Reseña: Batman. Ciudad Oscura, de Scott Snyder, James Tynion IV, Greg Capullo y Andy Clarke

Mucho hemos esperado para tener todo esto bien recopilado. Las mejores historias de Batman de tal forma, que poder llegar a nuestra cómic seleccionar un arco argumental-tomo e irnos junto a nuestro café/té directos a nuestro sillón de lectura favorito. Volúmenes en tapa dura con cartoné, como nos gusta tenerlos, de lo último, lo mejor publicado. La obra de Snyder, Capullo y Tynion IV que tanto dio que hablar unos veranos atrás, ahora en ECC Ediciones en diferentes formatos, de los que yo me quedo con esta introducción en la colección Batman Saga que pone encima de la mesa el mejor cúmulo de historias del orejas picudas del mercado. Y en este caso en especial llamado Ciudad Oscura, una de las miniseries cumbre de esta revuelta creada por DC entre 2012 y 2014 con el Batman de Scott Snyder y Greg Capullo. El reboot tan famoso y que tanta repercusión tuvo.

DC Cómics lo pensó bien y para su héroe de cabecera (asumámoslo: hace décadas que no es El Hijo de Krypton), puso a estos dos autores de renombre para encargarse del proyecto del nuevo Caballero Oscuro. Encomiando la misión a dos maestros para sacar nuevamente al Murciélago a pasear. El guión para Scott Snyder (American Vampire, La Cosa del Pantano) y el dibujo de la mano del multipremiado Greg Capullo (Spawn, The Creech). La serie Batman no tardó (pero nada) en llevarse el galardón de rey de la pista. Quizás porque muchos deseábamos un gran regreso de uno de los mejores superhéroes de la historia, o tal vez, porque eran tiempos de hambre, incertidumbre… No, no, hambre de buenas historias. Y entonces lo petaron con el arco argumental de inicio. El Tribunal de los Búhos nos dejó a muchos con el culo torcido. Para mí, la última gran saga escrita del mejor detective del mundo. La más desafiante, la que ha devuelto el nivel al personaje para con quién no es acérrimo a él. Es decir, la que debes leer sí o sí como fan del género superheróico. Un cuento con muchos matices del oreja picudas, meticulosamente tramado, que tiene como objetivo estrechar la propia raíz de la mitología del personaje, destruyendo su antiguo núcleo. Le siguieron más historias geniales como La Muerte de la Familia y Ciudad Secreta. Pero en Ciudad Oscura, que continúa el trabajo esencial de las aventuras del álter ego de Bruce Wayne, queda un imprescindible tomo, repleto de material extra, además.

Ciudad Oscura nos lleva al enfrentamiento contra otro de los grandes villanos. A una Gotham tiranizada por Edward Nigma (El Acertijo) y al duelo con otro temible villano que espera en la oscuridad, el Dr. Muerte. Por si esto no fuera poco, una súper tormenta amenaza con devastar la ciudad que el Caballero Oscuro defiende por encima de todo. Una trama (Zero Year) donde Batman y Jim Gordon deberán aprender más que nunca a trabajar juntos pues ambos se ven en la encrucijada de “devolver la luz” a una Gotham City cada vez más oscura. Aunque eso suponga tener que revelar ciertos secretos del Caballero Oscuro con tremendas consecuencias finales.

Snyder coloca a Nigma como uno de los más grandes villanos a los que Batman se va a tener que enfrentar en su carrera. Un enemigo a la altura del Joker, ahora. Un cambio total que nos lleva a Origen: Ciudad Salvaje donde vamos descubriendo con el paso de las páginas una Gotham completamente nueva. Desentrañando los misterios establecidos por El Acertijo, en un año de locura en una ciudad que ya no volverá a ser la misma por el caos salvaje desatado. Un nuevo mal que ha conseguido poner a la ciudad a sus pies. Todos los habitantes son sus rehenes, y Batman no es más que uno de ellos. Aunque no sólo está Gordon para ayudar, también Lucius Fox, un gerente de Empresas Wayne, que aparentemente no sabe que la empresa provee a Batman del equipo y financiamiento que necesita.

La colección Batman Saga (la de franja amarilla), es una de las propuestas más interesantes que están saliendo para que todos los fans estemos volviendo a vivir una época dorada del cómic. Algo así como una vuelta a «aquellos maravillosos años» de aventuras en formato viñeta. Esta vez vistas con los ojos de grandes guionistas actuales, una etapa, donde brillan muchas cosas. Por encima de todo, los guiones de un neoyorquino (¡De mi edad!) llamado Scott Snyder y una genial etapa de esplendor ilustrativo de Greg Capullo. También toda una serie de autores que pusieron lo mejor de sí mismos para apoyar la serie. Historias del pasado además (alternadas con algunas del presente) que hacen disfrutar como siempre de un personaje, del que siempre queremos leer algo nuevo, cada muy poco.

