Reseña: Nextwave. Agentes de H.A.T.E., de Warren Ellis y Stuart Immonen

Es un indispensable de leer la Nextwave de Warren Ellis, sí. Un Must-Have con los doce primeros numeritos de esta serie que reboza originalidad. Una serie considerada de culto del siglo XXI, nunca antes reeditada y que ahora Panini Cómics pone en librerías en esta genial colección ligera y asequible económicamente que nos está dando grandes momentos lectores a muchos. Y ya sabéis. Warren Ellis. Lo que supone humor, acción y elegancia dentro del cómic de pijameo, como bien se ha dicho. Acción, excitación, explosiones…, el grupo denominado Máximo Esfuerzo Antiterrorista, o H.A.T.E., un grupo creado para luchar, encontrar y destruir armas de destrucción masiva. ¿Lo creó Bush, el que tan de moda puso ese término? Veremos. Aunque lo chulo-guapo es que estos grupos supuestamente de “salvamento” son células terroristas en sí mismos y a partir de ahí… Nextave: Agentes de H.A.T.E. puede ser una de las mejores series de cómic que he tenido el placer de leer en los últimos meses. Y todo recogido en un Marvel Must-Have llevadero, cosa que suma.

Algo que me gustó especialmente es el tono que tiene como de cómic clásico. Con esos gags y bromas a meterse con el villano por los trajes que usa o a como levanta una ceja para ser más villano aún en sus expresiones. Nextwave es una miniserie sobre un grupo de héroes de la lista D de Marvel que se unen para luchar contra el mal. Están formados por Monica Rambeau (Spectrum), Tabby (Boom Boom), Aaron Stack (Hombre Máquina), la cazadora de monstruos Elsa Bloodstone y el Capitán. Algo curioso sobre esta miniserie es la repercusión que tuvo pese a que fue tratada como no canónica durante mucho tiempo. Monica Rambeau estuvo muy involucrada en la secuela no oficial de Capitán América y The Mighty Avengers. Incluso Aaron Stack fue reinterpretado por completo y pasó de ser un personaje aburrido a un prototípico robot que quiere saber qué es ser humano. A lo Bender de Futurama, para entendernos, en todos los sentidos.

Tenemos doce números pero una serie que consta básicamente de seis historias de dos números cada una. Donde se trata la Beyond Corporation y cómo el equipo lucha contra casos muy extraños. Comienza lo suficientemente «realista» contra una amenaza legítima y un villano con Fin Fang Foom, pero rápidamente los vemos enfrentados a gatos mutantes, koalas voladores y brocoli-personas. La comedia es fuerte aquí y en ciertos momentos imaginé al propio Ellis parando un momento para reír mientras escribía estos guiones. El arte de Stuart Immonen como siempre para mi gusto, una de cal y una de arena. Lo mismo tiene viñetas potentes que en otras parece un novato. Pero no llega a la caricatura por lo que no me molesta del todo. Un cómic basado en el humor, como es este caso, se basa en tener una historia súper atractiva que contar, y eso ocurre. Humorístico, funciona como comedia, definitivamente, lo consigue a todos los niveles.

Nextwave: Agentes de H.A.T.E. es indispensable para ti fan de Warren Ellis, si como yo, cada no mucho, buscas porque necesitas algo suyo para reír o pasarlo bien. Que no siempre es lo mismo. Cada vez que puedo, me hago con un cómic de este señor y lo devoro. Sabes que va a ser divertido, divertido y fresco. Da igual cuando lo leas. Parece escrito ayer. Porque Ellis escribe historias atemporales y eso no lo hace cualquiera. Patadas, puñetazos, chistes y explosiones a lo largo del camino.

Reseña: Aquí Hay Avería, de Lorenzo Montatore

Lorenzo Montatore es un ilustrador y autor de cómics que suele pegar fuerte en el Salón del Cómic de Barcelona. Este año lo ha vuelto a hacer. Aquí hay avería y sus Obras Completas han visto la luz en dos geniales tomos publicados por ECC Ediciones. Yo no me los iba a perder. Pese a su nombre y apellidos italianos, Montatore nació en Madrid en 1983 y reside en Barcelona. Lugar ideal para desarrollarse como autor, en mi opinión. Y es ese tipo de autor que empezó desde lo más bajo: autoeditándose, publicando en fanzines y posteriormente dando el salto a la revista Voltio. Con Aquí hay avería nos demuestra el toque de originalidad del que están siempre sazonadas sus obras. Viti es un personaje tan feo como original, abstracto pero cuya apariencia tiene mucho que decir a poco que sepas de él. Y la vida que lleva. Siempre a tope de droga y vestido de brujo culpable, del color del vicio y con el cabello del color del fuego, no tiene boca porque solo necesita un ojo para comulgar en el sagrario del cuarto de baño. La metáfora está servida.

