Reseña: Starman. Los Años de David Bowie como Ziggy Stardust, de Reinhard Kleist

Starman es una novela gráfica que también debería atraer a las personas que no suelen estar interesadas en los cómics. Y eso, en este país de hoy, con uno de los porcentajes lectores más bajos del primer mundo, se puede decir que es un gran cumplido. Con el paso de los años, Reinhard Kleist se está convirtiendo cada vez más en un cronista de la historia de la música en formato cómic. Después de Johnny Cash (I see a darkness https://www.ecccomics.com/comic/johnny-cash-i-see-a-darkness-5466.aspx) y Nick Cave (Mercy on me https://www.ecccomics.com/comic/nick-cave-mercy-on-me-segunda-edicion-6757.aspx), el berlinés que a estas alturas ya es poseedor de un Premio Max y Moritz en tres ocasiones, incluido en 2018 el premio al mejor autor de habla alemana; con cómics que han sido traducidos a cantidad de idiomas; ahora se centra en el dios de la música. El polifacético e influyente David Bowie.

Como sugiere el subtítulo, Starman se centra en los años en los que el británico pasó de ser un recién llegado prometedor, a la estrella de rock galáctico que se llamó Ziggy Stardust. El año es 1972, es enero y la audiencia para las actuaciones de Bowie y su repertorio es aún pequeña. Pero pronto somos testigos de una transformación a través del poder de la música. Ziggy Stardust evoca colores brillantes en la monótona vida cotidiana de la juventud británica. El mesías de la música extraterrestre ha aterrizado. Desde muy locos roles de género y cambios de identidad sexual hasta la comprensión del rock y el pop, Ziggy provoca, desafía y libera a la persona que se pone frente a él. Pero no todo son luces y flores en este cosmos de apariencia fantástica hecha a sí misma. La fama y el ego, la creación y el creador, pronto lucharán entre sí.

Tenemos un volumen de ECC Ediciones en tapa dura, un ejemplo más donde Kleist demuestra que es un maestro de la biografía musical en formato cómic. Starman es otro ejemplo visual y narrativo de cómo hacer una novela gráfica que se devora y se disfruta en nada. De esas que llevas bajo el brazo en el metro, a la piscina o a tomarte un té o café a solas en una terraza de verano. Y la misma que luego posas en tu estantería junto a los vinilos o CDs de este gran autor.

Para la ocasión, Kleist, que es autor e ilustrador, tiene un socio perfecto llamado Thomas Gilke. Un colorista que hábilmente establece acentos de colores brillantes en contraste con los tonos marrones claros donde se utiliza -diría que a la perfección- una paleta de colores como medio dramatúrgico.

Ziggy se convirtió en el lado oscuro, egocéntrico, hambriento de éxito de Bowie, como describe Kleist de manera impresionante. Pero el 3 de julio de 1973, el cantante tiró de la cuerda y dejó morir a su alter ego al anunciar en una actuación en Londres que eso era todo. Un Suicidio del rock’n’roll, como se llamó la última pista del álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. Me consta que existe una secuela llamada Low: Los años de David Bowie en Berlín. Ojalá ECC Ediciones se anime a publicarla.

Reseña: Chew (Integral 1), de John Layman y Rob Guillory

Una de las cosas que más odié durante el confinamiento, fue no poder salir a comer fuera. Y donde se podía… no se podía a gusto. Que sí, que la comida a domicilio estuvo muy bien y las mensajerías hicieron dinerito fresco a cascoporro, pero uno/a no puede esta dando propina toda la vida porque le pongan de poner. No en este país. No con nuestros sueldos. Y cocinar no era una tarea ardua pero durante el confinamiento se convirtió en una de las rutinas más odiadas por el ser humano de este planeta al que por fin se le metió el miedito en el cuerpo porque un virus (esta vez de verdad) podía acabar con todos. Fue duro. Y eso que puedo alegar ser, de las pocas personas de este país que continuó saliendo a trabajar cada día como si todo aquello no fuera con él. Mi trabajo era importante en aquellos momentos para los demás. Dejémoslo ahí. Bien, pues si no sabéis que es Chew, aquí tenéis un cómic sobre las consecuencias que trae una plaga masiva, donde el gobierno ha establecido regulaciones estrictas sobre lo que la gente puede y no puede comer. Y los agentes de la FDA patrullan las calles en busca de vendedores de alimentos ilegales de alimentos mientras descubren una conspiración masiva que termina resultando ser docenas de cuerpos que debieron ser enterrados y no devorados como están siendo. Sí, a pesar de que Chew fue publicado en USA en 2009, este cómic no ha envejecido nada de nada.

Tony Chu es un policía con un secreto, un extraño secreto. Tony Chu es cibopático, lo que significa que obtiene impresiones psíquicas de todo lo que come. También significa que es un gran detective, siempre y cuando no le importe mordisquear el cadáver de una víctima de asesinato para averiguar quién fue y por qué están ahí tiradas sus entrañas, vacias por toda la acera. Es un trabajo sucio y Tony tiene que comer cosas terribles en nombre de la justicia. Y por si eso no fuera suficientemente malo, el gobierno ha descubierto el secreto de Chu y tiene (terribles) planes para él. Le guste o no. Chew es una de esas series de trama tan diferente que mola. Una serie retorcida sobre policías, ladrones, cocineros, caníbales y clarividentes, escrita por John Layman (Marvel Zombies vs. Army of Darkness, House of M: Fantastic Four, Puffed) con unos dibujos molones de mi admirado «novato» ilustrador Rob Guillory.

