Reseña: Fouché. El Genio Tenebroso, de Stefan Zweig y KIM

Joseph Fouché (1759-1820) fue un político francés que ejerció su poder durante la Revolución Francesa, el Imperio Napoleónico y la Restauración Borbónica en Francia. Un personaje poderoso y de gran influencia en el país galo durante la tormentosa era política que vivió, siendo el fundador del espionaje moderno y el responsable de la consolidación del Ministerio de Policía francés, posteriormente denominado Ministerio de Interior, una de las instituciones más avanzadas de la nación. Fue, junto con Charles Maurice de Talleyrand, la figura política más influyente de su época. Esto es la parte bonita. Pero para que me entendáis, cuando lees sobre él, es la mejor definición de “chaquetero político” que a lo largo de la historia europea uno/a puede encontrar. Siempre astuto, era un conspirador sin miramientos y como bien dice la sinopsis de Norma Editorial, según soplase el viento, se inclinaba por la República, por el Terror, por Napoleón o por Luis XVIII. Lo que se terciara para salvar el pellejo de hurón que tenía. Un chaquetero en toda regla, lo que sería el prototipo básico de lo que es un político, en general, a día de hoy en el mundo. Dinero, poder por encima del honor, sobrevivir a las convulsas noticias que lleguen, y acuñarse cerca siempre del lado del poderoso. Y no pedir disculpas. Nunca.

El gran escritor, dramaturgo, periodista y biógrafo austríaco Stefan Zweig escribió la biografía de este “lindo” personaje. Amigo de Sigmund Freud, Zweig formó parte de la intelectualidad judía vienesa, antes de abandonar su país natal en 1934 debido al ascenso del nazismo. Refugiado en Londres, continuó su labor como biógrafo (Joseph Fouché, María Antonieta, María Estuardo) y, sobre todo, como autor de novelas y cuentos que conservan su atractivo casi un siglo después. Zweig narra la “edad de oro” de Europa y analiza en profundidad lo que considera el fracaso de una civilización. Es uno de los escritores ideales a seguir si quieres aprender Historia mientras lees. Y nuestro compatriota KIM (El arte de volar) debe pensar lo mismo pues se fijó en la biografía que Zweig hizo de Fouché para lanzar y diseñar este álbum denominado El genio tenebroso, donde recrea en viñetas la ascensión y caída de un auténtico animal político.

Veredicto de uno de los hombres más poderosos de su tiempo… en la sombra.

La llegada al París de los años pos-revolucionarios y su enfrentamiento con Robespierre, un período frágil para los trabajadores administrativos (bueno, sus cuellos, Stalin no inventó nada). El ascenso como ministro de la policía (y en paralelo el de Bonaparte) y la creación del Servicio de Inteligencia en aquellos años (Hoover no inventó nada). Pero también vivió el fin del Primer Imperio, siendo Fouché sólo un engranaje entre muchos otros, el antepasado de nuestros políticos actuales. Insisto en este tema y esto no solo lo afirmo yo.

Un álbum muy equilibrado en tamaño y forma para contarnos la rica vida de este personaje. Con KIM haciendo lo que mejor sabe hacer. Un buen trabajo, limpio y legible, nada trascendental, pero con mucho gusto por leer cada página por la cantidad de datos que aporta. Todo para retrotraernos a la época de Napoleón Bonaparte, sobre todo, un período que parece dominar bien, y que seguramente se volverá poner de moda cuando se estrene el film que protagoniza el oscarizado Joaquín Phoenix.

Una buena lectura, sólida, para quien quiera descubrir a Fouché, un personaje que en nuestro país apenas tuvo repercusión pero un secundario de lujo para un trama de conspiraciones a lo grande.

Reseña: Un Avión Sin Ella, de Michel Bussi, Fred Duval y Pinheiro

Basada en la novela de Michel Bussi, pero un thriller que con el presupuesto adecuado podría ser un buen thriller de Hollywood. Es la buenos típica trama que con un buen director y unos buenos actores, saldría algo increíble. Los que leemos cómic europeo sabemos que esto ocurre de forma frecuente, los niveles de guion y dibujo son muy altos, y bueno, ya sabemos de la escasez de ideas que hay en el cine desde hace unos años. Por otro lado, la mezcla de las artes no tiene por qué ser algo malo. Como veis, no hay ningún reparo en la BD a la hora de coger novelas de autores y trasladarlas al cómic; cosa que no se ve hace por otros lares. Un avión sin ella es suspense de cabo a rabo y si en formato cómic llega a más lectores pues mucho mejor.

