Reseña: Ojiva, de Bruno Zago y Guilherme Petreca

Para todos aquellos “jóvenes” que habéis flipado de lo lindo con la serie Last of Us, no pensad ni por asomo que este tipo de argumentos son nuevos e innovadores. Quiero pensar que no pensáis así, valga la redundancia. Aunque imagino que por lo que se brinda aquí es por la comodidad de degustar una historia mientras se está agustito en el sofá y solo tienes que mantener los ojos abiertos. Pero os diría que casi lo mismo, se puede hacer leyendo. Y que existen cantidad de historias apocalípticas tan buenas o más que la que propone esa historia sacada del videojuego, que todo sea dicho, les ha quedado muy bien.

Ojiva, de Bruno Zago y Guilherme Petreca, es un claro ejemplo de ello. Y sí, sé que “sabéis” que hay grandes novelas de CF que tratan el tema apocalíptico fuera de los zombies clásicos como la genial La Tierra Permanece, de George R. Stewart, y que tratan más el tema de un virus que acaban con la población. Ese miedo lo tenemos ahí. Y por tanto, monstruos. Ojiva es el último relato de este tipo que me ha impactado y me veo en la necesidad de contároslo. Donde el mundo ya no nos pertenece. Monstruos que se alimentan de humanos han aparecido y se han apoderado de todo. Una década después de la invasión, los pocos que quedaron luchan por sobrevivir en una tierra devastada. Entre ellos, Pilar, una mujer que asumió la responsabilidad de cuidar a Sara, una niña huérfana, y acompañarla en un largo y peligroso viaje hacia su único pariente vivo…

¡Dioses! Cómo huele a Last of Us, ¿no? ¿Qué fue antes el huevo o la gallina? ¿Quién inspiró a quién? Un gran trabajo inicial de Bruno Zago como guionista donde Guilherme Petreca no se queda atrás. Le da vida a la obra con brillantez. Diría también que de inspiración lovecraftiana, por eso más que nada me atraía esta lectura. Un cómic que se desarrolla en un futuro donde somos invadidos por monstruosos forasteros y la humanidad necesita vivir (sobrevivir, sería el término correcto) entre ellos. También utiliza elementos distópicos como que el hombre pierde su humanidad y tiene que pensar solo en sí mismo para conseguir recursos. Y no queda más que unirse por el bien común. Difícil de conseguir eso de un hombre, no siendo un lobo para el hombre.

Ojiva, a pesar de tener algunos clichés propios de este tipo de obras, muy reconocidos, especialmente, para los que leemos literatura fantástica; aun así, aguanta bien. Entretiene lo suficiente para decirlo. Me recordó en sensaciones también a Un Lugar Tranquilo. Aquella peli apocalíptica de monstruos que te devoraban al menor ruido. Este fue el primer cómic escrito por uno de los tres miembros del canal y editorial Pipoca & Nanquim. Zago y Petreca concibieron un rico escenario pos-apocalíptico para ambientar una gran historia de acción con tantas páginas como para considerarse novela gráfica. Una genial álbum que ha publicado Ponent Mon en nuestro país. Me habían dicho que la historia se inspira en algunas de mis películas favoritas: Aliens, Mad Max, Cloverfield, Monsters, The Mist, etc. Es cierto que se puede comparar a muchas tramas. Pero poco más allá de alguien en busca de alguien y para ello atravesar un infierno llamado Tierra. Por tanto, Ojiva no defraudó. Además, la historia comienza con un preludio fantástico que fácilmente podría haber sido escrito por Robert Kirkman. Tiene momentos de horror, heroísmo, esperanza, desesperación, amor y tristeza. Y aunque no está exenta de defectos (creo que tiene algunas páginas de más), ha sido una lectura bastante amena que además ha servido para poner entre mis ilustradores favoritos al señor Guilherme Petreca.

Pinta a secuela en no mucho tiempo.

