Reseña: Star Wars. Thrawn. Alianzas, de Timothy Zahn

Más leña que nos viene genial a algunos para apagar ese fuego que es Star Wars. Un incendio de universo de historias del que siempre queremos saber más, y como en Desde New York – Crónicas Literarias siempre estamos al tanto de una de nuestras ambientaciones favoritas, pues intentamos leer todo-toditto-todo lo que sale; poniendo especial atención a Planeta Cómic y a su ya colección legendaria de novelas y/o recuperaciones de grandes historias del Universo Expandido de Star Wars en formato literario. Novelas súper recomendables para el fan acérrimo de toda la vida, donde si quieres, tienes bastante donde elegir, no solo entre novedades, tiene un buen buffet clasificado por personajes o por épocas. Un amplio abanico de tramas donde saciar ese ansia que nos gobierna a todos de ver/vivir/leer más y más cositas de Star Wars. Indagar en qué hubiera pasado sí, qué ocurrió entonces con, o qué pasó con los hechos acaecidos en… Así hasta todas las preguntas que quieras hacerte. ¿Lo bueno? Que resulta que hay una serie de autores contratados para que también se hagan esas cuestiones, y lo mejor, escriban sobre ello.

Star Wars Thrawn: Alianzas son dos historias del Gran Almirante Thrawn y Anakin Skywalker por el precio de una. En algún momento entre las películas de El Ataque de los Clones y La Venganza de los Sith, el Emperador empareja al estratega imperial Thrawn con el Lord Sith Darth Vader para investigar una perturbación en la Fuerza. Una misión que los lleva a los bordes de la galaxia conocida, aunque no es la primera vez que han estado en el planeta Batuu. En la segunda historia del libro ambientada en algún momento después de La Venganza de los Sith y entre las temporadas tres y cuatro de la serie Star Wars: Rebels, Anakin Skywalker y el oficial ascendente Chiss Thrawn se cruzan por primera vez, formando una especie de alianza durante sus propias misiones personales. Dos historias entretejidas, amenas y dinámicas, que uno encuentra ideal para tardes de verano en las que no se necesita pensar tanto, solo disfrutar. Aunque es cierto que Star Wars Thrawn: Alianzas deja claro al principio que en dichas tramas se alternarán dos períodos de tiempo. Así que en vosotros está prestar más o menos atención a lo que se lee. Y no es que el autor Timothy Zahn lo haga difícil: son hechos cronológicos conocidos pero habrá momentos de relación, sucesos paralelos que si consigues llevarlos adelante contigo, encontrarás una lectura bastante fácil y muy bien diseñada en lo que se refiere al siempre interesante personaje del General Thrawn.

Alianzas muy bien escritas. Y, sin embargo, dudaría en decir que realmente disfruté leyendo al cien por cien, pues una de las historias paralelas que Zahn establece entre los dos personajes principales usa el enfrentamiento de sus súper poderes y eso me quebró un poco el alma. El cerebro súper estratégico de Thrawn y el uso de Anakin/Vader In Process se expresan de una forma especial en el texto. Son enfoques interesantes, pero ambos eventualmente juegan con el lector de alguna forma. No obstante, no es un factor decisivo y sé que mis frustraciones residen en que siempre miro con lupa todo cuando se toca a mi amado y poco entendido personaje de Anakin-Vader.

Eso sí. Si estáis familiarizado con los personajes de Thrawn y Anakin/Vader en conjunto, os va a encantar Star Wars Thrawn: Alianzas. Por un lado, Thrawn considera varias perspectivas, mientras que Vader solo se preocupa por una: la suya. La dinámica de poder en las historias presentadas aquí es súper tensa y creíble. Por lo que disfruté y disfruté con el ejemplar hasta el infinito. En un extraño giro de los acontecimientos, los momentos irritantes de Anakin son en parte responsables de una de mis representaciones favoritas de Thrawn. Me intrigaron todas las mujeres oficiales que Thrawn tiene con él a bordo de la Quimera. Ni por temas machistas, ni por temas sexuales, pero da que pensar en ese «porqué». Además, Timothy Zahn equilibra muy bien los momentos de aprendizaje del comodoro con demostraciones de liderazgo y competencia. Fue bueno ver a Padmé tener alguna inclusión en la historia de la línea de tiempo anterior, más allá de ser un claro “macguffin”.

Ah, y por supuesto, es bueno haber leído la novela anterior Thrawn para entender lo que realmente está sucediendo en este Star Wars Thrawn: Alianzas. Ambas historias hacen descubrimientos muy interesantes, pero quizás sean las reflexiones del comandante de la Primera Legión de Vader, las más interesantes de todas. Así que solo queda decir que muy guapo que Planeta Cómic ponga este libraco en disponibles.