Chew comienza en un mundo donde una misteriosa cepa de gripe aviar ha matado a veintitrés millones de personas. Como resultado, el gobierno USA ha prohibido la producción y venta de todos los productos de pollo. No más tortillas, no más huevos revueltos, no más sopa de pollo y no más pollo frito (¡Dioses! Me muero si pasara algo así). Curiosamente, resulta que vivir en un mundo en el que el pollo está prohibido es un mundo en el que solo los forajidos tendrán pollo. ¿Os acordáis de la La Ley Seca? Pues eso. Y aquí como resultado una Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recientemente empoderada va directamente a la guerra con ese mercado negro de aves creado por los malos-malutos que siempre tienen que estar al margen de las normas civilizadas impuestas. Y si creéis que la trama de este cómic es sospechosamente una crítica a la tremenda guerra contra las drogas que existe en USA, no os preocupéis, el cómic hace claramente la comparación por nosotros.

En todo este lío interviene el ex-policía de Filadelfia convertido en agente de la FDA, Tony Chu. Ese que puede aprender cosas sobre los alimentos que come. Por ejemplo, si come una manzana, puede saber dónde se cultivó y quién la recogió. Si come un buen bistec…, bueno, digamos que no le hace ninguna gracia comer carne. Ya en el primer número de la serie, su pequeño/gran talento le sirve para descubrir accidentalmente a un asesino en serie que trabajaba como sous-chef en un bar clandestino de pollos de rigurosa procedencia. Una “encantadora” premisa para empezar este primer magnífico integral de veinte números que acaba de publicar Planeta Cómic en nuestro país. Donde a pesar de la temática exagerada y las desagradables implicaciones de un policía que tiene que comerse a la gente en nombre de la justicia, la construcción de Chew esplende porque muestra ser un cómic que se disfruta con una sonrisa casi constante en la cara. Muy pocos cómics consiguen eso.

Sabía de la fama de Chew y era uno de los títulos que había pasado por alto hasta ahora que sabía que me iba a encantar si o si. Iba con las expectativas muy altas y aunque soy consciente de que eso es muy peligroso, no solo no me ha decepcionado, me ha quedado la sensación de que quiero esta serie al completo en mi ya tan espacio-solicitada cómicteca. Tony Chu es un chulo personaje que se mueve entre un gran elenco de personajes. Layman reconoce todos los tropos tradicionales de un procedimiento policial y lo lleva de maravilla con cada trama. Violencia, intriga, humor y habilidades aún más extrañas que las centradas en la comida, van apareciendo. Son los otros ingredientes del atractivo de Chew.

Una maravilla.

Reseña: Conan El Cimmerio. El Coloso Negro, de Vincent Brugueas, Ronan Toulhoat y Robert E. Howard

Tras el impacto brutal que me dejó la noticia de poder leer al personaje de Conan tratado por autores de la BD, es decir, el famoso cómic europeo de donde parten tantas y tantas grandes ideas y, sobre todo, esos tremendos dibujazos que se marcan la mayoría, y tras disfrutar muy mucho del primer álbum como fue La Reina de la Costa Negra (https://www.cronicasliterarias.es/?p=9237), una de sus obras más famosas llevada a buen término por el gran Jean-David Morvan y Pierre Alary: era técnicamente imposible que yo me pudiera perder el segundo álbum de la colección, El Coloso Negro, recién publicado en nuestro país por Planeta Cómic. Uno más de esa colección que en el país galo ha dado tanto qur hablar y que lleva por el momento publicados el considerable número de trece álbumes. Tomitos que deseo con fervor que sean todos-toditos-todos publicados aquí.

Casi que os puedo decir que esta serie me está haciendo amar más aún al personaje. Ese que normalmente adolece de una imagen un tanto falsa a lo que todo prolifico le viene a la cabeza cuando piensa en el cimmerio y ha leído los relatos originales de Robert E. Howard. Sí. No es esa masa de músculos allá por donde mires. Eso viene de los cómics USA, pero que es un tío duro de pelar, eso sin duda. Aquí en estos que ahora os reseño, gozan, sobre todo, de un ritmo importante y de unos dibujos y montajes de viñeta tremendos, más adecuados a la realidad de las novelas.

Magnífico trabajo de los coloristas también, en un ambicioso proyecto desplegado por Glénat al otro lado de los Pirineos, adaptado también aquí a un genial papel satinado, buen álbum al más puro estilo europeo. El sueño de un friki de este marco del noveno arte como yo el ver a Conan así. Si La Reina de la Costa Negra era un escenario que encajaba como un buen one-shot que devorabas casi sin respirar, El Coloso Negro no es para menos. Con una intro de genial tratamiento gráfico, los autores de Iras Dei o Prometeo (grandes cómics europeos ya publicados en nuestro país), aquí también los autores despliegan su saber hacer en una aventura más clásica y lineal.