Fue difícil no ceder a mi curiosidad cuando me enteré de que iba la historia, sin embargo, cuando empecé a leer este buen volumen en tapa dura que Norma Editorial trajo hace poco a nuestro país, la forma en que me lo contaron lo que me sedujo. Fred Duval adapta brillantemente la novela de Bussi. En lo que respecta al cómic, en ningún momento sentí ninguna interrupción o problemas de ritmo. La historia imaginada por Michel Bussi y guionizada por Duval nos lleva a saber que en la noche del 23 de diciembre de 1980, un avión de la Turkish Airlines se estrelló en el macizo del Jura. Un accidente en el que una niña de tan solo tres sobrevive. No obstante, la identidad de la pequeña nunca se conoce porque había dos bebés a bordo del avión y nadie puede identificarlos. Así comienza una larga intriga que enfrenta a dos familias de distinta clase y que culminará de forma sorprendente cuando la niña cumpla la mayoría de edad. Por lo que nos metemos en vereda a finales de 1998, el mismo día del cumpleaños de Lylie donde la historia alterna entre presente y pasado con las diferentes etapas cronológicas de la investigación del inspector Crédule el cual debe entregar a las familias las conclusiones de su investigación sobre la identidad de esta joven ahora que es mayor de edad.

Atravesando las montañas del Jura o las playas de Dieppe, así como algunos acontecimientos históricos como la llegada de Mitterrand al poder en mayo del 81 o los cuartos de final del Mundial de fútbol Francia-Brasil en junio de 1986, pista tras pista, tenemos giros de guion magníficos y el tema detectivesco avanzando de un modo muy chulo. Te mantiene en suspense hasta la revelación final, muy al estilo del film Gone Girl (Perdida) que, por cierto, también fue una magnífica novela.

Ese tono de thriller, ese tono de intriga que durante la lectura te mantiene en vilo queriendo saber más y más cuanto antes. Y todo bajo el hechizo de la belleza gráfica con los magníficos colores de los personajes y escenarios del joven y talentoso autor brasileño Nicolaï Pinheiro. Fue un placer encontrarme con este ilustrador de nuevo, cuyos trazos ya me sedujeron en La drôle de vie de Bibow Bradley, con un dibujo que aunque académico, sigue en sintonía con la historia y es bastante agradable a la vista. Evidentemente, la rica paleta de colores y el encuadre tan cinematográfico tienen mucho que ver en ello.

Duval, como ya hiciera en Nenúfares negros (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/nenufares-negros), adapta una novela que como os decía al principio es digna de los mejores thrillers que se pueden recomendar. Buen entretenimiento para el gran público, una trama que mezcla investigación policial con ciertos toques de novela romántica. Quizás los dos grandes géneros que más atraen al gran público. La narración es extremadamente fluida y es imposible dejar el cómic sin leerlo hasta el final. Y si lo haces, estarás casi todo el día pensando en la historia.

Pero si queremos ser realmente críticos con este escenario, que utiliza de manera un tanto caricaturizada la oposición entre dos clases sociales muy diferentes (la parte obrera de Dieppe y los ricos malutos de la capital), también podríamos reprocharle que los giros de última hora que se invierten se han vuelto muy característicos del género. A lo que los fans podrán replicar que éste es el principio mismo de un buen thriller, ¿no?

Reseña: Thorgal. Adiós, Aaricia, de Robin Recht

Quizás el secreto del éxito es mantenerte en el puesto que te gusta. Y ver que cómo pasan los años. Y en el día a día, ver la felicidad de las pequeñas cosas… Pues si claro, bueno, un nuevo álbum de Thorgal, y en este caso, diferente una Thorgal viejales al que muchos en sus acciones entendemos por eso que caracteriza a los seres humanos que se llama empatía. Tenemos aquí a Robin Recht, el tipo que confirmó a Elric, luego a Conan y casi que a todos los grandes iconos de la Fantasía para con el cómic europeo. Le confiaron a Thorgal y fue como ponerle el balón botando a Messi…

Thorgal, el viejo serial favorito de mi tito americano y cuyas lecturas quedaron atrás, y de los que no voy a mentir, no lo he leído todo, en memoria, diría que unos quince álbumes hasta el momento. Más que nada porque es un personaje que quiero ir disfrutando poco a poco con el paso de los años. Pero si encuentro una historia diferente de algún modo, ahí estaré yo el primero para leerla, disfrutarla y reseñarla.

