Reseña: Pieles Rojas, de Paolo Eleuteri Serpieri

Los amantes del buen cómic y del género Western estmos de enhorabuena. Y aunque a veces la espera de algún titulo que merezca la pena, se hace larga, uno siempre tiene la esperanza que entre las editoriales que publican asiduamente cómic europeo en nuestro país, aparezca alguna joyita. Por eso, nunca me cansaré de deciros que como mínimo vuestro ojito derecho debe estar puesto siempre-siempre en Ponent Mon; editorial gracias a la cual (por-ejemplo-por-ejemplo) podemos acceder a joyitas de la BD como Apache Junction, Simón del Río o el glorioso integral de Manos Kelly. La misma editorial que alcanza el podio del aficionado al comenzar a publicar volúmenes del maestro Serpieri como Las Reglas del Oeste, Lakota, La India Blanca y otras historias de mujeres o este magnífico volumen de relatos que os traigo hoy llamado Pieles Rojas.

Y es que con Pieles Rojas se contribuye a los inicios del autor italiano. Los nuevos amantes del cómic pueden no saber que antes de hacer Ciencia Ficción y dibujar buenas nalgas femeninas (¡Cómo en Druuna!), Paolo Serpieri comenzó de forma inteligente con lo que molaba en el momento; haciendo relatos cortos del Oeste en formato viñeta. Sus primeros trabajos, gracias a Ponent Mon, ahora recuperados de la legendaria publicación italiana Mosquito. Con todo lo ideal para abstraerse en esa visión casi antropológica de la cultura nativa americana.

Cheyennes, pawnees… Lejanas estepas de color amarillento y amarronado donde cuervos carroñeros sondean tribus que recorren el sendero, la cuenca del río Plateado en las actuales Nebraska y Kansas. Auténticas tribus repletas de historias sugerentes que contar, llamativas y con trasfondo. Tramas que narrar, siempre vestidos con su indumentaria gobernada de pieles de animales y plumas con los más diversos tonos de ocultación. Historias de estos hombres curtidos en el dolor, entre los susurros de atardeceres bajo la sombra de las Rocosas, aventuras que Serpieri muestra  de forma bastante realista y que vieran la luz a finales de los años 70.

En Pieles Rojas descubrimos así al indio que con desazón está tratando de conformarse con la llegada a sus tierras de la cultura blanca. El indio místico, el indio en guerra que es cauto y preserva su juego, y por supuesto, aquellos trabajos duros que conllevaba la trashumancia entre bisontes y pieles rojas. Historias que no brillan por la percusión de sus escenarios, Serpieri siempre fue más de acercarnos a los personajes en demasía, a sus interiores, haciéndose principalmente descriptivo con sus moralidades a través de bocadillos de pensamiento y cajas narrativas. ¿Qué les preocupa¿ ¿Qué les incita a seguir hacia delante? ¿Tienen mucho que perder? Todo en una vena muy cercana a lo que hacía Giraud, Manara o Boucq.

En este genial recopilatorio se aprovecha además, la llegada a su fin del siglo XIX, cuando en América del Norte dos grandes civilizaciones se enfrentaban a muerte. Así se cierra un volumen que tiene como objetivo un apasionante viaje al Lejano Oeste, el cuarto de una cuatrilogía de autor podríamos decir, ese mismo que sabía reflejar como pocos, dichos momentos de supervivencia casi diaria. Para saber más. Destinos inevitables y otros lances del destino que muy pocos esperan. La vida misma pero atractiva en lo que se refiere a viejas historias de frontera. Como amante de la originalidad, para mí brillan. Historias cortas de las que hablar poco, es contar demasiado. Joyas muy destacables en este tomo como De cómo se convirtió en bandido Cola de Zorro, El Sortilegio del Espíritu de las Aguas y la inmersiva Takuat. Si aún no lo habéis notado, os adelanto que para mí Serpieri, es uno de los más grandes ilustradores que ha parido el Viejo Continente. Paolo Eleuteri Serpieri (1944), un guionista e ilustrador de cómics italiano, de todos conocido por sus trabajos de representaciones muy detalladas.

Ahora casi que descanso a gusto. O no. Por que uno siempre quiere más. Más de lo bueno. Lakota, La India Blanca y otras historias de mujeres y Las Reglas del Oeste son genialidades que ya se encuentran en mi cómicteca en lugar destacable. Pieles Rojas se les une con los abrazos abiertos. Serpieri enmarcando perfectamente escenas detalladas y documentadas. Su tinta negra profunda como modelo de equilibrio, tanto en términos de decoración cercana como de personajes expresivos y disfrazados. Su cese de los cómics por razones médicas es una gran pérdida para el noveno arte. Mucha fuerza, maestro italiano.

Reseña: La Sombra/Batman, de Steve Orlando, Giovanni Timpano, Alex Ross y VVAA

Personalmente, me encanta cuando Batman hace duetos con personajes tan dispares como La Sombra. Además, Steve Orlando me ha convencido otras muchas veces con sus trabajos y aquí en pocas páginas me sedujo con una descripción del Caballero Oscuro muy inquietante. Pensé que el aspecto noir, el trabajo de detective, y Stag como villano eran puntos importantes. Además, tenía curiosidad por ver cómo (o si) podía superar ese nivel de calidad de su otros trabajos con este tandem. Pero si alguien se lo pregunta, esta recopilación en formato TPB que ECC Ediciones recién publica y que recopila íntegramente la serie limitada de seis números La Sombra/Batman, no es una continuación de aquel Batman/The Shadow editado en su día. Estamos ante una trama completamente diferente y sin vínculos directos en apariencia y… ¿qué volumen no es como mínimo interesante donde deja sus trazos de algún modo el gran Alex Ross?

