Reseña: Érase una Vez en Francia (Integral), de Fabien Nury y Sylvain Vallée

Para que veáis que no siempre aconsejo lo mismo, los álbumes de Érase una vez en Francia no pasa nada si los leéis o coleccionáis de forma independiente. Quiero decir, este nuevo integralazo que saca Norma Editorial es una maravilla tenerlo así pero tampoco pasa nada si… jajaj; nada, a quién queremos engañar. Somos víctimas de la Era de los Integrales y nadie puede remediarlo. Somos lectores de cómics de toda una vida y ahora muchos, señores mayores que lo queremos todo en buena calidad, preciocidades que queden bien en la estantería, historias maravillosas en formato viñeta que si salen a buen precio pues, manjar de los manjares. Y esto precisamente ocurre con el integralazo que se acaba de marcar Norma Editorial de una historia que fue todo un descubrimiento no solo para mí, sino para miles de lectores a nivel europeo. Érase una vez en Francia es otra de esas buenísimas historias con el marco de la Segunda Guerra Mundial como fondo. Y hay algunos dirán: ¡Ostras, guay!, y otros: ¿Otra más? En los dos bandos estuve yo. Pero si carburas un poco ves que el tema es fácil: la Segunda Guerra Mundial da para mucho. No cientos, miles de historias curiosas, evocadoras, macabras y bellas se dieron en el periodo de tiempo que cubre la pre-guerra, el conflicto bélico e incluso la pos-guerra. Esa tremenda desazón que cubrió todo un planeta en el pasado siglo XX. Y que lo paralizó a nivel de crecimiento y esplendor.

Parece algo inevitable.

En Érase una vez en Francia, muy pronto se nos presenta un personaje cumbre, cuya maldición fue difícil quitarse de encima pero cuyo don para los negocios hizo que le fuera fácil salir del anonimato. Huérfano, inmigrante, chatarrero, millonario, colaboracionista, miembro de la Resistencia, criminal para unos y héroe para otros; Joseph Joanovici fue todo eso y más. Vamos a descubrir aquí la historia de un hombre ambiguo, sin miedo, un judío que casi la guerra le vino de perlas para su modo de ver la vida en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial. ¿Alto y claro? Joanovici hizo fortuna a costa de los nazis. ¿Pero a qué precio? Érase una vez en Francia cuenta la historia de Josef Joanovici, un judío analfabeto emigrado a Francia tras las purgas zaristas y donde se abre camino gracias al tío de su mujer el cual le da trabajo para sacarlos a ella y a su bebé adelante. Empieza con el negocio de la chatarrería y se da cuenta rápidamente que los metales van aumentando de precio a medida que el conflicto armado avanzaba. Un material que se fue poniendo cada vez más difícil de conseguir para los gobiernos por la inminente guerra. A raíz de esto, Joanovici consiguió crear un poderoso imperio mafioso capaz de codearse por un lado con una Francia alicaída y por otro con los nazis cuya ocupación estaba al caer. Estaba en el lugar exacto en el momento justo. Sin embargo, Josef Joanovici ocultaba una faceta mejor y apoyaba a la Resistencia al mismo tiempo que salvaba a cientos de sus compatriotas judíos cuando podía. La historia sigue tras la guerra y Joanovici es cada vez más influyente, poderoso y escurridizo. De ahí a que empiece a ser investigado implacablemente por el juez de Melún cuya obsesión era acabar con el que consideraba un traidor que ayudó a los nazis cuando Francia como país le acogió sin remilgos.

Pues todo esto y más en un integral de época. Nada más y nada menos que seis volúmenes que te mantendrán más que enganchado a la historia de Joseph Joanovici. Una serie que se ha convertido en una de mis favoritas (tanto de libros, pelis y cómics), mayormente por el trasfondo, el dibujo hermoso y ciertas ilustraciones muy fílmicas. Un trabajo genial de Vallée, un dibujo elegante capaz de caracterizar a los personajes y tratarlos como gente real, que rebosa frescura y dinamismo.

Fabien Nury (WEST, Yo soy legión) y Sylvain Vallée fueron capaces de transcribir perfectamente la procrastinación específica de este período. Joseph Joanovici no fue ni completamente blanco, ni completamente negro. Era gris, como tantas personas que se ven de pronto al filo del abismo. Los autores se inspiran en un personaje real para crear una trama trepidante, al más puro género negro. Nos proponen una serie apasionante, creando uno de los cómics más vendidos del continente europeo. Una trama que tiene claras referencias al cine ochentero, a Martin Scorsese, y obviamente el titulo es un homenaje al film Érase una vez en América, de Sergio Leone. Aunque los argumentos no tienen nada que ver.

La historia está dividida en álbumes o arcos argumentales. Por eso os decía al principio que también se disfruta en formato no íntegro. En definitiva, una historia maravillosa por la que los que productores de Hollywood deben de estar ya frotándose las manos.

Si algunos pasáis de largo pensando que este es otro cómic bélico más, estáis muy equivocados. Érase una vez en Francia ha sido un cómic multipremiado, súper recomendado, Premio a la Mejor Serie en el consagrado Festival de Angoulême. Se dice pronto.

Reseña: Hasta Nóvgorod. Crónicas de un Divisionario, de Víctor Barba

Lo que me gusta de Norma Editorial es la apuesta que hace como editorial por autores patrios como me atrevería a decir que no hace ninguna otra editorial en este país. Ni siquiera de libros. Muchos autores de este país merecen reconocimiento y trato por igual con lo foráneo. Se lleva demostrando hace años que tenemos en la Tierra de Conejos un potencial enorme en cuanto a autores que gozan de enorme calidad tanto literaria como en el mundo de lo audiovisual. Desde aquí mi humilde alabanza a todos ellos, de los que me considero parte. Un porcentaje de guionistas, ilustradores y escritores que poseen el famoso don que te hace diferente a los demás. El don de la creatividad que posee Víctor Barba, el mismo que aporta reconocimiento en cuanto salen de aquí.

