperte todos los huesos del cuerpo si hace falta. Parece un equipo dulce, ¿no? Un dueto que puede con veinticuatro o treinta y dos, ¿no? Oh sí, la complejidad de las peleas que puedan surgir ponen a prueba a estos dos enamorados de las patadas voladoras y de las máscaras más pijameo. Entonces, ¿esta miniserie de DC Saga que ECC Ediciones publica en nuestro país en un genial tomo en tapada dura denominado Midnighter y Apolo es tan buena como dicen? La sinopsis dice: «Midnighter es la máquina de matar perfecta gracias a sus capacidad físicas y a un cerebro que le permite prever los movimientos de sus adversarios. Su próxima misión consiste en recuperar unos artefactos perdidos mientras empieza una nueva vida. Y es que acaba de romper con Apolo, su novio de toda la vida, un hombre cuyo poder rivaliza con el del mismísimo Superman. Pero a lo largo de las aventuras que incluye este volumen, Midnighter está llamado a volver a toparse con su antiguo amor… siempre que alguno de los dos no muera por el camino…».

Más o menos lo que he contado. Pero es que el resumen de DC oficial cuenta: «¿Tu lo quisiste? Pues ahora lo tienes. ¡Seis números más de locura de Midnighter! Juntos de nuevo, después de demasiado tiempo separados, Midnighter y Apolo se enfrentan a piratas del metro en Los Ángeles y demonios en Opal City… ¡Pero su reunión está a punto de dar un giro impactante y enviarlos a ambos en un viaje épico más allá de toda creencia!».

La suma de las dos sinopsis es la que debéis asumir. ¿Y por qué me importa a mí una serie así? Es obvio, si me conocéis. La originalidad, el cambio, lo diferente, lo que hasta ahora no se ha hecho con un cómic, una nueva visual de un dueto del que sabía poco… Bastantes cosas me atraían de Midnighter y Apolo y ahora puedo decir que he disfrutado a tope de lo que se considera una de las parejas más poderosas del Universo DC. Sumando el guionista Steve Orlando (que me encanta) y los dibujantes ACO y Fernando Blanco, dándolo todo.

¿Y qué tiene de bueno? Steve Orlando hace muchas cosas bien en el guión donde lo primero es, que se brinda por el entretenimiento y el diálogo rápido. Además de la increíble secuencia de lucha que muestra cuán quirúrgico es Midnighter y cómo de inefable es Apolo enfrentándose a un golem maldito dentro de un tren. Pero Orlando es bueno para eso pero también para mostrar una relación amorosa y comprensiva entre dos personajes de forma muy natural. Orlando inicia la trama con una acción vertiginosa, presenta algunos personajes secundarios y luego intensifica al Sr. Bendix y todo lo que conlleva su aparición. Sólo para destruir a Midnighter y Apollo para siempre… O esa es la idea.

Dada la propensión de los villanos a idear planes locos, el plan de Bendix, en realidad, es bastante inspirador e interesante. Utiliza los poderes de teletransportación de Midnighter contra él y potencialmente prepara el escenario para que Midnighter pase de la violencia desenfrenada a la locura violenta. También hay un buen uso de montajes en el tema que ayudan a transmitir cuánto trabajo tiene por delante Mr. Bendix para que sus malvados planes salgan bien.

He revisado la serie pasada de Midnighter (también escrita por Steve Orlando), que hizo bien en establecer la relación convincente de un hombre que mata y otro que es demasiado puro para hacerlo. Hacer que ese tejemaneje funcione, os digo como escritor, es un tema bastante difícil de elaborar, de hacer que parezca natural. Y al verlo como lo consigue, ya con eso la serie me ganó.

Aparte de que Midnighter y Apolo son los típicos superhéroes divertidos a más no poder.