La Sombra/Batman comienza en Nueva York, con Batman persiguiendo al profesor Pyg… -sí, has leido bien, no es un error, ¡el orejas picudas está en Nueva York! -, y tras Pyg, Batman no está solo. Robin (Damian) está con él. El dúo dinámico trabaja para tratar de detener a Pyg y sus secuaces mientras intentan resarcirse de la multitud que los rodea. Pero puedo deciros que aquí Batman…, ES BATMAN, en todos los sentidos. Aunque la verdadera estrella del comienzo de la trama es Damian. Sé que es joven, y que no estará vivo por mucho tiempo tiempo, pero sin duda tenemos aquí la mejor representación clásica del personaje, un sabelotodo que patea traseros muy a lo Grant Morrison.

Cuando de pronto la historia cambia de pura acción a novela de detectives con algo de género negro como fondo. El dueto hacen un trabajo relativamente fácil con Pyg, y al hacerlo, curiosamente obtienen una información increíblemente valiosa. Bruce y Damian abandonan puñetazos y patadas voladoras para comenzar a investigar el…, Bueno, digamos que empiezan a trabajar por separado. Comienzan entonces ciertos momentos sutiles y bien calculados dentro de la trama que no puedes ni imaginar a donde conducen. Empieza a hablarse de La Sombra e incluso hay bromas sobre cuál será su papel en los sucesos que se están dando. Pero lo que más me gusta es cómo se va planteando la idea del villano en sí. Y a cuál de los dos héroes (Batman o La Sombra) le pertenece. Además, de encontrarnos con la incómoda relación profesor-alumno/alumno-profesor entre La Sombra y el Caballero Oscuro.

Continúa. Dos hombres de carácter fuerte que se dedican a proteger el mundo en el que viven, pero a veces corren el riesgo de enfrentarse. No obstante, ahora deben trabajar juntos para descubrir y derrotar un gran Mal que ha estado presente bajo sus narices durante siglos y del que apenas se habían percatado…, hasta que empiezan a unir hilos. Un crossover realmente disfrutable, con dos personajes muy similares en intención pero diferentes en moralidad. El orejas picudas tiene su propia ética, esa que le impide matar a nadie. Mientras que The Shadow no duda en quitar vidas por el bien común. ¿El objetivo final? La protección del mundo que ambos necesitan regular. Una alianza incómoda que une muy diferentes lazos en conflictos cercanos para un mismo objetivo. Una parte del cómic que los muestra cercanos, una lectura cercana y loable.

Espero más crossovers así. Disfrutables y que dejan con ganas de más. Dos personajes que comparten tantas similitudes que es fácil ver cuándo y cómo chocarán. Y con una historia que da mucho juego.

Reseña: Notre-Dame, de Ken Follet

Soy de esos que se hizo fan de Ken Follet tras su obra magna Los Pilares de la Tierra. A partir de entonces, me empeñé en leer todo lo que había escrito, a la vez que seguía al tanto de cada nuevo titulo que trajera como novedad. Rápidamente me di cuenta que me gustaba bastante más como escritor de novela histórica que como narrador de thrillers. Nada que ver. Siempre me pareció curiosa dicha combinación. Pero bueno, quién no tiene hoy en día luces y sombras. Lo que decía, que decidí leer todo lo que escribiera pues me parecía de esos autores buenos y con poder de enganche. Bien, pues a la espera de un buen titulo de histórica, Plaza & Janés ha decidido publicar el ensayo que escribió el maestro de Gales, tras la horrorosa tragedia del incendio de Notre-Dame, tragedia vivida por todos; la desolación de la prestigiosa catedral que nos dejó estupefactos, sobre todo, a los amantes de la Historia del Arte, en abril del pasado año y que muchos pudimos observar con tristeza en los noticiarios.

En Notre-Dame, el señor Follett describe las emociones que sintió cuando conoció la tragedia que amenazaba con destruir un icono, una de las puntas de lanza para los amantes de los catedrales. Y para emocionar aún más, nos pone en conocimiento con datos históricos, momentos del pasado determinantes, para que dicha obra de arte haya ido ejerciendo fascinación universal a cada uno de sus visitantes.

Es de suponer que Ken Follett sabe algo-bastante sobre catedrales medievales habiendo estructurado su serie de Kingsbridge en torno a la construcción de una de estas maravillas arquitectónicas creadas por el hombre. Es por esa razón que cuando Notre-Dame, la joya en piedra del corazón de París se incendió, los medios acudieron en masa al autor para que comentara sensaciones. Y habló informalmente, relata aquí, tuiteando a amigos y seguidores, que no es difícil para una gigantesca masa de piedra así, incendiarse: «Las vigas consisten en cientos de toneladas de madera, viejas y secas. Cuando eso se quema, el techo se derrumba. Entonces los escombros que caen. destruyen el techo abovedado que también cae y destruye los poderosos pilares de piedra que sostienen todo el asunto…». Al final , aunque gravemente dañados, los pilares de la catedral se sostuvieron, y los noticiarios anunciaron que el presidente francés Emmanuel Macron prometió que el daño sería reparado en cinco años. Follett arroja algunas dudas sobre ese calendario optimista y señala que siempre es imprudente subestimar a los franceses…

En este genial ensayo, el autor conecta de algún modo los terribles acontecimientos de 2019 con la construcción de Notre-Dame que duró un siglo, iniciándose en 1163. Donde alega que fue una construcción que benefició a grandes segmentos de la socio-económicos de entonces, produciendo además enormes avances tecnológicos. Y es curioso ver como generaciones de constructores morirían antes de ver la catedral terminada en 1345.

