Reseña: Aliens. Polvo al Polvo, de Gabriel Hardman y Rain Beredo

Si uno es un enamorado de la película, de las películas, de los cómics, de la franquicia, y no tiene para comer, tendrá que salir fuera a buscarlo, ¿no? Al bosque, a la montaña o a la tienda de cómics. Para los que somos fans de Alien, y todo lo que el film de James Cameron y esa alineación de autores inspirados crearon en su día, en nuestro país el bosque-frutal se llama Norma Editorial. Lugar donde encontrar nuevas historias de una de las más geniales sagas de Terror de todos los tiempos. Entre sus novedades, anda este mes, Aliens: Polvo al Polvo. Un pequeño tomito en tapa dura que recopila la miniserie de cuatro números del guionista Gabriel Hardman, un examen aterrador de porqué hay que temer a los Xenomorfos.

Después de Aliens: Órbita Muerta (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-americano/alien/aliens-orbita-muerta), tenemos nueva aventura en Aliens: Polvo al Polvo. Al igual que con Órbita Muerta, Polvo al Polvo es otra serie en la que el escritor y el artista son una sola persona. En este caso, Gabriel Hardman. Debo decir que estoy disfrutando mucho al ver estas series publicadas en nuestro país, que el bosque siga dando fruta a los monos-frikis insistentes que somos, que necesitamos saber más y más de esta ambientación. Pues además gusta también encontrar una única voz creativa que impulse narrativa y arte. Con un apoyo potente en el color como el que en este caso aporta Rain Beredo.

Aliens: Polvo al Polvo abre en medio de un brote en la colonia Trono en LV-871, cuando el joven Maxon Cregar (Max) es despertado por los sonidos de otros colonos que intentan luchar contra los aliens. Pronto descubre a su madre con un “regalito facial” mientras duerme y cuando se resarcen de todo y ella despierta, madre e hijo intentan unirse a la lanzadera de escape para evacuar la colonia.

Algo que realmente disfruté de esta miniserie es la sensación de plena acción, de desasosiego, que tiene desde la primera página. Te arrojan directamente al meollo de la cuestión. No hay una acumulación lenta, no hay páginas de exposición y no hay una comprensión real de lo que está pasando o porqué se ha ido todo al garete en tan poco tiempo. Simplemente, ya se encuentran en medio de la infestación e intentan salir de ella, cual peli de zombies. Otra cosa que me encanta es que está ambientada en una colonia que en realidad es/era funcional y estaba desarrollada. Hay un puerto espacial, hay edificios y calles y no todos parecen estructuras prefabricadas. Mola ver una una mirada más completa a una de las colonias desarrolladas en el universo Alien. Pero desafortunadamente, fue algo así como un vistazo corto, aunque se disfruta esa mini-ambientación propuesta. Dicho esto, finalmente llega una explicación en las páginas finales del último número y, en mi opinión, hubiera estado perfectamente bien sin ello. A veces, es mejor no saber, o quizás soy yo al que le gusta brindar por los finales abiertos.

Leí una entrevista en la que Gabriel Hardman hablaba de estos cómics que al parecer son una serie en su conjunto. El autor solía hablar de cómo deliberadamente quería utilizar a un personaje más joven como protagonista principal para reforzar un sentimiento de impotencia y falta de comprensión. Y lo cierto es, que encaja bastante bien con la falta general de antecedentes de la situación. Pero así como en otros cómics alabo la insistencia de crear unos personajes realistas, en Aliens: Polvo al Polvo el mérito es otro. Una aventura muy rolera, si me permitís. Aquí, pasa esto, y sálvese quien pueda. Ya veremos después. No encuentras ningún personaje perdurable, el Capitán de la lanzadera de escape ni siquiera tiene un nombre. Y no es algo malo. Todo lo contrario. Es otro modo de contar una historia. Es decir, Hardman hizo algo interesante con Maxon que me gustó bastante. Aunque es el personaje principal, aprendemos muy poco sobre él a lo largo de la historia. Tiene el impulso de sobrevivir, como todo ser humano, y lo que dicen los que le rodean realmente parece afectarlo, pero vocaliza muy poco sus pensamientos.

También me gustó especialmente el trabajo de diseño. Un problema que tengo con muchos de los cómics antiguos de la serie es que no necesariamente parecen encajar en el universo de Alien, o al menos a mí me lo parece en apariencia, entornos y tecnología. Bien, pues os aseguro que Aliens: Polvo al Polvo introduce directamente al universo peliculero.

Un gran marco, una gran construcción ilustrada, una buena aventura.

Reseña: Damas Asesinas, de Tori Telfer

El veneno es el arma de los sin emociones, los sociópatas, los verdaderamente crueles.

Y de las mujeres, dijo uno.

Y se lo cargaron.

La recomendable Editorial Impedimenta lleva un tiempo que no me deja dormir. Va publicando esos titulitos de libros de thriller, terror, asesinos y lo peor de todo, casos reales; de esas lecturas que quitan el sueño. Una obras en tapa dura genialmente llevaderas para leer en cualquier sitio como es el caso de Damas Asesinas. Cuatrocientas páginas que se leen en nada. Una breve biografía de mujeres asesinas conocidas que me ha venido muy bien. Debido al trabajo, llevo ya unos cuantos añitos en un atracón de crímenes reales, escuchando podcasts sobre el género, viendo documentales, películas… Sobre finales de 2018 me interesé también, por libros que tratasen estas vidas de incertidumbre y en muchos casos, locura. Especialmente, mujeres asesinas, ha sido un tema interesante.

Haciendo mención a cómo empiezo la reseña, Damas Asesinas me ha parecido un libro súper curioso ya que presenta la idea de usar veneno de una forma realmente aterradora, pero también de forma bastante normal, como si se tratase de cualquier arma homicida. Por lo que tengo estudiado, la mayoría de la gente considera que usar veneno es el arma homicida más fácil, pero para nada lo es. Es dañino psicológicamente. Se necesita ser capaz de superar una enorme carga emocional y mantener la compostura para ver cómo la víctima se consume. La larga espera… Y el otorgar. El que calla, otorga, que decía mi abuela. Supongo que es por eso que Olenna Tyrell fue un personaje bastante potente en Juego de Tronos… Bien, disculpad el off-topic.

