Reseña: Volage, de Desberg y Sandoval

De Volage me comentaron en su día algo así como “La historia cuenta el intento de fuga del inframundo de un buen grupo de bastardos que te encantará odiar”. Y es así: un criminal nazi, un príncipe compositor y asesino, un envenenador romano una pirata y Jack el Destripador se asocian para conseguir escapar del Infierno. Personajes históricos que representan “la crème de la crème” de la humanidad queriendo o solicitando una segunda oportunidad. Si bien es cierto que Volage tiene una portada que puede incitar a creer que es un cómic juvenil, no lo es. Aunque, ya sabéis… ¿Dónde está el límite? Es una historia de redención si querer llegar a ella. Una historia de cabezonería y de lucha por vivir en la muerte. Un viaje, una aventura vista desde los ojos del malo. Una historia diferente.

Pero ahora que nuestros ojos están muy abiertos, que estamos asombrados y un poco asqueados de tanta soberbia y maldad en el mundo, sabemos que pronto babeamos cuando una historia así se nos propone. Porque nadie puede decir que el argumento de Volage no es atractivo. Es un largo vuelo, una persecución por los infiernos tan bien descritos por Dante y aquí, como dicen los franceses, es donde se nos aprieta el zapato. Volage es un cómic corto, rápido de leer, va a lo que va, y donde solo tendremos la oportunidad de interesarnos de manera muy superficial sobre los protagonistas. Esos mismos que aunque ya os haya contado quienes son, la historia de cada uno de ellos no será mencionada hasta el final. Pero no es parte demasiado importante en el proceso.

Obvio es (pero quiero mencionarlo) que la sucesión de lugares que visitaremos en el Infierno junto al protagonista, no obedece a ninguna regla coherente. Vamos de la mano de Ian McGilles, quien despierta en el Infierno y no sabe porqué está allí. Ni incluso los hechos que ocurren son algo más que lógicos. La teleportación de seres a caballo está a la orden día, por ejemplo. Y algo que me descolocó…, los personajes que mueren en el Infierno, ¿qué les pasa? Realmente no podrían morir, ¿no? O quizás, lo peor es que el Infierno es repetición, como decía Stephen King en una de sus novelas.

Volage, en realidad, habla de la esperanza y su ausencia. Del merecido castigo, de la huida, repasamos algunos trocitos de la vida de los personajes, y eso es lo que nos hace pensar. Lo que nos pone los vellos como escarpias. Todo esto con un dibujo de Sandoval llamativo, un viñetaje magníficos, muchas ilustraciones dignas de cuadro. Los paisajes y la arquitectura son a veces dignos de lo que podemos encontrar en un Santuario con siglos en sus cimientos. Dibujos majestuosos, a medio camino entre las ilustraciones fantásticas del siglo XV y los pintores modernos. Y los diversos demonios y monstruos que aparecen son algunos impresionantes y gráficamente soberbios.

Si te gustan los gráficos de Tony Sandoval y/o las historias de Stephen Desberg, es probable que te decepciones con Volage entre cero y nada.

Reseña: Compañero de Viaje, de Tristan Fillaire, Lucie Quéméner y Tiger Balm

Un thriller la mar de curioso, así catalogaría Compañero de Viaje, la novedad que nos trae este mes la siempre interesante editorial Ponent Mon. Editorial donde debéis poner un ojo, si no dos, para encontrar historias curiosas publicadas dentro del maravilloso cómic europeo.

Compañero de Viaje nos lleva a Moscú y a su fría noche. Olga reconoce a Yuri Gagarin acostado en un banco en un llamativo callejón… El susodicho está vestido con un jersey verde con el escudo de la Agencia Espacial Europea. Él también tiene la cara hinchada y no se atreve a corregir a la vagabunda que lo mete en su viejo coche. Por otro lado está Ahn, que espera dentro de una comisaría, ahora a salvo dentro de unas instalaciones de seguridad. Es prostituta y desea registrar una denuncia contra uno de sus clientes habituales. Y sabe que es esfuerzo malgastado. Aunque en alguna ocasión recibe consejos: “De ti depende gestionar a tus clientes”. Al salir de la comisaría, la vendedora de amor compra un cuchillo. Puede que no sea una mala idea, lo que piensa hacer…

Compañero de Viaje equivale a un álbum debut dos jóvenes autores descubiertos por la editorial Sabarcane, que unió en su día, el don de estos chicos para un proyecto que tras leerlo deja muy buen sabor de boca. Una historia al estilo de esas pelis indies que uno puede ver en Festivales como Sundance y que son muy gustosas de ver pero que muy poca repercusión tienen por su bajo presupuesto. Junto a Tiger Balm, Lucie Quéméner abordó con modestia su búsqueda de identidad con estas ilustraciones. Contrapuso entonces su educación marcada por sus raíces chinas y la rebeldía de una adolescente integrada en un estereotipo de cómic occidental. Y además del trato mesurado, su estilo agarra el estilo boceto y, en mi opinión, queda tan raruno como acertado para la historia en ciernes.

