Reseña: Invencible. Volumen 1 (Edición Deluxe), de Kirkman, Walker y VVAA

Esto se tiene que disfrutar en el mejor de los formatos. Y el mejor, obvio es que son estas Ediciones Deluxse que se está marcando ECC Ediciones. La editorial que edita joyitas como esta en tapa dura junto a otras obras de Kirkman de las que ha obtenido los derechos y nos da caramelitos a cada momento. Por que además son geniales volúmenes que recopilan bastantes números (trece, al menos, el primero) donde entrar de lleno en una seriaza que lo petó todo desde que salió por primera vez. Así que ideal ponerse ahora para todo aquel que no lo conozca aún. El cómic de superhéroes independiente que ha superado en venta a los de las grandes casas. Miréis donde miréis, os la van a recomendar. Por mi parte, os cuento: Entré en esta serie, en su día, sin mucha motivación. Solo pensando que me lo pasaría bien porque me gustan bastante las historias de superhéroes independientes. Pero con tranquilidad porque si no lo sabéis, en USA los lectores de cómics lanzan las campanas al vuelo con mucha facilidad. Pero ni que decir tiene que fue un sorpresón de lectura, trama en la que entras fácilmente y que incita a coleccionarla. Además, ahora, en formato Deluxe, esto es una maravilla de maravillas. Una buena edición.

Invencible cuenta la historia de un joven héroe que adquiere en pocas páginas súper poderes dignos de Superman. Esto me echó algo para atrás la primera vez, y eso que me encanta el superhéroe más grande de todos los tiempos y su forma de ver el mundo, pero no sé…, supongo que me decepcionó un poco en ese momento porque pensé que el cómic se iba a demorar mucho más en «el descubrimiento” y pensé que querían hacerlo todo en ese tono. Pero no fue así. También pensé que el joven Invencible y su padre serían los únicos superhéroes de la Tierra. De la historia. En cambio, el primer giro es que se trata el tema de tener súper poderes de forma trivial, y los superhéroes se agrupan en pequeños grupos organizados, sin dejar de ser fans de sí mismos. Todo está contado en un tono ligero, con un humor mucho más fino que otro cómic de superhéroe «mainstream» y con un poder de enganche tremendo, se hace maravilloso. El don que hizo famoso al creador del mejor cómic de zombies de la historia.

Cierto es que el dibujo de Cory Walker (Capítulos 1-7) da cierta bajona. Pero esto se tuvo que tener en cuenta y mejora bastante con las ilustraciones de Ryan Ottley (Capítulos 8-13) que vienen después. Invencible es de las pocas series nuevas en formato cómic que todo el mundo os va a recomendar. Aparte, lo que decía, un mundo nuevo donde descubrir que Kirkman es tan increíble con los superhéroes como con los zombies. Aunque, a priori, nos encontramos con una violencia un poco menos fuerte aquí. Además, mitología superheróica que engancha y que retoma las cuestiones fundamentales (¿con o sin capa?), todo un acierto.

Descubrimos a un adolescente que consigue despertar sus poderes. Poderes que le debe a su padre, un extraterrestre como Superman, que protege la Tierra. En resumen, todo parece ya visto pero el salseo se lleva muy bien y el tono sencillote da paso a lo original. Monstruos, aberraciones interestelares, robots desencadenados, chulos y divertidos guiones y muchos giros de tuerca. Y, por supuesto, los buenos y los malos no siempre son lo que piensas. Pero a mí lo que me encanta es la descripción de la evolución de Invencible. El padre es el prototipo del superhéroe que no tiene mucho tiempo para pensar en otra cosa que no sea dedicar su vida a salvar el mundo. Vive permanentemente a la ligera y apenas tiene tiempo para lo que de verdad importa. ¿Una crítica? La descripción de su relación conyugal está en el límite de la caricatura pura chovinista y si ese es el efecto que el autor quería enfatizar, logra su objetivo.

A lo largo de los números disfrutas, sigues un arco argumental general que se alterna con capítulos más o menos independientes donde Invencible y sus familiares se enfrentan a nuevos peligros o viejos enemigos que regresan a la carga. Intrigas de las que quieres saber más. Una joyita.

Reseña: Dead Body Road, de Justin Jordan y Matteo Scalera

Para los que me entiendan, Dead Body Road es como alquilarte una de esa pelis en VHS que pillábamos en el videoclub, la disfrutábamos, y nos decíamos a nosotros mismos que esa era una de esas pelis que volverías a alquilar. Una violenta historia de venganza que no puedes evitar amar. Si como yo amas las películas de acción de la vieja escuela, las buenas historias de venganza que se impusieron en muchos films de los 70s, te encantará Dead Body Road.

Una historia de Justin Jordan donde encontrar a un hombre que busca venganza, un criminal despiadado que busca un botín robado, mucha violencia y sangre, y unos cuántos cadáveres dejados en el camino. Este cómic clavará sus anzuelos en ti y te arrastrará a lo largo del viaje, y ganarás bastante si no disfrutaste de la serie original en grapa y aprovechas la oportunidad que ofrece ECC Ediciones con este tomo recopilatorio de la franquicia al completo donde se recogen las series limitadas originales Dead Body Road y Dead Body Road: Bad Blood. Y en un segundo número vuelves a ver que tienes más tiroteos, escenas de tortura y persecuciones de coches…

Dead Body Road tiene un potente comienzo. Justin Jordan debe ser un amante de las historias de violencia. Parece ser un guionista que tiende a que le sucedan cosas brutales a sus personajes, cosas impactantes para el lector, pero que duda cabe que reales porque el ser humano es una bestia de armas tomar cuando se le va la cabeza. Y Dead Body Road es un escaparate de eso. Se rajan gargantas, se sacan ojos, se dan tiros inesperados a la gente…, nuestro personaje principal apenas ha comenzado su búsqueda y los cuerpos ya se están acumulando. Lo único que necesitamos es pasar un poco más de tiempo sin plomo, pero con suerte eso llega con el paso de las páginas.

