Reseña: Las Mil Caras de Jack el Destripador, de Antonio Segura y José Ortíz

Lo decía el otro día en redes sociales. Menuda recuperación de órdago que se acaba de marcar la cada vez más recomendable editorial Isla de Nabumbu con la publicación/reedición en un genial álbum de tapa dura de Las Mil Caras de Jack el Destripador. La tan alabada obra de Antonio Segura y José Ortiz imposible de tener y gozar en un genial formato como el comentado… hasta ahora. Como bien alega la editorial y su principal representante el amigo Javier Alcázar; libros y tebeos hechos con cariño, cómics que nunca pensaste volver a ver editados con calidad, recuperación de autores olvidados, libros necesarios aunque minoritarios, la esperanza del neopulp hispano… y mucho más. Rescatados muchos, obras indispensables como todo lo publicado de Auraleón…, añadiría yo.

Y ahora un glorioso cómic de Terror con el que babear un poquito ahora que se puede conseguir en librerías y en su web. Las Mil Caras de Jack el Destripador, una colección de historias magníficas. Y es que a uno le da un subidón de narices siempre que puede ponerse con otra colaboración de dos grandes maestros del noveno arte como fueron José Ortiz y Antonio Segura. Y más cuando hablamos de una mini colección de historias de Jack el Destripador con muchas ilustraciones que son dignas de cuadros. Con una premisa que fue más que sorprendente para mí pues, a partir de la locura asesina de Jack, nuestro aterrador protagonista se expande en otros personajes como si los poseyera. Una psicosis común en otros tantos asesinos, que los autores llamaron Jack para hacer a los personajes más «encantadores» si podemos decirlo así.

Todas estas pequeñas historias tienen lugar en Londres durante un período de veinte años. Donde se rememora muy bien ese desconocimiento, ese halo de misterio que siempre debe llevar la sombra de Jack el Destripador consigo mismo. Es entonces cuando Ortiz y Segura nos acercan, nos llevan de la mano, a nuevos crímenes a través de otros rostros, seres perdidos, que pasaron a la historia del delito mediante la fama de este ser abominable que hizo los indescriptible con algunas de sus víctimas…

Jack está súper bien representado. Tiene un aire a Drácula tremendo desde la portada hasta sus escasas apariciones “reales” en viñeta. Tiene aire a ese tipo de persona que hemos visto alguna vez gobernado por las arrugas, casi decrépito, a ese tipo que va de vuelta en la vida y opta por la muerte como diversión. La muerte de los demás, por supuesto. Otra de las muchas cosas que me gustaron del cómic es que presenta una teoría sobre el personaje-mito-realidad que podría sostenerse bastante bien y explicar muchas cosas, en especial, la razón por la que los cuerpos de seguridad nunca lo hemos podido atrapar ni identificar en todos estos años.

Para más inri o para más acercamiento al horror y al acecho que muestran cada una de las historias, los ambientes son oscuros. El nivel de vida social y la miseria están bien representados, los barrios-bajos también y lo mismo ocurre con la mentalidad inglesa que quería que el asesino no fuese inglés, porque eso sería imposible, ¿no? Los piratas estos siempre igual… El hilo de las tramas que siguen son, por supuesto, los diferentes asesinatos cometidos no por uno, sino por varias personas que se hacen llamar Jack y que matan de todas las formas posibles e imaginables, sin que sea necesario abordar esa fama del Destripador, ese rumor tan trillado de que sólo iba a por prostitutas. Aquí, sin sexismo, sin selección, esta esencia del Mal le quita la vida a todo lo que le rodea. El asesino, el destroza-alamas tiene mil caras, mil motivos, mil víctimas. Y entre los guiños gráficos podemos encontrar dos referencias (o yo encontré sólo esas dos) en algunos de los asesinatos narrados donde se puede reconocer a un tipo que viste un abrigo largo gabardinero que diría que se apellida Lee… y otro que, sin duda, tiene toda la pinta de Boris Karloff en La sombra de Frankenstein.

¿Lectura en blanco y negro? No es la primera vez que digo que ciertos dibujos o mejor dicho ilustradores se magnifican con el uso del b/n. Y sé que a cierto tipo de gente no le gusta, que si es antiguo, que si los ojos sufren, los modernitos que detestan las cosas sin antes probar. Lo diré una y mil veces: dependerá del trazo, del dibujante y su don. A lo quisquilloso que sea, sobre todo, el ilustrador con los detalles. Si lo maneja a la perfección, el dibujo se encumbrará, cuando lo normal es que en blanco y negro pierda. Ahí está la magnífica labor de José Ortíz, su don, capaz de hacer maravillas de este tipo como hizo con su gran obra Hombre.

Grandes historias cortas de las que al terminar quieres más. Una más. Y otra. Otra más, camarero, por favor. ¡Qué no me voy todavía! Patatas fritas con ketchup, tinto de verano, el horror más puramente logrado por dos de los grandes maestros comiqueros de la historia de nuestro país.

