Reseña: Marte Verde, de Kim Stanley Robinson

El primer volumen de la trilogía denominado Marte Rojo culminó con un punto de inflexión en 2061, asentados en el planeta e intentando ganar la suficiente autonomía para no querer responder a la Tierra, o a las corporativas visiones de Marte desde la Tierra, mejor dicho. Ahora todo un poco más calmado, pero dos fuerzas opuestas pues las Corporaciones Transnacionales siguen empeñadas en explotar y controlar el planeta rojo, y aquellas que quieren seguir un camino marciano independiente, todavía están en conflicto con tanto mandato. Un malestar ferviente que se extiende por gran parte del paisaje grana. No obstante, los poderosos de la Tierra mantienen el control, y hay una gran oposición en Marte que va a dar mucho… que hablar. Por no decirlo de otra forma mas ordinaria.

La Trilogía Marciana comprende los títulos Marte Rojo, Marte Verde y Marte Azul. La editorial Minotauro, y en especial la colección Minotauro Esenciales, recupera esta obra magna del escritor Kim Stanley Robinson (Antártida, Tiempos de Arroz y Sal, El sueño de Galileo, 2312…), una obra que toca aspectos muy diversos. Yendo más allá de la simple acción y entrando en temas de política, economía, psicología y, por supuesto, ciencia y tecnología, tenemos una trama interesante e innovadora como pocas de las novelas actuales de Ciencia Ficción. Por que además trata un tema que tenemos “aquí al lado”. Se centra en una hipotética colonización de Marte por el ser humano que comienza en 2026 y que abrirá guerras de todos los colores entre las potencias de la Tierra, pero también dará paso a un foco diferente y que nadie espera, los Primeros Cien, la primera expedición que llega para quedarse en el planeta. Y con la cura milagrosa de la longevidad que el señor Robinson proponía en el anterior volumen, en Marte Verde continuamos sabiendo de los Primeros Cien, los que quedan activos, porque algunos quedaron eliminados para dejar un grupo central manejable (convenientemente extendido también), para permitir que la acción nunca decaiga).

Pero ha pasado suficiente tiempo para que una primera generación de nacidos en Marte también juegue un papel importante. Y uno de ellos, Nirgal, se convierte en uno de los personajes principales. Otro personaje nuevo muy molón es Art Randolph; un terrícola que es enviado como representante de Praxis, una de las Transnacionales más notorias que ahora dominan la economía y la política mundial. Una mente más abierta que las demás, ansiosa por trabajar junto con los marcianos en lugar de simplemente reclamarles recursos por doquier. Con Nirgal y Art, Kim Stanley Robinson nos presenta y describe de manera efectiva la vida y las condiciones en Marte a través de otros ojos: la mirada del niño que crece allí y que apenas sabe de qué va todo esto, y la del recién llegado que nunca antes ha estado en el planeta rojo. La situación en la Tierra es terrible. Con una guerra mundial en 2061 que consolida el poder Corporativo Transnacional (y en última instancia metanacional). Los ricos reciben el tratamiento de longevidad descubierto, pero muchos de los pobres no. «Mortales”, se les llama. Uff. Un tema de división y potente conflicto entre pobres y ricos. De hecho, podría deciros que Marte Verde trata tanto del continuo colapso de la Tierra como de la alternativa marciana. El colapso de una parte de la Antártida eleva el nivel del mar en seis metros en todo el mundo, lo que requiere evacuaciones masivas de zonas costeras. Mientras, se realizan esfuerzos para «terraformar» Marte. La Tierra misma experimentando cambios físicos drásticos que la hunden y las potencias no hacen nada por salvar a Madre Tierra.

Aparte de las posibilidades técnicas de formar un planeta según los deseos de uno, las preocupaciones y a lo que da interés Kim Stanley Robinson en la Trilogía Marciana, siguen siendo las teorías económicas y políticas. Parece particularmente plausible, pero con algo más de novela de aventuras esta obra ganaría muchísimo. Quizás ocurra en Marte Azul. Aun asi, es otra de las novelas de Robinson que goza del poder de atracción y abstracción con una historia que gusta e interesa con poco que sepas de ella. Pues Marte es el edén. La oportunidad de comenzar de nuevo, la ambición, la independencia, una colonia que reivindica la separación de sociedades que están de vuelta desde hace años…

Marte Verde cubre un período relativamente largo, de una revolución en 2061 hasta la siguiente 2127, lo que permite tanto un cambio físico significativo en Marte como una cierta extensión de la historia que en mi caso leí en nada. Con un ritmo bastante bueno, la novela sigue una variedad de personajes y en esta novela vivimos juntos a ellos una buena combinación de pequeñas situaciones curiosas. Pero debe leerse como parte de una historia más grande. Debe leerse como parte de la trilogía y no de forma independiente.

Segunda parte de una de las mejores trilogías de Ciencia Ficción que se pueden leer ahora mismo. Galardonada con los premios Nebula y Hugo, una obra que se podría decir que está a un paso de cumplirse.

Reseña: Los Guerreros de Dios. Integral 1, de Philippe Richelle y Pierre Wachs

Lo importante es, que cuando los propios autores son amantes de la Historia, en su obra normalmente lo van a transmitir muy bien. Y todo va en consonancia. El lector de Los Guerreros de Dios, esta chulada de álbumes recopilados que está publicando Ponent Mon, de Philippe Richelle y Pierre Wachs, y del que se acaba de publicar el segundo volumen; el lector, tú y yo, en más o menos ganas, nos gusta leer/saber más de la Historia y en este caso, de las curiosas (por llamarlas de alguna manera) guerras civiles más importantes que Francia sufrió entre católicos y protestantes. Un periodo turbio como pocos. Un contexto bastante bien descrito por guionista e ilustrador de este cómic, sobre todo, por que se lleva adelante no como plato principal, más bien de trasfondo.

