Reseña: Las Aventuras de Victor Billetdoux (Integral), de Pierre Wininger

A los amantes del cómic de aventuras clásico les va a encantar este Las Aventuras de Victor Billetdoux. Os lo digo ya. Así y a bote pronto, un periodista y un egiptólogo comienzan su investigación sobre un asunto de lo más tétrico desde El Cairo hasta el París de allá por 1910. Una época genialmente atractiva como fueron esas incursiones inglesas, francesas y holandesas en el Egipto de principios de siglo XX. La Pirámide Olvidada más otras dos (Sombras de Ninguna Parte y La Noche del Horus Rojo) que Ponent Mont trae en un sólo volumen para deleite del mejor aficionado al cómic europeo que se precie. Lugares y fechas muy atractivos para los amantes de esa aventura africana desértica con rescate de reliquias, maldiciones, persecuciones y desencuentros…, con un dibujo que llama la atención a leguas y unos colores del país de Ra, Tutankamón, Osiris, Anubis y Horus, lleno de tonos inmersivos a tramas como rara vez antes había visto.

Pero vayamos por partes. Las Aventuras de Victor Billetdoux fue una serie de títulos creados para el cómic francés por el autor Pierre Wininger. Cuentan que a finales de los 70s, el director literario de Glénat Ediciones, Henri Filippini, contrató a Pierre Wininger, mientras éste sobresalía en la profesión de fabricante de modelos publicitarios. Quería que de algún modo colaborara en la revista Circus. Así es como el personaje de Víctor Billetdoux -con un estilo indudablemente influenciado por el de Jacques Tardi y rindiendo homenaje al novelista Gaston Leroux (1868-1927) y sus fantásticas novelas de detectives de principios de siglo XX-, cobró vida. Unas aventuras que fueron publicadas entre 1976 y 1986 y que tras la revista, posteriormente vieron la luz en formato álbum por Glénat.

Tres historias, que como bien dice la sinopsis editorial, nos embarcan en peligrosas aventuras tras extraños sucesos acaecidos entre pirámides del caluroso desierto y las frías calles de París.

En La Pirámide Olvidada, tomado por la locura, Sir Alexandre Appelton se encuentra en Egipto deambulando alrededor de la pirámide de Neferhotep. En El Cairo, al enterarse de extrañas noticias, el periodista Víctor Billetdoux decide investigar con la ayuda de su amigo el egiptólogo. Juntos llegan y consiguen entrar en el extraño templo y… Uff, ¿contar más? Queda una aventura increíble que acaba de empezar. Exploraciones, la muerte a un paso en lugares malditos y secretos de científicos locos.

En Sombras de Ninguna Parte nos trasladamos a la París de 1910. Un día, Billetdoux descubre en su puerta el cuerpo de un hombre con el que había quedado para mostrarle una extraña fotografía. Los eventos se precipitan, mientras los muertos se multiplican. Las circunstancias llevan a Victor y a su cómplice Charles, al corazón de una intriga compleja que mezcla seres voladores, una secta oscura que venera a la diosa Isis, inundaciones y gente inquieta que se desgarran en torno a un invento inquietante… Lanzado en 1980, este álbum revive de forma soberbia las atmósferas que quiere representar. Misterios y siluetas oscuras con un guión a tope de giros y sorpresas. Mi historia favorita del tomo.

El último álbum es La Noche del Horus Rojo. Donde se cuenta como seis cuerpos son encontrados en el río Sena, todos asesinados con un utensilio muy extraño: una aguja que representa la cabeza de dios Toth. Además, curiosamente, en los bolsillos llevaban sus relojes y un libro contenedor de ritos de la secta de Isis…

Terror en estado puro.

Ponent Mon lo vuelve a hacer. Publica una maravilla de tomo traído de la BD, una miniserie al completo hasta ahora inédita en nuestro país. Un tríptico que tal como se alega, por primera vez se podrá disfrutar en todo su esplendor en un tomo recopilatorio con un dueto de aventureros injustamente desconocidos por estos lares. Interesantes, y por qué no, muy cinéfilos como son el propio Víctor Billetdoux, periodista de L’Écho de París, y Charles Hippolyte Constant, el joven egiptólogo.