Reseña: From Black to White. Tras los Pasos de Michael Jackson, de Stéphane Louis y Clément Baloup

Cuando has sido fan de alguien toda la vida, tiendes a quedarte con lo mejor de él. Lo que te atrajo siempre, lo que te impresionó y de un manotazo borras sus demonios de los que te has ido enterando con los años. Y si se fue pronto, como todos los grandes mitos y como fue el caso del gran Jacko, pues te quedará siempre esa sensación extraña e incondicional de pensar en cómo sería de viejo y qué otras “trastadas” haría. Todos tenemos nuestros males y nuestros demonios, insisto, pero siendo fan total, repito, siempre me quedaré con sus buenos momentos y lo que me hicieron disfrutar sus éxitos mundiales. De este modo me acerqué con muchas ganas a From Black to White, un cómic que tuvo muy buena acogida en la BD en 2018 y que acaba de ser publicado en nuestro país por Planeta Cómic. Una historia que de algún modo hace referencia al gran dios de la música Michael Jackson, y ya solo con eso, tiene mucho ganado. Sin embargo…

Cuando Curtis pasa cerca de la tienda de televisores, se detiene siempre frente a las pantallas. Los cuerpos se mueven de una manera increíble y especialmente una en particular, la de ese cantante llamado Michael Jackson. Estos días de 1964, en Harlem, marcarán un punto de inflexión en la vida del chico. Fascinado por el rey del pop, ya nunca dejará de perseguir su sueño: bailar. No obstante, en una sociedad bajo dominación blanca, tendrá que imponerse por su talento, mientras que a su alrededor, la campaña antirracial está en pleno apogeo.

Stéphane Louis escribe en From Black to White: Tras los Pasos de Michael Jackson una historia paralela al destino del gran rey del pop. Con el trasfondo político que lo gobernaba todo en USA en esos momentos: la lucha por los derechos de las minorías negras. Una visión general a su vez, de los eventos que respaldaron un período rico en emancipación, de verdadera reflexión social. Pero no un cómic que se centre en eso, aunque se deja ver lo que muchos pensaron entonces, es decir, como curiosamente triunfaba sobre todos los demás un icono musical de color negro. Un ídolo extraño que no fue realmente un símbolo de lucha para los afroamericanos, sin embargo, aquí el guión del cómic con la historia de Curtis persiguiendo su sueño, se hace bastante interesante y entretenida al margen.

Tenemos así a un héroe que resulta ser comprensivo y carismático, todo sazonado con una cuantas viñetas de optimismo, unos cuantos escalones por encima del mundo de la violencia y la discriminación que miremos por donde miremos, seguimos viendo más de cincuenta años después. Clément Baloup, además, con sus ilustraciones (autor que sigo bastante dentro del cómic europeo), logra una agradable visión de la historia, con dinamismo y algunas escenas de composición de ambiente muy conseguidas.

From Black to White: Tras los Pasos de Michael Jackson es una novela gráfica que busca, sobre todo, contarnos el éxito de alguien que siempre creyó en sus habilidades y, sin traicionar sus convicciones, se lanzó al precipicio para obtener éxito a pesar de los obstáculos de una era problemática.

Una muy chula historia de superación.

Reseña: Murder Falcon, de Daniel Warren Johnson y VVAA

Ese que siempre anda buscando la originalidad en un libro, en un cómic, en un guión, soy yo. It´s me…, como decía la canción. Por eso cuando a mis oídos llegan voces de Murder Falcon y mis ojos twitteros reparan en ilustraciones como las de Daniel Warren Johnson; una especie de hype crece en mi interior. Una bola de nieve que se agranda y agranda, hasta tenerla en mis manos. Para colmo, me entero que Planeta Cómic, siempre al quite con este tipo de obras chulas actuales e independientes del mercado USA, lo recién publica en español. Un tomito genial con los ochos primeros números, que comprenden la primera miniserie al completo. Una historia tan desmesurada como divertida, tan atractiva por su narrativa tensa y emocionante, que uno se pregunta como obras tan chulas han podido pasar tan desapercibidas hasta el momento.

Murder Falcon es una historia sobre monstruos, música y amor. Quién se atreva con ella, disfrutará de una combinación increíblemente satisfactoria con algunos elementos de cyberpunk, steampunk, o una mezcla de cualquier subgénero que toque el tema futurista semi-actual y se salsee con monstruos. Murder Falcon, de Daniel Warren Johnson, es ridículo, exagerado e increíble, uno de esos extraños sandwiches mixtos que nos pedimos en un bar, con un sabor nuevo y que bocado a bocado nos va gustando cada vez más. Es un cómic que celebra la música metal y la cultura que lo acompaña, lo que lleva a una trama que resulta ser al final sorprendentemente dulce y significativa. Algunos que no lean fantástico solo experimentarán una historia de amor y pérdida con un poderoso mensaje sobre cómo superar el dolor. Pero para el 98% de los que estáis leyendo esta reseña, la combinación de estos elementos increíblemente convincentes se convierten al poco en una historia súper entretenida que se puede leer fácilmente en una o dos tardes de piscina. Pues el núcleo de Murder Falcon se centra en una batalla entre seres monstruosos de otra dimensión que invaden la Tierra, esos mismos que son completamente inmunes al armamento tradicional; en cambio, se les opone una banda de metal, cuya música puede impulsar a los héroes con la capacidad de luchar contra esos seres. Esto lleva a batallas enormes de acción ininterrumpida, con demonios atravesados por colmillos de mamuts lanudos gigantes o un halcón que explota y raja aberraciones como quien corta mortadela.