Por otro lado, Tristan Fillaire firma un escenario que es una mini orquesta coral donde se lleva a personajes muy diferentes a una especia de road-movie. Una carrera enloquecida aunque no tenemos la típica cronología de hechos continuados. Lo que hace el autor es darnos un puñado de flashbacks para situarnos y reforzar las intenciones de unos personajes que se les lleva al límite al más puro estilo Thelma y Louise. Desde Olga hasta Ahn, los personajes se transforman con cada adelanto de la historia como en un poema. Y Nils representa la guinda del pastel. Sus problemas de salud son solo el comienzo de un descenso a los infiernos que también recuerda a Un día de furia, de Joel Schumacher. En cuanto a las ilustraciones, más rectas que curvas. Líneas que parecen hechas a mano alzada, a una buena distancia del margen de viñeta, creo que intencionadamente para obtener esa representación “trepidante” de lo que se muestra.

Me gustó que Compañero de Viaje, friends, usa la narración centrada pero no utiliza un subtexto abiertamente social, sino que convoca a personajes marginados que se vuelven entrañables al conocer como actúan y los atrapa en una alineación tan extravagante como real.

Porque el libre albedrío siempre es inesperado…

Tremenda sorpresa.

Reseña: ¡Todo irá bien!, de JD Morvan, Julen Ribas y VVAA

Son ya unos cuantos cómics a mis espaldas leídos del prolífico guionista Jean-David Morvan. Así que en un porcentaje muy alto sabía que poco me podía defraudar este señor del que se puede decir que se le da bien escribir sobre casi cualquier género. Así que mis aplausos vayan por delante para Dolmen Editorial por haber decidido fichar este título del autor nacido en Marne (Francia). Y aunque ¡Todo irá bien! (Ah, ça ira !) fue uno de sus primeros títulos ya como autor consagrado, no es el más alabado. Pero a mi me ha parecido como poco, entretenido. A Morvan lo que le va es coger un momento concreto de la historia y hacer un cómic sobre ello. Y como es el caso, hace muy bien esto que os digo: retrotraernos con un guion a los conatos revolucionarios del 12 de julio de 1789 en el Palacio Real francés y llevarnos a saber qué ocurrió o pudo haber ocurrido, mejor dicho… porque algo de utopía hay.

Aquí en primer lugar nos vamos al invierno de 1775, donde Lisandro y su hermana pequeña intentan sobrevivir en París, ayudados por un misterioso amigo que les proporciona hogazas de pan. Mientras que en la ciudad la miseria inevitablemente se codea con la violencia. De pronto, un acontecimiento dramático obligará al joven a abandonar a su hermana para huir del país durante catorce largos años. Se unirá entonces a la lucha en un nuevo continente americano, para echar una mano a los insurgentes que luchan por su independencia contra las tropas de la corona de Inglaterra. Mas, años después regresa a Francia en abril de 1789 y descubre la opresión de los impuestos sobre el pueblo, lo que refuerza su deseo de luchar contra todas las injusticias impuestas por los poderosos del mundo. Será, “libertad o muerte”, y a través de las catacumbas, ingresa a las murallas de la ciudad para afiliarse con los armados ex-mercenarios de Lafayette, listos para liberar algunos amigos encarcelados.

Inicio potente, historia que te mantiene enganchado, no entiendo muy bien la crítica a esta obra al otro lado de los Pirineos. La Historia en movimiento. ¡He visto pelis del tema bastante más truño que el guion de Morvan. Y si que es cierto que el dibujo de Julen Ribas no es una maravilla en muchos momentos y eso lastra a cualquier obra que se tilda de buen cómic europeo; la vacuidad de los decorados, un trazo cercano al boceto y una narración que a veces no acompaña al dibujo… Creo que por aquí han tirado los que critican ¡Todo irá bien! Además, tengo la sensación de que quizás, en su estreno, los lectores llegaban a esta obra pensando que era un magnífico cómic con el que disfrutar de un buen traslado a la tan alabada Revolución Francesa, y no es exactamente eso.

