Reseña: Celestia, de Manuele Fior

Celestia es la utopía que propone Manuele Fior. Una isla en una laguna que sirve de refugio ante una misteriosa invasión (¿Guerra?). El escenario ya desde el principio es atractivo, a la vez que precioso, te lleva de todas-todas a pensar en la Venecia de agua omnipresente, los escasos habitantes moviéndose en barco… Algunos usan máscaras como en el carnaval. Me encantó que el personaje principal usara maquillaje con una gran lágrima de Pierrot bajo del ojo derecho… ¡Y con su nombre!

Salamandra Graphic es el sello de Penguin Libros que publica novelas gráficas en nuestro país. Se puede decir (y no pasa ná) que es la mejor editorial que se dedica a este formato propiamente dicho. Por eso siempre tengo un ojo puesto en sus publicaciones. Y más cuando mi sistema de alarma me avisó que publicarían Celestia, de Manuele Fior, una de las utopías más aclamadas de los últimos tiempos dentro del cómic europeo. Tal como cuenta la editorial: el esperado regreso del autor después de siete años.

Manuele Fior regresa con una fábula sobre la capacidad de los más jóvenes para solucionar los problemas del viejo mundo. Un mundo alternativo, diferente y al mismo tiempo, similar al nuestro. Casi trescientas páginas para una historia que se devora en nada. En Celestia claramente estamos ante uno de los registros usados de la CF dónde se nos habla de una ciudad poblada, aislada, parecida a la nuestra pero con alguna diferencia. Aquí, por ejemplo, sus habitantes gozan de poderes telepáticos. Las relaciones entre los personajes, el pasado que les atormenta, sus sueños; de todo esto y más sabremos. Celestia debéis tomároslo ante todo como un escenario bello, con una portada que con poco, dice mucho. Celestia es también un cuento futurista, tan paralelo a La Terre des Fils (La Tierra de los Hijos), de GIPI, que diría que aporta bastante haber leído uno antes que el otro o viceversa. De hecho, también encontramos ingredientes de La Naranja Mecánica, de Anthony Burguess, con esa banda de malutos que se cruza en el camino de los protagonistas Pierrot y Dora. Personas que dan lugar a escenas de gran violencia, poesía y contemplación. Dora pertenece a un grupo de telépatas cuyas actividades son organizadas por el padre de Pierrot. Sin embargo, ambos están fuera del banquillo. Pierrot intentando entrar y Dora queriendo salir de él. Los acontecimientos los llevan a quererse marchar de esta ciudad acuática. Es entonces cuando nos enteramos que esta ciudad estuvo anteriormente conectada al continente pero que tras una invasión de la que no se sabe nada, el puente que unía dichas tierras, fue destruido. Por lo tanto, escapar del padre, escapar de estos amiguitos invasores, se convertirá en todo un desafío. Llegar al mundo más allá del puente en una góndola…, a otro mundo de extraños que viven en autarquía o incluso volver a la infancia como para algunos, todo esto y más supondrá hacer dicho viaje.

La peregrinación de Pierrot y Dora se convierte así en una historia que nunca olvidaré. Un viaje misterioso y contemplativo, pero inspirador para los que nos gusta escribir y no podemos salir de esa droga de evasión. Manuele Fior aporta además un recurso en Celestia que me encanta en las historias de CF y Terror: deja un final libre a interpretaciones. Con la trama, el autor se cuestiona y a la vez nos pregunta sobre esta sociedad del futuro. ¿Deberíamos permanecer aislados del mundo para preservar nuestra seguridad? ¿Por qué tener miedo a salir, correr riesgos y afrontar lo desconocido? La vida es AHORA.

El diseño de Celestia se reafirma en sus colores de atmósfera soberbios, como dicen que suelen ser las obras de este autor. No hay burbujas de discurso superfluas aquí (bocadillos), las imágenes, a menudo, hablan por sí mismas. Si te gustan las historias ambiciosas, esas tramas de futuro incierto, yo me dejaría embarcar en esta nueva novela gráfica que propone el italiano y que se acaba de publicar en nuestro país. Pero en cambio, si eres súper fan del cómic franco-belga, del más clásico, iría con cuidado. El dibujo de Celestia es tan diferente que puede impactar. Acuarelas que admito no son para todo el mundo.

Reseña: Las Nuevas Aventuras de Ric Hochet, de Zidrou y Van Liemt

La serie original de Ric Hochet siempre me dejó impresión de vaso medio lleno, vaso medio vacío. Me gustaban sus dibujos a pesar de su apariencia bastante rígida y sus muchas chicas con mandíbulas de bloques de hormigón… Y me gustaba, me entraban con bastante facilidad las intrigas de sus investigaciones y el misterio que revelaban al final. Pero al mismo tiempo, el personaje de Ric no me caía bien. Aparte, no me suelen gustar las tramas cuyas conclusiones son poco creíbles. Incluso dentro de lo ilógico, todo debe seguir una lógica. Ese es mi lema. Pero no dejo de decepcionarme cuando no me gusta un personaje, una serie, que tantos amigos aclaman…  Y como siempre doy una nueva oportunidad a amores rotos, me sentí atraido por la idea de leer una nueva versión de las aventuras de Ric Hochet. Me llegaron algunas noticias, algunos susurros al oído, de que su primer álbum me iba hacer cambiar de opinión. Oí, para colmo, algo que me petó la cabeza. Algo que os voy a decir y que no es spoiler por lo último que diré en esta reseña. Algo que me supuso querer ir corriendo hacia la nueva publicación que nos trae Dolmen Editorial este mes. Y ahora os lo contaré: el gran Zidrou y Van Liment golpean fuerte desde el principio en Las Nuevas Aventuras de Ric Hochet. Matan al personaje en las primeras siete páginas y dejan a su enemigo, el Camaleón, ocupando su vida.

