Reseña: Helldorado, de Ignacio Noé, Jean-David Morvan y Dragan

Helldorado es una aventura “histórica” llena de furia y sangre magníficamente retratada por Ignacio Noé y Morvan. Utilizo las comillas en la palabra «histórica» pues como habréis deducido, lo que aquí se cuenta no tiene mucho que ver con la realidad, por mucho que nos pongamos a imaginar y queramos poner a los españoles de entonces como los peores demonios que han pisado la Tierra algúna vez. Pero bueno, una vez advertidos, quizás aceptéis como yo desde el principio al personaje completamente ficticio de la trama y os llegue a gustar. Porque, sin duda, el punto fuerte de esta novedad que nos trae la editorial Nuevo Nueve, es obviamente su dibujo y sus colores.

En Helldorado vais a encontrar un universo visual tan chulo que con cada página vais a querer sumergiros más y mas en la historia. Muy, muy lejos, del universo realista histórico estándar que encontramos en tantas series del género, aquí se trata un dibujo en particular, con personalidad, incluso en su colorido y sus diseños digitales, que también aportan bastante. Mi interés por las civilizaciones precolombinas me empujó a querer leer de inmediato Helldorado. Y eso que ya venía dispuesto a que me contaran un resultado diferente. El inicio del cómic con su larga secuencia sin diálogos es sobrecogedor, cruel, una verdadera abominación que quizás fue lamentablemente perpetrada sobre dichos pueblos en varios lugares de Mesoamérica. Pero lo que imaginan entonces los autores, está inspirado en enfermedades infecciosas traídas por los conquistadores, como por ejemplo la viruela. Organismos no exentos de infección para colmo de luchadores en una cruenta guerra. Enfermedades que se propagan rápidamente a gran escala…

Entonces, no contentos con destruir las ricas civilizaciones amerindias de México, historiadores serios han probado que los españoles probablemente mataron más nativos por contagio de enfermedades que por armas. El tema de la Conquista donde la inevitabilidad del ser humano se crece, pero metiendo por mi parte a todos y cada uno. Díganme si no qué soldado mesopotámico, egipcio, romano, del imperio británico, francés, holandés, estadounidense no conquistó así. Qué poderoso gobierno no se dejó llevar por su afán de ser más que el de al lado; arrasando e imponiéndose contra el débil. Cuentan que de los diez millones de indios que poblaron México (mayas, aztecas, toltecas…) antes de la llegada de los conquistadores, solo quedaba una cuarta parte hacia 1521.

A partir de este postulado, los autores de Helldorado demonizan a los españoles, no solo por sus actos bárbaros y brutales, sino también por su aspecto físico poco atractivo, con rostros de degenerados, medio-zombies, del que el Capitán Abatirso es el ejemplo más llamativo con su silueta de ser medio quemado. Por otro lado, los amerindios también son crueles, y eso me gusta que se represente. El problema son los seres humanos, no tal o cual pueblo… Aunque obviamente aquí, ellos están defendiendo su casa. No obstante, lo que impacta en Helldorado es como una potente enfermedad lleva a cuerpos vivos en movimiento y descomposición, no muy atractivos a primera vista, a seguir luchando. Así como pintar un retrato realista de estos pueblos de ascendencia maya o azteca atrapados en sus prácticas sacrificiales y sus rivalidades tribales. Sólo el diálogo algo moderno de ciertos personajes, no va muy bien con el contexto histórico. Aunque la trama resulta muy creíble a nivel de decoraciones y vestuario.

Conocí a Ignacio Noé en 1996 en una serie erótica bastante impactante como fue El Convento Infernal (creo que aún la tiene disponible Ediciones La Cúpula), donde su dibujo hiperrealista ya causaba sensación. Pero es en Helldorado donde encuentra terreno fértil, abierto, sin restricciones, para desatar su talento gráfico; los rostros devastados de los españoles y los propios de los amerindios están terriblemente bien conseguidos. Es impresionante visualmente como decía antes, a pesar del coloreado digital, poder trasladarse al Siglo XVII, a una pequeña isla tropical en medio del océano Atlántico y ver el desenlace entre conquistadores españoles y Syyanas, indios nativos que la habitan. Con un terrible enemigo en común contra el que tendrán que aliarse de alguna forma.

Helldorado tiene una buena trama, un guión curiosamente llevado, que fuerza a razonar una filosofía algo ingenua (humanista), la capacidad para darle la vuelta a la historia que siempre nos han contado con brutalidad de fondo. El ritmo es bueno una vez que has comenzado. Es difícil no querer leerlo hasta el final. Queda a la reflexión las carnicerías de esta época, pero el cómic es recomendable como poco. Una enfermedad para unirlos a todos.

Reseña: Érase una Vez en Francia (Integral), de Fabien Nury y Sylvain Vallée

Para que veáis que no siempre aconsejo lo mismo, los álbumes de Érase una vez en Francia no pasa nada si los leéis o coleccionáis de forma independiente. Quiero decir, este nuevo integralazo que saca Norma Editorial es una maravilla tenerlo así pero tampoco pasa nada si… jajaj; nada, a quién queremos engañar. Somos víctimas de la Era de los Integrales y nadie puede remediarlo. Somos lectores de cómics de toda una vida y ahora muchos, señores mayores que lo queremos todo en buena calidad, preciocidades que queden bien en la estantería, historias maravillosas en formato viñeta que si salen a buen precio pues, manjar de los manjares. Y esto precisamente ocurre con el integralazo que se acaba de marcar Norma Editorial de una historia que fue todo un descubrimiento no solo para mí, sino para miles de lectores a nivel europeo. Érase una vez en Francia es otra de esas buenísimas historias con el marco de la Segunda Guerra Mundial como fondo. Y hay algunos dirán: ¡Ostras, guay!, y otros: ¿Otra más? En los dos bandos estuve yo. Pero si carburas un poco ves que el tema es fácil: la Segunda Guerra Mundial da para mucho. No cientos, miles de historias curiosas, evocadoras, macabras y bellas se dieron en el periodo de tiempo que cubre la pre-guerra, el conflicto bélico e incluso la pos-guerra. Esa tremenda desazón que cubrió todo un planeta en el pasado siglo XX. Y que lo paralizó a nivel de crecimiento y esplendor.