A Viti se le puede ver de noche. Cuando todos los gatos son pardos pero no sus colores que incitan a los que lo observan. Poseído por el delirio amarillo, patético en su patetismo, se detiene un momento a observar las estrellas que inventan líquidos y recuerdos. La droga haciendo efecto… Esa que se inyecta-gotea en ese ojo llorón. Una sola gota que colmó el vaso de su juventud, y ahí sigue esperando a sus amigos, que ya se fueron para siempre sin despedirse.

Montatore crea una alegoría del destino de muchos jóvenes (o viejóvenes) con este interesante cómic que deja muy buenas sensaciones. Pero Montatore no es casualidad del destino. Es un autor que pese a su juventud se le ve «trabajado» para con sus obras. En 2016 el autor fue nominado por La muerte y Román Tesoro como Mejor Autor Revelación en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Después llegaron notables obras como ¡Cuidado, que te asesinas! (La Cúpula, 2018), California Rocket Fuel (Sugoi ediciones, 2019) y Queridos difuntos (Sapristi, 2020). Obras que me han recomendado. No sé…, es ese tipo de autor creador de obras con las que no crees tener feeling hasta que lees o pasan por tu manos algunos de sus títulos. Jamás pensé que me iban a interesar ciertos cuadros y monumentos hasta que estudié Historia del Arte. Creo que es lo mismo.

Tenemos a un autor diferente que propone una jerigonza y un fuero muy personal aunque con diseños que recuerdan a Tono, Vázquez, Bruno Bozzetto o Max. Creo que no te va a gustar un cómic basado en el expresionismo hasta que das con uno bueno. Aquí hay avería fue para mí el ejemplo de esto. Relata doloras e hilarantes aventuras a la vez. Un pintor decadente enganchado a una droga que le aísla, que le lleva a la soledad y allí encuentra la inspiración. Lo único que me sale decir es: ¡Echadle un ojo!

Reseña: Grendel. La Odisea del Diablo, de Matt y Brennan Wagner

Matt Wagner volviendo a su creación más sombría o la que es para mí, su mejor creación. Las historias principales de Grendel siempre han tenido un peso mucho más bajo que las historias de Hunter Rose Grendel. Pero mi amor por Hunter Rose ha cambiado y ahora intento leer y reseñar todo-todito-todo en lo que aparezca Grendel Prime. Y ya os digo que Devil’s Odyssey se convirtió muy rápidamente en mi historia favorita de este personaje. Es Matt Wagner haciendo Battlestar Galactica, mientras Prime busca un nuevo mundo para repoblar con clones de Grendel Khan y su familia. Y los seguidores del personaje sabrán a lo que me refiero. Un viaje a la CF más clásica, la que mola y sazonada del mejor Grendel jamás creado. La Odisea del Diablo es Wagner regresando a la saga de Grendel y llevándolo a la última frontera. Una serie por la que bien valió la pena esperar para tenerla así recopilada en un genial tomo en tapa dura que, por supuesto, publica Planeta Cómic.

Grendel Prime es uno de mis personajes favoritos de los cómics y eso es mucho decir. Y aquí y ahora, a través de su misión de buscar nuevos mundos para continuar con el clan, aprendemos un poco más sobre él (pero no tanto como para empañar su mística). También visitamos mundos que son reflejos cáusticos de nuestra propia sociedad actual. Hábilmente ilustrado y coloreado por padre e hijo, puede que sea lo mejor que haya visto, no solo de Grendel, sino de casi todo lo publicado últimamente por Dark Horse. Grendel es una de mis series favoritas de todos los tiempos y estoy muy emocionado de haber leído un nuevo volumen y que me haya gustado tanto. Por supuesto, estaba aún más entusiasmado por tener al maestro Wagner llevando adelante la historia. Lo que más me atraía era la ambientación de la que dispone esta miniserie. Ese páramo del futuro muy alejado de War Child o de las Grendel Tales. Y eso que el futuro distópico de Grendel a menudo ha mezclado la violencia de Mad Max con el horror sobrenatural, pero esta vez Wagner tira todo eso por la ventana y ofrece una space-opera completa.