Ken Follett rinde homenaje a este patrimonio galo revelando la influencia que ha tenido en las catedrales de todo el mundo y en la escritura de su más famosa novela Los Pilares de la Tierra. Un ensayo sobre como todos nos hemos sentido víctimas de ese horrible incendio que aún está por desvelar si existen culpables o no. Los fans de Follett y las catedrales disfrutarán bastante con esta lectura, y querrán más.

Reseña: Conan El Bárbaro. Ómnibus Vol. 2, de Roy Thomas, John Buscema, gil Kane y VVAA

Menudos pelotazos de tomos estos geniales Ómnibus que está publicando/rescatando Panini Cómics de la gloriosa época Marvel. Espero que ningún fan del personaje, de la fantasía épica, o mejor dicho, el seguidor del mejor cómic que se precie lo esté dejando pasar. Sinceramente, ¡y gracias a Crom!, siguen llegando poco a poco a librerías estos volúmenes. Necesario que sea con cuentagotas, en mi opinión, para que no haya alto desgaste económico ni lector. Joyas en formato compendio de la que emerge una obra inmortal. Un lugar donde revivir las primeras hazañas de Conan en reinos fantásticos de una época pretérita. Descubrir, o volver a leer nuevamente (os confieso que nunca pude tener más de unas cuantas grapas gordas de esta colección en mi juventud); vivir junto al cimerio sus grandes momentos como ladrón, asesino, mercenario y en especial, en este segundo volumen, como su más alta pretensión. Como Rey. Una leyenda renacida y recogida en un muy distinguido tomo que todo el mundo está alabando doquiera que mires. Y es normal. Por su enorme y genial relación calidad/precio es más que recomendado. Además de contener la que es para muchos -y para mí, por supuesto-, la mejor saga de Espada y Brujería creada para el noveno arte.

Fue hacia finales de 2018, principios de 2019, cuando se dio una enorme primicia: Los derechos de Conan regresaban a Marvel después de una larga temporada en Dark Horse. Noticia que causó un gran revuelo por que muchos sabíamos que eso significaba que vendrían grandes y nuevas propuestas. Un Conan de nuevo en el candelero y posiblemente una recuperación de sus mejores etapas. Y esos famosos rescates que tanto nos molaron a los amantes del cómic setentero y ochentero y que soñamos una y otra vez volver a tener…, están llegando.

Lo mejor de nuestra juventud en gloriosas ediciones, dignas de los buenos nuevos tiempos de integrales que vivimos. Pues el primer fruto de esta revivida relación viene en formato Ómnibus, en este genial tomo que os reseño hoy, lo que es el segundo volumen del Conan El Bárbaro, de Roy Thomas, Gol Kane, John Buscema, Barry Windsor-Smith y varios maestros más. Junto a otras maravillas como son también los de Conan: La Etapa Marvel Original.

Entre adaptaciones de los grandes relatos originales del creador Robert E. Howard e ideas originales de Roy Thomas, se vuelve a mover un nuevo tocho de grandes aventuras épicas. Adaptaciones y grandes arcos argumentales para cerrar después de los correspondientes números de la serie regular, desde el #27 al #50, la colección de La Espada Salvaje de Conan.  Casi veinticinco números más de aventuras entre monstruos que brotan del subsuelo un día cualquiera en una tranquila aldea, como ritos macabros iniciáticos y maldiciones difíciles de erradicar. Más intrigas y traiciones por conseguir en reinos usurpados. Y ejércitos de familiares en discordancia que en principio deben unirse ante un enemigo común y poderoso, liderado, nada más y nada menos, que por un majestuoso Conan. La Espada Salvaje de Conan al completo más miniseries o arcos cerrados como mis favoritas La Hora del Dragón, El Hombre Nacido de un Demonio o la idílica Conan, El Conquistador. Con unos ilustradores de ensueño demostrando sus más altas cotas de preciosismo, evolución y originalidad.

Una serie completamente remasterizada, con algunas ilustraciones restauradas para que coincidan con la majestuosidad de las ediciones originales. Además de contener cada episodio, portada, artículos, cada sección editorial de entonces con las curiosas, graciosas e ineptas preguntas de los lectores americanos de la época. Una edición fiel al original hasta el más mínimo detalle con multitud de reveladores extras difíciles de encontrar y detalles en lo que se convierte en un volumen, o mejor dicho, un sueño hecho realidad.

