Reseña: Lo Mejor de Pafman, de Cera

Bruguera está haciendo algo tremendo. Y no es otra cosa que traer recopiladas las mejores historias de muchos personajes, que muchos de los viejóvenes tenemos en el corazón. Y ahora en tapa dura, formato grande, muy digno de tener sitio en nuestros extensas cómictecas. Y digo formato grande porque lo normal es que estas historias las leyeras en el pasado en pequeños huecos de periódicos, mini libretos de cómics… etc. Entonces, toda una sorpresa entre estas ediciones ha sido ver/reencontrarme con Pafman. Lo mejor de Pafman, del gran Cera. Un personaje que no se publicaba desde 2013, en las tan recordadas por mí últimamente, Crónicas de Pafman.

Joaquín Cera fue el creador de este divertido personaje, uno de los mejores autores patrios que tenemos en el noveno arte, creador también de otros muchos personajes. Otro catalán de cuidado que tras fichar por Bruguera empieza a elaborar historietas para la revista Mortadelo poco antes de que esta desapareciera junto a la editorial. Pero Cera tuvo la suerte de que Ediciones B lo heredara todo (o viceversa), así que el autor comenzó en 1986 su etapa más prolífica. Pafman, Dr. Pacostein, Los Xunguis… Cera no ha parado desde los 90 en las revistas (TBO, Súper Mortadelo, Súper Zipi y Zape) que Ediciones B creó y donde Cera hizo tándem con otro grande como es Ramis.

Pafman fue creado por Joaquín Cera en 1987. El propio Pafman es el personaje principal como se puede deducir, pero aparte de este superhéroe chapuzas tenemos a un gato antropomorfo e inventor llamado Pafcat. Ambos dos provocando multitud de desastres a la hora de enfrentarse con villanos. Las primeras historietas de Pafman apenas tenían continuidad pero con el tiempo, a pesar de que la serie era un gag constante, hubo algunas cosas que quedaron establecidas y algunos argumentos algo más largos y con enjundia. Varios de los cuales se aportan en este tomo. En un principio, Pafman y Pafcat trabajaban por libre, pero luego pasaron a formar parte de la plantilla policial del comisario Mafrune. Y tras las reactivación que tuvo la serie en 2004 con la llegada de Pafman Redevuelve, se nos dice que los personajes han pasado los siete años en los que no se publicaron aventuras congelados en el polo y es donde conocemos a la sobrina de Pafman. Toda una trama que se termina de desvelar en el Pafdark, el Cabestro Oscuro.

Como puede deducir la gente que no lo conozca, Pafman es un superhéroe torpe y chapucero que se empeña en luchar contra el mal, a pesar de que probablemente la gente estaría mejor sin su ayuda. Tenemos un cómic que se basa en el chiste constante: situaciones surrealistas, juegos de palabras, rotura de la cuarta pared, humor y más humor. El caso de las gafas churrifocales es para mía la historieta más tronchante con diferencia. Un confidente de Pafman siendo asesinado por «cuatrocientos encapuchados con gafas y sombrero mexicano» (que aparecen de la nada) y termina con el héroe frente al villano descubriendo como derrotarlo gracias a una cagada del guionista.

Pafman y Pafcat viven en Logroño City, una megaciudad que solo se parece a la ciudad española en el nombre y que tiene bosques, playa, una estatua con una antorcha y cualquier cosa que requiera el argumento de la historieta en cuestión. El origen de Pafcat siempre me encantó. Es un gato salido de la mutación de un amigo de Pafman y su gato doméstico, los cuales fueron metidos en una lavadora junto con un kilo plutonio. Ahí lo llevas. Y si os lo estáis preguntando, su enemigo más habitual no es una parodia del Joker. Se llama el Enmascarado Negro, y es un bandido vestido todo de negro y con una N en el pecho. Nunca se le ha visto la cara, siempre lleva una capucha debajo de la otra, el Enmascarado Negro es capaz de cometer todo tipo de actos malvados, desde robar el ladrillo de una obra hasta invocar a un demonio para destruir el planeta.

Pafman es un personaje que cuando lo conoces, cala. Este tomo recopila las mejores historietas del personaje, desde sus primeras apariciones hasta sus historietas más reconocidas, recuperando el material con correcciones de color y texto por parte del mismo autor. Y cuenta con un pedazo de prólogo a cargo del guionista, ilustrador y fan del personaje, Manuel Bartual. Como para perdérselo.

Reseña: Sociedad de la Justicia de América, de Geoff Johns y VVAA

A mí que siempre me gustó lo diferente, que me enamoré en su día de series como Astro City (que merece integrales YA) por esto mismo. El dar paso a ese lado original y personal de un superhéroe… como dijo esa señora, como no me va a gustaaaarrr… La Sociedad de la Justicia de América explora una nueva línea de tiempo en DC Comics. Sí, publicada aquí por ECC Ediciones, con la salva inicial y nostálgica de aquellos cómics que dejaron a muchos clasicistas con el culo torcido. Pues fue Geoff Johns quien escribió un primer número junto al ilustrador Mikel Janin, aunque fue una serie que gozaba de grandes artistas invitados y de renombre.

