Reseña: Hellblazer. Entre Rejas, de Richard Corben, Brian Azzarello y Tim Bradstreet

No veo tan descabellado que los números de Hellblazer del #146 al #150 se hayan publicado como tomo único y en una versión Deluxe porque es muy cierto que es todo un lujo en su conjunto la historia de Entre Rejas (Hard Time). Una miniserie que junto a grandísimos autores ahora en ciertos momentos, para mí, de Vertigo y diría que de todas, es la única que ha conseguido juntar a la crême de la crême de la historia del cómic americano. Y decir que se puede encontrar ahora mismo una trama donde el maestro del guión Brian Azzarello y Richard Corben trabajan juntos. No friends, no es moco de pavo.

Llevando a John Constantine a la cárcel.

Asesinos, violadores, mafiosos, pirados… a su alrededor. Un lugar al que si metes al ingrediente Constantine se acaba de convertir (como bien dice la sinopsis) en todo un polvorín. En lo que fue su primer trabajo para esta gloriosa serie, el legendario ilustrador y guionista de Terror, Richard Corben, se unio a Brian Azzarello (100 Balas, Johny Double…, entre otras miles), cuando lo estaban petando con casi todo. Recuerdo que fue un notición cuando nos enteramos los que seguíamos la serie mes a mes. Loquitos estábamos por completarla. Por que Entre Rejas es un historia en cinco numeritos que lleva a John Constantine a un nuevo tipo de infierno. Una penitenciaría de máxima seguridad. Y sí que es cierto que quién lo conozca pensará que Constantine no es fácil de asustar. A lo largo de su sórdida carrera, un tío que se ha enfrentado a todo tipo de monstruos, ángeles descarnados y demonios del averno… ¿qué mojonero ladrón de bancos o qué idiota mongolo asesino en serie le va a asustar? Pero aquí, my friends, el tema es otro.

Mientras Constantine ha estado en libertad, ha tenido sus cigarrillos y sus historias para soportar su calvario. Con eso, siempre ha mantenido el control. Pero, ¿qué sucede cuando sus topes de locura y control le son arrebatadas? Despojado de su gabardina característica, su paquete de Silk Cuts y la red de seguridad de sus conexiones personales, Constantine debe adaptarse a un entorno diferente a cualquier otro que haya experimentado. Un lugar duro gobernado por hombres sin escrúpulos, donde la debilidad… se extingue como el paso de un cometa. Uno que va directamente del Sol.

Las respuestas inesperadas las tenéis en esta joyita llamada Entre Rejas, publicada mes por ECC Ediciones en el formato Edición Deluxe con sobrecubierta que nadie se debe perder. Si no la tienes o nunca la leiste está claro que esta edición es la ideal para ti. Pero si ya la posees, por ejemplo, en las ediciones integrales por autor que se publicaron de Hellblazer (https://www.ecccomics.com/comic/hellblazer-brian-azzarello-1623.aspx), como es mi caso; decir que es un magnífico regalo para alguien que aprecies de verdad y/o que quieras que se enganche de una vez al personaje. Y vea todo lo que supone haber leido alguna vez una buena historia de Hellblazer.

Lo mejor de lo mejor.

Ese fue mi caso.

La etapa de culto de Brian Azzarello y Richard Corben al frente de Hellblazer por primera vez recopilada en un único tomo y de lujo. ¿Y qué decir de las portadacas del señor Bradstreet?

Esto se recomienda solo.

¡Disfrutad, qué el verano se acaba!

Reseña: Spiderman. De vuelta al negro, de Straczynski, Garney y Reinhold

De vuelta al negro es uno de los volúmenes que Panini Cómics no se cansa de reeditar y es obvio, porque es una de las historias más recientes de Spiderman que más vende y que más impacta. Alta calidad concentrada. Yo pude leerla allá por 2007 cuando se publicó por primera vez en USA y, de hecho, es otra de las que sólo habia leido en inglés y nunca en el idioma de Cervantes. Y cómo me pasó con el must-have de Miedo Encarnado (https://www.cronicasliterarias.es/?p=10270), tenía ganas de hacerme con ella para recordarla y de paso contrastar. Ver si el paso del tiempo había hecho mella en ella como para no ser recomendable. Aparte, creo que mucho de esto tiene que ver con el hecho de que rápidamente me interesé más en los números #600 numerados en lugar de los #500, ya que se nota el cambio bastante en la colección de Spiderman en esa transición. Mmmmm…, nada, nada, olvidad esto último. Es uno de los tocs que tengo con ciertas colecciones de Marvel y que casi sólo entiendo yo.