El dibujo de Robin Recht innova y nos ofrece dos Thorgal por el precio de uno. De hecho, una versión en los últimos años de su vida que regresará al pasado para encontrar a su gran amor Aaricia, que acaba de morir, pero también a su yo mucho más joven. Un escenario que hace uso de algunas facilidades para gustar pero nada prohibitivo. Sigue siendo apasionante y me gustó especialmente el final. Por otro lado, tiene emoción y momentos de lagrimita (según te pille anímicamente) y el dibujo, insisto, demuestra que Recht tiene un uso del lápiz poderoso y eficaz que se adapta maravillosamente a la fantasía medieval. Me gustó la elección del color. Esplende emociones.

La trama es interesante, sin ser demasiado original. También respeta el universo original, en alusión a álbumes antiguos. Cuando el pequeño equipo parte en busca de Aaricia secuestrada por los Baald, nos damos cuenta de que Thorgal ya no tiene la flexibilidad y la resistencia de su juventud. Creo que es el momento más emocionante de la aventura. Fue sobre todo en el último cuarto cuando no pude parar de leer, cuando llegamos a las cuevas de los Baalds. No sé porqué el viejo Thorgal disparando sus flechas me hizo pensar en Legolas viejo en sus posturas. Algo que nunca llegaremos a ver, ¿no? Derrotando cómodamente a decenas de adversarios por su facilidad con las armas de largo alcance; violencia, peleas, muertes, batallas extensas y con sentido. ¿La conclusión no es necesariamente la que la gente esperaba? No lo sé, pero he visto críticas muy extrañas por ahí. Sé que el amante de Thorgal de toda la vida se hará con este álbum. Y los que lo miran de reojo por no ser súper fans de la serie, deberían darle una oportunidad. Incluso los que aman el buen cómic europeo podrían darle un tiento y probar. Es una historia que conociendo un poco del personaje se disfruta. Por que Recht deja su huella, desviándose de la trayectoria conocida por todos. De Adiós, Aaricia me asombró cuanta pena reporta. Logra integrar los códigos de la serie madre con una reproducción del dibujo de Rosinsky y además ofrece una gran nueva aventura. El niño de las estrellas, El guardián de las llaves y algunas otras historias donde aparezca Nidhogg obviamente son una buena base antes de disfrutar Adiós, Aaricia. Aportaran toda la sal que te permitirá disfrutar de la aventura de este díptico de Thorgal que Norma Editorial ha recogido en un solo volumen.

En esta historia hay largas escenas de acción que no son marca registrada del Thorgal básico pero también hay diálogos y situaciones que dan tremendos momentos para el recuerdo. Hay suspense, intriga y mucho trasfondo también. Todo lo que me ha hecho amar al personaje. El señor Recht hizo un trabajo increíble, así que si los siguientes autores de esta saga me leen: ¡Hagan como Recht y mantengan la esencia!

Reseña: Go West Young Man, de Tiburce Oger y VVAA

Para hacer un descansito de tanto Terror en estos días de mal tiempo y grandes lecturas haloweeneras, nos hemos metido en vena por aquí un poquito-mucho de western- Y del bueno. Una selección de historias, un buen tomo del tramas del Oeste, un buen bourbon de unos catorce años donde se repasa la conquista del Oeste americano mediante catorce historias interconectadas. Donde se demuestra que Tiburce Oger es un maestro del género western, y como buen líder de la manada, escribe el guion de cada una de las pequeñas historias que componen Go West Young Man, siendo el interés principal de la historia recorrer la conquista del Oeste americano, como os decía. Una lectura que nos ha resultado bastante agradable. Cuanto menos, cada una de las historias, entretrenida. Historias no muy extensas donde saltamos de una época a otra con nuevos personajes cada vez, siendo el único nexo común un reloj de bolsillo que pasa de un dueño a otro como un MacGuffin maldito. Desde las guerras coloniales a la intervención estadounidense en la revolución mexicana, los destinos se cruzan y las generaciones se suceden. Pioneros, indígenas, forajidos y prostitutas lucharán por sobrevivir a espacios inmensos y guerras interminables. Go West Young Man es un sueño hecho realidad para grandes amantes del género western. El sueño de un fanático del cómic y del Lejano Oeste que imaginó una vez ver reunidas a los más grandes artistas del cómic europeo en un mismo álbum.

Tiburce Oger ha conseguido reunir aquí a, nada más y nada menos, que dieciséis artistas en un tomo de más de cien páginas que recorre la leyenda del Oeste americano desde el siglo XVIII hasta principios del XX. La gran mayoría de esos diseñadores ya han trabajado en el género pero en palabras del guionista: es como si John Wayne, Clint Eastwood, Gary Cooper y otros se reunieran en una misma película.

