Reseña: Soon, de Benjamin Adam y Thomas Cadène

Soon fue una de las grandes sorpresas de finales del año pasado dentro del cómic europeo. Y ahora Nuevo Nueve Ediciones lo publica en nuestro país. Además, nos permite familiarizarnos con dos autores como son Benjamin Adam, autor reconocido desde el Festival de Angoulême de 2017 con su thriller Lartigues et Prévert (La Pastèque) que lo petó. Y Thomas Cadène, muy activo en el mundo del cómic desde hace diez años. En Soon estaremos en presencia de mucha anticipación desde el principio, lo que, digámoslo, probablemente enfriará a los fans de las aventuras y giros peculiares de la Ciencia Ficción más convencional. Pero Soon es un cómic profundo y contemplativo. Centrado en una reflexión fuertemente política, cuyo tema central es una extrapolación de nuestro mundo actual lidiando con sus crisis sociales y ecológicas. Un cómic escrito en dos narrativas paralelas: una centrada en la relación conflictiva entre Simone Jones, una astronauta a cargo de una misión de exploración espacial, y su hijo Yuri, quien no admite su partida. Por otro lado tenemos la situación del contexto político y económico general, con una historia que explica exactamente dónde y cuándo se sitúa la historia. En 2151 la población mundial se dividió por diez debido al cambio climático. La humanidad vive en un precario equilibrio. Agrupada en siete áreas urbanas, ha inventado nuevos modelos de vida social. En otros lugares, la naturaleza se expande libremente…

Esta elección de alternar la pequeña y la gran historia da un respiro saludable al cómic que te mantiene enganchado una vez que entras en esa trama exigente en su forma de exponer todos los puntos de vista, frente a una situación en la que lo que está en juego es la propia humanidad. Esa que parece que se perdió hace tiempo. Por que la pregunta eterna siempre va a ser: ¿Deberíamos dedicar nuestra energía a colonizar el espacio o a reparar un planeta dañado por sucesivos desastres que vienen desencadenándose desde los dos últimos siglos? Todo esto hace de Soon una obra que no pasa desapercibida y justifica el interés que tenemos por el noveno arte en su capacidad para conjugar creación y reflexión. Por que Soon es exactamente ese exponente, el trabajo de dos autores creativos, ambos capaces de sostener tanto guion como pincel. Lo que da origen a este relato extremadamente lúcido de nuestro futuro odiosamente cercano, nada optimista, pero tampoco deprimente al cien por cien. El caos está cerca y es inevitable, pero veamos más allá… Eso propone Soon.

Un magnífico cómic europeo de ese tipo al que nos enganchamos con facilidad los que amamos las historias gráficas de calidad que se elaboran en nuestro continente. Es de admirar el trabajo documental y analítico sumamente detallado que ahí detrás para atrapar al lector inquieto brindándole una reflexión que hace tiempo que flota en el aire. Aquí tenéis un obra que tarda en configurarse pero que termina creando un universo complejo, rico, un futuro posible entre cientos de escenarios. Búsqueda de iniciación, vínculos familiares, aspiraciones personales y convenciones sociales, descubrimiento de uno mismo y todo lo demás. El guionista finalmente pone en la palestra varias civilizaciones que han tomado varias decisiones para su futuro y el del planeta. Y, ¿la supervivencia de la especie lo justifica todo? ¿Cómo abordar el concepto de vida y supervivencia de forma inteligente?

Varios de los temas desarrollados en este álbum me desafiaron. Me conmovió la relación madre-hijo que se desarrolló a lo largo de las páginas. También me gustó mucho la división que alterna capítulos y que nos permite descubrir esta visión del futuro, especialmente, los eventos y decisiones que instigaron esta transformación de la humanidad. Y, por supuesto, capítulos centrados en Yuri y su descubrimiento de las diferentes ciudades. Este adolescente que se rebela contra su madre (a quien ama pero no comprende), contra la sociedad (como todos los adolescentes, quiere desafiar las prohibiciones) y que poco a poco descubre quién es, qué quiere y dónde coloca sus prioridades. Historia muy creíble para nuestra desgracia.

Reseña: Gravity Level, de Lorenzo Palloni y Vittoria Macioci

Es por el momento lector tan bueno de Ciencia Ficción que estoy viviendo que decidí ponerme con este díptico de cómic europeo llamado Gravity Level, recopilado en un solo tomo por Nuevo Nueve Editores y que se acaba de publicar en tapa dura. Me dejé tentar no solo por los gráficos que son algo diferentes, antes de leer, Gravity Level era para mí sobre todo una curiosidad argumentística pues, ¿cómo demonios se lleva adelante un guion donde la gravedad en la Tierra ha desaparecido hace más de 500 años? Un desafío. Y bien. Lorenzo Palloni y Vittoria Macioci muestran un mundo colorido a la vez que “creíble”, dentro de lo que cabe. Principalmente, crean una trama de aventuras, -una Quest que se dice en mi tierra-, y es que tiene mérito, a parte de llevar a cinco personajes adolescentes adelante (incluso en viñeta) de plantear interesantes interrogantes a lo largo de las páginas sobre las nociones de libertad, de futuro, de saber qué hacer con su vida, etc. Los gráficos molan, pero entiendo que no puedan ser del gusto de todo el mundo. Si que estamos ante un cómic que viene de la BD y eso debería ser sinónimo de ilustraciones exquisitas, pero Gravity Level es el clásico ejemplo de, si las ideas son buenas, el dibujo puede pasar a un papel secundario. Y es que la idea es muy buena.