Reseña: Universo Sandman. El Sueño, de Neil Gaiman, Simon Spurrier y Bilquis Evely

Para los frikis de la literatura fantástica y especialmente de los cómics de mi generación (digamos… los que son denominados ahora viejóvenes), The Sandman, de Neil Gaiman, fue una lectura esencial en nuestra juventud, años de instituto en mi caso. Años en el que término emergente «novela gráfica» pegaba fuerte además de otros tantos títulos del momento como el trabajo de Alan Moore y Dave Gibbons en Watchmen, el Maus de Art Spiegelman o el siempre reconocido El Regreso del Caballero Oscuro, de Frank Miller; obras que si no habías leído no estabas a la moda, no eras cool. Pero con la diferencia de que estamos hablando de, por muy gafapastas que se consideraran esos cómics en su momento, molaban, molaban un montón y tu vida comiquera atravesaba (y atravesará) una línea, un antes y un después, tras haberlos leídos.

La grandiosa construcción del mundo de Sandman, combinada con el hábil trabajo que tiene todos y cada uno de los personajes, y la capacidad que demostró Neil Gaiman para unir mitologías dispares, hizo que la lectura de dicha obra en su día fuera emocionante e inolvidable. Marcaba. Y encontrabas gente flipada con la serie pero también otros que la miraban con desdén porque les daba miedo entrar: gente que leía pijameo y poco más. Era algo diferente, innovador, chulo, un cómic que aplastaba panteones religiosos en caliente, y que además presentaba personajes DC con la misma naturalidad con la que se deslizaba entre números que lo mismo eran one-shots que disfrutabas junto a un vaso de leche con galletas, que lo mismo era válido para comentar en una quedada con tus amigos frikis un sábado por la noche mientras intentabas «comerte algo» en la discoteca. Números, historias, que bien tenían personajes nuevos o gente tan conocida como William Shakespeare y/o Christopher Marlowe por nombrar algunos.

Por eso y no otra, voy a leer y coleccionar todo-todito-todo lo que pueda de esta serie en lo que me queda de vida. Y ECC Ediciones es el lugar donde encontrarlo. Una de las partes más atractivas de la serie The Sandman es que es de esos raros cómics de larga duración que tienen un final definitivo. Se publicaron un total de 75 números y, por un tiempo, eso fue todo. Sin embargo, a lo largo de los años, Gaiman regresó varias veces al universo para escribir breves spin-offs, precuelas…, pero nunca hubo nada importante que se expandiera en el mundo de Sandman, mucho más allá de la serie básica. Aunque por parte de otros autores sí que se crearon cositas súper chulas como la serie Lucifer, de Mike Carey (de igual duración: https://www.ecccomics.com/comic/lucifer-integral-vol-01-de-3-3430.aspx). Fue entonces cuando se anunció que Gaiman se asociaría con Vertigo para lanzar Sandman Universe, una colección de cuatro series inspiradas y ampliadas en la carrera original de la famosa serie y de los cuatro títulos que se revelaron hubo, sobre todo, uno que me llamó mucho la atención por las metáforas en las que se movía. Obviamente, The Dreaming (El Sueño), el título que hoy os reseño.

El Sueño es la serie más aclamada de Universo Sandman y ECC Ediciones nos la trae en una edición integral (las veinte entregas de la colección) que además contiene el especial inaugural The Sandman Universe #1. El señor guionista Spurrier nos lleva de regreso al reino donde Daniel, el actual Señor de los Sueños, ha desaparecido justo cuando las cosas van mal. La ausencia de Lord Daniel desencadena una serie de crímenes y calamidades que consumen la vida de quienes ya están enredados en su destino. Hasta que lo encuentren, los residentes del reino deben proteger solos sus quebradas fronteras. Para más inri, los narradores más veteranos están atormentados por secretos invasivos, el alcaide Lucien está dudando de su propia mente, y más allá de las puertas, algo horrible aguarda con dientes y garras intentando entrar… Solo Dora, la monstruosa, encuentra oportunidades en la locura, robando sueños al mejor postor. Pero ella no tiene idea de cuán profundo yace el peligro. Mientras tanto, algo malvado sigue creciendo, haciéndose fuerte, a la espera de poder entrar…

Simon Spurrier (Motherlands, Suicide Squad) demuestra aquí todo su don apoyado en el arte impresionante de la señorita Bilquis Evely (Batman, Wonder Woman). Gran parte de la trama de Spurrier me recordó la forma en que la carrera original de Gaiman era tanto una historia sobre la narración como una historia por derecho propio. Alegórica. En El Sueño hay frecuentes metacomentarios sobre quién está narrando en un momento dado y quién de forma omnisciente. Una forma muy interesante de contar una historia. El Sueño se basa en gran medida en los personajes; aquí, la búsqueda de Dora para conocer su identidad y convertirse en ella misma, constituye gran parte del drama. Junto a la crisis de fe de Lucien y el fuerte deseo de encontrar Sueño y devolverlo a su magnificencia.