A través de estos relatos de dos a nueve páginas, seguiremos el viaje de un reloj de bolsillo de oro desde la época de las guerras anglo-indias de los Grandes Lagos a mediados del siglo XVIII hasta la Gran Depresión de los años 30. Seremos transportados a los cuatro rincones del Oeste Americano, desde la frontera canadiense hasta México, desde Pensilvania hasta California. Y en cada lugar, en cada época, descubriremos un contexto diferente, que nos permitirá sentir la evolución del mundo americano a lo largo de estos años, cruzarnos cerca o lejos con lugares, entidades y personajes ilustres, con la voluntad siempre de mostrar una auténtica trama típica de estas épocas.

Me encantó esta idea de unir a grandes ilustradores del cómic europeo, en especial, que aceptaran colaborar en una obra única. Aprecio aún más que no se trate de una colección clásica de cuentos independientes con sus pros y sus contras, sino más bien una saga iniciada, ciertamente compuesta de episodios, cada uno con un principio y un final, pero verdaderamente unidos entre sí por la misma «línea de vida» que sigue al reloj. Me encantó ver esos talentos gráficos reunidos, insisto. Cada autor aporta su propio universo visual, recordando inmediatamente las obras con las que se hizo famoso y al mismo tiempo encajando muy bien en este conjunto armonioso. El guionista también optó por adaptar cada historia al diseñador que se encargaría de ella para acercarse lo más posible a sus respectivas preferencias y estados de ánimo. Y cada una de estas historias son como mínimo agradables. La ambientación conseguida en cada una de ellas es maravillosa.

Si tuviera que hacer una critica, sería el realismo pesimista, incluso lúgubre, de muchas de estas historias, porque la muerte casi siempre está presente y la tragedia tiene a veces lados desesperados. Esto se explica por el hecho de que cada historia es un paso del testigo del reloj a un nuevo propietario. Por eso tampoco me desagradó tanto el tema. Tiene su lógica. Pero resumiendo, estamos ante unos de los tomos joyita, publicado en nuestro idioma, por supuesto, por la siempre interesante Norma Editorial.

Reseña: Mobius, de Jean-Pierre Pécau e Igor Kordey

Prometedor, sumamente prometedor, este integral de Mobius que se ha marcado ECC Ediciones. Está bien, está pero que muy bien, que títulos así se publiquen recopilados porque uno a mi edad ya casi que no está para coleccionar álbumes y mucho menos para esperar la publicación de estos en historias que generan ansias por saber. Tenerlo todo a mano y poder leer todo de un tirón o cuando me plazca poder seguir hasta el final es lo que pide un señor (¿sibarita?) como yo. Es simple la razón y la opinión madura que puedo aportar porque tanto la historia de Jean-Pierre Pécau como el particular dibujo de Igor Kordey realmente te sumergen en esta historia.

No hay nada más desafiante para un guionista que aventurarse en las tierras del espacio y del tiempo. Hay que saber gestionar el ir y venir entre universos manteniendo una cierta linealidad que no haga perderse al lector. Tampoco hay en Mobius un lenguaje pseudocientífico que deje a cualquiera fuera sin tener una maestría en física cuántica. No, aquí todo está bien montado. Cuando mueres te encuentras en una tierra alternativa y todo comienza de nuevo… Y es que todas las religiones del mundo afirman que la muerte no es el fin, sino el comienzo. Casi todas ellas creen en la reencarnación. Y tienen razón. A la inmensa mayoría de los humanos, la conmoción de la muerte nos hace olvidar la vida anterior, pero los llamados viajeros sí la recuerdan. Un inesperado día, Berg, antiguo miembro de los Navy Seals a punto de ser ejecutado en prisión, recibe una oferta irrechazable para embarcarse en una extraña misión. Y es a través del personaje de Berg que exploraremos extraños caminos que conducen a universos paralelos. Este último «olvidó» que pertenecía un servicio especial que viaja por el multiverso… muriendo. Y si bien la mayoría de las personas olvidan sus vidas pasadas cuando mueren, los agentes de Monte recuerdan sus vidas pasadas. Pero no abandonamos. Ahora los agentes de esta organización han venido a buscar a Berg para una nueva misión: encontrar un asesino en serie que “trabaja” a través del multiverso.

Mobius es un álbum, un título, un tomo recopilatorio que reporta una idea súper chula. Ciencia ficción de la buena. Me dejé llevar por esta historia que aunque puede recordar a algunos relatos, libros o incluso pelis clásicas de CF, de algún modo, me pareció también una trama única por como está llevada. Un escenario que como os decía puede parecer un poco complicado, pero cuya narración y paso de las páginas percibes que para nada es así. La narración está bien construida y el ritmo sostenido que nos están dando nos engancha a seguir y a querer saber.