Estaba aún más entusiasmado de que Wagner una vez más llevara adelante la historia. Los últimos cómics han sido historias de Hunter Rose, el Grendel original, pero lo que me atrajo de La Odisea del Diablo fue la ambientación. Y también me alegró ver que Wagner llevara la historia en una dirección completamente nueva. El resultado, sin embargo, y en realidad, no parece un cómic de Grendel. Es más una mezcla de Star Trek, Star Wars y Fear Agent, con Grendel Prime yendo de planeta en planeta, teniendo aventuras cortas y alegóricas en las que se encuentra con civilizaciones alienígenas y se abre camino a través de ellas. Dado que Grendel Prime es básicamente invencible (esto lo adelanto a los detractores), los personajes secundarios nunca duran más de un número porque este Grendel es la caña no, lo siguiente. Y tenemos así una obra de arte fantástica, dibujazos con unos cambios de ritmo muy bien hechos, y mejor aún, actualizados. Fue divertido volver a ilustraciones potentes al estilo de Mage (https://www.planetadelibros.com/libro-mage-integral-n-0103/340299).

Hablamos de un cómic donde Wagner e hijo recuperan el ritmo de Grendel nuevamente. El buen ritmo. El que provocó que se hablara bastante del personaje cuando vio la luz por primera vez. Y la conclusión fue tan sombría como debe ser una historia suya. Deja con ganas de más, por lo diferente. Por lo original. Por lo entretenido. La serie Devil’s Crucible con suerte llegará pronto si Planeta Cómic quiere. Ya estoy salivando. ¿Salvará Grendel Prime a la humanidad… o la destruirá? Aventuras muy mandalorianas.

Reseña: La Casa al Final de Needless Street, de Catriona Ward

La casa al final de Needless Street es la típica novela que se anuncia como thriller pero en realidad es Terror. Buen terror, ese género que tanto amamos por estos lares y que para nada nos cuesta reivindicar. Una historia espeluznante y algo agridulce sobre un hombre, su gato y cómo aceptar la culpa y el trauma. Pero una que se basa en algo típico que se vuelve cada vez más controvertido. ¿Cómo? La casa al final de Needless Street sigue a un hombre llamado Ted que vive una vida bastante solitaria si no contamos a su gata Olivia y su hija Lauren. Todos viven en la calle Needless, donde Ted está lidiando con un adolescente molesto, así como con un recuerdo poco fiable que le está causando algunos problemas. Su gata Olivia lo cuida constantemente, es decir, se separa de él poco. Raro en un gato, ¿no? Una devoción verdadera por seguirle que comienza a decaer a medida que comienza a ver cambios en su comportamiento. Y luego está Dee, una nueva vecina que se muda a la calle Needless con una motivación: cree que Ted fue el responsable de la desaparición de su hermana Lulu hace varios años y quiere saber qué hizo con ella. Mientras Dee trata de desenredar lo que está pasando con Ted, este parece estar cambiando a un estado emocional cada vez más inestable a medida que su hija Lauren entra y sale de su vida.

Y la felina Olivia observa.

Los capítulos en los que el protagonista es Ted, son desordenados y dan sensación inconexa y poco fiable. Lo que le convierte en un personaje del que desesperadamente quieres saber más para bien o para mal. En cambio, los capítulos en los que se nos describe lo que la gata hace son MUY divertidos. Con lealtad a su dueño/amigo Ted y una actitud distante por encima de todo, sus detalles puede ser una de las cosas más interesantes de la novela. Por otro lado, los de Dee, son probablemente los más lineales y vinculan uno de los misterios con una trama más grande que parece haber de fondo. En general, me gustaron todas las voces y las encontré variadas. Y que un gato también sea narrador de una historia de miedo es muy entretenido y diferente. Ward realmente les da sus propias personalidades y se perciben bastante realistas por lo que son y sin llegar a la comedia; lo peor que le podría pasar a una historia de terror. A ver, ¿terror-terror? ¿Es una historia de terror el film What Lies Beneath (Lo que la verdad esconde en España)? Diremos que sí, ¿no? Ciertas escenas (pocas) de tensión y suspense pero las que tienen aportan terror. Son tremendas. Pues de ese rollo.