El mundo, los seres humanos, se encuentran confinados bajo tierra. Confinados. La palabrita cojonera que tanto odiamos, ¿no? Cinco adolescentes, una pandilla de chavales que sin miedo a nada quieren divertirse principalmente, deciden salir a la superficie de una Tierra que se encuentra devastada. No queda gravedad arriba y tras la misteriosa desaparición de ésta, muchos de los sobrevivientes que viven en el subsuelo sufren dentro de las antiguas ciudades. En una atmósfera post-apocalíptica, los sobrevivientes dan lo que sea por cualquier salida. Pero ir «afuera» es toda una aventura, moverse por allí sin dispositivos especiales es totalmente imposible. Y así seguimos a estos jóvenes que siendo perseguidos por una especie de policía política, escapan y terminan por salir «afuera». Y entonces empieza lo bueno. Un recorrido que nos permite descubrir una fauna y flora originales, hostil y diferente, de un nuevo mundo que empieza. Los supervivientes han construido una ciudad subterránea donde la vida diaria se rige por reglas estrictas, mas, Vikt, Ibu, Waka, Bek y Pwa son jóvenes cuyos destinos se cruzarán e irán encaminados a meterse en líos de narices. La única forma de escapar es huir a la superficie. Pero lo saben, el mundo exterior es particularmente hostil y será dificil la supervivencia.

La historia es acertada a la vez que oscura. Aunque nuestros “héroes”, bien representados, que se lo toman todo a broma en medio de adultos irascibles que han marcado las reglas como una necesidad inmutable para su supervivencia; existe afuera un mundo futurista, arruinado y lleno de sorpresas, cual buena novela clásica de CF. Estos chicos van a encontrar cosas que no esperan. Y que no contaré aquí. Pero todo se limita a cinco tarugos que un día, una de sus provocaciones va demasiado lejos y provocan un accidente y no tienen otra opción que huir. Buscar una nueva vida “afuera”. Donde el peligro está en todas partes, un mundo que ya no pertenece a los hombres. Y a medida que el grupo avanza hacia lo desconocido, surgen las tensiones. La convivencia se vuelve cada vez más compleja cuando deberían permanecer juntos para llegar a su destino. Sin embargo, ¿qué son esas misteriosas burbujas de gravedad que acaban de encontrar?

Con esta distopía, Lorenzo Palloni nos transporta a un futuro indeterminado donde la gravedad ha desaparecido. Si bien utiliza los códigos que se encuentran en la mayoría de historias de este tipo, logra transportarnos a un mundo que ha cambiado totalmente. La naturaleza ha recuperado sus derechos, el hombre ya no reina sobre la Tierra y han aparecido nuevas formas de vida. Un tema prometedor que siempre excita. La aventura hacia lo desconocido. Una aventura interesante.

Muy chulo.

Reseña: Urgh y la Corona de Huesos, de Telémaco

He encontrado poca información sobre Andrés Nicolás Allocco “Telémaco” (Argentina, 1981) y es por que es un autor de cómics “relativamente” nuevo. Pese a ser un viejoven como yo, sus obras se pueden encontrar en la web argentina https://www.comiqueando.com.ar/ donde colabora (creo) también en su podcast sobre cómics. ¿Y por qué busqué info sobre él? Pues por que sorprende muy mucho que un autor “relativamente” nuevo sea capaz de crear obras tan chulas como Urgh y la Corona de Huesos; que huele a serión, con personajes icónicos que esplenden desde la primera página.

Nuevo Nueve Editores parece haberse fijado en él y recién publica su primera novela gráfica que cruza el charco hacia nuestra tierra jamonera. La primera novela gráfica del creador de la tira cómica Jose & José que se publica en la web antes mencionada. Una novela de nada más y nada menos que doscientas cincuenta páginas y de la que dice Diego Agrimbau (el famoso guionista argentino que ha publicado más de una veintena de obras en Sudamérica y Europa) en el Prólogo:

«Urgh habla poco. Casi nada. Dragón habla mucho. Demasiado. Por algo tiene dos cabezas. Viajando de mundo en mundo y de tiempo en tiempo, estos dos (¿tres?) hermanos buscan nuevos objetos para sumar a su colección fantástica… Urgh… es una historieta de aventuras con acción a raudales. Y mucho humor. Telémaco nos lleva de la mano por el laberinto de su imaginación, de acá para allá, de la fantasía a la realidad, de futuro al pasado, con y sin escalas».

Y añado yo: «Tiene toda la pinta increíble que desprende su portada». Y no hay mejor presentación que esa.

