Reseña: Corto Maltés. Fábula de Venecia, de Hugo Pratt

El no dejar a los grandes clásicos de lado, tanto de libros como de cómics, hará que tu vida lectora sea mejor. Creedme. Es así de sencillo. Por que lo mejor de lo mejor siempre entra bien, cualquier día, casi a cualquier hora. En cómic, hago referencia a la colección de cómics de un grande como es Corto Maltés. El fenómeno mundial del noveno arte que fuera diseñado por el talentoso Hugo Pratt. Una colección que he retomado (bueno, retomar sería si alguna vez la hubiera tenido), mejor dicho, una colección que por fin puedo obtener para degustarla ahora que Norma Editorial vuelve a editar todos y cada uno de sus números en el formato clásico de álbum al más puro estilo cómic europeo. En color o en blanco y negro. A gusto del consumidor. Fábula de Venecia correspondería al séptimo álbum de la colección. Aunque vuelvo a insistir en que Corto Maltés no es un serial propiamente dicho en el sentido que los argumentos van enlazados. Son más bien historias independientes que, eso si, tienen en común personajes y algún que otro comentario de referencia a aventuras vividas pasadas. Pero se puede empezar por donde uno/a quiera. Eso está claro. De hecho, yo nunca había leído los dos primeros números de la colección hasta este nuevo “regreso”. Y como bien dice su anuncio: Fábula de Venecia es una inolvidable aventura en la Ciudad de los Canales… y yo añado: «Al más puro estilo Indiana Jones«. Y dejo dicho ya también que, sin duda, una de las mejores historias que he leído del personaje. Si no, la mejor.

En Fábula de Venecia, Corto nos sumerge en la atmósfera veneciana nocturna, con una trama salpicada de rompecabezas, tesoros, túnicas negras y masones. Un escenario teatral, en principio, extraño y absurdo pero que se va volviendo más y más tenebroso con el paso de las páginas. Corto Maltés recibe una invitación para recorrer los rincones secretos de Venecia en busca de una esmeralda fabulosa: la Clavícula de Salomón. Pero Corto no es el único en esta búsqueda y a poco que se desplaza a la zona, surgen disparos y emboscadas sobre una ciudad bella pero que en la noche no es más que un oscuro pozo sin fondo. En la curva de un callejón, apenas iluminado por la luz de una farola, en el silencio marcado por pasos más lejanos, en la noche, una noche sin estrellas, oscura y dulce, tal vez adivinemos, apoyado contra una pared, la silueta de Corto. Silueta furtiva, inmóvil, apenas vista, apenas un fantasma tras los callejones de Venecia. En esa lejana noche veneciana, encontré esta aparición del firme marinero que venía tras el humo para infiltrarse en las calles, puentes, callejones, recovecos, en la noche oscura de una luna creciente y tan fina que brinda con whisky en un cielo sin estrellas. Y pasos que se alejan. Y la expectativa de un misterio, el sueño de un enigma, una fábula. Bajo las órdenes del barón Corvo, Corto Maltés se propone encontrar la Clavícula de Salomón. Pero los que la buscan, ¿buscan la piedra preciosa o los grimorios mágicos? Es un desafío que el difunto barón le lanza desde el Más Allá.

A través de los misterios de Venecia, Hugo Pratt nos lleva a “su» Venecia. Los patios secretos, puentes mágicos, las enigmáticas fachadas de palacios decrépitos, las puertas del gueto, estatuas de eruditos, la niebla que se eleva desde los canales… ¿Quién mejor para recrear una historia en ese lugar que un oriundo del lugar? Un diseño elegante donde los dibujos acentúan la luz y la sombra. Historia mezclada con personajes de fábula, reales y ficticios, encuentros inverosímiles para un hereje aunque para un verdadero fan de lo fantástico, una buen cómic de aventuras. De escuadristas a masones, de una joven que se cree la reencarnación de Hipatia al poeta D´Annunzio, de una joven que se parece a Louise Brooks al erudito Melchisedech, especialista en escritos antiguos. Corto Maltés no para e intenta desenmarañar el sueño de los justos. Es un tío contemplativo, siempre dispuesto a actuar, poco hablador, que escucha, observa, lo que no le impide correr por los tejados, pelear, pero adormecido y repentinamente animado como un gato en un tejado; Venecia respira en el oído de Corto misterios que se pierden en las brumas del tiempo.

Fábula de Venecia se publicó por primera vez en 1977. Un titulo que vuelve a apoyar mi teoría (varias veces comentada) que todo guión o novela que devoro del año que nací, termina por maravillarme. Me flipa.

Reseña: Tres Días de Felicidad, de Sugaru Miaki

Cada vez estoy más de acuerdo con la teoría de que, a través de otras culturas, se puede ver el mundo con otros ojos. Discernir sobre la vida de modo más optimista. Para bien o para mal. Y con eso hay que tener cuidado. Pero si estás bien centrado, tus cabales no se han aflojado ni si quiera un poco (o eso crees), puedes disfrutar de la metáfora que se esconde tras argumentos como el que os propongo hoy. Mi debilidad para esto es el continente asiático. Cómo, teniéndolos tan cerca, pueden ser tan diferentes. A poco que me inmiscuyo en la cultura de uno de estos países (preferiblemente, India, China y, por supuesto, Japón), de su obra, de su arte y de sus miedos… como caucásico mi visión del mundo y de la vida cambia. Y son obras como Tres Días de Felicidad las que te hacen verlo. Pues, qué tenemos que decir ante: ¿Cuánto vale verdaderamente la vida?