Pero destaco el coloreado. Ayuda bastante a resaltar los ambientes. Y no pienso ir más allá porque en ¡Todo irá bien! importa, sobre todo, la historia. Así que si quieres sumergirte por “un momento” en ese gran y tumultuoso momento de la historia de Francia, te recomiendo Révolution, de Locard y Grouazel pero también ¡Todo irá bien!, de Morvan y Ribas. Una lectura histórica gabacha que pareces desear si estás leyendo esta reseña.

Incluye entrevista a Julen Ribas.

Reseña: Ángel del Proletariado. La Vida de Yuri Gagarin, de Nikolavitch y Félix Ruiz

Decían que su rostro sonriente y simpático lo convirtió en un ícono internacional, más allá de la Guerra Fría, pues Yuri Gagarin fue el primer héroe de la conquista espacial, personaje a la vanguardia de la mayor aventura del siglo XX. Y Gagarin, habiendo aceptado riesgos increíbles para con su integridad física, fue seleccionado por la Unión Soviética para representarla ante los ojos del mundo, mientras ésta ocultaba la enorme maquinaria técnica, científica e industrial que era capaz de poner en órbita a un hombre. Y en la sombra, un misterioso ingeniero jefe, Sergei Korolev, cuya identidad permanecería oculta durante años. ¿Quién? Korolev fue liberado de un gulag para equipar a su país de geniales lanzadores nucleares, mientras que en Estados Unidos, Wernher von Braun se vio exonerado de su pasado al servicio de la Alemania nazi para crear cohetes igualmente formidables. Que todo, no siempre se cuenta.

Alexis Racunica, conocido como Alex Nikolavitch, es un formidable guionista y traductor de la BD, donde se genera el mejor cómic europeo. También es ensayista y conferenciante, y llegado el momento dio el salto al otro lado del charco para también hacer sus pinitos en el cómic norteamericano de superhéroes. Pero aquí tenemos una de sus potentes obras creadas en el Viejo Continente. Ángel del Proletariado, publicada en nuestro país por Desfiladero Ediciones. Un cómic semi-biográfico que algunos andábamos locos por leer y ver traducido a nuestro idioma. Y que nos lleva a las décadas de 1950 y 1960, al programa espacial soviético logrando sus mayores éxitos. Mientras tanto, en la Rusia clásica, aún a día de hoy, siguen estando en el anonimato virtual ciertos personajes: obsesionados con el secreto, las autoridades han clasificado las identidades de los responsables de estos éxitos, en particular de todo lo que aconteció al comentado Korolev. Aunque todos aquellos cosmonautas fueron una excepción, y especialmente el primero de ellos: Yuri Alekseïevich Gagarin; hijo de obreros, mecánico, que se había convertido en el símbolo del sueño soviético… de buenas a primeras podría estar “clavado en el suelo”, sin que nadie quisiera correr el riesgo de verlo morir en una misión.

A pesar del subtítulo, no es una biografía de Gagarin lo que nos cuenta Alex Nikolavitch. Habla más ampliamente sobre la conquista del espacio, no dudando en hacer viajes cortos al otro lado del Pacífico para ver el progreso de Von Braun en la USA de los 50. También juega el acto de equilibrio con los personajes, siendo Korolev en particular tanto el que fríamente envía a Laika a la muerte o el que lanza cápsulas habitadas, estimando sus posibilidades de éxito en una de dos. Siendo el resultado, un cómic ameno, rítmico, bastante fiel a la historia y lo suficientemente complejo como para convencer.

Con pinceles de Félix Ruiz optando por una representación semirrealista tradicional, relativamente refinada y muy legible. Los diferentes personajes son reconocibles y el colorido juega hábilmente con las paletas para que los cambios en el contexto sean comprensibles. Sin ser irreprochable (sobre todo en los movimientos que a veces son un poco estáticos), es una obra limpia y contundente que recuerda aquí y allá a diseñadores clásicos como Edgar P. Jacobs. Y un cómic que recuerda que no todos los soviéticos fueron malos.

Por supuesto, que no.

