Reseña: El Libro del Día del Juicio Final, de Connie Willis

Creo recordar que estaba en la extinta B.U.P. cuando leí mi primera historia de Connie Willis. Por No Mencionar al Perro, es un titulo que atraía de por sí a alguien que leía bastante Ciencia Ficción entonces, en especial, uno que pretendía o tenía como reto, leer todos los Premios Hugo y Bram Stokers de la historia. Locuras de la juventud. Pero retos que engrandecieron, sin duda, mi formación literaria independiente, y ni que decir tiene que Por No Mencionar al Perro me encantó y cuando la revisité hace unos meses pregunté a nuestros seguidores en redes sociales qué novela de Connie Willis recomendarían leer a continuación, o simplemente, cuál aconsejarían leer antes de morirse. El 99% recomendó El Libro del Día del Juicio Final. Novela que curiosamente regresa al panorama actual gracias a Ediciones B, en su siempre recomendable sello Nova, en una buenísima edición en tapa dura.

A mediados del siglo XXI, Kivrin Engle es una joven historiadora adscrita al programa de viajes en el tiempo de la Universidad de Oxford. Siente pasión por la Edad Media y ha estado tratando de estudiar este período durante largo tiempo. Pero es casi imposible. La Edad Media (especialmente, el siglo XIV), se cerró a los viajeros en el tiempo después de obtener el puntaje más alto posible en la escala de siglos que no se deben visitar debido a los hechos peligrosos que suceden en dicha época como la violencia contra las mujeres y epidemias como la Peste. Pero el jefe interino del Departamento Medieval ha logrado eludir el razonamiento tras la regla de No Acceso. Y después de mucha preparación que incluye lecciones exhaustivas clases de inglés antiguo, vacunas contra todas las enfermedades posibles y entrenamiento cultural y religioso; Kivrin está dispuesta a vivir su sueño. Su caída será en el año de nuestro señor 1320, un año que en principio es seguro, y bastante antes al que comienza la Peste, que supuestamente fue en 1348. Además, “aterrizará” en los días previos a Navidad y su viaje al pasado debe durar dos semanas como mucho, hasta que el portal se vuelva a abrir nuevamente.

Sin embargo, su tutor y amigo, el profesor Dunworthy, no está completamente convencido de que haya estado lo suficientemente preparada y piensa que varias cosas podrían salir mal. Además, él cree que el Jefe Interino del Medievo es un tontolaba que no ha tomado todas las precauciones necesarias al prepararse para el descenso. Y las cosas salen mal, pero tal vez no de la manera que Dunworthy esperaba. Tan pronto como Kivrin es enviada al pasado y antes de que puedan obtener una confirmación final de “dónde” fue enviada, el técnico a cargo de obtener la solución a tiempo, cae enfermo, increíblemente enfermo. Es en cuestión de horas, que muchas otras personas enferman, Oxford queda en cuarentena y el laboratorio cierra. Dunworthy ahora está convencido de que algo salió mal, y la gota que colma el vaso es Kivrin, que está en peligro y se debe hacer todo lo posible por recuperarla. ¿Pero cómo, cuándo todos los que trabajaron en el proyecto se han visto afectados de una forma u otra por la epidemia?

Escribí esta reseña desde un lugar apartado, desolado, triste por la falta de seres humanos en tránsito; lugar donde me aparté con mi familia unos días de vacaciones y donde terminé de leer El Libro del Día del Juicio Final. Un lugar con playa, piscina, pero casi vacío en la lúgubre soledad de un Resort sin gritos de gente en días alegres. En este lugar, con la lectura acabada, me entristecí por los personajes de este libro y lo que pasaron, ya que este podría ser uno de los libros más tristes que he leído y, sinceramente, no sé si es por la situación social actual que estamos viviendo… AFLICCIÓN. Pero también siento pena por mí mismo porque estoy seguro de haber leído uno de los mejores libros de CF que existen y ya nunca volveré a hacerlo por primera vez. Es el sentimiento más extraño que puede tener un lector constante, por que es tristeza, por supuesto, pero es el tipo de tristeza que es casi felicidad y estoy seguro de que es el tipo de sentimiento también que los lectores experimentados conocerán y reconocerán, e incluso darán la bienvenida, porque es el sentimiento que proviene de haber “vivido” una buena historia.

Una historia que progresa in crescendo, llena de tensión, de forma soberbia. Connie Willis hace su magia y nos muestra una historia sobre lo que significa ser humano. Donde, por supuesto, y aún dentro de la Ciencia Ficción, se respetan las reglas para los viajes en el tiempo. Pues alguien dijo que dentro de lo ilógico, todo deber tener cierta lógica o nada brillará. No sé si era exactamente así, pero supongo que entendéis.

Maravillo libro. Indispensable de leer antes de morirse.