Víctor Barba es ejemplo de autor prolífico, con una extensa trayectoria como historietista detrás. Su última obra es la genial novela gráfica Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario. Historia que nos traslada a una época no muy lejana, de sufrimiento cercano, como fue el periodo entre guerras en el que se movió la Guerra Civil española. En Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario nos muestra la vida de una persona nacida para ese sufrimiento al que parecen predestinados ciertas almas de este mundo. Un cómic ideal, una lectura de ambiente magnífica, que va muy acorde al momento que estamos viviendo con la tremenda ola de frío que tenemos encima. Y que lleva a perderse en esta interesante novela gráfica que trata la anécdota real de Teodoro Recuero Pérez, un divisionario extremeño que tomó parte en la Operación Barbarroja durante la Segunda Guerra Mundial. Un paisano que deja parte de sus vivencias aquí, la experiencia de estar luchando en el bando nazi contra el comunismo de Stalin.

Llevando adelante dibujo y guión con la maestría que caracteriza a un profesional del noveno arte como es Víctor Barba, estamos ante un cómic poderosamente atractivo que engancha desde su inicio. Bien mostrada la triste España en la que creció el joven Teodoro en un “paraíso» rural, donde comienza a emerger con fuerza las nuevas corrientes de pensamiento político. La luz y ansias de cambio entre la gente adulta y sufridora del momento, pero mecha encendida que da pie a enfrentamientos y duros desencuentros que terminará por explotar en la denominada Guerra Civil. Propios vecinos de un pueblo, que hasta no mucho antes se consideraban hermanos, matándose unos a otros por diferentes pensamientos políticos. Tristeza absoluta. Trocitos de plastilina como cerebros… Y gente como Teodoro que identificado como puntal comunista no ve otra posibilidad de salir vivo de ésta que trasladándose y alistándose en las tropas nacionales de la Falange y la Legión. Todo, para terminar luchando en el infierno blanco ruso a las ordenes de los alemanes. Lo que se suele denominar:  Irse de Guatemala y meterse en Guatepeor.

Aventuras y desventuras de una vida de sufrimiento, si la miras de forma subjetiva. Pasando por la dolorosa para muchos Batalla del Clínico y siendo enviado a las compañías militares en el norte de África, Teodoro se convierte en unos de los voluntarios para la conocida División Azul creada por Franco para caerle bien a las potencias del Eje. Víctor Barba crea una tremenda historia que tienes que vivir como lector. Una muestra de la sin razón que lleva a una persona a meterse en peligro por el bien y pensamiento de otros. Aunque con opinión propia, estás siguiendo casi sin quererlo los anhelos de otros. Altos cargos que manipulan a seres humanos como si fueran rebaños y que sólo tenían como objetivo la muerte de inocentes. La muerte sin sentido de vidas que no quisieron pensar por sí mismas o que ni siquiera tuvieron la posibilidad de hacerlo.

Con una estética tremendamente bien conseguida y con la épica que merece historias biográficas como ésta, encontramos en Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario, una crónica digna de las mejores históricas bélicas llevadas al formato cómic. Una tremenda sorpresa lectora que no esperaba tan emocionante, si os soy sincero. Sensaciones maravillosas de epicidad y «traslado» que deja esta historia demuestra su calidad. Una que la coge Spielberg y te hace un film de cinco estrellas.

Teodoro fue herido y condecorado, pero también vacunado para siempre contra los dogmatismos y los partidos políticos que creía amar. Ver morir a tantas personas, pasa factura. La fidelidad a los hechos que muestra Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario, puede inquietar a más de uno.

Grande, Víctor Barba.

Reseña: Yo, Mentiroso, de Antonio Altarriba y Keko

¿El tema? El tema es que cada vez que Antonio Altarriba saca cómic junto a Keko, uno se da patadas en el culo por leerlo. Posiblemente, estás ante el cómic del año. Y si algunos de ellos no han llegado a cómic del año en nuestro país, ha faltado el canto de un duro. Después de exitazos que provocaron lo mismo como El Arte de Volar, Yo, Asesino, El Ala Rota, Cuerpos del Delito o Yo, Loco…, Norma Editorial siempre al tanto con estos maestros del noveno arte en nuestro país, recién publica Yo, Mentiroso. Un épico y sangriento punto final a la que llamo desde ya la Trilogía del Ego.

Yo, Mentiroso, un magnífico colofón a los anteriores títulos.

Un cómic que aunque seas apolítico como yo, vas a disfrutar de lo lindo. Aquí se denuncian en formato viñeta las mentiras de la política, visualizando además muchas de las situaciones y personajes de los últimos años de los que gozamos en este país de pandereta. Y es que el maestro Altarriba ya aseguró en una entrevista que los tres cómics en su conjunto se presentan como historias de suspense, pero el trasfondo de crítica social está muy presente. Cuenta: «En Yo, Asesino denunciábamos la impostura intelectual, la posición de los profesores y universidades, la relación con el arte… En Yo, Loco criticábamos los manejos de las grandes corporaciones, sobre todo de las farmacéuticas. Y ahora en Yo, Mentiroso, le toca el turno al mundo de la política y sus complicidades con los medios de comunicación».

Ahí, ahí, dándole palos a todo listillo. Además, el señor Keko que también estaba en esa entrevista realizada en el apartado de cómics de la web de RTVE añadió: «Fue el tristemente desaparecido John Le Carré quien dijo que “solo a través de la ficción se puede contar la verdad”. Y nosotros intentamos contar la verdad sobre la España de estos últimos años. Lo curioso es que parece que hablamos del pasado, pero todo lo que contamos es carne de Telediario estos días».