Un nivel de acción tan enorme que lo convierte en una lectura tremendamente adictiva. Sin embargo, Murder Falcon tiene más que ofrecer. Mientras se desarrollan esas batallas, también se desarrolla una historia profundamente personal sobre la pérdida y el autoaislamiento. A medida que se avanza por la lectura, comprendes que el personaje principal, Jake, ha estado sufriendo por algo (no quiero spoilear) y, debido a esto, ha tomado medidas para aislarse de las personas que ama. Esto le hizo perder a su novia, despedir a su banda y entrar en un estado de depresión que le impidió hacer lo que más ama, tocar su música. Pero la vida siempre te da sorpresas (sorpresas te da la vida) y el paso del tiempo (y las hojas) le va ofreciendo a Jake una salida de sus pensamientos más oscuros a través de la música metal, que con el tiempo le permitirá volver a conectarse con las personas que quiere. Un mensaje poderoso que puede parecer demasiado obvio, pero en general sigue siendo muy efectivo.

Por que la vida del ser humano lo es. Por que las historias de amor son así.

Lo que atrapa verdaderamente de esta miniserie es la forma en que se aborda este mensaje. Durante los primeros capítulos, se desconoce por completo la condición de Jake. Hay indicios de que sufre algún tipo de trauma, pero no parece tan complicado. Luego, a medida que avanza la historia, se recibe una información tan fuerte como importante con la que casi te da un vuelco el corazón… por que ya casi “amas” a Jake. Con momentos muy dolorosos para los que hemos sufrido de cerca ese tema, pero también muy emotivos para los que comprendemos que la vida son dos días y hay que vivirla a tope.

Genial, magnífica miniserie, con muy atractivas ilustraciones (siempre me parece sorprendente leer un cómic escrito e ilustrado por la misma persona), elementos que bien trabajados de forma conjunta, dan pie a una obra de arte del cómic independiente.

Maravillosa.

Reseña: Frankenstein, de Bernie Wrightson y Mary Shelley

Desde nuestro lado, al menos, en este retorno a la normalidad no venimos exigiendo a las editoriales nada, sin embargo, parece que ellas mismas se autoinfligen exigencias para hacerse notar con su regreso. Virtud que repercute buenamente en nosotros como lectores. Y es que, no sólo es terriblemente maravilloso que vuelva estar disponible en librerías esta maravillosa novela gráfica llamada Frankenstein, además, es que vuelve a un precio genial. Ese mismo que resquebraja el tan odiado y dañino mercado de segunda mano especulador. Por supuesto, todo el mundo que conozco la está pillando. Ayer mismo vi que ese director friki tan guay como es Álex de la Iglesia, comentaba en Twitter lo encantado que estaba de haber obtenido por fin este titulazo. En serio, sin que sepas más, comprala y luego vienes y vuelves a leer la reseña, si quieres. O no. Lo que te apetezca. Pero no pierdas el tiempo, por que están desapareciendo a ritmo de bocadillos de jamón en la puerta de un colegio…

Hablamos de la clásica novela de Frankenstein, de Mary Shelly, pero ilustrada por el maestro del diseño macabro, el gran Bernie Wrightson (1948-2017). Para el que no lo conozca (no tenéis perdón de Dios), un historietista estadounidense creador de La Cosa del Pantano, así como otras decenas de títulos dentro del cómic de Terror que partió de revistas de género como House of Mystery, House of Secrets, o aquellas pioneras que dieron lugar a mi tan amada Creeepy. No obstante, también tocó otras cositas en las grandes casas del cómic de superhéroes, donde en mi opinión dejó huella en Batman con su The Cult. Pero, pero, pero…, en un podio aparte, Writghtson quedará eternamente reconocido por trasladar a nuestros ojos un Frankenstein de culto. Y, por supuesto, por ser amigo y colaborador del maestro Stephen King, quien precisamente escribe el Prólogo para esta edición en tapa dura publicada inicialmente en USA por Dark Horse.

La historia es un clásico, quizás la conocéis de pe-a-pa, o quizás solo por encima; depende de vuestro nivel lector y gustos por la literatura gótica de Terror. No voy a entrar en eso. Además, hay pelis y cientos y cientos de reseñas al respecto, con algunas teorías conspiranoicas que esas sí que dan miedo. Pero la diferencia entre esta y otras ediciones es realmente las ilustraciones de Bernie Wrightson. El valor que alcanza la historia con las cuarenta y cinco ilustraciones a página completa y en blanco y negro que son simplemente impresionantes y hermosos cuadros. Lienzos, que muchos de vosotros vais a imaginar en lo maravilloso que sería tenerlas a gran tamaño en esas tristes paredes que os reguardan del frío…, bueno, ahora mismo, del calor infernal que se aproxima. Unas ilustraciones que se cruzan y entrelazan con la trama de forma increíble y que sumergen al lector en dicha trama, la misma que ya pone nervioso e inquieta con tantos momentos terroríficos.

Detalles, detalles, detalles.

Pocas obras de artistas de cómics se han ganado la aclamación y reverencia universal, como es la versión ilustrada del Frankenstein, de Mary Wollstonecraft Shelley, por Bernie Wrightson. Un lanzamiento original de 1983 donde se empareja de forma maravillosa arte y literatura de calidad.

Si no has leído este clásico y estás considerando obtener uno, esta ES LA EDICIÓN. Esta. Cuando habléis con alguien que medio sepa de literatura fantástica, y tratéis el tema de El Moderno Prometeo casi siempre os van a hacer referencia a ESTA EDICIÓN. A tal y cual de una editorial que mola pero es que…, al final, se terminará hablando de ESTA EDICIÓN. Por que es la mejor, la que todo el mundo debiera tener, así de simple. Y por que tenerla en tus manos, es sinónimo de gozar con una trama tremenda y macabramente encantadora y bellamente ilustrada.