Reseña: Brechas – Líneas del Frente, de Sylvain Runberg y Joan Urgell

Pernissi es un pequeño pueblo que la guerra civil había obviado hasta ahora. Pero las fuerzas armadas del país aparecen de pronto para perseguir y combatir a los patriotas rebeldes que el gobierno considera traidores. La doctora y miembro del consejo municipal de esta comuna, Juliana Brovic, en un papel improvisado de mediadora, luchará por que la convivencia sea posible y continúe todo en un clima de paz. Incapaz de dominar en casi todos los parámetros, la situación comienza a írsele de las manos…

Imaginar la tragedia de la peor guerra, la que enfrenta a personas, vecinos, familias, lamentablemente, ya no es muy difícil en la historia de nuestro tiempo. El conflicto sirio, con sus cientos de miles de muertos, sus millones de refugiados y su horrible resultado, nos lo recuerda actualmente, mientras que la guerra de los Balcanes aún se mantiene en el recuerdo de los que de algún modo la vivimos en los 90. En esta atmósfera de horror e incertidumbre constante se mueve Brechas, la nueva serie que Yermo Ediciones nos rescata de la BD, cuya portada y argumento me encandiló y quise saber más. De hecho, sé porqué me sentí terriblemente atraído a leerla. Os revelaré el secreto. Durante un mes de mi servicio como militar participé en unas maniobras con los Cascos Azules en una zona no muy conflictiva de los Balcanes en su posguerra. Y aún así, tuve tiempo de visualizar el horror de algo muy parecido a lo que propone Brechas.

Nos traslada al corazón de un pueblo lluvioso, en un duro invierno, con personajes tan diversos como fácilmente identificables que se vuelven sombras en cuanto se alejan. Desde la atenta mirada de la valiente madre doctora, el alcalde algo cobarde pero concienzudo, el profesional duro pero justo, y hasta el capitán belicoso y sediento de sangre… En cada uno de ellos encontramos un poquito de ADN del terrible ser humano que ha llegado hasta nuestros días. Una impresión de «déjà vu» constante en este tipo de situaciones. Donde los militares (no del cómic) van siempre con desventaja ante la idea de ayudar, pero otros (como los del cómic) a ojos del oriundo son represores o conquistadores. Y los rebeldes, cuando los conoces, parecen cualquier cosa menos blanco-nieve, también hay que decirlo. Son los inocentes, los ajenos a tanto politiqueo que sólo quieren disfrutar de la vida, los que terminan por pagar el precio más alto de los enfrentamientos de los demás.

Francamente, la inmersión en esta triste aldea, que sufre cortes de energía, privación de alimentos, asesinatos y bombardeos, se realiza con facilidad por que todo suena fácilmente a real. El dibujo de tonos sombríos de Joan Urgell ayuda bastante al ingreso en la trama. A la imaginación de como tuvo que ser,  o es vivir en casas en ruinas, rodeado de personajes que han trabajado duramente en las minas, la pobreza que claramente ha invadido esos corazones y las características de personas que luchan por seguir viviendo aunque sólo sea para vislumbrar el final del conflicto. Los mismos soldados incluidos, que aunque están mejor preparados, y son rectos y disciplinados, también son personas aunque se les impida ponerse en el lugar del bando contrario, en muchos casos simplemente civiles. Cruzar esa línea que se puede delimitar fácilmente con simple hierro.

Al igual que los violentos enfrentamientos que desgarraron a la ex-Yugoslavia, acontecimientos dramáticos que sacudieron a Ucrania o más recientemente lo que se vive en Siria, Sylvain Runberg (Hammerfall, Orbital) examina cuidadosamente un conflicto analizando las relaciones que se oponen y dividen las fuerzas legitimistas de un Estado frente a su población. Un primer volumen que expone tensiones, manipulaciones psicológicas y sus primeras consecuencias, en detrimento de menos escenas de acción y batallas. Y sí. Estáis en lo cierto si pensáis que Brechas, no es una obra hermosa en el sentido que si sois corazones sensibles, su apariencia y argumento puede afectar bastante y acercaros quizás demasiado al horror. Propone inquietud, en un momento como el que vivimos donde casi todos los países del primer mundo están viviendo un resurgimiento de los nacionalismos. Sabemos que este auge en un momento u otro termina por colapsar la paz y la democracia. Europa es experta en esas desviaciones. Por lo que Brechas no deja de ser un álbum de argumento temible, pero también el principio de una serie muy recomendable, un toque a la moral y una advertencia a esas sombras acechadoras que el ser humano siempre tiene tras la puerta.

Reseña: Alien 3 – El Guión No Filmado, de William Gibson, Johnnie Christmas y Tamra Bonvillain

Los megafans de Alien tenemos que ir buscando/rebuscando entre ciertos mundos aislados de novedades de cómics, videojuegos e incluso juegos de mesa para tener cada no mucho algo con lo que nutrirnos. Pero es cierto que gracias a Norma Editorial llegan cómics de la franquicia poco a poco y así podemos contentarnos de alguna forma y relajarnos pues la cuestión es volver a ese universo de Terror y Ciencia Ficción, uno de las mejores mezclas de todos los tiempos. Si no la mejor. Bien, pues desde ya os puedo decir que estamos de enhorabuena pues por fin llega a nuestro país esta maravilla hecha cómic como es el guión no filmado de la saga del siempre interesante escritor William Gibson. Enormemente curioso como fue desechado este guión viendo después en qué quedó en cines la tercera parte de la franquicia.  Un mal recuerdo para los fans de la saga. Pero buscad Alien 3 en vuestro buscador favorito e inevitablemente aterrizaréis en ciertas webs de cine y malas criticas hacia un film que para muchos no debió ver la luz.

Para los curiosos os diré que existen diferentes versiones: la versión cine y el montaje del director, película algo más larga, pero una recreación que tampoco aporta mucho; variaciones del mismo trabajo, una película rara, visualmente impactante eso sí, pero nada exitosa que dejaba a Ellen Ripley en un planeta carcelario lleno de piojos que no estaba preparado para defenderse de una infestación de los xenomorfos. En fin, el tema es que todo buen fan debe saber que dejando de lado el ámbito cinéfilo, hubo varias Alien 3. Siempre las hubo. Unas Alien 3 de las que nunca filmaron un fotograma, y que se quedaron en borradores o guiones descartados, que en su día fueron leídos por un grupo de «personas selectas” para luego caer en el olvido. Lo guay es que con la llegada de internet y la enorme globalización que esto supone, algunas de esas versiones se colgaron en la red. Y aquellos fans decepcionados con la película entre los que me incluyo, de repente, tuvimos la oportunidad de imaginar otra cosa.