Un hombre que hará todo lo posible para traer su forma de justicia sobre aquellos que le han hecho mal. Jordan no nos da muchos detalles sobre el personaje principal, no explícitamente, pero el personaje principal es casi secundario en este cómic. Venganza en sí (como estáis viendo también en la reseña) es una palabra que va a brotar a cada instante.

Jordan hace un tratado sobre la Venganza en este cómic.

El diálogo en la trama está lleno de rabia, goteando ira y con cada página que pasa, la tensión es palpable. Es un cómic en la línea de los viejos westerns donde un personaje ni siquiera necesita tener un nombre: su misión es todo lo que importa. La misión es realmente la historia en este volumen y aunque poco a poco se nos otorga más información sobre el incidente percutor de la tormenta, el fin justifica los medios.

Jordan también crea hábilmente muchas situaciones en las que el artista Matteo Scalera coge el balón y echa a correr por la banda. Y vaya si corre. Matteo Scalera muestra uno de sus mejores trabajos para la industria en esta serie. Un dibujante que se ha convertido en súper estrella en no mucho tiempo, cada página que dibuja tiene una poderosa intensidad. Las persecuciones de coches se sienten increíbles. Su hábil mano toma la ira que Jordan está vertiendo en la historia y le da vida, creando un mundo violento y duro donde no habrá piedad. Dead Body Road es una sólida venganza oscura escrita para Image y que gracias a ECC podemos disfrutar ya en nuestro país. Corriendo fui a por ella. Un cómic cuyas críticas no bajan del notable alto no iba a ser malo.

Donde un hombre ha perdido a su esposa y ahora los implicados deben morir.

Todos.

Cantidad de veces me he imaginado haciendo algo así.

Antes en la cárcel que en los pinos.

Reseña: El Asombroso Hombre Lobo Vol.1, de Robert Kirkman y Jason Howard

He tenido la oportunidad de leer algo de Robert Kirkman de Terror diferente a los tan conocidos The Walking Dead, y lo cierto es que me ha gustado. El Asombroso Hombre Lobo fue una serie de Kirkman que dejó muy buen sabor de boca a todo aquel que la probó. Ahora se puede encontrar publicada en dos geniales tomos gracias a ECC Ediciones que entre otras muchas cosas está publicando casi cada mes alguna que otra obra del maestro guionista y multimillonario ya. Por qué no decirlo. Además esta edición de El Asombroso Hombre Lobo es una edición repleta de material adicional inédito.

Una historia donde un padre de familia, durante una tarde de paseo, es atacado por una bestia y queda muy malherido por lo que supone fue el ataque de un oso. El caso es que se recupera rápidamente y empieza a sentirse diferente… Hasta aquí suponéis que bien, ¿no? Venga ya friends, que estamos muy curtidos en estos temas ya… Por supuesto que ha sido mordido por un hombre lobo y está sufriendo las consecuencias. Pero el tema original es que no le ha mordido un hombre lobo cualquiera, le ha mordido un Antiguo. Y a partir de ahora será un ser dependiente de la luna llena, sí, pero mucho más poderoso. Tan poderoso que es consciente de sus cambios y es capaz de hacer el bien. Y decide hacerlo. Y actuar como superhéroe por las calles de la ciudad, guiado por un extraño viejo que aparece de la nada para amaestrarlo en el uso de sus nuevos dones.

Y todo ello en una ciudad llena de superhéroes y supervillanos de la más diversa índole.

Así que original como poco es. ¿Te puede molar? Estoy seguro que si eres uno de los asiduos a nuestras reseñas, no solo te gustará esta serie, te va a encantar. Robert Kirkman es el nuevo socio de Image Cómics. Se ha convertido en un joven autor aficionado al cómic y hasta ahí no hay que ser un genio para descubrirlo, como tampoco lo es saber que las pretensiones de sus obras, por lo general, son las de crear un producto interesante y divertido y siempre con posibilidades de ver la luz en formato televisión. Sin darle más vueltas al asunto, su creatividad busca sobre todo el entretenimiento y aporta nuevos retos al mundo del cómic, cosa que se agradece.

Y eso que los ingredientes son los de siempre, pero poco a poco va aportando nuevas especias que aliñan el contenido y le dan otro rumbo, en mi caso, inesperado y sorprendente. Bien mezclado, y de esas tramas que sabes que te van molando cada vez más con cada página que pase por delante de tus ojos. Unos personajes que aún tienen que dar mucho de sí y que guardan más de un secreto en la mente del autor. Estoy seguro. Porque El Asombroso Hombre Lobo es acción, ritmo frenético y personajes admirables.

En definitiva, una serie muy disfrutable, que se consume en nada, porque cada uno de los doce numeritos que contiene este primer volumen, mola. Uno descubre así de nuevo el hambre y se agradece dar un bocado a algo tan bien cocinado y preparado como muestra ser El Asombroso Hombre Lobo.