En Tres Días de Felicidad nos vamos a conocer a Kusunoki, el cual solía creer que estaba destinado a grandes cosas en su vida. Ninguneado de niño, se aferró a la creencia de que le esperaba una buena vida en años venideros. Mas, ahora que se acerca a la edad de veinte años, es un estudiante universitario completamente mediocre, sin motivación, sin sueños y sin dinero. Después de enterarse de que puede vender los años que le quedan, y lo poco que valen, decide deshacerse de todos sus bienes (si se pueden llamar así) para disfrutar todo lo posible de sus últimos tres meses de vida. Pero, ¿Kusunoki realmente ha destruido su última oportunidad de encontrar la felicidad o de alguna manera la ha encontrado?

Esta novelita que recién publica Norma Editorial en nuestro país, puedo decir que es uno de los libros mejor escritos que he leído en mucho tiempo. Tien un algo, un no-sé-qué que me golpeó hasta la médula y me dejó bastante pensativo tras acabarlo. Sin saber como articular mis pensamientos. ¿Es una novela, una historia, perfecta? No, claro que no. Pero es una maravillosa historia en muchas de sus facetas. Y lo más importante: TRANSMITE. ¿Me provocó felicidad? Sí, absolutamente. Sin embargo, es de esas tramas que sabes que no va a acabar bien. De las que te quieres preparar para ese momento trágico, para el que, en realidad, no existe preparación. Lo trágico es inevitable y doloroso de leer, pero hizo que percibiera que cualquiera de nuestros momentos en nuestras vidas, son preciosos. Y que no deberíamos desperdiciarlo en arrepentimientos del pasado y expectativas de futuro sin sentido. Tiene grandes momentos este libro.

Y eso que en Tres Días de Felicidad, Kusunoki no es un personaje muy adorable al principio. No es alguien con quien podamos simpatizar fácilmente, es un pobre estudiante universitario de veinte años y no tiene ganas de trabajar. Para colmo, es todavía lo suficientemente arrogante como para creer que es especial y no dejarse aconsejar… Está dispuesto a lograr grandes cosas en el futuro, pero sin mover un dedo. Kusunoki incluso menosprecia a las personas y nunca intenta construir ningún tipo de relación con nadie, lo que básicamente lo convierte en un paria, un ser aislado del mundo social. Encima, no tiene una vida fácil y la única esperanza que tiene para el futuro es el sentimiento siempre presente de ser «especial». Y debería preguntarse: ¿Con eso vale?

Cometer muchos errores estúpidos en el pasado. No pararse a pensar. Una vida que termina por vale 300,000 yenes (que suena a mucho pero no lo es) y que decide aceptar y vivir los tres últimos meses de su vida dignamente. Sumado a eso, vive con Miyagi, una chica que está asignada a monitorearlo durante sus últimos días para que no lastime a nadie, ni haga nada ilegal. Y ahí es cuando empieza a ver cuan extraño es tener a alguien vigilándote 24 horas del día, siete días a la semana e inmiscuyéndose en tú espacio personal. Y aceptando también el hecho de no tener ningún familiar o amigo que esté a su lado cuando muera. Ufff… Pero Miyagi no será solo una sombra. Es una persona franca y bastante vocal que sabe hablar con las personas que han decidido entregar su vida.

Tres Días de Felicidad es la tan esperada novela inédita de Sugaru Miaki. La felicidad no es algo que podamos obtener al lograr grandes cosas en la vida. La felicidad está en el presente y en los pequeños momentos que vivimos con quien nos quiere. No está tan lejos.

Lectura de las que marcan.

Reseña: Ghost Money, de Dominique Bertail y Thierry Smolderen

Empezaré por lo fácil: Ghost Money es uno de los mejores thrillers políticos y de acción que he leído en los últimos tiempos. El escenario es simplemente plausible. Tiene lo indispensable a tener para una historia creíble. Su argumento se basa en algunas teorías de conspiración bastante clásicas pero también otras que muy pocos conocen, si nunca indagaron un poco en el tema. ¿Por ejemplo? En Ghost Money estamos rastreando el cofre de guerra de Bin Laden y las travesuras de expertos sin escrúpulos y ex-militares. Por decirlo coloquialmente, todo lo que rondó USA tras pillar a ese tipo que le dio tantos dolores de cabeza. Pero hay más. Aquí tenemos personajes icónicos: entre bribones inmundos, intrigantes señores, primerizos con problemas y gente notoria desquiciada, también hay mujeres jóvenes atractivas y enigmáticas, genios de la informática y de la medicina. Nuestra puerta de entrada a este universo estará asegurada por un personaje de apariencia ordinaria: una mujer joven que, en principio, no estaba preparada para lo que se le viene encima. Una trama clásica pero siempre efectiva. Por otro lado, en este serial el suspense está bien equilibrado y los autores tienen la virtud de darnos suficientes pistas para que el ritmo no decaiga cuando toca. Y para que nos demos cuenta de que algo anda mal… Cuando menos te lo esperas, se viene todo lo gordo.