Lo llevo diciendo hace bastante, y con el paso del tiempo, vamos viendo como se publica uno y otro integral a cual más apetecible. Más que nada por que son títulos que engloban grandes épocas y personajes con los que hemos crecido y disfrutado hasta la saciedad. Y casi cuatro décadas después llegan ediciones que nos tocan el alma, arañan nuestra nostalgia y volvemos a poner el ojo bueno en nuestros personajes idolatrados. Recuperar sensaciones. Esas algunas que consiguen retrotraernos de nuevo a aquella época lectora maravillosa que muchos añoramos. Sensaciones. Series e historias completas, en definitiva, que jamás pensamos que volveríamos a tener y que gracias a ediciones como ésta, provocan que miremos nuestros cómictecas orgullosos, gordos, anchos de gusto, casi tanto como ese enano tremendón creado por Tolkien para la Compañía de Escudo de Roble.

¿Me vais a decir de verdad que no queréis disfrutar de lo mejor que se puede leer de Espada y Brujería en cómic?

Reseña: Batman. Yo, Joker, de Bob Hall

Tras ver un peliculón como es Joker, interpretado por Joaquin Phoenix, un actor que para mí se merece todos los premios que le puedan dar, uno tenía más ganas del personaje. Y uno sabe muy bien que gracias a ECC Ediciones, sólo tenemos que echar un ojo a su extenso catálogo, para ver que seguramente haya más de una obra centrada en el villano que probablemente has pasado por alto. Y así es, en mi caso. Entre sus últimas novedades encontré una que además de no haberla tenido en cuenta en su momento (uno no puede gobernar tan ancho mar), tenía un pintón de muerte. Y entonces, los nervios a flor de piel, llegar a casa, el sillón de lectura favorito y casualidad o no, la family le deja a uno sólo con sus pensamientos y al tajo. Por que Yo, Joker tenía todo-todito-todo para gustarme y ser leída de leída de una sentada. Para colmo, estaba de por medio Bob Hall, un señor maestro polifacético, y eso friends, eran palabras mayores…

Robert «Bob» Hall (1944) es un ilustrador y guionista de cómics estadounidense, que además es dramaturgo y director de teatro. Un maestro en las escenas, diría. Pero esperad, esperad, que hay más. Es que Bob es el cocreador de Los Vengadores Costa Oeste de Marvel Comics, o como se llamaron aquí, Los Nuevos Vengadores. Pero el señor Hall, como amante del cómic de superhéroes, tiene a sus espaldas más títulos como Weird War Tales, Squadron Supreme y de sus últimas me suenan Armed and Dangerous y Shadowman, que dibujó y escribió para Valiant Comics. Pero resulta que tiene en su haber una genialidad como es Yo, Joker, que se ubica fuera de la continuidad, en ese apartado lugar de DC Cómics donde las historias son como una invitación abierta a las fantasías más salvajes y extrañas del mundo de la viñeta. Conceptos algunos rarunos pero en su mayoría, extraños, autocomplacientes e inverosímiles con detalles sorprendentes que os puedo asegurar que en más de un caso gustan más que lo que se contó en la regularidad. Hablo de los Elseworlds (Otros Mundos).

Bien, pues hará unos veinte años (suena a mucho, pero para los de mi edad sabemos que no hace nada), el maestro Bob Hall apareció en los cómics de Batman en un visto y no visto, y fue para escribir e ilustrar historias muy chulas. Una de ellas fue Yo, Joker y otra Es la Hora del Joker (It’s Joker Time), ambas recogidas en este TPB que hoy os reseño. Donde brilla, sobre todo, la primera, pues uno tiene la sensación de haber descubierto el significado de la vida tras leerla… ¡A lo que vamos! Un guión que nos lleva a una Gotham muy distinta de la que conocemos, con lugares habituales y no habituales a la vez, pero con un ritual o celebración anual que lo cambia todo. Y es que cada 21 de diciembre, sus habitantes celebran una especie de concurso muy especial que consiste en intentar destronar al Caballero Oscuro de su puesto. ¿El objetivo? Sustituirlo. Una historia apocalíptica súper interesante en formato cómic muy a Los Juegos del Hambre o para la gente de mi edad, muy a lo Perseguido (The Running Man, con Arnold Schwarzenegger), historia del maestro Stephen King, por cierto.

Y aquí tenemos al Joker y Batman en el candelero. El Guasón (como dicen mis hermanos sudamericanos) escapa del Asilo Arkham para enfrentarse a un duro… ¿programa de televisión? Un futuro distópico en el que la verdadera historia de Bruce Wayne, su misión como Batman y su galería de villanos se ha convertido en una especie de culto de ofrendas al Mal. Un ritual televisado y venerado por los ciudadanos de Gotham que se mecen en un frenesí desorbitado instando a su Caballero Oscuro, un monstruoso ser conocido como The Bruce, que sólo piensa en aplastar y destruir. ¿La única regla? No tomar solamente una vida. Uff…, y para mal del demonio, los villanos a destrozar son ciudadanos inocentes, secuestrados, con lavados de cerebro y alterados quirúrgicamente antes de ser empujado a las calles para ser cazados y asesinados. Suena fuerte, ¿no? Eso no quita que mole.

Yo, Joker, una historia contada desde el punto de vista del Joker, uno de los desafortunados en ser seleccionado para actuar en tan siniertro programa de televisión, una manifestación del caos, hecha cómic.