Alien 3 – El Guión No Filmado, de William Gibson, Johnnie Christmas y Tamra Bonvillain, ofrece uno de esos caminos alternativos. Gibson, autor de la súper recomendable Neuromante, Mona Lisa Acelerada o (esto algunos no lo saben) del genial relato Johny Mnemonic en el que se basó el film de Keanu Reeves; tuvo su propia visión y/o encargo de representar lo que sucedió después de que Ripley, Hicks, Bishop y Newt bombardearan el LV-426 desde la órbita de un planeta en Aliens, El Regreso. Un guión que fue descartado y ahora tenéis la posibilidad de degustar en formato cómic. Así que cierra los ojos, o mejor dicho, ábrelos mucho. Y entra en lo que pudo ser una gran film de una trilogía (por entonces, ahí parecía acabar todo), de una tercera película de Alien que nunca conocimos.

Una experiencia sorprendentemente diferente. Como film no habría reinventado radicalmente nada en la franquicia Alien, pero es fácil disfrutarlo como thriller efectivo de aventuras. El guión de Gibson combina elementos de las dos primeras películas con giros inesperados y por mucho que las películas dependan de sus sorprendentes imágenes, el cómic aquí propuesto goza de grandes momentos en formato viñeta. El drama gira en torno a una historia centrada en las aventuras de Hicks y Bishop después de que la nave Sulaco se desplace primero al territorio controlado por la Unión de Pueblos Progresistas, tras Anchorpoint, una estación espacial de científicos idealistas. Lo que deja una especie de eco o de guerra fría entre los científicos de la U.P.P. al estilo comunista y Anchorpoint, esos mismos que comienzan a experimentar con el material genético alienígena que quedó en el cuerpo de Bishop. Lo que finalmente obliga a Hicks, y algunos nuevos conocidos a enfrentarse de nuevo a esa vieja amenaza que aquí empieza a adoptar nuevas formas…

El cómic abre con una introducción del propio William Gibson llamada Trabajo por Encargo, donde cuenta muy bien que sintió -y siente a día de hoy- con lo ocurrido en todo el proceso que hubo del que pudoaber sido un buen film de Alien. Los productores Walter Hill y David Giler comisionaron el guión a Gibson cuando decidieron seguir adelante con una secuela de la segunda parte de James Cameron, todo a pesar del gran interrogante sobre si la estrella de la serie Sigourney Weaver llegaría a participar en futuras pelis. Buscando nuevas ideas, recurrieron a Gibson, que en la época, tras unos primeros cuentos exitosos y ser considerado el creador del movimiento conocido como cyberpunk, estaba de moda. Se hizo, se entregó, pero ahí quedó todo.

Joyita de cómic para los fans.

Reseña: La Jauría, de Cédric Simon, Éric Stalner y Émile Zola

La recuperación de una exitosa historia, un gran homenaje, la oportunidad de redescubrir (o descubrir) el Rougon-Macquart, la ferocidad de Zola retratando a cierta burguesía decadente o en formato cómic, la forma intransigente de mostrar un descenso a los infiernos… Sinceramente, después de no haber disfrutado nada con la serie Exilium en su día, cierto y verdad es, que me daba algo de miedo enfrentarme a La Jauría. Pero afortunadamente uno ha aprendido con los años a dar segundas oportunidades a las personas, en especial, escritores, guionistas, o incluso directores de cine. Por que vamos todos en el mismo saco. Y por que uno evoluciona (o no) con el paso de los inviernos. El caso es que con tan atractiva portada y con el hecho de estar basado en la novela del gran Emile Zola, me dije a mí mismo que La Jauría debía merecer la penar sí o sí. Y mereció la pena, ya lo creo. Nos libre Dios de no dar segundas oportunidades.

La principal diferencia con Exilium, es que aquí ya sí se alcanza la maestría en términos de guión, dibujo y la capacidad de conseguir recrear un mundo pasado. Momentos espléndidos, personajes típicos del Segundo Imperio súper bien representados. Aristide Saccard, el «héroe» de esta historia, es un advenedizo dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar siempre más. El pobre Renée, su esposa y víctima, son almas perdidas en un mundo de tiburones. Esto sería un rápido resumen de este volumen que edita Ponent Mon. Una maravilla que casi me hizo querer buscar para leer la novela de Zola. Pero me bastaron las ciento veinticinco páginas de La Jauría en formato en viñeta para quedar prendado de una historia pudo ser muy real.

¿Y qué trata exactamente? El día después de que Napoleón Bonaparte tomara el poder, Aristide Rougon llegó a París acompañado por su esposa Angèle y su hijo Maxime. Tenemos así a un ex-republicano recién convertido al Imperio, obsesionado con hacer una fortuna. Su hermano Eugène le consiguió un lugar en la administración del ayuntamiento de la capital y Aristide cambia su nombre y ahora se llama Saccard. Su instinto le dice que lo bueno está por llegar, las puertas de la riqueza a un paso, por eso como un depredador se agacha, observa paciente, listo para actuar tan pronto como se presente la oportunidad. De salud frágil, Angèle muere, Maxime es enviado a las provincias, es decir, la esperada oportunidad para sacar el especulador que vive en él. Y la oportunidad se engorda con un «matrimonio arreglado” que le garantiza una base monetaria sólida y casi el control sobre los planes de reestructuración parisina orquestados por Haussmann. La contratación de un candidato sin escrúpulos que le permitirá el ascenso soñado…