En términos de diseño o dibujo, Mobius no baja del sobresaliente. Es bastante sorprendente también. Nos guste o no, hay que reconocer la maestría de Igor Kordey a los lápices por su toque diferente. Fue con Marshal Bass pero especialmente con Colt & Pepper que descubrí a este señor cuyos dibujos son maravillosos. Rasgos muy realistas y delirios arquitectónicos que le vienen genial al género de CF. Tiene ese sorprendente toque anticuado que mola visualizar.

Mobius es cómic europeo en esencia: buena trama, hermoso, asombroso y sorprendente a los ojos. Diría que es una pequeña joya de ciencia ficción del momento. Así que, por favor, no la paséis por alto.

Reseña: Los Amigos de Spirou, de Morvan, Evrard y Ben BK

Realmente, el club amigos de Spirou fue creado en 1938 por Jean Doisy, redactor de la revista Spirou, a raíz de una petición de los lectores de poder reunirse en un cómic los grandes valores que unen a los famosos scouts así como los que verdaderamente son amigos de verdad. Insignia, sentimiento de pertenencia y, sobre todo, un código de honor propio de los amigos de Spirou basado en la honestidad, el coraje y el respeto. Código que lógicamente se oponía al estado de ánimo del ocupante nazi cuando comenzó a invadir países como Bélgica poco tiempo después de que naciera esta publicación.

Los jóvenes lectores y amigos de Spirou se unieron entonces a la Resistencia y dos de ellos en particular murieron en su lucha. Inspirándose en su memoria, los autores de este cómic inventan una nueva historia para estos jóvenes resistentes, Los amigos de Spirou, y aprovechan para arrojar luz sobre el propio Jean Doisy. Tenemos entonces un nuevo álbum joyita de cómic europeo que llega a la tierra de conejos gracias a Nuevo Nueve, culpable editorial de que cada vez más interesante cómic europeo cruce los Pirineos.

Los amigos de Spirou nos lleva a la ciudad de Marcinelle en 1943, en provincia de Hainaut, Bélgica, conocida por ser la sede del editor de cómics Dupuis y por ser el lugar de nacimiento de la célebre escuela de cómics franco-belga. Pero en la historia, seis amigos de Spirou de diversos orígenes se organizan para resistir la ocupación. Entre ellos, Miche, una joven judía salvada por los otros cinco cuando sus padres fueron deportados. ¿Armas? Su pasión por los cómics les lleva a dibujar en forma de folleto para ridiculizar al invasor y contrarrestar su propaganda… A partir de aquí, juntos crearán una revista satírica de cómics antinazis, con toda la inocencia de unos niños decididos a aplicar el código de honor de su héroe de cómic favorito. Lo que no está exento de peligros. Peligros reales, aquellos por los que se muere… de verdad. Aquellos que a veces nos abstraen del peligro que realmente corremos pese a estar haciendo simplemente lo que nos gusta.

Inspirándose en la historia real de los jóvenes lectores de Spirou que murieron por la Resistencia, Los amigos de Spirou explora la original historia por la que supuestamente el primer editor en jefe de Spirou y luchador de la resistencia Jean Doisy, pasó. El siempre genial Jean-David Morvan y David Evrard ofrecen una maravillosa y conmovedora serie infantil para todos los públicos, en general. Donde el dibujo de Evrard los representa con un estilo juvenil claro y agradable, Ben BK lo colorea elegantemente, y la trama que propone Morvan combina varias narrativas en paralelo: la de la lucha de estos jóvenes resistentes, algunos flashbacks de su pasado y la del duelo de Jean Doisy, que se desplomó tras la muerte de dos de ellos a quienes él mismo inspiró. Los amigos de Spirou enseña que hay que ir con nuestras creencias hasta el final. Ser firmes en el buen hacer y combatir siempre-siempre el mal, por el bien de todos. No obstante, el tono narrativo de la aventura es ligero a pesar de la dureza de los hechos y puede ser adecuado para lectores más jóvenes si es necesario. Del propio Spirou, además del modelo que representa, al final sólo veremos su ciudad natal y a su antiguo rival de boxeo, Poildur, disfrazado de hijo de un colaborador. Por otro lado, las decoraciones están repletas de referencias a la revista Spirou y a sus distintos autores integrados en los nombres de hoteles, comercios… Detallitos que molarán mucho al buen amante del cómic europeo.

Un primer volumen que deja con ganas de más, trama con potentes momentos melancólicos, en tan solo dos semanas, disponible para pillar.