Reseña: 100% Marvel HC. Marvel Team-Up, de Chris Claremont y John Byrne

Puedo asegurar que una de las muchas solicitudes que se le han hecho a Panini Cómics en los últimos años, ha sido la recuperación de los famosos Team-Up con los que tanto disfrutábamos de pequeños. ¿Cómo diablos no iba a ser atractivo para un fan de los superhéroes encontrarse una miniserie en la que su héroe favorito vivía una aventura -con enjundia- con otro potente superhéroe que bien pudiera ser el favorito de tu mejor amigo, de tu padre, hermano o hermana, o incluso del niño que no soportabas? O cómo normalmente me pasaba, un aventura de mi personaje favorito junto a otro que también lo era. Aunque yo siempre fui más de villanos Marvel…

Encontrarlos juntos, en definitiva, sufriendo, luchando contra un portentoso villano o incluso (esto era lo más común), enfrentándose entre ellos mismos. Ambos héroes pero con diferentes modos de ver la justicia, en dicho relato. O incluso a veces, a partir de estas miniseries, se creaban discrepancias que bien pudiera marcar la relación de ambos para toda la vida.

Los Marvel Team-Up representaban una formidable imagen de la Marvel de la época, con los personajes clásicos de la factoría entremezclándose con las revolucionarias creaciones de entonces. A groso modo, esto es un Marvel Team-Up en toda su esencia. Bueno friends, supongo que os habéis enterado que desde hace ya unos meses, y al fin en formato Omnigold, Panini Cómics está poniendo en el candelero esta legendaria colección de los años setenta en que Spider-Man compartía cartel con otros. Sí, el glorioso trepamuros en su mejor época y con autores, ya hoy grandes maestros del noveno arte como Chris Claremont, John Byrne.

Y es que este Spiderman: Marvel Team-Up podría ser de todos los de la época, la serie más molona. Una colección que -pese a que en la portada de este que os reseño hoy aparezca junto Thor-, en casi cada número la aventura le llevaba a toparse, ora con un superhéroe, ora con un villano diferente. En el fondo, lo que ya hemos contado. Te aseguras y sabes que vas a ir pillártelo sí o sí por que esto es caña de la buena. Lo que no te quita a nadie es, personajes grandiosos en combates e incertidumbres a tutiplén. O a cascoporro. Y para muestra un tomo.

Spiderman: Marvel Team-Up, de Chris Claremont y mi amado John Byrne, comienza en el Marvel Team-Up #59, de 1977 (precioso año) y la colección nos lleva hasta el #70, incluyendo además el #75 y #79 de la legendaria serie. Un compendio con muy variadas aventuras donde Spidey formará equipo, o trío, con más “insectos” como Chaqueta Amarilla o La Avispa contra el villano termodinámico Equinox dando por saco. O echándole una mano a la Antorcha Humana después de que el Súper-Skrull casi destroce al pretencioso chico ígneo. Con un puñado de los mejores héroes de Nueva York (Los 4 Fantásticos o Tigra) intentando detener al alienígena. Pero más. Bastante más. Carol Danvers como Miss Marvel y Spider-Man descubriendo la fuente de poder del Súper-Skrull, en una de esas tramas de espacio exterior que tanto me gustan. O Serpiente de Acero dejando una tarjeta de presentación a Iron Fist…, con Peter Parker tras el mensaje. O Puño de Hierro fuera de combate y dependiendo del trepamuros y de las Hijas del Dragón el eliminar a dicho sujeto en una aventura de artes marciales puras como jamás vi participar al arácnido.

Y Spidey encontrándose con el Capitán Britania por primera vez y dándose de ostias, en la primera vez que el personaje aparecía en un cómic norteamericano, por cierto). Y Kraven El Cazador atrapando a Tigra y utilizándola como cebo para una escaramuza. ¡O incluso una batalla contra el mismísimo Hombre-Cosa! En definitiva, maravilla tras maravilla. Divertimento puro. Cómics de los buenos, bien recopiladitos en tomos que uno puede llevar de aquí para allá para disfrute continuo.

Reseña: Flex Mentallo. El Justiciero Musculoso, de Grant Morrison y Frank Quitely

Hay momentos de incertidumbre en los que uno busca algo diferente que leer, y curiosamente descubre cositas como Flex Mentallo; obra que en principio tenía catalogada para futurible pero que resultó ser imposible encontrar disponible en su día. Una miniserie de cuatro números escrita por Grant Morrison y dibujada por Frank Quitely que sólo por estos maestros a un lector de cómics ya le debe interesar. Y en cuánto uno indaga, más se engancha. Y en cuánto uno descubre qué es realmente Flex Mentallo, más se pregunta cómo demonios ha podido pasar por alto algo tan chulo como puede ser un spin-off de los buenos de La Patrulla Condenada. De los que hay que leer sí o sí. Una epopeya que finalmente vuelve a estar disponible después de los problemas legales que por lo visto tuvo la obra y que la mantuvo fuera de impresión durante años. Pero entonces, ¿quién o qué es realmente Flex Mentallo? Pues diría que es solo uno de los muchos personajes secundarios que con un poco de salsa se les saca mucho partido.

Flex Mentallo: El Justiciero Musculoso es una historia donde el poder de la imaginación se considera la fuerza más suprema de todas y con ello se consuma todo un arco argumental de cuatro numeritos que ECC Ediciones ahora recopila en un solo tomo. Estoy de acuerdo. Además, ¿sabéis qué? No voy a explicaros quién o qué es exactamente Flex Mentallo, pues no estoy completamente seguro de poder hacerlo. No es lo que crees, de eso estoy seguro, pues vas a encontrar mucho más en una historia algo surrealista, en un innegable buen trabajo de Grant Morrison. Un lugar donde explorar un poco más sus pensamientos después de su maravillosa Animal Man.