Parece algo inevitable.

En Érase una vez en Francia, muy pronto se nos presenta un personaje cumbre, cuya maldición fue difícil quitarse de encima pero cuyo don para los negocios hizo que le fuera fácil salir del anonimato. Huérfano, inmigrante, chatarrero, millonario, colaboracionista, miembro de la Resistencia, criminal para unos y héroe para otros; Joseph Joanovici fue todo eso y más. Vamos a descubrir aquí la historia de un hombre ambiguo, sin miedo, un judío que casi la guerra le vino de perlas para su modo de ver la vida en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial. ¿Alto y claro? Joanovici hizo fortuna a costa de los nazis. ¿Pero a qué precio? Érase una vez en Francia cuenta la historia de Josef Joanovici, un judío analfabeto emigrado a Francia tras las purgas zaristas y donde se abre camino gracias al tío de su mujer el cual le da trabajo para sacarlos a ella y a su bebé adelante. Empieza con el negocio de la chatarrería y se da cuenta rápidamente que los metales van aumentando de precio a medida que el conflicto armado avanzaba. Un material que se fue poniendo cada vez más difícil de conseguir para los gobiernos por la inminente guerra. A raíz de esto, Joanovici consiguió crear un poderoso imperio mafioso capaz de codearse por un lado con una Francia alicaída y por otro con los nazis cuya ocupación estaba al caer. Estaba en el lugar exacto en el momento justo. Sin embargo, Josef Joanovici ocultaba una faceta mejor y apoyaba a la Resistencia al mismo tiempo que salvaba a cientos de sus compatriotas judíos cuando podía. La historia sigue tras la guerra y Joanovici es cada vez más influyente, poderoso y escurridizo. De ahí a que empiece a ser investigado implacablemente por el juez de Melún cuya obsesión era acabar con el que consideraba un traidor que ayudó a los nazis cuando Francia como país le acogió sin remilgos.

Pues todo esto y más en un integral de época. Nada más y nada menos que seis volúmenes que te mantendrán más que enganchado a la historia de Joseph Joanovici. Una serie que se ha convertido en una de mis favoritas (tanto de libros, pelis y cómics), mayormente por el trasfondo, el dibujo hermoso y ciertas ilustraciones muy fílmicas. Un trabajo genial de Vallée, un dibujo elegante capaz de caracterizar a los personajes y tratarlos como gente real, que rebosa frescura y dinamismo.

Fabien Nury (WEST, Yo soy legión) y Sylvain Vallée fueron capaces de transcribir perfectamente la procrastinación específica de este período. Joseph Joanovici no fue ni completamente blanco, ni completamente negro. Era gris, como tantas personas que se ven de pronto al filo del abismo. Los autores se inspiran en un personaje real para crear una trama trepidante, al más puro género negro. Nos proponen una serie apasionante, creando uno de los cómics más vendidos del continente europeo. Una trama que tiene claras referencias al cine ochentero, a Martin Scorsese, y obviamente el titulo es un homenaje al film Érase una vez en América, de Sergio Leone. Aunque los argumentos no tienen nada que ver.

La historia está dividida en álbumes o arcos argumentales. Por eso os decía al principio que también se disfruta en formato no íntegro. En definitiva, una historia maravillosa por la que los que productores de Hollywood deben de estar ya frotándose las manos.

Si algunos pasáis de largo pensando que este es otro cómic bélico más, estáis muy equivocados. Érase una vez en Francia ha sido un cómic multipremiado, súper recomendado, Premio a la Mejor Serie en el consagrado Festival de Angoulême. Se dice pronto.

Reseña: Tif y Tondu. Tras la Pista del Crimen, de Fernand Dineur, Maurice Tillieux y Will

Es que es verdad. Verdad de la buena, cuando afirmo que tremendo trabajazo el rescate del mejor cómic clásico que está haciendo Dolmen Editorial en su colección Fuera Borda. El que ame el mejor cómic europeo de todos los tiempos, los va a querer todos. Sacan joya tras joya y en un formato integral, que es maravilloso para cualquier cómicteca que se precie. Los querrá todos. Por que todos y cada uno de sus títulos son casi únicos en su estilo. Y cuentan historias atractivas con diferentes temáticas con el cartel, en general, de Para todos los Públicos en la frente.

Títulos referentes muchos de la consagradísima revista gráfica Spirou, (Journal of Spirou), casa de las ideas de donde partieron decenas de colecciones de historias, que debido a su alto nivel, muchas tuvieron vida fuera en colecciones independientes. Y no es moco de pavo. Obrazas muchas, my friends, como el propio Spirou, Tintín, Buck Danny, Dick Tracy, Lucky Luke, Bobo, Papurys… Y otras decenas de títulos que salieron de dicho semanario. Una de las revistas más vendidas del viejo continente, no es moco de pavo.

Tif y Tondu era y es, uno de los títulos más esperados por los fans del cómic franco-belga a este lado de los Pirineos. Una de la obras más esperadas, que en mi caso, ni me enteré de que saldría como novedad. Y fue toda una aventura verlo, obtenerlo y devorarlo. Dos detectives -uno calvo y otro barbudo- capaces de lo mejor y de lo peor según se tercie el asunto. El misterio que se les presenta…, un dueto de investigadores que si no sabíais nada de ellos ahora tenéis una tremenda oportunidad, ya que Dolmen Editorial nos trae un primer tomo genial que aporta tres historias inéditas en español. Pero, ¿Tif y Tondu quiénes son y qué hacen? Cuento más, ¿no?