Durante bastante tiempo, la mayoría, si no todas las mujeres asesinas, siempre usaban veneno. Y muchas veces, casi siempre por una motivación amorosa o económica. Cuando profundizas en ellas, quizás asuste el alto porcentaje que marca esta pauta. Pasó demasiadas veces en la historia. Por supuesto, existen anomalías como Elizabeth Bathory o Gertrude Baniszewski, que claramente eran más pro a las torturas, pero en casos famosos son la excepción. Anomalías, nunca mejor dicho. Cuando piensas en asesinos en serie a lo largo de la historia, los nombres que te vienen a la mente son: Jack el Destripador, Ted Bundy, Berkowitz (El hijo de Sam)… Pero, ¿qué pasa con Tillie Klimek, Moulay Hassan y Kate Bender?

La narrativa con la que nos sentimos cómodos es aquella en la que las mujeres son víctimas de delitos violentos, no las perpetradoras. De hecho, se cree aún que los asesinos en serie son tan universalmente masculinos, que en 1998, el agente del FBI, Roy Hazelwood, declaró infamemente en una conferencia de homicidios: «No existen asesinas en serie». Pues como se dice aquí en el sur: No-ni-ná. Damas Asesinas cuestiona esa afirmación y ofrece catorce ejemplos espantosos como evidencia. Aunque en gran parte olvidadas por la historia, las asesinas en serie como Erzsébet Báthory, Nannie Doss, Mary Ann Cotton y Darya Nikolayevna Saltykova rivalizan con sus homólogos masculinos en astucia, crueldad y apetito por la muerte ajena. Cada capítulo explora los crímenes y la historia de un tema diferente, y luego procede a desempacar su legado y su interpretación en los medios, así como los estereotipos y clichés sexistas que inevitablemente las rodeaban.

Una lectura maravillosa, ideal para los que nos interesan estos temas, y somos capaces de separar, con firmeza, racionalidad de irracionalidad.

Reseña: Catwoman. Especial 80 Aniversario, de Paul Dini, Kelley Jones, Ed Brubaker, Howard Chaykin, Tom King y VVAA

Otro gran personaje que cumple 80 años este 2020 es Catwoman. Una de las secundarias que brillan con luz propia pese a destacarse por su movimiento nocturno. Ni que decir tiene que puede ser una de las antihéroes que más juego da en las aventuras del Caballero Oscuro.

Catwoman Especial 80 Aniversario es una celebración mínima de los grandes números en los que hace acto de presencia la gata negra de Gotham. Un personaje gris, a veces villana, a veces heroína, con una historia muy particular a sus espaldas. Y no merece menos que una celebración, de manos de todos esos autores que de una forma u otra nos han mostrado sus múltiples caras, sus grandes atracos y sus más famosas puñaladas por la espalda al orejas picudas. Y aunque en este catastrófico 2020 varios personajes icónicos de DC se hayan vuelto octogenarios, es bueno ver que la vida sigue y que aunque esta vez sólo sea en formato cómic, DC -y ECC Ediciones en nuestro país-, hayan decidido rendirle homenaje de alguna forma.

Una antología de historias de Catwoman que celebran los 80 años del personaje en el Universo DC. Donde ya imaginaréis que no existe un hilo conductor entre lo que se incluye, por lo que no es necesario haber leido lo anterior de cada trama. Una antología con historias bastante diferentes, donde Batman no siempre aparece en ellas. Pero, ay friends, si que hay cosas molonas. ¿Cómo qué no? Y que sorprenden. Por ejemplo, nunca supe que hubiera una historia en la que Catwoman y Batman tuvieran un hijo juntos. Incluso hay una historia en la Cómic-Con (un guiño entre guiños). Y también referencias a la serie de TV de 1966, y brevemente a la nueva serie de cómics. Un testimonio de todos los increíbles talentos creativos que han contribuido a su historia, y a que Catwoman se haya convertido en uno de los personajes secundarios femeninos más atractivos de todos los tiempos… ¡Durante más de ocho décadas! Qué se dice rápido. Un gran logro, que ha sido copiado incluso por su principal compañía rival del mundo del pijameo.

Un personaje que tiene mérito que a día de hoy siga molando tanto pese a ser durante mucho tiempo una de las villanas más duras de batir del noveno arte. Catwoman Especial 80 Aniversario es, sobre todo, un hermoso volumen que rememora todos esos años y los presenta de una manera que estoy seguro que inspirará y deleitará a fans, escritores y artistas. La colección comienza con una historia que muestra la tenacidad de Selina con habilidades de detective que impresionarían incluso a Batman. El escritor Paul Dini ofrece a la perfección la Catwoman amante de los animales que todos hemos visto en Batman (la serie animada) y a lo largo de sus aventuras en los cómics. Luego obtenemos el hermoso arte de Emanuela Lupacchino y Mick Grey, coloreado sutil y sensible de Laura Allred. Una Cat dulce, seductora y mortal. Donde habla de los felinos que tanto ama. Pero la trama que remata con letras sublimes y efectos de sonido casi audibles es la del pilar de DC, Wes Abbott. (No hay más palabras, señoría).

Pero hay más, pese a ser un volumen muy contenido, tiene chuladas como un pequeño cuento encantador, escrito por la veterana escritora Ann Nocenti y dibujado por Robson Rocha, que nos muestra el porqué de todo. Y uno de los números que estaba esperando leer. El de Tom King y Mikel Janín, los cuales ya han contado algunas tramas épicas de murciélagos y gatos, y el incluido aquí no es una excepción. En solo ocho páginas este equipo, una vez más, me ha hecho sonreír, me ha hecho reír y me ha hecho sentir. No sé cuántas historias sobre Batman y Catwoman puede publicar Tom King en el futuro, pero os aseguro que intentaré leer cada una de ellas. El diálogo, la emoción, el humor, todo funciona en una armonía perfectamente escrita y bellamente dibujada.