Urgh y la Corona de Huesos pese a oler a Fantasía goza del tema de viajes en el tiempo y se apoya en el humor. Los personajes son los que hacen fuerte a esta novela gráfica. Los personajes. Simples, a primera vista, pero transmisores de una intensa sensación de que hay mucho más tras ellos. Con elementos nostálgicos: Ulfrus, el vecino desagradable tiene cierto aire a Gargamel, por ejemplo. Un cómic que no es de fantasía, ni de superhéroes, ni de ciencia ficción, pero que hace un batiburrillo de todo eso. Con personajes algunos totalmente disparatados y originales que para colmo se hacen familiares en nada.

Urgh y la Corona de Huesos es una obra para todos los públicos pero con ciertas escenas fuertes que, en realidad, no los son tanto para un niño de ahora. El dibujante y guionista ganador de las ediciones de 2012, 2014 y 2015 del concurso de historietas “Crack Bang Boom” y el “Chingolo Casalla” de la Biblioteca Nacional Mariano Morena de Argentina, se graduó en el taller de guión del afamado autor Diego Agrimbau y eso se nota. Por que a pesar de tener un guión largo y loco, en Urgh…, se llega a una conclusión entre tanto encuentro y escaramuza.

Y es muy cierto que su dibujo recuerda bastante al Bones, de Jeff Smith. Y eso mola. Y suma. Una historia que nos deja esperando nuevas aventuras. Quiero saber del pasado y futuro de muchos de estos simpáticos personajes. Por lo que me congratula saber que Telémaco ya prepara el segundo tomo mientras trabaja como diseñador de videojuegos y escribe una novela de fantasía.

A la espera estoy.

Reseña: Raowl. La Bella y el Feo, de Tébo

Incitado por las opiniones y por mi último afán semanal de leer fantasía heróica e historias de mazmorreos y súper calabozos, llegué a Raowl ya con la sonrisa puesta. Descubrí esta serie de la que no sabía nada de la mano de Nuevo Nueve Editores. Y la he disfrutado a más no poder. Mi devoción por las parodias de la Fantasía o de cuentos medievales a lo: la bella princesita, príncipe azul y el Monstruo… Las disfruto mogollón. Quizás la culpa de esto la tiene Groo, El Errante, del maestro Sergio Aragonés, mi personaje de cómic favorito. Donde se cuentan historias alternativas tan disfrutables como me he encontrado en Raowl: La Bella y el Feo. Y donde se brinda por el humor por encima de todo. Un humor que gusta, que entra bien y nunca se vuelve ridículo. Un estilo fresco y dinámico, lectura fluida y agradable con buenos detalles en las páginas dobles, un humor bastante fino (sin caca, ni pis) y, sobre todo, una buena idea básica para desviar las situaciones de los cuentos de príncipes y princesas.

Los cómics como Raowl: La Bella y el Feo se basan en su atractivo gráfico de carácter público en general. Un niño la disfrutará al igual que un adulto, te dice la porta, pero realmente es así. Incluso un adolescente de esos que tantas pegas ponen a todo…, en dos páginas ya habrá caído. Raowl es, en realidad, una serie que vio luz en la famosa revista de cómic europeo Spirou. Allí comenzó una serie que ahora se recopila en dos sendos álbumes de los que ya disponemos en nuestro país del primero. Una trama bajo el sello de la Fantasía humorística esa que tanto nos gusta. Agita los códigos para apropiarse de ellos y ofrece clichés desde un punto de vista “lógico”. La historia es simple, pero la inventiva del autor la distingue. Juega con un resorte narrativo anticuado que funciona de maravilla: Raowl tiene la posibilidad de cambiar de rostro y persona con un estornudo. Por lo tanto, de un mezquino fuerte y grotesco, se convierte en un mozuelo guapo, limpio y jubiloso. Y viceversa. Evidentemente, no controla estos cambios y con ese toque de humor vamos p´alante.

El dúo rarúno formado por Raowl y la chica en busca de su príncipe azul funciona de maravilla. Y sí, hay un poco de gore sobre los espadazos a enemigos, pero afortunadamente la historia no se basa sólo en esos elementos. El humor es alocado y fino. Me gusta imaginar que Raowl, Salvador de Princesas y Exterminador de Dragones Apestosos, realmente existió de una forma u otra y que Tébo solo es el narrador de sus historias. Porque encontré en este cómic mucho más de lo que esperaba. Casi parece un volumen de Donjon Parade; otra loca fantasía heroica que no se toma nada en serio el género y juega con las pautas que todos los autores de la Espada y Brujería parecen seguir. Aquí, el héroe es un gran bruto, invencible en combate, que solo tiene dos debilidades: es persona sensible al que le gustaría mucho que una princesa aceptara besarlo, y luego, el tema del estornudo.

Gracioso, impactante y contundente.

Como me han llegado a definir a mí en mis años mozos… Uff, jajaj.