Caterine Ward realmente supo construir una atmósfera agobiante y en ciertos momentos, exprime muy bien eso. La incomodidad de hacer que te remuevas en el sillón y si estás solo o sola en casa, provocar que mires a tu alrededor como si te encontraras en un indefenso lugar. Y tiene giros y vueltas de tuerca sorprendentes. Que es para mí el punto fuerte de esta novela que tanto me recomendaron. Uno incluso me tomó totalmente por sorpresa, a pesar de que estuve atento a posibles pistas dejadas por la autora en la narración. Ya sabéis, lo que el experimentado lector siempre piensa “Esto va a acabar así”. Pues no supe predecirlo. Creo que hubo algunas pistas falsas puestas desesperadamente y simplemente gritaban alarma sobre otras pistas falsas. Y así es muy difícil… jajaj. Solo contaré que uno de los personajes tiene un trastorno de identidad disociativo que… Bueno, a partir de ahí, una historia sobre cómo aceptar la culpa y el trauma.

Muy recomendable.

Joyita que publica Alianza Editorial.

Reseña: Fagocitosis, de Marcos Prior y Danide

Extraño álbum este. O novela gráfica más bien. No tanto por su temática, sino por su tratamiento desarticulado, tanto en el fondo como en la forma. Con Fagocitosis, novela gráfica publicada originalmente en 2011, Marcos Prior y Danide esbozaron un retrato robot tan hilarante y cruel como lúcido y certero de un país en crisis. En Fagocitosis se alternan capítulos más o menos cortos, cada uno utilizando varios estilos gráficos que pueden coexistir en un mismo capítulo, desde el franco-belga con una gran nariz hasta fotos en las que se dibujan personajes, pasando por estilos minimalistas similares a algunos dibujos animados de los años 60. ¿Desarticulado? Porque si el hilo conductor parece ser una denuncia a la sociedad de consumo, y al capitalismo liberal, en realidad, va un poco en todos los sentidos. Parodia de entrevista y cuestionario de trabajo, flash-mob (divertido) en un Mac-Do (lo que se ha dado en conocer como un Marx-Do), ofertas de trabajo a menudo divertidas, pero jugando con la risa socarrona frente al cinismo, poniendo enlace a los diplomas, habilidades y sacrificios esperados, ante la triste y nula realidad de las tareas a realizar… Parodia de historietas en las que los x-pertos son una especie de presentadores al estilo Fox News, los cuales, derraman el ordo liberal y rompen el azúcar endulzado que siempre ha existido Sindicatos y Estado.

Anuncios falsos y páginas web, etc… He aquí toda la panoplia para denunciar, un poco como ciertos collages situacionistas, a una sociedad determinada (Marx y Engels tienen su relato), varias y pequeñas historias que tienen lugar en el mundo de los comerciantes, que a veces se comportan como jugadores feroces y vulgares. Anunciantes en el punto de mira, por los carteles de las marquesinas, pero también por su neolengua y su estrategia comercial. Parodia de revistas, tebeos ancestrales, delirio de Swift (su texto es excelente y dio lugar a una igualmente excelente adaptación de Monthy Python en El sentido de la vida), todo vale para delirar con delicadeza, andarse por las ramas, y luego dar el golpe final.

Mensajes subliminales a los que estamos abocados en el día a día. ¿Made in China? ¿Los chinos vendiendo lo que hacen y empresas del primer mundo vendiéndote lo que se hace en China? ¿No lo pilláis? ¿Estás dispuesto a pagar mucho más por tu ropa o cualquier juguete todo procedente desde la misma mina de oro? Y el otro responde: “Solo si me suben el sueldo”. Y de repente, al final, un personaje nos habla del fraudulento «Premio Nobel de Economía», y ahí el lenguaje se vuelve tanto más claro como más incisivo, para luego arrojar una luz más iracunda y política (en el sentido noble del término) a todas las historias leídas antes.

Un tomo un poco loco, pero cuya lectura se agradece porque no hace más que corroborar todo aquello a lo que te das cuenta cuando te haces “mayorcito”. Mucha corrupción oculta, los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más ahogados para llegar a final de mes. Cuando estalle, estallará. Aunque estemos en un país donde apenas se reclame por mucho que nos machaquen. ¿Hacer huelgas? Uff… se está mejor en casita siendo sometidos y quejándonos a la pared, ¿no? Envidia total a cómo los franceses se echan a la calle cuando toca. En fin, que me caliento. La lectura de Fagocitosis puede irritar a mucho. Te da la razón. Un conjunto de cuentos, algunos de los cuales se articulan entre sí, cada uno con un estilo narrativo ligeramente diferente, una puesta en escena a veces sorprendente y otras veces más clásica. El dibujo de Danide no está nada mal.

Reseña: Batman. Fortaleza, de Gary Whitta, Darick Robertson y VVAA

Tremendo argumento el que aporta este Batman: Fortaleza, que empieza muy al estilo La Llegada, una miniserie de ocho numeritos que ECC Ediciones trae en un genial tomo en tapa dura como genialmente hace con este tipo de obras llevaderas que tan bien quedan en nuestras cómictecas.