Es la audacia atractiva que caracteriza los primeros álbumes de esta nueva serie. Un primer volumen que contiene los dos primeros álbumes de la serie. R.I.P. Ric! es la primera historia y en la que se va más lejos. Zidrou permite cosas que nunca hubiéramos visto en la serie clásica. Se llega incluso más allá con personajes principales de la serie (se nos muestra lo que parece una violación sin que la víctima parezca sufrir en lo más mínimo. Algo… muy raro). Una nueva visión de Ric pero también de Nadine y Bourdon… Sin hablar del pobre gato, Nanar. Y es que de camino a casa una noche, Ric Hochet es sorprendido por un hombre que le dispara sin previo aviso. Este hombre es el Camaleón. Acaba de dedicar los dos años que siguieron a su fuga a metamorfosearse en Ric Hochet: cirugía estética, deporte intensivo, entrenamiento… Un guión que pondrá al borde de la conmoción (me río) a alguien que espera el lado suave de las aventuras que Ric Hochet tenía antiguamente. También hay guiños, referencias a historias clásicas, pero también una pequeña parte de la burla va dirigida al cuestionamiento del personaje boy-scout de Ric y su atuendo inmutable.

Asesinato en un Jardín Francés sí muestra una trama más similar a lo que era habitualmente el héroe. Cuenta que un misterioso asesino mata a hombres solitarios en los Jardines de Luxemburgo. Para la policía, un enigma. Nunca se vió algo así. El verdadero Ric Hochet está de vuelta para una investigación policial digna de las mejores de la serie.

Cabe señalar que la relación con Nadine se vuelve mucho más adulta en esta nueva versión. Se deja atrás la eterna relación platónica que mostraban las historias de Tibet. Y el propio Ric se vuelve menos inhumano, menos perfecto. Además, me gustó mucho el tono que ahora tiene la serie con estas nuevas investigaciones policiales de Ric Hochet muy a lo serie de TC moderna. Creo que Zidrou logra de todas-todas este resurgimiento aportando más autocrítica a la serie y manteniendo el espíritu básico de un personaje que para muchos es eterno.

A nivel del dibujo, me gustó. Digamos que Van Liemt de alguna forma mantiene el espíritu de los primeros Ric Hochets y es agradable y su estilo tiene bastante soltura. Un cambio agradable a la línea demasiado rígida de Tibet. Pero es que encanta incluso la portada del tomo. Cuando sabéis de qué va, es un spoiler en toda regla.

La nostalgia puede jugar un papel fundamental en vuestra compra. Eso es correcto. Por mi parte solo puedo decir que la decepción, en este caso, no está a un paso. Anda bastante más lejos. Me he encontrado con un personaje genial y brillantemente renovado del que quiero/necesito saber más.

Reseña: El Gaucho, de Hugo Pratt y Milo Manara

Si el otro día os decía lo indispensable que era leer la obra de Hugo Pratt, ¿qué os debería decir ahora si os cuento que existe una obra llamada El Gaucho y que ahora reedita Norma Editorial en un sendo integral a color, donde el maestro italiano se junta con otro grande como es Milo Manara? Juntos pero no revueltos para una obra que casi al momento de publicarse ya se marcó de cómic clásico de referencia. Y bueno, estaba claro que la asociación de estos dos grandes solo podía dar buenos resultados. Pratt, a quien conocemos por nuestro amigo Corto Maltés, mi nuevo héroe favorito (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6143), y Manara por sus heroínas ultra eróticas (Mmmmmm… uff); se reunieron para El Gaucho donde nos cuentan una historia que versa por un amor que está maldito. Tened la seguridad de que no estamos ante ninguna «flor azul», El Gaucho goza más bien de una atmósfera entre el horror humano y el erotismo, todo, en un contexto de colonialismo y genocidio. Una historia tan real como dura, donde me gusta mucho como trata la línea clara el señor Manara, que mejora y refina los gráficos de sus personajes y también los decorados en esta obra maravillosa donde las mujeres son surrealistas en belleza. Una obra que en color gana bastante.

Por otro lado, el escenario es puro Hugo Pratt. Una historia de aventuras, de un aventurero de esos con los que las chicas de antes soñaban y por el cual los chicos sentimos emoción. El escenario es evocador. Nos embarcamos en una historia raramente mencionada en cómics, a saber, la conquista por parte de los ingleses de tierras argentinas en Sudamérica. Por mi parte, poco sabía al respecto, salvo el episodio de la Guerra de Malvinas, muchísimos años después. Pero lo que se cuenta en El Gaucho, si cuenta con alguna referencia verídica, demuestra ya lo mal que se llevan estos dos pueblos en el siglo XIX, durante la lucha por la independencia de las colonias españolas en latinoamérica. Donde la hermosa y sensual Molly Malone se ve inmersa en una irrefrenable y destructiva tormenta y en un Nuevo Mundo que no es otra cosa que un lugar despiadado, un escenario turbulento en el que se mezclará el amor, el sexo, la pasión, la codicia y la lucha por sobrevivir. El escenario de Pratt es tan bueno como diferente. La parte de la historia que sirve de marco es tan fluida como cualquiera de sus producciones en Corto Maltés. Eso si, con un comienzo de la historia que descoloca (no entendí el vínculo entre el comienzo de la historia donde un anciano blanco convertido en indio cuenta su vida y el final de la misma).