The Dreaming es definitivamente una lectura obligada para los fanáticos de Sandman, una buena historia heredera así como una digna continuación de este enorme universo. Y, por supuesto, un complemento ideal para alternar con la visual de la serie de TV en ciernes que acaba de estrenar Netflix.

Reseña: Batman. Arkham Saga. Parte 1, de Paul Dini, Carlos D´Anda, Dustin Nguyen y VVAA

Imaginaos poder trasladaros a cuando el Caballero Oscuro era joven, inexperto y aún no sabía la guerra eterna que se le vendría encima, una guerra de un solo hombre para intentar salvar el alma de Gotham City. El justiciero conocido como Batman es nuevo en las calles oscuras de la ciudad y sus errores le cuestan caro como a todo novato con un nuevo trabajo. Aunque su mente, cuerpo y arsenal de equipo parecen ser válidos para no morir en el intento, se da cuenta que combatir el crimen y a criminales que también algunos andan bastante perfeccionados… son métodos no probados que tiene que mejorar no solo por su supervivencia sino también por la de la gente inocente incluyendo sus conocidos. Pero las lecciones de novato de Batman son tan solo un preludio de historias mucho más potentes, peligrosas y desesperadas que se pueden encontrar en este magnífico primer omnibus Batman: Arkham Saga que publica ECC Ediciones en nuestro país.

ECC Ediciones recopila en este volumen los cómics basados en Arkham Asylum y Arkham City, los famosos videojuegos desarrollados por Rocksteady Studios y publicados por Warner Bros. Interactive Entertainment. Guiones realizados por autores como Paul Dini, Carlos D’Anda o Dustin Nguyen, que amplían las historias que han fascinado a jugadores del mundo entero y que tuvieron tanto éxito de ventas que se puede decir que entraron en canon casi todo lo que contaban. Y es que a pesar de convertirse el orejas picudas en un forajido después de sofocar los disturbios del Arkham Asylum, el detective más famoso del mundo se encarga de desentrañar por qué el nuevo alcalde, Quincy Sharp, quiere crear Arkham City, una sección de Gotham donde los criminales atroces e idos de olla pueden deambular libremente. Ahora no solo el Caballero Oscuro se enfrenta al Ayuntamiento de la ciudad más oscura del mundo, sino también a los crecientes ejércitos de sus numerosos enemigos: el Pingüino, Dos Caras e incluso el mismísimo Joker. Un príncipe del crimen desatado, por cierto. Pero además de las maquinaciones de la galería completa de villanos de Batman, surge un nuevo justiciero: Arkham Knight. Una aglomeración de cruces de tramas y problemas constantes, una constante batalla de vida o muerte como ninguna otra para los aliados y enemigos del Cruzado de la Capa… ¡Sin final a la vista!

Batman: Arkham Saga así recopilado es una necesidad absoluta para cualquier coleccionista del Caballero Oscuro y su Arkhamverso. Esta colección masiva recopila todos los volúmenes pertenecientes a la serie Arkham y tenerlo así es un modo de disfrutarlo a tope, cantidad de aventuras doquiera que vayas. Además de que económicamente compensa bastante. Soy un gran admirador del llamado Arkhamverse en USA y de todo lo que ahí fluye… cuando hay buenos autores detrás, sobre todo, como es el caso. Arkham Saga nos brinda una visión cruda y realista del mito de Batman, al mismo tiempo que logra honrar toda la historia del mundo real del personaje, sin importar cuán tonta sea (Calendar Man hace una aparición, por ejemplo), porque lo que sale está muy bien introducido. Por lo tanto, tenía muchas ganas de leer más historias ambientadas en esta versión particular de Gotham, además de conocer algunos antecedentes de los videojuegos que no he jugado pero que como véis las historias se pueden disfrutar libremente sin haber tenido entre tus manos un dual-shock.