Tébo, cuyo nombre real es Frédéric Thébault, es uno de los guionistas e ilustradores viejóvenes del momento. Jean-Claude Camano (director de colección en la Glénat del otro lado de los Pirineos) lo descubrió durante el Festival de Sierre en Suiza, en 1997, donde Tébo participó en el concurso de cómics. A partir de ahí, Tébo se une a revistas comiqueras de renombre, crea a sus famosos personajes Samson & Neon, Zep une fuerzas con él para dar vida a la historieta humorística de superhéroes el Capitán Bíceps…, pasan los años y este autor va creando jugosas obras y le llegan los premios. Su poder está en crear cómics de lindas historias, con dibujos muy coloridos llenos de dinamismo. Personajes que por muy feos que sean, son entrañables. Cómics como Raowl: La Bella y el Feo que son disfrutables por toda la familia.

Me gusta Tébo, su universo, su forma desinhibida de abordar los cómics, su línea simple y su garra. Me gusta Raowl y quiero más.

Reseña: Bottomyards, de Ezra Claytan Daniels y Ben Passmore

En el cómic independiente uno puede encontrar las historias más locas, pero también las más originales. Chulas como pocas, he podido leer obras, cómics, títulos de autores que quizás de otro modo nunca me llegarían. Nuevo Nueve Editores es una de las pequeñas editoriales de nuestro país en las que me fijo en sus novedades cada mes. Por que es un lugar donde encontrar chuladas como Bottomyards, una novela gráfica donde Ezra Claytan Daniels y Ben Passmore muestran los horrores de un barrio de Chicago que sufre por la gentrificación pero también por unos terrores ocultos que nadie espera.

En una entrevista, Ezra Claytan Daniels dijo: «Uno de mis objetivos era sacar a relucir estos temas en una novela gráfica divertida, hipercolorida y cubierta de caramelo que intentara crear conversaciones entre personas que podrían estar viviendo una situación de desconcierto relevante para el resto de sus vidas, pero sin embargo, no lo hablan». Pues Bottomyards es sencillamente eso. La trama sigue a Darla, una joven artista negra y nativa de Chicago, que lidia con la colonización en Bottomyards, el vecindario ficticio del lado sur en el que nació y se crió. Sin embargo, un día llega a la aterradora comprensión de que ha habido algo vivo en el paredes de su edificio de apartamentos, un monstruo que se apoderará de su cuerpo de adentro hacia afuera, si no hace algo. Entonces, empezamos a conocer a personajes que tienen encuentros con Darla de una forma u otra, personas de Bottomyards que presentan la triste realidad sobre como los negros son expulsados de las comunidades que han llamado hogar durante décadas.

Mientras tanto, las experiencias que Darla tiene con aquellos a quienes se les llama «colonizadores», muestran cómo el privilegio puede distorsionar la forma en que una persona ve las comunidades urbanas. Un ejemplo se muestra cuando Darla presenta algunas prendas que ha diseñado a un director de arte que nunca ha estado en Bottomyards. La opinión de esta mujer sobre la comunidad ha sido moldeada por las opiniones degradantes de los demás y los rumores de sus amigos. Preocupada muy poco por dicho vecindario, la actitud de la directora de arte cambia cuando se entera que algunos de los grandes artistas de la zona se han mudado a la zona. De repente, Bottomyards se vuelve deseable y se ve como un lugar raro pero atractivo que se debe visitar sí o sí. No uno que deba evitarse.

Los tonos de amarillo, verde, rojo y violeta del cómic brindan una sensación electrizante en cada página. Lo que una vez fue un próspero vecindario de clase trabajadora en el lado sur de Chicago, se acaba de convertir en la zona más chic para una aspirante a diseñadora de moda y una amiga, obsesionada con la imagen, que llegan al vecindario en busca de un alquiler barato y descubren algo mucho más seductor y siniestro que acecha tras los muros del lugar. Me gustó la comparación que hizo un amigo de la historia argumentando que es un cruce entre el film Déjame Salir (Get Out), de Jordan Peele y La Cosa (The Thing), de John Carpenter. Una visión asquerosa y sangrienta en todos los sentidos, a la vez que divertida, aterradora y estimulante, que nos enfrenta a los monstruos, tanto metafóricos como reales, que desplazan a las culturas que nacen en ciertos barrios de las ciudades grandes de hoy en día.

Contaba Ben Passmore también en una entrevista, que cuando leyó este guión, le venían a la cabeza cientos de imágenes, cientos de viñetas visualmente llamativas, de tonos brillantes, que pasaban sobre su imaginación en una especie de trajín a cámara rápida y con ritmo loco. «Quería usar colores realmente brillantes, colores que tampoco fueran naturales», cuenta el ilustrador. «Y quería jugar con la idea de darle a la gente una fuerte sensación de malestar».

Pues lo consigue.

Más que un batido de peliculas de Terror, a mí, Bottomyards me ha recordado a esa sensación de malestar que redunda cuando lees los Libros de Sangre, de Clive Barker. Tiene ese toque de terror urbano que proponía el de Liverpool en sus relatos más característicos. Una historia en resumen, atrapante y muy disfrutable para el fan del género de Terror.