Totalmente. Por mucho que nos quieran ocultar la verdad. No obstante, a mi particularmente, Yo, Mentiroso, me ha fascinado por muchas otras cosas. Los políticos españoles se van a quedar con el culo torcido viendo tanta sinceridad sobre ellos, sí, pero siendo sobre todo, una trama de novela negra bien realizada, tiene la particularidad de inmiscuirse muy bien en los entresijos de esta manta de croché que es la política española. De hecho, el volumen lo aclara en la primera página antes de comenzar la historia:

“Cualquier parecido con la realidad política española entre 2016 y 2019

es insidiosa coincidencia”.

Jajaj…, pero qué grandes. Y lo cierto es que los paralelismos son evidentes. Personajes perfectamente reconocibles algunos como Pedro Sanchís, Collarejo, Adrián Cuadrado, Raimundo Godoy… Vamos a decir que nos suenan, ¿no? Para colmo, ciertos recursos narrativos utilizados por Altarriba en momentos concretos de la trama, nos permiten disfrutar de algunos guiños más. Y Keko se suma a la fiesta. Exempli gratia: El beso de judas de Adrián Cuadrado a Raimundo Godoy, se muestra en la famosa Última Cena de Leonardo da Vinci, con Judas sentado a la mesa y negando su traición. Pero la historia de novela policíaca se centra en la búsqueda de un asesino. Alguien que tras separar las cabezas del cuerpo de sus víctimas, las introduce en botellas de cristal… Y es que la historia comienza con el brutal asesinato de tres dirigentes políticos. Todo apunta a una venganza, pues los asesinados tenían distintos juicios pendientes por corrupción. Mas, desde ese momento la vida de Adrián Encinas, asesor del partido gubernamental, cambiará por completo. El poder en la sombra le atosiga desde todos los hilos posibles. Conspiraciones y asesinatos que sacudirán a su partido, tendrá que solventar problemas para que su partido salga fortalecido de la crisis. Y dicha historia se entreteje con la del asesino. Historias que se cruzan de forma maravillosa.

En Yo, Mentiroso, todos los personajes mienten, menos uno, afirmó Antonio Altarriba.

Una obra magnifica, bien documentada, el resultado, una obra brillante, a la que espero y deseo lo mejor en futuros premios a los que optará seguramente. Pues navega entre mentiras pero lo que cuenta, paradójicamente, goza de mucha verdad. Esta obra tiene que dar que hablar en los medios, friends. Merece más audiencia. Así que si pueden léanla y opinen. Disfruten. Indígnense. Que se conozca, entre los que no conocen nada-nadita-nada de la mayor desconsideración a la que está siendo sometido el pueblo en este país. Me tocó el alma una escena que se trata en el palco del Santiago Bernabéu. El palco del anfitrión de la reunión es Florencio Pérez, un “buenazo” presencialmente para muchos, que no me cabe duda que decide bastante para mal de nuestro país. Esté en el gobierno quien esté. En fin, algún día se sabrá. Me encantó que alguien pensara como yo.

Yo, Mentiroso es un recorrido por la corrupción que desde hace años se ha instalado en nuestro país. Sirve además para cerrar una trilogía y ata cabos sueltos en los anteriores álbumes.

Archirrecomendable.

Reseña: Nestor Burma, de Léo Malet y Jacques Tardi

También leo novela negra y vaya si me gusta, eso mismo le contesté a un lector hace unos días. Novela negra; lo que es género negro, en general, porque en formato cine y cómic también devoro este género que realmente me inculcó un amigo hace no muchos años. Por supuesto, uno ya se ha convertido en devorador de buenas historias, independientemente del género, si son buenas historias. Todo depende del momento. Por que sabiendo indagar, se pueden leer cositas muy jugosas, muy chulas, que casi te cambian la vida al hacerlo como, por ejemplo, me ocurrió a mí con algunos cómics de Ed Brubaker o las joyitas literarias de Dahiell Hammett o Raymond Chandler. Y cuando el radar está sobre un objetivo muy recomendado, dejo de mover el periscopio.

Lo llamamos Burma. Nestor, es su nombre de pila. Profesión: detective privado. Se le conoce como «el hombre que oculta misterios». Seguro, la fórmula suena bien. Pero la mayoría de las veces es él quien queda atónito cuando le empiezan a llegar casos en los que la batuta de la vida da golpes inesperados a gente que se creía inmune. Entonces, ahí está el detective privado parisino, Nestor Burma, un antihéroe de época: lejos de los clichés estadounidenses que representan a los superhéroes al estilo de Hollywood. Pues Burma investiga casos (necesita pagar el alquiler y financiar su firma de detectives), y es un tío útil, jovial, bohemio, pero Nestor Burma también sabe ser duro con los criminales que tienen la desfachatez de ponerse delante. Y con las mujeres es dulce, un Don Juan, rara vez se le resisten, como Helene su secretaria…

Pero tengo la impresión, que para leer y apreciar Nestor Burma, hay que tener cierta edad. Es un tema recurrente en mi cabeza desde que empecé a leer los clásicos del género negro. La novela negra o cómics de este estilo, llegas a ellos y te encantan, con cierta edad. Al menos, ser un adulto confirmado en el sentido de que hay que tener algunos recuerdos o un conocimiento no demasiado antiguo sobre el período en el que tienen lugar las acciones, haber leído al menos una novela policíaca e incluso estar al tanto de los códigos o palabras utilizadas en estas novelas. También es ideal para la ocasión estar familiarizado con los típicos detalles que Tardi utiliza para adaptar estas historias. Entonces, sin ningún juicio de valor, me parece que estos cómics están hechos para ti. Gustan y serán entendidos por gente de criterio como tú, que sabes valorar cada trama de la vida y tienes un gusto exquisito por lo clásico, los mejores gustos para el paladar. Pues a partir de una trama simple en la mayoría de ocasiones, este genial tandem de autores, conserva un nodo central y se recreaen él. Nos muestra el alocado distrito 13, con la ayuda de un sublime blanco y negro realzado con gris; recreación del París de los años 50 a lo golpe maestro, con huellas de quienes componían la materia viva del barrio; obreros, artesanos, niños correteando y prostitutas simpáticas, no mucho. Un lugar atípico pero profundamente humano, de posguerra, lleno de insólitos crímenes donde Burma, el antihéroe creado por el novelista Léo Malet en 1942, se encuentra con personajes a cual más realista.

