Reseña: Demon, de Jack Kirby

Una de las grandes series clásicas que nos faltaba por llegar en formato recopilado, a buen precio, en un integral llevadero de los que se pueden leer en cualquier sitio; es Demon, del dios y maestro del noveno arte Jack Kirby. La serie que vio nacer a Etrigan, el Demonio y su anfitrión, cuerpo y recipiente humano llamado Jason Blood. Una serie de 16 números que llegó tras el éxito de Jack Kirby con su Cuarto Mundo (otra serie genial en similares tomos que ECC Ediciones recopiló y que son una maravilla).

De todos los trabajos de Jack Kirby en DC de los 70s, creo que Demon es mi favorito sin ninguna duda. Kirby juntando Fantasía y Terror en un mismo personaje, no me iba a defraudar. Sus libros del Cuarto Mundo rebosaban Ciencia Ficción y ambición. Y quizás sirven como enseñanza para mostrar su trabjo más destacado, influyente y de mayor duración. Pero sinceramente, no hay que rebuscar demasiado para encontrar un defensor del trabajo del autor y artista de O.M.A.C. o Kamandi. Y es que, si bien me gusta todo el trabajo de Kirby en DC, disfruto de la energía cruda y el gran volumen de ideas que aporta en cada uno de sus titulos, pero en especial, en The Demon. Debió tener una mente prodigiosa que lo atosigaba con constantes ideas, y de esos conceptos, tengo debilidad por la serie que reseño hoy. Aunque solo sea porque es un ejemplo deliciosamente extravagante de Kirby; múltiples intereses que rebotan entre sí y arquetipos familiares para crear algo que a menudo es bastante difícil de precisar. La serie que este mes publica ECC Ediciones en este volumen fue quizás la más exitosa de las creaciones para el autor fuera del Cuarto Mundo. Durante algún tiempo estuvo burbujeando bajo el radar, en gran parte debido a su uso por Alan Moore, en La Cosa del Pantano. Un personaje que no mucho después tuvo varios intentos de alzamiento por parte de autores de calidad como Alan Grant, Garth Ennis…, no obstante, la enorme esencia, el poderío grato del personaje, sólo la vais a encontrar en la premisa maravillosamente elástica del maestro Jack Kirby.

De hecho, lo que se debate con Etrigan os resultará familiar a los fans de las historias de Fantasía o de Terror de toda la vida. La noción de dos mentes rivales compitiendo por la posesión de un cuerpo, es un tema literario bastante común, quizás expresado con mayor éxito y popularidad en El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Pero Kirby ya había explorado este tema antes. Lo hizo con su trabajo con Stan Lee en The Mighty Thor, con The Demon como compañero espiritual de Hulk. Aunque al parecer, solo a Kirby le enamoraba este diseño. Bien, pues hay algunos ecos de ese ícono que se pueden encontrar en esta serie que vio la luz en DC en la bonita década en la que uno vino a este mundo por primera vez. El demonio parece ser algo que Jason Blood teme, al igual que Bruce Banner temía a su alter ego masivo. En un momento, Blood se queja: ¡Volvió a pasar, Randu! ¡El cambio se produjo sin previo aviso! Al igual que Banner y Hulk, se insinúa que existe cierta ambigüedad sobre cómo el dúo podría influirse entre sí, incluso de forma inconsciente. Etrigan sugiere que Blood ejerce cierta influencia sobre sus acciones, observando: ¡Qué detiene mi mano de tu garganta! Está claro que Jason y el demonio no se limitan a intercambiar lugares, sino que se sienten uno dentro del otro como un conjunto de muñecos anidados. Y con este lío interior, vamos viviendo aventuras con el personaje por los diferentes lugares de Camelot.

Mas, Etrigan es mucho menos icónico que Hulk pero más divertido. De una manera deliciosamente espeluznante y desconcertante, sí, pero es un pequeño monstruo maníaco que existe únicamente para causar travesuras: nunca dice no a una buena batalla, le gusta crear líos entre seres humanos y pasa un buen rato al hacerlo… Un demonio en toda regla. ¿Qué monstruoso truco le habéis jugado a Mord?, demanda un aspirante a asesino, lo que provoca que Demon responda: ¡JAJAJA! ¡Truco por truco! ¡Matar por matar! ¡Bebe vino amargo y basura demoníaca! Muerto estabas, muerto estarás, ¡y todo porque peleaste conmigo! ¡JAJAJA!

¿Cómo no amar a un sociópata rítmico y sobrenatural?

Un personaje fascinantemente loco, y en el mejor de los casos, más un comodín malvado que un aliado. Hay una sensación en los primeros números de que el demonio existe como una especie de «opción nuclear» mística. Durante una aventura, el demonio llega demasiado tarde para enfrentarse a su enemigo. En cambio, la criatura encuentra un cuerpo colgante, ,pero no hay compasión ni simpatía en el demonio. Solo tiene una preocupación: ¿Por qué ya no tengo adversario? El Mal en sí mismo que números posteriores se suaviza algo con un Demon apareciendo más como una herramienta de Jason, y peleando las batallas del ocultista por él.

Aun así, dioses, cómo he disfrutado de estas 384 págs. de magia, sangre densamente derramada, noches de demonios, estilo artístico, el espíritu incorpóreo de la malvada bruja Galatea tomando el control de una estatua hecha a su imagen y semejanza; dieciséis números que presentan aperturas dinámicas con el demonio en acción, incluso si no hay una razón o contexto real. Flashbacks y sueños de Jack Kirby que son diamantes en bruto.

Reseña: La Era de la Supernova, de Cixin Liu

Empezar el día con Ciencia Ficción de buena calidad y actual, casi que lo recomiendan los médicos. Pero empezar la semana con un buen libro…, ya es cosita maravillosita (dedito índice girando hacia arriba). En la extensa trilogía El Recuerdo del Pasado de la Tierra (Remembrance of Earth’s Past), de Cixin Liu, ganadora del Premio Hugo, el aclamado autor chino elaboró un juego mental multidimensional que era lo suficientemente complejo como para asombrar incluso al lector de CF más astuto. Pero su última novela, La Era de la Supernova, que acaba de ser publicada por mi amado sello Nova de Ediciones B, (mejor lugar para encontrar CF Ever); su última novela, en realidad, fue escrita años antes de la trilogía que le ha dado la fama mundial que merecía. Y obviamente, en consecuencia, es mucho menos ambiciosa en proporción.