Para colmo, Catwoman Especial 80 Aniversario es una fiesta para la vista. Tras unos geniales dibujos de varios autores de categoría, el tomito trae una extensa galería de portadas a cual más chula. Y es que ya hemos visto cumplir 80 tacos a Superman, Batman, Wonder Woman, The Flash y Robin. Ahora hay que felicitar a Selina Kyle. Pura exhibición en color.

Reseña: Saga. Integral 1, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples

Decidme cuántos de ustedes no estaba esperando este integral. Grandiosa época vivimos en la que llegan en formato recopilado estas joyitas del cómic actual. Un buen momento de iniciarse, pasarse a…, o incluso regalar esta maravilla del noveno arte que sólo había leído en parte. Solo para comprobar si de verdad era tan buena serie (después de tantos halagos y premios) y ya puedo llamarla «Joya del Noveno Arte». Así de claro. Y eso que sólo he leído lo recopilado en este primer tomo que acaba de publicar Planeta Cómic, quizás para que tengamos un final de año lector esplendoroso, en nuestra afición favorita. Un primer volumen que recoge nada más y nada menos que los primeros dieciocho números de la serie + extras. Incluso después ver premios y premios constantes a la obra y las excelentes críticas a la obra de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, hice como con otros títulos y esperé. Por que siempre proclamaré a los cuatro vientos que es mejor así, que decidas tú mismo cuando parar de leer… No sé si me entendéis. Y por eso soy tan pesado y tan agradecido por que este desafío de lectura exista físicamente, por que, como ya suponéis, me encantó todo lo recogido aquí.

Si aún o sabéis nada, Saga sigue la historia de Marko y Alana ambos combatientes en lados opuestos de una guerra intergaláctica. Ahora están juntos y son padres primerizos, pero ambos bandos los llaman traidores y ofrecen recompensas por sus cabezas. El bebé Hazel es la narradora de la historia, desde una perspectiva futura que le da a la trama el suficiente presagio para mantener las cosas interesantes y al guión la suficiente información para parecer significativo en todo lo que cuenta. Pero los perseguidores clave que buscan a Marko y Alana tienen personalidad propia, cosas que ganar y que perder y encontrar en el camino, mientras se lanzan a a la caza de la familia fugitiva. Cada uno lucha por su propia supervivencia y eso es lo que le da chicha a la serie. En cualquier bando de esta guerra vas a encontrar seres que se mueven por el Mal en sí mismo, otros rectos y obedientes, planetas, lugares, bandidos y algunas alianzas sorprendentes. Pero esto es una guerra. Y ninguna guerra termina bien para todo el mundo.

El libro comienza con la narración combinada de los padres de Hazel hablando de su nacimiento y se intercalan algunos comentarios de la propia chica. Ella habla de la concepción de ideas y el proceso de llevarlas al mundo en cosas tangibles. Es una buena comparación tener estas dos líneas de pensamiento simultáneas, y un mini desafío para cualquier mente lectora que se precie (diría que entrelineas se puede leer en este comentario de Hazel una posible explicación sobre la creación de Saga). Definitivamente, un comienzo único e intrigante para iniciarse en una trama.

Las ideas son cosas frágiles.

La mayoría no vive lo suficiente fuera del éter del que fueron sacados, pateando y gritando.

Sobre el formato, en esta edición, se recogen los tres primeros volúmenes de Saga, con material extra al final que describe el proceso de escritura del cómic desde el punto de vista de cada uno de sus colaboradores. Hay seis capítulos en cada volumen, pero este tomo está configurado para que se lea como diecicocho capítulos continuos de una historia más grande. Mola. Cada escenario tiene sus propios temas e ideas, y cada historia es un conjunto de capítulos que están vinculados con puntos subyacentes. Pero a partir del primer capítulo, la historia avanza sin problemas, conectada de manera experta con personajes cuyas vidas se entrelazan a pesar de sus propias subtramas únicas.

En un mundo de Ciencia Ficción, Saga es de esas historias donde brillan los personajes. Algo muy Dune o muy Star Wars, si se quiere. Son los personajes los que realmente hacen la historia y mantienen al lector comprometido capítulo tras capítulo. El arte es hermoso y funcional. «Llamativo», quizás sería un buen término. En el guión se nota la experiencia adquirida de Vaughan y todo se lleva a cabo perfectamente para mantener al lector interesado en los cambios de escenario y personajes. A veces, nos topamos con la vida de los cazadores, los agentes del gobierno o los independientes aliados a terceros. ¿Estos son «chicos malos»? Quizás algunos lectores van a sorprenderse (o no) de que esos malos-malutos terminen por gustar igual, o incluso más que nuestra querida familia en fuga. Algo muy Star Wars, insisto. Perdonad que me repita, pero es que desde que supe de Saga y leí de qué iba, siempre la vi como un posible spin-off de La Guerra de las Galaxias; su trama da para serie de TV.

Cada historia necesita un villano, muchos de ellos son inesperados, algunos con motivos no revelados pero nos interesa saber sobre ellos. En Saga cada uno de ellos es una persona distinta. Personajes grises con una idea y con un fin diferente a los demás (muy Canción de Hielo y Fuego/Juego de Tronos). Su propio trasfondo y moralidad. Y ninguno de ellos es humano. Hay un fantasma, un gato (¿mi favorito?), un cíclope, etc. Saga los conecta a todos. El personaje principal es un bebé con cuernos y alas y está tan bien labrado que es raro no sentirte atraído/a por Hazel. Mola también que rara vez sabes que qué o quién saldrá en la página siguiente…

Una serie que avanza hacia un argumento a favor de la igualdad y la aceptación, que es un mensaje honorable en sí mismo, el aspecto más predecible de la historia, quizás. Pero Saga cuenta con otras grandes moralejas entretejidas: las mujeres son fuertes, la verdad siempre sale a la luz, nadie es perfecto, me encantan los personajes que cometen errores reales. Y todo es posible si luchas por ello. Pero aquí lo importante, lo que te enganchará, es el camino. Todo lo que vas viviendo con cada uno de los personajes, es lo que disfrutarás como cochino (con antenas) en un charco. Saga, bajo la trama, posee una lectura edificante e inspiradora.