Me comentó mi tito americano -ese del que os hablo siempre, súper amante del cómic europeo y residente en Brooklyn, incongruencias del destino…-, que la novela de Émile Zola (La Curée, 1871) sigue dos ejes complementarios: los excesos de especulación a favor de las ambiciones imperiales y el itinerario sentimental de Renée. Todo en un contexto de prohibiciones y tórrida sensualidad. Pues Zola pintaba una sociedad con desigualdades escandalosas y flagrantes como probablemente abundó en la época. Aquí, Cédric Simon al guión y Éric Stalner a guión y dibujo, no se alejan mucho de la fuente principal. La relevancia de adaptarla fue lo que primó. La premisa es fiel al trabajo original, simplifican el tema, pero tampoco mucho. Lo que no quita que encontremos escenas ardientes en el restaurante de la colina Montmartre, festejos que se daban en mansiones privadas, todo con un erotismo poderoso de una época de gran esplendor y derroche en el país galo.

El tratamiento gráfico depende de la ambición artística de Éric Stalner que pinta un siglo XIX creíble y preciso. Muy destacable es la genial recreación de la arquitectura exterior, decoración interior o ropa y accesorios de los protagonistas. Un desafío atrevido que te lleva a leer La Jauría en tu sillón, bien maravillado por lo que tienes entre manos. Una obra maestramente adaptada con una red de amores imposibles, una pintura del capitalismo amoral, un episodio en la historia de la Ciudad de la Luz, en la que obviamente también tenían lugar cantidad de sombras.

Reseña: Batman. El Gran Salto, de Peter J. Tomasi, Frank Tieri, Don Kramer y Ryan Benjamin

El Gran Salto comprendería el quinto volumen dentro de Batman R.I.P. Tras un fuerte inicio de trama sacado adelante nada más y nada menos que por Grant Morrison, el eje central de estos sucesos que está publicando ECC Ediciones dentro de su colección Batman Saga (nuevos tomos de franja frontal amarilla que centran una idea, un todo, una colección de buen ver con la que El Caballero Oscuro celebraba el pasado 2019 sus ochenta años de existencia); no dejan de ser recopilaciones en tapa dura de sus mejores arcos argumentales con las que ECC da la oportunidad a nuevos lectores de descubrir o redescubrir los mejores momentos, las mejores aventuras del superhéroe más molón y sus respectivos ayudantes.

¿Respectivos, dices? Sí, pues tras la desaparición del Cruzado de la Capa, todas las intrigas y luchas también afectan a sus aliados y al Universo DC en pleno. Buena muestra de ello son las historias de este volumen en el que Nightwing, los Outsiders y héroes tan célebres como Green Arrow, Relámpago Negro y Superman cobran importancia. Pero en especial Nightwing, pues cuando Dos Caras decide golpear la ciudad de Nueva York, se da cuenta que la Gran Manzana, en realidad, está tan podrida o más que él. Así que aquí todo dios va a pagar sus crímenes, a menos que Nightwing pueda salvar al decrépito Harvey Dent de la bala de un asesino.

Tras la lucha y a punto de desangrarse, Nightwing encontrará refugio en la Baticueva y allí descubrirá que la reciente desaparición del Caballero Oscuro quizás le conduzca a un misterio aún mayor. Ese mismo que le lleva a enfrentarse a los enemigos más peligrosos del orejas picudas como son Killer Croc, Pingüino, Capitán Frio, Hiedra Venenosa, Dos Caras y obviamente el Joker. Todo para salvar la vida de una mujer marcada por la muerte.

Batman – El Gran Salto recoge además otro arco argumental relacionado con el maremágnum Batman R.I.P., el mismo que fuera publicado en su día entre los números de Batman and the Outsiders #11-#14. Un equipo enfrentado a la mayor crisis de su historia pues, ¿podría la ausencia del Caballero Oscuro significar el fin de los Outsiders? Engaño, disensión y muerte. El fin para uno de los miembros del equipo. Con una entidad dispuesta a destruir todo lo que Batman siempre cuidó. Y siguiendo las órdenes de un falso Caballero Oscuro, el ingreso en el grupo de Remac que lleva a unos Outsiders afligidos, a uno en coma y otro muerto tras una explosión. Pero los muertos serán vengados.

Se cree que Nightwing es responsable de la muerte de una vieja llama. Dos Caras ha jurado venganza sobre el primer Robin y la ciudad de Nueva York. El ácido es su sangre, su arma, su vida; le corresponde a Nightwing detener al villano más traicionero y peligroso que se conoce en Gotham. Entre los responsable de contarlo figuran integrantes de algunos de los grandes equipos creativos recientes de DC como Peter J. Tomasi (Green Lantern Corps), Frank Tieri (Harley Quinn), Don Kramer (Batman: Cara a Cara) y Ryan Benjamin (Escuadrón Suicida). Equipo que tengo que decir que crean en general un nivel bastante bueno en cuanto a dibujo y guión.

Con otros ojos, Batman R.I.P. es exactamente lo que uno esperaría de un cómic moderno. Dicho esto, que no tiene porqué ser malo, uno se centra particularmente en la trama que es lo que aquí brilla especialmente. Rencillas, secretos y giros que no esperas de ciertos personajes, vais a encontrar en El Gran Salto. Un tomo con una dramática historia que continúa manteniendo el interés por saber en qué deparará la saga.