Pero vamos a centrarnos. ¿Cuál es la idea? En Ghost Money todo nace en Londres, en noviembre de 2028. Durante un atentado, una exótica desconocida salva a Lindsey y esta quedada prendada de ella. Esa desconocida es Chamza, una multimillonaria que vive de incógnito en su jet orbital (echadle un ojo a la portada). Poco después, una serie de sucesos en todo el mundo, llevan a recordar a los momentos previos al terrible atentado del 11-S en Nueva York en 2001. Todo lleva a pensar que el servicio secreto USA está en añerta y que algo gordo se está gestando. Pero Lindsey no puede dejar de pensar en su “amiga”, la cual, por cierto, es estrechamente vigilada por los norteamericanos ya que se han encontrado indicios de financiación de actos terroristas por su parte.

Otros detalles que me llevaron a apasionarme por esta serie durante la lectura fue la evolución o el funcionamiento de ciertos personajes, en particular, la joven Lindsey. Que de una mujercita emocional de la buena sociedad británica se convierte en una especie de líder de comando. Y adopta esa mirada fría que hay que tener para ello. Este cómic que contó de cinco álbumes y que ahora por fin publica Norma Editorial en un solo integral, después de una larga espera de publicaciones en el país vecino, tiene escenas muy chulas como la de los chinos pilotando una especie de robot destructivo que lleva a pensar en las mejores pelis de CF; tema que se siente cercano porque según estamos viendo en nuestra evolución actual, así podrían ser nuestras futuras guerras. En ciertos momentos, la representación gráfica de Thierry Smolderen tiene ese toque semi-manga o semi-anime, mejor dicho, del renderizado, que no me acaba de gustar dentro del cómic europeo. Lo bueno es que en ciertos momentos cambia de tercio y casi que no te das cuenta porque aquí lo que prima es la historia por encima de todo.

El guión que Dominique Bertail establece mucho el atractivo de esta serie anti-políticamente correcta. Encaja perfectamente con ese tono de nueva mirada al espionaje y geopolítica. A pesar de las portadas no muy pegadizas para el tema, Ghost Money es una trama muy digna para el amante de las conspiraciones. Es un thriller político-financiero muy tortuoso (el dinero de Al Qaeda está en el corazón de la trama) que mezcla temas cercanos a lo que vemos en las novelas de Robert Ludlum, por ejemplo, con su ciclo de Jason Bourne. Y todas estas tramas de teorías conspirativas donde el papel de USA y en particular, de la CIA, es como poco, turbio. Sumando el tema del espionaje tecnológico avanzado, que no sé a ustedes, pero a mí cada vez me asusta más, porque pueden hacer desaparecer a una persona en segundos. Y solo tu familia te recordará.

O ni siquiera eso.

Peliculón hecho cómic.

Reseña: Friday Foster. Un Icono del Black Power, de Jim Lawrence y Jordi Longarón

Friday Foster es de esas series de cómics que de pequeño vi pasar ante mis ojos pero nunca leí. Por una cosa o por otra, no me llamaba. Es más, no la compraba ni la tenía nadie que conociera. También me ocurría que pensaba que era una serie de amoríos «para chicas», esas tan de moda en los 80. Una fotonovela llevada a cómic o algo así. Pensamientos arcaicos que tenía un niño de aquellos años, porque, madre mía, lo que me estaba perdiendo…

Me parece genial que Norma Editorial rescate este clásico, en el formato que lo hace y con la calidad a la que nos tiene acostumbrados. Además, pega bastante que lo haga en esta nueva edad dorada ochentera que estamos viviendo donde, sin duda, esos benditos años, de algún modo, han vuelto. Por que recalcaré una y otra vez que ha sido con diferencia la mejor década que hemos vivido en cuanto a creatividad. Ha vuelto la moda de aquellos años, los peinados, las tramas de cine, cómics y libros, el mejor género de Terror y CF e incluso bastantes canciones que están pegando fuerte ahora, en ellas se percibe de fondo esos sintetizadores tan especiales que nos hacían mover caderas y brazos como si de títeres se tratara.

Vuelven los 80 y quizás eso lo saben en Norma Editorial por que rescatar series como Friday Foster es una muestra de ello. Historias a ritmo de funk que se adelantaron a su época y demostraron que era necesario un cambio de mentalidad en la sociedad. Friday Foster fue una tira de prensa estadounidense creada y escrita por Jim Lawrence (Buck Rogers, James Bond…) e ilustrada por el dibujante español Jordi Longarón (que usaba el seudónimo Gray Morrow), al cual eligió el mismo Lawrence. La publicación vio la luz entre 1970 y 1974 para el Chicago Tribune Syndicate. Y por eso digo que se adelanta a su tiempo. Pese a esar ambientada en esos años, tiene mucho del ochenteo que nos llegó a todos después. Para más inri, fue el primer cómic protagonizado por una mujer afroamericana. Un guion centrado en la glamourosa vida del personaje homónimo, una ex-modelo que había pasado a convertirse en asistente de un fotógrafo de moda. Pero con una inclinación innata a ayudar a los demás y una belleza natural que la convierte en un imán para los hombres. Y así Friday a menudo se encuentra en situaciones difíciles y aventuras que, sinceramente, a cualquier chica de su edad le gustaría vivir. Por supuesto, hablo de lo bueno. Y es que lo vuelvo a repetir, yo nunca supe qué trataba realmente Friday Foster. No tenía idea de quién era el personaje. Así que me hice con este cómic simplemente porque lo recordaba de mi infancia y por tener una hermosa portada. Un dibujo que mola mil. Y_ seguía pensando que era género romántico. Pero lo que he encontrado después de leerlo e investigar la historia del personaje ha sido bastante excitante.