Reseña: Neptuno, de Leo

Neptuno es la secuela de la secuela de la secuela, jajaj sí… Pero, ¿y no lo es cada nueva serie o peli de Star Wars? En la continuidad de Regreso a Aldebarán, Leo libera a Neptuno que, como era de esperar, atraerá a su órbita a la pequeña tropa apoyada por la simpática tribu extraterrestre en un cómic que con el paso de las páginas acomete la acción desde diversos puntos de vista. Y nos volvemos a encontrar a Kim, por supuesto, y a Manon, la joven conocida en la mencionada serie que acaba de terminar su formación como agente especial. Pero Leo nos vuelve a ofrecer una trama donde tenemos los resortes adecuados que nos hacen apreciar esta historia de Ciencia Ficción que está dando más de sí de lo que uno pudiera esperar. Ahora con una misteriosa y gigantesca nave que ha surgido de quién sabe dónde, y que daría cobijo a humanos, una amenaza desconocida y una colisión que como todas en este tipo de historias, va a salir mal. Pero nunca subestiméis a Kim, afortunadamente está aquí, con sus súper habilidades adquiridas con las pequeñas cápsulas, poderes de los que muchas vidas dependen.

Neptuno correspondería al sexto volumen de la saga Los Mundos de Aldebarán. La aventura creada por Leo, una obra alabada por muchos lectores de cómic europeo contemporáneo. Tenemos en nuestro país un nuevo álbum donde retoma el universo argumental de la célebre saga y el maestro brasileño vuelve a poner de manifiesto el talento y la desbordante imaginación con la que está llevando esta historia de aventura, intriga y acción. Una fabulosa epopeya humanista como ha sido llamada en diversos medios. Con dos pequeños giros en su guion que nos llevarán a un lugar inesperado en una trama que para nada me la esperaba tan atractiva como al final resultó ser.

Neptuno sólo duró dos álbumes. Los mismos que ahora se recogen en un solo tomo y que publica por estos lares ECC Ediciones. Pero que duda cabe que hubiera dado para mucho más. Obviamente, se queda en una obra menos desarrollada e investigada que los ciclos anteriores y no sé realmente qué incitó a cerrarla tan pronto. Una trama que promete bastante a la larga si se hubiera querido. Un episodio de CF que va a atrapando cuanto más sabe tanto los protagonistas como el lector. Pero se acaba.

Como recordatorio, la saga Aldebarán comenzó en 1994 y dio nueva vida a las historias clásicas de Anticipación lo que posteriormente se llamó simple y llanamente Ciencia Ficción. Pero cuando surgió, tenía ese toque exótico, semi-pulp, lleno de innovaciones tecnológicas que también apostaba por las aventuras clásicas de viajes en el espacio. Destacando especialmente a los personajes y sus emociones. Todo siempre revestido de una sensibilidad ecológica muy marcada y de un sinfín de criaturas y entornos extraordinarios. Un éxito desde el principio, que ya he recomendado (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6223) y que por las criticas que he ido viendo, con los años nunca ha flaqueado. Pero lo cierto es, que después de cinco volúmenes repletos de aventuras, lágrimas y giros, se debiera sentir cierto cansancio por lectores o autor. Y no lo encontré en Neptuno. Quizás por cuando llegó a nuestro país o por cuanto tiempo espacié su lectura en el tiempo, sentí que nuevamente me encantó leer sobre esta saga. Y aunque me da que Leo se convirtió en seguidor del estrés y se vio obligado a ceñirse a los tiempos para no quedarse atrás en un mundo de mundos que no paraba de crecer, creo que el lector que se tome esta obra como lo que es (aventuras clásicas en el espacio, insisto), disfrutará de todas-todas de lo que supone Los Mundos de Aldebarán. Para algunos decepción, para mí una nueva galaxia de eventos a descubrir.

Reseña: Love Love Love, de Kid Toussaint y Andrés Garrido

Uno siempre está preparado y acude encantado a las historias que cree que le van a gustar. En especial, si sabes o supones que la historia que te propones degustar parece sacada de un episodio de la serie Love, Dead & Robots. Porque Love Love Love es eso. Una historia de amor pero también una trama con el racismo de fondo en un escenario futurista.

Elle conoce por casualidad a Karel, un mecha pero también un cherish bot, es decir, un androide dotado de empatía que necesita amor para recargar sus baterías. Entonces, ¿todos los de este tipo necesitan ser amados para recargar sus baterías? Elle accede y es así como termina enamorándose de Karel mientras les rodea una tremenda lucha que llevan a cabo los robots por sus derechos civiles. Transposición total del devenir de la lucha de los negros contra la segregación racial en USA a principios del siglo XX. Aquí los robots, explotados, son mantenidos por humanos bajo el yugo de la obsolescencia programada que pretende destruirlos, impidiendo toda actualización. La guerra parece inevitable. Pero el amor no avisa y entre Elle y Karel es amor a primera vista.