En El Coloso Negro, en otro tiempo, en otro lugar, tenemos una historia idealmente pensada para un artista-genio del dinamismo y las escenas de acción. Porque de eso se trata principalmente las historias de Conan. Palomiteo puro. A pesar de un comienzo amistoso, el corazón de la historia se centra en la batalla en la que Conan es la piedra angular que decidirá el desenlace. Una trama que no me ha llegado tanto porque soy muy fan y tengo en muy alta estima la historia a la que de algún modo copia este relato como es La Ciudadela Escarlata, que en narrativa es épica y fantástica a más no poder y cuya adaptación súper buena al noveno arte, en mi opinión, aún está por llegar. Sin embargo, si sois admiradores del dúo Toulhoat/Brugeas, que a poco que conozcáis sus obras seguramente lo seréis, este cómic os va a encantar. Repito que, habiéndome tragado todo lo posible de Conan en novela, relato, cómic, cine… Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que siempre quiero más. Y verlo en diferentes versiones, ver sus historias transgredidas al lector por los diferentes tipos de comunicación, ver disfrutar de sus aportaciones, es algo que no me cansa. Aunque vuelva a releer la misma trama una y otra vez.

Mike Moorcock se refirió a la adaptación al cómic de Elric en su ciclo de Glénat, como la mejor jamás concebida, habiendo captado perfectamente los autores franceses el tono ambiental y la psicología del antihéroe que él siempre pretendió. Creo, imagino, que si Howard viviera habría aprobado el bello homenaje que le están rindiendo estos autores de la BD. ¿Quién sabe? Después de todo, a Crom no le importa, ¿no? Olvidaos de Schwarzenegger, olvidaos de Momoa (aunque encarnó al personaje mejor de lo que esperaba), olvidaos de John Milius y si podéis, olvidaos por un momento de la obra de John Buscema y Roy Thomas. Tened en cuenta esta joyita. Diferente. En cómic europeo. Una nueva forma de verlo. Muy recomendable.

Reseña: Las Mil Caras de Jack el Destripador, de Antonio Segura y José Ortíz

Lo decía el otro día en redes sociales. Menuda recuperación de órdago que se acaba de marcar la cada vez más recomendable editorial Isla de Nabumbu con la publicación/reedición en un genial álbum de tapa dura de Las Mil Caras de Jack el Destripador. La tan alabada obra de Antonio Segura y José Ortiz imposible de tener y gozar en un genial formato como el comentado… hasta ahora. Como bien alega la editorial y su principal representante el amigo Javier Alcázar; libros y tebeos hechos con cariño, cómics que nunca pensaste volver a ver editados con calidad, recuperación de autores olvidados, libros necesarios aunque minoritarios, la esperanza del neopulp hispano… y mucho más. Rescatados muchos, obras indispensables como todo lo publicado de Auraleón…, añadiría yo.

Y ahora un glorioso cómic de Terror con el que babear un poquito ahora que se puede conseguir en librerías y en su web. Las Mil Caras de Jack el Destripador, una colección de historias magníficas. Y es que a uno le da un subidón de narices siempre que puede ponerse con otra colaboración de dos grandes maestros del noveno arte como fueron José Ortiz y Antonio Segura. Y más cuando hablamos de una mini colección de historias de Jack el Destripador con muchas ilustraciones que son dignas de cuadros. Con una premisa que fue más que sorprendente para mí pues, a partir de la locura asesina de Jack, nuestro aterrador protagonista se expande en otros personajes como si los poseyera. Una psicosis común en otros tantos asesinos, que los autores llamaron Jack para hacer a los personajes más «encantadores» si podemos decirlo así.

Todas estas pequeñas historias tienen lugar en Londres durante un período de veinte años. Donde se rememora muy bien ese desconocimiento, ese halo de misterio que siempre debe llevar la sombra de Jack el Destripador consigo mismo. Es entonces cuando Ortiz y Segura nos acercan, nos llevan de la mano, a nuevos crímenes a través de otros rostros, seres perdidos, que pasaron a la historia del delito mediante la fama de este ser abominable que hizo los indescriptible con algunas de sus víctimas…

Jack está súper bien representado. Tiene un aire a Drácula tremendo desde la portada hasta sus escasas apariciones “reales” en viñeta. Tiene aire a ese tipo de persona que hemos visto alguna vez gobernado por las arrugas, casi decrépito, a ese tipo que va de vuelta en la vida y opta por la muerte como diversión. La muerte de los demás, por supuesto. Otra de las muchas cosas que me gustaron del cómic es que presenta una teoría sobre el personaje-mito-realidad que podría sostenerse bastante bien y explicar muchas cosas, en especial, la razón por la que los cuerpos de seguridad nunca lo hemos podido atrapar ni identificar en todos estos años.