Veremos si el segundo y último volumen aguanta el ritmo tan bien. Pero vamos, que súper raro sería que no.

Molona, molona, esta serie.

Reseña: Die! Die! Die! Vol.1, de Robert Kirkman, Chris Burnham y Nathan Fairbairn

Habría que decir que Robert Kirkman y Scott M. Gimple ya están en la lista negra de algunos fans a juzgar por el estado actual de The Walking Dead y su spin-off Fear the Walking Dead. El friki-fan-zombie siempre quiere más y mejor y no entiende que las ideas se agotan. Es por eso que yo alento y aconsejo de alguna forma, leer otras obras de Kirkman para que se vea que calidad sigue teniendo como autor. Y que sigue sorprendiendo en la medida de lo posible con cómics chulos al estilo de Die! Die! Die! su nueva serie de cómics en curso que recientemente acaba de publicar ECC Ediciones en nuestro país. Con una trama que se centra en el tema del asesinato libre y sin control, derramamientos de sangre, balas por doquier, y un constante caos en un mundo que no está muy lejos del nuestro… Con una trama que comienza con unos pequeños esbozos, pero que se vuelve más y más convincente cada vez y que nos lleva a saber de un servicio secreto dentro del gobierno norteamericano con una especie de Jigsaw aprobado por el estado.

El negocio es administrado por un senador que definitivamente no es un análogo de Hillary Clinton (no señor, seguramente no), y entramos directamente a un comienzo aterrador con una sangrienta escena de apertura. Un primer número, un jugueteo nihilista y empapado de sangre que en realidad es divertido si no te da asco ver a una persona sin nariz deambulando como si nada. Y es que aunque nos cueste admitirlo, vivimos en un mundo malvado lleno de gente malvada que hace maldades todo el rato. Por eso se crea esta camarilla secreta dentro del gobierno de Estados Unidos que opera al margen del sistema para influir en los asuntos del mundo mediante asesinatos selectivos.

Tampoco quiero asustaros demasiado. Die! Die! Die! promete desde la primera página. Una historia irreverente empapada de sangre, sin restricciones, llena de acción y directa para los fans del horror sangriento. El mundo que nos rodea es manipulado justo delante de nuestras narices, principalmente para mejor… y a veces el beneficio individual de los grandes no afecta, si no machaca, a los débiles. Y esa es una maldición que persigue al ser humano desde el inicio de los tiempos. Entonces, si haces daño a la gente, haciendo que el mundo sea mejor, ¿tema resuelto? Opinen ustedes. ¿Hasta qué ponto el ojo por ojo es bueno? Y… ¿qué sentido tiene todo si tu muerte fuera del paso de los años no depende de ti? Esto dijo Robert Kirkman cuando anunció la serie en su inminente salida en 2008:

«En las tiendas MAÑANA tendréis el primero número de Die! Die! Die! Queremos volver a ver que ir a una tienda de cómics vuelva a ser emocionante. ¡Un lugar para descubrir! Internet ha eliminado toda sorpresa y anticipación de los cómics. Todos escuchan sobre nuevos proyectos emocionantes y luego tienen que esperar meses o años para que estén en sus manos… Y la mitad del tiempo al final de esa acumulación, las historias se echan a perder en un intento poco convincente de obtener una mayor atención de los medios. Entonces… ¡Sorpresa! Aquí tenéis una nueva serie mensual (que ECC Ediciones publicará en nuestro país en tomos recopilatorios), y os aseguro que será genial para todos. Esta es, literalmente, la única manera en que me puedo parecer a Beyoncé…», aseguró.

Y con estos tintes oscuros y enigmáticos yo os hago la reseña. Aportando el mínimo sobre su argumento y contando muy poco de un cómic que como fan del género de Terror, para mí ha sido toda una sorpresa. El primer número de Die! Die! Die!, como habéis visto, llegó a las tiendas justo después de un anuncio sorpresa. Cortesía de Image y Kirkman’s Skybound, y con arte de Chris Burnham y Nathan Fairbairn, es una serie que comenzó en 2018 y que llevamos desde entonces requiriendo por este lado del charco. En definitiva, es una historia que hará que te preguntes si realmente te gustan las tramas de asesinatos brutales o las películas de violencia extrema. Y qué piensas cuando esas escenas incómodas pasan por delante de tus ojos.

Una historia no siempre tiene que ser profunda, también puede ser entretenida, brutal y simplemente contada de forma totalmente exagerada. Si esperas una trama poderosa y llena de acción entre agentes y organizaciones secretas, has venido al lugar correcto. Die! Die! Die! aporta eso. Cómic descarado a la vez que convincente. El mensaje de la historia es claro. Una vez que los humanos tienen demasiado poder, pueden destruir el mundo y esto debe detenerse… Por otros humanos, en teoría.

Reseña: Oblivion Song. La Canción del Olvido, de Robert Kirkman y Lorenzo de Felici

Yo que soy de darle a todos los géneros en cuestión, cuando me llega el punto de la Ciencia Ficción, tengo que reconocer que leo muuuuucha CF. Lo que digo es que pueden pasar por mis manos varios libros y cómics de este género antes de decidir pasarme a otro. Y ahora estoy en ese punto. Por lo que me vino genial ver que ECC Ediciones estaba publicando Oblivion Song en sendos tomos integrales…, una historia del maestro que tenía muchas ganas de leer. Y me vino bien porque quería ver cómo se le daba a Robert Kirkman (sí, el creador de The Walking Dead, Invencible y Outcast y otras muchas), quería ver como se le daba a este archicreativo cuando decidiera meterle mano al género fantástico más leído de todos actualmente como es la Ciencia Ficción.