Pero la historia está llena de giros y vueltas y tiene un carácter histórico indiscutible donde descubrimos que los ingleses intentaron invadir Argentina para arrebatársela a los españoles a principios de 1800. Estos ingleses siempre han sido unos piratas para todo y por mucho que intenten manchar nuestro nombre, no nos llegan ni a las suelas de los zapatos… En fin. Un episodio más de lo ladrones que son y esto Pratt y Manara lo cuentan muy bien en El Gaucho. Donde en medio de este alboroto, hay una verdadera historia de amor entre un joven inglés llamado Tom Browne y una prostituta irlandesa llamada Molly Malone, la cual ha sido entregada a los oficiales de la flota. Es de esas historias que cuando terminas, lamentas que haya terminado. Una muy buena señal para un álbum que tiene más de ciento veinte páginas y que comprende un volumen único.

El diseño es realmente magnífico e impecablemente fluido. Realmente se siente el estar en mitad del río Negro con La Pampa de fondo y ver tipo de esclavitud que se promovía con el asesinato en masa de los nativos y tribus argentinas. Pero eso sería un resumen marginal de la trama que mueve este cómic, porque hay más detrás. Una historia que te lleva a un cruce de sentimientos importante.

Milo Manara ilustra un magistral guion de Hugo Pratt. Una de las obras más memorables de dos genios revolucionarios del noveno arte. Déjate llevar por el viaje.

Reseña: La Balada del Soldado Odawaa, de Cédric Apikian, Rossi y Walter

La Balada del Soldado Odawaa que publica Norma Editorial es un cómic que marca como hierro candente. Nos sumergimos en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial, ya sabéis; trincheras, ruinas y muertos por doquier. Desolación hasta donde alcanza la vista. Esta historia me recordó algo que había olvidado: los nativos americanos canadienses participaron en esta carnicería humana. Y viendo el titulo ahora quizás entendáis muchas cosas. Un álbum en el que uno se sumerge inmediatamente en la dura (y la palabra es débil) realidad de la guerra. Escenario cautivador, pero no innovador a pesar de algunas buenas ideas. Como bien se anuncia, estamos ante un cómic bélico que tiene un sabor fuerte a western.

Leyendo La Balada del Soldado Odawaa me vino a la mente lo que me dijo una vez un amigo con el que charlo de cómic europeo por la red constantemente y que ahora vive/disfruta de la vida en el país galo. Dijo: «Si vienes, nos damos una vuelta por Pas-de-Calais (El Paso de Calais). Te invito a que vengas y descubras el Memorial Vimy, que rinde homenaje a los soldados canadienses que murieron y desaparecieron durante la Gran Guerra. Más de once mil nombres registrados. Y es que estamos ante una historia que al poco se vuelve apasionante. Buen ritmo, giros que la energizan (hasta las últimas revelaciones). Además de los guiños a Sergio Leone y al western en general, me pareció curioso encontrar algunas alusiones a Hitler. Como si el Mal ya se estuviera fraguando.

Pero la historia se centra en un tipo occidental que se podría categorizar de maldito en el entorno de la Primera Guerra Mundial. Algo extraordinario a mis ojos. Mola de algún modo pues siempre he pensado que la Gran Guerra fue un portentoso enfrentamiento con diversos escenarios. Tened en cuenta que se venía de una larga época de esplendor, que eso hacía que varios gobiernos se creyeran súper poderosos, lo que deparó en que se pensara que la guerra duraría muy poco. Pensad en un poderoso equipo de fútbol que va a jugar contra uno humilde de pueblo y se vanagloria de que todo será un paseo… ¿Durará poco y será fácil? Más de treinta millones de muertos (¡Millones!) en cuatro años. Un escenario donde se prueban nuevas armas sin pensar para nada en la moralidad del ser humano. Incluso se llegan a ver cargas de caballería enfrentándose a elementos motorizados. Todo muy steam-punk, ¿no? Y La Balada del Soldado Odawaa sigue de algún modo el mismo camino pues, un capitán del contingente canadiense, desplegado en suelo francés, formando comando con francotiradores amerindios… Violencia humana a raudales sembrando el pánico en las líneas enemigas.

El diseño y las escenas son deslumbrantes con realismo y verdad y retransmiten perfectamente los estados de ánimo de los soldados durante este período. Un álbum tremendamente bien labrado con la calidad a la que nos tiene acostumbrados Norma Editorial. Todo para desarrollar una historia cautivadora que incluso el guionista Cédric Apikian reconoce en la introducción como fuente de inspiración con la búsqueda del tesoro que Sergio Leone nunca negó. Algunos me entenderéis (Desenterrando Sad Hill).