Reseña: Star Wars. Era de República – Héroes, de Jody Houser, Cory Smith y Wilton Santos

Uno quedó con ganas de más después de la estupenda novela de Claudia Gray, Maestro y Aprendiz. Y resulta que, como si eso lo hubiese pensado ya Planeta Cómic (no me cabe duda), recién calentito para este mes de los amores se acaba de publicar el tomito recopilatorio Star Wars: Era de República – Héroes. El mismo que de algún modo continúa o enlaza lo contado en la novela. Aunque esperad.. No es una primera ni una segunda parte, ni siquiera es indispensable el uno sin el otro, quiero decir: ocurren en el mismo tiempo, con casi los mismos personajes y referencias a sus tramas. De eso hay un poquito-mucho.

Cuando se anunció que Marvel produciría los cómics de Star Wars que tendrían lugar en la era de las precuelas, la gente se asustó. Las sorpresas de sopetón a los frikis les provoca rechazo. Somos gente muy conservadora con nuestros amores y recuerdos. No obstante, el paso del tiempo nos afecta y nos enternece quizás aún más que a los demás mortales. Y al final, terminamos diciendo con la boca chica, al principio, que bueno el Episodio I, II y III tampoco estaban tan mal. Vienen del Papá Lucas, al fin y al cabo. ¿Pero qué pasa con los que somos más permisivos que nos gustó en su día? Pues que disfrutamos más pues, ¿quién no quiere ver más historias de Qui-Gon y Obi-Wan en su mejor momento? Tramas que te permiten volver a la vida de algunos de los personajes queridos y escritos en gran parte por Jody Houser con dibujos de Cory Smith y Wilton Santos, un equipo que para mí hacen un gran trabajo, sobre todo, en la adaptación de personajes canon al formato viñeta.

¿Sabéis qué pasa? Que los permisivos disfrutamos la vida lectora tres veces más que los haters.

El resumen oficial de las miniseries Star Wars: Era de República dice: «¡Esta es la Era de Star Wars, una serie épica de aventuras que une a tus personajes favoritos de las tres trilogías! ¡Únete a los héroes más grandes de los últimos días de la Antigua República! ¡Sé testigo de los momentos nunca antes vistos que los definen, las increíbles batallas que los moldearon y su eterno conflicto entre luz y oscuridad!». ¿Qué os parece? Parece que quieran que te reenganches a la Armada, ¿no? Lo que sí que es cierto, es que aquí vais a disfrutar a tope con el que para mí es uno de los mejores Caballeros Jedi que conoce la saga. Un tío duro en sus creencias como es el inconformista Qui-Gon Jinn, que no duda en infringir las reglas y meterse en problemas con el Consejo por tener personalidad y luchar por sus conflictivas creencias. Y aunque ciertas misiones le salgan mal, que duda cabe que tiene razón pue, hasta George Lucas sigue manteniendo a día de hoy que Anakin era el Elegido…

Pero más tramas e historias con Anakin Skywalker, Obi-Wan Kenobi, Padme Amidala e incluso el maestro Yoda vais a encontrar en Star Wars: Era de República – Héroes. Y es que a veces es agradable leer una historia sobre un personaje que amas y eso es fácil de hacer gracias a la capacidad de Jody Houser para escribir personajes. Desde Qui-Gon hasta Anakin, Houser demuestra que los entiende y que puede escribir diálogos naturales en ellos. Esencialmente, cada capítulo de este tomo es un estudio de cada protagonista y le da al lector un vistazo de cosas en las que quizás no se había fijado. La historia de Obi-Wan ayuda a transmitir la cantidad de dudas que tenía como Maestro Jedi, mientras que la de Qui-Gon llega a la raíz de lo inquisitivo que era. Una buena visión. Además, cada capitulo comienza con un párrafo-ensayo de seguimiento sobre el personaje que conecta lo que has leído con la imagen más amplia de quién era en las películas. Una buena forma de agregar peso a la historia que acabas de leer y que ayuda a desarrollar en tu mente lo que sigue.

Es fácil olvidar que Obi-Wan entrenó a Anakin durante mucho tiempo. Muuuchooo tiempo… Pero también dedicó años Qui-Gon al entrenamiento de Obi-Wan y de eso poco sabíamos. Pero a raíz de cómics y novelas del Universo Expandido como Star Wars: Era de República – Héroes podemos saciar nuestra curiosidad. También es cierto que la historia de Padme recopilada aquí dice muy poco (es heroica y demás), pero los eventos reales en su conjunto nos llevan a lo realmente importante que es la escritura de personajes interesantes que amas y que quieres disfrutar. De lo que Jody Houser claramente tiene un control que abruma.

Reseña: Las Aventuras de Victor Billetdoux (Integral), de Pierre Wininger

A los amantes del cómic de aventuras clásico les va a encantar este Las Aventuras de Victor Billetdoux. Os lo digo ya. Así y a bote pronto, un periodista y un egiptólogo comienzan su investigación sobre un asunto de lo más tétrico desde El Cairo hasta el París de allá por 1910. Una época genialmente atractiva como fueron esas incursiones inglesas, francesas y holandesas en el Egipto de principios de siglo XX. La Pirámide Olvidada más otras dos (Sombras de Ninguna Parte y La Noche del Horus Rojo) que Ponent Mont trae en un sólo volumen para deleite del mejor aficionado al cómic europeo que se precie. Lugares y fechas muy atractivos para los amantes de esa aventura africana desértica con rescate de reliquias, maldiciones, persecuciones y desencuentros…, con un dibujo que llama la atención a leguas y unos colores del país de Ra, Tutankamón, Osiris, Anubis y Horus, lleno de tonos inmersivos a tramas como rara vez antes había visto.