De vuelta al negro no lo recordaba tan increíble, pero como estoy tratando de recopilar los setencientos números, en mi lista estaba. Y está claro que al igual que Vuelta a casa, De vuelta al negro es un cómic centrado en problemas del personaje que se necesitan solucionar. Con originalidad y prestigio y no tocándole los cimbalines al fan clásico de toda la vida como pasó en One More Day. Y no sé si en su día disfruté tanto de De vuelta al negro (juraría que no) pero ahora ha sido maravilloso porque es de esas miniseries que te hace amar al personaje como en tu juventud. Donde Straczynski muestra una vez más lo maestro que es. Y es que J. Michael Straczynski y Ron Garney continúan inmediatamente donde lo dejaron, con Peter y MJ horrorizados porque le disparan a tía May. Después de arrojar un jeep (sí, un jeep), al francotirador, Peter se apresura a llevar a May al hospital. Una vez más, tenemos una historia en la que el bienestar físico de la tía May está en peligro y, esta vez, no se debe a una enfermedad o un infarto. Peter sabe que este ataque es fruto de reciente desenmascaramiento. Es su culpa… Bueno, recuerdo una vez en que la tía May enfermó porque Peter le dio una transfusión de sangre que ella necesitaba, y su sangre radioactiva hizo más mal que bien, pero todo el asunto de «recibir un disparo en el estómago» parece un poco más sombrío y doloroso todo, ¿no?

Siempre es increíble cuando los escritores hacen que Spiderman se apresure a tomar decisiones que obviamente vuelven al personaje más humano si cabe. Otros personajes tienen que volar rápido o correr como una hormiguita; los mortales comunes nos vemos obligados a conducir automóviles y tomar autobuses, limitados por sus velocidades. Pero Spidey se balancea por el aire con sus magníficas telas de araña y todo abotargado en sus pensamientos con la tensión creada por Straczynski. ¡Tal vez no llegue a tiempo! Y todo elaborado de manera realmente creativa. El resto de la historia es donde tía May lucha por sobrevivir en un hospital donde ingresó con un nombre diferente porque si no Parker en nada ya tendria a SHIELD sobre sus cabezas. Peter es un fugitivo aquí, no lo olvidemos, por lo que decide ponerse su viejo traje negro -sí ese que usó durante un tiempo después de ser aislado del simbionte Venom-. y a adopta un enfoque decididamente más despiadado para combatir el crimen. Mientras tanto, Kingpin en su celda de la cárcel, siente una abrumadora sensación de orgullo por su logro.

Esta es otra cosa que hacen los escritores con Spidey. De vez en cuando, se deshace del rollo amistoso del buen vecino Spiderman y se canaliza en la sangre de Peter Parker un rollo-oscuro-Bruce-Wayne-Batman que da miedito. Sobre todo, interrogando a matones. Atrás queda el buena-gente y sale el superhéroe serio con el que no quieres cruzarte si te saliste del camino recto. O si hiciste daño a su familia. Spiderman: De vueltal al negro es esa versión oscura del trepamuros que siempre quisiste ver.

Nunca hagan daño a la familia de nadie y menos a la de un superhéroe.

A golpes brota la sangre.

Reseña: La Época de Botchan Vol. 1, de Jiro Taniguchi y Natsuo Sekigawa

Nunca había escuchado el nombre de Natsume. Pero a Sôseki sí que lo conocía de la Era Meiji y, vamos…, conocerlo…, lo conocí en parte gracias a la película El último samurái, donde Tom Cruise es el héroe americano por excelencia. Sin embargo, me recomendación desde ya es ir algo documentado a mangas como La época de Botchan porque ahora que lo he vivido me consta que así se alcanzaría el disfrute máximo de esta nueva obra que recién publica Ponent Mon. Pese a todo, estamos ante un manga muy bien documento, y una cosa lleva a la otra. Se puede incluso decir que este manga es verdaderamente una tesis histórica, o al menos una biografía real, precisa y bien documentada de un escritor en concreto, en un momento dado de su vida y en un entorno real y en parte sacado del trabajo de diseño que el gran Jiro Taniguchi tuvo que elaborar. Porque mi amado Taniguchi aquí tiene un dibujo realmente excelente que, de hecho, encuentro muy occidental, tanto en su estilo como en sus trazos. Se refleja bastante bien en La época de Botchan, su eterno amor por el cómic europeo. Lo que aporta facilidad para disfrutar de todas-todas la lectura así como el placer que todos buscamos a la hora de leer un manga.

Taniguchi y Sekikawa lograron llevarme a una época de la que sé poco y me gustaría saber más. Con gran cantidad de figuras históricas de las que no sabía nada y anécdotas reales y bien definidas que me habrían parecido desagradables si no supiéramos de la Era con la que estamos tratando. Porque La época de Botchan es un manga histórico, lleno de referencias y personajes famosos (famosos al menos para aquellos que están muy interesados en la literatura y la política de principios del siglo XX en Japón). Por lo tanto, está muy, muy lejos de una historia de aventuras que podría cautivar al lector medio. Es un manga serio, muy trabajado a nivel de documentación, capaz de fascinar al aficionado a la Historia de países orientales (de ahí el consejo de compra). La época de Botchan es un manga que se disfruta sólo si esto último te fascina…, o si te haces preguntas existenciales sobre la literatura y cómo se crea y, sobre todo, si te gustaría conocer al gran Natsume Sōseki (1867-1916), de primera mano.