Para más inri o para más acercamiento al horror y al acecho que muestran cada una de las historias, los ambientes son oscuros. El nivel de vida social y la miseria están bien representados, los barrios-bajos también y lo mismo ocurre con la mentalidad inglesa que quería que el asesino no fuese inglés, porque eso sería imposible, ¿no? Los piratas estos siempre igual… El hilo de las tramas que siguen son, por supuesto, los diferentes asesinatos cometidos no por uno, sino por varias personas que se hacen llamar Jack y que matan de todas las formas posibles e imaginables, sin que sea necesario abordar esa fama del Destripador, ese rumor tan trillado de que sólo iba a por prostitutas. Aquí, sin sexismo, sin selección, esta esencia del Mal le quita la vida a todo lo que le rodea. El asesino, el destroza-alamas tiene mil caras, mil motivos, mil víctimas. Y entre los guiños gráficos podemos encontrar dos referencias (o yo encontré sólo esas dos) en algunos de los asesinatos narrados donde se puede reconocer a un tipo que viste un abrigo largo gabardinero que diría que se apellida Lee… y otro que, sin duda, tiene toda la pinta de Boris Karloff en La sombra de Frankenstein.

¿Lectura en blanco y negro? No es la primera vez que digo que ciertos dibujos o mejor dicho ilustradores se magnifican con el uso del b/n. Y sé que a cierto tipo de gente no le gusta, que si es antiguo, que si los ojos sufren, los modernitos que detestan las cosas sin antes probar. Lo diré una y mil veces: dependerá del trazo, del dibujante y su don. A lo quisquilloso que sea, sobre todo, el ilustrador con los detalles. Si lo maneja a la perfección, el dibujo se encumbrará, cuando lo normal es que en blanco y negro pierda. Ahí está la magnífica labor de José Ortíz, su don, capaz de hacer maravillas de este tipo como hizo con su gran obra Hombre.

Grandes historias cortas de las que al terminar quieres más. Una más. Y otra. Otra más, camarero, por favor. ¡Qué no me voy todavía! Patatas fritas con ketchup, tinto de verano, el horror más puramente logrado por dos de los grandes maestros comiqueros de la historia de nuestro país.

Reseña. Locke & Key. The Golde Age, de Joe Hill, Gabriel Rodríguez y Jay Fotos

El 26 de abril de este mismo año fue el lanzamiento de la tan esperada Locke & Key: The Golden Age, una colección de historias que prometía ser la introducción perfecta a los personajes, mundos y llaves místicas que dan nombre a esta ya tan famosa serie de cómics del gran Joe Hill y Gabriel Rodríguez.

Existe gente que llegó (y flipó) con Locke & Key mediante los cómics. Otros curiosamente abordaron la magnífica obra gráfica después de su estreno en serie de TV. Pero os puedo contar casi en voz baja que me he enterado que hay otro tipo de fans que llegó a esta serie por su cruzamiento con el Sandman Universe que se propone aquí. Se corrió la voz y algunos/muchos se vinieron para acá. Panini Cómics recién publica este mes en nuestro país el volumen Locke & Key: The Golden Age. Un volumen -ya desde la primera página- verdaderamente encantador que abre la puerta a momentos históricos relacionados con el famoso universo de estas poderosas llaves. Y una colección de relatos que abre un cruce épico con el Universo Sandman de DC Comics.

Locke & Key: The Golden Age incluye historias autoconclusivas, dos relatos publicados anteriormente como Small World, Open the Moon, el preludio a World War Key y la nueva serie de Locke & Key que aproxima la historia de la familia Key durante grandes conflictos como la Revolución Americana, la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial. Así como el crossover íntegro con Sandman en dos partes denominado Hell & Gone. Y como regalo especial exclusivo de esta colección en tapa dura, se incluye el cuento inédito Face the Music, creado por Hill y Rodriguez como parte de un proyecto de disco de vinilo que, lamentablemente, nunca llegó a buen término. Una historia caprichosa de la familia Locke ambientada a principios del siglo XX y que presenta una llave completamente nueva. Locke & Key: The Golden Age además de ser un tomo que contiene cuentos fabulosos, el volumen también recoge más de veinte portadas, principales y variantes.

¿Sinceramente? Me salté el paso a paso y fui directamente a leer los números de Hell & Gone. Y me encantaron. Y así ya empecé con una sonrisa a leer todo lo demás. Estamos ante las historias que mejor allanan el camino hacia el maravilloso mundo de Locke & Key. Podemos ver esos viajes de los personajes, desde la infancia hasta la edad adulta, y los lectores obtienen así una historia completa que es cohesiva, inteligente, divertida, aterradora y entretenida. Debo admitir que devoré este tomo en dos noches de estas “fresquitas” que estamos teniendo. Y con «fresquitas» me refiero a fuego abrasador es lo que cae del cielo sobre este país que será desierto sahariano en cincuenta años a más tardar… Pero pude leer el tomo, tomarlo capítulo por capítulo y dejar que las situaciones, los personajes y la historia de estas páginas se apoderáran de mí. Cosa que Hill con su guiones consigue fácilemtente. The Golden Age no solo ha vuelto a encender el fuego por querer leer más Locke & Key. También avivó la llama por volver a repasar esos dos grandes omnibus que editó Panini Cómics (https://www.panini.es/shp_esp_es/locke-key-omnibus-1-sloke101-es01.html) y que nadie se debería perder, donde se recopila toda la obra inicial. Es donde verdaderamente apreciarás los talentos de Joe Hill y Gabriel Rodríguez.