Reseña: 100% Marvel HC. Veneno. El Hambre/Fauces y Garras, de Kaminski, Hama, Halsted y St. Pierre

Otro buen tomito con el que disfrutar viendo a esta aberración alienígena. Veneno: El Hambre / Fauces y Garras es el 100% Marvel HC que recientemente se ha publicado para todos aquellos que nos hemos enamorado de sus historias o arcos argumentales. Así, recopiladas de dos en dos y en tapa dura, gracias a la constancia de Panini Cómics con este antihéroe. Y con el aliciente que muchos esperábamos volver a leer: ¡Veneno contra Lobezno!

El Hambre (The Hunger) es la primera miniserie de cuatro números que trae el volumen, donde el simbionte (o El Otro, como se le conoce aquí) tiene necesidad de «cerebrear» y abandona a Brock cuando ya no puede soportar esta adicción. Una idea muy chula pues el simbionte, cada vez que deja a su anfitrión, quiere o termina uniéndose con alguien o algo más. Hubo muchas oportunidades para que esto sucediera a lo largo de sus otras historias, pero esta vez el guionista toma el camino correcto y deja que el simbionte piense por sí mismo: ¡Felicitaciones Len Kaminski! Brock realmente es un buen tipo. Esto es probablemente donde mucha gente pierde interés en las aventuras de Veneno, y no lo entiendo. ¿Por qué Brock tiene que ser un tipo malvado? Venom debido a la idea de “comer cerebros” va saltando por ahí y Brock, desde el principio, resistiéndose para encontrar una cura. Pero, “gracias a Mac”, eventualmente terminamos de nuevo con un monstruo simbionte que arranca brazos y come cerebros como quién degusta un helado. ¿Y el simbionte cayendo en brazos de Brock y abrazándolo como a un cachorro?

¡Momentazo!

Una sólida historia de relación entre el simbionte y Eddie. Pero la cuestión es: ¿El simbionte puede morir por comer cerebros? Si el traje no engulle la materia gris, ¿morderá todo lo demás? ¿Se convertirá en un caníbal enloquecido?

Fauces y Garras (Tooth and Claws) son tres numeritos de una historia que es pura acción. Veneno y Lobezno, Venom y Wolverine, dos potencias letales, lanzados a una aventura interdimensional involuntaria de esas con trasfondo Alien (la peli) pero con estilo tergiversado. ¡En el espacio seguirás escuchando gritos! Pero antes, Criamalvas absorbe a Veneno para acercarse a Logan, pero su plan le sale mal y todo acaba en una refriega en la que Logan y Veneno quieren cazarle. Aunque de vez en cuando se enfrentan y la nave del Fago anda de por medio con individuos que tienen mucho que ver e interesados en que todo esto suceda.

Una aventura tan oscura como onírica, que consigue engancharte hasta el final para saber qué extraña subtrama esconde.

Un volumen este Veneno: El Hambre / Fauces y Garras, contenedor de dos miniseries muy de coleccionista. Interesantes, diferentes y tétricas en muchos momentos. El rintintín, el sarcasmo y el rentoy entre Lobezno y Veneno ha sido lo más entretenido de leer en mucho tiempo. Además, ambas historias parecen estar editadas en consonancia. Primero, la más contemplativa y en segundo lugar: acción, puños, arañazos y golpes tremendos que echarían a dormir a un elefante.

Veneno, como todo villano me es atractivo. ¿Por? Especialmente, porque a muy pocos de Marvel se le puede ver la maldad, la verdadera maldad, con la que un villano así actuaría. Creo que esto debe ser una cláusula en el contrato a la hora de escribir a Venom en la Casa de las Ideas, por que todo guionista lo tiene en cuenta. Pero sin duda mi débil excusa para continuar leyendo sus mejores historias, sus mejores arcos argumentales es que Panini Cómics está sacando todo-todito-todo del personaje y de forma genialmente recopilada. He vuelto a disfrutar con Eddie Brock y sus maldades. En ambos guiones, a cual más diferente, actualmente, muy orgulloso de ver estas ediciones en mi colección.

Reseña: Bobo. El Rey de la Evasión, de Paul Deliège

Quién conoce mi historia con los cómics europeos y la infusión que hizo en mí, mi tito americano desde hace décadas (sí, décadas), debe saber que una de las primeras viñetas que me puso por delante una mañana mientras desayunábamos en casa de mis abuelos fue Bobo. Por eso, la nostalgia me dio una bofetada con la mano abierta cuando me enteré que Dolmen Editorial, en su magnífica colección Fuera Borda, traía a nuestro país de nuevo, este clásico. Una vuelta al personaje más tonto, pero también más gracioso, que uno se puede echar a la cara. Yo leí el primer Bobo que apareció en las Mini-Récits, o mejor dicho, me leyeron; por que estaba en francés. Pero recuerdo incluso ponerme a traducir alguna que otra historieta en mis ratos libres pues en mi colegio se daba como asignatura Francés. Creo recordar que fueron diecisiete álbumes editados por la poderosa editorial franco-belga Dupuis.

Para quién no lo conozca, o tal como lo presenta la sinopsis, Bobo es el hilarante preso creado por Paul Deliège, que en sus intentos de evadirse prácticamente nunca alcanza resultados. Esta serie presenta las desventuras del prisionero, que a pesar de todos sus intentos siempre vuelve al punto de partida: ¡su celda! Bobo es un preso de la penitenciaría de Inzepoket. ¡Nos enteramos muy tarde!, decía mi tío (en el Spirou #2594) que fue condenado a 30 años de trabajos forzados por haber robado una bicicleta (la del Juez). El presidio de Inzepoket está dirigido por un director afable (¡rareza!) que busca tener prisioneros felices. A pesar de esto, Bobo solo tiene un objetivo: escapar. Pero Bobo está más que cansado de dar vueltas en su celda, por lo que intentará una y otra vez ser libre… para siempre. Bobo apareció por primera vez en Spirou #1204, el 12 de abril de 1961, en una mini-historia titulada Bobo escapa. Con 79 mini-historias y un número especial, tiene el récord de presencia en viñetas de este tipo.