Y de ninguna manera Robert Kirkman necesita mis elogios. No le voy a dar palmaditas en la espalda por seguir haciendo cómics y todo ese ruido. Es un guionista de los buenos-buenos y se merece estar donde está. ¿Qué después resultó ser un empresario de cojones y él se lo guisa y él se lo come con su propia empresa? En su derecho está. Pero nunca un creativo debe perder valor por ello. Se ha desarrollado a ritmo constante y muy poquitos pueden alardear de eso. Es consistente y en cuanto a sus cómics, sabes que es un autor de personajes y autor de historias que te mantienen enganchado. ¿Su don o táctica? Expectantes giros de guión en las última páginas. Se le da de p… de rechupete. Y en Oblivion Song sucede igual. Establece los personajes, el mundo, la trama y con ciertos giros de trama ya te tiene enganchado. Con una temática que desafortunadamente nada es tan original como se pretende y que parece ser elaborado como un guión de televisión condensado. No me estoy burlando de Kirkman porque haga televisión, se ganó su éxito y, de nuevo, no necesito elogiarlo por seguir escribiendo cómics. Es solo que es obvio que Oblivion Song es un cómic perfectamente elaborado para ser traspasado a la gran pantalla. Y se nota.

Oblivion Song es una buena trama que comienza con Nathan corriendo tras dos personas que huyen de un monstruo. Le dispara a uno de ellos y éste desaparece. Lo que asusta mucho a la mujer que huía con él. Tras esto le dispara a ella y también desaparece. Lo que deja a Nathan y al monstruo a solas para realizar ese “baile de supervivencia”. Ya que presenté a Nathan y sus dotes, sabéis de sobra que sobrevive y la historia continúa. Bien. Una vez que se autoelimina, nos enteramos de que acaba de rescatar a estas dos personas y que estuvieron «allí» durante una década. La historia continúa revelando pequeños detalles sobre lo que es «allí» y por qué Nathan está arriesgando su vida para encontrar/rescatar gente….

Tenemos algo de política, una agenda personal y realmente todas las demás casillas de verificación que necesitas saber sobre la historia, ya se han impuesto. Estamos ante un primer volumen de la serie que recopila los doce primeros números de la colección original, así como material adicional que describe el proceso creativo; por lo que material hay para saber y saber. Con la idea central de que hace una década, 300.000 ciudadanos de Filadelfia quedaron perdidos súbitamente en Olvido. El gobierno hizo todos los esfuerzos por rescatarlos, pero tras muchos años de actuación, se han rendido. Nathan Cole… no lo hará. Emprende viajes continuos arriesgando su vida, para intentar rescatar a aquellos que están perdidos, solos y asustados, viviendo y transitando en ese paisaje desolado y apocalíptico que está al otro lado. Pero quizás… Nathan busca algo más. ¿Por qué no puede resistirse al canto de sirena de la Canción del Olvido?

No puedo ni negaré que es un tema perfecto para enganchar a todo fan del cómic que brinda por la Ciencia Ficción. Los viajes en el tiempo son un tema… un subgénero dentro del género. Y atractivo como pocos. El argumento propio de viajes en el tiempo para el rescate de personas, alterar sucesos que lleven a la raza humana a la extinción y derivados…, sí, es un tema manido. Sin embargo, tenemos a Kirkman aquí, el tío que es capaz de hacer de un tema trillado algo entretenido. ¿O acaso no fue él quien trajo de moda de nuevo a los zombis cuando ya nadie (menos yo) daba un duro por ellos? Eso si, por favor, aunque algunos jóvenes de por aquí lo penséis y lo creáis porque casi empezasteis a leer cómics con cómics, por favor, por favor, por favor, ni de lejos Kirkman inventó nada con mis amados zetas. Únicamente, los puso de moda nuevo. Creó con The Walking Dead una trama larga sobre un grupo de personas inmersas en el apocalípsis zombie y la hizo muy entretenida. Ya está.

No hay nada nuevo bajo el Sol, dice un proverbio japonés. Y es cierto. Pero Kirkman con su don y con Lorenzo De Felici colaborando con él crean en Oblivion Song un cómic que se disfruta bastante. Con unos primeros números que emocionan al lector lo suficiente como para tenerlos enganchados como mínimo hasta mitad del tomo.

Reseña: UltraMega. Lucha por la Humanidad, de James Harren y Dave Stewart

Soy capaz de acercame a un cómic solo por el color. O por el colorista, en cuestión. A ese nivel friki llega uno cuando ama el mundo del cómic en casi todos sus conceptos. El galardonado colorista con un premio Eisner, Dave Stewart, también hace sus pinitos fuera de las grandes casas y dentro de Image y su línea Skybound es partícipe (dándole un tremendo empujón visual) a UltraMega; la obra ideada, guionizada y dibujada por James Harren. Un autor a tener muy en cuenta por mi parte a partir de ahora. Y es que bueno, en definitiva, y aparte del tema artístico, este que está aquí (en su polifrikismo) siempre se va a sentir atraído por el mundo de los kaijus. Esos grandes monstruos ideados por los japos en los que se dan de ostias a lo grande y que trajo a la actualidad fílmica Guillermo del Toro en su genial Pacific Rim.

La lucha por la humanidad.