Y para meternos en vereda este TPB que recopila los primeros cinco números de la serie y que añade además aquel número clásico de Johns, el The New Golden Age #1. Donde de manera muy similar a su versión de Doomsday Clock, Johns salta al pasado, al presente y al futuro. Pero aquí, limita la línea de tiempo principalmente a la Sociedad de la Justicia, el primer grupo de superhéroes del mundo (y de los cómics). Y a diferencia de la trama de Stargirl: The Lost Children #1 que también se añade aquí (la heroína se une a Red Arrow para descubrir la verdad sobre una misteriosa desaparición), la historia de Johns nos lleva casi treinta años al futuro. A la heroica carrera de La Cazadora, la cual debe viajar a través del tiempo para salvar al legendario grupo.

Os contaré lo que es casi un secreto para muchos: Helena Wayne es la hija de los asesinados Batman y Catwoman. Tomó el manto de superhéroe y formó una nueva Sociedad de la Justicia con algunos miembros algo sorprendentes, todos interesados en descubrir quién mató a la última encarnación del Dr. Destino. Mis partes favoritas de este cómic es, sin duda, su poderoso principio. La Cazadora es complicada. Un personaje muy orientado a Batman pero sin su expresión sombría. Exteriormente retrata a una persona ruda pero tiene un corazón delicado y tierno. El uso de Solomon Grundy fue inesperado, al igual que la elección de los futuros miembros de la JSA. Me sorprendí al verlos. Pero tengo que decir que funcionó. No hay nada nuevo aquí, cierto, es solo una excelente narración de cómics que busca respetar el material antiguo y al mismo tiempo darle algunas tramas nuevas. Y el villano de turno (imagino que el primero de muchos) se hace evidente pronto. Que es lo que yo siempre pido en un cómic de pijameo.

Aunque para mí, lo que convierte en excelente a esta nueva serie es la caracterización de Huntress (La Cazadora), sus riesgos, la inutilidad de su misión y el respeto (¡por fin!) que DC muestra a su grupo, el primero de la historia. Incluso las historias de Tierra-2 JSA/JSI, de 1976, son canónicas ahora. Hay algunos detalles finos que resolver, pero todo llegará.

En mi opinión, uno de los errores más significativos de DC fue eliminar a la JSA. Se necesitaban nuevas ideas. Eso es todo. No siempre se le puede hacer la vista gorda al pasado. Y menos con algo tan bueno que entretuvo a muchos. Johns aborda esta cuestión con sencillez. La Cazadora se ve increíble. El resto de Sociedad de la Justicia de América, por encima del bien. Entiendo que los fans quedaron desconcertados por las grandes promesas y el final sin incidentes de Doomsday Clock. Pero siento de verdad que lo que querían era que la Sociedad de la Justicia de América volviera. Esa historia debía desarrollarse. Los héroes clásicos se revitalizan cada dos por tres. Esta es tu nueva serie a seguir.

Y la mía.

¿Podrá llegar al fondo de lo que le pasó al primer equipo de superhéroes del mundo? ¿Tiene el Casco del Destino las respuestas que busca La Cazadora? Nos vamos a 1940 a resolverlo, donde esta chica de moda trabajará junto a la clásica JSA. A una época conflictiva de guerras internas y huelgas por doquier. Flash, Deadman, Madame Xanadu y el Detective Chimp. Lee esto. Difunde la palabra. El primer equipo de superhéroes del mundo nunca murió.

Reseña: La Vieja Guardia, de Greg Rucka, Leandro Fernández y VVAA

Últimamente pasa mucho que, como los guionistas de Hollywood llevan años cortitos de ideas, se decidió tirar hacia el maravilloso y grandilocuente mundo de los cómics donde hay ideas a cascoporro para adaptar. A diestro y siniestro, y buenas, a poco que busques bien. Pero no solo para cine también para las famosas series de TV de las diferentes plataformas a las que muchos andamos enganchados cada poco. E insisto en decir que se está tirando mucho de cómic porque hay calidad. Lo demuestra el cómic que reseñé ayer y lo demuestra el que os traigo hoy: La Vieja Guardia, del ganador de un Eisner Greg Rucka (Lazarus, Black Magick, Wonder Woman…) y el dibujante aclamado por la crítica Leandro Fernández (The Discipline, Deadpool, Pushisher: MAX) que formaron tándem para este cómic que se centra en esos viejos soldados que nunca mueren… Y no es una metáfora.