Reseña: U.C.C. Dolores. El Sendero de los Nuevos Pioneros, de Didier Tarquin y Lyse Tarquin

Lo digo sin miramientos, una de las mejores series de cómic europeo que ha salido recientemente en nuestro país (y no hay muchas) es U.C.C. Dolores que ha editado recientemente Yermo Ediciones. Ya su primer álbum –El Sendero de los Nuevos Pioneros– es un cómic súper chulo de leer, con un buen guión, buenos diálogos, una paleta de colores cálidos y unos dibujazos que presentan un enorme universo lleno de posibilidades. Y lo digo ya: muy efectivo al final. Una space-opera bastante llamativa de guión, al que todo buen lector de cómics debería dar una oportunidad. Y es que no lo puedo evitar, me encanta este tipo de universo intergaláctico, siempre rico en ideas, que a menudo inspira por sus paisajes, planetas y magnífica ambientación. Pues U.C.C. Dolores no se molesta en seguir las reglas, ofrece escenas nocturnas detalladas y hermosas, ya sea en el espacio o en tierra firme. Además, de personajes secundarios, que se siguen bien y que son fácilmente identificables; cosa difícil de encontrar en óperas espaciales con tanto alienígena. No obstante, este primer número de U.C.C. Dolores, que está orientado hacia una búsqueda de identidad y familia, deja preguntas abiertas y zonas grises. Hay ritmo, giros y muchas secuencias con las que nunca pierde fluidez. Pero mi primer viaje junto a Mony ha sido fascinante…

Sigo el trabajo de Didier Tarquin desde hace tiempo por ser uno de los autores de cómic europeo que nunca decepciona. Y aunque vuelve a usar aquí a un héroe ingenuo (que recuerda a su Lanfeust), la iniciativa de El Sendero de los Nuevos Pioneros me ha encantado. Aunque se le podría acusar de usar ideas bastante cercanas a Star Wars, o a cualquier aventura espacial de los X-Men, tiene un toque, un no-sé-qué, que mola. Con ideas muy notorias que dan para libro o spin-off como es esa chulesca “mafia” del Sol.

Alcanzar la mayoría de edad no es necesariamente una fuente de felicidad. Nunca es fácil. Esto es lo que la Hermana Mony aprenderá, porque el lema del convento que la acogió es el siguiente: cuando tengas dieciocho años explorarás el mundo por tu cuenta. Tendrás que hacerlo. Para ser claros, a los dieciocho, toma tus decisiones y que las bofetadas vayan hacia a ti en forma de flecha. O te aburrirás y te quedarás solo/a de por vida. Así que, una monja joven, que no ha visto más allá de las paredes del convento, emprende una aventura hacia un mundo caótico, oscuro y aterrador donde reina la ley de los más fuertes. Y bla-bla-blá, y bla-bla-blá. No será divertido la primera vez. Pero…, Mony hereda de su padre una nave espacial confederada, llamada U.C.C. Dolores; basura vieja de viejas guerras, pero que reserva algunas sorpresas. Además, piloto tendrás que encontrar para que tu vida despegue, ¿no? Es por eso que nuestra prota irá en busca de alguien que pueda cumplir las funciones de piloto principal. Y, naturalmente, encontrar ese socio con habilidades, no se hace en un lugar encantador, sino en los vertederos más peligrosos de Neo-Gaya. Camino por el que se cruzará con Kash, un duro veterano, que desea cambiar su vida, y quien aceptará el trabajo de piloto, no sin antes liarla parda en el tuburio donde hacía vida. Una pequeña sorpresa y  más para escapar poco después.

Pero bueno, dejaré que vosotros mismos descubráis el resto.

Monsieur Didier Tarquin, a quien siempre nombro por ser el creador de la brillante serie Lanfeust de Troya; ya lo he dicho, me acerco a todo lo que hace por que me parece un genial creativo. Descubrí en U.C.C. Dolores una nueva serie que realiza con su hija, Lyse Tarquin. Juntos crean un escenario molón, con ilustraciones ideales para lo que se cuenta, un verdadero gustazo de cómic.

La historia es como un buen episodio de Cowboy Bebop; caminos intergalácticos de este nuevo mundo, lleno de pruebas peligrosas para nuestros nuevos héroes… Está claro, que estoy deseando leer el volumen dos, ¿no?

Reseña: Star Wars. Thrawn. Alianzas, de Timothy Zahn

Más leña que nos viene genial a algunos para apagar ese fuego que es Star Wars. Un incendio de universo de historias del que siempre queremos saber más, y como en Desde New York – Crónicas Literarias siempre estamos al tanto de una de nuestras ambientaciones favoritas, pues intentamos leer todo-toditto-todo lo que sale; poniendo especial atención a Planeta Cómic y a su ya colección legendaria de novelas y/o recuperaciones de grandes historias del Universo Expandido de Star Wars en formato literario. Novelas súper recomendables para el fan acérrimo de toda la vida, donde si quieres, tienes bastante donde elegir, no solo entre novedades, tiene un buen buffet clasificado por personajes o por épocas. Un amplio abanico de tramas donde saciar ese ansia que nos gobierna a todos de ver/vivir/leer más y más cositas de Star Wars. Indagar en qué hubiera pasado sí, qué ocurrió entonces con, o qué pasó con los hechos acaecidos en… Así hasta todas las preguntas que quieras hacerte. ¿Lo bueno? Que resulta que hay una serie de autores contratados para que también se hagan esas cuestiones, y lo mejor, escriban sobre ello.

Star Wars Thrawn: Alianzas son dos historias del Gran Almirante Thrawn y Anakin Skywalker por el precio de una. En algún momento entre las películas de El Ataque de los Clones y La Venganza de los Sith, el Emperador empareja al estratega imperial Thrawn con el Lord Sith Darth Vader para investigar una perturbación en la Fuerza. Una misión que los lleva a los bordes de la galaxia conocida, aunque no es la primera vez que han estado en el planeta Batuu. En la segunda historia del libro ambientada en algún momento después de La Venganza de los Sith y entre las temporadas tres y cuatro de la serie Star Wars: Rebels, Anakin Skywalker y el oficial ascendente Chiss Thrawn se cruzan por primera vez, formando una especie de alianza durante sus propias misiones personales. Dos historias entretejidas, amenas y dinámicas, que uno encuentra ideal para tardes de verano en las que no se necesita pensar tanto, solo disfrutar. Aunque es cierto que Star Wars Thrawn: Alianzas deja claro al principio que en dichas tramas se alternarán dos períodos de tiempo. Así que en vosotros está prestar más o menos atención a lo que se lee. Y no es que el autor Timothy Zahn lo haga difícil: son hechos cronológicos conocidos pero habrá momentos de relación, sucesos paralelos que si consigues llevarlos adelante contigo, encontrarás una lectura bastante fácil y muy bien diseñada en lo que se refiere al siempre interesante personaje del General Thrawn.