Durante doscientos años, la familia Locke ha vigilado una mansión de Nueva Inglaterra donde la realidad se ha desquiciado y las sombras caminan solas. La vida de Chamberlain Locke y su familia a principios del siglo XX y sus combates, desde arañas gigantes a los campos de concentración de la Primera Guerra Mundial… Las conexiones entre los universos de Sandman y L&K son mucho más profundas de lo que pensaba y se remontan mucho más atrás de lo que imaginaba. Las escenas que me intrigaron de Hell & Gone tienen ahora mucho más sentido, ahora que he leído todo lo que propone The Golden Age. Prestad especial atención a “las cartas” y al “pañuelo rojo” al principio de la trama que… ¡A lo que llevan es increíble! La escritura de Joe Hill vuelve a ser de primer nivel y este es el mayor cumplido que puedo dar: Sentí que estaba al nivel de Gaiman.

¿Algo negativo? Voy a gastar mucho dinero en cómics de Locke & Key en las próximas semanas y meses. Lo quiero todo-todito-todo de esta serie. Así que aficionados al terror y la fantasía: compren este tomo. Y si ya venís instruidos en tema Sandman y Locke & Key, indispensable para vosotros. Incluso recomendable para aquellos que no leen cómics (dioses, ¿cómo se puede vivir así?) pero anhelan la aventura, la emoción, la magia, la tradición, los personajes fascinantes, o cualquiera de los universos de ficción, mundos en los que perderse… ¡Lean este cómic!

Reseña: Superman. Red and Blue, de VVAA

Superman: Red and Blue es una miniserie de seis numeritos que presenta una colección de historias del superhéroe más grande de todos los tiempos. En primer lugar, haciendo referencia a sus icónicos colores rojo y azul. Desde su anuncio, sonaba como un proyecto único y creativo y tenía muchas ganas de sumergirme en él. Pero antes de entrar en el argumento en sí, echemos un vistazo a las portadas. La portada estándar es de Gary Frank y Brad Anderson y la adoro (esta de la izquierda). Es el ejemplo claro de cómo hacer un dibujazo en bitono. Es tan audaz hacerlo así que además mola ver que toda la serie siguió esa misma condición. El detalle está en las áreas que se necesitan, desde el traje de Superman, la ciudad de Metrópolis, hasta el trabajo de líneas en las nubes. Es increíble. De póster. Mi única crítica es que me gustaría ver los contornos de sus calzoncillos y botas, ya que se sienten un poco ahogados por su capa roja brillante. Por poner una pega… Como os decía, Superman: Red and Blue, trata una colección de historias que en este caso, y para bien, ECC Ediciones nos trae a su vez en un buen tomito recopilatorio en tapa dura, de esos que te llevas bajo el brazo a la piscina y disfrutas entre baño y baño. Abordemos cada una de las historias individualmente…

La primera denominada Sin título, está escrita por John Ridley, con arte de Clayton Henry y colores de Jordie Bellaire. Superman se enfrenta al único hombre que lo ha hecho sentir vulnerable e impotente en su vida, mientras se dirige a Lubania para hacer una entrevista de alto perfil con uno de sus hombres más ricos. Esta historia destaca una de mis cosas favoritas de Superman, su generosidad a la hora de dar segundas oportunidades. Este sujeto le ha hecho cosas indescriptibles a Superman y a muchos otros, y Superman tiene la oportunidad de vengarse de él de varias maneras. Pero elige no hacerlo. Rebosa bondad esta historia, no venganza como la mayoría de las tramas yankis.

La segunda historia es La medida de la esperanza, escrita por Brandon Easton, con arte de Steve Lieber y colores de Ron Chan. Alguien que admira a Superman le envía una gran cantidad de cartas para pedirle ayuda y orientación, pero cuando Superman llega a leerlas, ya es demasiado tarde. Esta es una historia de Superman tan inusual de leer, en primer lugar porque presenta temas que normalmente no esperaríamos ver en un cómic de Superman. Increíblemente realista y caricaturesca al mismo tiempo.

La tercera es El chico que salvó a Superman, escrita e ilustrada por Wes Craig. Superman está luchando para enfrentarse a un monstruo en Metrópolis y las cosas no pintan bien. De repente, a pesar de las probabilidades y el entorno, un extraño pone su fe en Superman para restaurar su poder después de no querer enfrentarse al mismo destino dos veces. Esta historia realmente puso una sonrisa en mi cara, es hermosa. Me encanta cómo Wes Craig usa el azul en situaciones más tranquilas y el rojo cuando hay peligro. Cosa que realmente suma a lo que está en juego en la trama.

Le sigue Colores humanos, de Dan Watters e ilustrada por Dani. Nuestro planeta es visitado por un Diablillo de la Quinta Dimensión (no, no es el Sr. Mxyzptlk) que le drena su color e incluso los habitantes de la Tierra no pueden recordar de qué color es. Sintiéndose mal por el robo, Imp le devuelve los colores a Superman en una caja y le da la decisión de devolverlos al mundo o no. Me gustó mucho esta historia porque se brinda por la CF mezclada con el humor, que para mí es la mejor mezcla de géneros que existe. A veces, las historias simples son las mejores.