Ser inmortal y capaz de absorber el daño puede convertirte en un muy buen soldado. ¿El mejor? En La Vieja Guardia los personajes no se presentan al comienzo de cada historia y es muy difícil saber de qué elenco se trata la historia, pero todo se va resolviendo a su tiempo con un aspecto bastante diferente según el período de tiempo que trate. Pero sí, sí, no era un comentario más, los personajes principales de esta serie son inmortales, y sus acciones se combinan con la violencia con la que participan en ciertas batallas a las que acuden. Tenemos la historia de dos mujeres y tres hombres que no pueden morir… o casi. Sus nombres son Andy, Nicky, Joe, Booker y Nile. Son soldados, y su guerra nunca acaba. Han estado en todos los lugares, lo han visto todo y han luchado en prácticamente todos los conflictos hasta día de hoy. Durante siglos, han mantenido su existencia oculta, sin quedarse nunca demasiado tiempo en un mismo lugar, siempre en movimiento, de misión a misión. Pero todo cambiará cuando empiecen a darse hechos que no esperan, los propios secretos de cada uno de estos seres, La Luz que provocará que se desequilibre un equipo que parecía imbatible.

Y así llegamos a una antología de relatos, dos de ellos escritos por Rucka y el resto por un grupo de guionistas de diferente calibre. Dos historias están dibujadas por el artista original, Leandro Fernández, cada dos historias por otro artista. Y la mayoría de las tramas son realmente entretenidas, no maravillas, pero acción y hechos que gustan de leer por lo que proponen. Básicamente, se hace que uno de estos inmortales aparezca en algún lugar, en algún momento, los malutos intentan matar de alguna forma al inmortal (a veces lo consiguen), pero este resucita y los destroza. Me encantaron especialmente dos historias, una de Brian Michael Bendis y otra de Vita Ayala. Hicieron algo interesante con este montaje, algo que no está directamente relacionado con la violencia. Y Cómo hacer un pueblo fantasma, de Matt Fraction o Un alma vieja, de Jason Aaron, son tramas terriblemente buenas. Como veis, autores consagrados por un tubo. El caso es que Greg Rucka y Leandro Fernández invitan a otros veintiún escritores y artistas a jugar con los juguetes en una caja de arena llamada La Vieja Guardia. Y en mayor medida, todos hacen un buen trabajo. Para mí las mejores tramas se encuentran a mitad del primer ejemplar, más que nada, porque ya conoces qué son y cómo actúan y es cuando verdaderamente empiezas a disfrutar de la saga. Mi única queja podría ser que hay demasiado Booker y muy pocos Nicky y Joe…

El hecho de que las historias sean dibujadas por diferentes artistas plantea el eterno problema de siempre. Unos gustarán más que otros. Pero recordad que el dibujo en un cómic tiene el poder de hacer que ya solo te encante la historia por el visionado. Aquí os pasará eso. ¿Qué ocurre? Pues que dado el talento de primer nivel que trabaja siempre Greg Rucka, esta serie se ha criticado por no aportar nada nuevo. Ese es el problema inherente que le persigue siempre a los grandes autores o artistas. La gente les espera siempre éxitos tras éxitos y ese poder muy pocos lo tienen. Difícil como que te toque la Lotería de Navidad… o ahí-ahí. Pero las sombras no son tan densas cuando te adentras en ellas.

Reseña: Night Club, de Mark Millar y Juanan Ramíez

Yo que amo el Terror, yo que amo las historias de zombies, yo que amo las historias de vampiros (bien hechas), os puedo decir que una de las series que tenía más ansias porque se publicaran en nuestro país es Night Club. La premisa prometía mucho, obviamente, atrapó a cantidad de amigos norteamericanos y ya Netflix está a punto de estrenarla como serie de TV. Y Mark Millar haciendo estragos con una nueva miniserie. Una vez más. Night Club, de Mark Millar y Juanan Ramíez, algo a lo que hincarle el diente, nunca mejor dicho. Si bien, como sugiere la evidencia de la mayor parte del primer número de seis que trae este primer tomito que recién publica Panini Cómics, parece ofrecer otra historia más de vampiros en el mundo moderno, pero nuestro héroe y vampiro recién convertido, Danny García, tiene otros planes. Entonces, tened libertad para conocer a Danny, aspirante a youtuber, cuya vida no se acerca ni de lejos a lo que esperaba cuando un día sale en bicicleta para lanzar su nueva carrera en los medios y… únicamente se encuentra con un problema de los gordos, su vida en peligro y una guerra secreta entre vampiros que nadie conoce.

Mark Millar y Juanan Ramíez hacen un gran trabajo al establecer el elenco principal de personajes de esta serie. La motivación y el misterio están muy presentes, todo a un ritmo apropiado para un cómic que tiene acción trepidante y trata los momentos más sombríos de duelo de forma muy real. El dolor que se siente por la muerte cercana de Danny y que su familia y amigos deben atravesar, antes de que Danny se convierta en un ser de la noche, peta el alma. Un hecho que Ramíez retrata con toque dramático, gracias al uso liberal de líneas de perspectiva que atraen al lector al encuadre y al abrazo frío y oscuro del nuevo señor y amo de los vampiros, Danny para los amigos.

E incluso después de saber por qué Danny fue convertido y con qué propósito, las dos últimas páginas del primer número (número debut) sugieren que para Danny hay otros planes. Y así es. Algo revelado por la sinopsis de Image Comics, por cierto, aunque queda la sorpresa de hacia donde va la historia y eso es lo que no desvelaré aquí porque es tan original como potente.