Natsume Sōseki (seudónimo literario de Natsume Kinnosuke) fue un escritor japonés y profesor de literatura inglesa. Sus obras más conocidas son las novelas Soy un gato, Botchan (¿os suena?) y Kokoro. Sōseki nació en el seno de una familia de funcionarios públicos, descendiente de una familia de samuráis en decadencia. En 1884 se matriculó para cursar Arquitectura en la Universidad Imperial de Tokio a instancias de su familia, aunque acabó estudiando Literatura Inglesa. En 1886 conoció y trabó amistad con el poeta Masaoka Shiki, que lo inició en el arte de la composición de haikus, momento en el que adoptó el seudónimo de Sōseki, que en chino significa “terco”.

En La época de Botchan encontramos placer sabiendo sobre la vida de este señor. Placer por el trabajo de Taniguchi y el período Meiji, que es verdaderamente fascinante. Una mezcla del Japón tradicional y Occidente moderno. Para aquellos que estén un poco interesados en la sociedad japonesa y su historia, este manga es una mina de información que, en mi opinión, justifica su recomendación lectora.

Taniguchi y Sekikawa nos regalan aquí un fresco histórico de Japón a través de uno de sus autores emblemáticos. Es bello, sensible y poético, todo lo que engloba a este manga.

Reseña: Marvel Must-Have. Miedo Encarnado, de Matt Fraction, Stuart Immonen y VVAA

Que a la colección Must-Have que Panini Cómics está publicando le va bien no es noticia. Es obvio que esto iba a funcionar porque como dice su nombre son títulos que has de tener y leer sí o sí. Pero es que de verdad, se están editando cositas tan molonas, en tapa dura y en una colección que queda tan bien en la cómicteca, que indispensable no, lo siguiente. Y es que puedes encontrar desde miniseries o one-shots que lo petaron hace años hasta obtener algunas más recientes. Autores de antes, de ahora y de los que pegan fuerte sí o sí con cada cosita que publican. Un buen frito variado para degustar donde este mes de calores que tenemos podemos encontrar el Miedo Encarnado, del siempre genial Matt Fraction y Stuart Immonen.

El evento cruzado importante de Marvel que Asedio no fue. Siete numeritos que ahora tenemos recopilado en este Must-Have que además incluye un largo epílogo que más tarde se completó en una miniserie. Miedo Encarnado -al igual que Asedio– es una historia centrada en Thor dado que el villano a batir tiene origen nórdico asi como sus avatares. Se podría decir que es un recuento de lo que fue el Ciclo Ragnarok, algo que Walter Simonson tocó al menos dos veces en su carrera legendaria con Thor. Por lo que Miedo Encarnado tiene como eje central el mito donde Thor lucha contra la Serpiente. Asi que para aquellos que son conocedores de las sagas nórdicas literarias esto sería un buen spoiler.

¿Sensaciones? Disfruté de una historia que no esperaba sinceramente que me fuese a gustar tanto. Y mirad que nunca fui de Thor. Es uno de los superhéroes que nunca me terminaron de gustar aunque es obvio que el que me conoce sabe que intento leer de todo, en especial, lo mejor de cada personaje Marvel y DC. Pero es que Miedo Encarnado tiene alcance épico ya mostrando desde un principio que los tres puntales de lanza en esta trama van a ser el noventa por ciento de Los Vengadores como son el Capitán América, Thor y Iron Man. Cada uno tiene sus momentos de heroísmo y sacrificio; un alto precio a pagar por una guerra que posiblemente no pueden ganar. El momentazo espectacular de esta historia es cuando el Capi, con un escudo que acaba de ser destrozado en mil pedazos, recoge el martillo caído de Thor con lo que invoca a sus fuerzas regulares.

Recuerdo cuando salió este evento en 2011 y como entré apor él como un venado desubicado en San Fermín. Más que que nada por el hype tremendo que teníamos muchos con el inminente estreno del film de Los Vengadores. En aquellos años yo estaba volviendo a leer cómics de pijameo dejados años atrás por la ajetreada vida del casado, padre con hijos, trabajador y a la vez estudiante. Volvía a mis adorados cómics Marvel entre cabezadas de sueño. Y recuerdo que me gustó bastante Fear Itself, que por cierto lo leí en inglés. Al leerlo ahora, once años después, lo he vuelto a disfrutar. Creo que para los que tuvieron algún problema con la historia es porque quisieron verla entonces como un enorme evento Marvel y, en realidad, tienes que tomártela como una buena historia que incluye a una parte de Los Vengadores. Recientemente he estado leyendo mucho Thor aprovechando que Panini Cómics está publicando cositas muy jugosas gracias al boom del último film. Me estoy enamorando poco a poco de él. Y Miedo Encarnado ha sumado a eso porque es de las pocas historias donde se le ve una curita de humildad.

En esencia, se trata de Thor, Odín y la Serpiente. Pero, ¿y el villano? Mucha gente tuvo problemas con él pero a mí, sí que me gusta aunque sea cierto que no tiene mucho trasfondo. ¿Y eso no le da cierto atractivo? Por otro lado, hay algunas muertes importantes que pudieran haber tenido más impacto entonces, pero al leerlo ahora y si estás muy puesto en temitas Marvel, puede ser un tema negativo el saber que dichos superhéroes vuelven a estar vivos otra vez.