Contó el maestro ilustrador Darick Robertson (The Boys, Transmetropolitan) que el guionista Gary Whitta (Rogue One: A Star Wars Story, The Book of Eli) le había confesado que siempre fue su sueño escribir una historia verdaderamente épica de Batman, una que se inspirara en algunos de los rincones más oscuros e inesperados del universo DC. Además, daba gracias por colaborar una vez más con su amigo Darick Robertson lo que hacía del proyecto algo totalmente ilusionante. Y estoy de acuerdo con lo de “explorar los rincones más oscuros del Universo DC” porque que duda cabe que Batman: Fortaleza es una curiosa aventura que pondrá a prueba todo lo que crees saber sobre Superman.

Cuando una nave alienígena desconocida ingresa a la atmósfera de la Tierra, interrumpiendo el poder y las comunicaciones globales y sumiendo al planeta en el caos, el mundo se pregunta: ¿Dónde está Superman cuando más se le necesita? En la misteriosa ausencia del último hijo de Krypton, Batman decide reunir al resto de La Liga de la Justicia para contrarrestar la amenaza alienígena. Aunque primero deberá sofocar una ola de crímenes que acaba de surgir en las ennegrecidas calles de Gotham, y quién demonios sabe si todo eso está relacionado. En Batman: Fortaleza se juega bien con la incógnita de ¿Dónde está Superman? Para bien o para mal, la respuesta a esa pregunta contiene la única esperanza que le queda a la gente de la Tierra cuando un supuesto enemigo aterrador acecha. Sin embargo, las acciones y creencias de los invasores alienígenas sugieren en gran medida que el Superman de esta realidad alternativa es diferente a lo que cualquier fan haya conocido antes. Y eso lo cambia todo. Tenemos a una versión del Hombre de Acero que es acusada de genocidio y él personalmente ha sido acusado de mentir sobre sus orígenes. El hecho de que desaparezca justo antes de que lleguen estos invasores, solo parece respaldar a los que afirman que él también está en el ajo.

Una serie que mantiene un suspense impactante… hasta que se descubre el pastel. Y Batman cayendo en un pozo sin fondo. No obstante, Whitta no es un guionista potente para Batman y en mi opinión, al menos, de momento, tampoco tiene el nivel para DC. Su Lex no tiene la fuerza que debe tener y ciertos villanos secundarios tampoco. Sus marchas son alargadas, si me permiten la comparación automovilística. Ah, y ni siquiera consigue que sus deus ex-machinas se diluyan. Lo vi un guionista más fan que profesional para con el orejas picudas. Más corazón que cabeza. Y pese que a Fortaleza comienza genialmente bien y engancha, luego los ramales de tramas se estiran sin llegar a mucho. Pese a todo, recomiendo su lectura porque es un cómic digno de analizar y porque en esta vida, para gustos los colores. Pero DC debería ser consecuente con cada cosa que publica. Se ha de exigir un mínimo de calidad en las obras con personajes potentes o ya sabéis como se las gasta el mercado crítico de publicación. Mi queja, en definitiva, es que la calidad de la narración es débil, en general. Se siente como si no se pensara porqué o cuándo suceden las cosas. Todo tiene una especie de sensación de «primer borrador». Y alguien debió corregirle eso a Whitta. Me da que no se hizo. Como resultado mucha confusión tonal también. Fui capaz de ver que los escenarios van de más a menos en calidad gráfica así que me atrevería a decir que a Robertson se le pegó el mal partido de Champions League que aquí realizó Whitta. Luthor, ¿el hombre bebé? Estamos en 2023, por dios, mi hijo de cuatro años lo dibuja mejor.

Pero muy de acuerdo con lo de que Gary Whitta y Darick Robertson nos cuentan un relato de Batman muy alejado del contexto al que nos tiene acostumbrados.

Reseña: El Rey de los Espías, de Mark Millar y Matteo Scalera

Ya tocaba meterme en vena un Mark Millar, ¿no? Encima, friends, me entero que Panini Cómics saca en un solo volumen la miniserie de El Rey de los Espías que aparentemente tiene todo los ingredientes para que me guste.