Y aproximadamente una década después, hizo algo soberbio en Flex Mentallo. Los temas sobre qué eran los cómics, cuáles son y serán, están presentes en casi todo su trabajo. Flex Mentallo se erige como el eslabón perdido entre la forma original y cruda de Grant Morrison y la versión madura y segura que tenemos hoy en mente de un personaje o mejor dicho, de un héroe protagonista. Los cuatro números recopilados en esta aventura llamada El Justiciero Musculoso nos llevan a través de la historia de los cómics a grandes rasgos. El primer número se centra en la Edad de Oro, el segundo en la Edad de Plata, el tercero en ese “tiempo oscuro” posterior a 1986, y en el cuarto vais a ver lo que lo realmente piensa el autor de los cómics modernos. Y sonreiréis. Pues es algo binario. O los amas o no quieres saber nada de ellos.

Todo se basa en la idea de dos tipos más que diferentes. Flex Mentallo busca a su amigo llamado El Hecho, y ambos, conscientes de que son personajes de ficción de una serie de cómics inventados por un niño, intentan descubrir cuál es su verdadero sino. Flex Mentallo es muy similar a Charles Atas, un conocido culturista italiano de principios del siglo XX que desde muy temprana edad se mudó a Brooklyn, Nueva York y se hizo muy conocido. Su amigo, El Hecho, recuerda mucho al Rorschach de Watchmen, o quizás a The Question. Es decir, en personalidad, justo el otro extremo. Durante dicha búsqueda entrarán en juego todo tipo de factores y van encontrándose a sí mismos en diferentes marcos de la historia del cómic. Una exploración sobre qué eran y qué llegarán a ser.

Grant Morrison es solo la mitad de la ecuación aquí, y si hay alguien con quien el escritor debería trabajar con mayor frecuencia, ese es Frank Quitely. Tener a ambos en una misma obra, es absolutamente un gusto adquirido. Quitely con cada página mejora y mejora. Se debe en parte a que su estilo es una combinación de todo y nada. Es decir, puede representar algo ajeno al mundo del cómic en formato viñeta y de pronto, aparece como una versión ligeramente sesgada de los artistas de la Edad de Oro y Plata. Y Grant Morrison no es Alan Moore. Y definitivamente no es Frank Miller. Pero es ese tercer maestro en discordia de los contemporáneos de los que uno debe leer todo-todito-todo.

Dicen que leer Flex Mentallo: El Justiciero Musculoso es lo más parecido a alterar tu comprensión del espacio-tiempo. Lo que está claro es que te cambiará el modo de ver el noveno arte.

Reseña: Green Lantern. Sin Miedo, de Geoff Johns, Carlos Pacheco, Van Sciver y Bianchi

Tras el buen regusto que me dejó Green Lantern – El Planeta de los Simios, tenía más ganas de Lanterns. Y recordé que tenía pendiente retomar estos tomitos que ECC Ediciones está recopilando donde se recoge la serie regular que se iniciaba con los seis episodios de la epopeya que marcó el inicio de esa era llamada Renacimiento; con guiones de Geoff Johns (JSA) y dibujo de Ethan Van Sciver (Batman/Catwoman: Rastro de pólvora). Y que ahora continúa con un arco diferente llamado Green Lantern: Sin Miedo. Como bien se comenta, una nueva colección, una nueva forma de tenerlos bien recopilados, una idea que nace con el propósito de abarcar la legendaria etapa que trajo de vuelta a Hal Jordan. Por si no ha quedado claro, sí, en este segundo volumen es donde comienza la serie recopilando los seis primeros números de la serie. Una nueva era para Hal Jordan como Green Lantern en su primera serie regular americana del siglo XXI. Así que abrochaos los cinturones y agarraos para disfrutar como este que os habla, de uno de los mejores íconos DC, no sólo como superhéroe, sino como es para mí, uno de los mejores personajes con el que poder disfrutar de aventuras intergalácticas en formato cómic.

Sobre todo, esto último. Pues siempre pensé que Green Lantern y sus historias están un poco fuera de tanto maremágnum superheróico… Así que un poco de verde. Eso recomienda el médico, cada no mucho. Y tiene más razón que un santo. El no dejarlo, un poquito de Green Lantern, del mejor de ellos, del que sacó adelante un autorazo como Geoff Johns, un personaje que se nota que ama y que se preocupó por que no quedara en el olvido desde que llegara a DC Cómics. Aquí, Hal Jordan regresa a la vanguardia comenzando en las pistas de aterrizaje de la Base Edwards de la Fuerza Aérea hasta poder llegar al rincón más oscuro del Sector Espacial 2814. Con un arco argumental en tres partes llamado Sin Miedo.