La quinta se titula La escuela de los chistes malos, escrita por Marguerite Bennett, con ilustraciones de Jill Thompson. Un joven Clark Kent se embarca en su primer día de escuela en Primaria y está nervioso por si puede hacer amigos o no. Adorable. Me encanta ver a un joven Clark aprender todos sus sentimientos y rasgos de personalidad de sus padres adoptivos.

Y 25 historias más.

Cada una de su padre y de su madre. Y en un gran porcentaje, inolvidables. En este volumen asistimos a una antología de relatos que se ambientan en diferentes épocas de su vida e incluso alguno protagonizado por una variante suya, como Val-Zod, el Hombre de Acero de Tierra 2. Siguiendo la estela de Batman: Black and White, este volumen cuenta con historias realizadas por los mejores autores del cómic estadounidense. Superman: Red and Blue, se recomienda solo.

Reseña: Cadenas Invisibles, de Michelle Renee Lane

Una historia emocional profunda llena de dolor, magia y resistencia. Cadenas Invisibles es una historia sobre el espíritu humano, cómo soporta la peor tortura y se niega a rendirse. Por favor, por favor, leer este libro porque os va a dejar anonadados como me he quedado yo. ¿La atracción? Como amante eterno del género de Terror yo es que veo cualquier referencia al Premio Bram Stoker (máximo exponente mundial del género) y ya siento que quiero leer esa/dicha historia. Me he llevado poquísimas decepciones cuando me he tirado de cabeza a la piscina por esto. Cadenas Invisibles es una historia deslumbrante e inquietante de Jacqueline, donde una joven esclava criolla busca libertad. Ambientada en la Nueva Orleans anterior a la guerra, la magia y el misterio se entreteje una trama que absorbe y te introduce de lleno en la cultura Deep´s South (la América profunda y sureña) donde por encima de todo se crea un mundo de historias realistas listas para engullir al lector más insensato.

Cada frase de esta historia impulsa la trama, creando una experiencia intensa e inolvidable.

Como os decía, Jacqueline es una joven esclava criolla en la Nueva Orleans anterior a la guerra. De pronto, un extraño que ha perseguido sus sueños desde la infancia viene a quedarse como invitado en la casa de su amo. Poco después de su llegada, los miembros de la familia mueren misteriosamente y Jacqueline es sospechosa de asesinato. A pesar de su miedo al extraño, Jacqueline se hace amiga de él y este la ayuda a escapar. Mientras huyen de los cazadores de esclavos, se encuentran con magos, un loup-garou (hombre lobo) y un circo ambulante de monstruos sobrenaturales. Ella confía en la magia ancestral para ser guiada y encuentra la fuerza allí para vencer sus miedo pero este viaje que se abre a su paso jamás será olvidado, ni por ella, ni por vosotros como lectores.

Jacqueline desea la libertad, pero como esclava, esos sueños no solo son irreales, sino peligrosos. Su madre le enseñó hechizos pero no los suicientes para protegerse de todo lo que le va a ocurrir. Y es ese misterioso y apuesto invitado, va a convertir su vida en una explosión de ensoñaciones que parecen llevarle por buen camino a ese deseo de libertad que Jacqueline tiene…

El poder del extraño sobre Jacqueline trasciende la página. Una complicada relación que se desarrolla lenta y fluidamente hasta el agonizante clímax final donde se revela su verdadera personalidad. No hay papeles pequeños en esta historia. Aunque los monstruos ayudan a Jacqueline, ella está siempre constantemente amenazada. Incluso por amor. Esto incluye esclavos, monstruos, mestizos, judíos españoles, inmigrantes irlandeses, artistas de circo, gitanos, videntes y parejas en relaciones interraciales. Las personas que son consideradas diferentes por la sociedad blanca en general son impotentes y solo pueden sobrevivir apaciguando e imitando a sus opresores o usando poderes mágicos o sobrenaturales.

Cadenas Invisibles (Invisible Chains) fue nominada al Premio Bram Stoker 2019 en la categoría de Mejor Primera Novela. Una primera obra de Michelle Renee Lane, una novela a tener muy en cuenta.

Reseña: Blanco Alrededor, de Wilfrid Lupano y Stéphane Fert

Blanco Alrededor se publicó originariamente el 15 de enero de 2021. Es decir, exactamente nueve días después de la invasión del Capitolio por fanáticos y majaderos trumpistas de mi querida USA. Inquietantemente, una escena de este álbum donde los habitantes de Canterbury (más precisamente los hombres, por supuesto) invaden la escuela de niñas en medio de la noche para sembrar el caos y el terror… Es un tema que extrañamente se parece muy mucho al atentado de aquellos acontecimientos en Washington. A lo que voy es, que con la lectura de Blanco Alrededor, el lector se  dará cuenta que, en última instancia, muy poco han cambiado las cosas desde el siglo XIX en un país que grita a los cuatro vientos máximas de libertad y lugar ideal para cumplir sueños… Anhelos que vemos claramente que no tienen ningún sentido. A Estados Unidos le cuesta mucho abandonar el absurdo e ilusorio mito de una nación dominada por los wasp (protestantes anglosajones blancos).