Según cuenta la sinopsis se ha extendido una plaga cósmica que ha transformado a la gente de a pie en unos violentos y monstruosos kaiju. Ahora, solo los Ultramegas (individuos dotados de poderes increíbles) quedan para intentar sostener tanta locura. Batallas que si no se evitan, terminan dejando ciudades enteras arrasadas e incontables horrores y muertes a su paso. En fin… De todas las preguntas que han llenado mi cabeza últimamente, la que aparece una y otra vez cuando recapacito sobre nosotros es: ¿A dónde está yendo la humanidad? Pandemias globales, violencia ideológica y la aparición de la Rana Gustavo en Adivina Quién Canta (The Masked Singer). Todos estos temas han sido golpes duros para nuestra sociedad. Problemas y locuras de pensamiento visionado que nunca pensamos que tendríamos que lidiar en nuestras vidas. Personas que conozco (a veces, incluido yo mismo), se preguntan cuándo podremos volver a la normalidad. Y cuanto más reflexiono sobre esa idea, más me doy cuenta de que no hay vuelta atrás. Gracias a las leyes abstractas de mierda del espacio-tiempo, solo podemos avanzar. Y entonces, en lugar de tratar de averiguar cómo podemos regresar, preferiría que nos tomemos tiempo en preguntarnos (como decía mi abuela): ¡A dónde vamos a llegar!

Coñas aparte, UltraMega nos hace una pregunta similar. En un mundo donde un extraño virus venido del espacio se extiende por nuestro planeta y convierte a las personas en monstruos gigantes, y otro tipo de personas son bendecidas (o malditas, según se mire) y van a ser nuestra última oportunidad para sobrevivir a ese virus… Gusta ver que los que nos defenderán son seres de raciocinio muy parecidos al Dr. Manhattan y al desarrollo de su poder. Decidme entonces si no mola imaginarse como uno de ellos. ¿Es así, no? Siempre pensamos que en un ataque-zombie seríamos uno de los supervivientes, ¿no? Ay, díos mío…

James Harren dedica tanto tiempo a darnos secuencias de acción espantosas como a contarnos la historia de hombres destrozados que son «demasiado viejos para esta mierda». Y eso me ha encantado. Me ha tocado el alma. Así que no cuento más. En un extraño acto de equilibrio entre humor, gore, shock y horror. La miniserie UltraMega que acaba de publicar ECC Ediciones en un tomito en tapa dura -que recoge cuatro numeritos, ya en enero, es para mí una de las sorpresas comiqueras del año. Cada personaje de esta serie tiene algo en juego por lo que vale la pena luchar. Pero todos quieren que las cosas vuelvan a la normalidad. Anhelan cuando el mundo era fácil y no tenían que sacrificar sus vidas en nombre de ningún puto nadie… Todos desearían poder vivir una vida sin miedo y sin pánico constante. La normalidad anhelada, esa que tanto valoramos cuando no está.

Cómic independiente de sobresaliente.

Reseña: Noviembre, de Matt Fraction, Elsa Charretier y Matt Hollingsworth

El otro día os hablaba de Matt Fraction y lo genial que era que se trajeran a nuestro pais nuevas obras de este tan recomendable guionista (https://www.cronicasliterarias.es/?p=7927). Bien, pues ECC Ediciones parece haber escuchado mis ruegos (y el de muchos) y a finales de noviembre publicó otra joyita independiente del autor, fuera del mundo del pijameo. Pero esto tampoco es cuestión de tirarse flores de forma gratuita, es obvio, que teniendo en cuenta la popularidad de Matt Fraction en estos momentos en USA, su nueva novela gráfica Noviembre -que muchos teníamos fuera del radar-, sea una grandísima noticia de publicación para demostrar quién es y cómo se las gasta este guionista de renombre que… ¡Tiene mi edad! Bueno, tranquilo, tranquilo, que con la edad que tenemos ya es normal que ocurra… Pero esto no significa otra cosa que, los lectores que se atrevan con Noviembre, se van a llevar una agradable sorpresa con una historia «noir», tan atractiva como impactante.