En Los Guerreros de Dios todo se centra en las desventuras de un caballero que llegó a interesarse por la Reforma un tanto por accidente; hecho que me parece sublime porque… ¿Cómo nos ocurre lo importante en nuestras vidas, si no es por pura casualidad? Cuando Francia se quiebra en la segunda mitad del siglo XVI, guerra y religión van de la mano. Un caballero se verá obligado a mezclar estas dos «virtudes» del hombre. Entre reforma y tradición, su corazón sangriento se balancea. En aquel siglo de incertidumbre, el reino de Francia buscó enemigos doquiera que mirara. En especial, quería hacer frente a la “codicia” de los españoles. Por eso, en su fuero interno se le dio caza a los seguidores de la Reforma. Enrique II quiere que desaparezca del mapa el caballero de Boissac, un supuesto católico pero curioso de las tesis de los hugonotes. Debe vivir una amarga experiencia. La religión no es una broma si la Iglesia Romana te está observando. Eso debe saberlo.

En esta época de pensamiento en auge, donde el hombre ya se ve como el centro del universo y omnipotente, pienso que es súper complicado asumirlo si no tienes la más mínima idea de lo principal. Puedes pillar ideas objetivas de gente, del porqué a tanto movimiento a finales de siglo XVI, pero lo normal es que oigas más ideas subjetivas que otra cosa. ¿Por qué? Porque aquí (una vez más) la religión anda de por medio. Y si no te atrae siquiera un poco el tema, te enterarás de muy poco. Por ejemplo, preguntar sobre las ideas de Calvino en la plaza de París en el año de gracia de 1557, quizás era yo el único tonto en clase de Filosofía en el instituto al que le interesaba. Pero yo soy fan -entre otras muchas cosas-, de ver como el ser humano es capaz de ahogarse en un vaso de agua cuando algo le increpa. O mejor dicho, le da miedo. Y si entonces nos trasladamos a territorio galo, al verano de 1557, una zona invadida por las tropas del emperador español Felipe II, un enemigo temido por todos, y según el entendimiento del monarca francés, enemigo atroz que manda sitiar la ciudad de Saint-Quentin de la mano del militar Manuel Felipe de Saboya; yo, por ejemplo, ya estoy dentro.

Este primer integral recoge los tres primeros álbumes de la serie, La caza de herejes, Los ahorcados de Amboise y Los mártires de Wassy. Tres capítulos para iniciarse en una trama histórica e inevitablemente romantizada que permite captar la atmósfera que reinaba en aquellos tiempos oscuros. Muy bien elaborada, a partir de una técnica de guión muy usada últimamente como es la gran historia, a través de la pequeña. Muy al estilo de Los Tres Mosqueteros, del maestro Alejandro Dumas y aún más, de su casi desconocida y súper recomendable novela La Reina Margot. Maravillosa para los amantes de este periodo.

Pronto se acabarán los alimentos y las reservas de pólvora están casi vacías. A punto de capitular, el almirante Gaspard de Coligny, encargado de la defensa de la ciudad, pide ayuda a su tío, el alguacil de Montmorency. Por desgracia, este último es un mal estratega y es capturado. Guerras religiosas que incendiaron todo un país y parte del continente europeo. El cambio de siglo. Personas acostumbradas a nuevas ideas pueden practicar su no adoración a escondidas, si quieren, pero si estos Protestantes aumentan en número y se oponen a la gracia de Dios y para colmo, toman las armas… En esta atmósfera del fin del mundo es donde el caballero Arnaud de Boissac intentará salir del paso. Frecuentando quizás demasiado las tesis del pastor Calvino y buscando la benevolencia de los poderosos, como el Conde de Montsouris y el Duque de Guisa. Pero ¿será suficiente?

Philippe Richelle y Pierre Wachs, dos autores de los que me han recomendado muchísimo su serie Les Mystères de la Troisième République (Los Misterios de la Tercera República), donde dicen que lo hacen de maravilla. Entonces, a ver. ¿Ponent Mont? ¿Más de estos autores, s‘il vous plait?

Reseña: Marvel Limited Edition. Maestros Marvel del Suspense. Parte 1, de Stan Lee y Steve Ditko

Vamos a decir Suspense por no decir Terror. El buen Terror, la mejor intriga, el cómic que increpa, esas historias que mantienen la tensión desde el primer momento y que de bien que están hechas rápidamente te meten en situación…

Como a todo aquel que ahonda en un tema, llega un momento que, no es que sepa demasiado, es que ya casi lo ha visto todo. Y a mí me pasa con las Antologías; recopilaciones de terror, suspense, relatos policíacos… Y las diferentes formas que existen de llamarlas. Volumen con guiones variados que aúnan un todo que me incita a leerlos y la mayoría de las veces a devorarlos. Por que de lo bueno, siempre quiero más. Sencillamente, por eso a uno se le cae la baba y se debe dar patadas en el culo por conseguir este último Marvel Limited Edition publicado por Panini Cómics y SD en nuestro país. La primera parte del Maestros Marvel del Suspense: Lee y Ditko. Ahí es nada. Los creadores de Spiderman y Doctor Extraño en sus inicios, haciendo sus pinitos y dándole también a “lo prohibido”, sí. Creando relatos en formato cómic al estilo de las clásicas antologías The Crypt of Terror, The Haunt of Fear, The Vault of Horror o la archiconocida Tales from the Crypt (Historias de la Cripta), que a cine y televisión llegó. Creando una buenísima recopilación para la ocasión donde se le dice Suspense por no decir Terror.

Escalofriantes historias de suspense y misterio, parábolas de tensión psicológica desgarradora, que ahora aparecen recopiladas en un tomo de cómic imprescindible. Un buen volumen que no recoge una serie sino los diferentes números en colecciones diferentes donde dichos maestros publicaron sus más macabras ideas fuera del emergente pijameo. Y eso mola porque encontramos historias que vieron la luz en inencontrables revistas (hoy en dia) como Journey into Mystery, Journey into Unknown Worlds, Mystery Tales, Marvel Tales, Strange Worlds, World of Fantasy o la World of Suspense de la época, por poner unos ejemplos. El primero de dos fantásticos ómnibus que publicó Marvel, historias de cinco a diez páginas como mucho, donde Ditko y Lee crean monstruos (en sus más diversas formas), historias de terror, suspense, crímenes y Ciencia Ficción. Gran cantidad de material que vuelve a ver luz y que nadie debería, al menos, ojear.