Alianzas muy bien escritas. Y, sin embargo, dudaría en decir que realmente disfruté leyendo al cien por cien, pues una de las historias paralelas que Zahn establece entre los dos personajes principales usa el enfrentamiento de sus súper poderes y eso me quebró un poco el alma. El cerebro súper estratégico de Thrawn y el uso de Anakin/Vader In Process se expresan de una forma especial en el texto. Son enfoques interesantes, pero ambos eventualmente juegan con el lector de alguna forma. No obstante, no es un factor decisivo y sé que mis frustraciones residen en que siempre miro con lupa todo cuando se toca a mi amado y poco entendido personaje de Anakin-Vader.

Eso sí. Si estáis familiarizado con los personajes de Thrawn y Anakin/Vader en conjunto, os va a encantar Star Wars Thrawn: Alianzas. Por un lado, Thrawn considera varias perspectivas, mientras que Vader solo se preocupa por una: la suya. La dinámica de poder en las historias presentadas aquí es súper tensa y creíble. Por lo que disfruté y disfruté con el ejemplar hasta el infinito. En un extraño giro de los acontecimientos, los momentos irritantes de Anakin son en parte responsables de una de mis representaciones favoritas de Thrawn. Me intrigaron todas las mujeres oficiales que Thrawn tiene con él a bordo de la Quimera. Ni por temas machistas, ni por temas sexuales, pero da que pensar en ese «porqué». Además, Timothy Zahn equilibra muy bien los momentos de aprendizaje del comodoro con demostraciones de liderazgo y competencia. Fue bueno ver a Padmé tener alguna inclusión en la historia de la línea de tiempo anterior, más allá de ser un claro “macguffin”.

Ah, y por supuesto, es bueno haber leído la novela anterior Thrawn para entender lo que realmente está sucediendo en este Star Wars Thrawn: Alianzas. Ambas historias hacen descubrimientos muy interesantes, pero quizás sean las reflexiones del comandante de la Primera Legión de Vader, las más interesantes de todas. Así que solo queda decir que muy guapo que Planeta Cómic ponga este libraco en disponibles.

Reseña: Preferencias del Sistema, de Ugo Bienvenu

Preferencias del Sistema estuvo entre las historias nominadas en la selección de Angoumois y resultó ganadora del Gran Premio de la Crítica ACBD 2020 en Francia. Una trama con muchas virtudes, especialmente por sus temas elegidos: inteligencia artificial, memoria, transmisión y revisionismo cultural a través de la cuestión del almacenamiento de datos. Algo que ya casi nos gobierna a todos, al menos, una parte de nuestras vidas empieza a pensar constantemente en ello. Un thriller de anticipación o Ciencia Ficción en la forma, que nos lleva a preguntarnos sobre la abundancia de información en esta nuestra era de Internet, y su importancia. Información de todo tipo, desde la más inútil hasta la más consistente desde un punto de vista intelectual, que a través de ciertas “memorias” puede convertirse en datos poco digeribles, pues llegará el día en que miles de millones de páginas de datos abstractos e indiferenciados, ya no estarán al alcance de nuestro pobre cerebro humano. Y solo será accesible a las inteligencias artificiales de ese futuro cercano que empieza a asomar por el horizonte.

Una perspectiva un tanto aterradora para la curiosidad natural de cualquier ser que aspire a un conocimiento exhaustivo de cualquier tipo de tema cultural. Además, en Preferencias del Sistema, surge otro problema: el almacenamiento de datos puede no ser extensible indefinidamente y requerirá en algún momento solucionarlo eliminando lo «no deseado». Eso que ocupa espacio en las memorias de la computadora sin ser consultado. ¿Os suena? Qué debemos conservar, qué debemos eliminar y quién decidirá sobre ello. En este cómic traído desde la siempre recomendable BD por la editorial Ponent Mon, Ugo Bienvenu utiliza como enganche el film de culto 2001: Una Odisea en el Espacio; las autoridades han decidido eliminar la pelicula para siempre de la memoria colectiva. ¿La razón? Una totalmente hipócrita: según las directivas oficiales, las películas de vacaciones del Sr. Duchmoll tendrían una tasa de visualización mucho más alta y eso no se corresponde con las «cuotas requeridas». Por lo tanto, es un robot quien se encargará de preservar en secreto ese trabajo monumental, por iniciativa de un empleado del centro de almacenamiento. Éste, gran admirador de la película, pondrá en peligro su vida al cargar varios archivos (incluido la 2001), en la memoria interna de su androide doméstico. Acto que se considera un delito grave según la ley vigente. Y el robot, que lleva al hijo de la pareja en su seno, será responsable de proteger tanto a la descendencia como a los datos personales preciosos de su interior. Hasta que las cosas se pongan feas…

Una historia diferente, atractiva e inusual como a mi parecer debe presentar siempre una trama de Ciencia Ficción. Con un ritmo creciente pero también algunos momentos bonitos de poesía, y una cierta complicidad que se manifiesta entre el joven huérfano y su ciber-tutor; Preferencias del Sistema es un cómic que gustará a todo aquel que lo intente. Y no importa si no entiendes las referencias a la I.A. de 2001, o no has visto la película (aunque te aseguro que querrás verla), Ugo Bienvenu inserta referencias a otras muchas obras. Autores como Rimbaud, Alfred de Musset o incluso al cantante J.J. Goldman y su The Little Mermaid.