Mi parte favorita es cuando Thor admite que nunca podría vencer a Hulk. Y así es, señores y señoras guionistas de Marvel. Eso es imposible por mucho que se le quiera dar al guaperas de las pelis demasiado protagonismo.

Muy recomendable.

Reseña: Noir Burlesque Vol.1, de Enrico Marini

¡Pero qué bueno es este álbum! Algunos pueden decir de Noir Burlesque que no es muy original pero… ¿qué trama de género negro a estas alturas lo es? Les digo alto y claro que no hay nada nuevo bajo el sol. Y si lo hay… dificil encontrarlo. Pero esta historia del gran Enrico Marini viste claramente de forro negro, chaqueta sublime y borsalino. Y tiene todo lo que tiene que tener una historia de este tipo donde además visualmente es sublime. El ambiente gráfico es impresionante. Donde se nos lleva a los “felices” años de la época dorada de Hollywood muy a lo La Dalia Negra o L.A. Confidential: cadillacs, mafiosos, garitos y femme fatales…, y un tipo que no duda en ponerte una bala en la pierna porque claramente antes de irte para los pinos tendrás que confesar. Y donde la guinda del pastel es esa pin-up por la que se desafían entres sí dos tipos duros de roer.

Una de las joyitas que Norma Editorial publica este mes de calores es el Noir Burlesque, de Marini. Un cómic donde el maestro suizo del cómic europeo se adentro en el género negro con su primera novela gráfica. Rapaces, La estrella del desierto (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6518), El Escorpión… son obras de este autor que uno puede devorar para ver la calidad que profesa, aunque Noir Burlesque es perfectamente un ejemplo de cómo hacer un cómic de género negro con todos los estereotipos marcados para deleitar al verdadero fan de este género tan clásico como inmortal. Y donde al autor nos lleva bajo las luces de neón de los barrios marginales de una bien reconstruida Filadelfia de los años 50. El bueno, el feo y… ¡la vedette en busca de la gloria! Donde los negocios se arreglan con un tiro, un primer álbum que deja con hambre a los tipos codiciosos de buen cómic europeo como yo. Impaciente por acariciar de nuevo con mis ojos las enloquecedoras curvas de la bella Caprice…

Noir Burlesque habla de Terry Cole. Un atracador con principios que asume una deuda que no le corresponde. Mientras lucha por cancelar esa cuenta, se reencontrará con una mujer a la que había decidido olvidar hace mucho tiempo y juntos participarán en una intriga policial de alto voltaje donde se mezclan delincuentes de poca monta, femmes fatales, policías íntegros, matones a sueldo y mafiosos sin escrúpulos sobre el telón de fondo de los Estados Unidos a finales de la década de 1940.

Esto dice la sinopsis y no pudiera estar mejor resumido… sin spoilers.

Hacía tiempo que no leía un álbum dibujado por el propio Marini. Debo decir que arroja una atmósfera muy hermosa a cine negro de USA en los dorados años 50 del pasado siglo. Solo el color rojo del cabello de la chica provoca que abramos mucho los ojos cuando sale en escena. Un detalle muy bien conseguido en un cómic que versa en viñetas en blanco y negro. Todos los parámetros clásicos del thriller están aquí: la femme fatale, la banda de matones, el héroe ladrón y verdadero rompecorazones que desapareció hace varios años y tiene una deuda que pagar. Y el amigo de la infancia convertido en policía a lo Mystic River.

Noir Burlesque es un claro homenaje a este género, un primer volumen que insisto: no tiene grandes sorpresas pero que plantea personajes y nos deja un final del primer volumen donde se prevee giritos para el siguiente. Lo suficientemente atractivos como para querer profundizar en este escenario de película. Para salivar. Así que si lo tuyo es el buen y viejo thriller policiaco, si te interesa principalmente el dibujo de Marini y te pierdes por una buena historia de estos años de atracos, sexo de «aquí te pillo, aquí te mato», tiros y desenfreno; ese cómic está hecho para ti.

Estás calentando el sitio.

Reseña: Universo Sandman. El Sueño, de Neil Gaiman, Simon Spurrier y Bilquis Evely

Para los frikis de la literatura fantástica y especialmente de los cómics de mi generación (digamos… los que son denominados ahora viejóvenes), The Sandman, de Neil Gaiman, fue una lectura esencial en nuestra juventud, años de instituto en mi caso. Años en el que término emergente «novela gráfica» pegaba fuerte además de otros tantos títulos del momento como el trabajo de Alan Moore y Dave Gibbons en Watchmen, el Maus de Art Spiegelman o el siempre reconocido El Regreso del Caballero Oscuro, de Frank Miller; obras que si no habías leído no estabas a la moda, no eras cool. Pero con la diferencia de que estamos hablando de, por muy gafapastas que se consideraran esos cómics en su momento, molaban, molaban un montón y tu vida comiquera atravesaba (y atravesará) una línea, un antes y un después, tras haberlos leídos.