Buenas historias que con poco, te atrapan. En el Oeste, dos ladrones de bancos escapan a un rancho remoto, justo cuando uno comienza a dudar de sus acciones criminales. Un científico crea una píldora que podría cambiar el mundo para siempre, pero un sueño le convence de no seguir su objetivo. Un malvado ser es revivido por un tipo gracias a la magia negra. Los marcianos amenazan con invadir y destruir toda vida terrestre y todas las naciones de la Tierra se unen para hacer un viaje y convencerlos. Un hombre consigue introducirse en un platillo volante y tras perder el sentido, cuando vuelve en sí en la Tierra, tiene recuerdos de haber pisado Júpiter. Un hombre roba un anillo místico de los monjes en el Tíbet, lo que le da fortuna pero arruina su salud. Un hombre usa una máquina del tiempo para resolver sus problemas de dinero. El Capitán Kane navega con su barco de pesca cuando su tripulación logra atrapar una langosta de casi tres metros y medio de largo y empiezana buscar de dónde procede tal bicho…

Más de cuarenta historias para disfrutar.

Joyitas que resucitan.

Tengo un profundo amor por los cómics que leí en la infancia. Y me encantó saber que antes de que Marvel entrara en el negocio de los superhéroes, ya publicaban antologías que trataban los tres grandes géneros y en especial, la Ciencia Ficción más clásica como Strange Tales y Journey into Mystery. Pero a finales de los años 50 del pasado siglo, la fiebre de los platillos volantes empezó a ser reemplazada por monstruos, de manera segura y dentro de los límites del Cómic Code. Un terror más cercano al que sólo había que cambiarle el nombre. Por eso, los niños de la época disfrutábamos (monstruos que rara vez lastimaban a nadie), incluso cuando devastaban ciudades. Lo mejor de estas época fue dibujado por Jack Kirby y en nuestro país se llegó a editar algo de eso en Diábolo Ediciones. Pero en aquellas revistas tras las buenas historias de Strange Tales, mis ojos de niño empezaron a reconocer unos gloriosos dibujos que aparecían casi siempre en una historia en los cinco o seis últimas páginas de la revista. Un artista que llegaría a reconocer por su estilo distintivo desde entonces y ya por siempre. El famoso estilo de Ditko que desafía las comparaciones e imitaciones y se muestra espectacularmente en esta enorme colección de cuentos cortos que Panini y SD llevan a librerías especializadas.

Historias completamente diferentes a lo que estáis acostumbrados si apenas habéis leído cómic de terror o suspense de esta época. O que disfrutaréis y con las que sonreiréis levemente si conocéis y/o ya habéis degustado gloriosas series de televisión como The Twilight Zone (La Dimensión Desconocida), Thriller (la llamaron en España, Tensión) o Más Allá del Limite (The Outer Limits). Historias que se dicen que son para adultos, pero que disfrutas como cochino en un charco desde muy joven. A menudo retorcidas, a menudo, surrealistas; la brillantez de Ditko junto al ingenio de Stan Lee en sus primeros años. Tomo único e inclasificable.

Reseña: Dreaming Eagles, de Garth Ennis y Simon Coleby

La historia de Los Aviadores de Tuskegee, como se les conocía, es uno de esos cuentos heroicos que casi no puedes creer que sea cierto. Hombres, que experimentaron vil fanatismo y racismo de ambos lados en la Segunda Guerra Mundial, cómo pudieron superar tan terribles obstáculos y continuar desempeñando un papel vital en la lucha contra la maquinaria de guerra nazi. De todos es sabido, que Garth Ennis aparte de crear cómics macarras donde se machaca al estereotipo de superhéroe perfecto, su otra gran pasión es el cómic bélico. Cómics histórico-bélicos algunos ya leídos por mí donde pronto descubres que no lo hace nada mal como en Battlefields, o por supuesto, cada vez que mete a El Castigador en los más terribles infiernos de las diferentes últimas guerras que ha sufrido el mundo.

Dreaming Eagles acaba de ser publicado por Planeta Cómic en un buen tomito en tapa dura que recopila los seis números que comprenden la miniserie donde el guionista Garth Ennis (The Boys, Jimmy’s Bastards, A Walk Through Hell, Equipo Rojo…) y el dibujante Simon Colby (Juez Dredd, The Royals, The Authority…) cuentan una historia real sobre los primeros aviadores afroamericanos aceptados en la USAAF. Una visión única de la historia de los pilotos de Tuskegee, que lucharon tanto contra la agresión nazi como contra la intolerancia estadounidense. Donde impulsados a los cielos mortales del Tercer Reich, los pilotos de combate afroamericanos de Tuskegee, no solo fueron fundamentales contra la máquina de guerra nazi, sino que también enfrentaron un desafío igualmente grande, superando la intolerancia cotidiana entre sus compañeros soldados estadounidenses y entre los civiles, sus propios vecinos. El peligro en casa.

Viendo que su hijo intenta defender sus derechos fundamentales como ciudadano estadounidense, Reggie Atkinson se retrotrae al pasado y nos va contando ciertos momentos vividos durante tan terribles años. Desde su entrenamiento como piloto de combate hasta sus primeros encuentros en el aire sobrevolando zona ocupada entre Sicilia e Italia, teniendo su primer éxito en el 99 Compañía de Escuadrón de Cazas (cuyo líder de la Operación testificaría años después en su defensa frente al Congreso), la intolerancia institucionalizada del que ya se considera el ejercito más fuerte del mundo, con nuevos aviones que les dan capacidad de escoltar a bombarderos estadounidenses hasta el corazón de la capital nazi donde les espera una fuerza aérea alemana ya derrotada, pero que defiende su patria con uñas y dientes. Cielos también devastados por la guerra de la Europa ocupada, donde los amigos, la gente que de verdad está contigo y te sigue, son el mejor arma para luchar contra toda oposición.