Friday Foster no solo está bellamente ilustrado, Friday es una protagonista de tomo y lomo. Una joyita de personaje, de mujer estadounidense protagonista y lo que vamos viviendo junto a ella engancha de una forma que no puedo explicar. No son exactamente historias de romances aunque esto es uno de los ingredientes de la pizza que aquí devoramos. Friday es una fotógrafa de moda (que comienza como modelo), una chica con carrera, al igual que muchos de los personajes románticos de los 60 y 70. Friday y su jefe, Shawn North (fotógrafo de moda de fama mundial) empiezan a hacer migas y terminan trabajando juntos en la misma labor. A Friday se le asigna en una de las historias la tarea de fotografiar la llegada de la princesa Shangri de Teri-Aki, también conocida como Jenny Trevor, la mujer más famosa del mundo. Friday está un poco conmocionada por tener un trabajo así y Shawn rápidamente le implora que no deje llevar por los nervios. Que sea profesional. Y más cuando la multitud de fotógrafos acosa a la princesa Jenny lanzando preguntas hasta que esta misma se pone a gritar de lo lindo, el porqué la tratan de forma diferente a los demás. ¿Algo muy de famoso, ¿no? Friday queda alucinada y empieza a ver que este mundillo no va a ser nada fácil. Es una de las mejores historias.

A partir de ahí, se van sucediendo una serie de entresesijos, aventuras y desventuras, diría yo, donde Shawn y Friday van a tener que lidiar con el editor de SHE, la revista de moda femenina para la que trabajan. Pero también con la editora, Mame Van Clive (una «regalito» de persona), pero también con otros muchos personajes como el agresivo paparazzi, el vil Ferdy Trask. Como bien dice la sinopsis editorial: «El regreso de un clásico de culto de la Blaxploitation». Y es así de todas-todas. Para los que no conozcan el término, se refiere a argumentos o filmes de explotación negra. Un movimiento cinematográfico que tuvo lugar en USA en los años 70 donde se ponía a la comunidad afroamericana como protagonista principal y que fue un boom sin precedentes, donde se brindaba por la música funk de fondo. Se mete a Friday Foster en este saco porque, de hecho, en 1975, Friday fue llevada al cine con el mismo nombre y protagonizada por la gran Pam Grier.

Una mezcla de aventura y romance, con un rollito muy chulo a lo Sexo en Nueva York, una joyita de edición que además recopila bocetos ampliados, ilustraciones, fotos, ensayos, artículos, información tras la escena… Y todo un conjunto de detalles que lo vuelven un volumen único e indispensable que ningún comiquero de pro debería pasar por alto. Sin duda, una de las reediciones más sorprendentes del año.

Reseña: Brujeando (Integral), de Juanjo Guarnido y Teresa Valero

Lo que es querer leer un cómic sólo por el dibujante… ¿Os pasa? Ciertamente, no fue una sorpresa para mí descubrir la nueva serie Brujeando que recién publica Norma Editorial en un volumen recopilatorio. Juanjo Guarnido (Blacksad) haciendo lo que mejor sabe hacer pero esta vez uniéndose a la siempre encantadora Teresa Valero para escribir un guión fantástico para todas las edades. Pero de todos modos, no deja de ser un mini-shock el ver a Guarnido cambiar su registro haciendo un álbum muy diferente al del detective-gato-negro. Con esta serie de tres álbumes que ahora se recogen en uno, las principales motivaciones de Juanjo Guarnido son complacer a los jóvenes lectores está claro. Pero, ¿no son a los adultos amantes del buen dibujo a los que reclama casi sin quererlo? Yo he levantado la mano.

Dos autores que presentan un buen título que mezcla humor y fantasía. La historia nos cuenta las aventuras de tres brujas, Brygia, Sortilega y Walpurgis, que adoptarán un hada bebé cuando le dan la bienvenida a su sobrina Panacea y a su pequeña familia. Una historia bastante rítmica que en ningún momento se detiene. Sin embargo, admito que esta historia se ve bastante orientada adolescentes aunque no a los más jóvenes. Algo parecido a lo que ocurre con las pelis de Pixar o Dreamworks que se estrenan actualmente. De ciertas edades hacia arriba, se disfrutan muchísimo. De hecho, el cómic contiene referencias al mundo de la magia y los medios de comunicación que pueden desconcertar a los jóvenes «menos puestos”. Eso, si no sumamos que al comienzo el guión se vuelve algo complejo para un no-lector constante pues trata dos historias paralelas.

Tres álbumes ahora recopilados en forma integral de una serie bastante chula. La primera parte de la historia sirve, sobre todo, para presentarnos a los principales protagonistas, criticar a los medios de comunicación y criticar con humor nuestra sociedad de consumo. La narrativa, en mi opinión, se combina con un poco de diálogo. En cuanto al humor utilizado, se disfrutan muchísimo los momentos de conflicto entre las tres brujas. De hecho, estas tres abuelas me parecieron entrañables. Pero está claro que desde ese día en que la pequeña hada Hazel se escapa de su país y pone patas arriba tanto lo que tiene por delante como lo que deja detrás; ya nada será lo mismo.

En la segunda parte se desarrolla fuertemente la búsqueda. Las hadas no están dispuestas a quedarse con los brazos cruzados mientras la pequeña Hazel anda perdida por esos mundos insondables de seres aterradores como los trolls, los humanos, los enanos o incluso esas mismas que dicen cuidar de ella. ¿O quizás es peor para ellos tenerla? Como colofón del tríptico, Hazel vive feliz en el mundo de las brujas y por nada del mundo quiere abandonarlo. Pero la reina de las hadas sigue obsesionada con traerla de vuelta. Ha diseñado un plan para que uno de sus súbditos se infiltre en casa de Sortilega, Panacea y Brygia y se haga pasar por un bebé abandonado y entonces… Tendréis que verlo y disfrutar de la historia final por vosotros mismos.