¿Y ese nombre? Fácil. Las fuerzas de la oscuridad ya han comenzado a crecer, buscando reclamar el poder de la Linterna Verde para sí mismos. Con una premisa básica, Johns nos lleva poco a poco a una batalla que se va fraguando lentamente como se bate el chocolate en un día de invierno. Mientras lucha por enderezar su vida en la Tierra, Hal Jordan hace un descubrimiento horrible en los confines del espacio: tiene la clave del futuro del Green Lantern Corps. Encontró un nuevo Manhunter en la ciudad que afirma que el sector 2814 está bajo su jurisdicción y Jordan termina por descubrir que la verdadera naturaleza de la misión del androide es otra. La falsedad con sus mejores recursos. Entonces, ¿de verdad, le corresponde a Hal Jordan cerrar ese tema o hay algo más oculto? Pues se sabe que Mano Negra ha vuelto a la acción. Busca venganza. Y hay más. Cuestiones que se suceden una tras otra, como por ejemplo, ¿qué tiene que ver una extraña autopsia alienígena con Héctor Hammond? ¿Y qué papel juega en esa conspiración oscura nuestro Green Lantern?

Green Lantern: Sin Miedo es por encima de todo una historia repleta de acción que enfrenta a Hal Jordan contra el mortal Tiburón, a medida que los secuestros alienígenas en la Costa Oeste aumentan. Una trama que de forma chula nos lleva a los primeros eventos de Renacimiento con el personaje. Con una premisa de secuestros de seres inocentes que no esperaba. Todo conectándose poco a poco con la inminente Guerra Rann / Thanagar.

Siempre me encantó de Green Lantern (del moderno, no aquel de sus principios que eran casi de chiste las cosas que hacía con su anillo); sus innumerables aventuras intergalácticas. Para los niños de los 80s, Green Lantern era más que un superhéroe, pues cada vez que surgía una misión donde debía recorrer medio universo para realizarla, miles de opciones se abrían. Además, la idea de otros Lanterns por ahí sueltos, cada uno de una raza diferente, cuya misión es custodiar una cantidad de pársecs importante…, siempre me ha parecido maravillosa. Por eso no me canso de repetir que leer algo suyo de vez en cuando, tenerlo presente, me parece una de las lecturas más entretenidas que uno puede encontrar como amante de la Ciencia Ficción.

Reseña: Huyamos por la Izquierda. Las Crónicas de León Melquíades, de Mark Russell y Mike Feehan

Así nos va a los que perseveramos; lectores constantes, tenaces, firmes, persistentes, gente que no para de leer una obra tras otra por que es fácil y gustoso. Las mejores aventuras, las mejores historias donde dejar deambular la mente de uno, siempre se encuentran en la cultura freak, geek, o como queráis llamarlo. Un universo interminable donde disfrutar, lejos de la cada vez más insolente actualidad. Ideas originales a un paso. ¿Y por qué tan serio?, como decía aquel de boca rajada. ¿Por qué tan filosófico a comienzos de 2020? Fácil. Lo que uno encuentra casi por casualidad, me ha hecho reflexionar. Y es que si me hubiérais dicho hace algún tiempo que me enamoraría de un cómic sobre León Melquíades… -¿Quién? Uff, seguro que a muchos de vosotros (como a mí) ni os suena el nombre. Pero os pongo en situación. León Melquíades (Snagglepuss, en inglés) fue un personaje de dibujos animados creado por la factoría de animación Hanna-Barbera. Un león o gato montés antropomórfico y parlante con acento sureño de color rosa cuyas aventuras fueron emitidas en USA allá por los 60s y en nuestro país hacia finales de los 70s, principios de los 80s. De esas series muy relacionables entre ellas junto a El Oso Yogui, Leoncio León y Tristón, Los Picapiedra, Los Autos Locos…-, bien, pues como os decía, ¿quién demonios me iba a decir a mí que con algo más de cuatro décadas encima, me iba a encantar un cómic sobre León Melquíades? Friends, en serio, un pedazo de enamoramiento de este nuevo replanteamiento que Mark Russell le hace al personaje.

Un lavado de cara, una nueva visión comiquera volviéndola actual, a una serie de Hanna-Barbera tal como hiciera con la exitosa Los Picapiedra, la joya de la corona de todas estas readaptaciones. Otra edición chula como es Huyamos por la Izquierda: Las Crónicas de Melquíades que ahora ECC Ediciones recoge en un tomito con la miniserie al completo. No obstante, no esperéis nada infantil. De hecho, diría que estamos ante un cómic bastante adulto ya que se centra en aquellos años de sustos en USA, como fue la década de los 50s del pasado siglo. Puro género negro. Y  sí, me refiero a esa famosa lista negra de gente perseguida de Hollywood de la que tanto se habló entonces.

Encontramos entonces a un León Melquíades como una especie de Tennessee Williams (no tan descabellado), que lleva una vida gay secreta oculta al público. Pero la caza de comunistas es solo un aspecto parcial. Aquí se mezcla el desdén por los estadounidenses homosexuales, su trato como degenerados y la yuxtaposición de personas que llevan vidas ocultas debido a su orientación sexual con seres que se ven obligados a hacer lo mismo debido a sus convicciones políticas. La vergüenza es el arma utilizada contra todas las formas disidentes. La vergüenza de ser quien realmente eres, se alinea con el miedo a ser perseguido. Ese es el trasfondo. Estados Unidos, como se muestra en Las Crónicas de Melquíades, es ese país que tuvo como enemigos a racistas y xenófobos de otros países cuando sus mismos defectos saltaban en su propia parrilla. No es una nación de individuos como se pretende, sino un asentamiento de entidades indistinguibles que solo tolerarán su singularidad hasta cierto punto. El típico ejemplo de haz lo que digo, no lo que hago…

Y aquí se ve. En definitiva, un genial tomito con un tema muy serio a tratar. Llevado con personajes infantiles reconvertidos (muy a lo Blacksad, por cierto), con muchos aspectos de la historia negra de Hollywood que brindan su contexto más allá de la sátira. Con líneas y dibujos de angustia y horror bastante conseguidos. Con otros personajes conocidos y relacionados que hacen aparición como el Sabueso Huckleberry, que es un poco Truman Capote (esto puede sonar un poco desgarrador); o el genial Tiro Loco McGraw, al igual que Pulpo Manotas y algunos secundarios típicos de las series Hanna-Barbera, que con un poco de esfuerzo de memoria reconoceréis.