Reseña: El Hombre Submarino. Las Profundidades, de Peter Milligan y Ribic

No creáis que este que está aquí ha dejado de aprovechar la oportunidad que está ofreciendo Panini Cómics con estos Must-Have, oportunidad de leer lo que nunca se pudo, oportunidad para leer todo aquello que se te escapó o que por no estar haciéndote dicha colección nunca viste la posibilidad de que llegara a tus manos. El momento de adquirir grandes joyitas, grandes arcos argumentales o aventuras, en definitiva, indispensables cómics a leer. Cuyo lugar ya ocupa El Hombre Submarino: Las Profundidades. Decidme si no, cuando hemos tenido oportunidad de leer este arco fuera de los Must-Have o al precio de ellos, que eso es otra.

Aparte se junta que hacía bastante que no leía nada de Peter Milligan. Por lo que el destino parecía estar escrito para mi para con esta lectura. Y es que de todas las primeras creaciones de Marvel, el Sub-Mariner me parece el más reconocible de la era de las revistas pulp: su fondo oscuro, tipo anti-héroe duro y seco a la hora de hablar, parece más un personaje de Howard o Lovecraft de los días gloriosos de la Weird Tales. Y Las Profundidades no solo va por eso camino. También lo ejemplifica. El guion de Milligan se convierte en un guiño casi perfecto a los híbridos relatos de terror/aventura que tanto cautivaron a la juventud estadounidense durante la Gran Depresión y posteriormente en los 70-80 por estos lares. Además, a veces es fácil olvidar la importancia del Sub-Mariner antes de considerar su lugar dentro de la evolución de la narrativa pulp. En muchos sentidos, el personaje ayudó a cerrar la brecha entre las pulps tipo Doc Savage  de los años 30 del pasado siglo y los eventuales éxitos de los cursis superhéroes, los primeros pijamas que llegaron después. El personaje se originó antes de la ostentación y el glamour de las capas y las mallas, y en cambio provino de una era melancólica de sentimentalismo casi nihilista.

Teniendo eso en cuenta, no debería sorprender lo bien que funciona AÚN a día de hoy. Quizás por el mundo en el que se mueve que poco puede evolucionar, quizás por las grandes aventuras que han creado alrededor de sus picudas orejas. Las Profundidades mantiene a Namor en un segundo plano durante la totalidad de la primera entrega. Se remonta a las historias pulp más populares, que tuvieron la misma cantidad de influencia de las fuentes naturalistas, así como de las obras de la notable ciencia ficción, pioneros de la misma época. Lo hace centrándose en el personaje del Doctor Stein, un aventurero iconoclasta empeñado en desacreditar todo lo sobrenatural, Milligan crea así un esquema a lo Moby Dick teñido de horror. Con Namor interpretando el papel de bicho desconocido y escurridizo.

El lenguaje de la historia es crudo, el tema de la ciencia versus la fe es manifiesto, lo que crea una representación perfecta de historia de aventura sencilla. Si bien el guion en sí puede proyectar la historia en su venerable dirección, es la obra de arte de Ribic la que genera la atmósfera adecuada. Sus personajes realistas se mueven detrás de un filtro descolorido similar al pastel, el artista logra crear una estética que captura adecuadamente dos eras separadas de una sola vez. Se siente como una versión más valiente de algo que Alex Ross podría hacer, si hubiera nacido sesenta años antes.

Este tipo de historia es la que uno aconseja sobre un personaje específico cuando le piden consejo, valga la redundancia. Para aquellos de ustedes que esperan que Namor tenga un papel más importante, probablemente se sientan decepcionados. Aunque realmente no deberían estarlo, si llegas a la conclusión de que para esta aventura, el Sub-Mariner, es más bien una excusa para producir un relato de aventura y terror homenaje del glorioso pulp que todos adoramos. Aquí el anti-héroe residente es el Dr. Randolph Stein. Y mola. Mola de verdad. Un gran riesgo o una declaración de intenciones de lo que Peter Milligan también sabe hacer.