En La Sombra sin Cuerpo nuestros colegas detectives viajan a Escocia para pasar unas vacaciones, pero se detienen en Londres para visitar al Inspector Fixschusset, a quien ya conocían de otro caso. Mientras piensan que están tranquilos para cenar y charlar, una misteriosa llamada telefónica los perturba. Mientras tanto, en la ciudad, un coche se conduce solo, el aire lleva un misterioso sonido de pasos e incluso una cabina telefónica parece ser manejada por una fuerza invisible… Parece querer llamar la atención del inspector Fixschusset y también parece tener problemas de comunicación. ¿Quién es ese espectro y qué quiere?

Tif y Tondu contra la Cobra fue un álbum muy alabado pues por fin se podía ver a una mujer en una aventura de estos colegas, dos solterones solitarios. El álbum comienza en su nueva casa solariega que tiene una curiosa alfombra de color mostaza que llega hasta las rodillas. Por supuesto, no se relajarán por mucho tiempo, pues Kiki (apodo de la señorita y condesa), muy a la manera de introducción a muchas aventuras de Sherlock Holmes, los llevará a inmiscuirse en un caso de locos. Todos deben ser uno si quieren derrotar a la Cobra.

El Faro Maldito nos lleva a las afueras de Londres, donde nuestros amigos presencian un robo en medio de la calle y a plena luz del día. El individuo arrojó un bote de gas lacrimógeno, luego destrozó la vitrina de un joyero, antes de escapar con una cantidad considerable de diamantes. Nuestros dos amigos persiguen al individuo, sin dejarle ganar ni un centímetro de terreno. Para intentar escapar, el ladrón se dirige directamente hacia un acantilado, se lanza al vacío y desaparece. Creyéndolo muerto, de vuelta en Francia, Bartoldi, un ingeniero de faros, se pone en contacto con ellos en Normandía. Acaba de ocurrir algo inexplicable en un faro de la zona: un. Unos guardias fueron encontrados ahorcados y después sus cuerpos desaparecieron.

Dos tipos que podrían ser gemelos, ambos rechonchos auténticos, de no ser porque Tif es calvo y lampiño y Tondu fornido y muy peludo. El personaje Tif, el calvete, surge de la pluma de Fernand Dineur en el Journal de Spirou el 21 de abril de 1938. Mientras que Tondu, su homólogo en talla y corpulencia y barbudo, aparece algunas semanas más tarde. Dos héroes que fueron retomados gráficamente por Willy Maltaite (Will) en 1949 para la misma revista, aunque Dineur siempre continúa como guionista. Pero con el paso del tiempo llegan nuevos autioes: Henri Gillain, Albert Desprechins…, y Maurice Rosy retoma esta obra que enamoró a muchos en 1954. Rosy es conocido por crear el personaje de Monsieur Choc, individuo canijucho y maléfico, siempre vestido con chaqué y con la cara siempre tapada con ¡un yelmo! Una especie de Fantomas moderno.

Tif y Tondu es una banda-dueto de investigadores que no paró en publicaciones hasta 1997. Es decir, resistió en la gran revista de cómic europeo por excelencia durante años, modas y transformaciones gráficas… ¡Durante más de 60 años! Se dice pronto. Sus principios fueron atractivos aunque algo toscos, como era común entre los diseñadores de antes de la guerra. Pero como os decía, en 1949, el dibujo fue confiado al joven Will, alumno de Jijé, quien rejuveneció y modernizó su aspecto y diría que los volvió eternos. No sé por qué, pero siento amante de estos cómic atemporales. Clásicos imprescindibles que por fin están en nuestro idioma con unas presentaciones magníficas. Una serie de aventuras de atmósfera cautivadora y encanto fascinante. Tif y Tondu es purpurina en la caja de las maravillas del noveno arte. Es imperativo leerlo.

Reseña: Hasta Nóvgorod. Crónicas de un Divisionario, de Víctor Barba

Lo que me gusta de Norma Editorial es la apuesta que hace como editorial por autores patrios como me atrevería a decir que no hace ninguna otra editorial en este país. Ni siquiera de libros. Muchos autores de este país merecen reconocimiento y trato por igual con lo foráneo. Se lleva demostrando hace años que tenemos en la Tierra de Conejos un potencial enorme en cuanto a autores que gozan de enorme calidad tanto literaria como en el mundo de lo audiovisual. Desde aquí mi humilde alabanza a todos ellos, de los que me considero parte. Un porcentaje de guionistas, ilustradores y escritores que poseen el famoso don que te hace diferente a los demás. El don de la creatividad que posee Víctor Barba, el mismo que aporta reconocimiento en cuanto salen de aquí.

Víctor Barba es ejemplo de autor prolífico, con una extensa trayectoria como historietista detrás. Su última obra es la genial novela gráfica Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario. Historia que nos traslada a una época no muy lejana, de sufrimiento cercano, como fue el periodo entre guerras en el que se movió la Guerra Civil española. En Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario nos muestra la vida de una persona nacida para ese sufrimiento al que parecen predestinados ciertas almas de este mundo. Un cómic ideal, una lectura de ambiente magnífica, que va muy acorde al momento que estamos viviendo con la tremenda ola de frío que tenemos encima. Y que lleva a perderse en esta interesante novela gráfica que trata la anécdota real de Teodoro Recuero Pérez, un divisionario extremeño que tomó parte en la Operación Barbarroja durante la Segunda Guerra Mundial. Un paisano que deja parte de sus vivencias aquí, la experiencia de estar luchando en el bando nazi contra el comunismo de Stalin.