Sí que veo un problema para los que tienen la colección fuera de este omnibus que las historias están fuertemente vinculadas entre sí y debes tenerlas todas-todas para que ciertas cosas te cuadren o sepas donde buscar cuando se haga mención a ello. Sobre todo, porque según me he enterado no todas las historias aquí se han presentado en orden cronológico, por lo que puede dar la sensación a veces de saltos en el tiempo que no son tal. Y que como digo si tienes mente casi todos los números sí entenderás a la perfección. De igual modo, un primer tomo magnífico e INEVITABLE para el fan del Caballero Oscuro.

Reseña: Escuadrón Suicida. Mala Sangre, de Tom Taylor, Bruno Redondo, Sampere, Albarrán y Adriano Lucas

Tras el gran éxito del thriller de zombis DCesos (ahora renovado para una segunda miniserie, The Unkillables), Tom Taylor aporta su granito de arena y su don creativo de combinación única y violenta a lo que es un excelente trabajo de personajes en una de las franquicias de DC más de moda en este momento como es Escuadrón Suicida (The Suicide Squad). Con los favoritos de muchos fans como Harley Quinn, Deadshot y King Shark junto con un gran elenco de antihéroes originales, personajes matables pero divertidos a más no poder, con los que Taylor busca devolver la popularidad a la franquicia en formato cómic.

¿Hipérbole, ilusiones o realidad? Es el Escuadrón Suicida, así que cualquier titulo donde estos pendejos y desafortunados villanos estén, mi atención está puesta. Y más cuando lo que no deja de ser una nueva versión de Fuerza Especial X del escritor Tom Taylor y el artista Bruno Redondo se muestra como un cómic visualmente súper atractivo.

¿En quién pueden confiar Harley Quinn y Deadshot cuando sus nuevos compañeros de equipo, Los Revolucionarios, son las mismas personas a las que su tripulación fue asignada a matar? El Escuadrón Suicida no solo necesita preocuparse por sobrevivir a su próxima misión… ¡ahora tienen que “sobrevivirse” entre ellos!

Mala Sangre es una idea brillante, el retorcido, dentro del nudo. Y ya os digo que como la mayoría de las cosas que toca Tom Taylor, esto es oro. Disfrute asegurado. Sí friends, disfruté bastante este tomo que publica ECC Ediciones en nuestro país y que recoge los primeros once números de esta nueva época del grupo de antohéroes más famoso de DC.

Donde Taylor se deshace de la mayoría de los Escuadrones Suicidas típicos y trae un nuevo elenco de personajes junto con Deadshot y Harley Quinn. Incluso Amanda Waller ha sido reemplazada. Esto aporta o da un girito a la sensación de peligro constante que no había visto desde la serie original de John Ostrander. El problema con las ejecuciones anteriores es que siempre usaban villanos establecidos que DC nunca mataría en nombre de la propiedad intelectual. Bien, pues aquí este elenco puede y patea al más mindundi que quiera establecer relación con ellos. Y Taylor también aporta un aire de misterio a la trama además muy a lo Agatha Christie. Están sucediendo más cosas que solo criminales enviados a misiones imposibles pueden saber…

Pero a última hora.

Cuando quizás ya es tarde y tienes un agujero en el estómago.

El diálogo de Taylor es ágil y lleno de ingenio. El cómic, el tomo en tapa dura es llevadero como todos los que edita ECC, el arte de Bruno Redondo es magnífico, once números que se devoran en nada; Aerie, Guiño, Gatita Caos, Mortífero Seis… Los Revolucionarios, una supuesta organización terrorista que ha molestado a los gobiernos de medio mundo y ahora son el blanco del Escuadrón Suicida.

El equipo creativo de Nightwing dándolo todo.

Muy recomendable.