Reseña: Durango. Volumen 1, de Yves Swolfs

Vuelve a estar en catálogo una nueva edición de esta joyita western del cómic europeo como es Durango. Wow! Cuando vi que Yermo Ediciones nos traía esta maravilla en formato recopilatorio, no me lo pensé dos veces. Unas ediciones geniales en tapa dura, unas obras tan atractivas que, merece bastante el esfuezo económico. Pues Durango es una obra de esas que cautivan al verlas de pasada. Y de la que podés ver que todo el mundo comenta solo cosas buenas. Ya la misma portada, con un personaje muy a lo Clint Eastwood, atrae. Además de contener un verdadero spaghetti-western. Con grandes referencias a films clásicos, de los buenos del género como El Gran Silencio. Para los entendidos, que duda cabe que en Durango, Reno está inspirado en Kinski. El film también goza de un estado nevado como es Utah, donde la pequeña ciudad de Snow Hill parece perdida, y donde el deshielo llega a las cercanías de Wyoming a un lugar llamado White Valley.

Este primer volumen es brillante. Contiene los cuatro primeros volúmenes de la serie. Los únicos que hasta ahora habían visto la luz en nuestro país, sí, pero que en una edición así se hace indispensable. Yves Swolfs (Black Hills) redefine en Durango los parámetros del western franco-belga añadiéndole todas las características del spaghetti-western cinematográfico. Desde el primer momento lo ves. Viñetas que molan un montón, casi cada una un lienzo a enmarcar dentro del noveno arte. Hace que te preguntes donde has visto estos paisajes antes y por qué son tan evocadores. Asesinos liderados por Loco recorren las montañas nevadas. Pauline ha perdido a su marido; muerto por un asesino desenfrenado a quien parece que nadie puede parar en su desidia. Entonces, como una desalmada que lo ha perdido todo, ella contrata a un hombre habilidoso con el gatillo. La venganza, la persecución, está servida. ¿Cortarle la garganta a un niño? ¿En qué vasto e inconsciente mundo, nos hemos convertido?

En Los perros mueren en invierno encuentras un buen escenario y buenos diseños desde la primera página. La trama que os decía que más recuerda a El Gran Silencio. El plomizo y sangriento film que el cineasta Sergio Corbucci dirigiera a finales de los 60s. En un tiempo en el que el Salvaje Oeste conocido como tal, llega a su fin. Aunque a ciertos territorios, le cuesta irse. La fuerza de la cólera ya cuenta más. Y para mí, contiene ese ingrediente que hace que te enganches a la lectura y no quieras parar. Un grupo de ladrones, los mismos idiotas de los viejos westerns que se creen los mejores siendo los más salvajes sin respetar la vida de los demás, más unos aldeanos que acogen con los brazos abiertos a Durango, que parece resolver la situación a su manera. Un argumento de lo más sencillo pero pieza básica de las mejores historias del Oeste. Malas noticias para unos bandidos ir a saquear un pueblecito en el que Durango descansa…

Trampa para un asesino. Tercera aventura, tercera oportunidad, y sigue siendo efectiva a pesar de usar las mismas recetas. Sin embargo, el estilo de Swolfs que se parecía un poco al de Giraud hasta ahora, aquí cambia al utilizar otro escenario. En mi opinión, este es el gran álbum del tomo y no por su escenario (tan bueno como los demás) sino simplemente por la aparición estelar de la Mauser 98, el cambio del revólver por la famosa escopeta que dura hasta nuestro días. Dicen que es la marca de Durango por excelencia. Amos es el cuarto álbum y el que cierra el volumen. Del que espero poder a volver más en no mucho tiempo, pues menuda joya. Un cómic que refleja muy bien lo que debió ser el día a día en aquellos años de colonización y escaramuzas. Una buena historia que mantiene el movimiento. la atmósfera y el lado despiadado del clima para con la vida del ser humano en aquellos tramos. Personajes secundarios bien estudiados y el dibujo de Swolfs volviéndose espléndido. Por lo visto existe un «Ciclo Amos» de tres álbumes y este es el primero. La persecución entre mexicanos por un lado, y estadounidenses por otro. Grandioso.