El dibujo de Rossi también muy chulo al igual que los colores que aporta Walter; dan preferencia a los oscuros con una perfección alucinante y encajan en una narrativa sombría y retorcida. Una mezcla original de géneros, una batalla en las trincheras, muertes en la parte trasera del frente, saqueadores rateros y aprovechados de la vida pero de los que habría que verse en su situación…

En febrero de 1915, una pequeña tropa de soldados alemanes bajo las órdenes del comandante Von Schaffner recorrió la campiña francesa para saquear y robar todo lo que quisieran. El ejército francés le pide al capitán canadiense Ernest Keating que envíe su tropa de élite para solucionar el problema.

Excelente película.

Reseña: Tarzán. El Señor de la Jungla, de Christophe Bec y Stevan Subic

Christophe Bec (1969) es un autor de cómics francés, conocido por haber creado Cero Absoluto (que publicó Planeta), Sanctuary (escrito por Xavier Dorison), Bunker (coescrito con Stéphane Betbeder), Carthago (que publicó Norma Editorial), Prometeo (publicada por Yermo Ediciones), Death Mountains (que traerá Yermo también en breve); y decenas de obras más. Ahora decidme cómo demonios un fan de este autor que se entera que Yermo trae a nuestro país «su» Tarzán, no sale a por patas a hacerse con él. A leerlo, devorarlo, pasar un buen rato de lectura, sofá y mantita con dicha volumen. Una curiosa forma de volver al Tarzán como El Señor de la Jungla y verlo como un personaje misterioso que nadie sabe quién demonios es. Una propuesta interesante porque puedo decir que es la versión en cómic más fiel a la novela de Burroughs que he visto nunca. Y aparte de fiel, diría que una versión más oscura y violenta, aunque sin pasarse. Pero, en definitiva, una obra más de Christophe Bec, del que se tendría que celebrar que sigan llegando nuevas obras traducidas de este hombre tan prolífico a nuestro país. Ahí va mi aplauso.

Tarzán forma parte de esta categoría de personajes que todo el mundo conoce, con una visión más o menos precisa de la historia original, que ha sido adaptada a todos los medios posibles para degustar como se quiera. En El Señor de la Jungla, Bec firma una versión más de género negro y por tanto más cercana a la historia original. Por supuesto, en este volumen estamos muy lejos de tener una versión diluida de Disney. Si podemos plantearnos la cuestión del interés de una enésima versión, en todo caso resulta acertada y agradable de leer a pesar de la cruda historia que vamos a conocer. Todo el mundo conoce el terreno de juego: Tarzán es acogido y criado por monos tras la muerte de sus padres en la jungla africana. Era tan solo un bebé. Esta adopción no será como un río largo y tranquilo que lleva a la paz. Todo lo contrario. Un sendero de bastantes escenas violentas. Pues el chico de los Greystoke no es aceptado por todos en su nueva familia y todo eso se muestra bien al principio de la trama, donde se brinda lógicamente por la ausencia de texto. Donde se narra la infancia con viñetas algunas muy efectivas que muestran que también entre animales hay bullying, y mordiscos cuando toca. Es algo habitual.

Esto marcará la pauta y mostrará cómo este joven se forjará ante la adversidad.

La historia encuentra su equilibrio cuando se cruza con seres humanos. Jane y los nativos. Deferencia muy bien reflejada. No obstante, entre la atmósfera pesada del comportamiento con las fieras que se guían solo por instinto (la convivencia con la fauna nunca es fácil), los encuentros con los nativos empiezan a dar quebraderos de cabeza también. Serán motivo de miedo, de incomprensión y por tanto de conflictos bélicos pues el diálogo apenas es posible. Lo mismo ocurre con los civilizados que se creen inteligentes y usan el arma antes que la lengua. Nos enfrentamos así a la triste realidad de los hombres, y a una historia que se vuelve más real que el cuento que les contamos a nuestros hijos. Y aunque es terrible, es creíble que todo lo que vemos en la historia sería totalmente real así. Por desgracia, tiene sentido que se conviertan en odio y sed de venganza, muchos de los actos por los que pasa Tarzán.

Momentos que te mantendrán interesado hasta el final.

Un volumen que en contra de lo que pensaba, es suficiente por sí solo para aportar una historia completa digna de apreciar. De hecho, es la historia de Tarzán que recomendaría leer o regalar por encima incluso de la novela. Para alguien que «lo necesite”. Da una visión del personaje y una crítica a la civilización de la época que está terriblemente bien conseguida. Sobre todo, más de cien años después de la novela (Tarzán de los Monos), que nació a partir del personaje creado por Edgar Rice Burroughs para la revista pulp All Story Magazine en octubre de 1912.

Luego llegaron veintitrés secuelas.

Y aún no parece que los hombres hayan cambiado su forma de comportarse.

Reseña: Tif y Tondu. En los Límites de Lo Irreal, de Maurice Tillieux y Will

Tif y Tondu son de esas series, de esos personajes, que vas a llevar contigo toda la vida. En mi caso, incluso cuando escribo algún relato y todo se torna en algo detectivesco pero el personaje principal, se me vienen a la cabeza el modo de actuar de estos dos; el calvete y el de barbas y sus reacciones ante lo desconocido. Por eso insisto en que el dibujo de Will siempre es excelente y marca de por vida, además de crear atmósferas maravillosas para las historias como pocos.