La Era de la Supernova, en lugar de abordar la astrofísica y la metafísica del Cosmos, esta novela independiente enfoca un escenario socio-político que se desencadena por una premisa simple pero aterradora: una estrella cercana pero previamente oculta se convierte en Supernova, y la radiación desencadenada matará a la humanidad a lo largo de una Era. Bueno, no a toda la humanidad, sólo a los mayores 13 de años pues sus cromosomas quedarán dañados. Así que la esperanza de la Tierra son los niños, ellos permanecerán y dependerá de ellos recoger el conocimiento, las herramientas que le proporcionen los adultos para reconstruir la civilización. Siempre que sean capaces de sobrevivir en óptimas condiciones, y lo más importante, si es que quieren…

Cixin Liu comenzó a escribir La Era de la Supernova poco después del levantamiento político en la Plaza Tiananmen, en la Beijing de 1989. La trama está impregnada de esa sensación de calamidad, tragedia y rápido cambio social. Liu presenta además la ciencia tras la presunción, de manera clara pero concisa. Como si quisiera sacarla del camino antes de que su inverosimilitud se hunda demasiado. Y funciona. Porque la física de este fenómeno apocalíptico no es el foco de la historia. En lugar de la CF rigurosa y dura de la Trilogía del Recuerdo, La Era de la Supernova es más una historia de personajes. Hay cantidad de ellos, en su mayoría pertenecientes a una especie de Escuela Secundaria de Beijing. Principalmente, todo gira en torno a un niño llamado Huahua que se encuentra en el centro de los sucesos más trascendentales. Sin sentir esa presión que recae en ellos para reconstruir el mundo, Huahua no solo quiere una funcionalidad anterior, desea que la superemos en términos de moral. Por eso, esta novela súper gustosa de leer abarca la sátira social, delineando absurdamente un futuro en el que la civilización vuelve a sus inicios, a la infancia, a una época feliz y civilizada, dejando atrás el suelo muerto, hemos vuelto a la libertad de los árboles, nos hemos quitado las ropas de la hipocresía y lujosos abrigos de plumas. Si esto suena a como si Ursula K. Le Guin hubiese reescrito El Señor de las Moscas, es porque se puede entender así. Y es un halago.

Se le puede achacar una dependencia excesiva de la narración omnisciente, que con demasiada frecuencia conduce a resúmenes y a una distancia que enfría. Pero el autor chino construye algo que mola: una serie de luchas sucesivamente alarmantes para que Huahua y su generación las superen, más allá del trauma profundo de quedarse huérfano y quedarse solo en un mundo sin adultos, sin su saber hacer y sin su disciplina. Es curioso ver lo que ocurre al principio, como los niños sucumben al alcoholismo desenfrenado y escenifican juegos olímpicos, incluso cuando asumen los roles de presidentes en su intento de enderezar el barco que se hunde. Pero ese entorno apocalíptico, el entorno celeste como telón de fondo, es un recordatorio constante: el cielo ha sido alterado para siempre por la Supernova, es como un ojo constante que les mira como el de unos padres molestos, para que de una vez por todas vean la vida bajo una luz radicalmente diferente si quieren perseverar.

La Era de la Supernova es una predicación, una parábola, su historia brilla con una atemporalidad absorbente, gracias en gran parte a la traducción que hace del chino, suave pero enérgica, Javier Altayó. Una historia satisfactoria y menos frustrante de llevar para el lector medio, que la Trilogía del Recuerdo. Le falta el alcance intergaláctico puro, sí, pero aquí se compensa con unos personajes atractivos y un tono contemplativo que proporciona una visión vital de uno de los actuales maestros del género.

En La Era de la Supernova, “los niños son el futuro”, se convierte en algo más que un cliché.

Reseña: S.H.I.E.L.D. (Integral), de Jonathan Hickman, Dustin Weaver y VVAA

El magistral título en Marvel de Jonathan Hickman y Dustin Weaver, S.H.I.E.L.D. llegó como Integral por fin a nuestro país. Un Ómnibus más bien, que muchos esperábamos para poder sumergirnos en una trama que ha dado bastante que hablar al otro lado del charco. La historia comenzó, en 2010 y se relanzó en 2011, en un momento en que Hickman y Weaver tenían un futuro brillante en la editorial y menos material en desarrollo. Cuando la publicación se volvió más esporádica, la reputación de la serie se vio afectada por cierta temática que después comentaré, pero al igual que casi todos los cómics escritos por Jonathan Hickman, juntar las piezas narrativas para discernir la trama con el esperado número final, hace fácil que haga ¡Click! tú cerebro y entonces asientas diciendo palabrotas en voz baja del estilo: Joo-deeeeeerrrr…

Y es que obtener una historia que haga preguntas y desafíe al lector es exactamente lo que los fans deben esperar de S.H.I.E.L.D. Una obra que por cierto contiene unos fantásticos cliffhangers e ideas dibujadas por el increíble talento del noveno arte, Dustin Weaver. Es interesante ver dónde Hickman comienza a insertar su punto de vista de la historia en los personajes y cómo en este volumen vais a decubrir bastantes aspectos de la historia, especialmente con los momentos finales de esos personajes. La combinación de guión, orígenes sobrenaturales y superhéroes…, creo que es la primera vez que he visto este desarrollo en un cómic. Al menos, tan bien elaborado. Tened en cuenta además, que lo que se cuenta en S.H.I.E.L.D., ha jugado un papel importante en el Universo Cinematográfico Marvel (UCM).

Hay una extraña estructura no lineal en S.H.I.E.L.D. que se desarrolla (principalmente) en 1953, pero también en un pasado ancestral y en un futuro lejano. La mayor parte de la historia se desarrolla antes de la Edad de Oro de Marvel, esa época de los 60s cuando aparecieron personajes como Spiderman o Los 4 Fantásticos; pero Hickman parece estar enseñándonos un punto filosófico más amplio. Para aquellos que de alguna manera estén familiarizados con el Universo Marvel, ya sea desde su infancia o desde las películas, el concepto de S.H.I.E.L.D. es bastante sencillo: sirven simultáneamente como una fuerza policial mundial, visten de negro, subvencionados por varias potencias mundiales, por lo general, sirven para dar un toque de espionaje a cualquier historia o tramas de superhéroes. Eso sí, también otorgan a los eventos un alcance mayor. Es una función narrativa bastante sencilla: cuando el problema es demasiado grande para que un/a tío/a lo resuelva vestido de spandex simplemente agregamos salsa…, quiero decir, S.H.I.E.L.D y… ¡Qué venga la Caballería! De repente, aumentan las apuestas, el héroe tiene que lidiar con una nueva dinámica y la historia se vuelve más interesante o al menos, dinámica a más no poder. S.H.I.E.L.D. es una organización que ha servido como base de historias y series ocasionales (como la muy querida serie de Nick Furia, que os recomiendo), pero esos son otros temas. Por lo tanto, es absolutamente fascinante ver a Hickman tomar un concepto relativamente simple y expandirlo con tanta libertad. De repente, no solo tratan con artilugios geniales como portaaviones flotantes, sino que también incursionan en la profecía y el misticismo. No son un grupo de trabajo reactivo creado para hacer del mundo un lugar mejor, son una orden masónica que data de antes del nacimiento de Cristo y que lleva artefactos históricos de gran importancia. Es extraño ver dicha institución representada de esa manera, pero es sorprendente lo bien que Hickman nos lo/a encaja.