La grandiosa construcción del mundo de Sandman, combinada con el hábil trabajo que tiene todos y cada uno de los personajes, y la capacidad que demostró Neil Gaiman para unir mitologías dispares, hizo que la lectura de dicha obra en su día fuera emocionante e inolvidable. Marcaba. Y encontrabas gente flipada con la serie pero también otros que la miraban con desdén porque les daba miedo entrar: gente que leía pijameo y poco más. Era algo diferente, innovador, chulo, un cómic que aplastaba panteones religiosos en caliente, y que además presentaba personajes DC con la misma naturalidad con la que se deslizaba entre números que lo mismo eran one-shots que disfrutabas junto a un vaso de leche con galletas, que lo mismo era válido para comentar en una quedada con tus amigos frikis un sábado por la noche mientras intentabas «comerte algo» en la discoteca. Números, historias, que bien tenían personajes nuevos o gente tan conocida como William Shakespeare y/o Christopher Marlowe por nombrar algunos.

Por eso y no otra, voy a leer y coleccionar todo-todito-todo lo que pueda de esta serie en lo que me queda de vida. Y ECC Ediciones es el lugar donde encontrarlo. Una de las partes más atractivas de la serie The Sandman es que es de esos raros cómics de larga duración que tienen un final definitivo. Se publicaron un total de 75 números y, por un tiempo, eso fue todo. Sin embargo, a lo largo de los años, Gaiman regresó varias veces al universo para escribir breves spin-offs, precuelas…, pero nunca hubo nada importante que se expandiera en el mundo de Sandman, mucho más allá de la serie básica. Aunque por parte de otros autores sí que se crearon cositas súper chulas como la serie Lucifer, de Mike Carey (de igual duración: https://www.ecccomics.com/comic/lucifer-integral-vol-01-de-3-3430.aspx). Fue entonces cuando se anunció que Gaiman se asociaría con Vertigo para lanzar Sandman Universe, una colección de cuatro series inspiradas y ampliadas en la carrera original de la famosa serie y de los cuatro títulos que se revelaron hubo, sobre todo, uno que me llamó mucho la atención por las metáforas en las que se movía. Obviamente, The Dreaming (El Sueño), el título que hoy os reseño.

El Sueño es la serie más aclamada de Universo Sandman y ECC Ediciones nos la trae en una edición integral (las veinte entregas de la colección) que además contiene el especial inaugural The Sandman Universe #1. El señor guionista Spurrier nos lleva de regreso al reino donde Daniel, el actual Señor de los Sueños, ha desaparecido justo cuando las cosas van mal. La ausencia de Lord Daniel desencadena una serie de crímenes y calamidades que consumen la vida de quienes ya están enredados en su destino. Hasta que lo encuentren, los residentes del reino deben proteger solos sus quebradas fronteras. Para más inri, los narradores más veteranos están atormentados por secretos invasivos, el alcaide Lucien está dudando de su propia mente, y más allá de las puertas, algo horrible aguarda con dientes y garras intentando entrar… Solo Dora, la monstruosa, encuentra oportunidades en la locura, robando sueños al mejor postor. Pero ella no tiene idea de cuán profundo yace el peligro. Mientras tanto, algo malvado sigue creciendo, haciéndose fuerte, a la espera de poder entrar…

Simon Spurrier (Motherlands, Suicide Squad) demuestra aquí todo su don apoyado en el arte impresionante de la señorita Bilquis Evely (Batman, Wonder Woman). Gran parte de la trama de Spurrier me recordó la forma en que la carrera original de Gaiman era tanto una historia sobre la narración como una historia por derecho propio. Alegórica. En El Sueño hay frecuentes metacomentarios sobre quién está narrando en un momento dado y quién de forma omnisciente. Una forma muy interesante de contar una historia. El Sueño se basa en gran medida en los personajes; aquí, la búsqueda de Dora para conocer su identidad y convertirse en ella misma, constituye gran parte del drama. Junto a la crisis de fe de Lucien y el fuerte deseo de encontrar Sueño y devolverlo a su magnificencia.

The Dreaming es definitivamente una lectura obligada para los fanáticos de Sandman, una buena historia heredera así como una digna continuación de este enorme universo. Y, por supuesto, un complemento ideal para alternar con la visual de la serie de TV en ciernes que acaba de estrenar Netflix.

Reseña: La Primera Detective, de Andrew Forrester

El anuncio en Reino Unido fue: «El pasado miércoles la Biblioteca Británica volvió a publicar un libro que llevaba agotado más de ciento cincuenta años». Y por tanto, imposible de encontrar… The Female Detective, de Andrew Forrester, que se considera la primera novela de detectives de la historia protagonizada por una mujer, volvía a estar disponible para el público de a pie. Decir que el libro solo tuvo una pequeña tirada y que voló, es decir una obviedad. Además, algunas de las historias pudieron haber aparecido sueltas en algunas revistas de literarias de dicho país, por lo que tampoco era imposible saber qué trataban. Hablamos de un libro que se rumoreaba que era muy poco probable que Agatha Christie lo hubiese leído antes de crear a Miss Marple, aunque permítanme que lo dude y que no derive esto al cajón de «publicidad engañosa». Pero de lo que estamos seguros es que La Primera Detective es, sobre todo, un apunte histórico interesante como preludio de lo que vendría después, un libro súper interesante que acaba de publicar Siruela Ediciones y que, por supuesto, yo no me iba a perder. El amanecer de un nuevo género. Aun asi, ¿cómo se sostiene lo que en realidad es una antología de relatos, en lugar de una novela detectivesca de principio a fin?