Reseña: Helldorado, de Ignacio Noé, Jean-David Morvan y Dragan

Helldorado es una aventura “histórica” llena de furia y sangre magníficamente retratada por Ignacio Noé y Morvan. Utilizo las comillas en la palabra «histórica» pues como habréis deducido, lo que aquí se cuenta no tiene mucho que ver con la realidad, por mucho que nos pongamos a imaginar y queramos poner a los españoles de entonces como los peores demonios que han pisado la Tierra algúna vez. Pero bueno, una vez advertidos, quizás aceptéis como yo desde el principio al personaje completamente ficticio de la trama y os llegue a gustar. Porque, sin duda, el punto fuerte de esta novedad que nos trae la editorial Nuevo Nueve, es obviamente su dibujo y sus colores.

En Helldorado vais a encontrar un universo visual tan chulo que con cada página vais a querer sumergiros más y mas en la historia. Muy, muy lejos, del universo realista histórico estándar que encontramos en tantas series del género, aquí se trata un dibujo en particular, con personalidad, incluso en su colorido y sus diseños digitales, que también aportan bastante. Mi interés por las civilizaciones precolombinas me empujó a querer leer de inmediato Helldorado. Y eso que ya venía dispuesto a que me contaran un resultado diferente. El inicio del cómic con su larga secuencia sin diálogos es sobrecogedor, cruel, una verdadera abominación que quizás fue lamentablemente perpetrada sobre dichos pueblos en varios lugares de Mesoamérica. Pero lo que imaginan entonces los autores, está inspirado en enfermedades infecciosas traídas por los conquistadores, como por ejemplo la viruela. Organismos no exentos de infección para colmo de luchadores en una cruenta guerra. Enfermedades que se propagan rápidamente a gran escala…

Entonces, no contentos con destruir las ricas civilizaciones amerindias de México, historiadores serios han probado que los españoles probablemente mataron más nativos por contagio de enfermedades que por armas. El tema de la Conquista donde la inevitabilidad del ser humano se crece, pero metiendo por mi parte a todos y cada uno. Díganme si no qué soldado mesopotámico, egipcio, romano, del imperio británico, francés, holandés, estadounidense no conquistó así. Qué poderoso gobierno no se dejó llevar por su afán de ser más que el de al lado; arrasando e imponiéndose contra el débil. Cuentan que de los diez millones de indios que poblaron México (mayas, aztecas, toltecas…) antes de la llegada de los conquistadores, solo quedaba una cuarta parte hacia 1521.

A partir de este postulado, los autores de Helldorado demonizan a los españoles, no solo por sus actos bárbaros y brutales, sino también por su aspecto físico poco atractivo, con rostros de degenerados, medio-zombies, del que el Capitán Abatirso es el ejemplo más llamativo con su silueta de ser medio quemado. Por otro lado, los amerindios también son crueles, y eso me gusta que se represente. El problema son los seres humanos, no tal o cual pueblo… Aunque obviamente aquí, ellos están defendiendo su casa. No obstante, lo que impacta en Helldorado es como una potente enfermedad lleva a cuerpos vivos en movimiento y descomposición, no muy atractivos a primera vista, a seguir luchando. Así como pintar un retrato realista de estos pueblos de ascendencia maya o azteca atrapados en sus prácticas sacrificiales y sus rivalidades tribales. Sólo el diálogo algo moderno de ciertos personajes, no va muy bien con el contexto histórico. Aunque la trama resulta muy creíble a nivel de decoraciones y vestuario.

Conocí a Ignacio Noé en 1996 en una serie erótica bastante impactante como fue El Convento Infernal (creo que aún la tiene disponible Ediciones La Cúpula), donde su dibujo hiperrealista ya causaba sensación. Pero es en Helldorado donde encuentra terreno fértil, abierto, sin restricciones, para desatar su talento gráfico; los rostros devastados de los españoles y los propios de los amerindios están terriblemente bien conseguidos. Es impresionante visualmente como decía antes, a pesar del coloreado digital, poder trasladarse al Siglo XVII, a una pequeña isla tropical en medio del océano Atlántico y ver el desenlace entre conquistadores españoles y Syyanas, indios nativos que la habitan. Con un terrible enemigo en común contra el que tendrán que aliarse de alguna forma.

Helldorado tiene una buena trama, un guión curiosamente llevado, que fuerza a razonar una filosofía algo ingenua (humanista), la capacidad para darle la vuelta a la historia que siempre nos han contado con brutalidad de fondo. El ritmo es bueno una vez que has comenzado. Es difícil no querer leerlo hasta el final. Queda a la reflexión las carnicerías de esta época, pero el cómic es recomendable como poco. Una enfermedad para unirlos a todos.

Reseña: Cuento Contigo, de Santiago Segura y Max

No existe cuento que no venga con moraleja. Para niños, para mayores, para ancianos…, cada uno toma y recibe de un modo diferente lo que está ahí, en el cuento, en la historia fantástica que se asume mejor. El principal mensaje de Santiago Segura (sí, sí, el que estáis pensando, el cineasta que hace de todo) en Cuento Contigo es, que centremos de una vez por todas nuestro pensamiento, en el mal que por norma general nos hacen los teléfonos, tablets o televisiones… Que hagamos algo. En un estupendo libro ilustrado que publica Nuevo Nueve, la cada vez más referente editorial, Santiago Segura se ayuda de las maravillosas ilustraciones de Max, para transmitirnos de “modo natural” una historia que habla de la vagancia y de como el niño, el adolescente, y diría que muchos viejóvenes aún, deben dar el paso y buscarse su realidad. Su futuro cercano, su presente, el mejor destino para uno mismo.