Da nueva vida a un concepto antiguo. Y sinceramente me sorprendió lo bien llevado que está el humanismo de la «historia secreta» en este gigantesco universo compartido. El Universo Marvel tiende a ser un lugar muy oscuro donde le suceden cosas horribles a la gente buena. Por eso me sorprendió el crudo optimismo de la historia que se lee entrelineas en S.H.I.E.L.D., cuando se nombra a la organización secreta: «No es así como acaba el mundo», declaran los héroes de todas las épocas.

Jonathan Hickman es una estrella en ascenso en Marvel, una supernova que de vez en cuando estalla y crea mundos nuevos a partir de simples rocas espaciales. Su aclamado trabajo en Secret Warriors, Fantastic Four, Ultimate Thor y Ultimate Hawkeye, hizo que quisiera leer esta obraza, tan diferente en todos los sentidos. Muchos vais a flipar. Y más, con un Dustin Weaver que presenta un espectáculo visual conmovedor, un “cuento” que presenta a personas violentamente divididas en varias capas diferentes y contiene meditación sobre psicología. En otras palabras, Hickman le pide mucho a Weaver en este portentoso guión, pero Weaver saca pecho y lo logra con resultados increíbles. Hay pliegos detallados de doble página llenos de extraterrestres, máquinas y páginas obsesionadas con imágenes-espejo -incluso los momentos finales con Howard Stark conectando estas ideas presentan elaboradas ilustraciones de maquinaria cargada de detalles pequeños e insignificantes-, ilustraciones que dan miedo de lo trabajadas que están. Enorme, lo laborioso de esta obra. Y la colorista Sonia Oback agrega elementos finales y remarca una obra llena de talento en todos los sentidos. Un titulazo que, sin duda, debería tener la grandeza de ganarse un buen sitio en la balda de grandes obras apoteósicas de nuestra cómicteca.

No hubo en su día suficientes personas que leyeran o hayan leído S.H.I.E.L.D., pero ahora que el ciclo está completo, la recomendación es muy alta. Pocos títulos tienen este nivel de ambición y esta cantidad de artesanía en todas y cada una de sus páginas. En vosotros está comprobarlo.

Reseña: El Verdugo, de Mathieu Gabella y Julien Carette

Él es la Mano de Dios en la Tierra.

Si lo decide así, les dará la última hora a sus víctimas…

Mathieu Gabella regresa con una historia fantástica en un Paris oscuro y medieval, algo más que evocador. Esta vez se trata de un verdugo que cultiva su singularidad como un sacerdocio, casi una penitencia, un trabajo. Una vez cerrada la idea, surge un paralelismo con el Roy des Ribauds (una obra maravillosa de Ronan Toulhoat y Vicent Brugeas), por la forma y algunas subtramas por la sustancia. En la forma, el París con ganas de auge y potencia de una ciudad emergente de comercio y desesperación; más que una introducción, tenemos un enorme decorado. Pero mola que, al que todos llaman El Verdugo aparezca como un superhéroe, un todo-lo-puede que también tiene su propia debilidad. Y, por supuesto, mantiene su identidad en secreto para la ocasión. Más cerca de Batman que de Superman, comparte con sus homólogos estadounidenses la imperiosa necesidad de tener una misión digna de su dimensión demiúrgica y luchar contra una némesis que le atosiga. Sin embargo, el guionista de La Licorne quiere marcar la diferencia y hace evolucionar a sus protagonistas en un París medieval y no en medio de una megalópolis moderna. Además, con el paso de la trama, los personajes maduran y redondea el conjunto dotándolo al final de libre albedrío. Es decir, un final donde puede pasar de todo. Y eso mola.

El Verdugo es uno de los integrales más recientes que Norma Editorial edita. Una obra de la siempre genial BD, que recopila los tres álbumes que vieron la luz en Editions Delcourt en 2016, 2017 y 2018. Tan solo dos añitos después nos llega esta chula obra que uno asocia rápidamente a un Jorobado de Notre Dame malévolo que rompe sitio y se lanza a la calle a hacer el Mal. Pero tampoco es eso. Como se advierte en la sinopsis, se trata de un Don que se adquiere si se hace voto de soledad. No nos convertimos en superhéroes, sino en súper verdugos indestructibles para llevar a cabo una justicia despiadada contra los criminales o gente que se ha salido del camino correcto. Darles caña a los notables que han adoptado tolerancia cero incluso con niños. ¿Quién no querría una ocupación así?

El primer álbum, ¿Justicia Divina?, dista mucho de ser perfecto pero sinceramente tenéis que seguir. Por que un poco más adelante tiene unas cualidades innegables que nos hacen querer seguir la lucha de este verdugo contra ese bufón que también es capaz de hacer magia y que salva a una pequeña víctima de su justicia divina e implacable. Así llegamos a Mascaradas que ya sí es un buen álbum que engancha de todas-todas a la serie. Donde un bufón se eleva sobre la ciudad desde lo alto de un campanario, la luna se cierne sobre él, no, esta no es una nueva aventura del Joker contra Batman, pero sí que hay dos seres poderosos enfrentados en lo más alto de una París medieval. Mathieu Gabella aquí saca lo mejor de sí mismo y confecciona un escenario que relanza lo contado en el primer álbum. Como dicen los galos, una historia cosida con hilo blanco. La segunda parte de una obra donde tras una serie de encuentros y desencuentros ya se presagia un desenlace oscuro y sorprendente.

El tríptico llega a su fin con La Fiesta de los Inocentes. Un escenario que sorprende con el dibujo de Carette haciendo mella en nuestros ojos. Cantidad de detalles muy guapos. Pero aquí llegas con la intriga de querer conocer urgentemente el destino final (¿trágico?) de El Verdugo: Su nombre hizo temblar París y resonó en todo el reino… Pero apareció el Bufón y su mundo se derrumbó. Peor aún, descubrió que otros habían desarrollado el Don…. Sin embargo, hay más en el ajo, un grupo creado para matarlos a ambos. Entonces, ¿es el momento de la Sagrada Unión?

La Fiesta de los Inocentes se acerca.