Catalogué en su día a Tif y Tondu como puntal de lanza del cómic franco-belga y me reitero en ello. Es por eso que no voy a dejar pasar la oportunidad ahora que Dolmen Editorial nos está trayendo la serie en estos preciocérrimos tomos recopilatorios de su Colección Fuera Borda. Llega el tercer volumen de aventuras, tres nuevas hazañas de Tif y Tondu que contiene este En los Limites de Lo Irreal. Totalmente inéditas en castellano (que esa es otra), historias en las que he flipado porque se tocan los fenómenos ocultos que tanto amamos por aquí. No es por nada -y quizás hubiese sido retrasar mucho una publicación para gente que sigue con fervor esta serie y me consta-, pero estamos ante un tomo ideal para Halloween. Ahí lo dejo.

En Los resucitados encontramos a nuestros personajes perdidos en medio de la Bretaña, acompañados por un representante comercial de jabones que recogen y al que su coche le ha dejado tirado, cuando llegan a un pequeño pueblo llamado Kermez Er Oïc en el que son recibidos con bastante frialdad. La población les tiene miedo: o le tiran baldes de agua o les amenazan con un fusil. Finalmente encuentran refugio con una anciana quien les explica la situación. El pueblo no quiere saber nada de extranjeros. Los muertos del pueblo han empezado a levantarse. De hecho, los dos últimos fallecidos tienden a caminar por las calles por la noche…

En Un plan diabólico nos vamos a la Alemania profunda donde el calvo y el barbudo también se sumergen en una historia de Terror pero algo «pulp». Ayudando a la policía en todo momento, aquí se topan con un autómata gigante que fue creado en la Edad Media pero también contra un gorila invisible con cerebro humano… ¿Cómo? Hay un tipo que está creando aberraciones orgánicas a los que injerta consciencia con cerebros de gente difunta.

Cierra el tomo El retorno de la Cosa, una nueva historia a lo Mary Shelley. Aunque bastante diferente a la anterior. Pues a veinte kilómetros de la ciudad de Grimsby, costa este de Inglaterra, una noche, a altas horas de la madrugada, Smitty sale del pub después de beber mucho. Tropezando con farola por aquí, farola por  allá, se encuentra con algo increíble: cuatro esqueletos cubiertos con capucha portando un ataúd. Vuelve al pub corriendo y nadie le cree. De hecho, son Tif, Tondu y Kikí quienes le escuchan. Andan por la zona pues vienen a echar una mano a su amigo el inspector Fixchusset, con un negocio bastante inusual. Pero la pregunta es: ¿cómo diablos cuatro esqueletos portan un ataúd y cruzan las calles del pueblo sin problema?

Maurice Tillieux haciendo lo que mejor sabía hacer. El maravilloso pincel Will creando ambientación. Un volumen con extras que desvelarán a su vez más datos y anécdotas sobre las historias y sus autores. Serie que no puedes dejar de querer, tenerlo todo-todito-todo de ella. Ediciones para el amante del mejor cómic europeo de todos los tiempos. Excelente tomo una vez más, que mola ver reposar en tu cómicteca. Por otro lado, no sé porqué, me da la sensación que la edición de Dolmen Editorial está siendo un poco dirigida a construir estos volúmenes por temáticas. No me había dado cuenta hasta ahora pero En los Límites de Lo Irreal es bastante obvio. Sí había percibido entonces que para nada los álbumes iban correlativos en años de publicación como en otras colecciones Fuera Borda. Pero oye, no me parece mala idea. De hecho, mola. Todo esto siempre que nos traigan todo lo posible de esta espectacular serie de la BD, por supuesto.

Una serie de aventuras con una atmósfera cautivadora y un encanto fascinante con autorazos como Will, Dineur, Rosy, Tillieux, Desberg, Lapière y Sikorski, de por medio.

Insisto: un volumen ideal para el próximo Halloween.

Reseña: Corto Maltés. La Casa Dorada de Samarcanda, de Hugo Pratt

Cuando leí el primer cómic de Corto Maltés, una de las cosas que recuerdo es, el prometer hacerme con toda la colección. Esto figuraba tener que buscar títulos en librerías y mercadillos de segunda mano. No obstante, a poco que investigues, rápidamente te das cuenta que Norma Editorial, en realidad, siempre lo tiene catálogo. O al menos por entonces empezaron a salir los títulos de la serie y cada uno en diferentes formatos; blanco y negro y color. Fue toda una alegría. Lo que digo siempre y lo que tanto requiero a editoriales. La oportunidad a un paso. Lo mejor de lo mejor siempre en stock debería ser siempre una cláusula indispensable en la producción y edición de obras literarias. Es de lógica. Y Corto Maltés es, sin duda, una obra indispensable para cualquier lector de cómics que se precie. Por eso es de rigor que sus álbumes sigan publicándose casi de forma mensual. Que sehaga, es siempre-siempre una buena noticia. Leer guiones tan buenos casi como si fuesen una novedad es algo que pone y mucho.