Preferencias del Sistema es de esas obras que se vuelven recomendables por su originalidad. De esos cómics que recuerdas cuando alguien te pide un titulo para leer, de los últimos que te hayan sorprendido. Una visión visionaria y verdadera que se volverá creíble con los años. Al contrario que lo que denunciaba Bradbury en su Fahrenheit 451, aquí no son los bomberos los que deben quemar libros, sino funcionarios administrativos haciendo lo propio con trabajos digitales para un mismo destino. Y con un dibujo tan realista y cercano a las novelas fotográficas que abruma.

Así es Preferencias del Sistema.

Reseña: Mercaderes del Espacio, de Frederik Pohl y C.M. Kornbluth

En algún momento, la novela distópica se convirtió en tradición dentro de la Ciencia Ficción. Y es fácil ver por qué: las facetas que separan el género del resto de la literatura conducen a manifestar sociedades e ideologías en desacuerdo con la realidad social. Un Mundo Feliz, presentaba una sociedad en la que casi toda la humanidad se drenaba de “propia humanidad”; Fahrenheit 451, le arrebataba libros a la sociedad; 1984, imaginaba un mundo en el que la libertad personal se perdía por control del Gobierno, además de presentar un escenario donde el individualismo es aplastado bajo la esterilidad de la conformidad. Pero hay más porqués. Todos sobre Zanzíbar, Orbita Inestable o La Oveja Mira hacia Arriba, de John Brunner, son novelas distópicas que presentan diferentes facetas de permitir que la influencia corporativa usurpe las preocupaciones políticas y sociales. Congreso de Futurología, de Stanislaw Lem, mostraba una sociedad bloqueada por productos químicos. Y Mercaderes del Espacio, enseña como comercializar dentro de un escenario aterrador que estratifica a la sociedad de manera poco saludable. En definitiva, novelas con una potente carga social, con más de cincuenta años respecto a nuestra realidad, pero cuyos argumentos están demasiado cercanos. Historias de Anticipación, haciendo una fuerza honrada del significado de sus palabras.

Y es que la sociedad que Kornbluth y Pohl imaginan en Mercaderes del Espacio, se vuelve demasiado realista. Establecida nominalmente en el «futuro», las corporaciones han ganado suficiente poder para forzar los límites políticos para cambiar de lo geográfico a lo comercial. Estados que ya no están representados en el gobierno, los conglomerados empresariales y los mega-corporaciones compiten y cabildean ferozmente en su etapa más alta para garantizar que los productos se consuman y las ganancias sean súper elevadas. Y jugando el papel más importante en ello, están las Agencias de Publicidad. Capaces de usar cualquier método, el que deseen sin límites y poniendo los cinco sentidos recurridos en folletos, carteles…, y otros asuntos más turbios. ¿Un ejemplo? Productos que contienen en sí mismos altos elementos adictivos. Por lo que la riqueza se canaliza hacia la cima, la clase baja crece mientras que los ricos prosperan. Todos los servicios privatizados, incluso la capacidad de una persona para recibir protección civil se deriva a su capacidad de pago, incluyendo la propia policía. Los pobres consumen solo ingredientes de baja calidad, los países del Tercer Mundo suministran mano de obra a muy bajo precio a las potencias ricas, me cago en todo… Si es que esta novela de 1954 habla de nuestra sociedad actual.

Una sátira del capitalismo y del mundo de la publicidad que casi setenta años después se hace realidad. Y así nos topamos con la historia de Mitchell Courtenay, el mejor publicista de la Sociedad Schoken, y el encargado de elaborar la campaña publicitaria de un poderoso proyecto. El besar culos (por no ser más borde), emplear trucos del oficio y una capacidad instintiva para explotar las lagunas legales, lo han colocado como uno de los favoritos de Schocken. Y es así cuando llega un gran contrato, uno obtenido de manera cuestionable, en el que es elegido para encabezarlo. El Proyecto Venus. La humanidad está enviando a sus primeros humanos a colonizar a nuestro vecino verde-oscuro, y depende de Courtenay asegurarse de que contenga personas esa nave. Después de elegir a mano a su equipo, investigar la demografía y entrevistar al único astronauta que realmente ha puesto un pie en Venus, pone en marcha sus ideas. Pero tras una sucia maniobra de sus competidores en el que hay un intento de asesinato, el mundo de Courtenay se desmorona. Se verá relegado a los más bajos niveles de la sociedad, desde donde deberá ascender de nuevo acercándose (tal vez demasiado) al mundo del terrorismo y el sabotaje.

Mercaderes del Espacio no deja de ser una novela fascinante, llena de ideas, a pesar de los años. Un titulo indispensable de leer y que, por supuesto, aparece en la lista de Science Fiction: The 100 Best Novels, así como en la muy seguida Ciencia ficción: Guía de lectura del gran Miquel Barceló.