Llevando adelante dibujo y guión con la maestría que caracteriza a un profesional del noveno arte como es Víctor Barba, estamos ante un cómic poderosamente atractivo que engancha desde su inicio. Bien mostrada la triste España en la que creció el joven Teodoro en un “paraíso» rural, donde comienza a emerger con fuerza las nuevas corrientes de pensamiento político. La luz y ansias de cambio entre la gente adulta y sufridora del momento, pero mecha encendida que da pie a enfrentamientos y duros desencuentros que terminará por explotar en la denominada Guerra Civil. Propios vecinos de un pueblo, que hasta no mucho antes se consideraban hermanos, matándose unos a otros por diferentes pensamientos políticos. Tristeza absoluta. Trocitos de plastilina como cerebros… Y gente como Teodoro que identificado como puntal comunista no ve otra posibilidad de salir vivo de ésta que trasladándose y alistándose en las tropas nacionales de la Falange y la Legión. Todo, para terminar luchando en el infierno blanco ruso a las ordenes de los alemanes. Lo que se suele denominar:  Irse de Guatemala y meterse en Guatepeor.

Aventuras y desventuras de una vida de sufrimiento, si la miras de forma subjetiva. Pasando por la dolorosa para muchos Batalla del Clínico y siendo enviado a las compañías militares en el norte de África, Teodoro se convierte en unos de los voluntarios para la conocida División Azul creada por Franco para caerle bien a las potencias del Eje. Víctor Barba crea una tremenda historia que tienes que vivir como lector. Una muestra de la sin razón que lleva a una persona a meterse en peligro por el bien y pensamiento de otros. Aunque con opinión propia, estás siguiendo casi sin quererlo los anhelos de otros. Altos cargos que manipulan a seres humanos como si fueran rebaños y que sólo tenían como objetivo la muerte de inocentes. La muerte sin sentido de vidas que no quisieron pensar por sí mismas o que ni siquiera tuvieron la posibilidad de hacerlo.

Con una estética tremendamente bien conseguida y con la épica que merece historias biográficas como ésta, encontramos en Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario, una crónica digna de las mejores históricas bélicas llevadas al formato cómic. Una tremenda sorpresa lectora que no esperaba tan emocionante, si os soy sincero. Sensaciones maravillosas de epicidad y «traslado» que deja esta historia demuestra su calidad. Una que la coge Spielberg y te hace un film de cinco estrellas.

Teodoro fue herido y condecorado, pero también vacunado para siempre contra los dogmatismos y los partidos políticos que creía amar. Ver morir a tantas personas, pasa factura. La fidelidad a los hechos que muestra Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario, puede inquietar a más de uno.

Grande, Víctor Barba.

Reseña: Nestor Burma, de Léo Malet y Jacques Tardi

También leo novela negra y vaya si me gusta, eso mismo le contesté a un lector hace unos días. Novela negra; lo que es género negro, en general, porque en formato cine y cómic también devoro este género que realmente me inculcó un amigo hace no muchos años. Por supuesto, uno ya se ha convertido en devorador de buenas historias, independientemente del género, si son buenas historias. Todo depende del momento. Por que sabiendo indagar, se pueden leer cositas muy jugosas, muy chulas, que casi te cambian la vida al hacerlo como, por ejemplo, me ocurrió a mí con algunos cómics de Ed Brubaker o las joyitas literarias de Dahiell Hammett o Raymond Chandler. Y cuando el radar está sobre un objetivo muy recomendado, dejo de mover el periscopio.

Lo llamamos Burma. Nestor, es su nombre de pila. Profesión: detective privado. Se le conoce como «el hombre que oculta misterios». Seguro, la fórmula suena bien. Pero la mayoría de las veces es él quien queda atónito cuando le empiezan a llegar casos en los que la batuta de la vida da golpes inesperados a gente que se creía inmune. Entonces, ahí está el detective privado parisino, Nestor Burma, un antihéroe de época: lejos de los clichés estadounidenses que representan a los superhéroes al estilo de Hollywood. Pues Burma investiga casos (necesita pagar el alquiler y financiar su firma de detectives), y es un tío útil, jovial, bohemio, pero Nestor Burma también sabe ser duro con los criminales que tienen la desfachatez de ponerse delante. Y con las mujeres es dulce, un Don Juan, rara vez se le resisten, como Helene su secretaria…

Pero tengo la impresión, que para leer y apreciar Nestor Burma, hay que tener cierta edad. Es un tema recurrente en mi cabeza desde que empecé a leer los clásicos del género negro. La novela negra o cómics de este estilo, llegas a ellos y te encantan, con cierta edad. Al menos, ser un adulto confirmado en el sentido de que hay que tener algunos recuerdos o un conocimiento no demasiado antiguo sobre el período en el que tienen lugar las acciones, haber leído al menos una novela policíaca e incluso estar al tanto de los códigos o palabras utilizadas en estas novelas. También es ideal para la ocasión estar familiarizado con los típicos detalles que Tardi utiliza para adaptar estas historias. Entonces, sin ningún juicio de valor, me parece que estos cómics están hechos para ti. Gustan y serán entendidos por gente de criterio como tú, que sabes valorar cada trama de la vida y tienes un gusto exquisito por lo clásico, los mejores gustos para el paladar. Pues a partir de una trama simple en la mayoría de ocasiones, este genial tandem de autores, conserva un nodo central y se recreaen él. Nos muestra el alocado distrito 13, con la ayuda de un sublime blanco y negro realzado con gris; recreación del París de los años 50 a lo golpe maestro, con huellas de quienes componían la materia viva del barrio; obreros, artesanos, niños correteando y prostitutas simpáticas, no mucho. Un lugar atípico pero profundamente humano, de posguerra, lleno de insólitos crímenes donde Burma, el antihéroe creado por el novelista Léo Malet en 1942, se encuentra con personajes a cual más realista.