Mark Russell compara el mundo a un escenario y sugiere que todos somos actores. Bueno, en realidad, Shakespeare sugirió eso. Pero Russell lo convierte en cómic. En una miniserie que es propensa a debate. Una aguda sátira política muy conseguida.

Reseña: MLE. Los Defensores. Origen, de Roy Thomas, Steve Englehart, Sal Buscema, Len Wein y VVAA

Recuerdo perfectamente que Los Defensores fue el primer cómic de superhéroes que tuve, leí y releí como si no hubiese un mañana. Y amé, durante mucho tiempo. Esto parece que no ha cambiado; cuando un niño se encariña con algo, lo lleva a todos lados, lo utiliza, lo lee, se imagina en él y por si fuera poco, incluso se lo lleva puesto a la hora de dormir. Como oro en paño, guardaba mi ejemplar de Los Defensores. Recuerdo llevar bajo el brazo aquella grapa de Ediciones Zinco a doquiera que mi madre me llevase. Aunque curiosamente no recuerdo cuándo ni dónde me lo compraron o si lo heredé de algún mayor cercano de entonces. Hablo de comienzos de los 80. La memoria no da para tanto. Aunque sí sabréis que el ser humano empieza a marcar muescas en su culata-cerebral muy pronto…

Por esto y mucho más, podría decir que Los Defensores puede ser perfectamente el primer grupo de superhéroes que disfruté, y mi favorito pese al paso de los años. Una serie que oficialmente tiene sus inicios en 1972 pero que, como  ocurriría con muchas otras series después, ya en las cabeceras principales se daba a entender la posible afiliación por parte de cada uno de sus miembros. Unos inicios que contó con los más grandes del momento, una enorme variedad de superhéroes como Doctor Extraño, Namor, Hulk, Nighthawk, Gata Infernal, Valkiria y mi siempre amado Silver Surfer, entre muchos otros. Por lo que os obvio que si me entero que Panini Cómics y SD entre sus geniales Marvel Limited Edition -geniales tomos de grandes títulos que parecían irrecuperables-, nos trae un maravilloso volumen con los inicios de Los Defensores, la pregunta es: ¿Quién iba a estar ahí el primero para pillarlo?

El 12 de diciembre del pasado 2019 apareció en librerías el tomo Marvel Limited Edition, Los Defensores: Origen. Casi el día de mi cumpleaños. ¿Serendipia? ¿Creen en eso? Los Defensores: Origen es un volumen con todo lo necesario para conocer a este no-equipo de principio a fin. Las precuelas a la unión (Doctor Strange #183, The Sub-Mariner #22, #34-#35, The Incredible Hulk #126, Marvel Feature #1-#3), seguido de la serie original de Los Defensores, los verdaderos inicios contados en The Defenders #1-#11 e incluso su participación en una batalla inaudita, una guerra, un enfrentamiento de los que molan, contra los mismísimos Vengadores en The Avengers #115-#118.

Recuerdo las presentaciones por que me encantaban, y quizás me sentía algo identificado: «¡Sigue las aventuras de Los Defensores, el mejor no-equipo dentro de los cómics! ¡Misiones y aventuras, un grupo de inadaptados, los más poderosos de Marvel, todos a una!». O algo parecido. Pero sinceramente, cómo demonios no me iban a gustar si en su haber ya contaban con cuatro de mis superhéroes favoritos. ¿Quizás fue a raíz de esto o ya me molaban de antes? Tampoco recuerdo. Lo que sí sé es que el Increíble Hulk, el Submariner (Namor), Estela Plateada y Doctor Extraño eran los ingredientes principales. Así que imaginaos si de la noche a la mañana os encontrárais con un súper grupo con un buen porcentaje de personajes que nos han molado siempre. Los astro alineados.

Y como no hablar de mi enamoramiento por esa rubia de enorme espada como es la desafiante Valkiria, una superheroína imagen y semejanza de la figura mitológica nórdica de Brunnhilda que se convierte en pilar básico del grupo, aliada íntima, un apoyo súper necesario para uno de los mayores momentos de crisis cuando Los Defensores se enfrentan a Dormammu, El Sin Nombre. O a La Encantadora. O a esa oscura amenaza del pasado del Doctor Extraño como es el hechicero Cyrus Black. Importante también el enamoramiento de Valkiria por Thor, en especial, cuando se sucede la épica guerra de Los Defensores contra Los Vengadores. Una potente batalla como pocas veces se ha visto en el mundo de los cómics.

Una de las colecciones más recordadas de La Casa de las Ideas. Con grandes autores del momento, maestros consagrados a día de hoy como Roy Thomas (que abre el volumen con una curiosa Introducción), un Steve Englehart, Sal Buscema y Len Wein a tope, y muchos otros. Indispensable, es poco decir.