En primer lugar, siempre tengo debilidad por las historias de espionaje como buen cuarentón. Luego agrego a eso un anciano al borde de la muerte tratando de enmendar todo el mal que ha hecho y ya la sinopsis me tiene totalmente enamorado. Necesitando tener pronto y devorar el cómic del señor Millar, que en un porcentaje alto ya es sinónimo de calidad. Me encantaron casi todas las obras suyas que leí. Arte, violencia y sentido del humor: el beso del chef, como dicen mis paisanos. Estamos hablando de la que puede ser una de mis lecturas favoritas del año, Realmente épica, un personaje parecido a James Bond recibiendo un diagnóstico de cáncer y decidiendo eliminar a todas las personas malas de las que recibió órdenes y protegió a lo largo de los años. ¿Os cuento un secreto? La de veces que he pensado que yo esto, my god.

La venganza. Ya sabéis, ese rencor tan potente que tanto promueve el arte norteamericano. Concepto bastante simple pero que nos marca a muchos, y en este guion bien ejecutado por el señor Millar nos conduce a su típico thriller de espías de manera soberbia. Sin embargo, El Rey de los Espías destaca para mí de forma especial ya que tiene algunos giros y vueltas geniales. Y malutos hilarantemente exagerados que se unen para hacer un paquete que simplemente funciona.

Los dibujos de Matteo Scalera, que normalmente es muy áspero y no es del gusto de algunos lectores que conozco, personalmente me dio el nivel. Le queda genial, con escenas de acción cinéticas que funcionaban perfectamente para la historia que Millar cuenta.

Roland King, el súper espía descubre que le quedan unos meses de vida y tiene más de sesenta tacos. Por lo tanto, emprende una misión para deshacerse de esos monstruos (humanos) que el mundo ha creado y lo vamos a ver pisándole la cabeza a políticos corruptos, burócratas, dueños de empresas que no les pertenecen… y mucho más. Y de forma tan épica todo que se siente como una película de acción. Porque a su vez es perseguido por la inteligencia británica y su hijo Atticus, que acude en su búsqueda al ver que a su padre se le ha ido la pinza. Teniendo que recordar, por supuesto, que este señor perdió una hija hace tiempo… Y no cuento más.

No pretendo cambiar la opinión de nadie sobre Millar. He oído que a algunos ya les cansa y que a otros nos tiene enamorados. Mi reseña no debe cambiar tu opinión sobre Millar. Si a estas alturas no te agrada y/o crees que es un completo idiota que solo escribe cómics con la idea de coger la pasta por los derechos para que se hagan películas (lo que hace, siendo sinceros) pues haya cada uno con los prejuicios. Yo miro que escribe historias que entretienen, que son un pasote, sobre todo, en la acción que consigue con sus tramas. Y si le rebosan billets por las orejas, pues ole sus huevos. Pero pocos cómics vais a encontrar tan divertidos en un tomo que recoge tan solo cuatro numeritos. Eso también os lo digo.

Reseña: Lydie, de Zidrou y Jordi Lafebre

Como suele ocurrir, tenemos un cómic donde Zidrou plantea un escenario bien construido, que proporciona una lectura amena y fluida. Y como hace a veces se apoya en un dibujante cuya línea le viene al pelo de cada historia «dulce» que relata. El postulado inicial es bastante simple, pero si consigues devorar este llevadero álbum de un tirón, que es como lo recomiendo, creo que os encantará.

En Lydie tenemos a una mujer joven que da a luz a una niña que nace muerta. Pero ella cree en su nacimiento, en su existencia, y actúa como si realmente existiera. Mmmm…, ¿he visto esto antes en algún guion, no? Y claro. Logra persuadir a todos a su alrededor (hay una unidad de lugar, ya que todo sucede en un callejón sin salida como es la década de 1930, por lo que seguimos sólo un puñado de habitantes de un barrio de clase trabajadora y nos apegamos a él) para «hacer como si» estuviesen ignorando la realidad. Pero, ¿hasta qué punto de la realidad podemos inclinarnos con esta ilusión?

Tenemos un cómic que es bastante tiernucho para mi gusto. Una historia costumbrista que se lee bastante bien y un lado sensible que a menudo encontramos en los guiones de Zidrou. Aunque otras obras, al ser más extensas, se equilibran con la otra temática metida ya sea thriller, género negro, comedia o suspense, siempre sin llegar al terror. No sé, es un autor que quiero decir que no me suele enamorar lo que escribe pero el cual con cada nuevo título que llega a nuestro país, este que os escribe, ya anda loco por pillarlo y devorarlo. El belga tiene ese poder sobre mí.