Tenemos así, un tío diminuto vestido de presidiario, gruñón, que sólo piensa en escapar de la penitenciaría. ¡Y qué, por supuesto, recuerda a Joe Dalton! Pero el autor Paul Deliège convirtió a Bobo en su héroe más prolífico. Con los años, obviamente, he leído otras obras de Deliège, pero solo en Bobo encontré el verdadero humor. Por lo demás, estamos en la vieja escuela “Journal de Spirou”, ya sea por el dibujo, cercano al estilo de Franquin, o por el humor, que a menudo hace juegos de palabras (especialmente, con nombres de personajes o lugares) y otros muchos chascarrillos que pueden sonar a rancio pero que rebosan nostalgia e ingenuidad. Claramente, estoy pensando en Bobo como uno de los primeros cómics que mi pequeño va a disfrutar cuando aprenda a leer.

Bobo es el héroe más perdurable de Deliège, al que más se ha dedicado, en detrimento de creaciones más adultas como Les Krostons. Bobo es el prototipo de preso que teníamos en mente en épocas pasadas (cabeza rapada, vestido con un traje a rayas…), sus múltiples fugas siempre están condenadas al fracaso, pero cada una de un modo distinto. Algunas tan originales, que te sacaran una sonrisa. Unos gags que gustan y que es recomendable devorar en pequeñas dosis, como ocurre con todo este tipo de cómics de humor.

Entre sus virtudes: el buen humor basado en juegos de palabras, el tono loco y la galería de personajes extravagantes que rodean al «héroe». Desde el director de la prisión aficionado a las tartas, a distintos modelos típicos muy pelicueros como ancianos que ya no quieren salir de la cárcel, malos-malutos que mejor es no mirarlos directamente a la cara o atracadores muy peligrosos como Joe el Candoroso. También viejos sabios que no recuerdan porque están allí, o mi favorito, Julito el Pinreles, su antiguo socio. Y la historia del guardia penitenciario Tocho es tan loca como divertida.

En nuestros países vecinos, Bobo formó parte de esas viñetas humorísticas como Hultrasson, Capitaine Lahuche o Benoit Brisefer. Humor amable e infantil que no sé si alguna vez llegaron a nuestro país. Aunque me consta que en la Tierra de Conejos ya había otros cómics del estilo y en esa tendencia. Pero ya sea por el atractivo o por nostalgia de la buena (la que nos saca los cuartos a los polifrikis), recomendaría “tomar prestado” este clásico y degustarlo como buena botella de vino.

Reseña: Injustice. Gods Among Us. A Año Cinco, de Buccellato, Miller y VVAA

En cantidad de ocasiones he dicho que me parece maravilloso el poder degustar todo un evento cósmico en un solo integral -sabiendo que lo tienes a mano para disfrutarlo en una, dos o tres sentadas, dependiendo de tu poder enganche lector-, sí, me parece maravilloso. Veinte numeritos más el Anual de una saga infinitamente épica de la distopía de superhéroes inspirada en el exitoso videojuego de Injustice ha sido mi última experiencia. Pese a ser una historia que funciona como novela gráfica íntegra que en este caso recopila la totalidad del quinto año de la ahora legendaria saga Injustice: Gods Among Us.

La famosa guerra entre Superman y Batman, donde casi cada superhéroe ha decidido dónde radica su lealtad. Durante cinco años, antiguos amigos y aliados han luchado encarnizadamente, con bajas en ambos bandos. Ahora, en punto muerto, tanto Batman como Superman se dan cuenta de que para ganar terreno en su batalla, tendrán que hacer lo impensable: reclutar a sus antiguos enemigos para atacar a sus antiguos amigos… ¡Dioses, no me digáis que esto no es una buena premisa! Mientras Batman se alía con villanos que comparten su código contra la matanza, Superman hace un trato con el único hombre que casi mata al orejas picudas: ¡Bane! Para sacar a Batman de su escondite, Bane cruza la línea, de las que ya nunca puedes volver…

El quinto año de Injustice: Gods Among Us es la transición final de Superman a su homónimo en el videojuego. Distante, sin conciencia y sin preocuparse por matar enemigos; lo que todos quisimos ver alguna vez en el Hijo de Krypton y nunca tuvimos la oportunidad hasta que conocimos a El Patriota de The Boys. Pero en Injustice: Gods Among Us – Año Cinco no esperéis una resolución, ya que el año cinco concluye donde el juego comienza, y solo se proporciona un final a aquellos que se abren camino con éxito en el videojuego. Por otro lado, teniendo en cuenta que DC ha publicado once cómics después, y que Año Cinco es el quinto volumen más grueso que los combina, no me extrañaría que alguna adaptación digital se estuviera considerando.

Injustice: Gods Among Us – Año Cinco comienza concentrándose en los criminales liberados durante el cuarto año, y eso marca la pauta. Esta vez no hay invasión alienígena, ni batalla contra dioses, solo Superman lidiando sin piedad contra los enemigos. Aquí, Doomsday cae mucho más fácilmente y no hay ninguna preocupación en desintegrarlo. Brian Buccellato (Batman: Detective Comics – Anarquía) comienza cambiando de un lado a otro relativamente rápido entre una variedad de personajes, pero gradualmente se instala en la presencia del Hijo de Krypton. Bizarro ha caído bajo la influencia de Mister Mxyzptlk, y así es como Superman se desata del todo. Incluso, encontramos a un Lex Luthor más amable. Es un cambio extraño porque Buccellato sabe que estamos esperando el momento en que Luthor vuelva a dar caña y más en una saga así. Que juege esa expectativa con inteligencia. Pero más allá de lo que Buccellato va proponiendo usando fragmentos cortos que cambian entre personajes, incluso los aliados de Superman comienzan a cuestionar su comportamiento por que el Mal no es fácil de ser adorado porque sí. «Tal vez todo lo que puedo hacer es estar allí y ayudar a mantenerlo bajo control», es el enfoque más benigno, aunque hay otros ex-héroes que nunca pierden el paso y emprenden el viaje hacia la villanía junto a Superman.