En Cuento Contigo se nos presenta al Señor Tiempo. Un misterioso caballero que hace frente a los personajes de los cuentos clásicos para decirles que su tiempo se ha acabado. Ahora hay que animar a los niños a que vivan sus propias aventuras. El dibujante Max aseguró en una entrevista que su aspecto minimalista se debe a que concede el Tiempo como concepto abstracto. Sin detalles. De hecho, ese señor lleva una chistera que obedece a la idea que se le vino a la cabeza como Maestro de Ceremonias. Ese tío serio que coge a los niños de la mano y los acompaña al otro lado del puente. Hacia lo que es el presente real y un posible futuro. Sin embargo, Santiago Segura insiste que, en realidad, Cuento Contigo no deja de ser un homenaje, en verso, a la literatura infantil de época, la que nos ha marcado a muchos a lo largo de los años.

Siendo sincero, me pareció un cuento extraño para leer a peques por que ellos llevan en los genes amar la Fantasía, lo diferente, la magia. Por mucho tema digital que los rodee, si de pequeños les enseñas el valor de la lectura, lo maravilloso de vivir dentro de un fantástico mundo con tan solo leer “hoja tras hoja” (y te ven hacerlo); con poco se engancharan a ese lugar soñado que está solo a un paso. En su más temprana infancia se fijan mucho en lo que hacemos los que vivimos cerca. Y te imitan cuando menos te lo esperas. Sobre todo, si no insistes en que te copien. Es curioso, pero muchos de vosotros, padres, seguro que estáis asintiendo ahora mismo. Por eso un cuento en el que se intenta espantar de alguna forma la idea de amar lo fantástico de por vida, en principio, no me encajaba. No lo vi. No obstante, me aventuré a leerle Cuento Contigo a mi peque y curiosamente se interesó por la historia al igual que lo hizo la primera vez que oyó Hansel y Gretel o Jack y las Habichuelas Mágicas. Quería saber más de ese tipo -«el canijo de negro-, el Señor Tiempo, y qué quería y por qué era tan seriote.

A lo que voy es que funciona. De algún modo, Segura y Max hicieron que mi peque se interesara por una historia diferente que promueve todo lo contrario a los cuentos que ya leían los abuelos de nuestros abuelos.

Dicen que Francesc Capdevila ‘Max’ es uno esos artistas magníficos que tenemos en este país al que poco reconocimiento se le da. No estoy nada de acuerdo. Sus dibujos vistos por internet, me empujaron a querer saber más sobre Cuento Contigo. Santiago Segura es polifacético sí, pero no es santo de mi devoción. Para mí, Max es quien realmente da vida a este “drama” que tiene apenas treinta páginas y que no es otra cosa que una metáfora de vida, del cambio que todo ser humano debe superar.

Sorprenderá a padres e hijos.

Por supuesto, destacar que los autores han cedido los derechos de esta obra, los beneficios que obtengan de su publicación, a la Fundación Aladina, que presta apoyo integral a los niños y adolescentes enfermos de cáncer.

Eso sí que les hace grandes a ambos.

Reseña: Champignac – Enigma, de BeKa y David Etien

OUI, oui, OUI !!! Desde hace unos años, Editions Dupuis ha decidido adaptar el universo de Spirou y abrirlo a autores distintos a los de la serie madre. Una buena cantidad de ideas nuevas y creativas con total libertad para expresarse. Después de disfrutar con el bichejo más bichejo de ese mundo como es el Marsupilami, y después de saber como se las gastaba en su “vida normal” el tal Zorglub -ese siniestro megalómano, científico loco torpe que que pasó de enemigo a amigo de nuestros héroes-, el Conde de Champignac es quien tiene ahora los honores de un one-shot. Uno por el momento, por que no me cabe duda que repetirá. Pues Champignac es un personaje fascinante, rico en posibilidades y con solo ver que su pasado ha sido relativamente poco explotado hasta ahora por “la maquinaria” que genera historias de Spirou; el conde es de esos héroe discretos que molan. Y llevarlo al entorno Segunda Guerra Mundial es simplemente una genial idea. De buenas a primeras, me encontré devorando un excelente álbum, que respeta tanto el universo de referencia (con muchos guiños tan coherentes como creíbles) pero también, en general, diré que ciertos eventos de la historia real están genialmente bien encajados. Lo de la espada de madera es una idea endiabladamente buena…

Lo he dicho en más de una ocasión. Algunos estamos encantados con lo que va trayendo poquito a poco Nuevo Nueve Editores. Una editorial que empieza muy fuerte por que hay detrás gente con bastante experiencia en el mundo de la BD. No pasa ni un mes que este que está aquí no mire sus novedades. Para este mes nos traen Champignac – Enigma, el álbum de BéKa y David Etien que hoy os recomiendo. Donde se nos presenta a un conde de Champignac en sus primeros treinta o cuarenta años, en medio de la Segunda Guerra Mundial, y por el momento lo encontramos sonriente y tranquilo, con su lado caprichoso y su pasión por la ciencia y los hongos. Detrás de su bigote (aquí todavía marrón), encontramos el personaje de las aventuras de Spirou más joven, y a mí eso me encantó. Dejando atrás su castillo, se va a Inglaterra, al sitio de Bletchley Park, donde los intentos ingleses de descifrar las comunicaciones del ejército alemán tienen lugar en secreto. Luego se codeará con una parte de la historia, el famoso Alan Turing en particular. Y allí también conocerá a una guapa escocesa, de mente tan vivaz y curiosa como la suya, de la que pronto se enamorará.