Como os decía antes, El Verdugo es el claro ejemplo de que nunca puedes juzgar una historia por su inicio. Sí, es cierto, un comienzo no tan bueno a día de día en el mundo de las prisas, puede ser letal. Muy pocos dan segundas oportunidades. Pero gracias a Norma Editorial, El Verdugo nos llegó en formato íntegro y así no tienes otra que seguir leyendo, para darte cuenta que la trama se disfruta y ves que quizás, Mathieu Gabella y Julien Carette, podrían ser invitados por DC Cómics a hacer algo con Batman en no mucho tiempo.

Reseña: Superman. Es un Pájaro…, de Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen

No sé ustedes, pero yo necesito leer una historia de Superman cada no mucho. Me increpa saber como un guionista se enfrenta al papel en blanco teniendo que sacar adelante una trama donde el protagonista lo puede todo. Y que quede bien. Por eso, necesito leer historias de Superman. No es sólo divertimento, también es instrucción creativa. Uno de mis métodos. Y funciona. Ya creo que funciona. La cantidad de cosas…, o mejor dicho, de historias originales, que voy encontrando con esta regla. Me lo confirma una vez más Steve T. Seagle, el guionista del cómic It´s a Bird…, Superman; una historia donde demuestra que no se puede reconciliar el mito de ser Superman con la vida cotidiana. Donde sentimos que Superman es el personaje menos identificable jamás creado. Una obra semi-autobiográfica del autor Steven T. Seagle y el artista Teddy Kristiansen.

Es un Pájaro…, es una historia sobre la enfermedad de Huntington de la misma manera que Maus, de Art Spiegelman, trata sobre nazis. El tema forma una parte de la historia, pero en realidad, es un cuento experimental que explora cómo una enfermedad intratable heredada genéticamente afecta al narrador y sus relaciones con familia y otras personas importantes de su vida. Pero un momento, un momento, el cómic nunca ofrece una exposición didáctica sobre la enfermedad, sino que explica cómo el autor ha llegado a conocer esta condición…, a trozos. Por lo que encontramos una trama contada en fragmentos y piezas, evitando una estructura cronológica; ya sabéis, flashbacks, flashforwards, viñetas independientes y un discurso directo que destruye la cuarta pared. Es toda una experiencia leer este cómic. Mientras que Clark Kent, es un hombre blanco, aparentemente un extraño que se esconde tras anteojos, traje y corbata… ¿Quiénes son los verdaderos forasteros? ¿Él o el contable judío que no puede escapar de los estereotipos de su herencia o el tipo afroamericano que es presunto culpable de robo en un porcentaje muy alto gracias a su color de piel? El misterioso hombre blanco de gafas, traje y corbata solo puede soñar con su propio sino, los traerá de fuera hacia dentro y descubrirá esos mundos de mundos que colapsan tantos universos.

Junto con los estilos artísticos dispares empleados por Kristensen, es una experiencia verdaderamente discordante e inquietante para el lector leer Es un Pájaro…, si no sabes antes a lo que te enfrentas. Os daréis cuenta que el narrador procesa abrumadora información y cada viñeta es casi una púa clavada en los dedos de alguien que pasa mano sobre un cactus. Están tan logrados algunos detalles que incluso los bocadillos o globos de historieta imitan los retorcimientos y sacudidas del cuerpo (la “danza” que caracteriza la corea de Huntington).

Steve T. Seagle es un guionista de cómics al que se le ha ofrecido escribir Superman en varias ocasiones. Pero no se atreve a aceptar el trabajo, porque no puede reconciliar su “vulnerabilidad” con la invulnerabilidad de Kal-El. Eso dijo. Y menos cuando su abuela murió de la enfermedad de Huntington en el mismo momento en que él descubría los cómics de Superman. Sufrió un rechazo al ideal del personaje más poderoso de todos los tiempos. No obstante, emergió de la nada para darle un gancho de izquierda a la vida cuando decidió trasladar sus puntos de vista en el cómic It´s a Bird…, Superman. Y lo enseña: en una secuencia impactante (o más bien lo sería si el narrador no fuera Steve), nuestro poderoso héroe ya no es agradable. Se vuelve juicioso, intelectualmente esnob, condescendiente, pesimista, autodestructivo, amargado, furioso y desconfiado. Su rostro está casi indefinidamente cubierto por una máscara escéptica de labios fruncidos y cejas levantadas detrás de unas gafas diminutas de visión estrecha. Su deseo de aislamiento culmina en la creación de una verdadera Fortaleza de la Soledad. Pero la salvación llega en el momento de su propia revelación: por fin puede hablar sobre la enfermedad secreta de su familia, abiertamente con la única persona que no puede responder: su tía.

Desde su aparición, Es un Pájaro… ha entrado legítimamente en el canon de las novelas gráficas más veneradas de todos los tiempos. Lectura que deja poso.

Reseña: Joker. 80 Años del Príncipe Payaso del Crimen, de VVAA

Una celebración mínima de todo lo que se debería hacer con este personaje. El villano por excelencia. El Joker. El malo-malón por todos conocido y que aún a día de hoy sigue asustando por su maldad sin límites. Y no merece menos que una celebración de todo lo que nos han dado todos esos autores que de una forma u otra nos han mostrado sus múltiples caras, sus ilimitados e inteligentes planes, no solo para destruir a Batman, sino a cualquiera que ose hacerle frente. Sin embargo, este catastrófico 2020, cuando varios personajes icónicos de DC Cómics se vuelven octogenarios, apenas se les ha podido rendir homenaje. Quiero decir, con eventos y grandes celebraciones como sólo en USA se sabe hacer por todo lo grande.

Joker: 80 Años del Príncipe Payaso del Crimen es un tomo que muchos de ustedes deberían tener en cuenta como genialidad recopilada. Soy consciente que bastantes de vosotros tendréis aquí y allá algunos de estos one-shots, interludios, lapsus, viñetas e in media res del personaje; no obstante, este es un volumen que invita a la comodidad de poder pegarte un buen homenaje de reunida maldad. O simplemente, una maravillosa idea para regalar a un buen lector de cómic que conozcas. Pues en este título se recogen nada más y nada menos que todas estas maravillas: Batman núms. 1, 37, 73, 159, 163, 251, 321, 429, 451, 614, 17 y 37 USA, The Batman Adventures: Mad Love USA, Batman: Dark Detective núm. 1 USA, Batman: Harley Quinn núm. 1 USA, Batman: The Killing Joke USA, Batman: Legends of the Dark Knight núm. 50 USA, Batman: The Long Halloween núm. 3 USA, The Brave and the Bold núm. 11 USA1, The Dark Knight III: The Master Race núm. 1 USA, DC Nation núm. 2USA, Detective Comics núms. 62, 168, 475, 476, 826, 1 y 1000 USA, Gotham Central núm. 15 USA, Harley Quinn núm. 11 USA, Joker: Last Laugh núm. 6 USA; es decir, apariciones estelares, escenas para el recuerdo y otras muchas viñetas destacables donde el Príncipe Payaso del Crimen lo borda.