Creada por Fraction y la dibujante Elsa Charretier junto al colorista Matt Hollingsworth, Noviembre es un thriller que relata las vidas entrelazadas de tres mujeres en los suburbios. Un curioso juego, un tejemaneje, como yo suelo decir, sobre tres mujeres que descubrirán como sus vidas están vinculadas a un misterioso hombre que parece ser la causa de todos sus males. Una genial trama dividida en cuatro grandes capítulos, que a su vez se dividen en cuatro subcapítulos todos menos el último. Además, todo cerrado en tres epílogos que dejaran a más de uno con el culo torcido, por su capacidad de abrir la historia a un sinfín de posibilidades futuras. Pero una obra cuidadosamente dividida en sectores de trama que siguen a este extraño hombre y tres mujeres a través de una narrativa interconectada en la que los cuatro juegan un papel fundamental. Y para muestra un botón: El primer capítulo se llama La chica en la azotea y es en el que empieza la historia con el mismo nombre, y donde este señor se encuentra con una mujer llamada Dee que le hace una oferta para lo que pide muy poco que hacer pero paga muy bien. Sin embargo, el tema se va de madre. La pistola en el charco, destaca a una mujer con mala suerte que intenta hacer lo correcto y es rápidamente castigada por ello. El motivo de la emergencia, cuenta la historia de Kowalski, un operador del 911 (Servicio de Emergencias telefónico en USA) que siente que algo va mal tras una llamada. Y el subcapítulo llamado El ladrón está protagonizado por el hombre que le hizo la oferta a Dee y vuelve al caso justo cuando ve en el suceso una oportunidad para… Cuatro mini-historias dentro de una gran trama que abren un argumento de forma intrigante. Pero ideas que parecen incompletas, ya que dedican la mayor parte de las páginas a preparar la trama para lo que está por venir. ¿Lo bueno y tremendo de esto? La forma en la que ha sido publicada de forma integral para que “lo que está por venir” esté tan solo a un salto de página. así que podemos seguir disfrutando leyendo los desarrollos de este thriller que recuerda a las mejores historias de Dashiell Hammett, si se me permite el halago. ¿Después? Personajes que quieren salirse de un proyecto criminal, el misterio tras las dos mujeres y como empiezan a sentirse plenamente realizadas con algo en lo que jamás hubieran pensado. Cada capítulo tiene lugar en un entorno distinto, lo que le da a la ilustradora una libertad tremenda para con los planos y viñetas. Todo muy reforzado para un ambiente de paletas de colores corto de tonos pastel que marca Hollingsworth. ¿Se pretendía que esto fuera así para que nuestra atención se centrara únicamente en el punto fuerte de este cómic como es la trama? Diría que sí. De ahí el poderío del cine negro en blanco y negro, valga la redundancia.

Noviembre muestra a Fraction en su mejor momento, cuando cuenta historias íntimas sobre personajes en circunstancias extremas. El tono recuerda a uno de sus últimos cómics independientes, uno excelente también de tema criminal que fue ilustrado por Kieron Dwyer y que se publicó en 2003 en USA como es Last of the Independents. Espero que nos lo traigan pronto. Pues Fraction entiende los personajes mejor que casi cualquier guionista de cómics actual. Se mete en ellos de forma muy personal y los elementos de ficción tienden a distraer la atención de sus adorables y simpáticos protagonistas para después soltarles algo impactante en plena cara. Suma también en Noviembre que el diseño de Elsa Charretier para este tipo de historias es genial. Viñetas que son un homenaje al cine negro, el mejor que se hizo sobre este género en la década pasada de los 50.

Un excelente equipo creativo para un viaje difícil de olvidar.

Reseña: Extremity, de Daniel Warren Johnson, Mike Spicer y VVAA

A veces, aparece un cómic que inventa un mundo completamente nuevo lleno de detalles e historia y que si vas predispuesto, te impregnas de ello cosa mala. ECC Ediciones publica este mes (¡en un solo tomo!) los doce números que comprenden la serie Extremity. Un ejemplo de cómo una idea bastante trillada puede generar una historia asombrosa y personajes fantásticos. Daniel Warren Johnson es el culpable-creador, guionista e ilustrador de este volumen de guerra post-apocalíptica, un yomeloguiso-yomelocomo, que le ha quedado genial como obra de autor. Una inspiración de cómic que os advierto ya que os gustará muy mucho a todo fan de la saga fílmica de Mad Max, la peli La Carretera o amantes del entorno del manga El Puño de la Estrella del Norte.

Extremity sigue un conflicto entre dos clanes: los Panzina y los Roto. Cada uno de ellos dirigidos por dos líderes despiadados, el jefe Jerome y la reina Nim. Con el tiempo, aprendemos sobre los eventos que crearon el conflicto entre estos dos mandatarios. Tiempos en los que se quemó el rostro de la hija de la reina Nim en una disputa fronteriza entre los dos grupos y la reina juró vengarse por los siglos de los siglos. Fue entonces cuando atacó de improviso al clan contrario y los expulsó de sus hogares. Para más inri, Nim vengó las heridas de su hija ordenando el asesinato de la esposa de Jerome y desmembrando personalmente la mano de la hija de Jerome, la pequeña Thea… Una locura.

Varios años años después nos topamos con un Jerome roto e iracundo. Jerome todavía lamenta la pérdida de su esposa y la mutilación de su pobre hijita. Por eso ha dedicado su vida a su objetivo de retribución contra el clan Panzina. El jefe lidera a su tribu en una búsqueda para eliminar a esa jodida civilización de una vez por todas. Jerome está dispuesto a lograrlo, haciendo lo que tenga que hacer. La sangre tiene que bañarlo todo y él estará allí para verlo y disfrutarlo. No os quepa la menor duda.

Extremity existe en un mundo post-apocalíptico similar al de Borderlands, u otros muchos cómics que tratan este tema. Pero este que os reseño hoy lleva intrínseco una intensidad desmadrada, en ocasiones, una ira que impacta en varios momentos de la historia. Hay batallas extremadamente sangrientas entre los Roto y los Panzina. Los hombres usan lanzas para empalar cabezas y miembros del cuerpo humano vuelan constantemente por los aires. No obstante, este derramamiento de sangre nunca parece excesivo ni gratuito porque encaja perfectamente con el tema y porque según mi opinión, es REAL. De buenas es sabido de lo que es capaz el ser humano para con el prójimo en caso de guerra y rencor. Pero Daniel Warren Johnson hace que nos preguntemos si la cruzada de Jerome por la justicia está justificada. Y no solo vale decirse que la violencia genera violencia, que si tal, que si cual. Lo que hay que pensar es, en el después. ¿Realmente merecen la pena las guerras? Si tus enemigos te tratan cruelmente, ¿deberías actuar con crueldad de la misma forma, pensando que este juego nunca tiene fin hasta que se cavan dos o trescientos millones de tumbas más? Este es el tema que aborda Extremity. Los personajes centrales de esta historia son Thea y Rollo, los dos hijos de Jerome. Thea fue una artista talentosa desde que era muy joven. Jerome siempre decía que podía ver los detalles y la vida donde otras personas no podían. La infancia inocente de Thea terminó abruptamente cuando murió su madre. Luego perdió la capacidad de dibujar bien, una vez le cortaron su mano buena. Ahora Thea sigue fervientemente a su padre en su búsqueda de venganza. Se convirtió en una dura guerrera que nunca duda en seguir órdenes. El soldado reemplazó al artista. Se supone que debemos preguntarnos si la joven sensible dentro de Thea todavía está ahí o es parte de lo que murió con su madre.