La Casa Dorada de Samarcanda es la vigésimo sexta aventura de Corto Maltés creada por el maestro italiano Hugo Pratt. Una historia que abarca un largo periodo de tiempo pues comienza en diciembre de 1921 en Rodas y termina en septiembre de 1922 en la frontera entre Afganistán e India. Una trama con cantidad de viajes por el Medio Oriente, entre países exóticos donde la muerte ronda casi cada viñeta donde encontramos olores diferentes, licores de colores extraños o una cama sugerente donde reposar o retozar. Como siempre cantidad de personajes transitan por esta aventura de Corto que es, sin duda, otra indispensable. Tiene de todo. Diría incluso que te enseña mundo. Acumula giros y vueltas al más puro estilo aventura clásica mientras despoja el argumento de su carácter convencional, pues casi todos los misterios generalmente se resuelven en el acto. Pero me pareció muy curioso ver que en esta aventura Corto Maltés está más perdido que en álbumes anteriores. Es objeto de múltiples cargas irónicas por parte de Pratt, quien lo retrata lleno de incomprensión frente a la miríada de personajes secundarios que van apareciendo. Como si el autor estuviese molesto con él por alguna razón y hubiese decidido hacérselo pagar. Lo pone a veces incluso como compañero no digno usando drogas cuando no toca. Una aventura por momentos bastante onírica.

En La Casa Dorada de Samarcanda, Corto busca el tesoro del rey persa Ciro II que fue escondido por Alejandro Magno siglos atrás. Eso por un lado, pero esto a la vez le sirve como pretexto para intentar liberar al prisionero Rasputín de donde se encuentra encerrado. Para ello, atraviesa tres estados emergentes y en eterno conflicto como son la República Turca, la Unión Soviética y el Irán, de Reza Pahlavi. Recordemos que al final de Fábula de Venecia (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6143), Corto Maltés cruzó el umbral de un patio secreto en Venecia para entrar en otra historia. Las cúpulas de San Marcos, todavía presentes en su mente, confunden sus primeros pensamientos mientras se encuentra en los muelles del puerto de Rodas, Grecia… Volviendo a la conciencia, inmediatamente se pone en marcha en busca de un manuscrito que ha descubierto que existe, mientras lee las notas del barón Corvo. Así se entera de que el escritor Edward Trelawnay habría escondido los recuerdos de su amigo Lord Byron «bajo la luna de la mezquita de Kawakly». Después de encontrar el manuscrito, es detenido por un individuo que lo toma por un tal Timur Chevket. Sus negaciones son inútiles, porque el parecido es tal que no da a lugar a ninguna negación. Por lo tanto, es llevado a una reunión de un movimiento nacionalista donde hace tiempo se espera a este tal Chevket. El comandante Bahiar dice que el general Enver Pasha, derrocado por Kemal, que se ha convertido en presidente de Turquía, quiere vengarse. Para ganar el poder, rompió con los bolcheviques y se unió a los musulmanes anticomunistas. Chevket (Corto) debe ir a buscarlo a Bahiar en Adana (Turquía), antes de partir con ellos hacia Turquestán. Pero al salir de la reunión, Corto piensa en una sola cosa: desaparecer lo antes posible. Y es que alojado con su amiga Cassandre, ella le advierte que corre un gran peligro. Por la noche, estudia el mapa y el manuscrito encontrado, que lo pone en la pista del tesoro escondido por Alejandro Magno en Asia Central y se larga.

Según Hugo Pratt, no es Corto el personaje principal de esta historia sino Rasputín. Por lo tanto, su liberación es el objeto de la búsqueda de Corto, quien desea salvar a su amigo encarcelado de una sentencia de muerte. Estamos ante un álbum que fue analizado incluso en programas de TV franceses porque sigue de una forma muy visual la antigua Ruta de la Seda. Evoca el nombre de Samarcanda, ciudad uzbeka que fue un paso importante de esta ruta, y así tenemos delante una ocasión ideal para ver a un héroe atravesar cantidad de países mientras descubre una fuerte diversidad étnica y religiosa.

Un cómic fascinante.

Reseña: B.O. Como Dios, de Ugo Bienvenu

Preferencias del Sistema me demostró que Ugo Bienvenu era un tío diferente. Amante de la Ciencia Ficción pero de un modo especial a la hora de ser creativo. Capaz de idear perspectivas un tanto aterradoras a la vez que curiosas, de las que si te paras a pensar, seguramente el ser humano pasará por ellas antes de su extinción. Historias diferentes como la que podéis encontrar en B.O. Como Dios, el nuevo titulo de este autor que publica Ponent Mon este mes entre sus novedades. Y ahora decidme si no, un robot que viaja por el universo para satisfacer sexualmente al todo sexo femenino que lo requiera, no es una idea tan curiosa como aterradora. ¿O quizás solo sensual y sugerente?

Desde La Survivante, de Paul Gillon (1985), sabemos que los robots también pueden alimentar y despertar sentimientos en los humanos y compartir placeres sexuales con ellos. Ya está pasando aunque de una forma un tanto primaria. Sobre el mismo tema, también leí en su día la hermosa Sixella. Así que estoy de nuevo ante un tema que no me pilla de nuevas. Tema tremendamente atractivo y más con un autor como es Ugo Bienvenu que de algún modo siente algo al mezclar en sus tramas humanos y robots.

Ugo Bienvenu presenta en B.O. Como Dios a un humanoide muy particular. Una especie de gigoló intergaláctico que viene a proporcionar a pedidos a las hembras de todo el universo. ¡Viaja en una nave con forma fálica! ¿Los servicios? Servicios de alta gama para aquellas hembras que lo deseen y puedan pagar por sus trabajos. Un álbum que está compuesto casi en su totalidad por escenas de sexo, pero con una presentación de viñeta muy curiosa porque toda la historia parece estar como “retratada”, por el protagonista. Como si solo se estuviera ilustrando el discurso de B.O. por el universo, su vida artificial, la presentación de su oficio… B.O. es el narrador aunque apenas hay diálogo. Presenta a sus clientas lo que es capaz de hacer mientras analiza todo de una manera bastante fría y funcional. Esa frialdad acentuada por una coloración impersonal muy distinta y es porque a B.O. le gusta el trabajo bien hecho. Un ser artificial muy concienzudo.