Buccellato también es bueno para cambiar la atmósfera de un capítulo a otro, algo de luz, algo de oscuridad y algo de súper oscuridad. Eso me encanta. Si la serie en su conjunto no puede proporcionar un cierre total, Buccellato se asegura de que los lectores sí tengan algo creado en mente, algo que poner en parrilla, para futuras continuaciones a medida que se acerca el final. Y cuanto más avanzamos en Año Cinco, más sorpresas produce. Hay un enfrentamiento épico en las últimas páginas de los que se recuerdan en conversaciones comiqueras.

Épico es decir poco.

Pero no es una resolución.

No me mató el rock artístico de Bruno Redondo (Titanes: En la sangría), aporta mucho menos esta vez. Quizás alguna que otra ilustración que entinta Juan Albarrán, sí que mola. Significa que centré más mi admiración en Tom Derenick (Liga de la Justicia) y Xermánico, y la presentación de Ivan Coello y Marco Santucci. Mike S. Miller (Superman: El nuevo milenio) aporta más arte que nadie en su estilo de superhéroe compacto, aunque obviamente sólo curra en la parte final. Detalle guapo de Miller el cambiar el cabello de Superman junto con su personalidad.

Injustice: Gods Among Us – Año Cinco no tiene la emoción y las bombas espectaculares que se encuentran en los dos primeros volúmenes, pero está más cerca de la parte central molona de toda esta historia. Es disfrutable, sobre todo, en este formato, donde no pierdes el hilo de las cinco historias de precuelas que llevaron al mundo del noveno arte lo propuesto en el videojuego top de ventas.

Insisto, el capítulo de Miller en el final, es una joya.

Un guión que defino como constantemente emocionante.

Reseña: ¡Viva la Anarquía!, de Bruno Loth y Corentin Loth

Cómics tan influyentes moralmente y de tanta sensibilidad como Dolores, tienen la culpa que este que escribe aquí quiera saber más sobre las obras de Bruno Loth. Los diseños de Loth son bonitos y detallados, en esa extraña manía que tiene de usar sólo marrón/beige y algunos azules en sus obras. Con Dolores (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2296), Bruno Loth realizó un rico trabajo sobre la memoria y el olvido, a través del prisma de la inmigración y la historia de una mujer que ha enterrado por completo su pasado y se viene abajo por la trágica experiencia de sus hijos. Ahora con ¡Viva la Anarquía!, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que tiene muy presente los problemas sociales y políticos a los que se enfrenta el ser humano moderno. Y lo mejor de todo es, que este autor francés de la BD (Bande Dessinée), tiene puesto siempre uno de sus ojos en nuestro país.

El 15 de julio de 1927 tuvo lugar en Vincennes, un encuentro memorable entre dos anarquistas, Nestor Makhno y Buenaventura Durruti. Uno es ucraniano. El otro español. Uno había dirigido la revolución libertaria ucraniana en 1917. El otro lleva luchando toda su vida contra las injusticias de gobernantes y patrones. Ambos, rodeados de sus seres queridos, entablan una conversación fraternal sobre su viaje personal y los valores libertarios que defienden con ardor. Evocan las posibles vías para construir un mundo mejor donde no habría mandatarios, ni explotados, ni jerarquías, y donde el Estado y la propiedad serían abolidos. Un sueño de fraternidad, igualdad y libertad que muy pocos defienden.

¡Viva la Anarquía!, es una de las últimas novedades de la siempre interesante editorial Ponent Mon. Un álbum, nuevo guión y dibujo, del también siempre interesante Bruno Loth. Otro excelente cómic europeo que se lee, se siente y se disfruta, independientemente de tus inclinaciones políticas. Aquí se trata la Anarquía. Y se expone junto al caso de dos personas que la representaron de pies a cabeza. El señor Loth, después de haber trabajado ya mucho en la Guerra Civil Española, rinde homenaje a través de esta historia a una de las punta de lanza de este movimiento: el ucraniano, Nestor Makhno. Nos cuenta como fue su encuentro con Buenaventura Durruti, otro personaje marcado por los acontecimientos en pos de su visión de la lucha por un mundo mejor. Un mundo mejor donde todo debe ser más igualitario. Una idea que desean internacionalizar. Una historia que nos permite por un lado (re) descubrir estas dos figuras emblemáticas de dicho movimiento y a su vez, desempolvar este pensamiento de una forma original e inteligente. Tras la liberación de tres anarquistas españoles (entre ellos Durruti) que intentaban atentar contra Alfonso XIII en su visita a París en 1926, pero que fueron liberados en Francia únicamente acusados por posesión de arma ilegal, en esta ocasión, Makhno también está presente para apoyarlos a su salida y se reúnen alrededor de una buena mesa para rehacer el mundo y discutir ese difícil viaje. ¿Una indirecta muy directa a los gobiernos de España y Argentina de entonces?