Es realmente increíble que Daniel Warren Jonhson, junto con Mike Spicer (quien solo colorea), dibujaran tantas y tantas páginas de esta historia. Tremendo trabajo artístico que nos traslada perfectamente al mundo cruel de Extremity. Una historia de dos tribus rivales con una brutal enemistad de sangre entre sí. El cómic, que Image Comics describió en USA como violento pero también emocionalmente conmovedor. Ya lo tenemos en librerías del país gracias a ECC Ediciones. Por mi parte agradezco mucho la publicación de obras así y el apoyo editorial, donde se le da oportunidad a autores que intentan sacar adelante lo que le sale de dentro. Grandes historias independientes. La mayoría de editoriales van a lo fácil. A publicar al famosete, cosa que obstaculiza mucho al que intenta salir del anonimato y tiene mucho que aportar.

En Extremity lo que queda es un gran trabajo con el que debatir los horrores de la guerra en un escenario y futuro fantástico, pero quién sabe, quizás no muy alejado del nuestro.

Reseña: Outcast (Paria), de Robert Kirkman y Paul Azaceta

Los doce primeros números de Outcast (Paria) te sumergen en una historia de Terror tan atractiva como diferente. Pero solo es el potente inicio de una trama que da para bastante debate. Para mí, en formato cómic, es buena a rabiar y no dejo de entender por qué se habla tan poco de esta serie y eso que tuvo una muy digna serie de TV. Y es que para mí y para muchos no sólo es la última gran serie de Terror creada por Robert Kirkman, es «la única” serie de Terror creada por el gran empresario-guionista. Soy de los que piensan que Los Muertos Vivientes (The Walking Dead) no trata el terror sobrenatural propiamente dicho. Más bien el horror de lo que es la propia supervivencia, un escenario (o muchos) de «Antes que tú, estoy yo». No sé, es otra cosa. Aunque eso no quita que considere Los Muertos Vivientes como el mejor cómic de temática zombie jamás escrito.

La buena noticia para muchos de los que nos quedamos por acabar la colección de Planeta es que ECC Ediciones ha decidido recopilar toda la serie de Outcast (Paria) en cuatro tomos integrales. Un lugar donde el tándem Robert Kirkman (The Walking Dead, Invencible…) con Paul Azaceta (Daredevil, AIDP) funciona al cien por cien. Además, la historia que Kirkman lanza tiene ese toque ideal para los dibujos de Azaceta. Y viceversa. Porque uno en estas cosas no sabe que fue antes, aunque lo obvio es que lo primero en nacer sea el guión. Pero a lo que voy es que la conjunción es perfecta en tiempo, forma y narrativa, y eso se percibe en cuanto se plantea la idea. ¿Y cuál es la idea? Mientras que en The Walking Dead se hacía malabares con un gran elenco de personajes, en Outcast hay un enfoque más estricto. Kyle Barnes vive en soledad y por una buena razón. Desde la infancia, sus seres queridos han sido víctimas de posesión demoníaca. Y ahora no es que esté exactamente contento con su aislamiento, pero al menos está tranquilo. En el fondo piensa que estar solo es su destino. Pero cuando un reverendo ilustrado en el arte de la exfiltración demoníaca, acude a Kyle en busca de ayuda, decide que es hora de buscar una respuesta a las preguntas que le han perseguido siempre: ¿Por qué vivir sufriendo? ¿Por qué él? ¿Por qué sus seres queridos? Y, sobre todo, ¿de dónde parte su poder para disipar fuerzas malignas?

Por qué su don marchita tinieblas.

En algún lugar de la zona más rural de Estados Unidos, un joven está poseído por un demonio peligroso. Llaman al reverendo Anderson para que se ocupe de la situación pero cuando hace acto de presencia se encuentra con una situación difícil de superar. En la misma ciudad vive un joven con problemas llamado Kyle Barnes, que quiere aislarse de todos, a pesar de la insistencia de su hermana. Cuando el reverendo se cruza con Kyle (que también se ve muy solo) quiere que lo ayude con el caso. Después de todo, él pasó por algo similar hace mucho tiempo, ¿no? Una serie que logra entregar un primer número estelar que engancha de todas-todas. Pero solo es una premisa de las potentes secuencias o encuentros que están por venir. Por que no es solo Kyle Barnes. También sus seres queridos, desde su madre, su hija, su esposa, su hermana, su cuñado, cada persona se ve afectada de alguna manera por extrañas posesiones demoníacas. Y Kyle quiere hacer frente a eso ya.