Reseña: Cadenas Invisibles, de Michelle Renee Lane

Una historia emocional profunda llena de dolor, magia y resistencia. Cadenas Invisibles es una historia sobre el espíritu humano, cómo soporta la peor tortura y se niega a rendirse. Por favor, por favor, leer este libro porque os va a dejar anonadados como me he quedado yo. ¿La atracción? Como amante eterno del género de Terror yo es que veo cualquier referencia al Premio Bram Stoker (máximo exponente mundial del género) y ya siento que quiero leer esa/dicha historia. Me he llevado poquísimas decepciones cuando me he tirado de cabeza a la piscina por esto. Cadenas Invisibles es una historia deslumbrante e inquietante de Jacqueline, donde una joven esclava criolla busca libertad. Ambientada en la Nueva Orleans anterior a la guerra, la magia y el misterio se entreteje una trama que absorbe y te introduce de lleno en la cultura Deep´s South (la América profunda y sureña) donde por encima de todo se crea un mundo de historias realistas listas para engullir al lector más insensato.

Cada frase de esta historia impulsa la trama, creando una experiencia intensa e inolvidable.

Como os decía, Jacqueline es una joven esclava criolla en la Nueva Orleans anterior a la guerra. De pronto, un extraño que ha perseguido sus sueños desde la infancia viene a quedarse como invitado en la casa de su amo. Poco después de su llegada, los miembros de la familia mueren misteriosamente y Jacqueline es sospechosa de asesinato. A pesar de su miedo al extraño, Jacqueline se hace amiga de él y este la ayuda a escapar. Mientras huyen de los cazadores de esclavos, se encuentran con magos, un loup-garou (hombre lobo) y un circo ambulante de monstruos sobrenaturales. Ella confía en la magia ancestral para ser guiada y encuentra la fuerza allí para vencer sus miedo pero este viaje que se abre a su paso jamás será olvidado, ni por ella, ni por vosotros como lectores.

Jacqueline desea la libertad, pero como esclava, esos sueños no solo son irreales, sino peligrosos. Su madre le enseñó hechizos pero no los suicientes para protegerse de todo lo que le va a ocurrir. Y es ese misterioso y apuesto invitado, va a convertir su vida en una explosión de ensoñaciones que parecen llevarle por buen camino a ese deseo de libertad que Jacqueline tiene…

El poder del extraño sobre Jacqueline trasciende la página. Una complicada relación que se desarrolla lenta y fluidamente hasta el agonizante clímax final donde se revela su verdadera personalidad. No hay papeles pequeños en esta historia. Aunque los monstruos ayudan a Jacqueline, ella está siempre constantemente amenazada. Incluso por amor. Esto incluye esclavos, monstruos, mestizos, judíos españoles, inmigrantes irlandeses, artistas de circo, gitanos, videntes y parejas en relaciones interraciales. Las personas que son consideradas diferentes por la sociedad blanca en general son impotentes y solo pueden sobrevivir apaciguando e imitando a sus opresores o usando poderes mágicos o sobrenaturales.

Cadenas Invisibles (Invisible Chains) fue nominada al Premio Bram Stoker 2019 en la categoría de Mejor Primera Novela. Una primera obra de Michelle Renee Lane, una novela a tener muy en cuenta.

Reseña: Las Caprichosas Maldiciones de Sôichi, de Junji Ito

Sôichi es ese niño repelente y terrorífico con el que nadie quiere toparse en una noche de tormenta… Qué digo en una noche lúgubre, ese ser al que una vez conoces, no vuelves a querer ver en tu vida. Sôichi es ese joven de aspecto tenebroso causante de accidentes, de males, tan oscuro todo lo que le rodea, que no sabes si es sólo una personita con afán de elaborar maldades o realmente es un demonio en la Tierra. ¿Por qué? Por que Sôichi no tiene amigos, es demasiado ególatra y antisocial y prácticamente lo aborrece todo y a todos. Incluso su propia familia le cae mal. Por esa razón lanza maldiciones a toda persona que se le cruza, eso sin contar que es un niño que “saborea” clavos y entierra muñecos en el bosque y pone trampas vudú para matar a culpables e inocentes por igual. Y si no está claro que ha sido él, todos los dedos le señalan. ¿Te hará dudar de su inocencia? Cuando le conozcas, para nada.

Junji Ito es ese maestro creador de historias de Terror que uno no se cansa de alabar. O mejor dicho, desde que lees su primera historia, le amarás por siempre a poco que te guste este género. Qué decir a estas alturas en las que uno ya ha leído decenas y decenas de sus historias y nunca me canso de disfrutar. Y todo gracias a ECC Ediciones y la gran recopilación de sus obras que está haciendo. Títulos y grandes antologías de relatos de Terror del maestro nipón que casi cada mes ven la luz entre las novedades. Y es que a mitades de 2022 que estamos, las obras de Junji Ito tienen un gran peso dentro del género de Terror. Veréis films, mangas, cómics, animes e incluso videojuegos en los que se le hace referencia a su trabajo. Solo os comentaré una noticia para que veáis hasta que punto Ito ya es un grande del género; hace unos años, cuando hubo la polémica de que el nuevo videojuego Silent Hills sería cancelado, el mismísimo Guillermo del Toro publicó en su twitter que Junji Ito iba a ser uno de los involucrados en el arte del nuevo proyecto. Esto generó tal expectación que todo dio un vuelco de la noche a la mañana y tema comenzó a tener tal popularidad que el juego salió adelante sin ningún problema.