Lejos de ser didácticos o doctrinarios, es bueno dejarnos llevar por historias para descubrir los viajes y las luchas de personas, muchas veces dolorosas. Luchas que tuvieron que liderar. Bruno Loth sabe cómo cautivar al lector con estos momentos de vidas singulares. Además, crea esa impaciencia de querer saber más cuando llegas a la ultima pagina… Así que olvida todo lo que crees saber sobre Anarquía. Cuando eras más joven (o quizás no hace tanto) en un momento u otro debiste haber gritado el famoso ¡Abajo el Gobierno! Quién no. Quién está de acuerdo con los mandatarios totalitarios o las leyes que solo benefician a unos pocos. A los más acaudalados, por supuesto. En mi opinión apolítica (porque no creo en ningún político, ni partido, corrupto, el que menos, en un país de pandereta), la anarquía no es lo que la mayoría de la gente cree. Es decir, un modelo de algarabía donde la vida no es más que una orgía de líos donde todo el mundo hace lo que plazca. Para más información, les remito a este excelente cómic que no tiene nada de educativo, pero sí, a través de otros ojos, de otras vidas, podréis ver/tener una idea general de lo que propone dicho movimiento.

Un buen álbum con gráficos llamativos que expresan a la perfección las atmósferas de Ucrania o Cataluña, realzadas por una coloración suave de Corentin Loth. Un cómic excelente que le da a la Anarquía, letras de nobleza. Se rumorea un segundo volumen.

Allí estaré.

Reseña: Django. Mano de Fuego, de Salva Rubio y Ricard Efa

Django, Mano de Fuego es la biografía más hermosa en formato cómic que he leído este año. Los que estén algo puestos, puede asociar rápidamente a Django Reinhardt con el «jazz manouche» (como se conoce en Francia al “gypsy jazz”), un estilo de jazz, enmarcado dentro del swing. Una expresión que fue acuñada por el mismísimo Django Reinhardt en los años 30 del pasado siglo… Ahora, os debo confesar (si no lo he hecho ya) que soy hijo de músico, y tuve una niñez donde veía a mi padre ensayar con su guitarra día sí y día también. Cuando estaba en casa, por que lo normal era que estuviera de viaje. A lo que voy, es que mamé todo tipo de músicas en mi niñez, y aunque nunca fue mi afición número uno, aquí estoy, que puedo aficionarme por un tiempo a cualquier estilo. Me gusta todo. Algo que curiosamente se ha trasladado a la que sí es mi afición top-one: la lectura. Leo de todo, y bien hecho, me puede gustar casi cualquier género. Es por ello que le di la oportunidad al que ha resultado ser un precioso álbum de la BD (sí, con autores españoles), donde vuelven a formar tandem el siempre maravilloso Salva Rubio (que ya me encantó en El Fotógrafo de Mauthausen) y Ricard Efa (Sola), ilustrador que no me extrañaría nada que se lo llevara un día Disney/Pixar para futuros proyectos. En un formato genial, Norma Editorial nos trae la oportunidad de descubrir y saber más, sobre el considerado primer músico de jazz de la historia en el continente europeo.

Django, Mano de Fuego es una biografía parcial. No vamos a seguir la vida de este genio al completo. Más bien, el período entre sus dos nacimientos. ¿Un segundo nacimiento? En este álbum me enteré de eso y debo admitir que entiendo por qué podemos hablar de un segundo nacimiento y cómo es algo potente dentro del mundo emocional. Una historia contada con gran habilidad donde nos sumergimos en la atmósfera gitana de principios del siglo XX, en Bélgica, para la introducción y su primer nacimiento. Después ya nos trasladamos a los suburbios parisinos para los primeros pasos de Django en la música. Por que Django es en principio un joven intratable, problemático, odia la idea misma de la escuela y prefiere huir y rebelarse para ir a escuchar música en secreto, llevándose consigo a su hermano pequeño que le sigue obedientemente. Django es egoísta, completamente centrado en sí mismo, pero también en la música que es su pura obsesión. Y es esta obsesión y esta fuerza de voluntad lo que le empujará a trabajar incansablemente en ese arte y perfeccionarlo. Mostrándose un verdadero genio artístico, sobre todo, para su corta edad. Baste decir que cuando encuentra el éxito, su narcisismo y su exceso de confianza no mejorarán. Pero la vida es esa amiga que te golpea cuando crees que ya no pueden darte más.

Un drama lo cambiará todo.

A pesar de este lado mono-maníaco e imbuido de sí mismo, los autores consiguen que Django caiga bien. Incluso que lo consideres entrañable. Muchos hemos conocido gente así: especiales, que ellos mismos saben que lo son y se muestran así ante el mundo. Pero, a veces, no podemos evitarlo y nos caen bien. Nos hacen sonreír. En Django, Mano de Fuego también es fácil apegarse a su amor Naguine, su hermano pequeño Joseph (a pesar de lo demasiado sumiso que es) y a toda la pequeña comunidad gitana en la que viven, como una gran familia llena de vida y sensibilidad.

Más allá del calvario del drama, si lo analizamos, en obras así estamos asistiendo a la renovación del héroe, del verdadero superhéroe, poderoso en fuerza de voluntad, hasta este momento que le hace despegar por fin y dejar todo lo malo detrás. Su segundo nacimiento.

Django fue el más importante de un grupo de guitarristas gitanos del área de París que actuaron entre las décadas de 1930 y 1950. El estilo del “vals mussete” se convirtió en uno de los componentes importantes del repertorio del “gypsy jazz”. Reinhardt se caracterizaba por mostrar una faceta cromática oscura, combinada con la articulación swing de la época. Es considerado el primer músico de jazz en Europa que ejerció una influencia similar a los grandes artistas estadounidenses. En su música fusionaba swing con la tradición musical gitana del este europeo. Aunque no sabía leer música, Reinhardt compuso —a solas y junto a Grappélli— varias melodías sumamente originales y exitosas como Daphne, Nuages, Manoir de Mes Rêves, Minor Swing y la oda a su compañía discográfica de los años 30, Stomping at Decca.

Django, Mano de Fuego es un álbum verdaderamente hermoso que rinde homenaje a uno de los mejores guitarrista de jazz de todos los tiempos. Una obra premiada en Bélgica. A ver si nos vamos poniendo las pilas ya aquí.