Pero vayamos por partes. Las Aventuras de Victor Billetdoux fue una serie de títulos creados para el cómic francés por el autor Pierre Wininger. Cuentan que a finales de los 70s, el director literario de Glénat Ediciones, Henri Filippini, contrató a Pierre Wininger, mientras éste sobresalía en la profesión de fabricante de modelos publicitarios. Quería que de algún modo colaborara en la revista Circus. Así es como el personaje de Víctor Billetdoux -con un estilo indudablemente influenciado por el de Jacques Tardi y rindiendo homenaje al novelista Gaston Leroux (1868-1927) y sus fantásticas novelas de detectives de principios de siglo XX-, cobró vida. Unas aventuras que fueron publicadas entre 1976 y 1986 y que tras la revista, posteriormente vieron la luz en formato álbum por Glénat.

Tres historias, que como bien dice la sinopsis editorial, nos embarcan en peligrosas aventuras tras extraños sucesos acaecidos entre pirámides del caluroso desierto y las frías calles de París.

En La Pirámide Olvidada, tomado por la locura, Sir Alexandre Appelton se encuentra en Egipto deambulando alrededor de la pirámide de Neferhotep. En El Cairo, al enterarse de extrañas noticias, el periodista Víctor Billetdoux decide investigar con la ayuda de su amigo el egiptólogo. Juntos llegan y consiguen entrar en el extraño templo y… Uff, ¿contar más? Queda una aventura increíble que acaba de empezar. Exploraciones, la muerte a un paso en lugares malditos y secretos de científicos locos.

En Sombras de Ninguna Parte nos trasladamos a la París de 1910. Un día, Billetdoux descubre en su puerta el cuerpo de un hombre con el que había quedado para mostrarle una extraña fotografía. Los eventos se precipitan, mientras los muertos se multiplican. Las circunstancias llevan a Victor y a su cómplice Charles, al corazón de una intriga compleja que mezcla seres voladores, una secta oscura que venera a la diosa Isis, inundaciones y gente inquieta que se desgarran en torno a un invento inquietante… Lanzado en 1980, este álbum revive de forma soberbia las atmósferas que quiere representar. Misterios y siluetas oscuras con un guión a tope de giros y sorpresas. Mi historia favorita del tomo.

El último álbum es La Noche del Horus Rojo. Donde se cuenta como seis cuerpos son encontrados en el río Sena, todos asesinados con un utensilio muy extraño: una aguja que representa la cabeza de dios Toth. Además, curiosamente, en los bolsillos llevaban sus relojes y un libro contenedor de ritos de la secta de Isis…

Terror en estado puro.

Ponent Mon lo vuelve a hacer. Publica una maravilla de tomo traído de la BD, una miniserie al completo hasta ahora inédita en nuestro país. Un tríptico que tal como se alega, por primera vez se podrá disfrutar en todo su esplendor en un tomo recopilatorio con un dueto de aventureros injustamente desconocidos por estos lares. Interesantes, y por qué no, muy cinéfilos como son el propio Víctor Billetdoux, periodista de L’Écho de París, y Charles Hippolyte Constant, el joven egiptólogo.

Reseña: Convergencia (Integral), de Jeff King, Scott Lobdell, Dan Jurgens y VVAA

Le prometí a unos cuantos lectores de Crónicas Literarias – Desde New York, que reseñaríamos el evento Convergencia, el considerado gran macro-evento…, bueno, mejor dicho, el más disfrutable de una sentada de los últimos eventos creados por DC Cómics. Y estoy de acuerdo, por que hacía años (creo que desde la última vez que releí Crisis en Tierras Infinitas), que no disfrutaba tanto con tanta leña… Así que dije que lo haría y aquí está mi reseña de esta interesante trama en su conjunto, hecha cómic, que por fin publica ECC Ediciones en tomo único. Pues, dicen que la existencia termina y también empieza de la mano de los guionistas Jeff King (USA’s White Collar), Scott Lobdell (Superman: Condenado) y Dan Jurgens (Batman del Futuro) y los dibujantes Carlo Pagulayan (Incredible Hulk), Stephen Segovia (Green Lantern), Andy Kubert (Damian: Hijo de Batman) y Ethan van Sciver (Green Lantern: Renacimiento). Un integral que recopila del #0 al #8 de la serie original Convergence.

Mencioné a estos mis amigos lectores que aún así, ya había estado leyendo números alternos (americanos), sobre todo, para ver en qué deparaban en otras series lo ocurrido en Convergencia. Es decir, todos los vínculos que llevan de algún modo a la miniserie. Y también tenía presente los Futures End y Earth 2 World’s End, por lo que venía un poco instruido y con experiencia en el asunto. Dicho esto, ¿qué es Convergencia? No cuál es la historia, sino qué es realmente. Para aquellos que aún no lo saben, Convergencia fue un evento semanal de dos meses que fue ideado por el personal editorial de DC para actuar como una «tirita» mientras la compañía trasladaba sus oficinas de costa a costa. Creo que esta rumorología es la más extendida, la prensa rosa que corre que se las pela y se viraliza a una velocidad que flipas. Pero es cierto, todas estas tramas fueron escritas y preparadas completamente antes de tiempo, lo que le dio al personal un huequecito para poner todo en orden y hacer la mudanza para luego volver al tajo sin retrasos e incómodos problemas de relleno. Claro está que esto se sabía de antemano y que el personal de la empresa ya ideó qué hacer unos tres años antes para cumplir. Sin embargo, como todo lo que se planea con demasiado tiempo, sale mal, el trasladó se retrasó y no emigraron. Entonces, Convergencia fue desechado por el momento y nació Flashpoint. Otro puntazo. Y sí, originalmente se suponía que Flashpoint no era el evento que alteraba la realidad, que sería un pequeño evento de relleno, pero ya sabéis en qué se convirtió… No obstante, para mí, esos ases del destino cumplieron para que ciertas cosas cuadraran. Y he sentido que Convergencia se lee demasiado bien a posteriori, sabiendo que nació antes de todos los hechos DC, que conocemos a días de hoy.