Insisto, al igual que en Preferencias del Sistema (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1642), Ugo Bienvenu consigue mostrar con muy poco un comportamiento muy real de lo que viene a ser una inteligencia artificial con una misión o destino concreto. No diría tanto una obra pornográfica sino más bien existencialista pues casi en cada página que sale B.O. se siente el deseo pero también la aceptación de su reto, tan certero, que siempre consigue mostrar en su trabajo una máquina.

Pese a todo, en la segunda parte del álbum se puede decir que B.O. se vuelve más humano, ganando en profundidad, personalidad, cuando comienza a explicar su origen contando porqué es el único ya que hace este trabajo. Repasa el porqué su existencia y como no debe ser conocida por las autoridades, ni por los machos de cada existencia interplanetaria. Se ve inmerso en una orgía que asume como un gran profesional, pero en la que nos analiza cada comportamiento erótico-festivo. Por que B.O. es el último de los robots sexuales. Es de la época en la que los bisabuelos de estas hembras ardientes de pasión aún no habían nacido. Una época en la que los seres humanos llegaron a apreciar tanto a los robots sexuales que la natalidad cayó en picado, y sólo se brindaba por liberar tensiones independientemente de con quién y con uno de ellos de por medio. De como los humanos ya solo querían a robots para el sexo. Y las prácticas se desataron en las más lujuriosas escenas y comenzó a haber accidentes. Una parte donde B.O. se vuelve menos cerebral y más carnal.

Ugo Bienvenu nos ofrece una pequeña joya narrativa y gráfica. La historia autobiográfica de B.O, un robot potente en personalidad, un verdadero juguete sexual viviente para mujeres humanas o alienígenas ricas y solitarias, una visión del amor bastante fría, clínica y desilusionada para algunos, pero terriblemente excitante para otros.

Desde luego, vive como Dios.

Lectura original como pocas.

Reseña: La Inmersión, de Séverine Vidal y Víctor L. Pinel

A parte de la familia, ¿qué nos puede tocar más la fibra que la vejez, la llegada y sus consecuencias? Cuando algunos ya tenemos una edad y empezamos a ser conscientes de lo que se nos viene encima, es hermoso pero triste. saber que un día dejamos de existir. Que ya nos estamos en este plano y queremos por encima de todas las cosas (algunos sin saberlo) que se nos recuerde. Pero así es la vida. Todo lo que nace, muere, que dice mi madre. Para colmo, de este tema surgen diferentes ramales, diferente vías, de esta enorme tristeza que es el fin de la vida, la pérdida, el hundimiento en el olvido. En mi opinión, dejando de lado las enfermedades dolorosas, no hay nada peor que olvidar tus propios recuerdos. Tus grandes momentos (los malos se olvidan solos) porque con ellos obviamente te desprendes de tus allegados. Pero si somos optimistas, si luchamos por desaparecer con gracia cual mago en plena apoteosis de su público, los momentos tristes se disipan.

Y cada minuto en esta vida es una fiesta.

Algo así nos cuenta La Inmersión, el cómic novedad de Nuevo Nueve Editores para estas fechas. Una obra que nos llega de la mano del guionista Séverine Vidal y los geniales dibujos de Víctor L. Pinel. Un historia muy hermosa que conmueve enormemente, y eso que el tema a priori no es una broma. Pero se convierte en ella. Especialmente porque seguimos a Yvonne, una mujer que tras cuarenta años en la misma casa ahora con ochenta se va a una Residencia. Sin embargo, el mundo no se le cae encima a una mujer que siempre fue una entusiasta de la vida. Al principio, los cambios asustan, no son fáciles, es normal, pero Yvonne es mucha Yvonne y a su nueva vida le va a dar un toque conmovedor, delicado y divertido; para socavar las ideas preconcebidas que dicen que “retirarse” a una Residencia, es para caer en soledad, miseria y melodrama.

¿Qué ocurre entonces? Que como siempre pasa en esta puta vida cuando te va bien y vuelves a ser feliz, te vienen los palos. Yvonne se hace amiga de un grupo de residentes divertidos y lúcidos e incluso se enamora. Pero de pronto la vejez vuelve hacer acto de presencia y empieza a no poder controlar el habla y su mente confunde cosas. El torbellino que fue su vida se escapa en ese huracán oscuro que se acerca por el horizonte e Yvonne decide regalarse un último momento. Por lo que concreta con su nueva pandilla una tarde de paseo por la naturaleza. Una última tarde, quizás..

Los personajes son entrañables sin ser demasiado malos o demasiado agradables. Muy reales, diría, y reconocibles para los que hemos visitado alguna vez entornos así. Yvonne también nos lleva a sus reflexiones y recuerdos personales, colocados juiciosamente tras la historia principal. El diseño está en consonancia con la trama y las características de las personas mayores se contraponen a las de los más jóvenes que están cerca con líneas claras. Lo que coloca al ilustrador Víctor L. Pinel como un gran detallista. Pero el álbum, en general, tiene un tono muy apropiado, no es una llorera constante para que te hundas con tristeza en el sofá. Es más divertido que otra cosa. Es una oda a la vida, al último aliento que a uno le gustaría exaltar como un último desaire a la muerte.