Por supuesto, tenemos las inevitables escenas de entrenamiento a las que suele verse sometido cualquier vampiro novato, que sirven como exposición ingeniosa para establecer las reglas básicas para esta especie de vampiros en particular. Lo que vale para darle al lector una idea del increíble poder que Danny tiene ahora y de sus limitaciones como vampiro. Ya sabes, el sol, estacas de madera en el corazón, ese tipo de cosas… Además de un mentor intrigante que parece conservar más que un dedo gordo del pie en el mundo de los humanos, dada su profesión. Y aparte de ser un vampiro a tiempo completo, por supuesto, quiere ser un superhéroe.

Quien domina todo esto es el escritor y guionista Mark Millar, quien una vez más toma un género bien establecido y hace más que insinuaciones para darle la vuelta a lo convencional. Por lo tanto, juega con las expectativas preconcebidas de los lectores sobre el género. Especialmente cuando la página final revela (con el genial dibujo de Ramíez), sucesos impactantes para un futuro cercano. Millar mezclando superhéroes y vampiros.

Mañana sale a tiendas.

Reseña: Hacia el Ocaso, de Nazuna Saitô

Nazuna Saitô es de esas autoras o autores, de los que yo espero ser antes de irme de este mundo. Alguien que llega a publicar sus obras tarde, pero lo termina consiguiendo. Nazuna empezó en el mundo del manga tarde. Nació muy cerquita del monte Fuji en 1946 y se convirtió en ilustradora (mangaka) casi por casualidad cuando un compañero de trabajo se fue y ella lo reemplazó. Dibujó sus primeros cómics a los cuarenta años. Un día envió una historia a una importante editorial japonesa y ganó un premio para nuevas promesas. Continuó trabajando durante los 90s hasta que dejó de dibujar para cuidar de sus padres enfermos. Con poco más de sesenta tacos, aceptó un trabajo enseñando dibujo en la Universidad Seika de Kyoto y se inspiró en sus nuevos talentosos estudiantes para crear nuevas historias. Se puede decir que el don de la inspiración regresó a ella. Pero sus intereses narrativos habían cambiado. Antes de sufrir un derrame cerebral, dibujó In captivity (2012) y Solitary death building (2015), ambas centradas en el envejecimiento y la muerte. Hacia el ocaso recopila diez trabajos cortos de Saitô ambientadas en el Japón moderno, con temas como la vida cotidiana, el amor, la familia y la vejez.

Como dice en la sinopsis la editorial Ponent Mon que es quien trae a nuestra librerías este manga joyita, Saitô da vida a sus historias con un dominio técnico perfecto que logra que cada rostro sea diferente, refleje el carácter de sus personajes y las sutilezas de cada historia con humor y delicadeza. Y muy de acuerdo en que Hacia el ocaso realmente lo que nos está mostrando son los conflictos, las penas, las alegrías y los anhelos de las personas, cada día, que deciden salir y poner un nuevo pie en la calle. Historias que se centran en hombres de mediana edad atrapados en un ciclo de autocompasión y autorreflexión. Y la mangaka burlándose suavemente de su angustia y compromiso mientras captura el patetismo de estos hombres que siempre arden en deseos de revivir amistades de la infancia y amores perdidos.

O hermanos que visitan a su madre enferma, que sucumbe a la demencia y está resentida por su pérdida del presente. Hermanos que dan paseos mientras intentan equilibrar el doloroso legado de su personalidad cáustica con el intento de honrar a dicha mujer hasta los últimos momentos de su vida. O un elenco excéntrico de ancianos chismosos que son acechados por la propia muerte que a pocos metros desciende sobre el complejo de viviendas donde todos viven.

Y más relatos. El paso del tiempo, la imperfección de la memoria, las historias van aumentando hacia una comprensión naciente de la vida, una comprensión que resulta tan esquiva como el tiempo y la memoria. Pero al final, nos quedamos con estos breves focos en la vida promedio, bellamente representados en una línea frágil, que me dejaron con ganas de más. Cuentos que fueron publicados por Seirin Kogeisha en Japón. Tomo que también aporta un completo epílogo de Tomofusa Kure, reconocido escritor y miembro del ejecutivo de la Japan Society for Studies in Cartoons and Comics, en el que hace un profundo análisis de la obra de la autora.

Ganó el Premio de la Asociación de Autores de Cómics de Japón en 2019 y el Premio Yoko Kondo a la Excelencia de la División de Manga de la Agencia de Asuntos Culturales Festival de Artes de los Medios.

Hacia el ocaso, mi atención debía tener.

Reseña: Capitana Marvel. La Saga de Monica Rambeau, de Roger Stern y John Romita Jr. y VVAA

Os traigo hoy el tomo que más recomiendo leer si queréis poneros al día con lo que es, representa y se está desarrollando sobre el personaje de Capitana Marvel. Además un cómic, una saga, que hace un sándwich mixto perfecto con el film The Marvels que se estrenó la semana pasada en nuestro país. Y además de además, un 100% Marvel HC que no es otra cosa que un completo volumen cronológico con la trayectoria de Monica Rambeau desde su debut como la nueva Capitana Marvel, poco después de la muerte de Mar-Vell, y todo, de la mano de dos grandes como son Roger Stern y John Romita Jr.