Una historia bastante entretenida que tiene su cosilla. El ritmo es bueno y los protagonistas entrañables, aunque la eterna mirada de perro apaleado de Karel, en ocasiones, pone el vello de punta. Los gráficos de Andrés Garrido sorprenden. Inmediatamente me hizo pensar en el trazo de Hiroyuki Ooshima, el mangaka que probé hace no mucho con una versión manga de Spirou y Fantasio, el mismo que produjo Crime School y Toys of War. Garrido muestra una línea muy suelta, muy dinámica y a la vez encantadora y sostenida por colores ligeramente pastel pero más agradables que pesados. Me gusta la personalidad de este diseño.

Tened en cuenta que la influencia del manga también se encuentra en el rostro del androide Karel. Recuerda a Astro Boy, lo que seguramente está hecho a propósito ya que Tezuka también abordó el tema de la relación entre humanos y robots con empatía y lucha por sus derechos. Pero insisto, trabajazo de Andrés Garrido a los lápices. Me encanta este tipo de dibujo en una historia que recuerda muy mucho a un peliculón como es Her. Con sus diferencias, pero muy al alza con el tema ese de que en la terrible soledad del ser humano, más de uno o una, terminará emparejándose con una máquina. Especialmente, cuando lleguemos a esa época en la que las IAs sean totalmente aptas para, no solo escuchar, si no también darnos amor (en todos los sentidos) a la que se supone es, la raza dominante en el planeta Tierra.

Recomendable historia. Toca la fibra.

Reseña: Lydie, de Zidrou y Jordi Lafebre

Como suele ocurrir, tenemos un cómic donde Zidrou plantea un escenario bien construido, que proporciona una lectura amena y fluida. Y como hace a veces se apoya en un dibujante cuya línea le viene al pelo de cada historia «dulce» que relata. El postulado inicial es bastante simple, pero si consigues devorar este llevadero álbum de un tirón, que es como lo recomiendo, creo que os encantará.

En Lydie tenemos a una mujer joven que da a luz a una niña que nace muerta. Pero ella cree en su nacimiento, en su existencia, y actúa como si realmente existiera. Mmmm…, ¿he visto esto antes en algún guion, no? Y claro. Logra persuadir a todos a su alrededor (hay una unidad de lugar, ya que todo sucede en un callejón sin salida como es la década de 1930, por lo que seguimos sólo un puñado de habitantes de un barrio de clase trabajadora y nos apegamos a él) para «hacer como si» estuviesen ignorando la realidad. Pero, ¿hasta qué punto de la realidad podemos inclinarnos con esta ilusión?

Tenemos un cómic que es bastante tiernucho para mi gusto. Una historia costumbrista que se lee bastante bien y un lado sensible que a menudo encontramos en los guiones de Zidrou. Aunque otras obras, al ser más extensas, se equilibran con la otra temática metida ya sea thriller, género negro, comedia o suspense, siempre sin llegar al terror. No sé, es un autor que quiero decir que no me suele enamorar lo que escribe pero el cual con cada nuevo título que llega a nuestro país, este que os escribe, ya anda loco por pillarlo y devorarlo. El belga tiene ese poder sobre mí.

Una historia que no deja de ser un supuesto homenaje a la bondad. Un cómic dulce y simpático, sin llegar a ser pasteloso pero que se devora como un pequeño caramelo. Lydie forma parte de esta serie de historias humanas que Zidrou desarrolla en un solo plano. Y debo decir que no me desagrada. Entre otras cosas porque a menudo se permite hacer ese tipo de historias que rápidamente podrían calificarse de tiernas pero que desprenden algo innegablemente agradable de leer, en particular, por ese lado humano lleno de ternura que predomina. Y porque Zidrou asume que quiere hacer el bien y desarrollar una historia que juega, sobre todo, con los sentimientos. Lo puedo culpar por el propósito, pero no por el principio. Y el éxito está en cómo lo termina. Zidrou consigue dosificar el conjunto para no hacerlo indigesto y encontrar el justo equilibrio entre patetismo y realismo, con unas bellas representaciones de humanidad. Aunque no estoy seguro de que si todo pasó tan rápido que no tuve tiempo de darme cuenta que llega a coquetear con el fantástico. Y no sé porqué, pero encontré cierta relación con otra obra suya como es Los Mentores (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4744).