Lucha racial por los Derechos de las Mujeres Negras en el Siglo XIX. Así se presenta este nuevo álbum de Lupano que publica Norma Editorial. Imaginaos. Si ya era dificil tratar el tema del racismo, encima, ahora centrado en las pobres féminas negras. Y todo a raíz de lo que os decía: En una pequeña ciudad de Connecticut, una joven negra llega a una escuela para niñas. Para la buena sociedad decimonónica de Canterbury, la pequeña Sarah es la personificación del descaro de querer ascender por encima de su condición. Como si la alfabetización de la población negra fuera una amenaza… Es entonces cuando Prudence Crandall, la profesora, se convierte en el blanco del recelo de toda la comunidad. Y una hostilidad racial desbocada se estrecha cada vez más a su alrededor…

Lupano y Fert se han unido para presentarnos este trozo de la historia estadounidense, no el más glorioso ni tampoco el más conocido, pero que en cierto modo anticipó la abolición de la esclavitud algunas décadas antes. Después de haber diseñado juntos una tira cómica juvenil, los dos autores volvieron al mundo del cómic europeo para poner los puntos sobre las íes en temas tan delicados como éste. Un tandem que tiene la costumbre de contar historias con personajes siempre en busca de la LIBERTAD. Morgane y Ronces, heroínas de los dos cuentos de Fert (Morgane y Peau de Mille Bêtes), eran dos mujeres que luchaban por su independencia en un mundo dominado por hombres. Pero con Lupano, a menudo encontramos en muchos de sus héroes un deseo de desafiar los poderes autoritarios y las injusticias.

Blanco Alrededor es una fusión de esas dos inquietudes.

Lupano nos proporciona una narración fluida, si bien es cierto que la historia no es muy complicada. Además, inspirada en hechos reales. Sin embargo, uno puede imaginar fácilmente que el guionista de Los Viejos Hornos, tuvo que integrar algunos elementos de ficción para darle vida a Blanco Alrededor. Y me refiero a dos personajes muy llamativos, en particular, que aparecen en la historia y que rápidamente os daréis cuenta de quiénes son. No obstante, a diferencia de la directora y sus huéspedes. que representan puntos de vista radicalmente opuestos, este joven salvaje negro llamado «Salvaje», un provocador algo alfabetizado que aboga por el regreso a la normalidad con la rebelión de los esclavos… A mí me encantó.

Al elegir colaborar con Lupano para esta obra, Stéphane Fert puso en suspenso sus magníficos cuentos de hadas, la fantasía, un género con el que también sabe enamorar. Sin embargo, en Blanco Alrededor, de algún modo, recurre a ello; el bosque, la brujería y las misas negras, sin querer hacer un mal juego de palabras, es un maestro ilustrando todas esas cositas que también aparecen en este álbum de temática política.

Una vez más, Lupano y Fert haciéndonos vibrar con una trama digna de los Óscars.

Reseña: Star Trek. Khan, de Mike Johnson, David Messina y Claudia Balboni

Un cómic que es precuela al film Star trek: En la Oscuridad ya es decir mucho. No conozco a nadie -y digo nadie- que no les gustara esa peli en su momento. Pero aquí un cómic que narra el proceso judicial realizado a Khan después de ser capturado, y en el proceso, se aprovecha para contar su vida, infancia y todo lleva a la película que os comentaba antes, que fue un éxito total en taquilla. No obstante, y curiosamente, cierta parte del fandom más purista, comentó que fue un completo fracaso con docenas de inconsistencias y lagunas en la trama (hablo de la peli), especialmente cuando un actor británico, Benedict Cumberbatch, asumió el papel de Khan Noonien Singh.

Debo admitir que me vi recientemente Star trek: En la Oscuridad para acometer esta lectura. Sí, sé que debiera ser al revés pero lo hice así. Y lo hice con ganas. Porque insisto en que a mí me encanta esa peli y eso que vuelvo a repetir en una reseña que no soy fan acérrimo de la franquicia. Pero me gusta y la disfruto porque la buena ciencia ficción cuando está bien hecha, siempre es disfrutable. Tengo que decir que soy uno de esos que creció viendo Next Generation y Deep Space Nine, sentado con un fan de Star Trek de toda la vida como es mi tito americano. De esas personas que contagian su afán por las cosas que le gustan y por eso no tenía ninguna duda de que quería leer y reseñar este cómic que ahora en nuestro país edita Drakul Editorial.

Star Trek: Khan mola. La apertura de este genial TPB tiene lugar hacia el final de Star Trek: Into Darkness con Khan Noonien Singh siendo juzgado por sus crímenes. Aquí es donde Khan cuenta su historia de origen durante las Guerras Eugenésicas, su tiempo a bordo de la Botany Bay, y por supuesto, los eventos que lo llevaron a la nueva línea de tiempo en la que están. Es realmente interesante comparar esta miniserie con el episodio de la serie original que involucra a Kahn con su película original. Clásica, para que nos entendemos. Y diría que lo que se cuenta aquí es interesante tanto para los nuevos fans como para los antiguos. Por lo que estamos ante un cómic interesante a grandes rasgos que aclara mucho la historia de fondo de Khan para mí.