Un primer volumen en el que conoceremos a Durango y que tipo de rasgos lo definirán en un futuro. Un pasado sangriento, rencor sosegado pero eterno, su condición de pistolero implacable y una antigua herida de bala que lleva a modernizar su arma, dejando atrás el clásico revólver para dar paso a las semiautomáticas. La principal presentación del cambio, pues Durango es un pistolero que no tiene escrúpulos en derramar sangre. Aunque surge en él, en ocasiones, la tesitura de estar haciendo lo correcto. Me consta que existen diecisiete álbumes publicados desde 1981, donde Swolfs ha ido introduciendo versiones y homenajes a grandes spaguetti-westerns de la historia fílmica. Yermo ya ha publicado varios recopilatorios. Un dibujante talentoso, guiones cautivadores y un personaje seductor y entrañable. Caeréis rendidos.

Reseña: Pieles Rojas, de Paolo Eleuteri Serpieri

Los amantes del buen cómic y del género Western estmos de enhorabuena. Y aunque a veces la espera de algún titulo que merezca la pena, se hace larga, uno siempre tiene la esperanza que entre las editoriales que publican asiduamente cómic europeo en nuestro país, aparezca alguna joyita. Por eso, nunca me cansaré de deciros que como mínimo vuestro ojito derecho debe estar puesto siempre-siempre en Ponent Mon; editorial gracias a la cual (por-ejemplo-por-ejemplo) podemos acceder a joyitas de la BD como Apache Junction, Simón del Río o el glorioso integral de Manos Kelly. La misma editorial que alcanza el podio del aficionado al comenzar a publicar volúmenes del maestro Serpieri como Las Reglas del Oeste, Lakota, La India Blanca y otras historias de mujeres o este magnífico volumen de relatos que os traigo hoy llamado Pieles Rojas.

Y es que con Pieles Rojas se contribuye a los inicios del autor italiano. Los nuevos amantes del cómic pueden no saber que antes de hacer Ciencia Ficción y dibujar buenas nalgas femeninas (¡Cómo en Druuna!), Paolo Serpieri comenzó de forma inteligente con lo que molaba en el momento; haciendo relatos cortos del Oeste en formato viñeta. Sus primeros trabajos, gracias a Ponent Mon, ahora recuperados de la legendaria publicación italiana Mosquito. Con todo lo ideal para abstraerse en esa visión casi antropológica de la cultura nativa americana.

Cheyennes, pawnees… Lejanas estepas de color amarillento y amarronado donde cuervos carroñeros sondean tribus que recorren el sendero, la cuenca del río Plateado en las actuales Nebraska y Kansas. Auténticas tribus repletas de historias sugerentes que contar, llamativas y con trasfondo. Tramas que narrar, siempre vestidos con su indumentaria gobernada de pieles de animales y plumas con los más diversos tonos de ocultación. Historias de estos hombres curtidos en el dolor, entre los susurros de atardeceres bajo la sombra de las Rocosas, aventuras que Serpieri muestra  de forma bastante realista y que vieran la luz a finales de los años 70.

En Pieles Rojas descubrimos así al indio que con desazón está tratando de conformarse con la llegada a sus tierras de la cultura blanca. El indio místico, el indio en guerra que es cauto y preserva su juego, y por supuesto, aquellos trabajos duros que conllevaba la trashumancia entre bisontes y pieles rojas. Historias que no brillan por la percusión de sus escenarios, Serpieri siempre fue más de acercarnos a los personajes en demasía, a sus interiores, haciéndose principalmente descriptivo con sus moralidades a través de bocadillos de pensamiento y cajas narrativas. ¿Qué les preocupa¿ ¿Qué les incita a seguir hacia delante? ¿Tienen mucho que perder? Todo en una vena muy cercana a lo que hacía Giraud, Manara o Boucq.