Para dar una revisión sin spoilers como suelo hacer, algunas historias son muy buenas y otras un tanto normalitas. Pero a diferencia de otras muchas antologías, las tramas buenas compensan muy mucho a las demás. Tenerlas todas bien recopiladitas en esta genial edición en tapa dura que es la colección Clásicos Policíacos, de los que pretendo hacerme con todos, porque el encontrar delicia tras delicia es un no parar; mola cantidad. La detective en cuestión, Miss Gladden o «G», es un personaje interesante. Ella es efectivamente el equivalente a una cazarrecompensas trabajando independientemente para la policía que resuelve crímenes que ellos no pueden resolver. Pero con un código moral fuerte. Y el conflicto entre dinero, justicia y moralidad, la impulsa.

A pesar de lo que cabría esperar de un libro que se denomina originalmente The Female Detective, el tema del género, en realidad, no aparece tan a menudo. Excepto por algunas escenas en las que finge ser una chismosa amistosa para obtener información, podrías reemplazar su personaje por un hombre de la época victoriana y dudo que los lectores nos diéramos cuenta. Si eso es algo bueno o no, no lo sé. Depende de vuestra opinión. Y tengo que avisar también sobre el hecho de que estamos ante una novela que data de la famosa época victoriana, por lo que encontraréis ciertos párrafos algo difíciles de asimilar y debéis estar dispuestos a leer frases prolijas del siglo XIX. Pero nada más difícil de entender que la literatura que profesaba el maestro Arthur Conan-Doyle en sus inicios.

Y algo más debo contar…, ¿o no? La Primera Detective comienza con una introducción de G, donde explica cuán importante es su papel en la sociedad. Los relatos fueron escritos en algún momento de principios de 1860, cuando la policía metropolitana inglesa no tenía más de tres décadas y la rama de detectives poco más de una. Y ambos eran ampliamente conocidos por ser corruptos. Los detectives eran aparentemente odiados, aunque hay que decir que esto para nada obstaculiza a la protagonista. Por otro lado, declara ser intencionalmente vaga en muchos asuntos de la vida: afirma ser soltera y sin hijos, o cuenta que es viuda con hijos a la gente y cositas así. Nunca sabemos qué edad tiene cuando ocurren dichas tramas pero la podemos imaginar como una cuarentona a la que ya nada de la vida asusta. Además, La Primera Detective está escrito como un libro de casos de un oficial de policía de la época. Con el pretexto de haber sido escrito a partir de Notas. No parece haber ningún orden en particular en las historias. Aunque sí que arrojan pistas tentadoras de tramas no contadas (que nunca llegaron a contarse) y me encantaría saber el trasfondo del momento en que se hizo prisionera a esa estudiante de medicina que…

Y no todas las historias se relacionan con la protagonista G. Algunas sólo son historias que le cuentan algunos policías. Esto me encantó. Y pienso copiar la idea para alguna futura antología que escriba centrada en un sólo personaje. Aun asi. la mayor parte de La Primera Detective la ocupan las dos historias más potentes del volumen. Pero hay otras cinco de las que, como os dije antes, no me arrepiento de haber leído ninguna.

Las y los feministas, pero sobre todo, los completistas históricos, han de saber que tenemos una joyita del género disponible en librerías.

Reseña: LENA (Integral), de Christin Pierre y André Juillard

Había seguido la prepublicación de El largo viaje de Lena en la revista Bodoï y reconozco que me aburrí leyendo esa historia. Ni siquiera me molesté en terminar ese álbum. Pero no sé… algo se encendió en mí de nuevo cuando vi que Norma Editorial publicaba en formato integral toda la obra y decidí que quizás algo no pude entender en su momento porque me constaba que las opiniones eran buenas sobre la obra de Christin Pierre y André Juillard.

Y vino genial poner de nuevo la mejilla. Publicada muy apropiadamente en la colección Long Courrier, de la famosa editorial Dargaud, me sedujo este largo y lento viaje de Lena cuando vi, sobre todo, todo lo que había más allá de dónde la había abandonado anteriormente. Una inmersión en un mundo de espías, pero también una huida hacia adelante para alcanzar un pasado misterioso que, una vez revelado, provoca que entiendas la historia de otra forma. Y es que, como más o menos indico, el guionista se toma su tiempo para armar una trama a menudo compleja pero que va cuadrando a menudo que la obra se cierra con el paso de los álbumes. De ahí lo esencial de hacerse con esta obra en formato integral tal y como ahora se publica este mes.