Tal como indica el avance editorial, cuatro álbumes creados a lo largo de veinte años por el autor de Adèle Blanc-Sec y ¡Puta guerra! y reunidos ahora por primera vez en una lujosa edición integral, en tapa dura y con los colores ideales para que un buen lector sepa de la joya que tiene entre manos. Y es que Nestor Burma es una serie que me habían recomendado leer por activa y por pasiva. Un cómic del que me advirtieron que se disfruta mucho después, cuando se digiere. Aunque se habla aquí de una edición íntegra, me consta que al otro lado de los Pirineos existen más volúmenes con el personaje. Supongo que la siempre recomendable Norma Editorial estará al tanto y traerá más (siempre lo hace), de un mítico detective que ya ha entrado en mi cuadro de honor de “elementos a seguir con gabardina».

Y no estoy hablando de marisco.

Nestor Burma es puro género negro. Ocurrencias, el humor negro, cinismo, el viejo París vivo e intriga con cebollitas… Cuatro álbumes más que recomendables que devorarás de un tirón. Aunque también es cierto que el disfrute depende de ti. Por que no todo el mundo está hecho para que le hablen en plata…

¡Feliz noche de Reyes Magos!

Reseña: Samurái. El Corazón del Profeta, de Jean-François Di Giorgio y Genêt

Si tuviera que destacar una obra, por todo lo que lleva detrás, referente, y súper recomendable si eres fan del medievalismo y mismamente de esa era en el Japón medieval (por lo que mi opinión, sin duda, es subjetiva), podéis encontrar una obra llamada Samurái, en Yermo Ediciones, ques cuando menos reseñable. Cómic europeo que despliega en vista y contenido un mundo emocionante, además, en ediciones tochas, amplias, que recogen varios álbumes, y que ya han sobrepasado de largo la primera edición. Varios motivos de diversión asegurados.

Pero hay más. Mucho más. El escenario nos lleva a un marco clásico, ambientación pura y dura del Japón de antaño pero con ciertos toques fantásticos también. Por supuesto, tratados morales que apuntan al héroe a alcanzar la excelencia y el honor. De esto, sabemos. Pero aquí un joven héroe llamado Takeo (que recuerda al famoso Miyamoto Musashi y su tratado), embellecido con un toque algo más oscuro, un misterioso y fantástico El Decimotercer Profeta y una secta dotada de guerreras inmortales a su servicio. Una «secta» que se habría unido al hermano del guerrero y que Takeo, misteriosamente tatuado, quiere encontrar. Todo-todito-todo mola como está conjuntado. Un cúmulo de tramas mezcladas de forma genial que engancha a la lectura, pues todo empieza de forma atractiva, peliculera: un samurái y su discípulo interrumpen su viaje para ayudar a un grupo de campesinos atacados por bandidos… sin saber que una de las niñas de este grupo es la elegida para ser sacrificada en un terrible ritual sectari.

No digáis que no mola.

Vais a encontrar a un autor de renombre aquí, llamado Jean-François Di Giorgio, que esplende amor hacia el universo medieval japonés. Le descubrí en otra de sus obras llamada Senséi, publicada en Norma Editorial. Con permiso de aquel buen cómic, me ha gustado más el tono y lo que el guionista consigue en Samurái. Tiene una vibra diferente. Los personajes tienen personalidades menos detalladas pero se percibe a leguas que aquí lo importante es el «in crescendo», la trama y como todo se va tornando en desgracia. A veces, juega con lo fantástico para reavivar el interés, pero en mi opinión no le hace falta, aunque se dispusiera de bastante esoterismo en la época. Tiene una simple idea de secuestro y ritual que abre el cómic, que funciona mucho mejor.

¿Y por qué es buena su recopilación en varios volúmenes? No solo por la pasta que te ahorras (los que compramos cómic europeo sabemos de esto), en este caso, por que El Corazón del Profeta es un primer ciclo que comprende cuatro álbumes. Y dicen los que ya van por el tercer tomo (salió hace nada), que con menos seriedad, que su continuación. Uff…, me pone de los nervios no saber nada de nada de los siguientes.

Sinceramente, me preocupaba que Samurái, de Di Giorgio y Gênet, fuera un guión más de rivalidades interminables entre shoguns (shōgun: lit. «comandante del ejército») y samuráis. Pero este primer ciclo evoluciona hacia un lado más misterioso con una pizca de fantasía, una especie de búsqueda donde los personajes principales deben escapar de los enemigos que los acechan. Y un enigma donde el suspense se cuela en ti como vía intravenosa. La historia comienza con un prólogo misterioso, cuyo significado aprenderemos más adelante (en el segundo álbum), un inicio trepidante que hasta el inicio del volumen tres, va a tope. El dibujo es bueno. Descubrí que Frédéric Genêt abusa de los recortes y marcos «deconstruidos». Pero no es demasiado para mi gusto. No es el estilo pulido y fluido lo que me gusta en este tipo de historias. Me recordó un poco al dibujo de Robert Gigi en Ugaki; mismo estilo gráfico. Por lo demás el punto positivo, son las grandes imágenes de paisajes y ambientaciones japonesas muy acertadas, con un trazado dinámico, múltiples encuadres y diferentes formas que logran detallar escenas de combate que no siempre son fáciles de describir. Me dicen por el audífono que el dibujo hace un progreso sublime a partir del volumen siete…

Un cómic más que recomendable. Una serie, mejor dicho, porque la trama da para mucho más y por lo visto, viene en camino. Camino a mi casa, digo, jajaj. Un buen samaritano, ayudará a un grupo de individuos perseguidos por jinetes de la sombra que parecen inmortales. Toques de humor, lectura de la buena, para un buen rato de soa y mantita. Trasladarnos a una época donde la incertidumbre, el mañana, casi era un deseo de superación.

El que ame el dibujo en bruto, los bocetos, encontrará unos extras maravillosos al final.