En cualquier caso, salí de este cómic con buen humor. Es el tipo de novela gráfica que te hace feliz y te pone una pequeña sonrisa en la cara. Y eso es muy difícil de conseguir, friends. Lo que no consiguió en su día (ya he recordado a qué se parecía), la serie de televisión Servant que trata el mismo tema. Y con intentos de ser terrorífica, sin llegar a conseguirlo.

Norma Editorial trae esta novedad de Zidrou. El dibujazo de Jordi Lafebre, a lo Disney en sus mejores años, es de escándalo.

Reseña: Undertaker (Integral), de Xavier Dorison y Ralph Meyer

Hoy os reseño la que considero otra de las grandes publicaciones del año. Un integral de lo que puede ser una de las mejores colecciones publicadas en la BD en los últimos años. ¿Quién lo trae? Pues Norma Editorial en un genial tocho que sólo puede estar en las mejores cómictecas pues contiene los seis geniales álbumes que han visto la luz hasta ahora de la mano del guionista Xavier Dorison (Long John Silver) y el dibujante Ralph Meyer (Asgard) firmando uno de los mejores westerns que se pueden leer actualmente. Undertaker (Enterrador) es un personaje con carácter, réplicas y citas casi constantemente brotando de su boca. Desde el primer álbum empieza fuerte. Tenemos una serie que está fuertemente inspirada en Blueberry, una serie que propinó un fuerte hachazo en lo que se refiere a llevar el mejor western al formato cómic. Y lo que es mejor, es muy buena a día de hoy.

Donde Jonas Crow es un empresario de pompas fúnebres con visión para los negocios. Llamado para enterrar a un cliente -hasta entonces, algo normal-, sin comerlo ni beberlo se encuentra embarcado en una increíble persecución. Pero Undertaker, para empezar, es un hombre cínico con un pasado turbulento que iremos descubriendo a lo largo de las tramas. Los personajes secundarios que van apareciendo son casi tan buenos, o mejor dicho, son casi tan atractivos como él. Especialmente los personajes femeninos que tienen un carácter fuerte y una presencia real en el escenario. De hecho, desde el segundo álbum el entorno empieza a volverse tremendamente oscuro, la historia de cada personaje se profundiza y la tensión dramática aumenta especialmente con las numerosas escenas nocturnas a la luz de las fogatas. Creando una intimidad propicia para las revelaciones que mostrarán cada uno de ellos. Y aunque los primeros álbumes enganchen muy bien a la lectura con la socorrida persecución, la dimensión psicológica de, por ejemplo, la poderosa personalidad de Jeronimus Quint, ofrecen un escenario que evoluciona favorablemente bien hasta el final.

Quizás esta sea una reseña para leer una vez has leído el volumen. No lo digo por los spoilers, que siempre intento evitar, es más porque así valorareis mejor las palabras que uso para referirme a los pros de esta obra. Pues el tercer álbum trae más personajes y más revelaciones. Sentí en ocasiones como si a lo Stephen King, me estuviesen contando la vida de todo un pueblo, cada uno con sus virtudes y sus muchos demonios. Undertaker es realmente una serie maravillosa en este sentido. En El devorador de oro encontramos lo que decía: a un Jonas Crow como un cínico enterrador, que no duda en inventarse citas en nombres de San Pablo. Encontré el dibujo aquí en perfecta armonía con la atmósfera. Historia atrapante como pocas. Cómo danzan los buitres es, después de la buena sorpresa del primer álbum, otro viñetaje que se devora con gran placer pues cierra a lo que se nos lleva en la trama anterior. Álbum que se podría utilizar como ejemplo en una clase de guion cuando se toque el uso del diálogo en el mundo del cómic.

El ogro de Sutter Camp, al otro lado de los Pirineos, fue el álbum más criticado de la serie, aunque no entiendo muy bien porqué. Inicia una nueva aventura y quizás la intensidad tiene que empezar de cero y eso a la gente no le gustó. También cuenta un tema delicado y las escenas nocturnas son bastante numerosas. Hay gente a la que tampoco le gusta eso. Pero la trama está bien llevada, sobre todo, con la escena en la que el coronel Warwick exclama «¡El Ogro está vivo!». Ahí lo dejo.