Pierre Christin, como es habitual, nos presenta una aventura de Lena que gira en torno a Oriente Medio. Por otro lado, lo hace en forma de un formidable “huis-clos” (a puerta cerrada) donde cada protagonista desconfía del otro, bajo la mirada de una perfecta Lena como maestra de ceremonias. Eso si, si prefieres los cómics con mucha acción te equivocaste de camino. El largo viaje de Lena, Lena y las tres mujeres y Lena en el brasero, se sitúan bajo el signo de la diplomacia, el thriller y no de la acción. Con personajes muy creíbles y con un dibujo perfectamente dominado por André Juillard, aún más bonito en esta edición que me dio la sensación de estar retocada respecto al álbum en francés que leí; tres álbumes que conforman una historia muy de película europea que no me extrañaría nada que se tuviera en mente. Una historia casi susurrada donde la violencia se internaliza por completo solo para resurgir al final. Una obra sobre el duelo y el renacimiento de una persona venida a menos.

Lena es una mujer desconocida, dulce, cuyo pasado se desvelará en pequeños toques, un poco como un cuadro impresionista de Seurat donde la comprensión solo aparece cuando das un paso atrás y se han pintado suficientes trazos para no parecer pocos. Seguimos el viaje de Lena en una sucesión de postales que el dibujo acolchado de Juillard nos acerca y nos aleja. Lena es extranjera en todos sitios como aquella canción de The Doors. También un poco como el héroe epónimo de Camus, no parece pertenecer a nuestro mundo. La vida es una nube de humo, detrás de la cual se esconde la verdad, como los innumerables cigarrillos que fuma…

Insisto en que el jugo de la trama está atado a las últimas páginas. Pero el viaje ya creo que merece la pena. En mi opinión, esta técnica narrativa es un poco arriesgada por parte de Christin; no todo el mundo aguanta tanto beneplácito a no ser que alguien le haya aconsejado un buenísimo final. El tiempo es corto y los libros son muchos, que decía mi abuelo. Y ese y no otro, es el motivo de esta reseña. Aclarar que si se le da tiempo, la historia lo merece. De hecho, el rostro omnipresente de Lena no oculta los acontecimientos sino que los ilumina a través del filtro de la vida de su persona. A través de los pequeños detalles de sus asuntos… Sola. Sola con mi pena.

La trama de Lena es poderosa y no solo por tratar el terrorismo internacional, sino también por tratar el dolor personal y el sacrificio de las personas en ciertos trabajos. Sobre el dolor que sofoca y quita toda sal a la vida. También es una reflexión sobre el libre albedrío. Pero, ¿Lena es libre, en realidad? ¿Prisionera de su pasado? ¿Prisionera de su venganza? Dijo Spinoza una vez que el libre albedrío es una ilusión porque si el ser humano es consciente de sus acciones, no es consciente de las causas tras sus motivaciones. Al final, ¿no es Lena fruto de la geopolítica? ¿No lo somos todos?

Reseña: Cuernos, de Joe Hill

Al igual que en la película Cuernos protagonizada por Daniel Radcliffe, en el libro de Joe Hill que obviamente es anterior, la base y de dónde parte la idea original es una máxima: ¿Por qué diablos le salen cuernos de pronto al protagonista en la cabeza? Lo cierto es que Cuernos, de Joe Hill, que vuelve a estar disponible en librerías gracias a Nocturna Ediciones, es una historia que aborda mucho más que esa simple pregunta. No sólo trata de lo que representa ser diferente. Cuernos es una historia que va sobre cómo interpretar dones, lo que representa la apariencia, los poderes del amor, la pérdida y la obsesión.

Ignatius Perrish es visto como un demonio en su ciudad natal, y está acostumbrado, incluso cree que se lo merece. Es el único sospechoso de la muerte de su novia de la infancia, Merrin. El pueblo, los vecinos, se resienten por el hecho de que no hubo suficientes evidencias para hacerlo pagar por el crimen que solo él podría haber cometido (a sus ojos). El girito viene cuando Ignatius Perrish un día se despierta con cuernos saliéndoles de su cabeza y de pronto se encuentra pensando que se merece ese mal salido del infierno que está apareciendo en su frente. Lo que muestra lo que realmente es…

Y entonces se da cuenta que esas cornamentas infernales le dan el poder de sacar la verdad de la gente. Tiene la capacidad de encontrar al asesino de su único amor verdadero. Aunque va a odiar dicho descubrimiento…

Joe Hill muestra lo genial escritor que es el hijo menor de Stephen King. Ya no hay que esconder nada porque ha demostrado que por sí mismo tiene personalidad y calidad como autor de sobra. Ya varias obras le avalan, y la última Black Phone, peli de Terror que ha sido todo un éxito en USA y que acaba de llegar por estos lares, ya os puedo decir que es una joyita del género. Un pelotazo de historia que parte de un relato suyo. Pues Hill ha heredado uno de los dones de su padre. El crear historias totalmente adaptables a la gran pantalla.

Y de calidad.