Lo digo claramente, una de esas potentes productoras cinematográficas que mencioné antes, con Brujeando harían un peliculón. Gráficamente es un portento -como no espero menos de mi tocayo Juanjo Guarnido-, los tonos han sido elegidos con criterio y son agradables de contemplar. Los personajes son muy expresivos y tuve la sensación de que salían directamente de un dibujo de Walt Disney clásico en ocasiones. De hecho, me enteré que el autor trabajó en un estudio de animación como subcontratista de Disney Pictures en su día. Por otro lado, la narración me pareció muy correcta y disfrutable. Los tres protagonistas principales (las brujas), para el recuerdo. Aunque quizás es que soy tan fan de las brujas como personaje fantástico que todo me encanta. Como poco, si habéis leído hasta aquí, este integral es para vosotros.

Reseña: Aniquilador, de Grant Morrison y Frazer Irving

Con el poder fácil de crítica internetera, nos estamos volviendo bastante exigentes. La crítica fácil, hiriente, en muchos casos, está a un paso. Y encima te suele venir de un verdadero «entendido». Todo esto en el sector que quieras. Amplia oferta. En el mundo literario y de cómics, hasta te suele venir de un bebé de veinticinco años que se aburre más que respira. No obstante, leer reseñas, criticas de un cómic USA nuevo, y que el noventa y nueve por ciento de la gente lo categorice de 10; eso no es raro, sino lo siguiente. Es de extrañar y asusta. Por qué todo lo que mayoría pone por las nubes, al que mira de soslayo le tira para atrás. ¿Cierto, señor filósofo? El ser humano es bastante complejo. Y da igual si en este caso el tema viene de la mano de un autor de renombre como es Grant Morrison. O quizás no de igual por que yo con Morrison siempre tengo sentimientos encontrados. Excepto cuando hace Ciencia Ficción. CF obtusa de la buena.

Aniquilador (Annihilator) es el último trabajo de una nueva era en la carrera de Grant Morrison. Uno de los autores más prolíficos y comercializables del noveno arte. Después de trabajar como un importante arquitecto y escritor en DC Comics durante décadas, Morrison pasó a proyectos propios comenzando con la miniserie Happy!, que tanto me encantó en su día. Y me remito a ella para comparar. Pues Happy! encuentra esperanza en el dolor, mientras que Aniquilador se centra en la desesperación que es el centro de la creación. Y con esto hablo del autor así como del protagonista de Aniquilador. Quien crea tiene que afrontar constantemente el abismo de la nada, creando algo de donde  no hay nada y se enfrenta al fracaso y el abandono. Con humor seco, atmósfera inquietante y una dosis de asombro de CF, es cierto friends, Morrison aquí crea una maravillosa trama.

Los eventos de Aniquilador siguen a dos personajes, ambos viviendo en una confusión de ficción y realidad. Nos presentan a Ray Spass (que no se donde oí que se pronuncia Ray «Espacio»), un guionista de cine que alguna vez fue famoso y al que se le ha dado una oportunidad de franquicia cinematográfica titulada Aniquilador, como un medio de salvar su decadente carrera. Ray quiere contar la historia definitiva de casa encantada pero ambientada en el espacio exterior. Como tal, se ha mudado a una mansión terrorífica de esas que vienen con historias paranormales detrás aparte de oscuridad y depravación. Ray tiene muy claro que su nuevo guión se centrará en el personaje de Max Nomax (un gran nombre morrisoniano que representa astutamente la dualidad), y todo como si Nomax viviera una vida normal. Dos tipos que se ven peculiarmente similares, pero tienen estilos drásticamente diferentes. Aparte de que ambos están preparados para esos agujeros negros simbólicos y literales… Es decir, el meta-cómic dentro del meta-cómic.

Los agujeros negros son un símbolo recurrente desde que empieza la trama. Lo que subraya su intención muy al estilo del film Donnie Darko. No obstante, este cómic trata al cien por cien la desesperación del acto de la creación… cuando no aparecen las musas. Para Nomax es como encontrar la cura a la muerte, para Spass es el proceso de comunicar una visión (más una pequeña cura de muerte) desde el sumidero de esa mansión ubicada en Hollywood donde los agujeros negros representan la finalidad de todas las cosas. ¿Cómo en todos lados?¿Es de extrañar entonces que se detecte otro agujero negro (juego de palabras) en una resonancia magnética del cerebro de Spass? Aquí hay que darle al coco, como suele pasar cuando Morrison se pone “durete” al intentar una renovación creativa. Spass enfrenta su desafío más difícil al escribir esta película. Depende todo del acto de borrar el interior de la mente, una idea que parece funcionar en múltiples niveles de significado. Y si no me explico bien, mejor leer el cómic… jajaj. Un tomito en el que Frazer Irving aporta un dibujo semi-realista y semi-fotográfico que me dejó ojiplático. (¿Veis a Prince por aquí?).

Aniquilador es de esas historias que dejan muy buen sabor de boca pero que casi no entiendes. Al menos, en mi caso. ¿Otra comparación peliculera? Lo mismo me ocurrió con Interestellar.