En este genial recopilatorio se aprovecha además, la llegada a su fin del siglo XIX, cuando en América del Norte dos grandes civilizaciones se enfrentaban a muerte. Así se cierra un volumen que tiene como objetivo un apasionante viaje al Lejano Oeste, el cuarto de una cuatrilogía de autor podríamos decir, ese mismo que sabía reflejar como pocos, dichos momentos de supervivencia casi diaria. Para saber más. Destinos inevitables y otros lances del destino que muy pocos esperan. La vida misma pero atractiva en lo que se refiere a viejas historias de frontera. Como amante de la originalidad, para mí brillan. Historias cortas de las que hablar poco, es contar demasiado. Joyas muy destacables en este tomo como De cómo se convirtió en bandido Cola de Zorro, El Sortilegio del Espíritu de las Aguas y la inmersiva Takuat. Si aún no lo habéis notado, os adelanto que para mí Serpieri, es uno de los más grandes ilustradores que ha parido el Viejo Continente. Paolo Eleuteri Serpieri (1944), un guionista e ilustrador de cómics italiano, de todos conocido por sus trabajos de representaciones muy detalladas.

Ahora casi que descanso a gusto. O no. Por que uno siempre quiere más. Más de lo bueno. Lakota, La India Blanca y otras historias de mujeres y Las Reglas del Oeste son genialidades que ya se encuentran en mi cómicteca en lugar destacable. Pieles Rojas se les une con los abrazos abiertos. Serpieri enmarcando perfectamente escenas detalladas y documentadas. Su tinta negra profunda como modelo de equilibrio, tanto en términos de decoración cercana como de personajes expresivos y disfrazados. Su cese de los cómics por razones médicas es una gran pérdida para el noveno arte. Mucha fuerza, maestro italiano.

Reseña: El Cielo en Guerra (Integral), de Pinard y Dauger

Creo que El Cielo en Guerra no se puede definir mejor que con la frase con la que abre su introducción: «Una gran saga en cuatro partes que sigue la historia de la aviación francesa durante la Segunda Guerra Mundial». Y ahora recopilado en un portentoso integral de cómic europeo como sólo Norma Editorial sabe hacer; podemos adentrarnos, sumergirnos en historias, desdenes y batallas espectaculares en el aire, gracias a Philippe Pinard y Olivier Dauger que saben narrar con rigor histórico la historia de la potente aviación francesa de entonces.

Los Diablos Rojos es el primer álbum que comprende la tetralogía. La batalla de Francia vista a través de los ojos de un joven piloto en el famoso escuadrón de combate que marcó una época. Un viaje desde el comienzo del conflicto hasta el armisticio del 22 de junio de 1940. Con la impresionante muestra de la táctica Blitzkrieg en tierra gala. Etienne de Tournemire es un joven teniente recién licenciado que acaba de unirse al escuadrón de los Diablos Rojos; contra toda expectativa, los vehículos blindados alemanes han logrado cruzar las Ardenas, los panzers, apoyados por la aviación, continúan su infernal ataque y amenazan con cruzar el Mosa en el Sedán francés. Estamos ante una de las batallas decisivas de la guerra, pues si los alemanes se hacían con este punto clave, los panzers evitarían la parte mejor fortificada de toda Francia… Etienne de Tournemire y sus camaradas en el centro de la lucha, superados en número, intentarán revertir el curso del destino.

Una curiosa historia se cuenta en Escarapelas en Llamas. Junio de 1940, un verano desastroso para Francia. El escuadrón de los Diablos Rojos sufre una debacle general y se retira al norte de África. El armisticio redistribuye las tropas y se rompen algunos juramentos de lealtad. A partir de ahora, se tendrá que elegir entre volar bajo los colores de Vichy o participar con las Fuerzas Francesas Libres. Todo se precipita y Francia camina a marcha forzada hacia la derrota. Las retiradas y las deserciones se suceden a un ritmo infernal. Llegan a orillas del Loira, donde Etienne y su compañero André Marceau mantienen su última batalla antes de unirse al norte de África. Pero un nuevo evento cambiará sus destinos: el drama de ver a la flota francesa siendo bombardeada por los propios ingleses. El compromiso de los pilotos franceses contra sus aliados de ayer es solo la premisa de una confrontación aún más cruel.