Reseña: Conquistas. Islandia/Deluvenn, de Jean-Luc Istin, Jarry, Radivojevic y Bertrand Benoît

Para encontrar Ciencia Ficción molona y actual, también es un buen lugar la BD; cuna del mejor cómic europeo, donde en algunos países se considera un modo de vida, casi una religión. Nosotros, en nuestro constante intento por acercanos a lo mejor, contamos con un buen lote de editoriales ya que traen a este lado de los Pirineos, ciertas joyitas. Un referente es Yermo Ediciones, donde casi cada mes provoca que nos asombremos al ver cada una de las novedades que anuncian. Decía… que la buena CF también se encuentra aquí. Y un ejemplo de ello es Conquistas, una serie que comienza por todo lo grande, visualmente, sobre todo, como un tiro. Una potente serie de los responsables de grandes éxitos ya en nuestro país como son las sagas de Elfos, Enanos y West Legends. Una idea del señor prolífico Jean-Luc Istin, uno de los autores que más sigo de la BD.

«La humanidad, siempre rápida para dispararse en el pie,

se reduce a una sola misión:

encontrar nuevos horizontes en el espacio exterior».

Cada álbum de Conquistas, que se puede leer de forma independiente, nos da la historia de una de estas nuevas colonizaciones. Yermo Ediciones lo edita en español con dos álbumes en cada uno de sus volúmenes. Mucho mejor. Islandia, es la historia que abre la serie. Descubrimos un exoplaneta de clima glacial donde evoluciona una población de homínidos que parece poco avanzada. Después de treinta años de criónica, la tripulación salió de su letargo programado para descubrir su nuevo «El Dorado». Es la oberleutnant Kirsten Konig quien aterrizará primero en tierra helada, a la cabeza de una formación reducida para no asustar a los nativos. El primer contacto será bastante bueno y la población local está lejos de ser hostil, al principio… Por que inevitablemente habrá alguien desencadenará el desastre. El almirante Ragnvald Hakarsson, que también esperaba un pretexto para jugar a los grandes conquistadores. A partir de entonces, las cosas no necesariamente van a salir según lo planeado, y los lugareños no serán tan inofensivos como parecían.

Afortunadamente, la historia no se detiene en esta construcción simple. Una doble conspiración a otra escala complica la intriga y da interés al álbum de forma que me sorprendió bastante. Y si al principio, o en una primera visual, Conquistas parece un cómic impregnado de diversas influencias y un poco caricaturizado, rápidamente se vuelve más complejo y reflexivo de lo que parece. Agregad a eso el dibujo chulo de Zivorad Radivojevic ya sea en los decorados, las flotas navales, paisajes nevados o subterráneos y los personajes. Fácilmente nos sumerge en dicho planeta lejano. La paginación bastante sustancial (75 páginas) también permite a los autores tomarse el tiempo necesario para mostrar su idea futurista e incluso desarrollar ciertos aspectos psicológicos importantes. También, ofrecernos algunas splash-pages alucinantes.

Deluvenn es la segunda aventura de la serie Conquistas. Esta vez con Nicolas Jarry en el guión y Bertrand Benoît en el dibujo. Aquí nos topamos con la presencia de una flota con el agua hasta el cuello. Naves que ya no tienen mucha elección y deben llegar imperiosamente a su destino lo antes posible. El sistema eléctrico y sus tripulantes están en las últimas y se pueden sentir en el aire las tensiones existentes. Sobre todo, porque nuestro personaje principal, Idris, responsable de reparar e intervenir en todo lo que sale mal, no es realmente bueno en diplomacia. Habla con los puños con demasiada facilidad. Por lo tanto, no tiene la oportunidad de aterrizar libremente en este nuevo planeta que tienen cerca, porque su temperamento le llevó a dejar a uno de sus superiores en coma… Y cosas del estilo. Así que aquí están nuestros supervivientes implantados en un nuevo planeta habitable para el hombre, pero donde solo emergen raros islotes y atolones, donde poder establecer colonias. Descubrirán rápidamente rastros de una civilización antigua y la existencia de criaturas titánicas que se asemejan a calamares. Evidentemente, la convivencia, con dos especies «inteligentes», no será posible…

Aventura menos sutil que la primera, pero que aporta una tremenda inspiración y una muy conseguida ambientación. Con un personaje curioso que se baña en testosterona. Muy alarmante (de bueno) es el dibujo que se marca Bertrand Benoit aquí. Nos regala atmósferas, paisajes y criaturas muy bien hechos dando una coherencia real a todo, con una tremenda coloración de Olivier Heban.

Conquistas, el primer volumen de una nueva y atractiva serie, que todo aficionado al buen cómic de CF, debería echar un ojo.

Reseña: Papyrus (1974-1977), de Lucien De Gieter

Nada menos que los tres primeros álbumes de una joyita recopilada del cómic europeo que jamás esperaba ver publicada aquí. ¿Cuántas veces he dicho que Dolmen Editorial esta haciendo un trabajo grandioso con la recuperación de titulazos en su colección Fuera Borda? Perdonad una vez más mi éxtasis pero es que es coger el tomo y deleitarme con estas maravillas clásicas. Un integral de tres álbumes en esta ocasión, a cual más estimulante.

Creado en 1974 por Lucien De Gieter, Papyrus es un joven pescador que vivió durante la época de los faraones. A lo largo de las aventuras de Papyrus, imbuidas de magia y realismo fantástico, se nos invita a redescubrir el antiguo Egipto. Magníficas ilustraciones (donde se percibe el poderío de la BD), pero también una documentación impecable. De esos cómics que aportan algo más… Bien, es que tenía un poco de tensión con este titulo, quizás porque siempre deseé que me encantara, y me gustó. Mola ver obras que gracias a ellas descubres cosas, en este caso, del antiguo Egipto. Incitan a interesarse por más. Lo que más me fascinó fue la arquitectura monumental de los diversos templos y palacios antiguos que se marca el autor. Si investigas, descubres que no hay nada inventado. Un trabajo de documentación enorme detrás, es lo que hay. ¡Y las historias! En Papyrus hay complots, sumos sacerdotes engañosos y crueles, un joven valiente y su chica, personajes muy interesantes. Y dioses cuyos nombres no estamos acostumbrados a escuchar, con poderes extraños. Una mezcla de realidad y ficción súper interesante.