Un cómic con un número final trepidante que cierra con una batalla que aseguraba el lugar de estos hombres en la historia. Un puesto entre muchos héroes que ahora apenas se tiene en cuenta. Donde, para colmo, ves lo que tuvieron que soportar después de sobrevivir al infierno. Como, de vuelta a casa en los Estados Unidos, a estos aviadores de Tuskegee, a estos hombres de color, a estos HOMBRES, encima tienen que sufrir una violenta bienvenida. Reggie y Fats descubriendo el terrible costo del progreso, un legado que acababan de dejar escrito, el legado de los famosos Tuskegee Airmen (Aviadores de Tuskegee) un mérito memorable aunque eso no todos los estadounidenses lo pueden aceptar.

Lo bueno de Garth Ennis en sus cómics bélicos es que evita la glorificación y romantización porque sí. Adopta un tono realista sea cual sea el tema tratado. Realidad hasta en lo más simple, en lo que ayudan bastante las viñetas de Simon Coleby. Véase a Reggie con una pesada carga obvia enfatizado en sus rasgos faciales ya cansados del mundo. Primeros planos como herramienta de narración que presenta a gente dolida que hace años que está de vuelta.

Dreaming Eagles es uno de esos cómics que incita a aprender, un proceso que conduce a una mayor comprensión de cómo se formó nuestro presente, pero también saber de una/otra historia de heroicidad, de las cientos que hubo durante la terrible Segunda Guerra Mundial. Historia cautivadora, personajes por los que preocuparse y espectáculo artístico. Todo lo que quieres en un cómic bélico. Y en una peli de Óscar.

Reseña: Bajo la Luna. Una historia de Catwoman, de Lauren Myracle e Isaac Goodhart

En estos días de incertidumbre que quizás pensábamos que nunca los íbamos a vivir en primera persona, muchos de nosotros disfrutamos de una historia sobre el empoderamiento, especialmente cuando son víctimas que terminan por convertirse en sus propios héroes. En el film, la Capitana Marvel tenía mucho de esto en mente. Esencialmente, Carol Danvers desafió explícitamente a quién le dice que haga frente a quién quiere ser e incluso le llega a decir en un momento dado a su ex-mentor: «No tengo nada que demostrarte». Estas son ideas geniales, diferentes, REALES. Por que el nivel de prepotencia en la gente de cierta edad, gente que no se deja enseñar por sus mayores o semejantes con más experiencia, a estas alturas, sobrepasa todos los limites. Por supuesto, elaborar una historia en torno a ese tema es arriesgado. En el caso de la Capitana, su personalidad permaneció prácticamente estática a pesar de la pérdida de memoria, el lavado de cerebro y el eventual triunfo. Habría que preguntarse entonces: ¿Se lleva esto en los genes? ¿Está dentro de nosotros en un lugar al que aún no le hemos puesto nombre? Probable. Muy probable. El contraste aquí es que la mayoría de esos personajes maduran frente a la tragedia y eso, sencillamente eso, es lo que nos deja una sonrisa en los labios después de leer una buena obra.

La versión de Selina Kyle que crea la guionista Lauren Myracle no es diferente. En Bajo la Luna: Una historia de Catwoman, con frecuencia se muestra de una manera que parece que deberías estar impresionado por lo que hace, antes y después de huir de casa. El cómic comienza con la frase: No es por quejarme pero mi vida es lo peor. Es dura pero una frase que todo joven y adulto ha pensado o dicho alguna vez. ¿O no? Y ya estás enganchado, por que estremece. Eché entonces un ojo a la autora y no fue sorprendente ver que el trabajo de Lauren Myracle es exclusivamente ficción para jóvenes, como The Internet Girls, The Fashion Disaster That Changed My Life… Pero no confundamos esta descripción con un ataque a la literatura juvenil o libros dirigidos a chicas jóvenes; tratar estos temas, sinceramente, me parece una de las cosas más difíciles del arte de escribir. Creo que se necesitan muy malas experiencias vividas, así como un don, para saber trasladarlo bien a una trama. Cosa que Myracle hace divinamente en Una historia de Catwoman. Tan fácil como en ciertos momentos la historia te pone los pelos de punta.

En Bajo la Luna: Una historia de Catwoman, Selina es rebelde a la forma común: pequeños robos, defendiendo al niño gay de la escuela, insultos con la servilleta mojada, finge ser una solitaria cuando tiene al menos dos amigos que parecen disfrutar de su presencia. Y las cosas se ponen raras y se vuelven escalofriantes de nuevo cuando tiene un encuentro imaginario con un gato gigante del cielo que le dice que ahora es Catgirl, que su nombre real es Catgirl y no Selina. Y luego está Bruce Wayne.

Me gusta como está hecho Bruce. Un chico decente que es amable con todos, y como sospecha que Selina está pasando un mal momento, le abre la puerta de su casa, a lo que, por supuesto, ella se niega porque es una Catgirl independiente. Si no fuera por que lo encontré demasiado perfecto para un tipo que vio cómo asesinaban a sus padres… Bueno, con el adulto que muestran normalmente los cómics me pasa lo mismo. Lo chulo es, que con un guiño a la continuidad, Selina está enamorada de él y ella intenta negarlo. Se cuenta aquí que son amigos desde preescolar o algo así. Pero hay algunos elementos más interesantes, como que Selina se une a una pequeña banda de inadaptados y poco a poco se convierte en un modelo a seguir. La joven traumatizada del grupo es toda una ladrona. Esta es probablemente la parte narrativa que más se disfruta del volumen. Está genial. Así como otros villanos conocidos que van apareciendo.

El diseño de personajes del ilustrador Isaac Goodhart es bueno, simple, pero lo suficientemente detallado para mostrar una amplia gama de expresiones sin mucha repetición. La paleta de colores limitada se utiliza maravillosamente y durante la lectura, a veces, me puse a repasar algunas viñetas de paisajes grandes donde Goodhart establece una perspectiva y una profundidad impresionante.

La pregunta es: ¿Alguien en Gotham tuvo una infancia feliz?

Feliz Día de los Enamorados.