Tal como indica el avance editorial, cuatro álbumes creados a lo largo de veinte años por el autor de Adèle Blanc-Sec y ¡Puta guerra! y reunidos ahora por primera vez en una lujosa edición integral, en tapa dura y con los colores ideales para que un buen lector sepa de la joya que tiene entre manos. Y es que Nestor Burma es una serie que me habían recomendado leer por activa y por pasiva. Un cómic del que me advirtieron que se disfruta mucho después, cuando se digiere. Aunque se habla aquí de una edición íntegra, me consta que al otro lado de los Pirineos existen más volúmenes con el personaje. Supongo que la siempre recomendable Norma Editorial estará al tanto y traerá más (siempre lo hace), de un mítico detective que ya ha entrado en mi cuadro de honor de “elementos a seguir con gabardina».

Y no estoy hablando de marisco.

Nestor Burma es puro género negro. Ocurrencias, el humor negro, cinismo, el viejo París vivo e intriga con cebollitas… Cuatro álbumes más que recomendables que devorarás de un tirón. Aunque también es cierto que el disfrute depende de ti. Por que no todo el mundo está hecho para que le hablen en plata…

¡Feliz noche de Reyes Magos!

Reseña: Cobra Kai. La Saga de Karate Kid Continúa. La Historia de Johnny, de Denton Tipton, Kagan McLeod y Luis Antonio Delgado

Hoy es un día ideal para enseñaros este cómic. Esta novedad de Norma Editorial acaba de ver la luz en librerías y es un interesante momento para degustarlo por que entre otras cosas ayer mismo vio la luz en Netflix la esperadísima 3ª Temporada de Cobra Kai; una serie que para muchos pasó desapercibida en su momento, pero que desde que la cogió la omnipotente Netflix, ya empieza a dar que hablar (siempre tarde este país) entre el populacho.

Con una premisa interesante, una historia que nació de una teoría muy aplaudida que sorprendió a algunos en USA en un capítulo de Como conocí a vuestra madre, donde Barney Stinson (el rubio) alegaba que odiaba a Daniel Larusso y que realmente Johnny Lawrence era el perjudicado de la trama de Karate Kid, pues Larusso llega a sus vidas, le roba la novia a Johnny, es un llorón que necesita la ayuda de un viejo para defenderse y empieza a provocarlos a base de «bromitas»… En fin, ¿por qué el pobretón canijo tiene que derrotar y hundir la vida a un chaval que no tiene la culpa de rodearse de un sensei agresivo o tener un padre (padrastro) rico y ser el ídolo de muchos en el dojo de karate del barrio? Gustó tanto la idea tras ese capítulo de Como conocí a vuestra madre que los propios actores -que llegan a participar en el mismo-, Ralph Macchio (Daniel Larusso) y William Zabka (Johnny Lawrence) decidieron buscar guionista junto al dueño de los derechos de la saga como es el propio Will Smith. De ahí la película que protagoniza su hijo con Jackie Chan. Producir entre todos una serie llamada Cobra Kai, donde reivindicar de alguna forma la figura destrozada tras el Torneo de Karate de All Valley, de aquel chico mal parado, guapo y rubio.

Un spin-off maravilloso, que no me cansé de recomendar cuando partió en Youtube Premium. Dos temporadas que me hicieron vibrar e historia de la que siempre quiero saber más.

Por ello, es una celebración para mí la publicación de este cómic que me ha encantado. Aunque siendo sincero, no estaba seguro qué esperar de él. En tapa dura, este tomito recopila una miniserie de cuatro números que publicó IDW Publishing en USA. Quiero decir, la serie Cobra Kai es caña de la buena pero la idea de querer saber más, siempre corres el peligro de encontrar cosas que no te gusten, o que con idea de innovar, te lleven por otro camino que no quieres. Sin embargo, el guionista Denton Tipton me llevó a dar un paseo que nunca esperé. Un cómic que es una mirada al pasado, a escenas de la vida de Johnny durante la primera película, la original, la que dio el pelotazo en 1984. Aquella época en la que conocíamos a un Johnny Lawrence despreciable, el típico matón de peli…, pero Tipton (al igual que la serie de Cobra Kai) nos muestra el porqué Johnny actúa como lo hace. Pese a todo, el guionista nos enseña la parte del chico con la que sí puedes simpatizar, entendiendo que uno cuando es joven, solemos ser influenciables, tontos, y en muchos casos idiota.

Para el cómic, el artista Kagan McLeod se encarga de mostrarnos una historia que se vuelve interesante con el paso de las páginas y que muestra acción, mucha acción, bien llevada. Un ilustrador que captura el espíritu de los personajes sin copiar su semejanza exacta, lo que a veces podría distraer. Buen dibujante que pese a su estilo y originalidad, se acompaña bastante bien del colorista mejicano Luis Antonio Delgado para mostrar lo que desea. Colores primarios duros, una paleta que da realismo al cómic, el trabajo de Delgado es fantástico y no debe pasarse por alto.