¿Era indispensable en una serie así el álbum Alerta en Siria? Sí, si deseamos tener en cuenta todo lo que sucedió durante las últimas horas de combate aéreo en junio del ´40. Completar en nuestra cabeza lo ocurrido, hasta el bendito aterrizaje aliado dos años después. Tensión, locura, desazón, una letanía de quejas constantes ante un miedo creciente: ¡Y los refuerzos! ¡Cuándo llegarán más aviones, armas más poderosas! Decenas de clichés que reconoceréis aquellos fans del buen cine bélico, asiduos a documentales o hayáis leído libros relacionados con la ocupación final de París. Brillante en este cómic la filosófica conversación sobre Kant entre un personaje y un oficial alemán.

Con Operación Tourch llegamos al final de esta entretenida tetralogía. Noviembre de 1942. Por fin, los escuadrones angloamericanos llegan como apoyo al norte de África defendido aún por el ejército de Vichy. Los escuadrones franceses contra los aviones aliados apoyan el combate hasta el alto el fuego… Épica y más épica.

Apreciando y poniéndonos del bando de los perdedores, los autores nos introducen en un bando francés que intenta preservar los intereses de un invasor que se vuelve más temible cada día. El dibujo es magnífico (como ocurre siempre con Dauger), y los colores permanecen a buen nivel de un álbum a otro (me gustaron mucho los verde-marrón-blanco de Europa y los beige-ocre para África-Siria-Iraq). Un guión instructivo, patrullas y escaramuzas en el cielo, épica durante cuatro días de intenso combate. Álbumes que se dejan leer con verdadero placer. Y aunque no encontraréis personajes entrañables, algunas de sus conversaciones se os quedarán grabadas por siempre. Un espectacular integral que hará las delicias de los aficionados al cómic bélico.

Reseña: Las Sombras de Constantinopla, de Jean-Pierre Pécau, Fred Duval, Yana e Igor Kordey

Uno más de este serial indispensable de cómic europeo para todo amante del género histórico. Jour-J (Día D) son una serie de álbumes de la BD donde cada titulo es una ucronía. Tratan un tema, argumento o hecho histórico, enfocado desde el punto de vista de otra alternativa a lo que realmente ocurrió. La ucronía especula sobre realidades alternativas ficticias en las cuales los hechos se han desarrollado de diferente forma de cómo los conocemos. Esa línea histórica se desarrolla a partir de un evento histórico extensamente conocido, significativo o relevante, en el ámbito universal o regional. Para que nos entendamos, ¿sabéis de esos famosos What If… de cómic americano? Pues con temas históricos reales.

De treinta y nueve álbumes cuenta esta colección, más algunos integrales que unen títulos. Un serie que emprendió tan atractivas ideas allá por el 2010 y que llega casi a nuestros días. Como siempre, ando recomendando una indispensable editorial de cómic europeo como es Ponent Mon. Simplemente, por que tiene el detalle de traernos del otro lado de los Pirineos, obras muy guapas y traducirlas al idioma de Cervantes, el tuyo, el mío… Títulos que de otra forma difícilmente leeríamos. En especial, la serie Jour-J, cómics que se pueden leer de forma independiente pese a estar enmarcados en su país de origen dentro de una colección. Y que Ponent Mon tiene el detalle de juntar aquí en un mismo volumen, componiendo tramas por temática, por así decirlo.

La Sombras de Constantinopla viene así en formato díptico. Dos cómics que Jour-J fueron editadas en los álbumes #27 y #36. Donde nos trasladamos a 1453, a esos últimos momentos del Imperio Bizantino, en el que los turcos asedian Constantinopla, la ciudad nunca conquistada. Una batalla final que esta vez quizás solo se salve con la intervención de los ejércitos cristianos de la Vieja Europa. Una lectura que se disfruta bastante al encontrar al personaje histórico, loco y terriblemente inteligente como fue Vlad The Dracul III (inspiración de Drácula). Una trama tan beligerante como absorbente donde descubrir la maldad humana en sus más altas cotas con Bizancio y los ejércitos otomanos como protagonistas. Así como la rivalidad fratricida entre la religión ortodoxa querida por Basileo y el catolicismo de las comunas italianas subordinadas al Papa de Roma. Una batalla despiadada por defender una ciudad. Un inmenso bastión. Con una terrible máxima en el aire como bien cuenta la sinopsis editorial: «A fuerza de luchar contra el tigre, ¿no se convierte uno en tigre?».