Reseña: Limpieza en Seco, de Joris Mertens

Me comentó un amigo comiquero – en cuya opinión confío mucho-: «Tienes que descubrir este cómic, creo que puede llegar a muchos lectores». Y cierto es que Limpieza en seco es una auténtica inmersión en la Bruselas de los años 70. Confieso que leí este cómic rápidamente, Limpieza en seco es un cómic con poco texto y los personajes no son muy habladores. Sin embargo, hay motivos para tomarte tu tiempo en admirar los detalles que cada una de las páginas de esta historia de Joris Mertens ofrece. El nivel de detalle y la magnificencia de los gráficos pueden dejar espacio para la contemplación durante varios minutos, sin problema. Un trabajo precioso, de verdad.

¿Y de qué va esta novela gráfica? Seguimos la rutinaria vida de François; vive solo, en una ciudad donde llueve constantemente, y lleva años trabajando en una lavandería sin recibir el más mínimo aumento. Odia la vida que lleva. Sus pasatiempos se resumen a jugar los mismos números de lotería todas las semanas durante cinco años, sin resultado, y tomar una pinta de cerveza fría en el Monico donde se encuentra con frecuencia con Maryvonne, con quien le gustaría establecer una relación más íntima… algún día. Pero una entrega cotidiana le lleva un día a llamar a la puerta de una mansión, escenario de un crimen, donde encuentra una decena de cadáveres y una bolsa llena de dinero. Por una vez parece que ha tenido «suerte» y François decide llevarse la bolsa… Y ya sabéis a lo que lleva coger lo que no es tuyo, en especial, si es pasta gansa.

La tristeza y la belleza de una época pasada, cuya moral se desvanece con el paso del tiempo, me llevaron entonces a sentir una fuerte melancolía al leer Limpieza en seco. Y nunca he vivido en Bruselas, ni mi vida se ha parecido en ningún momento a lo que se cuenta sobre este señor de triste figura. Pero la tristeza de no haber conseguido algo grande en la vida, a cierta edad, sí que es un sentimiento común en muchos de nosotros. Y aquí eso está muy bien representado. El tema de “el dinero no compra la felicidad” está muy bien pero el anhelo de ser rico, al menos, por un tiempo, es un deseo que rara vez nos podremos quitar de encima. Sentir esa sensación. La no preocupación por lo que puedes o no gastar…

Me quedó una enorme empatía por François tras leer esta obra. Este hombre es uno más de nosotros y el que me diga que no haría lo que él hace, miente. O está muy cerca de hacerlo. Codicia y envidia sin ser codicioso, y el suspense de este cómic, su fuerza, es ver que el riesgo lo somete y lo consume. Se trata en definitiva de una historia popular, genial, que no esperaba que me gustara tanto. Totalmente recomendable por las sensaciones que deja. Además de que los problemas sociales que trata son atemporales. Esta historia jamás envejecerá.

¿Y el dibujo? Menuda bofetada visual. Esta Bruselas bajo la lluvia de los años 70 y 80 con su cuota de Renault 5, Estafette, DS, 4L, Citroën Diane…, donde también se siente como la París de sus grandes atascos y caras pálidas y malhumoradas de sus habitantes; los rostros de los personajes y sus expresiones faciales están muy bien transcritos por Joris Mertens, que aprovecha para ofrecernos numerosas escenas mudas donde comprendemos fácilmente las reacciones de los diferentes protagonistas. Estamos ante el ejemplo perfecto de cómo conseguir ambiente y personaje con lenguaje no verbal. Así que cómic descubierto, my friend, y recomendación reportada a mis lectores.

Reseña: Barcelona al Alba, de Juan Antonio De Blas y Alfonso Font

Barcelona al Alba es el ejemplo de historieta de cómic bien elaborada en todos los sentidos; trama criminal de género negro perfectamente creada que nos transporta a la Barcelona de 1923 en plena época de tumultos y altercados entre los anarquistas del momento y los poderosos señoritos de la patronal. Sin embargo, estamos ante un relato que no es todo género negro porque termina accediendo a los planteamientos clásicos de lo que concierne a una buena historia de misterio, conspiraciones y asesinatos, en la convulsa sociedad catalana de aquellos años. Uno de los momentos más efervescentes de la historia de nuestro país pero también en gran parte del mundo donde los enfrentamientos entre anarquistas, sindicatos y patronal se resolvían a tiro limpio. ¿Con mafiosos de por medio? Ome porfavó, eso siempre…

Y donde el punto fuerte está en que Font y De Blas traen a la vida maravillosamente bien toda una serie de personajes históricos para acompañar al protagonista. Tenemos a Buenaventura Durruti, figura relevante del anarquismo español y líder de la CNT; Wilhem Canaris, almirante alemán y futuro jefe de la Abwehr (servicio secreto nazi); Lluis Companys, histórico líder de Ezquerra Republicana y presidente de la Generalitat de Cataluña durante la República y la Guerra Civil. Y por último un personaje que con poco dice mucho, el capitán de la Guardia Civil, Antonio Escobar, que se convertiría en uno de los defensores del gobierno republicano contra el Alzamiento Nacional. Cada uno de ellos con sus propios intereses para ayudar u obstaculizar la investigación de Pere Marsé sobre unos misteriosos asesinatos ocurridos en el puerto de Barna.