Con Cobra Kai: La Historia de Johnny, pasa igual que con la serie de TV; no importa si eres fan de los films originales o si no has visto nada de nada nunca. Cuenta una trama interesante de gente como tú y como yo, historia de caída y auge en una persona que cumple todos los requisitos para el «Dime con quién andas y te diré quién eres». ¿Vale la pena? Definitivamente, vale la pena saber más, mucho más de esta trama. Pero desde ya os afirmo, por todos los santos y demonios, dejad de ser muggles: ved las películas, la serie de TV y si podéis, complementaros con este cómic. A partir de entonces, vuestro conocimiento será otro. Será ideal para que nadie te dé gato por liebre…

Reseña: Dune La Novela Gráfica: Libro 1, de Frank y Brian Herbert, Kevin J. Anderson, Patricia Martín y Raúl Allén

Viajé por Dune hace ya bastantes años cuando estaba de moda pasarnos novelas de CF entre compañeros de instituto. O más bien, entre amigos gustosos del fantástico que buscábamos emociones fuertes que comentar. Dune fue una de nuestras puntas de lanza que dio pie e inspiración incluso a partidas de rol. Novela, argumentos, Casas en guerra, fue nuestro Juego de Tronos. Aunque en formato novela para un nicho muy concreto. Tristemente, y tengo que decirlo, la lectura de literatura fantástica en años de estudios, se hace dificil si no tienes los profesores adecuados. Ahí lo dejo. En definitiva, Dune fue nuestro libro de cabecera y gracias a su lectura algunos indagamos más. Y había más. Pero os puedo decir que las dos únicas novelas buenas de la serie son la primera y la segunda…, pese a que el fanático acérrimo lo negará. Aunque cuando yo lo he recomendado, únicamente ha salido de mis labios el primero. Dune, a secas.

Bonita metáfora.

De ahí mi expectación por el cómic que acaba de publicar Norma Editorial en nuestro país. Partiendo de una novela que casi recomiendo leerla una vez al año, o cada dos, jamás pensé en la idea de ver la historia dentro del noveno arte. Y me atraía ver lo que podía hacer un apellido Herbert con esta gran historia. En concreto, la idea era quitarme el mono ante el film que se avecina. Así que los lectores interesados en sumergirse en el desalentador género de CF (eso me dijo una vez un hipócrita) pueden encontrar la lectura de la novela original de Dune, de Frank Herbert, en este genial tomito en tapa dura (Dune The Graphic Novel: Book 1), una primera parte de la mano de Brian Herbert y Kevin J. Anderson. Súper recomendado para lectores de las grandes epopeyas del género en formato ilustrado. Y es que a través de bellas ilustraciones (eso no te lo da la novela original y si tu imaginación es cortita…, estás tardando en pillar éste), coloridas y viñetas chulísimas, esta novela gráfica demuestra ser una adición importante a los que coleccionamos o queremos todo-todito-todo de Dune (¡me regalaron hace nada el nuevo juego de mesa!), en cualquiera de sus formatos.

Tal como cuenta Norma Editorial, ellos han decidido seguir adelante con la publicación pese al retraso del estreno de la esperadísima adaptación cinematográfica del gran Dennis Villeneuve. Y hacen bien. Uno o una quiere dulces mientras espera. Por eso, no tardé en degustar esta maravilla que en mi opinión le ha quedado de perlas al propio hijo del autor, que encabeza este proyecto de adaptación junto al escritor estadounidense de CF, Kevin J. Anderson, que ha escrito varias novelas de continuaciones en el Universo Expandido de Star Wars, autor que consta en su haber con el récord Guinness por ser el escritor más prolífico a la hora de firmar libros…, jajaj, qué tío. Pero lo más tremendo de todo es, que las magníficas ilustraciones son obra de dos paisanos nuestros como Patricia Martín y Raúl Allén. Eah.

Esta primera entrega sigue la historia de Paul Atreides, de quince años, mientras intenta navegar por su nueva vida en el planeta desértico Arrakis, donde su poderosa familia ha tomado el control. Cuando la madre de Paul, Jessica, encuentra una nota en un lugar secreto que le advierte de un traidor entre ellos, la familia Atreides se apresura a descubrir cuál de sus asesores de confianza está tramando matarlos. O peor aún, entregárselos de alguna forma al malvado barón Vladimir Harkonnen. Mientras tanto, Paul y su padre, el Duque Leto, se sumergen en las costumbres de este nuevo mundo colonizado; desde volar a través de las dunas de arena mientras intentan evitar gusanos gigantes devoradores de seres vivos, hasta ver como se compran y venden gotas de agua en las calles. Tanto Paul como su padre, disfrutan, a la vez que se documentan de alguna forma. El Duque Leto empieza a percibir que vivir en Arrakis no será una hazaña fácil…

A lo largo de esta primera novela gráfica, las bellas ilustraciones que acompañan al diálogo entre personajes proporcionan una visión especial a lo que Herbert quería que los lectores imaginaran mientras leían la novela original. Un aspecto particularmente agradable de la novela es una escena en la que Paul y su padre viajan a las dunas de arena para observar a los nativos de la mina Arrakis en busca de especias. Aquí, los lectores reciben información especial sobre la importancia de la minería de especias para el bien del planeta y lo peligroso que llega a ser ese tipo de trabajo. Paul y su padre tienen que usar trajes especiales para sobrevivir en el calor árido del desierto y el aire es tan potente en las dunas que ambos tienen que respirar con un aparato especial. Luego, cuando un gusano gigante amenaza con tragarse a todos los hombres de las dunas, la secuencia de acción que sigue proporciona la tensión y la emoción que necesita un buen cómic para obligar al lector a no apartar la mirada de las siguientes páginas.

Con la cantidad justa de información, épica y acción mezclados con política, podréis encontrar en Dune: La Novela Gráfica – Libro 1, una introducción perfecta al mundo de CF que propuso Frank Herbert y que deslumbró a millones de lectores. Diferentes razas, personajes, Casas en tregua o a pie de guerra, tensiones o intrigas para una epopeya que una vez que entras, quedas enganchado.

El primero de tres, friends. ¡Quedan dos tomos más!

Felices Fiestas.