Reseña: Marshal Law (Obra Completa), de Pat Mills y Kevin O´Neill

Lo recuerdo como un cómic que en mi juventud veía en formato grapa en el kiosco de mi calle, pero cuyo dibujo y cuyo tamaño -algo más estrecho de lo normal eran los Epic-, de algún modo me repelía. Sin embargo, había algo. Tenía algo. Algo extraño en esa fruta prohibida que pese a su mal apariencia quieres saber a que sabe. ¿Y qué es Marshal Law? Pues me consta que una de las primeras y mejores críticas al género superheróico que se han hecho. Una sátira, así como una deconstrucción de los superhéroes de la Edad de Oro y la Edad de Plata. El personaje principal, ya es específicamente una parodia de la tira cómica del Juez Dredd que se publicaba en la 2000 AD. Un oficial de la ley ultra-violento en una ciudad futura distópica. Una serie que se caracteriza por su extrema violencia gráfica y desnudez sin reparos. Pat Mills no se cortaba un pelo y arañó aquí a la política de superhéroes convencionales, dando a su vez un repaso a la sociedad de gobierno que promovía USA en aquellos años 80.

Nunca me cansaré de alabar del bien que hacen al aficionado de toda la vida, editoriales que escuchan peticiones y rescatan títulos que muchos pensábamos que jamás volveríamos a tener en nuestras manos. Una de las eternas peticiones que se han hecho, es el regreso de Marshal Law. El comicazo que entre otros se marcaron los geniales Pat Mills (Judge Dredd, Sláine) y Kevin O´Neill (The League of Extraordinary Gentlemen, Cinema Purgatorio) entre 1987 y 1993. Epic Comics lanzó Marshal Law en octubre de 1987 como una serie limitada de seis números. Le siguió el one-shot Marshal Law: Takes Manhattan, en el que la mayoría de los personajes principales de Marvel son parodiados. En 1991, Mills y O’Neill llevaron al personaje a la incipiente Apocalypse Comics para otro one-shot. Luego, el personaje protagonizó el papel principal de Toxic!, un cómic semanal que comenzó en 1991. Resultó que no gustó nada y Apocalypse Comics quebró en 1992. Mills y O’Neill llevaron entonces a Marshal Law a Dark Horse Comics, donde la historia de Toxic! se completó ese mismo año. El mismo en el que el personaje regresaba también a Epic Comics para una serie de dos números que enfrenta a Marshal Law contra Pinhead, el líder de los Cenobitas que tiene pinchos o clavos amartillados en el cráneo, que sale en la famosa obra Hellraiser, de Clive Barker. Recuerdo tener este cómic en mi estantería del piso de Las Vegas y mirarlo cada poco… Durante los años siguientes, Marshal Law apareció en varios cruces entre franquicias y se enfrentó a personajes tan dispares como La Máscara. La miniserie original y todos esos primeros cómics se recogen en este integral.

Marshal Law es el «cazador de superhéroes» autorizado por el gobierno a “rescatar” a las personas de bien de esos maleantes con súper-poderes. Custodia la ciudad de San Futuro, la metrópolis de un futuro cercano construida a partir de las ruinas de San Francisco después del Grande, un enorme y destructivo terremoto que la hundió. El trabajo de Law es acabar con otros superhéroes que se han vuelto rebeldes, trabajo que desempeña con desdén y sin miramientos, empleando su máxima fuerza, cosa que le provoca un enorme placer. Ayudado por el usuario de sillita de ruedas Danny y su socio físicamente imponente (pero extremadamente educado) Kiloton; este mariscal de la Seguridad opera desde un recinto secreto bajo la ciudad. Administrando la justicia brutal suficiente contra los súper-poderosos para salvaguardar al ciudadano de a pie. La identidad secreta de Marshal Law es Joe Gilmore, un ex-supersoldado consumido por el odio a sí mismo por ser un superhéroe. En el mundo que nos muestran Mills y O´Neill, los superhéroes son gente común que cambió gracias a la ingeniería genética, donde gran parte de las fuerzas armadas de los Estados Unidos se han sometido al proceso. Sin embargo, aunque sus cuerpos pueden volverse súper-poderosos, sus mentes permanecen exactamente como eran y, en muchos casos, la incapacidad de sentir dolor hace que los sujetos lo compensen infligiendo dolor a los demás. La psicosis de diversos grados también es un efecto secundario común, y algunos sujetos desarrollan súper-poderes sin ser conscientes de cómo usarlos. Poderes terriblemente incontrolables.

La miniserie original de seis números gira en torno a los intentos del Marshal de desenmascarar a un asesino en serie y violador que se “alimenta” de mujeres como Celeste, la actual novia del querido superhéroe Public Spirit. El aborrecimiento de Marshal Law por el Public Spirit -que representa todo lo fraudulento e hipócrita de los superhéroes-, lo lleva a sospechar que este mismo es responsable de esos crímenes. Trama, sencillamente magnífica.

Mucho antes que Garth Ennis, Pat Mills ya mostró al fan (que se acercó) esta magnifica idea de darle a los superhéroes que se creen especialitos, lo que se merecen. O´Neill aquí, se ve que aún se estaba desarrollando, así que es normal que el dibujo a muchos de vosotros no os entre. Pero en resumidas cuentas, ahora gracias a ECC Ediciones y su genial colección DC Blak Label pone de nuevo disponible esta joyita, nadie debería perdersela. Una de las obras por las que me fustigaba no haberla leído aún.

Marshal Law es magnífica.