Aunque es cierto que no me gustó mucho el debate este de explicar el porqué ahora un actor blanco interpretaba a Khan. Benedict puede ser el Khan perfecto y nadie puede decir que no. Tiene esos rasgos exóticos en el rostro que valen para la ocasión. Y no sé si es que Khan es uno de esos personajes de Star Trek que siempre amé y casi todo me vale (Ricardo Montalbán tenía esa presencia tremendamente dramática), que siempre le busco el lado adorable y totalmente creíble al tipo que lo represente. Fue un personaje que causó un impacto fuerte en mí desde la primera vez que lo vi. Y estamos hablando de un personaje que le avala un gran arco argumental en un único episodio de allá por los años 60 del pasado siglo. Y volver a él, tantos años después, me ha encantado. No podría haber estado más emocionado (o nuevamente asustado), ante la idea de que hicieran un nuevo Khan. Y Benedict me pareció un Khan más crudo, maltratado y bien interpretado, ya loco por la venganza que aún ama a su familia por encima de todas las cosas. Lo cual para el personaje es justo lo que necesito.

Y aquí se ve.

Disponible en librerías. Un buen cómic. Con escritura precisa y clara y hasta el arte mola. Es el juicio de Khan, después de las películas, explicando cómo llegó a este punto. Y por qué se ve diferente. Disfruté el cómic desde el principio hasta el final. Retrata traición, dolor y horror. Pero lo más importante es que el cómic no decepciona y no arruina a Khan. Más bien lo magnifíca. Lo que un fan pide.

Reseña: Neonomicon, de Alan Moore y Jacen Burrows

Llega una nueva edición del gran Neonomincon del maestro Alan Moore. Una edición además que contiene las dos miniseries que siguen esta serie de investigaciones al más puro estilo Lovecraft. Pero con el toque Moore que lo hace un poquito-todo especial. Este nuevo tomo que publica Panini Cómics recopila los cuatro numeritos que tuvo la serie Neonomicon pero también incluye los dos de The Courtyard, que con ellos se inicia el volumen y también son partes de la misma historia de Providence, a la que hacen precuela. Estamos ante la versión de Moore del Mito de Cthulhu y después de lo leido me pone ansioso saber que Providence es esa joyita que le sigue, de la que me han hablado maravillas y que aún no he conseguido devorar.

Cuando te metes en la trama tienes muy claro que Neonomicon y The Courtyard, su historia introductoria, son bastante directas en su narrativa y bastante fáciles de seguir. Pero tengo que admitir que esplende y que perciobes que hay un tramón detrás y que pone nervioso y quieres saber más y más. Y lo mejor/peor es que con cada página parece que todo está a punto de explotar. Y no explota. Y te mantiene en tensión cada paso del agente federal Aldo Sax cuando se infiltra en las profundidades de los barrios bajos para encontrar una droga misteriosa llamada Aklo, cuando queda atrapado en una red de locura lovecraftiana con un tal Johnny Carcosa en el punto de mira… Entonces Aldo Sax se encuentra con horrores cósmicos y voltea su mierda de tal forma que incluso su caso puede llegar a ser creíble. Y esto me encantó. Moore haciendo un esfuerzo grandísimo por contar una historia de forma que parezca real o que, de algún modo, podría haber ocurrido realmente. Además, mola mucho como Moore siembra los guiones de cantidad de referencias lovecraftianas, como La Sombra sobre Innsmouth, El horror de Red Hook, Zothique (que en realidad es del maestro Clark Ashton Smith) y ese investigador famoso que es Randolph Carter y que aquí resulta ser la voz cantante de un grupito de rock llamado Los Gatos de Ulthar (también referencia un relato de Lovecraft).

Y después en Neonomicon nos vamos de visita al sanatorio, con los agentes Lamper y Brears continuando donde Aldo Sax lo dejó.

Y ya la serie se vuelve definitivamente no apta para aprensivos.

Alan Moore es el primero en decirte que cada vez que leas sus historias, especialmente, si ha pasado una buena cantidad de tiempo, vuelvas a ellas porque encontrarás cositas nuevas que anteriormente pasaste por alto. Obtendrás historias de una manera diferente, bajo una nueva luz, en un mejor entendimiento. Se tira ese pegote de los gordos (otro más) pero lo peor de todo es que el cabrón tiene razón. Y un amigo mío, hablando hace poco del tema, añadió que, sin importar el orden en que hayas leído estas historias enlazadas, si lees una de ellas, no puedes (por todos los dioses no lo hagas), debes leer las tres para apreciarlas como una al completo.

Como un todo. Y es que probablemente así fueron escritas.

El FBI y lo paranormal mezclado siempre mola. Y Moore no duda en señalar que Neonomicon y The Courtyard se inspiraron en El silencio de los corderos para algunas escenas. Y supongo que mencionar Expediente X sería demasiado obvio. Pero insisto, lo que está claro es que el FBI y lo paranormal son una gran combinación narrativa que funciona tan bien como el pan y la mantequilla o el tomate y el jamón. Y lo único que puedo asegurar es que, estos tres agentes especiales no serán los mismos después de todo lo vivido aquí.