Una historia que no deja de ser un supuesto homenaje a la bondad. Un cómic dulce y simpático, sin llegar a ser pasteloso pero que se devora como un pequeño caramelo. Lydie forma parte de esta serie de historias humanas que Zidrou desarrolla en un solo plano. Y debo decir que no me desagrada. Entre otras cosas porque a menudo se permite hacer ese tipo de historias que rápidamente podrían calificarse de tiernas pero que desprenden algo innegablemente agradable de leer, en particular, por ese lado humano lleno de ternura que predomina. Y porque Zidrou asume que quiere hacer el bien y desarrollar una historia que juega, sobre todo, con los sentimientos. Lo puedo culpar por el propósito, pero no por el principio. Y el éxito está en cómo lo termina. Zidrou consigue dosificar el conjunto para no hacerlo indigesto y encontrar el justo equilibrio entre patetismo y realismo, con unas bellas representaciones de humanidad. Aunque no estoy seguro de que si todo pasó tan rápido que no tuve tiempo de darme cuenta que llega a coquetear con el fantástico. Y no sé porqué, pero encontré cierta relación con otra obra suya como es Los Mentores (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4744).

En cualquier caso, salí de este cómic con buen humor. Es el tipo de novela gráfica que te hace feliz y te pone una pequeña sonrisa en la cara. Y eso es muy difícil de conseguir, friends. Lo que no consiguió en su día (ya he recordado a qué se parecía), la serie de televisión Servant que trata el mismo tema. Y con intentos de ser terrorífica, sin llegar a conseguirlo.

Norma Editorial trae esta novedad de Zidrou. El dibujazo de Jordi Lafebre, a lo Disney en sus mejores años, es de escándalo.

Reseña: Chu (Integral), de John Layman y Dan Boultwood

Cuatro años después de que la serie original Chew llegara a su fin, la ganadora del Premio Eisner, de John Layman y Rob Guillory, la misma que podemos disfrutar gracias a Planeta Cómic en formato integral (https://www.cronicasliterarias.es/?p=9886); se vuelve a una obra genial del cómic con Chu. Una serie de precuelas que no deja de ser un nombre de coña en referencia a de donde procede. Chew fue un cómic habitual en USA en listados de superventas del New York Times, ganadora de varios premios Harvey y Eisner. ¿Y qué es realmente Chu? Pues una miniserie de diez numeritos que Planeta Cómic trae también de forma integra en un solo tomo, una serie de género negro sobre polis, criminales, cocineros y clarividentes, la mar de disfrutable. Uno de los potentes títulos que dio un fuerte empujón a Image como editorial.

Trabajando con el artista Dan Boultwood, Layman toma la perspectiva de la hermana menor de Tony. Aparece Saffron, en un mundo, justo cuando ocurre la pandemia de gripe A que sentó las bases de la serie original. Y desde el principio, la nueva serie se siente como una extensión natural de su predecesora mientras cambia su tono de cómic criminal a una aventura más orientada a la acción que da la bienvenida tanto a los viejos fans como a nuevos lectores. Por lo que ya contesto que sí a la pregunta de si este tomo es disfrutable por los que no han leído la serie anterior.

Al igual que con otros personajes en el mundo de Chew, incluidos sus hermanos gemelos mayores Tony y Toni, Saffron tiene un poder basado en los alimentos. Es capaz de aprender los secretos de cualquiera con quien come. Sin embargo, mientras que Tony usa sus habilidades únicas para resolver crímenes como detective, Saffron es una criminal. La oveja negra de la familia. Y así abrimos historia con Saffron reunida como parte de un equipo de criminales expertos para llevar a cabo un atraco masivo. Pero el tren diseñado para tal plan descarrila cuando la pandemia comienza a surgir. Y así empieza el lío entre Tony y su hermana pequeña, cada uno trabajando a diferentes lados de la ley.

Está claro que Chu es mucho más disfrutable si antes ya has devorado Chew. Desde las primeras páginas vuelves al mundo en el que se ambienta la serie anterior. Incluso con un artista diferente, la misma ambientación se siente. Layman nos sumerge de nuevo en el mundo que co-creó como si no hubiera pasado el tiempo, con muchas introducciones estilizadas y un irónico sentido del humor muy presente. Pero también está claro que esta historia es muy propia, con una actitud de más mala leche. El personaje de Saffron es genial y está bien introducido y hay una razón por la que la familia Chu nunca mencionó antes a esta chica (en la serie original). Gran parte de lo que se cuenta en esta serie va de eso. Además Layman hace una cosa muy inteligente que es crear una historia limpia y accesible para aquellos que no hayan leído nada, brindando un resumen suficiente de los personajes pertinentes que regresan.