Reseña: Nevada. La Estrella Solitaria, de Fred Fred Duval, Jean-Pierre Pécau y Colin Wilson

Lo confieso. Últimamente, estoy en el punto de solo querer leer westerns e historias apocalípticas. Para mí, de algún modo, entre ellas hay cierta conexión. ¿Y la hay? No sé, mi cerebro dice que sí, y que quiere leer-degustar obras del estilo. Si no fijaros en mis últimas reseñas… ¿Qué sobre lo apocalíptico el tema que quema que estamos viviendo tiene mucho que ver? Pues supongo que la mayoría de los psicoanalistas están afirmando ahora lentamente con la cabeza. En fin. ¿Qué es la lectura si no el mejor arma para evadirse? ¿Vivir y sentir aventuras en la piel de otros e imaginar qué harías tú en su lugar? Para la ocasión, junto varias cosas. Un tipo de argumento que me gusta leer en estos momentos y un dueto de guionistas de los que no me quiero perder nada-nadita-nada de lo que se publique en nuestro idioma. Fred Duval (Mosquetero, Hauteville House) y Jean-Pierre Pécau (Sonora). Ahí estamos. Y no contento con eso, este primer ejemplar de Nevada, cuando sabes de qué va, se recomienda solo. No sólo por el “suspense” de los acontecimientos, como decía Patricia Highsmith; hay más, la estructuración y el marco de los hechos. Pues Nevada nos lleva a un universo muy occidental pero que tiene lugar en una zona muy western durante el período de prohibición estadounidense de la Ley Seca.

Nevada, es el bastión de los grandes estudios de Hollywood que están comenzando a despegar. Tiene como misión buscar y traer de vuelta a los estudios a los actores para que puedan prestar sus servicios a los medios. Y se le aporta lo que quiera que necesite: sustancias más o menos legales. He aquí una serie decididamente volcada a la acción con un protagonista central, un antihéroe «perfecto», que no teme a nada y no se deja engañar. Un rostro pulcro, fuerte, inteligente, afortunadamente su cinismo le da a su carácter un poco de aspereza, de lo contrario rápidamente nos abrumaríamos con tanta perfección. Pero el tío lo vale.

Por si aún no me he explicado bien (no me he tomado aún los cafés que necesito), Nevada es  una nueva serie de álbumes procedente de nuestra amada BD, que Yermo Ediciones recién publica y que nos habla sobre un cazador de estrellas en Hollywood en la década de 1920. Un concepto original del tándem a seguir Duval/Pécau. Nevada Márquez es una especie de vaquero montando en el mejor corcel motorizado que existía en California en los gloriosos años 20 y probablemente a día de hoy. Una Harley. Los estudios de Hollywood le encargan regularmente que traiga de vuelta a estrellas de cine que, sacadas de la borrachera, drogas o de los deseos más naturales que el cuerpo necesita, lo más importante, es que vuelvan al trabajo, en especial, aquellos que abandonaron en mitad de una filmación.

Nevada tiene que encontrar los medios para hacerlos entrar en razón. Los presupuestos son los que son y giran en torno a esos/as depravados. Y así vamos sabiendo de Mac Nabb, estrella prodigiosa del western, apodado «La Estrella Solitaria», que decidió tomarse un descanso por México o la Baja California. Con unos intereses ocultos que no gustan a cierto tipo de gente. Y ahora a Nevada le toca encontrarlos. ¿Cómo? ¿En plural? Sí. El actor y su doble se han metido en un buen lío…

Me gustó mucho este western ligeramente moderno que mezcla Oeste Americano y desierto de México con el comienzo de la Edad de Oro de Hollywood y sus caprichosas estrellas. Tiene bastante trasfondo a novela de James Ellroy. Un buen punto de partida a intrigas palaciegas del mundo del cine pero que se centra sobre todo en la acción. La psicología no es demasiado importante aquí.

El escenario del desierto está lo suficientemente bien representado para que podamos entrar. Y hay algunos toques de humor muy interesantes. Colin Wilson nos ofrece un dibujo, una gráfica realista bastante convencional, jugando con el encuadre y manejando cuando toca el ímpetu de la acción, cosa que embellece a su vez el hilo narrativo.

Nevada tiene buena pinta o mala, según el bando en el que estés. Su motocicleta ruge en el desierto y mejor será que no la oigas cada vez más cerca. ¿Quieres saber más? Yo también.

Reseña: Casacas Azules 1968-1971, de Raoul Cauvin y Louis Salvérius

Uno de los cómics que mas leí de pequeño, debido a que de algún modo tengo sangre norteamericana, fue Les Tuniques Bleues (Casacas Azules). Aquí hay una interrelación un poco raruna: leía cómic franco-belga gracias a mi tito americano. Reside en USA, sí, pero mantenemos desde que tengo uso de razón una relación familiar-lectora que ya muchos conoceréis si sois de los que lleváis años leyendo cada reseña diaria que se publica en Desde New York – Crónicas Literarias. A lo que iba. Recuerdo que mi tito recuperaba lo que se publicaba de Casacas Azules, lo que se iba publicando en español en la arcaica revista Spirou Ardilla, entre los años 1979 y 1981 aproximadamente, de donde me encantaba aquella serie que llamaron, nada más y nada menos que Guerreras Azules, nombre que poco después, Ediciones Junior, cambió por Casacas Azules. Todo un clásico de la escuela franco-belga, con más de cincuenta álbumes publicados y como no, nacida en la legendaria y casa madre de cómics míticos como es la revista Spirou.

Toda una serie de aventuras y desventuras centrada en estos intrépidos soldados norteños, yankees del noveno arte, que han sobrevivido a lo largo de 50 años, en especial, y gracias a editoriales como Dolmen que piensan bastante en el aficionado trayendo y poniendo a mano estos enormes clásicos de renombre en su más que recomendable colección Fuera Borda que publica joyita tras joyita. Y con gran acogida, me consta. Pues ya van unos cuantos integrales de estos que Dolmen Editorial ha puesto tan de moda seleccionados por años. Una suerte ver que estos geniales tomos aún están relativamente fáciles de pillar. Obras de arte que si el aficionado medio nuevo supiera de su enorme calidad, no me cabe duda que ya estarían vivitos y coleando en más de una cómicteca que aún está huérfana de Casacas Azules.

El volumen que hoy os traigo es el más reciente publicado. Pero recoge los álbumes que comprendieron los años entre 1968 y 1971. Los inicios. Comienza con La Gran Patrulla (La Grande Patrouille), que recoge aventuras ilustradas por Louis Salvérius que fue quien lanzó la serie. Por lo tanto, este álbum está cargado de cierta emoción, ya que presenta el debut del Sargento Chesterfield y el Cabo Blutch, desde las primeras páginas, donde ya vemos que estos dos siempre han sido los mismos. Incapaces de llevarse bien y, sin embargo, inseparables.