Anteriormente en Amazing Spider-Man, la muerte de Mar-Vell, la Capitana Marvel original de Tierra-616, en 1982, fue un tema impactante. Nunca se había visto entonces a un superhéroe que criara malvas por algo tan mundano…, y ahora tan corriente y fatal como es un cáncer. Mundano para alguien tan poderoso, claro. Sin embargo, lo que pasaba era que el Capitán Marvel fue una marca muy controvertida de llevar en el mundo de los cómics, por lo que estaba claro que la falta de una Capitana Marvel en Marvel Comics no era una situación que iba a durar. La historia de este número donde “regresa a su cargo” comienza con Peter Parker en la terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria de Nueva York (el número con el que abre este tomo), cuando se cruza con una hermosa mujer y él la mira de reojo. Se vuelve contra ella de forma poco amigable y un poco… ¿acosador? En defensa de Spidey, tengo que decir que Mónica no está en su radar por su cuerpazo, más bien, su sentido arácnido le advierte de algo sobre esa chica. Pero es algo foráneo, ya que la chica la seguimos hasta un barrio chungo y cuando le quieren arrebatar el bolso, ella demuestra que es algo más que una cara bonita. Una inminente sensación de perdición para todo aquel que ose atacarla.

Acaba con los matones en poco tiempo pero cuando Spiderman aparece, lo lanza contra una pared con una especie de explosión de energía. Al quitarse el traje ahora destrozado, revela que ella lleva un uniforme plateado y negro, y se eleva hacia el cielo para revelarse en una página completa con la dramática leyenda: «¡Llámala Capitana Marvel!». Nada como un buen cómic clásico para llenarte de emoción con una sola viñeta. El caso es que para la policía del puerto de Nueva Orleans, Monica Rambeau, es alguien que se niega a seguir los protocolos, pero cuando un viejo amigo de la familia le pide que investigue a un posible señor del crimen que buscaba canalizar algún tipo de energía extradimensional, ella se involucra… y ya estás metido con el personaje de todas-todas. Ya empiezas a amarlo. Y más cuando ves que termina en la mansión de Los Vengadores y Mónica es capaz de hacer buenas migas con La Cosa, alguien que tiene cero en socializar. Por lo tanto, todos los héroes reunidos conocen y saludan a Mónica, ahora llamada Capitana Marvel (como la llamaron los hombres de una plataforma petrolera que acaba de salvar), quien incluso ayuda a negociar la paz entre La Cosa y Spiderman (los famosos Marvel Team-Up y Marvel Two-In-One parten de aquí). Es decir, todos los guionistas de Marvel yendo a una con un universo, como ha ocurrido en el UCM, de ahí todos los éxitos.

Hay muchas personas jovenzuelas, lectores de cómics, a los que no les importa la grandilocuencia de los cómics ochenteros o de finales de la Edad del Bronce. Pero ir a ello es ir a la fuente, al germen de lo que son los cómics que hoy en día se venden. La Saga de Mónica Rambeau es un compendio de historias que proporciona un buen equilibrio entre el melodrama exagerado y la narración anticuada del universo compartido. Capitana Marvel es una gran adición al Universo Marvel. Pasando por su ingreso en Los Vengadores y sus aventuras en solitario, en dos especiales inéditos en España, junto a otras apariciones nunca antes publicadas, tenéis aquí un volumen que merece la pena pillar a poco que os llame la atención saber más de esta chica. Desde lo clásico a lo nuevo de un personaje que siempre mereció más.

Reseña: Valerian. Allí donde nacen las historias, de Pierre Christin y Virginie Augustin

Este álbum pertenece a la colección Valerian visto por…, y fue el gran Pierre Christin (Orwell, Leyendas de hoy) quien lo elaboró junto a la gran dibujante Virginie Augustin para ofrecer una visión fresca y renovada de una de las series míticas de la BD francobelga. Pero lo que hicieron es más una continuación de la mítica serie aunque solo fuera en un solo álbum. Y es que habiéndonos dejado Mézières, muchos nos vimos huérfanos de este maravilloso universo creado que a muchos nos trasladó a aventuras interestelares donde conocimos mundos, razas y otras galaxias infinitas. Un macro-universo que fue uno de los gérmenes para que naciera Star Wars, dicho por el propio George Lucas.

En cualquier caso, los fans de la serie principal no estarán demasiado desorientados con este nuevo principio. Allí donde nacen las historias es fácil de leer y disfrutar. Una lectura agradable con un reparto bastante heterogéneo. Lo dicho, es más bien una continuidad de sus aventuras, hasta el punto que incluso nos preguntamos si no será así. Entonces, ¿cómo transmitir ese sentimiento (al menos personal) de que este álbum realmente vale la pena? Me limitaré a lo que pensé en cuanto lo cerré. Bastante logrado, coherente y fluido.