Reseña: Superman 1978, de Robert Venditti, Wilfredo Torres y Jordie Bellaire

Durante muchos años, Superman, de Richard Donner, fue mi película de superhéroes favorita jamás producida. Fue la primera película en abrazar sinceramente los elementos del género en lugar de jugar con ellos a través de la lente (muy alejada por entonces) del espectador. Richard Donner consiguió dentro del cine fantástico que la palabra «verosimilitud» existiera. Además, me consta que el elenco y el equipo vieron varias veces la película una vez acabada para que en cada entrevista, en cada evento, tuvieran como objetivo transmitir que el mundo de Superman, de algún modo, existía o existió en sus mentes durante el proceso de producción. Existía y no simplemente como una fantasía, sino como la historia de un hombre que se podía ver, tocar y tratar con él de no ser porque les separaba una simple pantalla. Y que volaba. Volaba de verdad. Y más de uno dijo durante el rodaje: “Creo que Reeve estaba volando…, de verdad”. Ya sabemos todos que el resultado fue un momento icónico e histórico en cuanto a se refiere la creación de un mito dentro del séptimo arte, pero también un momento único por lo del genial paso del papel a la pantalla y porqué no, a la realidad. Y si a eso le suman Main Title March, de John Williams, como fondo, sus vellos se erizarán.

Podrán sentir el poder que aún tiene.

Una vez terminado Superman 1978, escrito por Robert Venditti y dibujado por Wilfredo Torres, que recopila los seis números de Superman´78 y que recién publica ECC Ediciones; me dije que quizás lo tenía que haber leído con la genial soundtrack de Williams detrás. Aunque tampoco era plan de castigar a los piscineros de la sombrilla de al lado durante mi lectura y devoción. Bueno, ya sabéis, Clark Kent se quita la camisa para revelar el emblema rojo, azul y amarillo que lleva debajo y en ese momento, supe que este cómic no solo me tocaba la fibra nostálgica, esplendía inspiración con resultados electrizantes. Y es que, por supuesto, Superman 1978 aborda su historia con enfoque fílmico ese que vuelve a familiarizar a la audiencia con los personajes y los mitos esenciales antes de presentar una nueva amenaza que se abordará en la historia que se avecina. Es fácil imaginar cómo el guión de Venditti podría reinventarse como uno para el cine. Sin embargo, Venditti es un consumado escritor de historietas y si bien su historia puede adaptarse utilizando tropos y ritmos familiares como película, destila sus acciones e historia en momentos diseñados sólo para su disfrute en formato viñetario. En este caso, se trata de un flashback de la muerte y destrucción por la que pasó el planeta Krypton, mientras que Clark y Lois se ponen al día en su camino al trabajo bajo la influencia y llegada de un extraño ser llamado Brainiac.

Cada momento ofrece un hilo claro y nostálgico, humor y emoción para llevar a los lectores más adentro de la trama si cabe. Independientemente de la familiaridad del lector con la película original de Donner, este enfoque crea un espacio para que los no iniciados entren en esta secuela sin trabas. El enfoque de Torres sobre el elenco y el escenario de Superman garantiza su accesibilidad. Es fácil percibir la influencia de actores, incluidos Christopher Reeve, Margot Kidder, Marlon Brando y Jackie Cooper, en estas páginas, pero Torres usa el toque ligero de un caricaturista para tomar lo esencial y desarrollar personajes en la página. Evita las feas trampas que se encuentran en tantos cómics modernos de Star Wars en los que los rostros de Carrie Fischer y Harrison Ford parecen trazados de forma dolorosa. La sonrisa dulce y segura de Reeve está y la postura apresurada de Kidder también. Eso es verosimilitud, la sensación de que lo que estamos viendo es real, y el efecto de la sonrisa de Superman en estas páginas es absolutamente real.

El enfrentamiento inicial de Superman con Brainiac se lee como la secuencia de acción que normalmente presenta los créditos iniciales de una película: el conflicto ha llegado y la audiencia recuerda lo que están aquí para ver. Mola mucho este cómic. Superman 1978 recupera el tono y el espíritu de Superman y hace la misma promesa que Donner, Reeve y otros ya cumplieron.