Cuando arte y trama son joyas, una historia maravillosa se transforma en diamante tallado en oro. Decir súper recomendable es quizás quedarse corto.

Obra de arte.

Reseña: Patria, de Toni Fejzula y Fernando Aramburu

Hay historias con tanto poder que sabes-notas-percibes mientras las estás leyendo, que te están marcando al igual que una aguja graba en tu piel un tatuaje. Tanta fuerza, que seguramente tras leerla, ya no pienses igual sobre cosas a las que antes apenas pusiste atención. Y sinceramente, yo que soy más de literatura o cómic extranjero, jamás pensé que una historia así pudiera engancharme tanto. Claro que un cómic que parte de un novelón llamado Patria, de Fernando Aramburu, premiado con el Premio Francisco Umbral, un libro que como todo buen súper ventas cuenta ya con novela, en breve miniserie de la HBO y ahora novela gráfica. Algo tendrá, ¿no?

Una historia de la que empezamos a saber, el día en que ETA anuncia que abandona las armas. Bittori decide entonces ir al cementerio a contárselo a su difunto marido, el Txato, asesinado por la banda terrorista años atrás. Entre otras cosas, quiere decirle que ha tomado la decisión de volver a la casa del pueblo en la que vivían antes de su muerte. La misma que tuvo que abandonar por el acoso de sus propios vecinos y recomendación de sus hijos. Y aunque dicen que el paso del tiempo lo borra todo, la vuelta de Bittori alterará la tranquilidad de la aldea, particularmente, la de Miren, su antigua íntima amiga, madre de Joxe Mari, que fue encarcelado por terrorismo y sospechoso de haber matado al Txato. Pero, ¿qué ha pasado para que dos familias que eran uña y carne hayan terminado así con tanto odio mutuo? El regreso de Bittori a su aldea natal nos mostrará las posibilidades que tenemos para reflexionar sobre el tremendo daño que en el pasado provocaron situaciones que rompieron una sociedad que se llenó de victimas, y en muchos casos, gente que apenas tomaba parte en el asunto. Dos bandos, dos familias enfrentadas, por culpa de la política y los problemas de la sociedad. Decisiones que se tomaron en el pasado y que han transformado sus vidas en un pueblo que aunque no se aclara, se puede deducir que está en las inmediaciones de San Sebastián.

Una historia con cantidad de personajes que llegan a emocionarte, a cabrearte, y especialmente importante en esta trama, a ponerte en el lugar del otro. Saber los entresijos de cómo una persona puede llegar a entrar en una organización terrorista, cómo una madre puede cambiar radicalmente sólo por seguir los pasos de su hijo hasta convertirse en una abertzale… Insisto, una historia muy potente en cuanto a personajes; hecho que me consta que está bien traído de la novela.

La confrontación en Euskadi, la historia de dos familias con sentimientos, vidas, errores, tragedias y alegrías, que nos llevan a una historia terriblemente atractiva a poco que te gusten las intrigas costumbristas, problemáticas y tan cercanas como tuvimos las de este tipo en este país. Teniendo claro que mucho peor tuvo que ser vivirlas «in situ».

Toni Fejzula es profesor de la Escola Joso y autor de cómics, cuyos excelentes trabajos se han publicado para el mercado USA en Dark Horse y en la BD para Glénat. Aquí se compromete a adaptar un bestseller español, una novela conmovedora, difícil de olvidar, sobre los últimos treinta años de la vida en Euskadi, pero con la que no puedo comparar por no haber leído el libro. Sin embargo, sabía que tenía que saber de Patria de algún modo; una historia que ha llegado lejos y que sus derechos se han vendido en 24 países y en el nuestro más de un millón de lectores ya sabe de ella; eso es mucho decir. Personajes eternos con los que sufrir y disfrutar en menor medida. Y otros con los que empatizas menos, pero sabes que tienen que existir por que realmente existen o existieron. Ese es su potencial.

Como decía aquel gran autor de novela negra: «Cada uno tenemos nuestra raja del culo». Nuestro modo de ver las cosas. Pero contrario a lo que parezca, Patria no es una historia de política. Trata la conflictiva vida cotidiana de cada una de las personas de estas dos familias. Con especial implicación a las etxekoandreas (amas de casa) Miren y Bittori. Mostrar una sociedad lastimada por una lucha armada con seres humanos que sufren constantemente tras ella.

Reseña: Star Wars. Vader. Visiones Oscuras, de Hopeless, Villanelli, Level, Pina y VVAA

Una buena dosis del mejor Star Wars recopilado en lo que se da en llamar el Universo Expandido, nos trae Planeta Cómic cada mes. Retornando a esta nueva era de salud y vitalidad donde el mejor hobby de todos los tiempos sigue siendo leer, vamos a ir encontrando cositas muy chulas en catálogo nuevamente, como por ejemplo este tomito recopilatorio de lo que fue la miniserie Vader: Visiones Oscuras. Una historia donde la diferencia entre el Bien y el Mal es principalmente una cuestión de perspectiva y donde podréis encontrar un enfoque más fantástico y legendario con uno de los mejores y más despiadados villanos de todos los tiempos como protagonista.