Fue uno de mis placeres culpables el redescubrir este universo, universo de universos, tenemos en Allí donde nacen las historias una especie de reinicio, por lo que es positivo y al mismo tiempo decepción pensar el porqué no se siguió con ello. Pierre Christin retoma su universo donde lo dejaron hace más de una década. Nuestros héroes, ahora adolescentes y amnésicos, viven una vida pacífica en la Tierra y bajo la tutela del tío Albert. Por supuesto, se invita discretamente a vivir una aventura casi personal. Me gustaron mucho todos los pasajes de la Tierra en este viaje a Georgia y un poco menos el cosmos presentado por no estar más desarrollado los sistemas anexos. Pero sí que me encantó el tono que sirve de intriga en torno a la industria del entretenimiento cósmico. Descubrí que el guionista presionó demasiado para denunciar nuestro sistema industrial actual. La historia se centra en los Delfos, una raza de inteligencias artificiales, capaz de crear argumentos novedosos. Por desgracia, la fuente de su creatividad se está agotando. Se trata de un raro metaloide que solo se encontraba en grandes cantidades en la Tierra a principios del siglo XXI. En este viaje al pasado, los Delfos tropezarán con una jovencita pareja de agentes espacio-temporales… Pero está la historia de fondo. Encontramos algunos personajes que aparecen en otros álbumes: la schnafleur, los chicos de la industria del cine y algunos jefes de los Círculos de Poder…

No me iré sin decir que el dibujo de Virginie Augustin fue realmente lo que me abrió el apetito. Un dibujo encantador que ya he podido apreciar en otras series y con estilos ligeramente diferentes, lo que sorprende cantidad. El dibujo de esta señora es encantador, fino, elegante y detallado, nuestros jóvenes héroes molan en apariencia bajo su pincel.

Quiero descubrir nuevos héroes del espacio, otros, pero siempre que intento eso, recuerdo y me digo, dios mío, pero si Valerian me da todo lo que necesito. Qué bueno es.

Reseña: Batman. Chamán /Veneno, de Dennis O’Neil, Hannigan, Von Eeden y José Luis García-López

No lo esperaba porque en realidad resulta que empecé a leer y a leer, me enganché, y resultó que me sonaba bastante lo que me estaban contando. Y me dije: ¿Yo he leído esto? Diría que sí. Y sí, lo había leído hacia muchísimo tiempo y no recordaba lo bueno que eran estos dos arcos argumentales del maestro Dennis O´Neil. Un retroceso a algo que no sabía que me estaba perdiendo, los cómics donde una historia comienza y terminan con un apoteósico final. Y simplemente estás con Batman y lo ves “trabajar”. Pero estas historias merecen más que las estrellas que algunos “críticos” les han dado. Quizás es mi sensación ahora que estoy reseñando los dos arcos al completo, ahora, que se pueden disfrutar en un solo tomo, en tapa dura, gracias a esta nueva edición de ECC Ediciones. Tenemos en este tomo Chamán y Veneno, dos sagas escritas por el siempre maravilloso Dennis O’Neil y dibujadas por Ed Hannigan y Trevor von Eeden con la colaboración del maestro José Luis García-López. Y además, un relato protagonizado por el mítico guionista que firman su hijo Larry O’Neil y el dibujante Jorge Fornés.

Chamán es una historia extraña que muestra todo lo fantástico de las pelis de aventuras de los 80 con trasfondo sobrenatural. Esas genialidades de algunos directores hoy consagrados que a muchos nos hizo enamorarnos del cine ochentero para el resto de nuestro días. El primer capítulo de cinco partes tiene lugar incluso antes del Año Uno, de Frank Miller, y el resto ocurre poco después del primer año. Antes de que Batman pateara traseros a súper alienígenas y villanos inmortales, antes de que tuviera un batmóvil y un cinturón de herramientas lleno de artilugios, y antes de convertirse en el hombre más peligroso de la Tierra. Cuando únicamente era un tipo con una máscara, deambulando por el mundo pero, sobre todo, su ciudad, su mayordomo, un busca pistas. Un lado del personaje de Batman que nunca debe perderse, que no se le olvide a ningún guionista. En este arco, Batman aborda misteriosos asesinatos rituales en las calles de Gotham. No es educado, no siempre es capaz de salvar a las personas que lo rodean y los criminales no hablan con él a menos que él realmente los persuada. Pero… ¡Eso es mucha charla para el Murciélagos! Disfruté (volví a disfrutar) la combinación de sobrenaturalidad y espiritualidad de esta trama, así como el viaje que emprende Bruce Wayne para convertirse verdaderamente en la máscara que se pone.