Reseña: Las Grandes Batallas Navales. La Hougue, de Jean-Yves Delitte

A los inquietos nos gusta saber de todo. Ser un poco maestro-liendre pero sin el “entiende”. Bueno y sin el “de nada” también. Mente inquieta. ¿Qué te gusta el Terror? Pues conocer autores y textos clásicos que nadie conoce. ¿Qué te gusta la Fantasía? Saber de donde procede cada mito. ¿Qué te gusta lo bélico? Pues saber, conocer o sumergirte en historias que desarrollen en batallas de las que uno no tiene ni idea. Y si quieres profundizar algo más en el tema bélico solo debes centrarte en batallas navales. A ver, ¿cuántas batallas desarrolladas en el mar conocéis en profundidad? Nunca mejor dicha, la metáfora. Yo pocas. Por no decir ninguna. Por eso me pareció tremendamente atractiva la colección de cómics de europeo que está publicando Norma Editorial. Una muy recomendable serie de cómic denominada Las Grandes Batallas Navales, a la que echar un ojo a poco que te guste el tema. Algo tan diferente como refrescante. Una colección del pintor oficial de la Marina, Jean-Yves Delitte, con el que disfrutar de estas historias que abarcan desde la Antigüedad hasta la II Guerra Mundial.

Hoy os presento el último leido llamado La Batalla de Hougue. De la que, por supuesto, nada sabía. Específicamente, claro. Porque es una de las muchas batallas que se sitúan dentro de la Guerra de los Nueve Años, eso si. Aquella guerra en la que Francia andaba inmersa a finales del siglo XVII y una con las que se intentó poner freno a la expansión territorial de Luis XIV. Bien, pues es una de las mayores derrotas de la Marina Real Francesa. Una flota que se tuvo que enfrentar a una gran coalición de naciones porque de no ser así… en Inglaterra se hablaría francés. Pero como otros grandes momentos de la historia en los que ingleses han gozado de la suerte que se necesita (clima, consecuencias de otros hechos que se suman y que otros no tienen), pues ya estoy adelantando que fue un potente fracaso. Y es que en 1692 el Rey Sol decidió ayudar al rey católico derrocado Jacobo II a recuperar el trono de Inglaterra. Con un plan arriesgado, como era hacerse con el control de las aguas del canal de la Mancha para facilitar el desembarco de un enorme ejército.

Pocas cosas salieron bien. Pero profundizo un poco más. Desde 1688, Francia se ha visto envuelta en la Guerra de la Liga de Augsburgo. Una gran coalición formada por la Monarquía Española, el Sacro Imperio, el Reino de Suecia, el Reino de Portugal, las Provincias Unidas, algunos reinos Inglaterra alternos y Escocia. En este contexto, el Rey Sol traza un plan atrevido con Jaime II pero su impaciencia hace que envíen a una flota francesa incompleta con solo unos cuarenta barcos. Fue el vicealmirante de Tourville quien había recibido órdenes: «¡Navegar a toda costa y enfrentar al enemigo sin importar el tamaño!». En el siglo XVII, las órdenes no se discutían, especialmente cuando hablaba el Rey, por muy idiota que fuera una idea y por muy idiotas que fueran los reyes que hablaban sin saber. Si el enfrentamiento entre el ejército naval francés y el anglo-holandés se hubiera limitado al de Barfleur el 29 de mayo de 1692, los franceses seguramente se hubieran hecho con la victoria (incluso una excelente victoria), pero con su cuarenta y cuatro barcos y sus más de tres mil cien cañones, el vicealmirante de Tourville no pudo con una flota anglo-holandesa de noventa y ocho barcos escoltados por fragatas que llevaban casi nueve mil cañones. Una batalla que por desgracia no terminaría aquella noche de 1692.

Y ahora imaginad la posibilidad de vivir/leer todo esto en formato cómic. Cómic europeo del bueno y en uno de los geniales álbumes ligeros de dicha colección que se marcó el autor Jean-Yves Delitte. Eso es La Hougue.

Reseña: Manor Black, de Cullen Bunn, Brian Hurt y Tyler Crook

El otro día en la reseña de Los Dementes (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4985), os decía que una de mis nuevas aficiones comiqueras para asegurarme el disfrutado era intentar leer todo lo que salía de Cullen Bunn en este país. Por que siguen llegando cosas. Y todo gracias a Norma Editorial que parece haber puesto el ojo en él y mejor aún, en sus series de Terror. Y, en definitiva, eso es. Tras“pasarlo “bien” con Los Dementes, uno quiere más. Una muy buena opción para mis macabros planes ha sido leer Manor Black. Una serie en TPB, novedad de mes que se va. Y contnué la misma idea: llegar a la serie sin tener ni pajolera idea de qué iba. Introducirse en el miedo, sabiendo que estaba, nada más y nada menos, que ante los mismos creadores de Harrow County. Una serie que nos está flipando a muchos.

Conocer la vida y maldición de Roman Black, el anciano patriarca que desea salir de la espiral mortal en la que se haya inmerso; antes de que sus siniestros hijos comiencen a pelearse por quién tomará el control de la Mansión Black. Pero Roman, después de todo lo que ha hecho en sus casi doscientos años en esta tierra, piensa: ¿Así será su legado? Se le ocurre que quizás la esperanza esté en manos de un joven maga llamada Ari. Roman romperá todos los moldes cediéndole sus poderes para que todavía quedé esperanza en el mundo.

Un mundo que quiere arder.