Tony Chu es un cibópata, capaz de obtener impresiones psíquicas de lo que come. Saffron Chu es una cibopar, capaz de descubrir secretos de aquellos con los que come. Tony es policía. Saffron una criminal. Uno de los títulos más queridos de Image Comics. Como bien se ha dicho, un spin-off delicioso.

Reseña: ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein?, de Harold Schechter y Eric Powell

Siendo un estudioso de criminología, fijaos si no me iba a interesar leer y reseñar ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein?, un cómic donde uno de los grandes en el campo de la literatura sobre crímenes reales, Harold Schechter, se une al siempre genial Eric Powell, para traernos la historia de Ed Gein. Uno de los asesinos más trastornados de la historia estadounidense que inspiró películas como Psicosis, La matanza de Texas o El silencio de los corderos. Susodicho que recuerdo era un referente constante en el posgrado de Criminología que tuve ocasión de dar en su día.

Un cómic que publicó en USA la editorial Dark Horse y que Panini Cómics trae por estos lares recopilada en un solo tomo, como debe ser. Los serial killers, un mundo tan apasionante como aterrador. Lo peor del ser humano en su máxima expresión. Y expuesto a estudio. Y aunque no son un fenómeno únicamente estadounidense, que duda cabe que ellos le han dado la fama que tienen y el sobrenombre para estudio en documentos penales y de investigación. Las series y pelis han ayudado, por supuesto. Pero es un tema que es casi una obsesión únicamente estadounidense. La de libros y programas de TV que salen al año es tremendo. Nada de elucubrar sobre asesinatos en masa, guerras… un ser humano matando a víctimas concretas, en casos concretos, e intentando seguir siempre el mismo modus operandi. Eso vende que te cagas.

Gein siempre fue un caso fascinante. En términos de conteo de cadáveres (que a la people es lo que le atrae) fue prácticamente una decepción, contando apenas dos asesinatos. Pero los sombríos detalles de la casa de los horrores que habitaba en el pequeño y anodino Plainfield son los que lo convirtieron en uno de los maníacos más notorios del país de mis amores. Y su entorno llevó a muchos artistas a inspirarse para asesinos ficticios de su creación. Y lo que hizo o hacía. Pues Gein cosió trajes con pieles de cadáveres, hizo un cinturón con pezones, comió en un cuenco hecho con la parte superior de un cráneo y realizó una letanía de horrores dignos de La matanza de Texas. Se convirtió en el psicópata estadounidense por excelencia, por no decir del mundo. Y aunque indagas o estudias la historia y encuentras otras aberraciones peores del ser humano, ya sabéis como somos los norteamericanos, provocamos un frenesí mediático casi con cualquier cosa.

Ed Gein el solitario, tocado del ala, el pirado, el lunático, Eddie fue arrestado a finales de 1957, un hecho en sí mismo un tanto sorprendente porque a muchos puede parecerle que sucedió mucho antes. Al leer ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein?, es fácil tener un pensamiento en común. Para los que estamos puestos en el tema, ¿qué queda por decir acerca de alguien tan conocido cuyo status del horror ha sido tantas veces estudiado? ¿Qué hay de nuevo, viejo? (Sin voz de Bugs Bunny) Por supuesto, uno podría pensar lo mismo sobre Charles Manson, y ver cuánta nueva luz se ha arrojado sobre esa criatura del infierno en los últimos años, desde que Quentin Tarantino remodelara su historia en Érase una vez en Hollywood. Pues lo mismo. Inquietantes revelaciones sobre sus vínculos con espías del gobierno, la CIA… las conspiraciones que tanto nos gustan. Ed Gein, solitario, maltratado, patético, casi lamentable, trabajando en su oscuro oficio en una casa vacía en una gélida llanura en el centro de Wisconsin. No era Charlie Manson. Era tanto un producto de su tiempo y lugar como Manson lo era del suyo, pero era un tiempo y lugar muy diferentes. Y ahí es donde entra Eric Powell, el artista infinitamente talentoso por su obra El Bruto (The Goon, ¡por favor, que alguien la reedite!). Un genial dibujo para el horror que acompaña demasiado bien a lo que el guion de Schechter quiere trasladar.

Harold Schechter, profesor del Queens College, es uno de los grandes divulgadores del crimen real. Su trabajo es anterior a la ola actual de documentales de Netflix y podcasts de asesinatos y misterios, y ha escrito libros sobre prácticamente todos los monstruos notorios de la psique estadounidense. Aquí se centra en el caldo de cultivo que fue Ed Gein. Maravilloso.