Veneno no es una historia de ¿Y si Batman se volviera adicto a las pastillas?, como dice mucha gente. Eso es un tema bastante superficial. Puro simbolismo. En primer lugar, no es Vicodin, es veneno, el veneno/esteroide/súper droga que crea a Bane, probablemente el mayor y más subestimado enemigo de Batman. En segundo, es fácil interpretar el veneno como un símbolo de corrupción, maldad, obsesión total, psicopatía, todo lo que Batman no es. Batman es y siempre ha sido equilibrio. Tiene sed de venganza, pero protege a la gente de Gotham y a su familia. Destruye a sus enemigos pero no los mata. O normalmente no mata, depende del guionista. Sissy Porter se ahoga y Batman le falla y recuerda cómo les falló a sus padres. Se da cuenta de que no es suficiente, que su equilibrio no funciona. Entonces se vuelve completamente Batman. Nunca te vuelves completamente Batman. Con eso quiero decir que se entrega al 100%, todo venganza, todo cuerpo, sin cerebro, sin segundas conjeturas. Pero sí que se vuelve adicto a las pastillas, pero sólo por el poder que le dan. La supuesta infalibilidad. Porque todo ese jugo confunde su cerebro y comete errores, casi lo matan, casi se convierte en un asesino, lo que se prometió a sí mismo que nunca sería, o de lo contrario no es mejor que Joe Chill, quien mató a sus padres. El fracaso de Batman ilustra cuán humano es en realidad, o tal vez cómo Batman nunca está sin Bruce Wayne, siempre humano, nunca completamente corruptible.

Dos historias indispensables.

Reseña: Marvel Omnibus. X-Statix, de Peter Milligan y Mike Allred

Uno de los nuevos cómics que se me hizo indispensable de tener en formato integral u omnibus a pocas grapas de leerlo fue X-Statix. Peter Milligan haciendo lo que mejor sabe hacer. Una serie donde los superhéroes son lo que de verdad serían si fuesen reales. Influencers, buscadores de fama, dinero, sexo, lucrarse con cada aparición que hacen. La puta realidad de los superhéroes hecho cómic. Un tochal que recoge los primeros números donde apareció o formó este grupo (X-Force #116-#129) más su miniserie o cabecera inicial (X-Statix #1-#5) de la que cientos y cientos de fans esperamos una continuación. Los mutantes subversivos amantes de los medios de Peter Milligan y Mike Allred, el mundialmente famoso grupo ya denominado X-Statix, protagonizan una serie de aventuras extrañas, hilarantes con un portentoso final. De ahí que no se nos queda la miel en los labios a los que disfrutamos tanto de esta serie.

Aquí podréis encontrar a un equipo de mutantes del Universo Marvel, cuyo nombre deciden cambiarlo. La serie iba a ser un «restyling» de X-Force, pero la cabecera no alcanzó los picos de venta esperados en los 90. Y se decidió que era por no tener «punch» en la denominación. Joe Quesada, entonces Editor en Jefe de Marvel, queriendo un cambio decisivo, encomendó la operación de renovación a Peter Milligan, uno de los grandes guionistas de éxito en las últimas publicaciones de Vértigo. Y a Mike Allred, célebre ilustrador muy amado por los fans. Al cambiar de nombre, X-Statix se presentó casi como una sátira del mundo del espectáculo. Por lo que se desmarcó definitivamente de la clásica X-Force. Aquí podréis encontrar a mutantes como Anarquista, cuyo poder consiste en emitir un sudor ácido que le permite crear energía prácticamente de la nada. Junto a él, U-Go Girl, sobrevive a la masacre del equipo original y se convierte en parte del segundo equipo. También Bloke, es un enorme mutante de San Francisco con la capacidad de cambiar el color de su piel como un camaleón y obtener súper fuerza. Su color original era rosa, homosexual declarado, y estaba comprometido con otro chico mutante. Pues nada, en la época, a cortar con tijera.

Tenemos también a Chica Muerta (Rayo de Luna). Doop, un extraño ser verde con forma esférica que se expresa en un lenguaje misterioso que todos los miembros del equipo conocen y que hace de camarógrafo para las misiones. Un bicharraco cuyos orígenes son misteriosos pero que el Capitán América llega a contar que, en realidad, es una súper arma biológica creada por el ejército de los Estados Unidos durante la Guerra Fría, y que hay que tener ojo porque tiene poder como para destruir nuestro planeta. Y El Guapo (Robbie Rodriguez), un tío sin poderes pero con una relación simbiótica con su patinete, el cual, sí que tiene súper poderes.