Una Carreta al Oeste (Un Chariot dans l’Ouest) sí que comprende lo que conocemos como historia completa. Donde un mensajero herido logra llegar al campamento de Fort Bow y cuenta que pertenece a la guarnición de Fuerte Desafío (Fort Defiance). Los soldados sufren el asedio de los indios allí y están al final de sus fuerzas y sin municiones. ¡Hay que darse prisa! Así que el sargento Chesterfield, flanqueado por su inseparable cabo Blutch y sus compañeros, se apresuran en ayudar a los suyos. Pero no es fácil trasladarse sin incidentes con un carro lleno de municiones por una zona infestada de indios, ¿no?

De Norte a Sur (Du Nord au Sud) puede ser el álbum más adulto de todos los que he leído hasta ahora. Y eso que es de las primeras historias que hicieron Raoul Cauvin y Louis Salvérius. Por lo que se me invita a pensar que el tono inicial -la ameba primordial-, se encaminaba más hacia un público más adulto y en algún momento, “alguien” les dio un toque. De Norte a Sur (titulo muy sonado) es otra historia completa -nada de tiras de cómicas-, donde asistimos a la proclamación de la Guerra Civil Americana que enfrentó al bando de la Unión contra los Confederados. El sargento Chesterfield, el cabo Blutch y sus compañeros se unen a las tropas del General Grant. Entre un capitán de caballería fanático de la carga, un general dispuesto a emborrachar a sus soldados para convencerlos de que acepten misiones arriesgadas e indios peligrosamente susceptibles… Es poco probable que alguien aquí se aburra.

Además de estas geniales aventuras, Casacas Azules 1968-1971 contiene un extenso artículo que nos revela más sobre la vida y obra de Salvérius.

Casacas Azules es un clásico del western humorístico y un best-seller absoluto del cómic europeo. Más de cinco décadas, una de las series más longevas y más exitosas del célebre semanario Spirou, habiendo protagonizado ya casi setenta álbumes. Un grandísimo estandarte del cómic europeo que podéis encontrar aún en librerías.

Vosotros veréis.

Reseña: Marvel Omnibus. Hulk. Holocausto en la Tierra de Dios, de John Byrne, Ron Garney y VVAA

Si eres de Byrne, eres de Byrne, y casi que no hay más que hablar. Eso me dijo un colega de internet una vez que debatíamos sobre el por qué de tanto haterismo a un autor por su forma de ser. Byrne es ya un maestro consagrado que incluso llegó a ser puntal de lanza del cómic de superhéroes, número 1 mundial, durante un tiempo donde nadie quería perderse todo lo que publicaba. Un maestro que a nuestros días, dejó grandes obras para la posterioridad. No hablamos de un buen autor y ya. John Byrne haga lo que haga, sea quien sea, es una de las grandes estrellas del paseo de la fama del noveno arte y eso ya no podrá quitárselo nadie. De hecho, está entre los grandes autores que categorizamos más por su nombre que por la obra que en sí. Véase: el Daredevil, de Frank Miller, El Castigador, de Garth Ennis, el Thor, de Walter Simonson, o el Hulk, Los 4 Fantásticos, los X-Men o la Alpha Flight, de John Byrne. Un tío legendario, conocido por sus desavenencias (en plata: por no casarse con nadie), el cual se unió a Ron Garney y otros autores para lanzar al mercado en 1999 este Volumen 2 que iniciaba la cabecera de Hulk.

Un Marvel Omnibus denominado Holocausto en la Tierra de Dios, que recién edita Panini Cómics, donde se recogen los famosos once números donde comenzó el maestro con dicha serie. Numeritos súper chulos -como no puede ser de otra forma- casi ideados para los que amamos al personaje desde sus principios. Y os tengo que confesar que siendo mi personaje favorito Marvel, para mí, La Masa, siempre funcionó mejor en las historias donde tiene presencia en pequeñas dosis… ¡¡Hulk Aplasta!!, y poco más. Ostias como panes, pero sin llegar a saturar…

Y aquí comenzamos con una buena historia donde Bruce Banner está teniendo bajonas mentales, hasta que un día despierta y descubre que Hulk se ha vuelto loco. ¿Banner ha perdido el poco control que tenía sobre la criatura? Una ejecución que empieza a desarrollarse y que es bastante entretenida, en general. Salseada de una tonelada de estrellas invitadas, donde el arte de Ron Garney es excelente, además de una historia contada a modo clásico/de la vieja escuela. Por lo que Holocausto en la Tierra de Dios es un buen consejo-comiquero para los que quieren entrar por primera vez con Hulk o retomar el personaje después de tiempo sin leerlo. Aquí vais a encontrar a Los Vengadores protagonizando una trama y eso que son los invitados. Siguen la pista del goliat verde engendrado por rayos gamma, hasta que de pronto se ven atrapados en una poderosa batalla donde Hulk y La Cosa se desatan como fuerzas de la naturaleza enloquecidas que son.

Un volumen que también contiene un homenaje (que solo el golfo de Byrne es capaz de hacerse a sí mismo) de hace 25 años, cuando La Masa se encuentra por primera vez con un bicho canadiense del tamaño de un hobbit y con garras de adamantium irrompibles. En vísperas de ese aniversario, Lobezno vuelve a enfrentarse al Gigante Verde, como puede… Porque esa es otra: Byrne parece ser de los únicos que comprenden la inconmensurable e incontrolable fuerza de Hulk. Y no lo trata como un ser activo-pasivo como se puede ver la mayoría de las pelis de la MCU, al cual tumba un simple Thor a medio gas… Ufff. Aquí, enmarcado por Tyrannus por la muerte de cientos de inocentes, el gigante de jade se ha convertido en la figura más odiada y perseguida del Universo Marvel. Ni Los Vengadores, ni Wolverine pueden con él. Y ahora solo los intentos de Bruce Banner de limpiar su nombre lo llevan a un particular destino. Uno que ya tendréis que descubrir ustedes…

Como colección y volumen calidad-precio, Hulk: Holocausto en la Tierra de Dios está genial. Se incluyen portadas originales y alternativas, un boceto también, y obtienes once números completos más un contenido anual que te aporta buenos momentos lectores de acción. No es una historia que cambie las reglas del juego, pero la obra de arte es buena y las historias entretenidas y tiene esa épica que Byrne siempre aporta a los protagonistas. Disfruté de cada historia y la sensación que me queda es, que quiero más Hulk.