Aquellos que sepan un poco sobre el descifrado del Código Enigma y la vida de Alan Turing no andarán desorientados y saborearán este titulo con gusto. El escenario tiene muchos puntos en común con la reciente película Descifrando Enigma (The Imitation Game), de Benedict Cumberbatch, pero también con la novela de Neal Stephenson, Cryptonomicon. Sin embargo, me complació la explicación mucho más didáctica y clara del funcionamiento del descifrado y de la máquina en Champignac – Enigma. Quizás, por que la magia del cómic y la explicación con dibujos facilita su comprensión. Pero esta parte didáctica, muy presente durante la primera mitad del álbum y que puede sorprender, afortunadamente da paso rápidamente a una historia más ligera, mezclando aventura, humor y una parte de romance. Y el famoso Alan Turing es aquí sólo un personaje secundario.

El diseño es realmente magnífico. Las viñetas están trabajadas, hermosas, elegantes y dinámicas al mismo tiempo. Y el color es lo suficientemente sobrio como para recordarnos que esta es una trama que forma parte de la realidad histórica, pero una historia clara y limpia que aporta alguna que otra sonrisa. El dúo Béka-Etien se mantiene admirablemente de pie en este acto de equilibrio. Solo lamento algunos guiños, en particular, los que hablan de Ian Fleming, pues imagino que son algo rebuscados ya que no todo el mundo puede saber que es el escritor de las novelas de James Bond. Pero en general, me encantó. Champignac – Enigma es toda una experiencia dentro de la experiencia. Y mola el cuadernito de notas que trae

Muchos agradeceríamos que se convirtiera en serie.

Reseña: Marsupilami. Volumen 2, de André Franquin y VVAA

Ojo a los nuevos títulos de cómic europeo a los que se apunta la reciente editorial Nuevo Nueve. Una editorial de cómic a la que seguir desde ya, que sigue apostando por álbumes de calidad como son las recopilaciones de historias cortas de Marsupilami con autores de renombre detrás. El Marsupilami, ese animal legendario que vive en el corazón de la selva de Palombia, y que nació en 1952 de la pluma de André Franquin en una clásica aventura de Spirou y Fantasio. Debo confesar que en principio era escéptico con esta antología, pero la calidad gráfica, junto con algunas viñetas que son lienzos en sí mismos de los autores contribuyentes, me impulsó a reseñaros esta nueva obra que todo amante del cómic europeo debería mirar más de cerca. Como cualquier colección de cuentos de autores diversos, hay historias buenas y otros superiormente bellas. Por supuesto, esto es subjetivo, depende de la sensibilidad visual y el gusto de cada uno, sí; mas, nadie puede decir que como mínimo disfrutable son estas tramas breves donde uno o más Marsupilamis aparecen. Un tributo colectivo al personaje característico y eterno secundario de los archifamosos Spirou y Fantasio.

Autores famosos y otros con menos nombre pero casi todos con ese don de hacernos ver tramas molonas a través de maravillosas ilustraciones. Todos y cada uno de ellos han querido reunirse para rendir homenaje a este ser en dos tomos de diez relatos cada uno con fabulosas escenas clásicas y otras un tanto más condicionadas a futuros posibles que quizás fueron, serán o nunca existirán. Y es que Marsupilami es un animal imaginario que fue creado en 1952 para las páginas de Spirou y Fantasio, con tan buena acogida que sus aventuras se convirtieron más tarde en series de dibujos animados e incluso un videojuego para la extinta Sega Mega Drive. El nombre «marsupilami» proviene de la yuxtaposición de palabras marsupial y –ami, amigo en francés. Las aventuras de Marsupilami, originalmente en francés, han sido traducidas a varios idiomas, y gracias a Nuevo Nueve volvemos a tener entre nosotros más de este bichejo-especie, donde esta vez sí, es protagonista.

A los que siguen el cómic europeo asiduamente les sonarán ciertos nombres de autores que han aportado su arte aquí. Pero también los hay que debutan y se les da una oportunidad por sus impetuosa llegada al mundo del noveno arte. Entre otros encontramos nombres conocidos como Munuera, Denis Lapière, Brice Cossu, Denis Bodart, pero muchos más. Todos aportando su visión, a través de estilos diferentes, de la increíble criatura creada por Frankin. Y es que aparte del personaje del título y un escenario selvático más o menos recurrente, las historias son muy diferentes y, por tanto, imposibles de comparar entre sí. Todos se encuentran, sin embargo, en la interpretación de un poderoso ser medio felino de naturaleza salvaje, la libertad y la felicidad simple y despreocupada.