Reseña: Constantine, de Ray Fawkes, Jeff Lemire, Renato Guedes, Aco y Jeremy Haun

Volver a uno de los personajes de cómic que más te gustan es como reencontrarte con un amigo, que te cuente sus andanzas, anécdotas, aventuras nuevas que no conoces. Tomarte algo con él. A no ser que nunca te canses de escucharle y te cuente lo que ya conoces, mola saber que hay de nuevo. Y en formato íntegro. Toda una tarde-noche «oyéndole» si hace falta. Algo así es lo que me ha sucedido con este maravilloso tomo recopilatorio y en tapa dura que acaba de publicar ECC Ediciones de la serie Constantine que los guionistas Ray Fawkes (Gotham a medianoche) y Jeff Lemire (Joker: Sonrisa Asesina) y los dibujantes Renato Guedes (Superman: Hacia el infinito), Aco (Midnighter) o Jeremy Haun (Batwoman); hicieron para contarnos y traernos de nuevo a nuestras lecturas, historias del considerado mejor hechicero moderno del mundo. Un nuevo y emocionante tomo que te lleva sin apenas respiro, a una nueva aventura sobrenatural, no demasiado difícil de seguir aunque nunca hayas leído nada de Hellblazer

Y aunque de alguna forma continúa desde entonces, el antihéroe británico, fumador empedernido, ha puesto ahora su mirada en la ciudad de Nueva York, donde puede seguir su particular estilo de magia negra con trato de magos mediocres y corruptos. Y es que John Constantine comienza justo donde esperarías encontrarlo, bebiendo demasiado en un bar de mala muerte (más o menos como al que vas con tu amigo), y justo cuando está a punto de irse, Constantine recibe un aviso de que un colega suyo lo anda buscando. Chris, cubierto de sudor y destrozado por el miedo, cree que las fuerzas demoníacas lo persiguen. Además, en su mente, Chris cree conocer la ubicación oculta de la Brújula de Croydon. Por supuesto, y desafortunadamente, Constantine ha oído hablar antes de la misteriosa brújula, un instrumento maléfico ensamblado para provocar asesinatos y canibalismo, sin embargo, para pillarla, la única forma en que Constantine podrá proteger a Chris y encontrar la brújula, es engañando al sistema. Y de eso saber un rato. Se le da…, requetebien. Después de que su amigo Chris sepa decir exactamente la ubicación de la Brújula de Croydon, John Constantine y Chris se dirigen a Noruega para recogerla, pero el requetebien empieza a parecerse más a un requetemal. Pues toda una serie de sucesos parecen ponerse en contra, tenga culpa el destino o no.

He visto el arte de Renato Guedes en otras series como Avengers, Secret Avengers y Wolverine, pero no recuerdo que fuera tan bueno como aquí. Pero todo en general, eh, está muy bien detallado y realmente no puedo criticar nada. La forma en que dibuja los rasgos faciales y las expresiones también es fantástica, ya que todo parece tan real, limpio y ordenado, con las únicas partes ásperas sombreadas. Incluso la forma en que dibuja los entornos, los paisajes, las cosas místicas y mágicas que van sucediendo, evocan emoción. Incluso el arte combinado de la serie con sus compañeros Aco y Jeremy Haun, me gusta.

Las menciones a grandes personajes del mundo DC también molan, ya que además de Sargon el Hechicero, Zatara, Mister E y Tannarak, también nos toparemos con Papa Midnite (aquí sólo lo llaman Papa). Esto muestra que a pesar de ser una serie de Constantine nueva y diferente, tendrá muchas similitudes con las otras, y seguramente un 90% de los fans clásicos de Hellblazer la disfrutarán. Por lo que estamos ante una nueva época brillante que nos ilusionó a muchos. Y ahora cuento mi caso: sabiendo de la Época Dorada de los Integrales que estaba por venir, en su día me compré el primer TPB de la serie. Pero decidí dejarlo. Aguantar mis ansias por saber, y esperar a un integralaco como el que acaba de traer ECC Ediciones. Además, me esperaba algo tan brillante como tener la genial idea de sacarlo en el mismo formato, color y tamaño que todos los grandes tomos de la enorme colección de Hellblazer que publicó la editorial. Tener todo-todito-todo del personaje por épocas…, o mejor dicho, por autor. Y lo tengo que decir. No me esperaba que este Constantine me dejara tan buen sabor de boca.

Ray Fawkes y Jeff Lemire han hecho un trabajo brillante. Me encantó cómo Fawkes y Lemire manejan el tema de la magia oculta entre los transeúntes y el misterio subyacente de algunas historias. También la interacción tan dinámica entre personajes. El personaje del propio Chris también mola, y sinceramente -yo que creo haberme leído todo lo publicado en español-, no recuerdo que Chris haya aparecido nunca en Hellblazer, ni en ningún otro cómic con Constantine por delante. Lo que me gustó de Chris como personaje fue que no era como en otras ocasiones un tipo en horas bajas, sino una persona con talento y muy útil, pero también tímido, tanto como para no ser el protagonista de una historia. También me gustó la relación que se muestra entre Chris y Constantine. Evidencia como el rubio fumador trata a los demás y cómo las personas que ya le conocen actúan hacia él. Muy buenos diálogos, que provocaron eso que cuento: leí casi quinientas páginas en una tarde-noche. Un buen atracón que quizás no empecé a digerir hasta días después. No obstante, se dieron las circunstancias adecuadas: estar de Rodríguez, semi-confinamiento, nada pendiente, un té chai calentito, sofá de lectura llamándome y fuera día de niebla en una de las ciudades con menos días neblinosos del mundo (curiosamente, como hoy mismo).

Sin ser conspiranóico, era como si estuviera escrito.

Fawkes y Lemire hicieron un excelente trabajo. Entienden quién es realmente Constantine, lo que ayuda a su caracterización. Saben que no es un cruzado con capa, ni un superhéroe. En su núcleo central, es un estafador que con casi cada palabra que menciona se vuelve más intrigante. Si tiene que engañar y manipular a las personas para que hagan lo que él quiere, lo hará. En el inicio de la serie, ya se ofrecen varios arcos de historias interesantes que surgirán a medida que avanza la serie. Desde el principio, quedaréis enganchados.