Con un final que rebosa libertad por los cuatro costados.

Con una intrigante portada que quizás anime a algunos a abrir el tomo y explorarlo más.

Irónicamente, La Inmersión es un cómic para el recuerdo.

Reseña: 11 de Septiembre de 2001. El Día que Cambió el Mundo, de Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois

Para un día como hoy pega una reseña como ésta. Una que trata el aniversario del famoso 11-S que sacudió al mundo en 2001. Yo estuve allí en la medida de ser persona consciente de lo que estaba sucediendo por momentos a través de los noticiarios españoles. Ya había nacido, no era un bebé, ni siquiera un adolescente. Sufrí el miedo que desprendía casi cada canal de TV que emitía el atentado en nuestras horas de almuerzo; primeras horas de la mañana en Manhattan (Nueva York). Como amante de la ciudad que nunca duerme, y unos cuatros años antes de visitarla por primera vez, viví el miedo. Escenas, rostros, situaciones que recordaban a esas películas de catástrofes en las que los protagonistas visualizan un ataque al mundo por parte de extraterrestres. Fue nuestro fin del mundo. La gente corriendo por las amplias avenidas de Manhattan sufriendo DE VERDAD. Eso sin contar las noticias que iban llegando del secuestro de otros aviones en diferentes puntos del país y que presagiaban algo mucho peor…

Cada persona consciente de la situación vivió el miedo. Entiendo que no, pero si por casualidad algún lector de Desde New York – Crónicas Literarias no sabe muy bien de qué estamos hablando, aporto una parte de la sinopsis de Norma Editorial que hace un buen resumen:

«Nueva York, 11 de septiembre de 2001. Dos aviones se estrellan contra las Torres Gemelas en Manhattan las denominadas World Trade Center. Un atentado sobrecogedor que se atribuyó la organización terrorista Al Qaeda que tenía como líder a un famoso talibán llamado Bin Laden. Se cobró casi 3000 muertos. Terrorismo global, Irak en el punto de mira, Guantánamo, vigilancia masiva en aeropuertos y fronteras, Afganistán, el Estado Islámico…».

En el cómic 11 de Septiembre de 2001: El Día que Cambió el Mundo descubriremos una historia más con el atentado como fondo. Una historia más de las muchas para las que ha dado esta catástrofe que hoy mismo celebra aniversario. Veinte años ya, madre mía, de esta locura. Cómic europeo donde los franceses Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois revisan los hechos a través de la vida de una chica llamada Juliette. Un volumen en cuya portada hay un edificio consumido por las llamas y justo al lado la sombra amenazadora de un avión acercándose a un segundo edificio… Una foto, la ilustración de un segundo que ha quedado marcado en nuestras consciencias. Pues ahora, veinte años después de los atentados del World Trade Center, recuerdos e imágenes de lo sucedido, a poco que te pares a pensar, siguen muy vivos. Y ya desde las primeras páginas del cómic, Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois, hablan de un hecho al que todo el mundo hace referencia cuando este tema sale a debate. Es decir, hablar sobre «dónde estaba cada uno y qué estaba haciendo cuando la tragedia se dió». Pero vamos a lo que vamos.

Desde el principio, descubrimos a Juliette. Es septiembre de 2021 (¡Más actual imposible!) y está a punto de abordar un vuelo a Nueva York para ir a ver a su prima. Allí, en el avión, todo se remonta al día en que como dice el título «el mundo se puso patas arriba». Un espectáculo hipnótico, un momento de desconcierto e incomprensión, a través de este personaje, adolescente en el momento de los hechos, con la cual seguimos el transcurso del día, cuidadosamente documentado y compartido entre el viejo y el nuevo continente.

Pero hay más. Por un lado, el punto de vista de un estudiante universitario francés, recordando el impacto mundial de esta tragedia. Por otro, el horror vivido en el lugar, a la sombra de las dos torres, todo retransmitido en pantallas de todo el mundo: la bola de fuego y el humo negro que se eleva en el cielo, los cuerpos que saltan al vacío. las llamas, el derrumbe de las Torres Gemelas, la nube de humo que recorre la ciudad, el miedo y el pánico que se apoderan de las calles… Todo, mientras que en esta niña de catorce años, este espectáculo hipnótico provoca un momento de desconcierto e incomprensión -compartido por adultos igual de perdidos- en toda Nueva York. Y el mundo quieto. Apenas se moviliza por el susto. Pero un cómic algo coral que se detiene brevemente en varios destinos: el de Brian Clark, uno de los cuatro supervivientes que se encontraban por encima del punto de impacto de la Torre Sur, Joseph Pfeifer y Frank Campagna (bomberos) y Suzanne Plunkett, fotógrafa de prensa que realizará una de las tomas más famosas de los hechos.

11 de Septiembre de 2001: El Día que Cambió el Mundo es interesante y pedagógico. Publicado antes de la retirada de las tropas estadounidenses en Kabul hace unas semanas. Lo que explica bien los riesgos de la intervención USA en este país. Echádle un ojo.