Reseña: El Hombre Ilustrado, de Ray Bradbury

El Hombre Ilustrado es una de esas antologías legendarias que muestran la poderosa creatividad y originalidad de un maestro escritor como fue Ray Bradbury. ¿Qué pasaría si tu cuerpo estuviera cubierto de tatuajes con cada historia que has visto en tu vida? Así es El Hombre Ilustrado, uno de los personajes más famosos creados por Ray Bradbury para este clásico de la Ciencia Ficción. Aunque en realidad, los tatuajes del Hombre Ilustrado cuentan historias de múltiples géneros. Cada historia, cada tatuaje, oculta un secreto; una relación de cuentos que se vuelven más y más interesantes con el paso de las páginas. Tramas, historias aleatorias e interesantes desde la perspectiva de un extraño. Historias fantásticas que ilustra el maestro Bradbury llenas de asombro, suspense y moral, con la fuerza de una fogata que a veces acaba en incendio. Dieciocho relatos, más una Introducción, un Prólogo y Epílogo la mar de interesantes.

La Pradera es la primera historia. Una familia vive lujosamente en el futuro en una casa con todos los beneficios, básicamente, lo hace todo por ti. Pero la atracción principal de la casa es una pradera, una especie de extenso campo, un cine en vivo y realista que reproduce lo que quieres. Los niños de esta familia se obsesionan con esta habitación y pasan horas allí. Sus padres no tienen idea de lo que hacen, hasta que un día deciden visitarlos… Calidoscopio puede ser uno de los relatos más famosos de Bradbury. Habla de una tripulación que sobrevuela el Cosmos después de que su nave haya sido golpeada por un asteroide. Hollis, el narrador y también miembro del equipo de lanzamiento, reflexiona sobre su vida mientras espera llegar a la atmósfera de la Tierra. Una historia para cavilar en qué piensas de los demás y cómo te ves a ti mismo.

Bradbury tejió una historia maravillosa en El Otro Pie, donde hombres y mujeres negros ahora tienen su propia sociedad en Marte. Han estado allí durante tres generaciones y han llegado a odiar a los blancos por enviarlos allí y no regresar. La historia comienza con rumores de un hombre blanco que viajaba en un cohete camino a la ciudad. Las cosas se vuelven hostiles y los negros en Marte preparan su ciudad para segregar a hombres blancos. Con armas cargadas, hablan con el visitante y escuchan una historia impactante sobre un lugar que una vez conocieron…

Pero el relato más corto y con más impacto es La Carretera, y habla de un viejo granjero que labra su tierra junto a una carretera solitaria, donde apenas pasan automóviles. Aunque tiene recuerdos e historias de algunos que pasaron, un día aparece un coche cargado de gente. Decide preguntarles el porqué de tanta carga y los viajeros le cuentan que la guerra nuclear ha comenzado.

Misioneros en Marte, atrapados en Venus un pelotón de soldados que soporta la tremenda lluvia del planeta, un niño que alaba a su padre y espera impacientemente la vuelta de su padre astronauta. Nativos que deciden construir un templo o iglesia en el planeta rojo, dos recién casados reflexionando sobre lo que harían si fuera su última noche en el mundo, hombres que cuestionan la existencia de todo lo que tienen frente a sus ojos; joyitas como El Zorro y el Bosque, historia donde un hombre y su esposa usan los viajes en el tiempo para escapar de la guerra y también de sus vidas en particular. Un sistema inventado para la defensa de la Tierra contra invasores sin ningún tipo de uso militar… Y más. Muchas más historias sinceras, pues ese es para mí el fuerte de Ray Bradbury. Sus relatos pese a contener tramas o ideas fantásticas, sientes que en no mucho tiempo podrían ser realidad ¿Algúna vez escuchásteis a alguien decir que la inocencia de los niños los protege? Bradbury lo pone en práctica con un cuento.

Diseñado con elegancia y un potencial suspense y atractivo para casi todas las edades, El Hombre Ilustrado no es solo un libro, también es un hombre extraño que conoció una vez, con eventos en su vida que no quiere volver a vivir. Un antología donde el tema se centra en que todas las cosas buenas tienen fin. Incluso, demasiado de lo bueno, puede llegar a resultar malo. Metáfora que podríamos incluso llegar a trasladar al propio ejemplar físico.

Súper recomendado para lectores que quieran perderse en historias no muy extensas, pero con una enorme profundidad. Una maravilla.

Reseña: Wild´s End. Primera Luz, de Dan Abnett, I.N.J. Culbard y VVAA

Si tampoco es tan difícil encontrar una buena inspiración. Es leer a los clásicos, empaparse de lo mejor de cada género, para que de un buen creativo parta una historia que como mínimo pueda ser interesante. Y saber trasladarlo. Un ejemplo muy bueno de lo que digo es Wild’s End, este atractivo titulo que recién publica Dolmen Editorial. Escrito por el guionista británico Dan Abnett (Guardianes de la Galaxia, Warhammer 40.000) y dibujado por I.N.J. Culbard (En las Montañas de la Locura, de H.P. Lovecraft), un titulo que recurre de lleno a una de las mejores historias de Ciencia Ficción jamás creadas, pero metiendole esta vez un rollo antropomórfico que le viene de perlas. Provocando que H.G.Wells se encuentre con A.A. Milne en esta obra independiente de la editorial BOOM! Una serie donde unos amenazadores alienígenas mecánicos descienden sobre una comunidad rural somnolienta en la Gran Bretaña de 1930, poblada completamente por animales que hablan. Un glorioso choque de estilos y géneros traídos por los maestros del mash-up, Dan Abnett e I.N.J. Culbard, una asociación creativa que parte de su colaboración en The New Deadwardians (Vampiros y zombies en la Inglaterra victoriana) y Dark Ages (Mercenarios medievales y, ¿monstruos? ¿extraterrestres? Algo horrible, desde luego).