Empezando con un acercamiento/introducción de apenas dos páginas de Dan Didio, que con poco dice mucho, nos topamos con la primera aparición del Joker en el número #1 de Batman; Bill Finger y Bob Kane, creadores del orejas picudas en estado puro, un cómic remasterizado y tan bien cuadrado que parece actual. Donde ya el Mal personificado hace aparición. Fueron principios curiosos. Podrás comprobar que a lo largo de los tres cuartos de siglo de historia (+5) tanto Batman como su eterno enemigo, han sido reinventados varias veces. Desde lo arenoso hasta lo cursi, y de nuevo llevado a la inquietante oscuridad. Además, estos primeros cómics que encuentras, lo que sorprende es lo grotesco de la narración. Eso no quiere decir que las historias en sí mismas sean feas, pero los personajes y sus maquinaciones se desvían descaradamente hacia lo retorcido y lo perverso. Y eso, a día de hoy, MOLA. Especialmente cuando el Joker esta detrás. Bill Finger y Bob Kane dan a luz no solo al mayor enemigo de Batman, sino también a una de las interacciones más duraderas de un personaje. A pesar de algunos desvíos tangenciales a lo largo de la década de 1960, las interpretaciones más cautivadoras e inquietantes del Joker las vais a encontrar en este Joker: 80 Años del Príncipe Payaso del Crimen.

Lo que siempre me ha molado del Joker es que vemos que las acciones del villano más peligroso de DC tienen consecuencias reales. Vemos que la gente realmente ha sufrido y se ha hecho daño, a menudo, sin posibilidad de reponerse. La vida misma. Nada de malos-malutos de tebeo (sí, en tono despectivo e infantil); al conocer al Joker, tenemos la oportunidad de odiarlo de verdad por la pérdida y destrucción de la inocencia en el mundo. Lo vemos descrito como una figura de miedo, dejando ruina tras él, y esta es la versión del personaje que creo que necesitamos ver más. La versión con la que comenzaron sus creadores. Por que ver el Mal absoluto con desdén no debe inspirar, pero sí debe darnos información de cómo prevenirlo. ¿Qué todo al final es una broma? ¿Una broma pesada de esas que duelen tanto o más que cualquier acto vil? El Joker es un personaje tan odiado/querido, que normalmente cuando tiene algo que ver en cualquier trama, deja al lector impresionado. Y no solo es un personaje que esplende al leerlo, dentro del Universo DC hay unos cuantos que idolatran al terrorista y asesino de pelo verde como a una estrella del rock. Ese reflejo me encanta porque es demasiado aterrador y por que es REAL. Fanáticos como esos existen. Los que quieren ver el mundo arder.

La interpretación icónica de Heath Ledger del Joker la tenemos grabado a fuego los fans de Batman, pero es que es un personaje tan variado, tan potente, que llega Joaquín Phoenix en el último film de Todd Phillips y lo borda igualmente. Un personaje tan «interpretable» que a poco que un ser humano se mete en su piel y sepa lo que es vivir sin cordura, lo borda. Y otra cosa que me encanta y que he podido leer entre lineas en este volumen, es que es fácil para Batman imaginar un mundo sin el Joker, pero Joker imaginando un mundo sin Batman lo deja abatido y molesto. Es interesante y también refleja muy bien ese lado dependiente del Mal que tiene el ser humano. Y el que no lo quiera ver así, es que no se conoce a sí mismo…

Es bueno probar y probar un personaje para ver cómo reaccionas con él. Por parte de tan variada selección de guionistas te lo pondrán en mil y una situaciones: la idea de un Joker «heroico», la historia que inspiró la escena del interrogatorio en la película El Caballero Oscuro, de Christopher Nolan, ¿Sobre qué tiene pesadillas una pesadilla?, un episodio con guion de Bill Finger, cocreador de Batman, que jamás se había recopilado en tomo hasta ahora, historias donde vemos cómo se maneja en momentos de vulnerabilidad, sus aventuras, luchando contra Batman, colaborando con Harley Quinn y sembrando el caos en Gotham City; la sorpresa, la sensación de que nunca podemos obtener una lectura completa del personaje. Reflexiones y auténticas clases de historia en torno al increíble pasado del Joker impartidas por leyendas del cómic como Paul Dini, Scott Snyder, Jeph Loeb, Dan DiDio y Steve Englehart, por no mencionar al periodista de sucesos Billy Jensen o al venerado actor Mark Hamill…, tal como avanza la sinopsis editorial.

¿Conclusión? Sentimos su presencia y su influencia. Está aquí, con nosotros, es un personaje que podría ser tu jefe, un amigo al que ves hacer gestos raros o el vecino de al lado. El Joker es un personaje muy cercano. Y tener sus mejores actos, escenas y apariciones cerca, alenta.  Ya sabéis, cuanto más cerca de la boca del lobo, mejor.

Este volumen es un indispensable.

Reseña: Planetes (Edición Integral), de Makoto Yukimura

La Ciencia Ficción también es ese valle amplio donde el Manga también se las trae. Y es que quizás es mejor preguntarse cuál de los géneros es el único en el que el Manga no tiene una obra buena. Casi con cualquier tema dentro de esos mismos géneros. Obras que con un mínimo que te pongas, atraen, títulos la mayoría con un hilo conductor original. Y con “original” quiero decir diferente, por que los mangas buenos tienen ese toque de originalidad que provoca que quieras leerlo, a poco que te guste el argumento. Me atrajeron principalmente dos cosas de Planetes: esto mismo que os digo, su argumento, su género, y siendo un poco superficial (nunca mejor dicho), su superficie. El volumen en el que Panini Cómics ha condensado toda la obra de forma íntegra. Un tochal de los que hacen historia, un volumen pretencioso que con solo verlo en la estantería de algún lugar, provoca que quieras tenerlo entre tus manos.

Planetes, de Makoto Yukimura, es una historia sobre trabajadores de saneamiento espacial, personas que limpian escombros en órbita y hacen que el Espacio sea seguro para los viajeros espaciales en el año 2070. Sus vidas, cómo llegaron allí y sus sueños para el futuro, es lo que se cuenta. Pero en como todas las buenas historias, eso es la superficie. No es realmente lo principal. Lo atractivo en Planetes se encuentra en una trama de cómo amar a las personas, por imperfectas que sean. Explorar sus propios límites. Me encantó este maravilloso cuento de Ciencia Ficción que lo sentí más con una historia sobre la vida, y lo pequeñitos y curiosos que somos ante la inmensidad del Universo.