Todo el Oro de Constantinopla es el segundo titulo incluido. Se continúa de algún modo la trama sobre las ruinas del campamento turco devastado (friends, lo siento, el tema histórico es cultura, nunca spoiler), con Iskander y Vlad Tepes avanzando a pie entre ruinas y cadáveres destrozados para el deleite de aves carroñeras. De pronto, se topan con una terrible situación, en unas tiendas turcas, tres soldados mantienen a una niña en vilo para proteger sus miserables vidas y salvar su gracia. Pero Vlad Drakul no es muy dado a otorgar gracia a nadie…

En la ucronía propuesta por Jean-Pierre Pécau y Fred Duval, una vez más se mantiene un ritmo trepidante. Aunque en esta ocasión los cambios en el marco temporal son mínimos con un desarrollo espectacular. Ofreciéndonos una historia totalmente amoral, sangrienta y violenta como bien pudo ser realmente este periodo. La asistencia al dibujo de Yana, de Igor Kordey, no me pareció tan bueno como se preveía. Esperaba algo más impactante para un segundo álbum, después del listón tan alto de Las Sombras de Constantinopla. Pese a estos detalles, tenemos una buena variante del mito de Drácula, con un Vlad Tepes atractivo, fílmico e imponente, comandando sus tropas frente a una muchedumbre de anti-cristos para la fe católica.

Reseña: Corto Maltés. El Día de Tarowean, de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero

Dije en una ocasión que Hugo Pratt estaría bastante orgulloso de ver cómo le ha ido a su personaje icónico tras su muerte. Y no me arrepiento. Dignos sucesores han sido Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero con un proyecto que algunos creíamos irrecuperable. Canales con sus magníficos trazos y Pellejero con un guión que absorbe, me volvieron a dejar estupefacto de lo bien que recrean, que te trasladan al mundo-época de Corto Maltés en esta novedad como es El Día de Tarowean.

Corto Maltés. Nadie ha negado nunca su importancia, nadie ha negado nunca su grandeza y, sin embargo, me parece maravilloso que una obra así aguante tan bien el paso del tiempo. Tanto que, yo que llegué no hace mucho a ella, disfruto con cada titulo como ese niño que abre un regalo por primera vez. Pero sé lo que me hago. No estoy leyendo todos los títulos de un tirón. Me deleito cada poco. Y como en el mundo del cómic (reediciones, novedades y demás) todo son buenas noticias últimamente, para colmo, Corto Maltés vuelve a la “vida moderna” de la mano de dos autores patrios con los que ya disfruté en su primer intento con el personaje como fue Bajo el Sol de Medianoche. Un álbum que ya tardáis en leer si no lo hicisteis.

Tal como se alega en la sinopsis editorial, Corto Maltés: El Día de Tarowean, es una precuela a una aventura ya vivida. A groso modo, nos desvela los acontecimientos que hicieron que Corto Maltés acabará amarrado a una balsa y abandonado a su suerte en pleno Océano Pacífico. Los autores Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero nos proponen una aventura interesante, coherente y atractiva y quizás demasiado sometida a la leyenda del personaje. De acuerdo en todo. Pero he encontrado mucho más trasfondo en este álbum de apenas noventa páginas que en muchos otros. Con grandes momentos para los amantes del personaje, tenemos una historia amena que se vuelve intrigante a cada paso. Con cierto tono pasivo al principio, por que así lo pide la situación. Quizás algunos la tachen de historia comedida, pero en mi opinión, creo que aporta bastante ver a este personaje de leyenda en otro tipo de situaciones. Amigos críticos, no todos los títulos tenemos que compararlos con la obra cumbre La Balada del Mar Salado.

A lo nuestro: aquí nos encontramos a Corto deambulando sin rumbo, sin que sepamos a ciencia cierta que pretende y cuál es su plan de actuación. Poco se sabía sobre lo que le sucedió a Corto Maltés antes de La Balada… Teníamos algunas pistas, rumores, y aquí es donde vamos a empezar a atar cabos. Ciertos datos que nos contaron hablaban de su asociación con Rasputín, de un turbio asunto entre piratas y se decía que estos incautos estaban al servicio de un personaje misterioso llamado El Monje. Aquí viviremos esa historia…, de la que sabemos el resultado. Las cosas se torcieron y nuestro protagonista acabó náufrago y atado a unos troncos. Iremos atrás en el tiempo.