En Vader: Visiones Oscuras os toparéis desde el principio con un cómic repleto de una grandísima ambientación. De hecho, se le podría acusar de que pasa demasiado tiempo en preparar el escenario. Sin emabrgo, esto depara en crear un maravilloso entorno que esplende cuando encontramos que nuestro narrador es un niño en un planeta desolado gobernado por una gigantesca bestia que lo destruyó todo y se apoderó de la superficie de ese mundo. Los supervivientes no tienen otra que hacer que venerar al monstruo: un dios siempre odioso y enojado que solo sale del subsuelo cuando despierta de su sueño. Pero el niño del que os hablo, cree que la lucha en las estrellas y sobre su mundo se limita a enfrentamientos entre dioses. Más aún cuando aparece Darth Vader, obligado a hacer un aterrizaje de emergencia, el mismo día que la bestia despierta temprano. Así que el pequeño de cara azulada toma asiento en primera fila para la batalla que se desarrollará entre ambos dioses. Todo esto en Cianap, un lugar donde la tecnología se perdió hace años y ya está casi olvidada…

Vader: Visiones Oscuras es una serie limitada que reexamina al glorioso Lord Sith a través de los ojos de almas que están fuera de los conflictos centrales de la saga intergaláctica más famosa de todos los tiempos. Darth Vader a caballo o rastreando a una masiva criatura que ha devastado a todo un planeta, es de los grandes momentos que vais a encontrar en este cómic. Todo en un escenario de fantasía semimítico, post-apocalíptico, y mucho más arriesgado y salvaje que cualquier cosa que Marvel haya hecho con Star Wars desde que adquirió la franquicia. Pero sale bien. Quizás, demasiado bien, gracias a la perspectiva de un guión que mola gracias Dennis “Hopeless” Hannum. Un guionista que pisa fuerte y parece llevar nombre de contrabandista.

Como todo lo bueno, si es breve… No obstante, mola encontrar a Vader (el viejo) bajo una oscuridad diferente. Y es impresionante y decepcionante a la vez que la epopeya de Cianap comience y termine en este único volumen. Para colmo, con unos gráficos súper apropiados e ideales para lo que se propone. Cada viñeta bañada de luz brillante en un mundo dorado y salpicado de sol pero siempre nublado por el polvo de sus desiertos y al mismo tiempo rociado con lloviznas o rocío. Eso cuando todo está en calma, por que la mayor parte del tiempo, estamos inmiscuidos en un cómic de acción, movimientos, zumbidos, gruñidos e inercia frenética. Casi se puede sentir los golpes del sable de Darth Vader y su potencia, así como los explosivos combates entre Alas-X y Caza TIEs.

Un cómic magnífico, para recordar a los fans cuan grande fue o debió ser la vida de uno de los mejore villanos de todos los tiempos. Bravo por Planeta Cómic por seguir trayéndonos sus aventuras en estos geniales tomos. ¿Imaginasteis algúna vez a oriundos de un planeta preguntándose si temer o adorar a un poderoso ser llamado Darth Vader que bajó de los cielos en el momento preciso?

Eso es Vader: Visiones Oscuras.

Reseña: Los Muertos Vivientes. Descanse en Paz, de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard

Cero spoilers.

Y llegó, lo que algunos pensábamos que nunca llegaría. Se mató a la gallina de los huevos de oro. El final de The Walking Dead. El cómic que lanzó a la fama al señor Kirkman y que puso de moda nuevamente los zombies en el mundo…, Bueno, diría que trajo de nuevo a la actualidad aquellos lejanos años 80s, la idea de muertos vivientes por doquier, el apocalípsis sin una idea clara, no hay un porqué, el mejor subgénero de todos. Una historia que desde el principio llega a lo más profundo y que con poco se vuelve formidable. En el mundo de los cómics, el boca a boca, arrastra verdades. Los Muertos Vivientes viene siendo aclamado por la crítica desde que vio la luz en 2003 de manos del casi por entonces desconocido Robert Kirkman y el dibujante Tony Moore.

Como decía en su primera introducción, nacía una historia de zombis sin pretender asustar a nadie, y que sin intentar ahondar en el gore y en las vísceras al por mayor, nos presentaba un enorme elenco de personajes en situaciones límite. Reflejando su comportamiento moral y social a ojos de los demás. Y, sin duda, ese ha sido su fuerte. Su éxito. Pues que duda cabe que un cómic bien escrito y bien dibujado que enganche, si encima lleva al lector a evolucionar junto a los personajes… Tiene el cielo ganado.

Los Muertos Vivientes (Tomo 32: Descanse en Paz), fiel a su nombre, puede ser el volumen más tranquilo y melancólico que ha tenido la serie. Si bien ciertamente hay mucha acción para cerrar la serie, las ochenta páginas adicionales con las que este volumen trabaja le permiten ser un guión más reflexivo y contemplativo, que otra cosa. Lo que me parece adecuado, pues me encantan esas conclusiones que tras la acción final se muestran cantidad de escenas entre pasado y presente y una música evocadora a lo Enya…. ¿Es el tipo de finalización que Kirkman andaba buscando? Alguna sorpresita hay.