Ambientada en la Inglaterra de 1930, Wild’s End: Primera Luz gira en torno a un grupo improbable de héroes que deben unirse para salvar a su comunidad rural de ciertos “postes de lámparas extraterrestres” que vienen empeñados en matar a todas las criaturas vivas con las que entran en contacto. Los visitantes no deseados disparan rayos de combustión brillante. En cuanto a los protagonistas, consisten en Clive, un perro sensato con un misterioso pasado militar; Gilbert, un conejo elegante rico y con prestigio, y también está Peter, periodista y ojito derecho de Gilbert. Pero esperad, esperad, la estrella de la trama es Faukes, un zorro residente al que le gusta empinar el codo, personaje que disfrutas cada vez que aparece en viñeta.

A pesar de ser una historia antropomórfica, los personajes son muy humanos en sus maneras y rasgos, y no lleva mucho tiempo desarrollar una conexión con ellos. Sus historias particulares simplemente se insinúan a lo largo de la serie, pero todo pinta a que obtendremos más información sobre ellos en próximos volumenes. Hay un aire de misterio sobre ellos, especialmente en Clive, el viejo perro de la marina, que no se asusta tanto y dice haber visto ya en su vida » algunas cosas». Mi única queja con Wild´s End (algo menor), es que el flujo de la historia se interrumpe ocasionalmente con relleno como recortes de periódicos, entradas de diarios y cartas. Y eso me pone de los nervios, sobre todo, por que la trama esencial está súper interesante y se para. Por supuesto, le dan algo más de significado a la historia y agregan algo de sustancia, pero surge en momentos puntuales en los que narración principal va viento en popa. Pero se nota que es un cómic hecho por profesionales y se recupera el suspense pronto. Algo parecido a lo que sentía cuando me topaba con Relatos del Navío Negro, en Watchmen.

Se ve fácilmente que Wild’s End: Primera Luz es una excelente introducción a una saga que puede dar mucho que hablar. Es apasionante leerlo, y cuando terminas, ya tienes ganas de leerlo otra vez. No quiero contar nada-nada de lo que va sucediendo, lo siento. Al inicio, se nos presenta a los habitantes de Iglesia del Cuervo de Abajo, donde visualizamos una comunidad pueblerina tranquila y también vamos conociendo a los principales protagonistas; personajes fuertes y distintivos, y para ser honesto, muy pronto olvidas que son animales que hablan. Tienen más personalidad que muchos otros. Lo cual, en muchos sentidos, resume el verdadero atractivo de Wild’s End. Y hasta aquí.

Eso sí, el hecho de que la historia se desarrolla en lo que generalmente consideramos un ambiente seguro y amigable agrega una emoción adicional a procedimientos que de otro modo estarían ausentes. Esto no es Will Smith con una Uzi defendiéndose de invasores extraterrestres; aquí lo que mola es el suspense, el ambiente, el entorno, el escenario, la introducción de una amenaza tan violenta para este mundo relajado que da a la trama un gancho atractivo. Debido en gran parte a la excelente construcción del mundo, una gran cantidad de personajes bien llevados y una narración imaginativa y absorbente que es una alegría leer. Una aventura antropomórfica que recuerda a El Viento en los Sauces, de Kenneth Grahame, fusionada con La Guerra de los Mundos, de H.G.Wells. Si esto suena atractivo para vosotros, que sepáis que el cómic está a la altura de la premisa. Pero resumiendo, Wild’s End: Primera Luz, es uno de los mejores ómnibus que he leído en mucho tiempo. Y eso que sólo es el primer volumen.

Reseña: Ahora y Siempre, de Ray Bradbury

La mayoría de lectores dicen que en Ahora y Siempre ya no es el que era, que no tenía la fuerza y el poder de atracción en sus escritos como cuando estaba en su mejor momento… A ver, a ver, a ver. El maestro de lo fantástico Ray Bradbury nos dejó en 2012 con noventa y dos años de edad. Fue un escritor estadounidense de misterio, terror y ciencia ficción, uno de los más laudeados escritores de géneros. Con joyitas en su haber como Crónicas Marcianas o Fahrenheit 451, entre cientos de relatos, fuentes de ideas para otras muchas novelas, cómics y películas… No sé, no sé, estaría bien saber valorar las cosas según su momento, década o lugar. Ninguno, repito, ningún autor -y diría que nadie en su profesión-, será aclamado y creará maravillas por siempre. Está claro que si te gusta un autor mucho, siempre-siempre debes intentarlo con un nuevo titulo suyo que te atraiga. Por que ya lo dijo alguien: «Leer a los maestros consagrados es siempre una garantía».

Siendo sincero, realmente disfruté esta novedad de Minotauro. No entendía tan mala crítica americana, en general, y decidí dar mi opinión de primera mano. Pero lo que realmente me preocupaba saber, era por qué Bradbury decidió agrupar estos dos cuentos bajo el título Ahora y Siempre. Ambas historias son muy diferentes, por lo que parecía extraño lanzarlas en un solo volumen. Así que más haya de las críticas (que cada culo tiene su raja), tenía que enterarme… Y es cierto que este delgado volumen muestra elocuentemente dos lados del venerado Bradbury. Dos contrastes del autor y de su forma o estructura para contar historias. En Algún Lugar Toca una Banda, es la pieza más tranquila, explora la inesperada atracción del periodista James Cardiff por la ciudad rural de Summerton, Arizona. Los secretos de Summerton se desarrollan con el característico ritmo de Bradbury, suave e inexorable, y la trama arquea con la misma delicadeza antes de que lo fantástico sobrevuele al propio Cardiff. Enmarcada por un verso lírico cautivador y melancólico, esta fantasía de Bradbury, clásica y atractiva, está claramente en desacuerdo con el espinoso e inquietante Leviatán 99. Un homenaje especial a Herman Melville y su famosa Moby Dick, pero cambiando la ballena y el gran azul por un temible cometa y esa belleza serena desde el espacio en la que vivimos, el tercero a partir del Sol.