Si tuviera que usar una palabra para describir Manor Black, sería «inquietante». Hay un constante presentimiento de mal rollo en cada página. No se detiene, ni por un momento. Puedes llegar a pensar que tienes un segundo para recuperar el aliento cuando nuevamente Roman avanza a través de su vasta mansión escudriñando, aunque sabes que, en realidad, está atrapado en la garganta de un ser monstruoso que lo quiere engullir. Y lo sé, friends, lo sé. Muchas de estas geniales sensaciones que aporta el cómic es atribuible al artista Tyler Crook y su estilo incomparable. Provoca una variedad de niveles de Terror, desde lo sutil hasta lo absolutamente aterrador con escenas de acción. ¿Por ejemplo? Las primeras páginas de Manor Black donde tienen a Ari en una camioneta y huyen. Es una forma tensa de mostrar un cómic y solo lo es más cuando doblan una esquina y ven a un espeluznante hombre enmascarado parado en la carretera. Un sorpresón, un susto de los buenos, que se traslada maravillosamente bien al lector. Además, lo inquietante que es pensar cada segundo, que no estamos seguros, que no tenemos ni idea de cuáles son las reglas, ni los planes, de la Mansión Black.

¿Cuáles son los verdaderos horrores y monstruos aquí?

Otro gran ejemplo es cuando Roman visita un gran reloj de arena, presumiblemente lleno de sangre. Literalmente, está viendo cómo se le va la vida. Entonces Crook (con sus dibujos) captura ese sentimiento de tristeza en la mirada de Roman. Al instante, entendemos cuánto tiempo ha estado en «el proyecto” y el poco tiempo que le queda para marcar la diferencia. Pero la cuestión de la trama, del guión, es cómo actuará Roman. Y nos preguntamos: ¿Es un hechicero malvado? ¿Benévolo? Todavía lo estamos averiguando. Los escritores Cullen Bunn y Brian Hurtt nos mantienen entre pesquisas, especialmente después de ver lo que hay en la habitación tras el reloj de arena…

Manor Black no trata sólo a hechiceros oscuros. También hay una perspectiva humana y eso nos muestra cuán inusual e inquietante puede llegar a ser esta historia. Eso, solo habiendo leído el primer TPB que recopila los números del #1 al #4, de una serie que está hecha a medida para los fans de Harrow County y/o The Sixth Gun (serie de Cullen Bunn que me muero de ganas que se publique en nuestro idioma). Pero tiene sentido, ¿no? Cómics hechos por el mismo equipo creativo con el que ya nos vamos deleitando en Harrow County, donde ofrecen uno de mis tipos favoritos de Terror. Ese ente argumental que se filtra en tu piel y te hace sentir incómodo mientras vas leyendo.

Me encanta.

Reseña: Krieg Machine, de Jean-Pierre Pécau, Mavric, Andronik y Fernandez

No digáis que no atrae una serie de cómics basada en tanques específicos o máquinas de guerra que tuvieron su historia en particular durante la Segunda Guerra Mundial. Algo chulo y original, al estilo de aquel film llamado Fury (Corazones de Acero) donde Brad Pitt y toda su tropa nos hacía amar los tanques de una forma distinta. Tras Esta Máquina Mata Fascistas (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/maquinas-de-guerra/esta-maquina-mata-fascistas), Norma Editorial vuelve a publicar otra chulada de álbum como es Krieg Machine. Otro de los titulos donde Pécau y Mavric relatan una nueva historia donde hombre y máquina tienen su historia. ¿Y ahora? Ahora le toca homenajear a la obra de arte tecnológica que era el Panzerkampfwagen VI Tiger alemán. Desarrollado por la industria de guerra nazi, una de las máquinas más temidas por los Aliados. Capaz de derrotar a todos los otros tanques (así de claro), el Tiger entró rápidamente en la leyenda de los carros blindados. Y hablo con conocimiento de causa por que este que os habla, hizo maniobras en uno de ellos durante mis años en el ejército profesional. Aunque no uno exactamente como se describe en Krieg Machine, sino la copia americana que se hizo años después. Ya sabéis, USA y la U.R.S.S rápidamente copiando lo que los nazis idearon.

Krieg Machine nos traslada a 1942, a Renania, en el norte de Westfalia, donde Otto Von Sholtiz y Kurt Seibel se encuentran en el centro de entrenamiento de tropas blindadas en el castillo de Paderborn. Lugar donde se hará la presentación del último tanque de la Panzerwaffe. Por fin se puede mostrar al mundo, el famoso Tiger. Un máquina que es una bestia que devorará el alma de toda tripulación que se meta dentro y se fundirá con una ideología nazi poderosa, celestial, que los llevará a ser, allá por donde vayan, invencibles. Y al igual que el primer tomo, este álbum parece contar una historia sobre la Segunda Guerra Mundial, que es mucho más que eso. La originalidad aquí es haber colocado una máquina en el centro de la historia, un tanque, el mejor tanque que ha conocido y creado el ser humano, para después ponernos en la piel de los dos protagonistas. Pues más que una docuficción sobre el conflicto, o sobre la máquina, trata, sobre todo, la relación fusional entre hierro y carne que hay con sus porteadores. Con un dibujo curioso que aplica un animismo fantástico e ¿improbable? Pero que la máquina Krieg fue capaz de realizar…

Los dos años de invencibilidad de esta gran y malvada bestia favoreció el surgimiento del afán de muchos por estas maravillas de la ingeniería industrial de la época. Permanece, a día de hoy. Eso si, un álbum que se centra en la tripulación: un capitán, hechizado por su morbosa misión, y un ayudante, fiel “escudero” que pierde ilusión con cada avance. Seguimos a ambos desde 1942 hasta 1945, hasta un final crepuscular y apocalíptico.