Cuadra.

Otras cabeceras relacionadas llegan hasta aquí…, pero lo principal es la trama que rodea a un ser llamado Telos, que emerge y arroja diferentes planos existenciales, en lo que se refiere a ciudades de las diferentes Tierras del multiverso DC. Telos, luego, arranca todas esas ciudades de sus respectivas Tierras y las arroja a un nuevo planeta creado; ciudades que permanecen embotelladas durante un año, bloqueando todo súper-poder de los atrapados dentro. Para más tarde quitar dichas cúpulas y anunciar a héroes y villanos encarcelados que ahora su misión es ir a la batalla contra seres poderosos de otras ciudades. Los supervivientes serán los únicos que podrán regresar a su propia Tierra de forma segura. ¡No me digáis que la idea central no mola!

El evento fue escrito por Jeff King, y si estoy en lo cierto, esta fue su primera obra magna hecha cómic. Scott Lobdell se unió a los temas de apertura y cierre, ayudando al omnipresente en DC, Dan Jurgens. Quedando para estos momentos un integral que engloba una trama realmente poderosa que capta la atención de los lectores amantes de los grandes eventos DC. Un guión que a groso modo, a los comiqueros con más de cuatro décadas encima, les puede recordar a aquellos momentos disfrutables vividos con las antiguas lecturas de las Secret Wars. Aunque cierto es que aquí no encontraréis caracterizaciones demasiado individuales y que en general se tiende a algo tan interesante como ver a múltiples Batmans, de diferentes Tierras, ya sea luchando entre sí o uniéndose contra un enemigo más fuerte. Y si esto último te atrae bastante, este es tu cómic, tu próxima lectura a disfrutar.

Reseña: 100% Marvel HC. Lobezno. El Fin, de Paul Jenkins y Claudio Castellini

Una de las pocas historias Marvel centrada en los últimos días de sus personajes es Lobezno: El Fin. Una miniserie de seis números que recopila en un 100% Marvel HC, Panini Cómics. Y que vio la luz la semana pasada en librerías. Esta vez parece que sí, el final de Lobezno ha llegado. O al menos parece que su inmortalidad regenerativa le empieza a pasar factura… Y es que Lobezno: El Fine se publicó en USA a lo largo de todo el año 2004 y es esencialmente una plataforma para escribir el final de un personaje popular, por no decir el que más tras Spidey en la Casa de las Ideas. Donde además se consigue un clímax que, como lectores, nunca veríamos normalmente, gracias a la inmortalidad y la atemporalidad (y no olvidemos el valor comercial) de lo que podemos encontrar normalmente en un cómic de superhéroes. Un mundo futuro, distópico, si queréis, que les da a los creadores una licencia artística, libre de cualquier carga sobre la continuidad. Es por eso que mola pues, ¿qué mejor autor para hacer esto que Paul Jenkins, escritor de la popular serie del Garras llamada Origen? Esa que definía los primeros capítulos de la vida de Wolverine, y aunque algunos de los toques agregados aquí a Lobezno son predecibles: una melena de canas, un marco ligeramente marchito y la sensación de que sus reflejos y habilidades físicas se están ralentizando; no obstante, ver a Lobezno en esta faceta, ver que por fin, de verdad, está envejeciendo, mola. Por que además Jenkins mete otros añadidos (esperados pero necesarios), como son la naturaleza solitaria de Lobezno escondiéndose en el bosque como un ermitaño, su paranoia y frustración por que aún se le niega el conocimiento de su pasado. Sazonada con la siempre moralidad rondadora de Dientes de Sable en sus últimos años de su vida, que no dejan de ser enfoques interesantes y que aportan cierta frescura familiar.

El arte de Claudio Castellini aporta cierta modernidad. Los que me conocéis, sabéis que soy muy de dibujantes clásicos, de formato y viñetas de antaño en lo que se refiere al mundo Marvel. Así que cuando a un abuelete como yo le toca definir a un ilustrador que llega a trabajar en obras posteriores a los dos-miles, sólo desea que sea lo suficientemente sólido, y que al menos consiga capturar la atmósfera de lo que se cuenta. Siendo consciente que Castellini no es nuevo en esto, por supuesto, y que fui gran seguidor de él en su día con su Nathan Never. Pero sabiéndolo de antemano, sí que le pedía que en este caso Lobezno: El Fin, recordara de algún modo a lo visto en Origen, por que ambas obras están muy relacionadas. Bien, pues tengo que decir que Castellini lo consigue. Algunos disparos en la caza de ciervos o ese doloroso ¡Snikt!, de tener que empujar físicamente sus garras hacia atrás… Un buen toque, o doloroso guiño añadido muy aquel momento doloroso para todos con Spiderman en el puente…

Con una premisa básica en la que se dice que los mejores momentos de Logan quedaron atrás, y en la que ahora sufre por haber visto como sus amigos morían mientras él permanecía a salvo gracias a sus poderes regenerativos; todo apunta a que es ahora de un nuevo viaje. Encontrar respuestas a esas preguntas sobre su odiosa y extensa existencia. Y aunque la historia tiene algunos giros y vueltas, establece o deja claro que los eventos de Origen desempeñan un papel relativamente importante aquí. La confusión de Logan sobre los descubrimientos realizados en esta trama, sobre todo, y su implacable paranoia con respecto al proyecto Arma-X que se construyó en su cuerpo. Es entonces que, después de décadas de aislamiento, Logan el mutante conocido como Wolverine, se encuentra tras su gran enemigo. Una organización clandestina del gobierno que continua maltratando almas en pos de sus estudios. Lobezno, por tanto, decide de una vez por todas, desvelar donde arraiga esa maldición que muchos verían como una bendición. Una búsqueda pospuesta demasiado tiempo…

Puedo decir sin miedo alguno que me ha gustado más El Fin que Old Man Logan. Más atractiva y creíble, una miniserie súper interesante donde ver a un Lobezno en declive, obcecado en crias malvas.