Uno de los grandes maestros del cómic español es Alfonso Font. En este one-shot que en su día se publicó por entregas, encontramos al maestro que con tan solo nombrarlo, el comiquero de pro, sabe de sobra que se va a encontrar unas ilustraciones espectaculares que retrotraen tu cerebro a los mejores años del cómic de este país. Pese a que Barcelona al Alba se publicó en 1994. Pero Font pertenece a aquella gran generación de historietistas que brotaron en la Transición y que representaron el boom del Cómic Adulto Español. Ya sabéis, Bruguera, Selecciones Ilustradas, dibujando historietas para el mercado extranjero y en mis amados 80 alcanzando la cima en las grandes revistas comiqueras de este país como fueron Totem, Cimoc, Creepy o 1984.

El guion de Juan Antonio de Blas nos lleva de-todas-todas a aquella época de desasosiego e incertidumbre en la que se debatía no solo el futuro de este país, también el de gran parte del viejo continente. Aquí, como en otros lugares, se derramó mucha sangre y culminó con una guerra fratricida. La Ley Seca americana no es nada comparado y, de hecho, tuvo mucho inspiración en estos tumultos.

Y en tan solo 50 págs. Por lo que tenemos obrita a reivindicar, joyita a tener y mis aplausos para ECC Ediciones por recuperarla.

Reseña: Chick Bill 1969-1970, de Tibet y Duchâteau

Como si fuese una especie de droga, mi padre solía decir (en una pregunta que parecía hacerse a sí mismo): «¡Niño! ¿Una del Oeste?«. Lo mio con el género western tiene su historia. Una que probablemente habré contado ya. Es un género que nunca me gustó y que casi llegué a odiar de pequeño. Pero también es una de las muchas cosas que cambiaron al hacerme viejóven. El gusto por lo antiguo, especialmente, por que noté que mis ojos se habían abierto del todo y vi ciertos recovecos a los géneros y sus historias. Los detalles. Si nunca dejaste la lectura constante y tocaste cantidad de palos o géneros literarios en el proceso, obtuviste este poder. Y estoy totalmente de acuerdo con la máxima de que el western evolucionó al denominado actualmente género negro. Y eso ya es otra cosa, friends. Aun así, las historias del Oeste dejan poso e incluso combinadas con misterio, terror, incluso con el humor, suele quedar una ensalada la mar de rica de esas fresquitas que apetecen de vez en cuando. Un ejemplo de ello es Chick Bill.

Chick Bill es la famosa serie de cómics de la BD que Dolmen Editorial está publicando en nuestro país por ciclos. Cuentan que en 1953, Lucky Luke ya no era el único cómic occidental humorístico. Llegó Chick Bill, un fiel vaquero, que al igual que Lucky Luke, era un semi-dios con el gatillo, y junto a varios personajes exponía cantidad de aventuras a cuál más chula. De hecho, uno de los personajes que para mí casi lo eclipsa es el secundario sheriff Dog Bull; estúpido, torpe, enojado, jactancioso pero hecho de buena pasta, flanqueado por su adjunto Kid Ordinn; un simplón ingenuo y tontorrón, prototipo de imbécil magnífico que en ocasiones puede aparecer con un aspecto asombroso, como en el episodio El inocente del pueblo o El arma secreta de Kid Ordinn. Álbumes magníficos, por cierto.

El tema es que me picaba el gusanillo del western nuevamente y aprovechando que regresaba un nuevo tomo como novedad, decidí devorar el correspondiente a los años 1969-1970. Otro de los buenos integrales en tapa dura de la colección que Dolmen Editorial está editando. Una colección que intento seguir fielmente y que en este caso hablamos de un volumen que contiene solo tres historias: Un inocente se encuentra en medio de una ciudad habitada por bandidos, en la que el delito es ley, y un disfrazado Dog Bull se inmiscuye en ella para rescatarlo; un dibujante ha convertido a Kid Ordinn en la estrella de su exitosa historieta, mientras este se las ve y se las desea para enfrentarse a un persistente atracador de bancos; y un buhonero consigue construir un robot con la intención de vendérselo a un excéntrico y acaudalado coleccionista, en una aventura en la que nada ni nadie es lo que aparenta ser.