Papyrus, para nada es un cómic destinado a niños, como he oído por ahí. De hecho, los chavales de hoy en día a muchos nos hacen idiotas en cuanto a lecturas se refiere. Así que, ¿por qué catalogar? Papyrus es una saga que con poco, me ha hecho ver que logra su objetivo. Además, De Gieter sabe cómo infundir a sus historias el ritmo y las aventuras suficientes para que uno esté deseoso de pasar página para ver qué ocurre. Los tres primeros álbumes son La Momia Sumergida, El Señor de las Tres Puertas y El Coloso sin Rostro.

En La Momia Sumergida, todo el país está de luto. La princesa heredera del trono muere arrastrada por una misteriosa enfermedad. Embalsamada a toda prisa, su sarcófago ha desaparecido. Incluso el faraón, desesperado, no pudo despedirse de ella. Los dioses parecen estar alejándose del amo de las dos tierras… Muy lejos de Tebas, a orillas del Nilo, duerme un joven pescador. La esposa del dios cocodrilo se le acerca… ¿Qué extraño destino le espera a Papyrus?

En El Señor de las Tres Puertas, el joven fellah Papyrus, adquiere una espada mágica y salva a la princesa, de quien se convierte en protector y confidente. Tendrá mucho que hacer para proteger a su amiga de los complots y maniobras tramadas por los sacerdotes de Amon o ciertos príncipes malévolos empeñados en que desaparezca. Papyrus es ahora el gran héroe.

En El Coloso sin Rostro, queriendo hacerlo bien, Papyrus se ve golpeado por una maldición. Y no cuento más, por ser una magnífica aventura que se disfruta a tope y de principio a fin, sin spoilers.

Siguiendo la línea clara de De Gieter, nunca revolucionaria, pero eficaz y bastante elegante, encontramos una obra digna para el amante del buen cómic europeo. He aquí una serie ideal para recomendar a un público receptivo de aventuras históricas pero también amante de los fenómenos extraños, múltiples peligros y cierto humor en momentos concretos. Los héroes no dudan en codearse con las creencias y rituales de su país, y hablan de ello sin miedo como quizás en aquella época debió ser. Esta simpática y encantadora serie creada en 1974 en la revista Spirou, permite descubrir las antiguas costumbres de la civilización egipcia tan estudiadas por los arqueólogos. De Gieter aporta lo maravilloso de ello y da una atmósfera fantástica respetando la mitología egipcia, con una gran preocupación por la precisión en decorados y fondos.

Papyrus es simplemente una publicación maravillosa. Elección muy acertada de Dolmen Editorial

Reseña: Catalina de Médici. La Reina Maldita, de Arnaud Delalande, Simona Mogavino y Carlos Gómez

Pelotazos, los cómics europeos que publica Yermo Ediciones casi mes a mes. No solo porque el 90% de sus ediciones sean una maravilla a los ojos, en realidad, tienen mucho contenido único que rara vez vais a encontrar publicado en otra edición. Por supuesto, hablo de nuestro país. Por eso hay que poner un poquito de atención, hacer un esfuerzo económico en muchos casos, pero llevarte a casa álbumes de calidad y en formato íntegro (que es por lo que yo abogo). Conseguir chuladas, tesoros, como este genial volumen de Catalina de Médici que acabo de leer. Un titulo para la colección Las Reinas de Sangre.

Gracias a este cómic, descubrí que no sabía casi nada de Catalina de Médici. Yo que tengo como una de mis aficiones leer y documentarme sobre personajes históricos de la realeza, algo diferentes. A decir verdad, incluso la confundí con María de Médici, la esposa de Enrique IV. Y ni siquiera me di cuenta al principio, que esta historia expande de algún modo lo contado Charly 9 (un cómic que me pasó mi tito americano donde se demuestra que Carlos IX fue de todos los reyes de Francia, un niñato terrible en consecuencias de sus actos). Además, cuando ves a la niña sonriente y agradable que es en su juventud Catalina de Médici, resulta difícil imaginar que será la regente que desencadenará las Bodas de Sangre, el estallido inicial de la masacre de Saint-Barthélémy. Y, sin embargo, precisamente, los hechos narrados en la primera parte del cómic, los que explican su personalidad y el estado de ánimo de su reinado y su regencia, sí que hacen que empiece a oler mal la cosa desde muy pronto.

Ciertamente noble y segura de su autoridad, la joven duquesa se hizo querer entre sus sirvientes. Pero sólo hasta la tragedia de 1527 cuando el Papa Clemente VII se rindió al ejército de Carlos V y los partidarios de la República de Florencia se aprovecharon de él para atacar a los Médici y mantenerlos prisioneros y humillados. Una vez liberada, una Catalina realzada en su orgullo, recupera su esplendor pero mantendrá una actitud cautelosa e inteligente, marcada por su pasado. Esta habilidad y las circunstancias, la convertirán en una poderosa reina de Francia y luego en regente… Con una mala reputación que se le pegará en la piel, con esa famosa trama de Sainte-Barthélémy grabada a fuego en su nombre. Una de las grandes barbaridades escritas en la historia más horrorosa del viejo continente.

Tenemos una muy buena serie histórica aquí. Con un dibujo de gran calidad, realista y muy cuidado. Algunos dirán, como siempre en la BD. Bueno, como siempre no. Como tienden la mayoría de ilustradores de las grandes editoriales, sí. Si tuviera que poner una pega a las ilustraciones por el mero hecho de decir algo, sería una queja a esa propensión del diseñador argentino Carlos Gómez a hacer que los dientes de los personajes sean un poco demasiado visibles tan pronto como gritan o muestran grandes emociones. Pero por lo demás, es visualmente impecable y detallado; un estilo muy realista que funciona muy bien para los cómics históricos, donde gusta apreciar la expresividad de los personajes.