Reseña: Corto Maltés. Las Etiópicas, de de Hugo Pratt

Tengo un amigo de esos que conoces de hace años y gracias a internet. Por diversas razones coincidimos en muchos gustos literarios, es norteamericano pero vive en Chile y es lo que se considera un hater (todo es una mierda, menos lo que a él le gusta). De vez en cuando, dice frases tan esperpénticas que me hacen reír. Una vez dijo: «Quién no ama a Corto Maltés, no quiere ni a su padre ni a su madre». O yo lo traduje así al andaluz. Desde entonces, y cada vez que leo un nuevo álbum de este genial personaje, recuerdo esa frase. Aunque la máxima es un sinsentido, tiene esencia. Mucha esencia… En más de una ocasión he contado que conocí, o empecé a leer Corto Maltés, demasiado tarde. Por una serie de circunstancias que ahora no voy repetir. Desde entonces, me encanta ver como Hugo Pratt se divierte poniendo en un aprieto a Corto en ciertos momentos puntuales de la Primera Guerra Mundial. Lo suelta y lo deja ir de una página a otra, burlándose de los molestos, los orgullosos y los tontos, siempre dispuestos a matar y morir por orden de un superior. Volúmenes como Las Etiópicas que son un gustazo.

Por si aún queda algún rezagado o incauto que lo dejó pasar demasiado tiempo, Corto Maltés es una serie de cómics con dicho personaje como protagonista. Un marinero aventurero, un detective a la sombra, creado por el guionista y dibujante italiano Hugo Pratt en 1967. Una joya del noveno arte traducida a numerosos idiomas, un personaje debutante en la genial obra La Balada del Mar Salado, ya reseñada por nosotros. Aventuras que edita Norma Editorial, la siempre recomendable editorial que lleva sus títulos en nuestro país, la cual, cada poco reedita álbumes indispensables del personaje, en diferentes formatos para que el coleccionista decida. Actualmente, las está recuperando en orden cronológico, lo cual es todo un acierto.

En Las Etiópicas, la Gran Guerra (o Primera Guerra Mundial) está llegando a su fin. Corto Maltés se aburre. Marinero sin barco, se queda en Yemen. Como bien dice la sinopsis: en las cuatro historias que componen Las Etiópicas, veremos a Corto Maltés recorrer el continente y conoceremos a Cush, el mítico guerrero dancalo que se encuentra entre las creaciones más queridas de Hugo Pratt. Y es eso, en definitiva. Más que Corto, el verdadero héroe de las tres primeras historias es Cush. Os va a encantar este personaje, suntuosamente dibujado, flaco, mejillas hundidas, ojos orgullosos, cabeza en alto, rifle Lee-Enfield descansando sobre sus hombros… Cuidado, no os dejéis engañar por su falsa indiferencia. Tiene sonrisa cruel, dispara rápido y nunca falla en su objetivo.

Por si no fuera obvio, Corto se declara maltés, una nacionalidad quimérica, y cainita, una herejía judeocristiana desaparecida. Este capitán de la marina mercante no tiene tripulación ni acompañante, y Cush… es un guerrero afar de la tribu Beni Amer. Desterrado por su propio clan, se auto-proclama musulmán, pero conserva del Corán sólo una rápida moral bélica. No se reconoce a sí mismo como un maestro, ya sea de sangre, turco o inglés, y no tiene amigos, ni siquiera hermanos. Sorprendido, descubre en Corto a un igual, un hombre igualmente ferozmente libre. Si salva su vida, rechaza cualquier idea de deuda, alegando haber actuado solo por el placer de ejecutar a un enemigo. Mientras Corto observa y evita interferir, Cush es orgulloso, asustadizo y cínico. Provoca y mata, como algo natural. Y entonces, ¿qué les hace tan encantadores? Más que su individualismo casual, es la capacidad de ambos para enfrentarse a lo desconocido, al peligro, se llame como se llame. Son aventureros. Los que hayan leído a John Eldredge, que alegaba que el hombre moderno, urbano y civilizado se asfixia desde que renuncia a las tres aspiraciones básicas de la virilidad: una buena pelea, vivir una aventura y salvar de cualquier mal a una belleza… El hombre es sinónimo de fuerza.

Para los más clásicos, los que gustan de esa esencia: caminos llenos de peligros, los entresijos de emprender un negocio con un tipo con sonrisa de loco, la muerte a un paso… Las Etiópicas contiene historias que nunca olvidarán.

Reseña: Aliens. Polvo al Polvo, de Gabriel Hardman y Rain Beredo

Si uno es un enamorado de la película, de las películas, de los cómics, de la franquicia, y no tiene para comer, tendrá que salir fuera a buscarlo, ¿no? Al bosque, a la montaña o a la tienda de cómics. Para los que somos fans de Alien, y todo lo que el film de James Cameron y esa alineación de autores inspirados crearon en su día, en nuestro país el bosque-frutal se llama Norma Editorial. Lugar donde encontrar nuevas historias de una de las más geniales sagas de Terror de todos los tiempos. Entre sus novedades, anda este mes, Aliens: Polvo al Polvo. Un pequeño tomito en tapa dura que recopila la miniserie de cuatro números del guionista Gabriel Hardman, un examen aterrador de porqué hay que temer a los Xenomorfos.

Después de Aliens: Órbita Muerta (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-americano/alien/aliens-orbita-muerta), tenemos nueva aventura en Aliens: Polvo al Polvo. Al igual que con Órbita Muerta, Polvo al Polvo es otra serie en la que el escritor y el artista son una sola persona. En este caso, Gabriel Hardman. Debo decir que estoy disfrutando mucho al ver estas series publicadas en nuestro país, que el bosque siga dando fruta a los monos-frikis insistentes que somos, que necesitamos saber más y más de esta ambientación. Pues además gusta también encontrar una única voz creativa que impulse narrativa y arte. Con un apoyo potente en el color como el que en este caso aporta Rain Beredo.

Aliens: Polvo al Polvo abre en medio de un brote en la colonia Trono en LV-871, cuando el joven Maxon Cregar (Max) es despertado por los sonidos de otros colonos que intentan luchar contra los aliens. Pronto descubre a su madre con un “regalito facial” mientras duerme y cuando se resarcen de todo y ella despierta, madre e hijo intentan unirse a la lanzadera de escape para evacuar la colonia.