Pese al glorioso género en el que nos sumergimos -la CF poderosa por sus escenarios, ambiente e inspiración pura para la imaginación-, Planetes centra su potencial en los personajes. Hachimaki, sueña con unirse a una próxima misión de exploración a Júpiter. Él, como su padre, se preocupa en última instancia por una sola cosa: el Espacio y poco más. La familia y los amigos siguen interfiriendo, pero su inquietud es averiguar su lugar en el Universo. Por otra parte, Yuri, quien aún se está recuperando de la muerte de su esposa por culpa de un accidente en órbita; todavía intenta lidiar ese trauma. Hasta que encuentra interés en… Y finalmente Lee, quien… solo quiere fumar, jajaj. Está bien algo de realidad en los cómics, mangas, libros, pelis; basta ya de tanta censura. Realidad cercana es lo que enganchará al lector. Y yo jamás fumé, eh, nunca me atrajo, pero que el problema está ahí para muchos, es obvio. Y bueno, en realidad, Lee quiere algo más que fumar. Quiere estar con su marido y su hijo, que no la entiende del todo. Pero Lee es una mujer que quiere comprender el porqué de muchas cosas y en consecuencia, también es del tipo que no hace lo que no quiere hacer. ¿Algo aparentemente extraño en una mujer de 34 años?

En el transcurso y avance de Planetes, nos vamos encontrando con más personajes como: Goro y Haruka, los padres de Hachimaki, y quizás el modelo para sus futuras relaciones. Locksmith, que está tan concentrado en su trabajo que se ha olvidado por completo de la humanidad (héroe perfecto para cualquier trama de Ciencia Ficción que se precie). Y Tanabe, el reemplazo de Hachimaki, alguien que le enseña que la vida es algo más que ambición (otro de mis personajes favoritos, probablemente porque me gusta la gente como ella en la vida real). ¡Oh, y no podemos olvidarnos de los gatos! En esta historia, importan de una forma importante esos felinos incapaces de dejarse fotografiar y a los que el ser humano ha sucumbido cual dioses de un universo de otra realidad. Aparecen en Planetes de una manera muy familiar, similar a como se tratan en las obras de Haruki Murakami.

Planetes tiene un potencial enorme. Cuatro tomos recopilados en un sendo integral, que curiosamente apenas pesa. Un manga que provoca que te interese la vida de los trabajadores de saneamiento espacial pues con muy poco terminan convirtiéndose en héroes inesperados por culpa de unos terroristas que amenazan el futuro de la exploración espacial. La infraestructura de contención, de seguridad, el trabajo de efectuarla, al parecer, es algo aburrido de contar. Obviamente, hasta que se desata un problema y nos quedamos sin protección. Entonces, se convierte en algo importante, imprescindible y se pone atención en ese tipo de seguridad y se pregunta todo el mundo como eso no lo controlaba alguien. Es un tema secundario pero importante tras los personajes de este manga. Pues Planetes es una excelente historia-ejemplo de mostrar lo que quiere la gente, muestra la atención de unos pocos pero también la conveniencia y poca solidaridad de otros muchos.

Personajes maravillosos y un mundo futuro realista y algo optimista. Dos preguntas constantes en la frente: ¿Cómo será el cielo cuando ya no sea un lugar al que podamos viajar sin restricciones? Y, ¿cómo amar a alguien que se dedica por completo a su trabajo? Personajes, sus límites, necesidades, crecimiento y cambios. Cosas buenas. Creo.

Reseña: Strangers Things. Especial Halloween, de Michael Moreci, Todor Hristov, Chris O´Halloran y Nate Piekos

Pase lo que pase ahí fuera y sea el año que sea, estamos en la época más espeluznante del año. Y, ¿qué mejor manera de anunciar la inminente llegada de Halloween que con una historia espeluznante de los niños de Stranger Things? Aún nada de lo contado en las series de televisión ha tenido lugar, lo que se cuenta en el Strangers Things: Especial Halloween ocurre seis días antes de los acontecimientos con el Demogorgon. Es la noche de Halloween en Hawkins, Indiana, y Will, Mike, Lucas y Dustin se disponen a pasar la noche más terrorífica del año contando historias de Terror en el Castillo Byers. Contar historias de miedo. Así que ha llegado el momento de revelar el secreto mejor guardado del pueblo. Es hora de hablar del Devorador de Niños de Hawkins.

Dark Horse Comics en USA y Norma Editorial en nuestro país, siguen publicando estos one-shots del grupito de niños más famosos del momento. Este Especial Halloween es un cómic ligero, escrito por Michael Moreci, un cómic que presenta ilustraciones muy logradas de Todor Hristov, colores de Chris y rotulación de Chris O’Halloran. Ah, y una genial portada del siempre interesante en Twitter, Francesco Francavilla. Y es que siempre me pareció irónico que, dada la naturaleza de la serie, la 1ª Temporada de Stranger Things se saltara directamente Halloween y comenzara una semana después. Ya sé que la 2ªT sí que es en Halloween y que probablemente estaba ya todo pensado a futuro. Pero cuando aquello pasó ante mis ojos (o cuando ves la 1ªT por primera vez y sabes como va todo en nuestro grandioso género de Terror), ese tema ralla. Lo ideal es aprovecharlo. Así que me ha encantado ver que no fui el único que quedó pillado con esto; Michael Moreci también. Y este guionista decidió aprovechar la oportunidad para insertar una anécdota terrorífica en la vida de este grupito-rolero de chicos, antes que todo diera un giro…, literalmente.

Es la noche de Halloween en Hawkins, Indiana, y Will, Mike, Lucas y Dustin se reúnen en el Castillo Byers para comer chuches y asustarse unos a otros con historias espeluznantes. Will revela una que dice ser verdad. El Devorador de Niños y bueno, casi que el titulo lo revela todo, ¿no? Pues no. El “Child-Eater of Hawkins”, es una historia clásica de miedo en Halloween, pero con varias vueltas de tuerca. Y si bien hay un giro hacia el final, quizás te lo tomes a broma, o quizás no. Así que al ser un one-shot, ¿leer, usar y tirar? Para nada, ¡a la colección va!, esta historia rápida de leer, eso sí, pero de las chulas que es mejor no spoilear.

Michael Moreci comprende lo que los lectores quieren. Los cómics de Stranger Things nunca intentan expandir la mitología mucho más allá de las películas. Los personajes y el entorno creado son tan ricos que se podría, por supuesto. Pero debe haber un acuerdo legal por ahí en el que poco se puede tocar. No obstante, los cómics leídos hasta ahora sí que captan ese ambiente de los 80s que tiene la serie. Las historias de Terror allí funcionan. Funcionan muy bien y son de fácil lectura y deleitan a todo el que vivió aquellos maravillosos años con disfraces de personajes de Star Wars, películas de zombies de George A. Romero, rol, cómics y pósters de Footloose en las habitaciones.