En Algún Lugar Toca una Banda…, me recordó un poco a dos de mis historias favoritas de Stephen King; You Know They Got a Hell of a Band y Rainy Season. Si has leído ambas historias, sabrás porqué me hace pensar en ellas. Es una historia de misterio perfectamente ambientada en una ciudad inusual en medio de la nada. Me gustó el hecho de que no se responden muchas preguntas antes de que los residentes se levanten y vuelen hacia lo desconocido… Una maravilloso relato.

Os tengo que confesar que nunca he leido Moby Dick. Es de los grandes clásicos que creo que devoraré en mi vejez cuando ya casi renuncie a lo fantástico. Así que no tengo idea de cómo se compara la versión de Ciencia Ficción de Bradbury, Leviatán 99, con esa famosa novela. Tenemos una historia que trata sobre un tipo que acaba loco a cargo de una nave espacial y que obliga a su desventurada tripulación a localizar un cometa renegado que lo ha dejado ciego. También me gustó.

Ahora y Siempre también cuenta con algo que me encanta en una selección de relatos. Algo que de hecho introduciré en una antología propia cuando se alineen los astros y consiga publicarla. Me refiero a esos breves resúmenes de cómo, cuándo o dónde, le llegaron al autor las inspiraciones para escribirlos. Me inspiran mogollón.

Ray Bradbury es el gran cometa que una vez pasó por la Tierra. Leerlo, revisitarlo y disfrutarlo, es aprender y deleitarse con algo inusitado cruzando el firmamento. Cero críticas a esta maravilla de la naturaleza, por favor.

Reseña: Blade Runner 2019. Los Ángeles, de Michael Green, Mike Johnson y Andres Guinaldo

Caminando en la estela de querer más de la bueno, uno se da cuenta que con paciencia, termina por encontrar más de lo que quiere. Añoranza, memoria y recuerdos. Esas virtudes que perdemos con el paso de los años, y es que no sé ustedes, pero en mi infancia viví muy intensamente todo lo que nos iba llegando. ¿Ejemplo? El film de Blade Runner. Lo tenía todo. Era un pasito más en el futuro (o dos, o tres) a la moda que prosperaba en las calles USA en esos momentos. Años posteriores a grandes films de CF como La Guerra de las Galaxias o la siempre maravillosa Alien; la CF estaba en lo más alto. Prosperaba hacia lo audiovisual. Las nuevas ideas eran muchas. Sorprender costaba poco. Y Blade Runner fue otra película que lo demostró. Nos trasladaba a una historia neo-noir de Ciencia Ficción (muy Cyberpunk si sois roleros), donde aparece una versión distópica de Los Ángeles. Futuro, bioingeniería, punkis, ropa aterciopelada, armas ocultas en el cuerpo… Y por supuesto, ese reflejo de nuestro Mal ansiado como es la creación de robots o androides. O Replicantes, como se llaman en esta obra. El lado oculto del espejo, o quizás otra idea más de ahondar en lo que supuso un desengaño que nadie esperó en la anterior película del mismo director. O tal vez mejor, una evolución muy bien hecha de Ridley Scott, de la premisa contada en la novela corta ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, del gran Philip K. Dick. Bien. El caso es que no conocí a nadie en mi entorno en aquellos años que no hubiera alucinado con Blade Runner. Lo tenía todo: contaba con el héroe del momento, un Harrison Ford protagonista al que todo el mundo caía bien, y un malo-malón en estado de gracia e indispensable en cualquier peli de género como fue Rutger Hauer, que nos dejó tristemente el año pasado.

Lo tenía todo. Como lo tenía todo para intentar gustarnos a los nostálgicos el film de 2017, Blade Runner 2049, dirigida por el tan de moda Denis Villeneuve, y que de algún modo es continuación de la anterior pese a estar ubicada treinta años después. Este film sí recibió aclamación de la crítica. Su dirección, fotografía, música, diseño de producción y efectos visuales obtuvieron notables elogios, siendo considerada por algunos como una de las mejores secuelas jamás hecha. Blade Runner 2049 recibió cinco nominaciones en los Óscars, ganando el premio a Mejores Efectos Visuales y Mejor Fotografía. Y a mí me gustó. Aunque entiendo que llegó en un tiempo donde quizás el fan ya tiene demasiado donde elegir y está casi todo inventado.

Así que inevitablemente por ser fan de esta minisaga, uno se interesa por cositas como Blade Runner 2019 – Los Ángeles, un tomo que publica Norma Editorial y que recoge los cuatro primeros números de esta miniserie que recupera de todas-todas el clímax del mundo de Blade Runner. La primera serie en cómic de dicha franquicia, donde conoceremos a la detective Ash intentando descubrir lo que se oculta tras su misterioso cliente, su familia secuestrada y cierta conspiración de Replicantes que se esconden en la vieja ciudad. La misteriosa desaparición de Isobel y Cleo Selwyn, mujer e hija del magnate Alexander Selwyn, un amigo personal de Eldon Tyrell. Rememoro: Doctor Eldon Tyrell, fundador y jefe corporativo de Tyrell Corporation, y responsable del diseño, fabricación y venta de esclavos humanoides llamados Replicantes. Ahí lo llevas.