Reseña: Durango. Volumen 1, de Yves Swolfs

Vuelve a estar en catálogo una nueva edición de esta joyita western del cómic europeo como es Durango. Wow! Cuando vi que Yermo Ediciones nos traía esta maravilla en formato recopilatorio, no me lo pensé dos veces. Unas ediciones geniales en tapa dura, unas obras tan atractivas que, merece bastante el esfuezo económico. Pues Durango es una obra de esas que cautivan al verlas de pasada. Y de la que podés ver que todo el mundo comenta solo cosas buenas. Ya la misma portada, con un personaje muy a lo Clint Eastwood, atrae. Además de contener un verdadero spaghetti-western. Con grandes referencias a films clásicos, de los buenos del género como El Gran Silencio. Para los entendidos, que duda cabe que en Durango, Reno está inspirado en Kinski. El film también goza de un estado nevado como es Utah, donde la pequeña ciudad de Snow Hill parece perdida, y donde el deshielo llega a las cercanías de Wyoming a un lugar llamado White Valley.

Este primer volumen es brillante. Contiene los cuatro primeros volúmenes de la serie. Los únicos que hasta ahora habían visto la luz en nuestro país, sí, pero que en una edición así se hace indispensable. Yves Swolfs (Black Hills) redefine en Durango los parámetros del western franco-belga añadiéndole todas las características del spaghetti-western cinematográfico. Desde el primer momento lo ves. Viñetas que molan un montón, casi cada una un lienzo a enmarcar dentro del noveno arte. Hace que te preguntes donde has visto estos paisajes antes y por qué son tan evocadores. Asesinos liderados por Loco recorren las montañas nevadas. Pauline ha perdido a su marido; muerto por un asesino desenfrenado a quien parece que nadie puede parar en su desidia. Entonces, como una desalmada que lo ha perdido todo, ella contrata a un hombre habilidoso con el gatillo. La venganza, la persecución, está servida. ¿Cortarle la garganta a un niño? ¿En qué vasto e inconsciente mundo, nos hemos convertido?

En Los perros mueren en invierno encuentras un buen escenario y buenos diseños desde la primera página. La trama que os decía que más recuerda a El Gran Silencio. El plomizo y sangriento film que el cineasta Sergio Corbucci dirigiera a finales de los 60s. En un tiempo en el que el Salvaje Oeste conocido como tal, llega a su fin. Aunque a ciertos territorios, le cuesta irse. La fuerza de la cólera ya cuenta más. Y para mí, contiene ese ingrediente que hace que te enganches a la lectura y no quieras parar. Un grupo de ladrones, los mismos idiotas de los viejos westerns que se creen los mejores siendo los más salvajes sin respetar la vida de los demás, más unos aldeanos que acogen con los brazos abiertos a Durango, que parece resolver la situación a su manera. Un argumento de lo más sencillo pero pieza básica de las mejores historias del Oeste. Malas noticias para unos bandidos ir a saquear un pueblecito en el que Durango descansa…

Trampa para un asesino. Tercera aventura, tercera oportunidad, y sigue siendo efectiva a pesar de usar las mismas recetas. Sin embargo, el estilo de Swolfs que se parecía un poco al de Giraud hasta ahora, aquí cambia al utilizar otro escenario. En mi opinión, este es el gran álbum del tomo y no por su escenario (tan bueno como los demás) sino simplemente por la aparición estelar de la Mauser 98, el cambio del revólver por la famosa escopeta que dura hasta nuestro días. Dicen que es la marca de Durango por excelencia. Amos es el cuarto álbum y el que cierra el volumen. Del que espero poder a volver más en no mucho tiempo, pues menuda joya. Un cómic que refleja muy bien lo que debió ser el día a día en aquellos años de colonización y escaramuzas. Una buena historia que mantiene el movimiento. la atmósfera y el lado despiadado del clima para con la vida del ser humano en aquellos tramos. Personajes secundarios bien estudiados y el dibujo de Swolfs volviéndose espléndido. Por lo visto existe un «Ciclo Amos» de tres álbumes y este es el primero. La persecución entre mexicanos por un lado, y estadounidenses por otro. Grandioso.

Un primer volumen en el que conoceremos a Durango y que tipo de rasgos lo definirán en un futuro. Un pasado sangriento, rencor sosegado pero eterno, su condición de pistolero implacable y una antigua herida de bala que lleva a modernizar su arma, dejando atrás el clásico revólver para dar paso a las semiautomáticas. La principal presentación del cambio, pues Durango es un pistolero que no tiene escrúpulos en derramar sangre. Aunque surge en él, en ocasiones, la tesitura de estar haciendo lo correcto. Me consta que existen diecisiete álbumes publicados desde 1981, donde Swolfs ha ido introduciendo versiones y homenajes a grandes spaguetti-westerns de la historia fílmica. Yermo ya ha publicado varios recopilatorios. Un dibujante talentoso, guiones cautivadores y un personaje seductor y entrañable. Caeréis rendidos.