Todor Kristov fue una gran elección para esta historia. Realmente, da vida a cada uno de los personajes y los hace fácilmente reconocibles. Los niños sentados alrededor de la fogata están muy conseguidos. Casi que se puede escuchar el crepitar del fuego y los inquietantes ruidos nocturnos del bosque donde se encuentran. La historia principal (dentro de otra historia) cobra vida de manera brillante, muy evocadora y gracias a algunas elecciones artísticas inteligentes, los elementos de Terror funcionan hasta convertirse en una historia de miedo.

Strangers Things: Especial Halloween se puede leer fácilmente sin haber leído otros cómics de Stranger Things. Incluso sin haber visto la serie. Además, es un punto de partida ideal para los que quieran entrar por primera vez a este mundo creado por los hermanos Duffer. ¡Qué mejor que una leyenda urbana real para leer esta noche de Halloween!

Reseña: Nuestros Encuentros con el Mal, de Warwick Johnson-Cadwell y Mike Mignola

Sabéis que gozo muy mucho esta época del año con el Terror. En general, siempre: terror escrito, terror leído, terror visualizado, me va a encantar. Stephen King, H.P. Lovecraft, M.R. James, Mike Mignola, John Carpenter, Jordan Peele, lo que está haciendo Mike Flanagan… El buen Terror en cada una de sus facetas me llama en esta época del año, cosa mala. La noche de Halloween llama a la puerta. Es una manía o un recordatorio que se convierte en ritual todos los años. Y el cuerpito lo sabe. Por que los ojos, los gustos, se encaminan a querer leer cositas chulas del que es para mí, el mejor género de todos. Y Norma Editorial debe saber algo de estas sensaciones pues todos los años publica títulos muy chulos para el fan del miedo. Hoy os hablo de uno de los pocos títulos que mi corazón taquicárdico espera con ansia cada nueva publicación. Las aventuras del Profesor J.T. Meinhardt y su ayudante el Sr. Knox son dos tipejos con una obsesión: matar vampiros y aberraciones nocturnas en los siempre tenebrosos países del Este. Una obra surgida de la mente de Warwick Johnson-Cadwell y que el maestro Mike Mignola (Zombie´s World. Hellboy, Cazador de Brujas, Baltimore, Frankenstein Underground, Bogavante Johnson, A.I.D.P.), acoge para su mundo con los brazos abiertos.

Nuestros Encuentros con el Mal, son historias de Terror. Terror del bueno, como se dice en esta casa. Terror llevado en ocasiones al lado cómico del estilo (y en el número anterior lo menciona Mignola) películas clásicas y maravillosas de finales de los años 60s como El Baile de los Vampiros, de Roman Polanski. Una trama que se toma en serio el Terror pero que no se toma en serio a sí misma. Además, Nuestros Encuentros con el Mal se convierte en un maravilloso añadido al Mignolaverso que sigue en constante expansión. Un mundo (diría que el nuestro años atrás) donde en varios rincones del planeta los monstruos brindan por el Mal.

El profesor J. T. Meinhardt y su asistente, el Sr. Knox, son dos especímenes que en Nuestros Encuentros con el Mal continúan con su eterno trabajo de clavar estacas, incendiar ataúdes y echar abajo mansiones que esconden grandes señores endemoniados. En esta ocasión, varias historias, casi unidas una con la otra, nos llevan a los Cárpatos, fuente de inspiración para el Terror, zona embrujada y repleta de leyendas. Como introducción encontramos La Muerte de Lady Ruthven, que presenta una escena de persecución de carromatos que recuerda al clímax y escena similar que sucede en el Drácula, de Bram Stoker. Donde conocemos a la Srta. Mary Van Sloan, de la que aún no sabíamos nada, otra mata-vampiros. Kurtz, el Duque Perdido, también toca el tema vampírico aunque de una manera bastante inusual; en esta historia, el Profesor y el Sr. Knox hacen poco por derrotar al tirano vampiro Kurtz. Otros vampiros de la aldea de Lodzarak ya se la tienen jurada.

Muy molona esta historia.

Las dos primeros cuentos de esta pequeña colección presentan un potencial tremendo que te lleva de todas-todas a esa zona quejumbrosa de la vieja Europa. Está chulo ver que al igual que el resto del Mignolaverso, en estos “cortos” abundan las referencias a obras literarias, joyitas del género, que solo los buenos lectores conocen. Por ejemplo, el nombre de Lady Ruthven se toma del cuento de El Vampiro, de John Polidori, que es conocida como la primera historia de vampiros escrita en inglés. En cuanto al Duque Kurtz, su crueldad es similar a la del tipo que comparte su apellido en El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad.

El arte de Johnson-Cadwell está impregnado de tonos oscuros y líneas ásperas. De unos colores poderosamente bellos, verde-oscuros que nos trasladan a bosques frondosos como si de una puerta dimensional se tratara. Su escritura, por otro lado, es nítida. El humor llega en la historia de Blackwater, donde una coalición de mini-vampiros han quedado a medio convertir por el monstruo más malvado de la zona… A medio convertir, sí, jajaj. Para después toparnos con que Earl Cannon Taganrog y Devilt Pietros y cómo no han podido superar su amarga rivalidad ni siquiera en la eternidad. Siegfried, para mí también fue cómico leerlo. O al menos, recuerdo tener una sonrisa en la cara mientras lo leía en mi sofá bajo una luz tenue y oyendo de fondo el silencio de la noche. Cambia la tradición gótica al convertir a los cazadores de vampiros en la presa de un hombre lobo inteligente. Un cazador de cazadores de vampiros, jeje.

Nuestros Encuentros con el Mal es diversión. Otro cómic súper indispensable, joyita a disfrutar para este Halloween raruno que se avecina. Para el amante del Terror, de los vampiros, de las buenas historias, no comprar Nuestros Encuentros con el Mal o su anterior El Sr. Higgins Vuelve a Casa, es perder dinero. Más claro, agua bendita.