El legendario creador John Byrne colabora con una gran cantidad de talentos de primer nivel para ofrecer una mini-saga recomendable. ¿Es la típica obra que hubiera tenido un alto nivel casi eterno si el equipo creativo de inicio se hubiera quedado para siempre? Por supuesto. Es fácil encontrar otras obras donde John Byrne se larga a mitad y después de un inicio trepidante. ¿Se enfada, se cansa y es incapaz de acabar nada? No. Quizás y tal vez, lo primero, pero lo bueno de este hombre es que después de darse el piro, cierra la puerta. Dejando la sensación de crear más una novela gráfica con un icono Marvel, que otra cosa.

La principal razón por que siempre voy a intentar leer todo lo que se publique con su nombre.

Reseña: El Día de los Trífidos, de John Wyndham

Los que saben de esto tienen muy claro que El Día de los Trífidos es uno de los grandes clásicos de la Ciencia Ficción que nadie debería perderse. Es una novela fascinante y entretenida que contiene los mejores elementos del género: mima al lector con una experiencia de un mundo tan fantástico como atractivo mientras hace observaciones conmovedoras sobre el nuestro. Su amplia influencia es evidente en nuestra era actual de narración post-apocalíptica. Por eso y por mucho más, que esta joyita se vuelva a reeditar una y otra vez, que esté siempre en librerías, es un hecho más que imprescindible. Y algo de eso deben saber en Alianza Editorial y los coordinares de su sello Runas donde recién se publica esta nueva edición en tapa dura. Y es que… puede… hacer… como mínimo treinta años que la leí por primera y única vez. Así que poco después de comenzar, me di cuenta que apenas recordaba nada. Y comencé El Día de los Trífidos con la expectativa de disfrutarla. Y a pesar de ser una novela corta, se disfruta muchísimo, va al grano, al mismo tiempo que aporta mucho material que invita a la reflexión.

Al leer El Día de los Trífidos es imposible ignorar la fuerte ambientación en la que te sumerges de pronto. Escrita en 1951, poco después de la supervivencia de Inglaterra (y en particular de Londres), a la Segunda Guerra Mundial, te topas con la sensación de que, una vez más, Inglaterra debe encontrar alguna forma de sobrevivir a su total destruccióna. William Masen se despierta en el hospital con vendas cubriendo sus ojos. Acababa de someterse a un procedimiento para salvar su vista. Pero al despertar no oye los sonidos a los que uno está acostumbrado durante su estadía en el hospital: no hay tráfico fuera, no hay médicos o enfermeras dando vueltas, no hay otros pacientes. Aunque inicialmente tiene miedo de quitarse las vendas por miedo a arruinar la restauración de su vista, está demasiado asustado para no correr ese riesgo.

Cuando un día que sabe que es miércoles,

comienza sonando como domingo,

algo anda muy mal en alguna parte.

Lo que Masen encuentra es un mundo nuevo donde todo aquel que se encuentra está ciego. Un médico ciego salta a la muerte desde la ventana del hospital, pacientes ciegos deambulan sin rumbo fijo por los pasillos, cuentan que el día anterior, la órbita de la Tierra pasó por un camino de restos de cometas y se suponía que iba a ser un espectáculo asombroso que Masen no iba a poder presenciar. Bien. Ahora parece que todos los que vieron los cometas están ciegos. No obstante, antes de ingresar en el hospital, el trabajo diario de Masen consistía en trabajar con Trífidos; una extraña especie de planta que surgió espontáneamente cuando Masen era niño y se ha extendido por el mundo. Se desconoce su origen, pero muchos sospechan que son el resultado de experimentos genéticos realizados en la Rusia soviética. Las plantas producen un aceite útil y valioso y el cultivo de Trífidos para obtener aceite se ha convertido en un negocio lucrativo en todo el mundo. Pero los Trífidos también exhiben rasgos que alarman a algunos. Se mueven. Incluso pueden comunicarse entre sí y mostrar signos de lo que algunos podrían interpretar como inteligencia. Y otorgan picaduras peligrosas que incluso pueden matar a un ser humano. Y aunque son insectívoros, también pueden consumir carne. Fue por una picadura trífida que Masen llegó al hospital necesitando un procedimiento para salvar su vista. Uno de los colegas de Masen argumentó que si no fuera por nuestra capacidad de ver, los Trífidos tendrían una ventaja considerable sobre los humanos. Es decir, ahora, en un mundo de ciegos, los Trífidos toman ventaja…

Aunque se publicó en 1951, El Día de los Trífidos es un libro que todavía brilla con fuerza con una historia que atrapa desde la primera página. Un hilo conductor que se vuelve desgarrador con el transcurso de la trama, argumento que se ha llevado a la gran y pequeña pantalla con múltiples variantes. Puedes ver su influencia en gran parte del film 28 Dias Después, de Danny Boyles (desde la cama de hospital hasta el refugio en la casa de campo), Melanie: The Girl with all the Gifts, Soy Leyenda, 12 Monos… etc, etc. Se puede decir que el talento de Wydham vio la luz a través de la actidud de otros, grandes maestros muchos que trasladaron la virtud del inglés en otros formatos, como hizo por ejemplo John Carpenter con su novela Los Cuclillos de Midwich en El Pueblo de los Malditos.

En resumen, si aún no has leído El Día de los Trífidos y te gusta la CF, casi que blasfemas. Novela imaginativa, detallada, tensa y oportuna dada nuestra fascinación actual con un cercano fin de todas las cosas.

Súper recomendable.