Respecto a la obra: ¡Cualquier precaución es poca si Sôichi está cerca! Totalmente de acuerdo con este anuncio que aparece en el tomo recopilatorio de historias que publica ECC Ediciones en una magnífica edición llevadera denominada Flexibook. Desde la playita estos días, os puedo confesar que he devorado unas cuantas tramas en las que el niño este hace de las suyas… No estoy muy seguro de ello porque no he encontrado datos pero que este chulo volumen llamado Las caprichosas maldiciones de Sôichi corresponde o contiene casi en su totalidad lo que se pudo ver en el anime Junji Ito Collection; todo apunta a que sí. De igual modo, estamos ante un medio donde el ilustrador y guionista evoca algunas de las imágenes de terror más espeluznantes de los últimos 30 años en diversas historias de manga, que incluyen a sus obras cumbre como son Uzumaki y Tomie. O Gyo, que para mí es un guión que recuerda a las mejores obras de Stephen King.

Las caprichosas maldiciones de Sôichi es un volumen de relatos de Terror centrados en un mismo personaje. En un mismo Mal. ¿Y qué hay más apetecible que eso en esta época del año? ¿Qué hay más apetecible que eso SIEMPRE? ¿Manga de Terror de Junji Ito? ¿Sándwich mixto calentito? Un volumen como Las caprichosas maldiciones de Sôichi es como ir al cine a ver lo que uno quiere, con la persona que quieres y dónde tiempo y astros se han alineado para que todo funcione a las mil maravillas. El Mal haciendo de las suyas y yo sonriendo, pasándomelo bien, disfrutando de cada una de las escenas. Apariciones que marcan. El manga de Terror es casi siempre espeluznante. Pero Ito consigue lo que otros no. Increpar. Y parece que lo hace fácilmente. Además de que sus mangas apenas recuerdan a este formato; son como cuentos, relatos, rumores de algo sobrenatural que alguien te pudiera contar en el trabajo o en el parque una tarde en la que sol no existe o se marcha… Historias que se quedan en tu mente, en tu subconsciente por días y con un arte que son, en definitiva, fotos, imágenes casi reales de lo paranormal. ¿Un niño que usa vudú para atormentar a los compañeros de clase que no le gustan? Es incluso atractivo.

Reseña: Dead Life, de Jean-Charles Gaudin y Joan Urgell

Allá donde se intente una vuelta de tuerca o mejor dicho se busque la originalidad para con el género zombie, allí estaré yo. Yermo Ediciones se lo propone al fan publicando esta chulada de cómic europeo que es Dead Life, de Jean-Charles Gaudin y Joan Urgell, volumen contenedor de los tres álbumes que completan esta miniserie de terror. Donde todo comienza con Curtis y Kate yendo a recoger a su hijo Stephen, que ha pasado las vacaciones en casa de los abuelos…, y donde se atiende a la máxima de no jugar con los objetos prohibidos de los demás. Desencadenan pesadillas.

Como toda buena-historia-zombie, Dead Life se lee muy rápido. ¿Por qué razón? Porque este tipo de guiones suele/debe llevar un mismo patrón en cuanto a escenas de acción o escenas de contemplación. Y empieza lógicamente tal y como empieza toda buena-historia-zombie con acción non-stop una buena cantidad de primeras viñetas que te suben el nervio a tope. El escenario es muy cachondo, hay que decirlo. Empezamos con una pareja que va a recoger a su hijo a casa de los abuelos. Todo va bien hasta el descubrimiento, o más bien la desaparición, de un cáliz que el abuelo guardaba en secreto en su desván. El niño reconoce haber jugado con él. Hacer aventuritas a lo Indiana Jones. Y aquí está el drama. Llegan los zombies y nos adentramos en una persecución infernal hasta el final del volumen sin tiempo para respirar. Os lo aseguro, no da tiempo a respirar. El guionista Jean-Charles Gaudin hace esto tremendamente bien. Juega con nuestros nervios y nos inflige debacle tras debacle para cada uno de los diferentes personajes de la historia.

Así que en un momento en que las series o peliculas de zombies no están muy en auge (tarde o temprano tendrían que dar el bajón, ¿no), y cuando los comedores de carne fresca o de cerebros (Esto era en los 80s, perdón) no están muy en boga, ¿qué tal esta serie? Pues os diría que tened cuidado de todos modos, porque es relativamente realista y no hace prisioneros. Salen muchos personajes, incluyendo mujeres y niños, y no hace prisioneros… Aunque está claro que nada que vaya a asustar al fan de siempre: La Noche de los Muertos Vivientes, Zombie, El Amanecer de los Muertos, The Walking Dead… ¿Pero es más de lo mismo? No hace mucho decía en otra reseña que en este subgénero es muy pero que muy dificil innovar. Te tienes que contentar con sacar adelante una historia interesante y si luego surge algo… que surja.