Terminar una serie como Los Muertos Vivientes nunca iba a ser fácil. Si bien no ha sido para mí absolutamente perfecta, Descanse en Paz, sí que tiene bastante satisfacción para lo que se podía llamar una línea de conclusión remarcable teniendo en cuenta lo que es. Una serie de larga duración y que ha mantenido un nivel alto y atractivo a lo largo de casi doscientos números. Estando a la altura, aportando identidad, giros sorprendentes, muertes súbitas y momentos desgarradores. Muchos sabíamos que los creadores dedicaron un buen tiempo a pensar en un cierre lo más sorprendente posible (se tomaron la molestia de crear portadas falsas y anuncios para futuros números que nunca hicieron, hay un buen frikerío sobre esto en internet), pero la conclusión ha sido… bueno, tendréis que comprobarlo por vosotros mismos. De lo que no hay ninguna duda es, de la sensibilidad de Kirkman como escritor y del nivel de confianza que se ha ganado de otros creativos que trabajaron con él. A pesar del enorme empresario que es hoy, cuida a sus productos y a su gente como nadie.

En 2003, cuando se lanzó el primer volumen de The Walking Dead, Kirkman lamentaba la brevedad de las historias de zombies. La insatisfacción de Kirkman con el subgénero era que andaba deseoso de más, que cuando terminaba una buena peli, quería más. Que el deseo de hacer una historia larga con este trasfondo apocalíptico surgió, sobre todo, de querer ver que sucedía después de los créditos finales de muchas de aquellas películas viejas e inconclusas. Su objetivo al principio con Los Muertos Vivientes, era escribir una película de zombies que nunca terminara. Pero después de dieciséis años, la historia interminable de Kirkman, ha llegado a su conclusión. Por que nada es eterno.

¿O sí?

Reseña: Star Wars. Era de República – Villanos, de Jody Houser, Luke Ross y VVAA

Planeta Cómic continúa su buena obra de traernos las mejores historias de Star Wars y tras el tomito recopilatorio Era de República – Héroes llega Era de República – Villanos; el otro lado, el lado oscuro. Si los cómics de Era de República nos han enseñado algo, es que las precuelas y sus homólogos siguen siendo las historias más buscadas. Las vibraciones nostálgicas son fuertes, por que además la premisa es atractiva: ¿Quién hubiera pensado que leer una historia sobre el Conde Dooku, Darth Maul o Jango Fett nos haría soñar con la idea de George Lucas regresando para hacer películas sobre ellos? La idea está ahí, y gracias a Jody Houser y Luke Ross, al menos tenemos una idea de como son los villanos más peligrosos de la galaxia, ahora recogidos en un tomito recopilatorio de una miniserie sobre ellos.

Aunque a muchos guste y otros incluso les duela, estamos ante una nueva Era Star Wars. Y en cómic eso se resume a una serie épica de aventuras que une a personajes favoritos de muchos de nosotros de la tan denostada primera trilogía. En Star Wars: Era de República – Villanos estaremos leyendo a los malos. Iluminando las figuras más oscuras de la Antigua República, y se comienza con Darth Maul, un arma viviente de ira y sed de sangre (que en mi opinión aún no ha sido bien aprovechado en pantalla), un Maul que acecha en las sombras de Coruscant esperando su oportunidad de atacar a la Orden Jedi. Pero el señor Sith lucha por contener su deseo de destrucción, y cuestiona los deseos de su maestro metódicamente. La pregunta es, ¿podría Maul haber seguido otro camino en la vida, o siempre estuvo destinado a recorrer el lado oscuro? Todo se profundiza aquí..

¿Y por qué importa esto? Por que mola. Los héroes ya tuvieron su tiempo para brillar y ahora le toca a los villanos. Esta colección continúa mostrando que Jody Houser tiene un control absoluto sobre personajes de ambos bandos, y que andaba deseando crear nuevas historias sobre ellos. En especial, sobre todos los que ahora andan muertos. Star Wars: Era de República es una buena colección de dos tomitos recopilatorios (por el momento) que todo fan debería tener. Me atrevo a decir que me gustó más este Villanos, por la dureza que se requiere para ciertos personajes, y así se sirve. Además Era de República, en su conjunto, me parece una obra más adictiva que la colección Héroes leída recientemente.

Jody Houser hace un buen trabajo también con los personajes principales aprovechando las motivaciones de cada uno hacia las órdenes del Emperador. Aquí nadie se casa con nadie y eso mola. Es real. Me encanta el inicio con un Darth Maul en una historia ambientada antes de La Amenaza Fantasma. Involucra al Emperador que parece estar empujando a Maul para probarlo, llenándolo de ira a tope y por lo tanto se vuelve más poderoso. Una escena clave cuya ubicación creo recordar salió ya en Rebels. Bastante oscura y premonitoria. Después está la historia de Jango Fett, que presenta a su joven hijo clon, Boba. Se trata de Jango educando a su hijo, que es algo que realmente no habíamos visto antes. Una historia no contada y con motivaciones interesantes. El siguiente es el Conde Dooku, con mi argumento favorito, donde los guionistas revelan a un hombre que puede parecer viejo, pero en muchos sentidos, es tremendo. Se encuentra en un próspero planeta llamado Sullust y está haciendo todo lo posible para mantenerse discreto; pero el guionista integra algunos elementos divertidos que incluyen una especie de rebelión, un Jedi y un trasfondo que nos lleva a los verdaderos pensamientos que Dooku tiene en la cabeza. Magnífica.