Y más. Fan Boy (Arnie Lundberg), un mutante con enormes poderes de manipulación molecular. Y Henrietta Hunter, una mujer que inexplicablemente regresó de entre los muertos con habilidades físicas avanzadas, empatía y la capacidad de comunicarse con fantasmas. Huérfano/Sr. Sensible (Guy Smith) es el líder del equipo y a pesar de su inexperiencia, todos sus sentidos parecen estar extremadamente desarrollados. Me recordó a los jefecillos jovenzuelos que suelen colocar algunas empresa, recién salidos de la Facultad, con cero experiencia laboral y que por tener un título superior, viene cobrando lo mismo o más que tú. Y eso que suelen estar empanados y que para colmo tienes que enseñarles como se hace casi todo el trabajo…

Pero bastantes más. Porque X-Statix es un cómic, sobre todo, de superhéroes, de cantidad de ellos, de muchos personajes para disfrutar de la variedad y la originalidad de los autores. La oportunidad, con este tomo que publica Panini Cómics, de llevarse un volumen de pijameo uro -y lo digo sinceramente- único en su estilo de compendio rolero de monstruos/superhéroes. La obra mutante completamente loca de Peter Milligan y Mike Allred. Porque los mutantes son los supervivientes de los cómics. Claro, hay trampas para ser un mutante: los robots asesinos quieren destruirte y, en ocasiones, te ves horrible o lastimas a los que amas por culpa de tus complejos. Sin embargo, al igual que las estrellas de los «reality shows», los mutantes tienen un poder que no se merecen en absoluto. Son chiripas fantásticas, dotadas de asombrosas capacidades más allá del conocimiento de los mortales solo porque eso es lo que su ADN decidió cambiar un día. Y es que siempre queda el poderoso que no quiere serlo porque siempre se anhela lo que no se tiene. Y esa máxima en X-Statix se explica bastante bien. Un desagradable grupo de mega-estrellas mutantes, cuya gloria superheróica se forma «in media res».

¿Veredicto final? Cómic de sobresaliente. El mejor pijameo moderno a recomendar. Probad sino este pastelito.

Reseña: Kingdom Come, de Mark Waid y Alex Ross

Una de las obras indispensables de tener en cualquier cómicteca que se precie es, sin duda, Kingdom Come. La potente obra que se marcaron Mark Waid y Alex Ross, un cómic inolvidable que todo el mundo debería leer, al menos, una vez en la vida. Porque Kingdom Come fue una miniserie de cómics de cuatro números publicada en 1996 por DC Comics bajo su sello Elseworlds. Y que quede claro que la idea partió de una idea original que venía gestando en su mente Alex Ross. ¿La historia? Está ambientada en un futuro alternativo del Universo DC. La nueva generación de héroes ha perdido su brújula moral y se ha vuelto tan imprudente y violenta como los villanos contra los que luchan. El régimen anterior de héroes (La Liga de la Justicia), regresa en circunstancias terribles, lo que establece una batalla de la vieja guardia contra estos protectores intransigentes en un conflicto que definirá lo que realmente es el heroísmo y determinará el futuro del planeta.

Superman y La Liga de la Justicia abandonan sus papeles como superhéroes después del ascenso y el fuerte apoyo público de un superhéroe llamado Magog, que no tiene reparos en matar, en particular al Joker antes de su juicio por el asesinato en masa del personal del Daily Planet. What? Lo que estáis oyendo. Pero incluida Lois Lane. En años siguientes, surge una nueva generación de metahumanos con superpoderes. Se involucran en batallas destructivas con poca distinción entre héroes y villanos. El narrador, el ministro Norman McCay, sufre visiones de un futuro apocalíptico. Inevitable. El Espectro se le aparece a McCay y lo recluta para que lo ayude a juzgar el apocalipsis sobrehumano que se avecina… Y no os puedo desvelar más de esta obraza. La intención es, que el que no sepa nada, la disfrute a tope. Y el que sepa, y aún no lo haya hecho, pille una buena edición de este título. Para elegir tiene. En mi opinión, una historia donde se reclutan héroes nuevos y viejos, bien contada y maravillosamente dibujada, difícil que no guste. Kingdom Come me encanta, y mi misma opinión la vais a encontrar doquiera que busquéis información.

La excepción más destacada es Batman, que está resentido con Superman por haber abandonado hace unos diez años. Batman le advierte que sus nociones idealistas están obsoletas y que su violenta interferencia sólo exacerbará los problemas del mundo. En respuesta a La Liga de la Justicia de Superman, Batman activa su propia red de agentes, compuesta en gran parte por héroes más jóvenes de segunda y tercera generación. Se pudo ver un flashback de esto en formato cine como una visión futurista que tiene Bruce Wayne en la peli mientras lo tienen prisionero. Pero aquí los veteranos como Green Arrow, Canario Negro y Blue Beetle, son elegidos como tenientes. Lex Luthor organiza el «Frente de Liberación de la Humanidad» y el MLF es secretamente un grupo de villanos de la Edad de Oro y villanos de tercera generación como el sucesor de Ra’s al Ghul e Ibn al Xu’ffasch (el hijo de Bruce Wayne y Talia al Ghul).

Cuando el dibujante de cómics Alex Ross estaba trabajando en Marvels (1994), decidió crear una «gran obra» similar pero con personajes DC. Ross escribió un manuscrito de unas cuarenta páginas…, lo que se convirtió en Kingdom Come. Le propuso la idea a James Robinson como proyecto similar en alcance a Watchmen (1986-1987). Pero este no lo vio tan claro. Al final, Ross se asoció con el escritor Mark Waid, quien fue recomendado por los editores de DC para completar esta obra que terminó siendo oro puro.