Y aquí los autores sí que aportan algo diferente a la historia y es el tema de la reliquia. Objeto que derivará al lector hacia preguntas sobre este cáliz rescatado de un desván: ¿De donde viene? ¿Qué causa? ¿Cómo lo provoca? ¿Tiene vericidad histórica? Preguntas que os incitarán a leer y leer con cierta impaciencia.

El dibujo de Joan Urgell es muy bueno. Os diría que la portada engaña. Os va a sorprender.

Respecto al gore del que muchas personas se quejan y ponen como excusa normalmente para no disfrutar o incluso desprestigiar a una buena-historia-zombie, está presentado de forma muy dinámica en Dead Life. Se puede decir que no es excesivo aunque claro, para gustos los colores. Pero lo que sí que consigue esta obra muy bien es recrear rápidamente la atmósfera deseada, asfixiante e intransigente de las tramas de muertos vivientes. Y a tener en cuenta las miradas más bien escalofriantes o de desesperación perfectamente ilustradas que se pueden encontrar. Que eso aporta.

¿Recomendado sólo para fanáticos de los zombies? Eso como mínimo. ¿Recomendado en general? Un buen lector de todo tipo de cómics no debería perderse una aventura asi.

Reseña: Proctor Valley Road, de Grant Morrison, Alex Child y Naomi Franquiz

Evolution Comics es ese sello con el que Panini Cómics nos publica cada mes, cómics situados fuera de la todopoderosa Marvel. Un lugar donde encontrar cómics de otras editoriales, entre las que se encuentra BOOM! Studios, una editorial estadounidense de cómics y novelas gráficas, que publica de vez en cuando títulos la mar de chulos. Y con grandes autores en su haber. Como por ejemplo esta Proctor Valley Road que viene de la mano del maestro Grant Morrison. Un cómic al que entré de cabeza al saber que contenía una escalofriante miniserie de Terror. Porque sí friends, el cómic encajaría dentro de mi muy amado género pues sigue a cuatro adolescentes en la USA de los 70s, que por una cosa o por otra, terminan teniendo que buscar a gente desaparecida. Esta es de esas historias que hay que tratar de mantener los spoilers al mínimo, pues se pierde mucho, a poco que cuentes. Y ahí voy:

August, Rylee, Cora y Jennie han organizado un «Spook Tour» con sus compañeros de clase en el tramo de carretera más embrujado e infestado de espectros de todo el país. La idea es conseguir pasta, financiar la asistencia al concierto de sus sueños, pero dicha empresa se verá truncada, de hecho, se volverá mortal. Estos cuatro amigos terminarán corriendo, intentando rescatar a estudiantes desaparecidos… temiendo por sus vidas. Deberán acabar o salir indemnes de los males que deambulan por la Proctor Valley Road…; habitat de monstruosidades que acechan en el corazón de la América profunda.

Mis primeras impresiones sobre Proctor Valley Road fueron buenas. No es mi cómic favorito y quizás para algunos sea demasiado sangriento, pero no para un lector asiduo de Terror. La trama es interesante de principio a fin con estos cuatro adolescentes intentando estafar a otros niños que luego escapan y desaparecen. El primer grupo de niños tiene que salir y averiguar qué le pasó al segundo grupo antes de que se metan en serios problemas. Y entonces la historia rompe de todas-todas hacia el terror puro y mezcla criaturas sobrenaturales de forma brillante. Lo bueno de este tomo es que recopila los cinco números que tuvo esta miniserie, por lo que vais a poder disfrutar de la historia al completo, al más puro estilo serie de Netflix. Cuento esto porque sé de gente que anduvo loca un tiempo esperando la siguiente grapa tras la publicación de la anterior.

Proctor Valley Road no es diferente. Es una historia de Terror con temas ya tratados en otros medios; pelis, novelas, cómics… Pero entretiene, gusta leerla y nunca te hace verla prototípica. Es el don de Grant Morrison. Con el escocés, yo por lo menos, nunca me aburro. Pero sí que tiene eso que duele a muchos que justo cuando la trama está mejor, termina. Y no solo jode que no puedas saber más, deja la sensación de que quizás sí que hubo más pero se decidió cortar en el quinto número porque quizás estaba pactado así.

Franquiz proporciona el arte y los colores para la serie, y tengo que decir que me gusta el modo cómic europeo/amerimanga/pixar que propone. Eso si, la portada del tomo no es nada destacable. La del número #2 le da mil vueltas, por dios. Pero tiene un estilo que, aunque en mi opinión no se adecua al cien por cien para una historia de Terror, mola la pequeña sensación de yuxtaposición de dibujos animados y colores brillantes que aporta. Un arte curioso.