La historia del General Grievous se adentra en la psique de este híbrido humano-robot y juega con los elementos Jedi y muestra cuán profundo es el universo de Star Wars y cuántas historias aún se pueden extraer de épocas anteriores. Por último, pero no menos importante, se añade el Age of Republic Special que se centra en Asajj Ventress, Mace Windu y Jar Jar Binks. Historias cortas y fieles sobr estos extraños personajes. La historia de Ventress, dibujada por Carlos Gómez, es la más entretenida con diferencia. Y todo con un excelente arte de Luke Ross, acompañado de grandes coloristas y entintadores, que nos otorgan entornos y mundos vívidos y creíbles.

Para fans, muy recomendable.

Reseña: Star Wars. Era de República – Héroes, de Jody Houser, Cory Smith y Wilton Santos

Uno quedó con ganas de más después de la estupenda novela de Claudia Gray, Maestro y Aprendiz. Y resulta que, como si eso lo hubiese pensado ya Planeta Cómic (no me cabe duda), recién calentito para este mes de los amores se acaba de publicar el tomito recopilatorio Star Wars: Era de República – Héroes. El mismo que de algún modo continúa o enlaza lo contado en la novela. Aunque esperad.. No es una primera ni una segunda parte, ni siquiera es indispensable el uno sin el otro, quiero decir: ocurren en el mismo tiempo, con casi los mismos personajes y referencias a sus tramas. De eso hay un poquito-mucho.

Cuando se anunció que Marvel produciría los cómics de Star Wars que tendrían lugar en la era de las precuelas, la gente se asustó. Las sorpresas de sopetón a los frikis les provoca rechazo. Somos gente muy conservadora con nuestros amores y recuerdos. No obstante, el paso del tiempo nos afecta y nos enternece quizás aún más que a los demás mortales. Y al final, terminamos diciendo con la boca chica, al principio, que bueno el Episodio I, II y III tampoco estaban tan mal. Vienen del Papá Lucas, al fin y al cabo. ¿Pero qué pasa con los que somos más permisivos que nos gustó en su día? Pues que disfrutamos más pues, ¿quién no quiere ver más historias de Qui-Gon y Obi-Wan en su mejor momento? Tramas que te permiten volver a la vida de algunos de los personajes queridos y escritos en gran parte por Jody Houser con dibujos de Cory Smith y Wilton Santos, un equipo que para mí hacen un gran trabajo, sobre todo, en la adaptación de personajes canon al formato viñeta.

¿Sabéis qué pasa? Que los permisivos disfrutamos la vida lectora tres veces más que los haters.

El resumen oficial de las miniseries Star Wars: Era de República dice: «¡Esta es la Era de Star Wars, una serie épica de aventuras que une a tus personajes favoritos de las tres trilogías! ¡Únete a los héroes más grandes de los últimos días de la Antigua República! ¡Sé testigo de los momentos nunca antes vistos que los definen, las increíbles batallas que los moldearon y su eterno conflicto entre luz y oscuridad!». ¿Qué os parece? Parece que quieran que te reenganches a la Armada, ¿no? Lo que sí que es cierto, es que aquí vais a disfrutar a tope con el que para mí es uno de los mejores Caballeros Jedi que conoce la saga. Un tío duro en sus creencias como es el inconformista Qui-Gon Jinn, que no duda en infringir las reglas y meterse en problemas con el Consejo por tener personalidad y luchar por sus conflictivas creencias. Y aunque ciertas misiones le salgan mal, que duda cabe que tiene razón pue, hasta George Lucas sigue manteniendo a día de hoy que Anakin era el Elegido…

Pero más tramas e historias con Anakin Skywalker, Obi-Wan Kenobi, Padme Amidala e incluso el maestro Yoda vais a encontrar en Star Wars: Era de República – Héroes. Y es que a veces es agradable leer una historia sobre un personaje que amas y eso es fácil de hacer gracias a la capacidad de Jody Houser para escribir personajes. Desde Qui-Gon hasta Anakin, Houser demuestra que los entiende y que puede escribir diálogos naturales en ellos. Esencialmente, cada capítulo de este tomo es un estudio de cada protagonista y le da al lector un vistazo de cosas en las que quizás no se había fijado. La historia de Obi-Wan ayuda a transmitir la cantidad de dudas que tenía como Maestro Jedi, mientras que la de Qui-Gon llega a la raíz de lo inquisitivo que era. Una buena visión. Además, cada capitulo comienza con un párrafo-ensayo de seguimiento sobre el personaje que conecta lo que has leído con la imagen más amplia de quién era en las películas. Una buena forma de agregar peso a la historia que acabas de leer y que ayuda a desarrollar en tu mente lo que sigue.

Es fácil olvidar que Obi-Wan entrenó a Anakin durante mucho tiempo. Muuuchooo tiempo… Pero también dedicó años Qui-Gon al entrenamiento de Obi-Wan y de eso poco sabíamos. Pero a raíz de cómics y novelas del Universo Expandido como Star Wars: Era de República – Héroes podemos saciar nuestra curiosidad. También es cierto que la historia de Padme recopilada aquí dice muy poco (es heroica y demás), pero los eventos reales en su conjunto nos llevan a lo realmente importante que es la escritura de personajes interesantes que amas y que quieres disfrutar. De lo que Jody Houser claramente tiene un control que abruma.