Kyle parece nacido para lidiar con el dolor. En el segundo número se presenta un diálogo brutalmente honesto de Kyle buscando catárticamente algún tipo de absolución para su madre que está en coma en el hospital. Y es que Kirkman dedica unos tres o cuatro primeros números a enseñarnos las relaciones mundanas con los más allegados de Kyle. Solo para después mostrarnos el horror. La calma que precede a la tormenta. Y llegas al cuarto número y te topas con la intensa mezcla de suspense y terror psicológico poderoso por el que brinda esta serie. El tema sobre que los demonios son reales y el exorcismo no siempre es el remedio. Y las cosas empiezan a estancarse. Y el agua estancada huele mal. Y es nido de podredumbre de viles seres que necesitan energía humana para existir. Energía poderosa que brota de la sangre familiar de Kyle… ¿Pero por qué?

Outcast (Paria) es una serie que con cada número sigue contando buenas historias. Los propios personajes también son especialmente buenos (ya sabemos del don de Robert Kirkman). Kyle es un personaje principal encomiable con el que simpatizar fácilmente. A Megan, puedes llamarla Megan, pero os juro que es una Kate Bishop más madura (algunos me entenderán). El ritmo está bien orquestado y permite que las escenas sucedan a la velocidad adecuada; muy importante en una historia sobre exorcismos. Y Paul Azaceta da vida a este horror con su obra de arte. Un ilustrador que me encanta y ya sé porqué: de alguna manera, me recuerda a nuestro paisano David Ajá, uno de mis ilustradores favoritos actualmente. Outcast (Paria) es un cómic espeluznante e inquietante, y lo mejor, potente en atmósfera.

No se puede pedir más en un cómic de Terror.

Reseña: Stillwater. Rabia, Rabia, de Chip Zdarsky, Ramón K. Pérez y Mike Spicer

Sigo encontrando Terror alternativo en cómics, títulos o colecciones que no esperaba. Mi amado género o mi ansia no me permite parar. Por que lo malvado, lo terrorífico no descansa… ¿y por qué lo iba a hacer yo? Y lo encontré en uno de los nuevos éxitos de Skybound al otro lado del charco pero que gracias a ECC Ediciones ya lo tenemos por aquí. De la mano del guionista Chip Zdarsky (Sex Criminals, Daredevil) y el dibujante Ramón K. Pérez (Cuento de Arena, Ojo de Halcón), una serie de Terror con tema original como pocas. Un primer volumen con los seis primeros numeritos de la serie que dan lugar a una buena sentada de lectura en uno de esos descansos de piscina o playa que tanto estamos necesitando en estos días. Por que Stillwater invita a sumergirse en una trama de película de miedo, de esas que incitan a comprar palomitas y refresco y pasar una buena noche frente a la pantalla. Es la nueva joyita que acabo de encontrar entre las novedades de ECC Ediciones. Un lugar donde nadie muere. Y no es una promesa. Es una amenaza. Un lugar, un espeluznante pueblo es el sitio donde los forasteros no son bienvenidos por miedo a que se topen con su oscuro secreto. Uno que se adapta perfectamente al fin de los tiempos. Y al igual que con tantas series nuevas en los últimos meses, no sé si el concepto precedió al Evento o al revés. Por que se hace difícil saber (aunque la historia aún no ha concluido) si los inquietos ciudadanos de Stillwater andan así “reprimidos” por estar separados de su familia y amigos o por andar nostálgicos de vidas pasadas…

A veces, solo quieres sentir que nada ha cambiado. Especialmente, cuando nada cambia.

En Stillwater nadie envejece y nadie muere. Y cualquier herida, desde la más pequeña hasta la más horrible, sanará en nada. La historia es bastante buena para trabajar con sus ramificaciones. Es de esas tramas que los que amamos el género vamos casi rezando con cada avance lector diciendo en voz baja, por favor, por favor, que no estropeen la idea… Un lugar donde te encuentras con que la gente del pueblo ni siquiera puede emborracharse para matar el tiempo. Tienen demasiado y no les importa emplearlo en matar. La violencia bruta se convierte en una forma perfectamente normal de lidiar con el aburrimiento. Por que no tiene consecuencias duraderas. Escenas donde el arte de Ramón K. Pérez (vaya ilustrador que acabo de descubrir, por cierto) lo muestran de forma portentosa e inquietante.

Todavía es pronto para subirme al barco de “maravillosa historia» de Terror. Pero los cimientos son roca pura. Hasta ahora pocos de los personajes han cobrado vida como las personas de las que necesitamos saber más. En cierto modo, está bien labrado el concepto de estar leyendo una historia restringida. No abierta al mundo. Uno de esos casos que veríamos en Cuarto Milenio una noche pero que al día siguiente ya casi no recordamos. Y debo decir que no ayuda que los eventos del final de este volumen (que corresponden al final del número #6) sugieran que Stillwater sigue moviéndose a ritmo vertiginoso, es decir, que se nos para de golpe en plena acción. También es cierto que son los primeros días de dicha anomalía en el pueblo. El lugar solo ha estado fuera de la entropía desde 1986, por lo que todavía estamos dentro del tiempo que una persona mortal podría haber estado involucrada en cualquiera de “esos trabajos” que aún se mantienen hoy. En ese remanso. Veremos.

Seguiré a expensas de si Daniel West, el susodicho que aparece en la ciudad tras recibir una misteriosa carta, y que descubre todo el percal, sigue siendo ese protagonista tan molón con el que ir de la mano a este terrible misterio.

O es el pueblo.

Veremos.

Inquieto me hallo.