Para vuestra información (FYI) esta carretera de la que se habla en el cómic existe de verdad. Ha sido el foco de muchos documentales de fantasmas y leyendas urbanas que afirman que las entidades oscuras realmente deambulan por dicha área que circunda a California. Y también se cuenta que uno de los seres que se aparece es la viva imagen de un Minotauro; una enorme bestia con cuernos que deambula por la noche en busca de personas para alimentarse. Un lugar al que llaman realmente Proctor Valley Monster.

Tenemos así, una historia al estilo Stephen King en como centra una historia potente en los alrededores de un pequeño pueblo de Estados Unidos para retratarlo como fuente única del Mal. A lo Salem’s Lot o IT.

Cómic de terror en toda regla. Hay que publicitarlos sin miedo. ¡El Terror vende!

Reseña: Entremedias, de Tananarive Due

En esa genial colección de títulos que se está montando La Biblioteca de Carfax y a la que puede acceder o debería hace tiempo, cualquier amante de la literatura de Terror, acaba de instalarse Entremedias, de Tananarive Due. Una trama realmente intrigante, una historia de combustión lenta que te deja maravillado con su prosa y que provoca durante la mayor parte de la novela que te hagas preguntas como: ¿Cuántas de tus pesadillas son reales y cuántas solo un sueño?

Cuando era pequeño, Hilton James descubrió a su Nana muerta en el suelo de la cocina. Corrió por las calles buscando a alguien pero al regresar, ella estaba viva y preparando la cena. Su abuela descarta lo que cuenta el niño como eso «cosas de niños», pero Hilton sabe lo que realmente vio… Poco después se va a nadar y mientras lo hace comienza a sentirse mal y su Nana lo salva. Pero ella se ahoga. Y esta vez sí que es real porque tiene que ser llevado a ser criado con otros parientes. Con el paso de los años, Hilton dirige un centro de rehabilitación de drogodependencia y se casa con Dede, quien llega a ser la primera jueza en lo que respecta al circuito negro del condado donde viven. Tienen dos hijos, Kaya y Jamil, y todo parece ir bien hasta que alguien les envía una carta con amenazas a Dede y a todo su familia. Puro odio racial. El estrés entonces empieza a afectar a Hilton y sus pesadillas regresan. A veces, experimenta cosas antes de que sucedan (¿por primera vez?), o simplemente suceden de manera diferente a como las recuerda. Como aquella vez con su abuela. Y Hilton no descansa, se queda dormido en el trabajo y sus recuerdos comienzan a ser poco fiables. Pero sus pesadillas le dan una pista sobre la identidad del acosador anónimo (que sigue enviando cartas), y el estrés le lleva constantemente a delirios en los que él casi siempre muere…

Tananarive Priscilla Due (1966) es novelista y educadora estadounidense y ganó el American Book Award por su novela The Living Blood. También es conocida como guionista de cine con experiencia en el campo del horror. Actualmente, imparte un curso en UCLA llamado The Sunken Place: Racism, Survival And The Black Horror Aesthetic (El lugar hundido: racismo, supervivencia y la estética del horror negro), que se centra en la famosa película Déjame Salir (Get Out), de Jordan Peele. Un curso que el primer año se volvió viral al incluir la visita del mismo Peele. Poco después, Due apareció en el documental Horror Noire: A History of Black Horror, producido por Shudder en 2019.

Tras su primera novela Entremedias (1995) constan ya en su haber otras tres (The Good House (2003), Joplin’s Ghost (2005), Ghost Summer: Stories (2015), asi como un conjunto de ellas denominadas African Inmortal Series que van sobre ¡Vampiros! (My Soul to Keep (1997), The Living Blood (2001), Blood Colony (2008) y My Soul To Take (2011)). En definitiva, todas y cada una, obritas que a uno le encantaría que se publicaran en nuestro país para su degustación; pues estamos ante una escritora de las que mola leer y que se maneja tan bien dentro del género de misterio y de terror que uno lo quiere adquirir todo de ella.

Una vez más, bien por La Biblioteca de Carfax por traernos terror del bueno. Otro bocado… otra genial publicación, indispensable para ese amante del Terror que siempre quiere más.

Reseña: RedFork, de Alex Paknadel, Nil Vendrell y Giulia Brusco

En mi búsqueda constante de buenas historias de Terror, ya hace tiempo que me di cuenta que por lo menos en nuestro país, se van encontrando cositas pero en formato cómic. Historias de terror escritas recientemente que nos llegan en formato cómic a través de las grandes editoriales como Panini Cómics, la cual, sí que trae obritas muy interesantes de vez en cuando. Y el ejemplo está en RedFork que publicaron este mes de abril que se nos acaba de ir. Un cómic que para el amante del mejor género de todos, recomiendo desde ya, sí, sí, desde ya y sin apenas haberos contado nada. Porque los pueblos pequeños son un escenario común y casi ideal para las historias de terror. Hay una, si no muchas, buenas razones para ello. El escenario más pequeño permite un acercamiento más íntimo a los personajes y en las manos adecuadas, se ofrecen historias que tratan menos sobre sustos y más sobre las personas a las que impactan esos horrores. Lo que conduce a un examen más amplio y escalofriante de los problemas sociales y las cuestiones más allá de la humanidad de los presentes.