Buen guión de Arnaud Delalande y Simona Mogavino, pues la situación histórica y política de la época es muy compleja, al igual que lo fue la propia vida de Catalina de Médici, por lo que he ido descubriendo después. Ese es el talento de los dos guionistas, haber sabido hacer inteligible el embrollo de este período histórico, cautivándonos primero con la juventud de este personaje que marcó la historia de Francia. Por mi parte, provocando que recurriera de nuevo al volumen (leerlo-informarme-leerlo nuevamente), y darme cuenta que los autores logran dejarlo muy comprensible. En algunas partes es denso, a veces hay que aguantar un poco para no perder el paso, sobre todo, si vas de nuevas. Pero mientras leas despierto, buen té o café en mano, verás que el cómic está muy bien contado y aporta conocimiento. Cualquier lector de novela de histórica, lo disfrutará mogollón. Permite aprender mucho sobre una época en la que muy pocos indagan. Incluso yo, que soy un pobre historiador, tengo ya presente la importancia de este personaje en una Europa compleja de entender a mediados del siglo XVI.

Gran trabajo, súper recomendable para amantes del cómic de calidad y buenas historias adaptadas.

Reseña: Corto Maltés. Las Etiópicas, de de Hugo Pratt

Tengo un amigo de esos que conoces de hace años y gracias a internet. Por diversas razones coincidimos en muchos gustos literarios, es norteamericano pero vive en Chile y es lo que se considera un hater (todo es una mierda, menos lo que a él le gusta). De vez en cuando, dice frases tan esperpénticas que me hacen reír. Una vez dijo: «Quién no ama a Corto Maltés, no quiere ni a su padre ni a su madre». O yo lo traduje así al andaluz. Desde entonces, y cada vez que leo un nuevo álbum de este genial personaje, recuerdo esa frase. Aunque la máxima es un sinsentido, tiene esencia. Mucha esencia… En más de una ocasión he contado que conocí, o empecé a leer Corto Maltés, demasiado tarde. Por una serie de circunstancias que ahora no voy repetir. Desde entonces, me encanta ver como Hugo Pratt se divierte poniendo en un aprieto a Corto en ciertos momentos puntuales de la Primera Guerra Mundial. Lo suelta y lo deja ir de una página a otra, burlándose de los molestos, los orgullosos y los tontos, siempre dispuestos a matar y morir por orden de un superior. Volúmenes como Las Etiópicas que son un gustazo.

Por si aún queda algún rezagado o incauto que lo dejó pasar demasiado tiempo, Corto Maltés es una serie de cómics con dicho personaje como protagonista. Un marinero aventurero, un detective a la sombra, creado por el guionista y dibujante italiano Hugo Pratt en 1967. Una joya del noveno arte traducida a numerosos idiomas, un personaje debutante en la genial obra La Balada del Mar Salado, ya reseñada por nosotros. Aventuras que edita Norma Editorial, la siempre recomendable editorial que lleva sus títulos en nuestro país, la cual, cada poco reedita álbumes indispensables del personaje, en diferentes formatos para que el coleccionista decida. Actualmente, las está recuperando en orden cronológico, lo cual es todo un acierto.

En Las Etiópicas, la Gran Guerra (o Primera Guerra Mundial) está llegando a su fin. Corto Maltés se aburre. Marinero sin barco, se queda en Yemen. Como bien dice la sinopsis: en las cuatro historias que componen Las Etiópicas, veremos a Corto Maltés recorrer el continente y conoceremos a Cush, el mítico guerrero dancalo que se encuentra entre las creaciones más queridas de Hugo Pratt. Y es eso, en definitiva. Más que Corto, el verdadero héroe de las tres primeras historias es Cush. Os va a encantar este personaje, suntuosamente dibujado, flaco, mejillas hundidas, ojos orgullosos, cabeza en alto, rifle Lee-Enfield descansando sobre sus hombros… Cuidado, no os dejéis engañar por su falsa indiferencia. Tiene sonrisa cruel, dispara rápido y nunca falla en su objetivo.

Por si no fuera obvio, Corto se declara maltés, una nacionalidad quimérica, y cainita, una herejía judeocristiana desaparecida. Este capitán de la marina mercante no tiene tripulación ni acompañante, y Cush… es un guerrero afar de la tribu Beni Amer. Desterrado por su propio clan, se auto-proclama musulmán, pero conserva del Corán sólo una rápida moral bélica. No se reconoce a sí mismo como un maestro, ya sea de sangre, turco o inglés, y no tiene amigos, ni siquiera hermanos. Sorprendido, descubre en Corto a un igual, un hombre igualmente ferozmente libre. Si salva su vida, rechaza cualquier idea de deuda, alegando haber actuado solo por el placer de ejecutar a un enemigo. Mientras Corto observa y evita interferir, Cush es orgulloso, asustadizo y cínico. Provoca y mata, como algo natural. Y entonces, ¿qué les hace tan encantadores? Más que su individualismo casual, es la capacidad de ambos para enfrentarse a lo desconocido, al peligro, se llame como se llame. Son aventureros. Los que hayan leído a John Eldredge, que alegaba que el hombre moderno, urbano y civilizado se asfixia desde que renuncia a las tres aspiraciones básicas de la virilidad: una buena pelea, vivir una aventura y salvar de cualquier mal a una belleza… El hombre es sinónimo de fuerza.

Para los más clásicos, los que gustan de esa esencia: caminos llenos de peligros, los entresijos de emprender un negocio con un tipo con sonrisa de loco, la muerte a un paso… Las Etiópicas contiene historias que nunca olvidarán.