La sombra de Hipócrates es en donde Jonas Crow se desata. Aunque sea aplastado por la personalidad más que maquiavélica de Jeronimus Quint, alias el Ogro, es tremendo como saca a relucir lo peor de él. Y en El indio blanco y Salvaje lo mismo. Xavier Dorison nos ofrece una historia más densa y compleja donde nos revela la verdadera misión de Jonas Crow en esta vida. Y ofrece sorpresas sobre el pasado de nuestro ahora famoso enterrador. Escenarios muy ricos y lleno de sorpresas, insisto. Me gustó el papel que juega Jed, el buitre. Y los personajes femeninos Rose Prairie y Lin no solo son extras, son personajes muy dignos de mención como os decía antes. Rose, en particular, ocupa un lugar preponderante. Y a nivel de dibujo, Ralph Meyer nos ofrece hermosas láminas maravillosas dignas de pasar a lienzos de salón. Entiendo muy bien que Norma Editorial haya querido premiar al aficionado que se haga con la primera edición de esta obra con una genial lámina exclusiva…

Queda esperar que los autores sean capaces de detenerse a tiempo, antes que Undertaker comience a estirarse y repetirse, porque eso sería una pena. Por eso, aunque da lástima decir y creo que es la primera vez que lo hago con algo que me ha gustado tanto, debido a la intensidad de esta serie, dudo que se pudiera mantener el nivel mucho tiempo. Quizás debieran dejarla aquí. Aunque si siguen, espero equivocarme y ver que Undertaker es joyita título tras título. Para mí es ya joya del cómic. Y no sólo hablo de western.

Reseña: Última Frontera, de Leo e Icar

Un western futurista… a quién no le va a gustar. Leo es ese autor hecho para que te guste la Ciencia Ficción clásica en formato cómic. El tipo de CF que le mola al que viene leyendo este género desde desde hace años y brinda por las aventuras espaciales y los héroes venidos a menos que resulta que sí que valen para algo. Desde 1994, Leo ha declinado su muy original concepto de ciencia ficción con una tendencia ecologista y humanista introduciendo siempre «suspense» y, sobre todo, nuevas y singulares criaturas. Un claro ejemplo es Última Frontera, el último álbum del autor publicado por ECC Ediciones, aunque existen otros tantos títulos por ahí que también corroboran estas dichas. Aun así, este cómic que hoy os reseño deja un poco de lado la ecología y se centra en las diferentes relaciones humanas que miran de lleno a la trifulca.

En Última Frontera, si quitamos el contexto futurista, de todas-todas es un western. Leo utiliza todos los códigos del género: pequeño pueblo natal donde un pez gordo sujeta a todos por las pelotas, tipos siniestros a sueldo que juegan inteligentemente, un orden que intenta ser restaurado por un par de polis… Pero todo transponiéndolo a un contexto de ciencia ficción. Un ejemplo es que las las motocicletas reemplazan a los caballos. Y algunas rarezas son divertidas, como esas extrañas prótesis de metal que llevan algunos y el pequeño vehículo de John con sus pequeños artilugios. Como dicen los franceses: “C’est dans les vieux pots qu’on fait la meilleure soupe» (La mejor sopa está hecha en ollas viejas). Leo no tiene miedo de usar un guion occidental básico con esa historia cliché convencional que hemos visto en innumerables películas del Oeste. Se las arregla para salpicarlo todo de ese toque fantástico, eso si, pero mejor que lo implementado en aquella aberración de Will Smith que era Wild Wild West. Porque aquí molan también los bichos raros y algunas ideas ingeniosas que introduce así como su heroína que está muy en la línea de la serie anterior. Estamos en el planeta Tau Ceti 5 (que existe en realidad) y allí se encuentra la ciudad de Erechim, la última frontera antes de llegar a los territorios inexplorados. Los habitantes de esta ciudad perdida viven aterrorizados por los esbirros de un rico propietario y deciden recurrir a dos mercenarios de lo más insólito: los hermanos Jane y John. Este último tiene una discapacidad física que lo obliga a utilizar un aparato locomotor que deja boquiabiertos a los colonos, pero cuando la pareja se enfrenta a Burton y su banda, cualquier atisbo de duda que pudieran tener sobre él, desaparece. A pesar de su juventud y su frágil apariencia, Jane también resulta ser un personaje temible… Pero ¿qué secreto esconden las extracciones de Burton? ¿Qué hay que hacer para sobrevivir en estos territorios?