Para el recuerdo.

Que me ha provocado sensaciones extrañas. Krieg Machine muestra un clasicismo desgarrador. La historia cuenta con una serie de explosiones «magníficas», cargas «heroicas», crímenes de guerra y una fascinación inquietante por los valientes petroleros germánicos que tanto miedo dieron a las naciones ganadoras del conflicto.

El dibujo de Sénad Mavric y Philip Andronik (dos chicos bosnios) es realista y tira bastante a film clásico. Además, de estar muy bien documentado, como pega, no me gustó que en algunas partes del cómic algunos rostros fueran esbozados apresuradamente. Como si hubiera prisas.  Eso no me gustó, por que hablamos de un cómic de la BD, donde el detalle debe ser una virtud casi impuesta. Pero, en definitiva, una gran historia del maestro Jean-Pierre Pécau que se basa muy mucho en los personajes.

Segundo de cuatro álbumes muy recomendables y de tramas independientes. Ideal para todo lector de cómic bélico. Se aprende bastante, esplende la sensación de estar allí y seguramente provocará que quieras saber más de esta poderosa arma y sus usuarios.

Reseña: Los Dementes, de Cullen Bunn y Jack T. Cole

Y ahora uno de Terror. Un cómic de Terror por Cullen Bunn. El guionista de moda. Aunque esta recomendación en realidad viene a través de un colega que tiene una tienda de cómics especializada y que como súper amante de Marvel/DC de toda la vida, rara vez le gusta un cómic de Terror. Pues va el tío y me recomienda Los Dementes. Nerviosamente, me lo recomienda, como si estuviese rompiendo sus principios. Y os cuento: este colega no es un tontolaba cerrado de miras. Sigue a todo buen autor que se precie y ya desde que se publicó en USA viene hablándome de Los Dementes (The Unsound) el titulo que BOOM! Studios que ahora publica Norma Editorial. Un cómic que encantó a todo fan del género. El más atrapante y más primigenio que posee el ser humano. Ya lo dijo Lovecraft. Y mi colega el tendero dijo: ¡Pelotazo, nen! Así lo definió. Aunque también me dijo que Cullen Bunn como guionista siempre aporta un grado de humor negro a su narración, que es interesante experimentar esta conjunción que puede parecer sencilla, a priori, pero que no es del todo así.

Terror del bueno, señores. Los Dementes se desarrolla desde el punto de vista de Ashli Granger, una enfermera que comienza un nuevo trabajo en St. Cascia, un manicomio con más pacientes que personal y más misterios que ambos. Una atmósfera extraña en la que te adentras, extraña e inquieta donde Ashli te lleva de la mano, por lo que su miedo es el nuestro. ¿Lo importante en el género de Terror? Crear una atmósfera es clave en un cuento de terror y Jack T. Cole (el ilustrador) lo consigue. Lo es todo si encima es realista. En casi cada escena de Los Dementes obtenemos una versión distorsionada de la realidad pero lo suficientemente cercana como para ser inquietante. El apartamento de un vecino extraño, un viaje al trabajo poblado de vagabundos despotricando y un hombre que lleva extraños frascos de órganos. Madre mía… No recuerdo una historia en cómic que me diera tanto mal rollo. Una vez que llegamos al hospital, el ambiente (los tonos gráficos también) se vuelven grises y azules de la mano del ilustrador Jack T. Cole, que hace un gran trabajo para dotar a los pacientes como si fuesen seres de otro mundo. Donce los celadores pasan a ser personas de trajes oscuros y monstruos sin rostro burlones. Un lugar para mirar, observan, fuera de los diálogos que se están produciendo.

Adivinar quién está cuerdo y quién no.

¿Y por qué he pasado directamente a hablar del dibujo? Por que es lo que consigue de todas-todas increpar en esta historia. Ponerte de mal rollo, hacer que de vez en cuando, si estás solo en casa, mires por encima del hombro a esa esquina de tu hogar en la que antes no te habías fijado. Desde la primera entrada incómoda a St. Cascia, donde la prota encuentra una hoja de afeitar en recepción, Ashli tiene una inquietud que solo aumenta con cada interacción. Páginas de último capítulo que actúan como introducción a las imágenes inquietantes que te va entregando a la trama. El desconcierto de Ashli ante algunos hechos inexplicables (un adicto conducido por hombres extraños a habitaciones sin identificar, un paciente que siempre usa una máscara de plato de papel…); escenas que desconciertan tanto a la prota como al lector.

Un buen thriller psicológico en gran parte porque toca muchas pautas del género de Terror. Pacientes que afirman que no deben estar allí, el amable vigilante de seguridad, un misterioso médico-jefe que aún no ha sido visto. Pero el giro impresionante que toma Cullen Bunn es usar lo que podrían ser tropos básicos y convertirlos en algo nuevo y escalofriante. El guion de misterio y atmósfera de Cullen Bunn se fusiona terriblemente bien con el dibujo de Cole. Una cosa que hace muy bien Bunn también es, saber cuándo dejar el diálogo en segundo plano para dar paso a las imágenes. Que trabajen y actúen por su cuenta. Pero al final, el viaje al que lleva Los Dementes se convierte en un solo tema.

Un desenlace que comienza a tener sentido dentro del sinsentido.