Podría haber tomado una ruta simple en Cuernos y simplemente convertirla en una historia sobre un antihéroe descubriendo la verdad y luego vengándose. Pero la verdad es que su novela es mucho más que eso. Horns analiza lo que representan los cuernos y lo que significa el diablo para la sociedad, con la pregunta ¿es el diablo realmente un ser tan malvado como se hace creer? ¿Negro oscuro, lo peor de lo peor? ¿O gris como la gran mayoría de los seres humanos? Y da un buen argumento de por qué quizás la metáfora es más mentira que otra cosa. Usar al Diablo y la imagen que los cristianos ven como una representación de él en un sentido un tanto positivo como se hace en Cuernos, corre el riesgo de molestar a las personas religiosas, pero esto no es lo que Joe Hill hace en la trama. El hecho es que sí, Ig se convierte en el Diablo o en un demonio y sus poderes podrían verse como malvados, pero en realidad no lo son. Ig puede ser un poco llorica incluso (antes y después de la muerte de Merrin), pasa la mayor parte del tiempo compadeciéndose de sí mismo, pero necesita ser ese perdedor en la vida que termina encontrando su vocación.

¿Y los cuernos le permiten finalmente encontrar las respuestas que estaba buscando? Tendréis que comprobarlo por vosotros mismos.

Muy buena novela que se devora en nada. Una historia que no toma el camino fácil para contar una trama de venganza y ya está. ¿El Diablo es siempre malvado? ¿Son los poderes otorgados a Ignatius Perrish un boleto al Infierno? Siempre decidimos nosotros.

Eso no lo olvidéis nunca.

Reseña: Alien. Linajes, de Phillip Kennedy Johnson y Salvador Larroca

El poder disfrutar en formato cómic de licencias súper chulas como Alien, en nuestro país se lo debemos a diversas editoriales. Y por el momento, una de ellas es Panini Cómics que gracias a sus novedades podemos tener este mes un nuevo volumen de una de las franquicias que mezcla la CF y el Terror de forma formidable desde que brotó y nos hizo estremecer a muchos allá por finales de los 70 y principios de los. Alien, el gran icono del cine que llega a Marvel, de la mano de Phillip Kennedy Johnson (Superman) y Salvador Larroca (El Invencible Iron Man).

En Alien: Linajes conoceremos a Gabriel. Ha estado en el espacio durante mucho tiempo y una vez fue capturado por una raza xenomorfa brutal y violenta… que todos sabemos cual es. Si bien no tiene idea de cómo escapó, está obsesionado y tiene sueños llenos de xenomorfos donde sus compañeros encuentran dolorosas muertes. Tiempo después regresa a casa con un hijo adulto que no quiere tener nada que ver con su familia, aparte de robar la información que pueda para prepararse para un asalto a Weyland-Yutani, la corporación que envió a su padre al espacio. Pero no tiene pinta de que esta idea vaya a ir bien, ya que ahora se ve atrapado en un laboratorio lleno de las mismas criaturas que persiguen a cada momento los sueños de su padre.

Dicho y redicho que soy fan total de Alien desde que impactó en mi cara cuando la alquilé en un videoclub con un amigo a mediados de los años 80. Se estrenó en 1979, sí,  pero en aquellos años las pelis tardaban bastante en cruzar el charco, y más hacia un país que nunca consigue remontar cabeza a nivel europeo como es el nuestro. Pero temas políticos aparte, en Alien: Linajes se junta que soy también un gran admirador del trabajo de Phillip Kennedy Johnson desde que disfrutara muy mucho su Last God. Eso sin contar que estaba ansioso por ver el gran lanzamiento de Alien dentro Marvel. Dicho esto, después de Aliens: El Regreso (la segunda película de la saga) ahí es donde para de contar para mí la franquicia fílmicamente . Es la última vez que me gustaron los xenomorfos en formato visual. Pero en cómic tengo que decir que he ido encontrando joyitas como Aliens: Polvo al Polvo (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2798) o Aliens 3: El guión no filmado (https://www.cronicasliterarias.es/?p=783) que publicó aquí Norma Editorial.

El trabajo de los personajes en Alien: Linajes deja con ganas de más. Son personajes muy currados a primera vista, de los que te andas preguntando cada poco que habrá sido de su vida anterior. Gabriel y los diversos cyborgs de Bishop tienen personalidad, y algunos secundarios también son interesantes a poco que salen. Aunque es obvio que están a las puertas de una muerte prematura… Diría que la escena inicial está terriblemente bien elaborada y ayuda a establecer bastante bien cuál es la terrible experiencia de Gabriel así como la nueva ambientación a la que vamos a acceder con este tomo que recopila los seis números que tuvo esta miniserie publicada en USA a primeros de 2021.

Y para ser sincero, no soy muy fan del fotorrealismo pero aquí tiene algo que terminó por gustarme. Las formas con las que se hacen. El arte con referencias fotográficas de Salvador Larroca simplemente hace que los aliens broten de la página casi de forma real. Y sé que en realidad no es algo propio de Larroca pero le reconozco cambiar y probar una nueva habilidad y haber salido airoso de ello.

El regreso de un militar a la vida civil siempre es complicado. Lo sé por propia experiencia. Y quizás por eso Alien: Linajes me ha tocado un poco-mucho la fibra.

Toparse de nuevo con los mortíferos xenomorfos tampoco es moco de pavo.

A mí me ha encantado.