RedFork, escrita por Alex Paknadel y a los dibujos Nil Vendrell, es una historia de terror de ese tipo que utiliza su entorno -una comunidad minera pequeña y empobrecida-, no solo para contar una historia genuinamente aterradora, sino también para llevarnos a una trama de horrores del mundo real. Sumando explotación y opresión de clases sociales venidas a menos, por ejemplo. En RedFork, el ex-convicto Noah McGlade regresa a su pueblo, aquel lugar perdido entre las montañas, famoso por su mina de carbón. Pero al regresar no encuentra el mismo lugar que recordaba. Su lugar natal se ha visto arruinado como tantos otros pueblos pequeños de la América profunda por el declive económico y la crisis de los opiáceos. Además, en su caso concreto, hay una amenaza sobrenatural que parece estar drenando la poca vida que queda en el lugar. Un horror latente al que Noah se tendrá que enfrentar para salvar su vida asi como la del pueblo que le vio nacer.

La historia de RedFork es otra de esas historias de horror en lugares apartados que me gustan. Mantiene un terror genuino proponiendo esos temas que, de tan lejos que están, si pasa algo no se entera nadie. Algo cada vez más dificil de conseguir creerse en este nuestro querido mundo actual de sobre-información e internet. Aun asi, Paknadel lleva adelante este guión maravillosamente. Lo que funciona mejor en RedFork es lo bien que se desarrollan los personajes. No hay caricaturas de gente de pueblo pequeño, solo representaciones genuinas de la gente tal como es. Cada personaje en RedFork es tratado como si fuera solo eso: humano. Hay simpatía, incluso por Noah, quien en la vida real muchos descartarían como amigo. Lo que me lleva a pensar que esta historia viene totalmente inspirada por personas que tal vez existan. Paknadel nunca se desvía hacia la «pornografía de la pobreza». Las dificultades en RedFork no se exhiben como forraje de historias viscerales. En cambio, hay una honestidad en ello, tanto en la humanidad de las personas que sufren como en la brutal indiferencia del rico dueño de la mina que aparece en la historia. La escritura de Paknadel convierte una historia de terror en algo inquietante por lo real, algo que siempre hizo muy bien Stephen King.

Trabajando a la perfección con todo esto, están la obra de arte de Vendrell y los colores de Giulia Brusco. Las imágenes de RedFork se sienten crudas y ofrecen una mirada honesta a la pequeña ciudad estadounidense en decadencia mientras inyectan suficiente «maldad» para hacerlo todo aún más incómodo. RedFork es un cómic demoledor, que me ha sorprendido. ¡Guau, cuándo uno se topa con algo así que no espera!

Uno más para la cómicteca.

Reseña: Solo el Fin del Mundo Otra Vez, de Neil Gaiman, P. Craig Russell, Troy Nixey y Hollingsworth

Solo el fin del mundo otra vez fue originalmente una historia fantástica escrita por Neil Gaiman y publicada en 1998. Yendo al grano, es una mezcla del clásico personaje de hombre lobo al estilo Lawrence Talbert de la Universal, la ciudad de Innsmouth de Lovecraft y también -por qué no- tiene cositas que recuerdan a una novela que me encantó en su día como fue A night in the lonesome October (Una noche en el solitario Octubre), de Roger Zelazny.

La historia comienza en pleno invierno en Innsmouth, Massachusetts. Talbot se despierta una mañana con resaca de hombre lobo. Se encuentra mal y vomita la pata de un perro y los dedos de algunos niños… Inmediatamente recuerda lo que sucedió la noche anterior. Se limpia y luego se dirige a su oficina. Cuando llega allí, un hombre gordo está encorvado en la silla junto a la ventana. El hombre habla de esos Profundos que vienen a veces del mar limpiando la orilla de la inmundicia que la habita. Lawrence le pide al gordo que se vaya y luego se da cuenta del letrero de neón que promociona a una psíquica al otro lado de la calle. Se dirige a ese lugar donde se anuncia Madame Ezekiel y esta señora le echa las cartas…

El tarot desvela la carta del hombre lobo, luego una con formas de Profundos por lo que se deduce que se deben hacer sacrificios para que se alcen desde el océano. Luego Talbot todo irritado saca una carta en blanco y otra y otra más. Y esto molesta a Madame Ezekiel que acusa a Talbot de estropear sus cartas y le echa de su tienda. Entonces se dirige a un bar a tomar un trago, el cantinero le sirve, luego toma un libro y procede a leer pasajes sobre cómo cuando la luna y las estrellas están en posición correcta para poder hacerse sacrificios dignos para que los Profundos puedan ser convocados… Se va iniciar el fin del mundo y Talbot, por supuesto, quiere saber cuál es su papel en todo esto.