Algo que realmente disfruté de esta miniserie es la sensación de plena acción, de desasosiego, que tiene desde la primera página. Te arrojan directamente al meollo de la cuestión. No hay una acumulación lenta, no hay páginas de exposición y no hay una comprensión real de lo que está pasando o porqué se ha ido todo al garete en tan poco tiempo. Simplemente, ya se encuentran en medio de la infestación e intentan salir de ella, cual peli de zombies. Otra cosa que me encanta es que está ambientada en una colonia que en realidad es/era funcional y estaba desarrollada. Hay un puerto espacial, hay edificios y calles y no todos parecen estructuras prefabricadas. Mola ver una una mirada más completa a una de las colonias desarrolladas en el universo Alien. Pero desafortunadamente, fue algo así como un vistazo corto, aunque se disfruta esa mini-ambientación propuesta. Dicho esto, finalmente llega una explicación en las páginas finales del último número y, en mi opinión, hubiera estado perfectamente bien sin ello. A veces, es mejor no saber, o quizás soy yo al que le gusta brindar por los finales abiertos.

Leí una entrevista en la que Gabriel Hardman hablaba de estos cómics que al parecer son una serie en su conjunto. El autor solía hablar de cómo deliberadamente quería utilizar a un personaje más joven como protagonista principal para reforzar un sentimiento de impotencia y falta de comprensión. Y lo cierto es, que encaja bastante bien con la falta general de antecedentes de la situación. Pero así como en otros cómics alabo la insistencia de crear unos personajes realistas, en Aliens: Polvo al Polvo el mérito es otro. Una aventura muy rolera, si me permitís. Aquí, pasa esto, y sálvese quien pueda. Ya veremos después. No encuentras ningún personaje perdurable, el Capitán de la lanzadera de escape ni siquiera tiene un nombre. Y no es algo malo. Todo lo contrario. Es otro modo de contar una historia. Es decir, Hardman hizo algo interesante con Maxon que me gustó bastante. Aunque es el personaje principal, aprendemos muy poco sobre él a lo largo de la historia. Tiene el impulso de sobrevivir, como todo ser humano, y lo que dicen los que le rodean realmente parece afectarlo, pero vocaliza muy poco sus pensamientos.

También me gustó especialmente el trabajo de diseño. Un problema que tengo con muchos de los cómics antiguos de la serie es que no necesariamente parecen encajar en el universo de Alien, o al menos a mí me lo parece en apariencia, entornos y tecnología. Bien, pues os aseguro que Aliens: Polvo al Polvo introduce directamente al universo peliculero.

Un gran marco, una gran construcción ilustrada, una buena aventura.

Reseña: Django. Mano de Fuego, de Salva Rubio y Ricard Efa

Django, Mano de Fuego es la biografía más hermosa en formato cómic que he leído este año. Los que estén algo puestos, puede asociar rápidamente a Django Reinhardt con el «jazz manouche» (como se conoce en Francia al “gypsy jazz”), un estilo de jazz, enmarcado dentro del swing. Una expresión que fue acuñada por el mismísimo Django Reinhardt en los años 30 del pasado siglo… Ahora, os debo confesar (si no lo he hecho ya) que soy hijo de músico, y tuve una niñez donde veía a mi padre ensayar con su guitarra día sí y día también. Cuando estaba en casa, por que lo normal era que estuviera de viaje. A lo que voy, es que mamé todo tipo de músicas en mi niñez, y aunque nunca fue mi afición número uno, aquí estoy, que puedo aficionarme por un tiempo a cualquier estilo. Me gusta todo. Algo que curiosamente se ha trasladado a la que sí es mi afición top-one: la lectura. Leo de todo, y bien hecho, me puede gustar casi cualquier género. Es por ello que le di la oportunidad al que ha resultado ser un precioso álbum de la BD (sí, con autores españoles), donde vuelven a formar tandem el siempre maravilloso Salva Rubio (que ya me encantó en El Fotógrafo de Mauthausen) y Ricard Efa (Sola), ilustrador que no me extrañaría nada que se lo llevara un día Disney/Pixar para futuros proyectos. En un formato genial, Norma Editorial nos trae la oportunidad de descubrir y saber más, sobre el considerado primer músico de jazz de la historia en el continente europeo.

Django, Mano de Fuego es una biografía parcial. No vamos a seguir la vida de este genio al completo. Más bien, el período entre sus dos nacimientos. ¿Un segundo nacimiento? En este álbum me enteré de eso y debo admitir que entiendo por qué podemos hablar de un segundo nacimiento y cómo es algo potente dentro del mundo emocional. Una historia contada con gran habilidad donde nos sumergimos en la atmósfera gitana de principios del siglo XX, en Bélgica, para la introducción y su primer nacimiento. Después ya nos trasladamos a los suburbios parisinos para los primeros pasos de Django en la música. Por que Django es en principio un joven intratable, problemático, odia la idea misma de la escuela y prefiere huir y rebelarse para ir a escuchar música en secreto, llevándose consigo a su hermano pequeño que le sigue obedientemente. Django es egoísta, completamente centrado en sí mismo, pero también en la música que es su pura obsesión. Y es esta obsesión y esta fuerza de voluntad lo que le empujará a trabajar incansablemente en ese arte y perfeccionarlo. Mostrándose un verdadero genio artístico, sobre todo, para su corta edad. Baste decir que cuando encuentra el éxito, su narcisismo y su exceso de confianza no mejorarán. Pero la vida es esa amiga que te golpea cuando crees que ya no pueden darte más.

Un drama lo cambiará todo.

A pesar de este lado mono-maníaco e imbuido de sí mismo, los autores consiguen que Django caiga bien. Incluso que lo consideres entrañable. Muchos hemos conocido gente así: especiales, que ellos mismos saben que lo son y se muestran así ante el mundo. Pero, a veces, no podemos evitarlo y nos caen bien. Nos hacen sonreír. En Django, Mano de Fuego también es fácil apegarse a su amor Naguine, su hermano pequeño Joseph (a pesar de lo demasiado sumiso que es) y a toda la pequeña comunidad gitana en la que viven, como una gran familia llena de vida y sensibilidad.