Una buena trama muy de novela negra con una curiosa investigación que nos llevará a los rincones más oscuros de una decadente ciudad, así como el sendero más desdeñable de un ser humano que intenta sobrevivir a la sombra de esos seres que empiezan a caminar independientemente y se prevee pasarán factura pronto a sus creadores.

Del guionista nominado al Óscar, Michael Green (Blade Runner 2049, Logan, American Gods, Supergirl), el co-guionista Mike Johnson (Batman/Superman, Star Trek) e ilustrado por Andres Guinaldo (Justice League Dark, Capitán América), repito, el primer cómic que cuenta historias originales canónicas ambientadas en el universo Blade Runner.

Todo bien, ¿no?

Reseña: Infinity 8. El Día del Apocalípsis, de Lewis Trondheim, Davy Mourier y Lorenzo De Felici

Si algo me quedaba por ver en la magnífica serie Infinity 8, era una ambientación a lo The Walking Dead dentro de esa inmensa nave cargada de tantas diferentes especies. De hecho, lo pensé cuando leí el primer o segundo álbum (En un lugar tan concurrido, una horda de zombies se pone hasta el culo…). Y así es. Un nuevo tomo de esta recomendable serie de la BD que está publicando Dibbuks en nuestro país, una obra que como amante del género zombie, he leído con entusiasmo particular. ¿Y la Ciencia Ficción? Ah…, cuantas aventuras espaciales nos hemos comido algunos ya. Y cuantas de ellas casi que vienen a ser lo mismo una y otra vez. Pero ah…, cómo nos entretienen a los que amamos un viaje por las estrellas. El hombre y el espacio. La mujer y las estrellas. Esa lejana frontera. El Más Allá. Cuantos deseos de estar ahí fuera. No me canso. ¿Tú te cansas? Por que yo no. Y cosas por las que brindo con el brazo muy alto es cuando dentro de la CF se toca el humor. Y si dentro de este mejunje se aliña con un poquito de Terror, pues no sé ya qué estamos hablando por que los ojos mis ojos empiezan a hacer chiribitas. My friends, todo esto vais a encontrar en el nuevo álbum de Infinity 8: El Día del Apocalípsis.

La atmósfera sangrienta y desenfadada de esta serie, me caló desde el principio. Aunque tengo que decir que la preciosa edición en tapa dura, brillante, con interiores súper chulos al más puro estilo radar-escáner de la nave; tiene mucha culpa. Te meten en vereda desde el principio. La edición es preciosa en mano y con un papel interior de gran calidad. Pero a lo que vamos. Para situarnos de nuevo, en las profundidades de una galaxia distante navega la nave de Clase A, Infinity-8. ¿Su destino? La galaxia de Andrómeda. ¿Su carga? No menos de 900.000 pasajeros de todas las razas conocidas hasta ahora, todas y cada una de ellos se divierten tomando el Sol con los pies en alto. ¿A bordo? De todo lo que puedas imaginar: políticos, sectas, terroristas, familias numerosas, viejales con muy mala leche… Todo controlado por una serie de oficiales de policía que llevan con orgullo la lycra como segunda piel y cuya misión es hacer que se cumpla el orden con puño de hierro. Suelen ser chicas, como habréis adivinado, y con cada una de ellas viviremos una aventura.

Por lo tanto, viva muy mucho la continuación de esta serie en nuestro país. Donde además vuelve el creador Lewis Trondheim al guión, y agrega los servicios de Davy Mourier mientras Lorenzo de Felici dibuja. Cambiamos, por supuesto, de heroína y es esta vez Ann Ninurta, madre soltera, quien luchará por mantener a su hija a la vez que los casos importantes surjan en su recorrido de la nave. Pues, ¿qué puede ser más duro que ser madre soltera y trabajar de oficial de seguridad? Un dilema al que enfrentarse cuando la situación se va al límite cuando llegan los zombies… Uff, un momento, la heroína se enfrenta a zombies pero esperad, esperad, es que aquí los zombies son alienígenas, son geniales, o mejor dicho, mucho más peligrosos. Y luego está Ann, que también es genial. Y no dice que no a un momento de coqueteo con un chico guapo, incluso si esos come-cerebros intergalácticos molestan un poco con su revoloteo. Aunque cierto es que el coqueteo con un chico guapo, rodeada de muertos vivientes, queda un poco extraño a la vez que sensual…

Un atmósfera ligera y tensa con cantidad de situaciones que te sacarán una sonrisa. Un excelente episodio de una serie que sigue un patrón, pero que protagonistas y argumentos son independientes dentro del mismo contexto. También está chulo ver que se hace referencia a ciertos personajes y hechos ocurridos en otros álbumes. Así que, humor negro por un tubo (como a mi me gusta), pero casi que cualquier tipo de humor viene perfectamente acorde con estas aventuras en el espacio. ¿Liberar tensiones? ¿Una vía de escape para que el lector no piense demasiado en los detalles?

Las cosas como son. A esta serie se le criticó bastante al principio un nivel de dibujo muy bajo para proceder de la siempre alabada BD. Una virtud ilustrada de la que suele ser ejemplo el conocido Cómic Europeo. Creo que por eso la serie ha ido cambiando de ilustrador casi con cada numero, quizás buscando una opinión mejor del lector, y bueno, yo ya dije que para mí, desde algunos números atrás, lo tenían más que conseguido. Entonces, ¿estamos ante la típica situación de dibujo poco atractivo pero argumento muy recomendable? Para mí, ya no. Estamos ante una serie de tomos súper recomendables que harán disfrutar al más pintado.