Después de la lectura, he podido saber que Neil Gaiman escribió una serie de historias como tributo a Roger Zelazny. Y que P. Craig Russell las adaptó a cómics. Aunque la historia es bastante corta, Gaiman no deja de ofrecer como siempre una trama rica, descriptiva, de las que uno siempre quiere más. La forma en que escribe, el aspecto y los olores de este pequeño pueblo pesquero de Nueva Inglaterra provocan que el lector se sienta como si estuviera parado allí con el frío amargo del invierno en su aliento. El amor de Gaiman por H.P. Lovecraft es evidente en muchos de sus cuentos y guiones para cómics, pero aquí es demasiado evidente. Dejando aparte los nombres y lugares, sobre todo, en la espeluznante forma en que toda la gente del pueblo actúa hacia Talbot.

En cuanto al arte, Solo el fin del mundo otra vez desprende una sensación muy retorcida, casi demente. Troy Nixey hace un trabajo realmente fantástico con la atmósfera de Innsmouth; Talbot transformándose en el hombre lobo y luchando contra Madam Ezekiel en las profundidades del mar se dibujan de manera brillante. Nixey también hace un trabajo maravilloso en aquellos detalles lovecraftianos, como tentáculos y cosas resbaladizas y espeluznantes que chocan y hacen ruidos extraños en la noche, como fondo de algunas viñetas. Los personajes humanos tienden a parecer un poco tontos y deformes a veces pero el uso del color de Matthew Hollingsworth los magnifica.

Gracias a Planeta Cómic estamos podiendo hacernos casi cada mes con cómics que parten del consagrado autor del fantástico que es Neil Gaiman. Lo que es garantía de satisfacción. ¿Hombres lobo y Lovecraft? ¿Qué más se puede pedir?

Reseña: El Muerto Enfermo de Amor, de Junji Ito

¿Qué decir de Junji Ito que no se haya dicho ya? ¿Qué alabanzas quedan y qué recomendaciones más insistentes para el amante de las historias de Terror hay de decirle que ya tarda en hacerse con todas-toditas-todas sus obras? El enfermo muerto de amor es el nuevo titulo del maestro nipón al que deberíais echar un ojo. Bueno, no nuevo, pero ECC Ediciones acaba de sacar el titulo en una edición flexibook que me parece de lo más maravillosa, en especial, por sensaciones ya sea con su tacto durante la lectura o su visonado para deleite orgulloso una vez puesto en la cómicteca.

Una historia donde Junji Ito regresa para relatar la historia del misterioso chico del cruce, quien atiende la petición de chicas que esperan de él una predicción. Una historia muy Stephen King, muy King de los años buenos. Y una nueva oportunidad para pillar esta joyita de relato que tantas veces he recomendado de palabra. Pues El enfermo muerto de amor entretiene, interesa lo que cuenta, increpa tu tranquilidad y da ideas. Que es lo que yo siempre le exijo a una obra de Terror. Y que recuerde de alguna forma a los grandes autores clásicos.

El enfermo muerto de amor puede ser uno de los relatos más largos escrito y dibujado por Junji Ito. Me refiero a «relato», eh… Consta de cuatro capítulos aunque lo chulo de esta edición es que se aporta un capítulo extra (El chico guapo vestido de blanco) con el que ya si que te quedas con el culo torcido. Y empezamos con una muy buena primera mitad de la trama que se hace extraña y estrechamente entretejida comparable a las buenas historias de miedo tipo Twilight Zone. Ya para la segunda parte de la trama hay más sangre y tripas al estilo gore, una combinación un poco desafortunada pero que ejemplifica a las buenas pelis de Terror. Al principio, nos centramos en un pueblo con una extraña costumbre local, la de pedir a los extraños en una esquina de la calle que te digan tu fortuna, en función de lo primero que les venga a la mente y después de escuchar lo que quieras decirles. El problema es que algunos de los que buscan fortuna han comenzado a suicidarse. Y muchos de ellos supuestamente se han encontrado con ese mismo «extraño de la esquina», un joven que nadie parece conocer. Una vez que combinas eso con la historia de fondo de algunos de los personajes, una mujer extrañamente obsesionada que quiere fortuna y consejos pero duda de todos, y la culpa infantil de un personaje central ahora adolescente; todas las historias empiezan a conjuntarse en una masa tremenda de horror con habitantes de un pueblo en debacle (y esta parte es la que recuerda bastante a los primeros libros de Stephen King). Solo los suicidios sangrientos traicionan el toque de Junji Ito, ya que le gusta incluir muertes espantosas. Pero en fin, son seres con un toque extraño y espeluznante, cuya locura una vez le permitieron cruzar desde el Otro Lado a la vida tal como la conocemos. Y su obsesión por los vivos está en marcha. Así que a sufrir toca.

Aunque los pilares de Ito son obras como Uzumaki o Tomie, hay decenas, si no cientos de historias que el mangaka ha creado a lo largo de los años y que ya representan al mejor manga de Terror de todos los tiempos. Lo ha revolucionado y las publicaciones de ECC Ediciones en nuestro país nos han encadilado a muchos. ¿Cuál es la historia más aterradora que has leído de Ito?, me preguntaron una vez. No supe contestar. No supe quedarme con una.