Además, un volumen que cuenta con una “Kidordinería” que no había sido reeditada desde 1970 y sus habituales extras.

La calidad de las historias en estos integrales es importante. Son historias agradables de leer, un agradable diseño del maestro Tibet, que mezcla aventuras, humor y otros géneros dentro del entorno Salvaje Oeste. Es cierto que Chick Bill no se considera un cómic de culto, lo que me parece lamentable. Pero los requisitos los cumple de-todas-todas. Eso os lo aseguro. Siempre-siempre es un cómic, historia o tomo, disfrutable. Y eso no se dice de cualquier cómic, y menos, uno clásico.

Solo tenéis que poneros con una de estas geniales historias para daros cuenta.

¡Niño! ¿Una del Oeste?

Reseña: Los Dominantes, de Runberg y Toledano

Los Dominantes abre con una máxima de la que yo no tengo ninguna que es cierta: ¿Y si la mayor amenaza para la humanidad fuera ella misma? Aparte de esto, representa muy bien lo que sucedería si una raza alienígena decidiera hacerse con el planeta Tierra. Tres puntos. Hay o habría los que deciden adaptarse y convivir con los invasores. Segundo: los que optan por resistir y reclutar gente para formar la Resistencia. Y por último, los que les rendirían culto como si de dioses o una invasión divina se tratara. Que de estos últimos, sin duda, habría bastantes porque el ser humano parece estar hecho para creer. Al menos, ante el miedo.

A medida que el país más poderoso de la Tierra se acercaba a las elecciones presidenciales de 2020, una terrible epidemia de origen desconocido azota al país y mata a más de ochenta millones de personas. Justo después, el país, el mundo o lo que queda de él, ve aterrizar formas de vida desconocidas, criaturas terrestres o voladoras que no parecen querer entrar en contacto con los seres humanos. Aterrizan en distintos puntos del planeta y trastornan la vida de las personas con su presencia. Aquella mañana, de camino a Los Ángeles, Andrew tuvo que detenerse a un lado de la carretera, sufriendo fuertes náuseas y vómitos. Este es el efecto que provoca el paso de un nauseabundo alienígena si lo tienes en las proximidades.

Ahora… Han pasado más de siete años desde que la vida de todos los supervivientes se transformara por completo. La gente se agrupa en pequeñas comunidades, comparte la comida que escasea y se protegen unos a otros como pueden. Aquellos que iniciaron la Resistencia a la presencia de los aliens se han convertido en terroristas que cobran rescate a su paso, matando indiscriminadamente, provocando más miedo que apoyo. La prensa sólo existe local y artesanalmente, Internet ha dejado de funcionar, nadie sabe en qué se ha convertido el resto del mundo. Sin embargo, las centrales nucleares siguen funcionando, lo que permite la circulación de vehículos eléctricos… Y volviendo a Andrew, este continúa su viaje hacia un museo donde espera encontrar pinturas que representen escenas de la vida familiar. Esta es su forma de aguantar, soportar, sin noticias de su familia desde la llegada de la Gran Cepa.

Runberg sabe cómo capturar el espíritu de los tiempos. Lo que está de moda. Con este virus que ha devastado a la humanidad, muchos recordarán lo recientemente pasado con el coronavirus. Aunque le pone la guinda con el tema de la invasión extraterrestre. Y a los que leemos CF de toda la vida, estos dos ingredientes nos llevan lógicamente a pensar en La guerra de los mundos, de H. G. Wells. Por lo que tenemos una historia, un tomo, un volumen que se disfruta bastante bien pero donde muchos no vais a encontrar originalidad. Los aliens son monstruos enormes con formas diferentes pero siempre tirando «a lo crustáceo». De ellos se sabe bastante poco. Cada especie causa daños diferentes, pero a menudo destructivos, a su entorno o a los humanos cercanos, aunque parece que exploten a estos de ninguna forma (que se sepa). Lo que da lugar a imaginarse cualquier cosa. Eso me gustó.

En cuanto al dibujo de Toledano, es correcto, incluso bueno, pero no me gusta mucho el coloreado, evidentemente, renderizado de ordenador. Llámenme viejo pero donde se ponga la mano -nunca mejor dicho- del hombre… que se quite todo lo demás.

Virus, epidemias, oscurantismo, el mundo que se va a la mierda, aquello recientemente comentado en un tribunal norteamericano sobre lo próximo que tenemos ya una visita extraterrestre… Pocas veces he visto en un cómic, un tema tan premonitorio tan en sintonía con nuestra actualidad.