Un pasado de este icónico personaje que no sabíamos. La precuela a una historia que sedujo a miles de lectores en su día y aún hoy lo consigue. Un nuevo álbum con grandes momentos de puteo al señor Rasputín dignos de renombre. Grandes escenarios acreedores de este clásico como paseos al atardecer por hermosas playas, salidas nocturnas a siniestras cantinas o encuentros en lugares tétricos como camposantos aneblinados. Una trama, una aventura, una puntualización que llega unos años más tarde para explicar. Así como para completar la colección de un personaje al que uno siempre desea volver. La hermosa leyenda creada en 1967 por Hugo Pratt.

Reseña: La Misión de Alou (Una Maternidad Roja), de Christian Lax

Lo que es querer leer un cómic sólo por su portada… Ponent Mon va sacando títulos y títulos a cual más interesante. De los que sabes que caerás en más de uno como buen amante del cómic europeo. La Misión de Alou (Una Maternidad Roja) me atrajo por portada, titulo y argumento. En ese orden. Aunque es cierto que de ese modo lo fui descubriendo. Y una maravilla de disfrute visual con cada página, oye. Christian Lax es un virtuoso. Además de relatar el viaje de los emigrantes desde un ángulo inusual, nos ofrece enriquecer nuestra visión de los dramas experimentados por sus personajes, así como un precioso mensaje de humanidad.

La Misión de Alou (Una Maternidad Roja), cuenta una dura pero bonita historia versada en el amor al arte. Nos trasladamos al Sudán francés (actualmente Mali), septiembre de 1960, cuando el país es desposeído y saqueado de sus obras artísticas. Donde una de sus curiosas obras terminará por llegar al Museo del Louvre, sí, pero la trama principal nos hace viajar a la primavera de 2014 cuando Alou, un joven maliense recolector de miel, se dirige hacia las colmenas silvestres de un baobab en el momento en que unos yihadistas armados hasta los dientes lo amenazan y hacen explotar el árbol sagrado. Entre los restos, Alou descubre una estatuilla de madera casi intacta que representa una mujer embarazada. Desde ese momento, y tras los consejos sabios de su padre, asegurar su seguridad en Francia para que no sea destruida por islamistas fanáticos que no apoyan el arte y las huellas del pasado, será su principal deber. Alou, incitado a salvaguardar el patrimonio y arte Dogon, pondrá su vida en peligro en ese duro camino que le lleva a atravesar dos continentes con islamistas pisándole los talones.

Estamos ante otro magnífico álbum para el deleite de los que amamos por encima de todo, el noveno arte y las historias de superación. Un maravilloso álbum en duotono con magníficas vistas de Mali, pasajes alternos donde el dibujo toma la palabra y hermosos diálogos con los siguientes temas: el arte Dogon, un pueblo perseguido desde el inicio de los tiempos, un lugar venerado y dedicado al arte primario, inmigrantes y un largo viaje lleno de trampas, incluso una vez pisado suelo europeo. Como decía, con esa paleta de colores en duotono que magistralmente trasladan al lector escenas africanas, en ocasiones, se sienten los colores y el calor a través de las viñetas. Christian Lax nos lleva de Mali a París, al Louvre, en una historia que plasma con mucha sensibilidad a personajes, algunos poseedores de una gran humanidad, otros, de una impertinente forma de ver el mundo. Salvar una obra de arte del siglo XIV debería ser prioridad, no sólo para un ser humano que se precie, sino para todos esos gobiernos que proclaman cantidad de mentiras a los cuatro vientos.

Como anécdota, y así lo asegura la editorial, decir que La Misión de Alou (Una Maternidad Roja) es un cómic realizado en el marco de la asociación Futuropolis – Ediciones del Museo del Louvre –, que pretende llevar nuestros pasos hacia el Pavillon des Sessions, dedicado a las artes primitivas. Un álbum que forma parte de la colección de Musée du Louvre Éditions. Un volumen que plantea en sí mismo, una poderosa reflexión.