Reseña: Star Wars. Maestro y Aprendiz, de Claudia Gray

Hacía ya tiempo que necesitaba un buen fileteado de carne Star Wars en formato literario. Planeta Cómic y Timun Mas siguen trayéndonos cómics y novelas súper recomendables para el fan, y si quieres, y quieres dedicar gran parte de tus horas de ocio a ello, tienes bastante donde elegir. No solo entre novedades, tiene un buen buffet clasificado por personajes o por épocas. Un amplio abanico donde saciar el ansia que nos gobierna a todos de ver/vivir/leer más y más cositas de Star Wars. Indagar en, ¿qué hubiera pasado sí?, ¿qué ocurría en… durante los hechos de…? Así hasta todas las preguntas que quieras hacerte. ¿Lo bueno? Que resulta que hay una serie de autores contratados para que también se hagan esas cuestiones, y lo mejor, escriban sobre ello. Un mundo hecho para todo aquel que quiera sumarse. El ejemplo claro es Claudia Gray. La cual se suma al mundo Rebelde y de los inicios del Imperio con Maestro y Aprendiz. Una escritora estadounidense conocida por escribir la saga Medianoche, libros de los que se han vendido cientos de miles en todo el mundo, Inmortal (Free: A story of Evernight) y Vacations from Hell. Una de las nuevas autoras que apuntan alto y que ya ha hecho sus pinitos en la literatura del Universo Expandido con la súper recomendables Estrellas Perdidas, Linaje y Leia: Princesa de Alderaan. Autora súper ventas de las listas del New York Times y considerada fan de Star Wars desde la infancia.

Y me pasó que, vi la publicación de Maestro y Aprendiz en nuestro idioma, y lo quise. Lo deseé leer y me duró un suspiro, pese a tener algo más de cuatrocientas páginas. Tengo que decir que ya iba predispuesto a amar este libro pues Obi-Wan Kenobi y Qui-Gon Jinn son dos de mis personajes favoritos. He seguido sus carreras con gran interés, leyendo en su día la serie Aprendiz de Jedi, de Jude Watson, una serie formada por una buena tanda de novelitas que publicó en su día la extinta Alberto Santos Editor. Una serie que encauzaba trilogías o bilogías y que narraba con detalle la adolescencia de Obi-Wan Kenobi. (Sin duda, si sigue adelante la serie de televisión, tirarán mucho de aquí). Bien, a lo que iba: que muy raro sería que Maestro y Aprendiz no me llegara a gustar. Amor por estos personajes, pese a la de palos que le han caído tras los films de George Lucas.

Star Wars: Maestro y Aprendiz tiene lugar en el decimoctavo año de Obi-Wan que ha sido aprendiz de Qui-Gon por un tiempo, pero con una relación nada fácil. Obi-Wan se irrita ante el desprecio Qui-Gon siente por las reglas, creando una brecha entre ellos cada vez más grande con cada hecho, con cada suceso, a medida que una nueva oportunidad surge. Quién la conozca, sabe que uno de los puntos fuertes del trabajo de Gray es la discusión de las diferentes motivaciones entre Jedis. ¿Por qué hacen lo que hacen y hasta dónde pueden llegar sin asomarse a ese lado oscuro que tanto temen?. Una cuestión con la que lucha cada uno de los Jedi en este libro.

Qui-Gon se enfrenta a las restricciones de los Jedi dentro del sistema político de la República. Está frustrado por cómo esto parece poner a los Jedi en desacuerdo con su mandato como parte de la República y con lo que se supone «correcto». Cuestiona la sabiduría de que los Jedi se vuelven poco más que la fuerza policial del canciller y, en eso, pierden contacto con la Fuerza. Esto, a su vez, permite que hechos deleznables como la esclavitud en la galaxia, continúen. Rael Averross es un Jedi que fue el padawan de Dooku antes de Qui-Gon y fue llevado al Templo a la edad de cinco años. Edad considerada tardía para ello. Debido a esto, siempre ha sido un poco extraño, nunca sintió realmente que pertenece al lugar donde está. Nunca ha perdido su acento y sus modales y su vestimenta refuerzan aún más su indiferencia ante los demás. El Consejo Jedi ha forzado las reglas exclusivamente para él en un esfuerzo de ayudarlo a alcanzar su máximo potencial. Sin embargo, las intenciones han sido en vano y se ha vuelto un ser cegado a sus propias deficiencias.

Puede ser la novela “más Jedi” que he leído. La que más trata el tema y lo desarrolla con diferencia. Cada uno de estos personajes, las motivaciones que los impulsan al igual que sus suposiciones sobre el universo y su lugar en él, están presentes casi en cada página del libro. Gray vuelve a tejer una historia de manera experta para mostrar las formas en que nuestras propias suposiciones pueden interferir y desviarnos. Gray se suma a nuestra comprensión de los Jedi antes del Episodio I, dándonos una idea de su relación con la República y algunas de las razones por las que se han establecido bajo su liderazgo. También aporta más datos sobre el Conde Dooku y su relación con Qui-Gon, así como con los Jedi, ya que solo dejó la Orden poco tiempo antes de que esta historia tuviera lugar. Y lo más importante, Gray expone la relación central de Qui-Gon y Obi-Wan, ayudando a preparar el escenario para lo que finalmente se puede ver en La Amenaza Fantasma. Me encanta la forma en que se establece la fascinación de Qui-Gon por la profecía…