Para el dibujo, Leo decidió contratar a un diseñador con el que tiene afinidad gráfica. Y aunque el de Icar es un poco menos “educado”, con aspecto de dejarse llevar, en fin, no está tan pulido como el de Leo que de algún modo aguanta lo que exige como mínimo un lector de cómic europeo. Aquí, a veces, hay expresiones faciales extrañas. De todos modos, se ve que ha evolucionado un poco desde Terres Lointaines. Recuerdo oír que con esta serie estaba la gente tan hypeada al otro lado de los Pirineos que comentaban que leían y releían los álbumes constantemente hasta la salida del siguiente número. Lo que queda es una historia puramente entretenida que engancha y que gracias a que ECC la publica de forma íntegra (cuatro álbumes en un solo tomo), tenemos doscientas páginas en la que sumergirnos y degustar toda la historia de un tirón. Una vez más, un planeta exterior, fauna y flora desenfrenadas, la lucha contra una sociedad injusta. Después de leer la mayor parte de la serie de Leo, tengo que decir que Leo es siempre Leo. Te guste o no. El dibujo cambia pero muy poco el escenario. ¿Me gusta lo que hace una y otra vez? Sí. Y no puedo explicar porqué.

Reseña: Bolchoi Arena. Caelum Incognito, de Boulet y Aseyn

Caelum Incognito es el primer volumen de un tríptico que me han archirecomendado de la BD denominado Bolchoi Arena. En especial, por su forma de tratar la Ciencia Ficción, una gran sorpresa, qué álbum, qué primer tomo, friends. Aunque conociendo a Boulet solo por reputación, ya me embarcaba con ganas en esta obra que publica en nuestro país Nuevo Nueve Editores. Y he de decir que a primera vista no me inspiró más que sus gráficos. Aunque bueno, lo primero que siempre nos llama del mundo del cómic es eso, ¿no?

Admito que como con las buenas historias de CF, no solté el álbum hasta que lo terminé. El Bolshoi es una red global de realidad virtual que ha suplantado a Internet y prácticamente al mundo real. Esta réplica idéntica del mundo real donde todos pueden evolucionar allí en la forma de avatar que elijan. No se detiene en nuestro pequeño guijarro terrenal, sino que abarca todo el universo conocido. Se trata, por tanto, de un simulador perfecto donde se incluyen todas las nuevas tecnologías que han permitido relanzar la conquista del espacio. Y la joven Marje, una estudiante de astrofísica que antes había permanecido “desconectada”, acaba dando el paso para poder «ir a ver en el acto» lo que está estudiando. Pero esta novata no entra a su primera conexión con sus datos. No quiere hacer ruido. No quiere hacerse notar por los mejores buscadores de jugadores y mucho menos por las grandes firmas que reclutan a los grandes usuarios profesionales con gran futuro. ¿Y esto traerá consecuencias? Obvio.

Si el tema no es súper original, no recuerdo que se haya explorado en este sentido concreto en otras historias, mucho más lejos de la trama de Desafío Total o la más reciente Ready Player One, el pelotazo de libro de Ernest Cline, o si queréis, peli de Spielberg. Como cómic, en Bolchoi Arena encontramos un cómic al que nos enganchamos rápidamente a la historia y al descubrimiento de este nuevo mundo por parte de Marje. Al igual que ella, rápidamente nos volvemos adictos. Se convierte de un modo gustoso en lo que uno busca en este tipo de historias. Una serie prometedora que mezcla aventura, acción, humor y misterio en un universo de gran riqueza mientras empuja silenciosamente la reflexión sobre nuestra dependencia del mundo virtual. Este primer volumen, por supuesto, presenta a los personajes pero también me gustó mucho la alternancia de pasajes entre la vida real en la Tierra y sus evoluciones en el mundo virtual. Existe un trabajo detallado para describir el Universo, las relaciones entre los múltiples personajes, su vida real y su vida interpretada.

¿Y el dibujo de Aseyn? Bastante minimalista. Un estilo cercano al manga que da la sensación de contener pocos detalles. Pero cuando te acostumbras a él, se aprecia bastante el estilo. Todo va en relación a la coloración algo apagada en tonos pastel que recuerda en cierto modo a Moebius. Impone una atmósfera particular que evoca a la CF de antaño y al final resulta ser de lo más efectiva. Por eso, qué placer encontrar este tipos de universos tan particulares donde uno como lector termina haciendo sus cábalas porque, que duda cabe que este sí es uno de sus futuros que terminará llegando. ¿Estaremos aquí para verlo? Dudo que muchos nosotros sí. Pero Boulet y Aseyn llevan su historia aún más lejos para ofrecernos una historia inteligentemente equilibrada y de este modo podemos perdernos viviéndola junto a la protagonista.

Entre la épica (que satisfará a los gamers) y la reflexión (para los amantes de los cuentos clásicos de Anticipación) el futuro del dominio de lo digital y los grandes grupos que se formarán está mostrado. Y yo no quedaré contento hasta que no lea esta obra al completo.