Con un hermoso diseño generalizado e incluso con estilos algunos muy variados, los diseñadores son casi todos maestros de la técnica o diseñadores gráficos y coloristas muy competentes. Con escenarios algunos muy chulos en los que perderse en una tranquila tarde de lectura, y lo que me fascina es, que no encontré historia alguna que no pueda recomendar. A menudo, tramas que no son realmente sorprendentes pero eso sí, muy acordes con el personaje. Pues el Marsupilami es una criatura simpática, tanto más allá de las brillantes ideas que Franquin le había conferido en la época de Spirou, no hay tantas perspectivas originales e innovadoras en las que poner en escena a un personaje tan chulo. Un cómic que leerlo ha sido todo un placer. Más tramas que forman compendio con lo leído anteriormente y reseñado en el Volumen 1.

Me gustan las colaboraciones. De hecho, yo mismo soy autor que ha trabajado en diferentes antologías de género. Y a uno siempre le queda la sensación de cómo serían manejados por otros creativos sus personajes. Digo sin miramientos, que el maestro creador de Spirou y Fantasio no estaría para nada disgustado con estas antologías/spin-offs.

Reseña: El Cazador, de Joe Sparrow

A los que vivimos en la maravillosa tierra de lo fantástico…, ¿te puede atraer una historia sólo por su portada? ¿Echar un ojo y saber qué cuentan esos originales dibujos y dónde prometen llevarte? Qué duda cabe que El Cazador es atractivo a los ojos por sus trazos (¿arte pixelado?), pero es que además, aplicado a líneas, diálogos, texturas y todo; para colmo cuenta con una máxima en su argumento súper atractiva, una obsesión. ¡Cazar un ejemplar de cada criatura viva! Una de las últimas novedades de Nuevo Nueve Editores, una nueva editorial de cómic a seguir desde ya, que viene pisando fuerte, y que irrumpen en el mercado con buenos cómics, novelas gráficas, libros ilustrados y literatura infantil y juvenil. Y los veo cumpliendo.

El Cazador evoca una sensación temprana de juego de rol de 8-bits. Parece que quizás no vaya a acompañar el dibujo con la historia, pero al poco, se vuelve ingenioso y funciona. Funciona bien pese al duro tema que trata. Los gráficos y la estilización ayudan a establecer paralelismos con la trama; mata-mata, una nueva suma a la lista de criaturas cazadas y te transporta la historia a un nuevo nivel. El escenario de fantasía de antaño épico-alto-medieval, junto con la fuerte villanía del Conde, imparte una capa dramática y siniestra a los eventos que se van sucediendo y en no mucho tiempo empiezas a sentirte mal por que sabes que la historia se te va a hacer corta.

Pero, ¿qué cuenta exactamente El Cazador? Pues ya sabes: eres un tipo rico, organizas una fiesta para impresionar a tus adorados familiares y amigos ricos, pero en lugar de prestarte atención, es de ese tipo guapo de cabello suave y brillante de manos delicadas al otro lado de la sala, del que hablan. Entonces, siendo el cuarto Conde de Reisenskog, haces lo que cualquier persona en tu posición haría: hacer un juramento por todo lo alto. ¡Mataré a un ejemplar de cada criatura viva! Una declaración audaz, algo soberbia, quizás no lo suficientemente grandiosa para adaptarse a la importancia de un Conde…, pero algo de impresión provoca. Pero la historia de Joe Sparrow no es la de un hombre empeñado en completar una tarea aparentemente insuperable, sino más bien una parábola sobre lo que las personas eligen y se permiten hacer para definirse. Y cómo eso impacta en quién y en qué se convierten.

El Conde desarrolla gusto por la caza y el asesinato después de que su padre le enseñara a los doce años, a cazar y matar. Una actividad que aparentemente lo alentó y nutrió desde muy joven y es algo que se le da bien. Mas, no puede creer que adquieras las cualidades de los animales que mataste… Además, si te los comes, ya no son conquistas que puedas mostrar. Y así, una década después de hacer su juramento implacable y empapado de sangre, el Conde descubre que sus paredes se agitan y crujen con el peso de las presas en cada rincón. La tierra se grieta, el mundo, el suyo, se limita a la mirilla de un rifle de caza. Y organiza otra fiesta para celebrar que, según la tradición de Macbeth, todo plantea fantasmas y verdades. Además, el autor Joe Sparrow utiliza la sombra con habilidad para impulsar la atmósfera y la tensión en la mezcla. Y una variedad de colores que te meten en situación. consiguiendo que El Cazador logre ser un cómic atractivo e interesante desde el principio.

Sinceramente, una de las grandes sorpresas, una de las mejores lecturas en lo que llevamos de año. Y quién me lo iba a decir en un cómic que apenas tiene treinta páginas. Alta calidad y buenos dibujos que atrapan para demostrar, muy poco después, que la historia es mucho mejor.

El Cazador está en ese punto.