Más allá del calvario del drama, si lo analizamos, en obras así estamos asistiendo a la renovación del héroe, del verdadero superhéroe, poderoso en fuerza de voluntad, hasta este momento que le hace despegar por fin y dejar todo lo malo detrás. Su segundo nacimiento.

Django fue el más importante de un grupo de guitarristas gitanos del área de París que actuaron entre las décadas de 1930 y 1950. El estilo del “vals mussete” se convirtió en uno de los componentes importantes del repertorio del “gypsy jazz”. Reinhardt se caracterizaba por mostrar una faceta cromática oscura, combinada con la articulación swing de la época. Es considerado el primer músico de jazz en Europa que ejerció una influencia similar a los grandes artistas estadounidenses. En su música fusionaba swing con la tradición musical gitana del este europeo. Aunque no sabía leer música, Reinhardt compuso —a solas y junto a Grappélli— varias melodías sumamente originales y exitosas como Daphne, Nuages, Manoir de Mes Rêves, Minor Swing y la oda a su compañía discográfica de los años 30, Stomping at Decca.

Django, Mano de Fuego es un álbum verdaderamente hermoso que rinde homenaje a uno de los mejores guitarrista de jazz de todos los tiempos. Una obra premiada en Bélgica. A ver si nos vamos poniendo las pilas ya aquí.

Reseña: Cara de Luna (Integral), de Alejandro Jodorowsky y François Boucq

Uno de los autores a cuyas obras me gusta enfrentarme siempre sin saber nada de nada, son las creadas por Jodorowsky. Diferentes, especiales, con un toque picante en ocasiones… La vida misma. Un creador curioso que se preocupa por sorprender. De los que me sorprende (valga la redundancia )porqué nunca decidió dedicarse a lo literario más que a la viñeta, ya que en sus obras refleja esa inquietud por crear algo, más para que tú mismo desarrolles tu imaginación, que otra cosa. Por ello, un pensamiento que tengo a menudo sobre él es que Jodorowsky siempre ha sabido (o siempre ha tenido la oportunidad de) rodearse de muy buenos ilustradores. Y Cara de Luna no es una excepción. Aquí coopera con François Boucq, para convertir un guión realmente bueno en perfecto, que retrata el universo delirante fruto de la fértil imaginación del autor chileno.

Una historia urdida por Jodorowsky, de las que a él le mola crear. Da rienda suelta a su imaginación, creando una sociedad totalitaria, mezclando arcaísmos y modernidad (un comentario válido tanto para las ideas como para los objetos); que obviamente se rebela, y por supuesto, un granito de arena, en la personalidad de Cara de Luna, una especie de espíritu sencillo y dichoso con inmensos poderes, que atraviesa el peligro con la misma inofensividad que las balas en su cuerpo. Un mundo de barro, grandilocuente y a veces grotesco (ver los delirios verbosos y paranoicos del dictador, y los fríos cálculos de su madre, ver las orgías en el gran burdel, etc.), un mundo donde la locura a veces se da un aire poético (como la catedral que renace de sus ruinas, por ejemplo), incluso en medio de escenarios que no se prestan fácilmente a ella.

Norma Editorial presenta este portentoso volumen en tapa dura que recoge en formato íntegro, esta genial historia fantástica que supuso el inicio de una larga colaboración entre dos genios del noveno arte. Un cómic absolutamente revolucionario que llega ahora en una edición definitiva repleto de extras donde encontramos en un mundo diferente los temas favoritos del autor. Aquí hablamos más de una lucha por el poder, idea que está muy bien explotada y aunque al principio cuesta un poco hacerse con tantos personajes nuevos, el escenario es cautivador -nunca mejor dicho- y está lleno de ideas originales. Con un dibujo de Boucq muy curioso y atractivo que dan ganas de sumergirte en su trabajo.

¡Es la Ovocracia! Una dictadura insular y sanguinaria a las órdenes de un par de campesinos rudos y advenedizos, antiguos vendedores de huevos. Los oprimidos, los rebeldes, viven en alcantarillas, verdaderas mazmorras llenas de trampas mortales, donde la policía no puede desalojarlos. Incluso el océano ruge, y misteriosas y devastadoras olas descienden cada vez más sobre una isla que está a punto de estallar. En medio de toda esta violencia aparece un ser imposible: Cara de Luna, el Domador de Olas. La dictadura del Kondukator Óscar, líder supremo que gobierna con mano de hierro sobre los habitantes de la isla tendrá que lidiar con la aparición de ese ser misterioso, capaz de controlar las aguas y que quizás sea la esperanza de un pueblo afligido…

En Cara de Luna estamos en manos de Jodorowsky, y por lo tanto no podremos escapar a una buena dosis de religión y de misticismo fusionado. Aquí sí están presentes las clases de religiosos que en realidad son los que dirigen los estados totalitarios. Además, en la faceta artística, aquí todo el mundo es físicamente horrible. Los gráficos de Boucq nos ayudan a reflejar la “belleza”, son magníficos pero no especialmente «agradables» a la vista. Los malos no solo son estúpidos y crueles, son feos. Pero no así los héroes. La inocencia de Cara de Luna no le impide desencadenar gigantescas olas que barren todo a su paso, y ese momento en que se construye la catedral invisible es un instante verdaderamente asombroso y sublime. Bello. Momentazo poético de la historia que amplificaría en intensidad con una buena banda sonora y que sueña con ser película.

En general, una historia original y convincente que merece un vistazo. O dos. Para pillar detalles. No es la mejor serie de Jodorowsky, pero sí una trama original, hermosa y salvaje al mismo tiempo. Donde el guionista se dejó llevar por la poesía y el siempre atractivo que como especie nos produce el mar. Momentos alucinantes a este cómic no le faltan: la matanza del orco (horrible), la cueva de la monstruosa reina madre con ese tipo de gang-bang místico, la pandilla de terroristas punk en las cloacas… Una de la mejores locuras escritas de Alejandro Jodorowsky.