Reseña: Tales from the Crypt Vol.2, de VVAA

Como no volver a la mejor serie de cómics de Terror jamás creada. Es buena noticia -siempre lo es- ver que una editorial como Diábolo Ediciones sigue adelante con esta colección que nunca debió dejar de estar disponible en librerías. Os lo digo, en serio:

EL MEJOR CÓMIC DE TERROR JAMÁS CREADO

Eso y no otra cosa es Tales from the Crypt. Tomos, volúmenes, antologías para degustar al ritmo lector que uno demande. Y ahora en formato grande, a color y en una edición de calidad que no merece menos gracias a dicha editorial que no para de sacar joyitas del mejor género de todos en nuestro país. Insisto: la publicación en gran formato de Tales from the Crypt en nuestro idioma y a todo color, no es otra cosa que una muestra del gran momento de recuperación de grandes títulos comiqueros que estamos viviendo. ¿Quién iba a pensar que esto podríamos tenerlo en nuestras manos en estas condiciones? Poca fe tenía pero bueno, a veces, los sueños se cumplen.

Solo a veces.

Como alegé en la reseña del anterior volumen, la lectura de Tales from the Crypt es volver a mi infancia de nuevo. Regresar a una de las piezas del puzzle que me hicieron como persona amante del género de Terror. Historias que pese a sus años no envejecen porque el matar, el asesino que acecha, el fantasma, el monstruo que sale de la ciénaga… son hechos inmutables que nunca se alejarán todo lo que quisiéramos del ser humano. Eso quisiéramos. Son maldiciones que van con nuestra condición, con nuestra especie tan rodeada de miedos, muchos todavía que no podemos explicar. Y a eso se dirigen los cuentos que vamos a encontrar en Tales from the Crypt. Pues, ¿cómo va a pasar de moda el Terror? Saldrán nuevos miedos (pandemias, virus…) pero qué digo nuevos, ¿acaso de verdad creéis que en la Edad Media que se moría uno/a de un resfriado no había miedos? Imaginaos en aquella época viendo a una persona con toda la napia llena de mocos verdes (¡No había cleenexs!). ¿Verdes? ¿Qué era esa cosa gelatinosa y verde que tenía el vecino en la cara? ¿Llegó del cielo o algún animal se lo pegó en ese establo en el que pasa tantas horas? Tengo muy claro que muchas veces el miedo lo creamos nosotros mismos; cerebro poderoso y tal, que no controlamos y que es capaz de “crear cositas” en nuestra ausencia consciente. Pero os aseguro que otras veces no. Son hechos sobrenaturales a los que no podemos o no sabemos responder todavía. Esa búsqueda intensa del ser humano por darle una explicación a todo, ¿no? Unos pobrecitos es lo que somos. Nunca se va a conseguir.

En fin, parece que he dejado para un san-viernes hacer reseñas sobre el género que amo. Y que menos que hablaros en una de ellas de este segundo volumen de la colección, otra joyita a tener en cualquier cómicteca que se precie. Este volumen contiene los números #23 al #28 de la colección, cada uno contenedor de cinco historias. O sea, un montón para disfrutar con guiones que fueron publicados originalmente entre abril de 1951 y marzo de 1952. Con Johnny Craig, Al Feldstein, Wally Wood, Harvey Kurtzman, Graham Ingels, Al Williamson, Reed Crandall, Bernard Krigstein y un largo etcétera, dándolo todo, muchos en sus inicios, otros grandes maestros que ya nos dejaron pero cuya obra ha quedado grabada para la historia del cómic. Como bien alega la sinopsis editorial: historias perturbadoras, horribles y, en conjunto, fascinantes con cadáveres putrefactos, miembros desmembrados, necrófagos de cementerio, víctimas aterrorizadas, muertes violentas, orbes sangrientos colgando de cuencas sanguinolentas… Añado que, en un porcentaje muy alto, historias que se te quedan grabadas para toda la vida. ¿O soy el único que estando con la familia o amigos ha dicho: mira, cómo en aquel capítulo de Historias de la Cripta?

Pero sí friends, historias inolvidables como ¡Sesión de Espiritismo!, ¡Judy, estás muy cambiada! o ¡Al rojo vivo! Y otras con las que tener pesadillas como ¡El Regreso!, ¡Qué le corten la cabeza! o la que cierra el tomo, El muñeco del ventrilocuo. Pero maravillosas diría que todas. ¿Típicas algunas? Tened en cuenta que esta colección fue referente lector de grandes escritores como Ray Bradbury, Stephen King… y de guionistas o directores de cine como Steven Spielberg, entre otros. La fuente de muchos guiones, libros y películas posteriores está aquí. O sea, que de clichés nada. Este es el pico de montaña donde comienza a bajar el manantial. La palabra indispensable, se me queda corta.