Reseña: El Fin del Mañana Vol.1, de Brian Azzarello, Jeff Lemire, Keith Giffen, Dan Jurgens, Jesús Merino, Aaron Lopresti y Patrick Zircher

Es ya normal ver que Brian Azzarello da una vuelta de tuerca a cualquier argumento. Se lo lleva a su terreno y ahí, esplende. ¿Qué ocurre? Que si se rodea de Jeff Lemire, Keith Giffen y Dan Jurgens y junto a dibujantes de la categoría de Jesús Merino, Aaron Lopresti y Patrick Zircher, pues sale algo tan épico y tan molón como es el arco El Fin del Mañana. Un primer volumen recopilatorio de dos que acaba de publicar ECC Ediciones en estas ediciones tan chulas y llevaderas que hace últimamente. Bien. Ahora quiero comenzar diciendo que leí semanalmente en cómics USA cada número de los que recoge esta edición. Semanalmente, a medida que se publicó. Semanalmente. Lo que provocó que no hubiera ninguna duda de que quería esto recopilado para disfrutarlo de un tirón, una segunda revisión del material que me diría si de verdad era una trama que merecía sitio en la balda comiquera. Bien. Ni que decir tiene que sí, es una obra que se disfruta más así. Siempre, cuando se lee de seguidas. Y de una sola vez, o dos, ya ni os cuento. Soy de la opinión de que las grapas fueron/son un invento para crear hype, además de tener como objetivo ayudar al jovenzuelo con sus gastos. Pero perjudica mucho la trama, sobre todo, sí es muy extensa. Siempre. Siempre la trama. O si no, prueba a ver una buena peli, cada día, solo diez minutos de ella…

El Fin del Mañana tiene mucho-mucho para disfrutar si eres de los fans de DC que buscan una versión diferente de algunos personajes segundones pasando a primer plano. El equipo de redacción de El Fin del Mañana (¡Brainstorming!) siembra varios arcos diferentes desde el principio y me alegré de ver que con el flujo del intercambio, son mucho más estrictas y agradables esas historias así recopiladas. La introducción del personaje de Terry McGinnis en DCU (¡el Batman del futuro) es muy entretenida. En esta colección, los guionistas trabajan a través de las historias un ritmo enérgico y agradable. Sientes que la serie realmente acelera a medida que avanzas. Varios personajes se destacan en estos primeros veintitrés números, sin contar los dos especiales por serie de Superman y Batman. Terry McGinnis es atractivo y entretenido en cada página que aparece. Bruce Wayne, envia al pasado a dicho aprendiz, pero en cuanto llega a una época imprevista, apenas cinco años tras el presente, el fin de todo ya se ha puesto marcha. Y la ayuda proviene de Firestorm, Mr. Terrific, Frankenstein o un nuevo Superman. Las cosas se ponen mal, muy mal, y aquí es donde hay que elogiar al equipo de guionistas capaces de cosntruir un mundo, una realidad, dentro de tan solo cinco años, que asusta. Lo suficientemente dinámica como para querer saber más.

Y más. Como os decía, El Fin del Mañana sigue una variada selección de personajes en distintos lugares. La gran variedad de historias evita que el arco repita ritmos; los guionistas incluso cuentan el paso del tiempo dentro del cómic. Una de las primeras alegrías, al menos para un fan como yo, es que buscan destacar a los personajes de la serie cancelada de Los Nuevos 52. En una sucesión bastante rápida, tenemos Stormwatch, Frankenstein, Amethyst, Firestorm y Grifter, y justo cuando estaba pensando Lo que lo haría perfecto sería… entonces, efectivamente, Voodoo sale en la página siguiente. Sé que esto no atraerá a todos, debido a que los títulos de estos personajes en sus series se cancelaron aparentemente debido a las bajas ventas, pero puedo argumentar que es probable que la reunión de todos aquí sí que atraiga a algunos de vosotros como pasó conmigo. Tengo debilidad por los personajes desvalidos, que le vamos a hacer.

Supongo que El Fin del Mañana mola en gran medida porque solo tiene cuatro guionistas, y cuatro potentes: Brian Azzarello, Jeff Lemire, Dan Jurgens y Keith Giffen. La mano de Lemire es evidente en los aspectos y el crédito creado para Frankenstein. Muy guapo el personaje en todos los sentidos. Nos deja también personajes enormemente atractivos, conceptos como S.H.A.D.E y su Granja de Hormigas, Ray Palmer como asesor científico (algo muy de Terror), un elenco de apoyo como Father Time (¿Padre Tiempo?) y Nina, la mujer sirena, Emiko Queen y John Diggle. Equinoccio de la Liga de la Justicia Unida y el conmovedor discurso de Animal Man sobre su amistad con Green Arrow, son la repera. Hay también Bat-Personajes presentes. Y Wonder Woman, quizás sorprendentemente, aparece poco. Azzarello inyecta algo de realidad, en el encarcelamiento de Frankenstein, Amethyst y Hawkman en un apartado lugar dentro de un nave espacial y… Bueno, poco os puedo contar más, porque, en realidad, este tomo da para contar mucho.

A veces, es difícil preocuparse por los personajes de historias de realidad alternativa, pero tal como está configurado El Fin del Mañana con «personajes menos deseados”, funciona mejor de lo que hubiera pensado. Terry McGinnis, de treinta y cinco años por delante, lo ve como el pasado, no el futuro, y eso ayuda a que parezca menos una historia de futuros y desenlaces interminables (donde coches voladores y otras tecnologías pseudo-futuristas comienzan a parecer extravagantes). Con un salto de tiempo tan corto, muchos de los personajes, aún son inminentemente reconocibles, incluidos los de Tierra 2 que aparecieron a mitad de camino. Sin embargo, un cambio bienvenido, como se evidencia en el funeral de Green Arrow, es que cinco años en el futuro, todos los héroes se conocen entre sí, y hay un mayor sentido de comunidad que el que tenemos en el Universo DC actual. Ha pasado un tiempo desde que vimos un funeral de este tipo con una «escena multitudinaria» y fue maravillosamente nostálgico.

El Fin del Mañana zumba en muchos frentes. Es genial ver a Lois Lane recibir algo de atención, y el misterio del Superman enmascarado me cautivó por completo, incluso habiéndolo leído ya. El uso de Emiko Queen como la nueva Flecha Verde, con Diggle, fue de nuevo un gran toque, y quede muy intrigado por esa historia de «posible guerra en Tierra 2». En resumen, Frankenstein, Amethyst y Hawkman son un equipo divertido, que recuerdan a Adam Strange, Animal Man y la propia excursión espacial de Starfire en Los Nuevos 52. El apartado gráfico sí que es un vaivén de dibujantes que no le hace nada bien a las diferentes tramas. Ocurre siempre que se mete a demasiada gente. No me malinterpretéis, son la mayoría dibujantes de calidad que cumplen su cometido, pero no cuaja para nuestros ojos tanta diferencia en ciertos momentos. Con tantos cocineros en la cocina, generalmente, se da algunos pasos en falso… Pero dejando de lado la criticidad -porque sinceramente aquí no toca- disfruté mucho de esta colección. El Volumen 2 caerá sí o sí. Tienen sitio en la balda. Hombre, por favor, pero qué preguntas son esas.