Reseña: Vinilo, de Doug Wagner, Daniel Hillyard y Dave Stewart

De los creadores de Plástico (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-americano/plastico), y casi en la misma línea o el mismo mundo diría yo, llega una nuevo thriller súper intenso como es Vinilo. Doug Wagner y Daniel Hillyard, regresan junto al ganador del Premio Eisner Dave Stewart esta vez para ofrecernos una trama de asesinatos donde se brinda por los sectas, por la sangre, el amor y un asesino en serie llamado Walter. Una miniserie original de seis numeritos que se devoran de un tirón dentro de un tomo en tapa dura tan llevadero. Con un primer número, una apertura de escenario tremenda, de una historia salvaje que Image Comics publicó al otro lado del charco. Cuentan que Doug Wagner debe estar completamente loco porque Vinilo es una ida de olla en ciertas partes. Pero llena de ritmo al más puro estilo Edgar Wright. Me encanta lo bien que Wagner captura la completa locura del personaje y asesino en serie que es Walter. Y no pude evitar sonreír de oreja a oreja, mientras leía con avidez, devorando cada página.

Cuando el mejor amigo de Walter, el agente del FBI encargado de su captura, es secuestrado por un culto súper raruno de mujeres y colgados al estilo Mindsommar. Tras el culto que adora girasoles, Walter va a dar de lleno con un profundo mundo subterráneo lleno de seres antiguos y secretos arcanos. Pero el tema es: ¿Quién puede ser más monstruo que un ser humano que ha perdido la cabeza?

Aparte de un guion de película, Vinilo cuenta con un dibujazo. El nivel de detalle de Daniel Hillyard es simplemente sublime. Si observáis cuánto trabajo se pone en cada viñeta, apreciaréis el talento de alguien meticuloso y trabajador como debe ser en su “zona de recreo” el señor Hillyard. Percibí “cositas” al principio, y me vi a mí mismo re-examinando cada viñeta con ojos de detective en busca de pruebas. Por si acaso me perdía algo en los fondos donde Hillyard suele meter detalles. Y a eso agregad una fantástica paleta de colores del maestro Dave Stewart. Una combinación perfecta.

Hablamos de un cómic catalogado de sobresaliente en cantidad de foros. Con un número apoteósico donde Madeleine desata todo un búnker lleno de abominaciones.

¿Un protagonista condenado al fracaso? Lo vais a flipar. No cuento más. Cómic para saborear cada página. Con un elenco de apoyo al personaje principal fascinante.

Me encanta mucho de lo que Image Comics ha estado publicando recientemente.

Es difícil expresar con palabras cuánto disfruté este cómic.

Cuando llegas a la última página, duele que se acabe.

Reseña: Sunny, de Taiyô Matsumoto

Un manga con el potente don que tienen ciertos mangas de enganchar, en especial, por la originalidad, o mejor dicho, por la sinceridad de las vidas que proponen. Esto es Sunny, de Taiyô Matsumoto. Y aunque parece un escenario que va a sufrir de monotonía, todo cambia a raíz de un giro que casi nadie puede esperar…

ECC Ediciones publica de forma íntegra esta obra ganadora de varios premios y nominaciones, donde Taiyô Matsumoto hace suya una trama autobiográfica en la que se cuenta como vivió en una casa de acogida durante su infancia. Una publicación de seis álbumes originales que ahora ECC trae en un solo volumen, un buen tochal, una edición solo para las mejores cómictecas. La oportunidad de leer de un tirón lo que se presenta como una historia costumbrista centrada en la orfandad pero también una obra de las que evocan esas vidas que pudieron ser y no fueron. Porque para los huérfanos del hogar Star Kids, el Sunny, es un auto averiado y un rayo de esperanza. Inseguros de si alguna vez volverán con sus familias, estos niños confían en su imaginación para que los consuele.

En Sunny, Matsumoto captura las dificultades de los niños en esas casas de acogida, cada uno con sus propias formas de hacer frente a sus vidas. Haruo, de cabello blanco, usa el Sunny para escapar a una fantasía en la que es un forajido que huye, lo que refleja su tendencia a rebelarse para hacer frente a sus sentimientos de aislamiento. Sei, el ratón de biblioteca, se imagina conduciendo el Sunny hacia su casa y encontrándose con su…

Leí un tweet donde recomendaban leer Sunny en el Día del Padre. Sí, ese día que cierta gente quiere quitar de enmedio, otra de las tonterías-tontas que uno tiene que escuchar hoy en día. Una novedad más de los que quieren hundir más el formato hombre de esta época. Recordad siempre que sin una madre no estaríamos aquí pero sin un padre tampoco. Y si alguien odia al suyo pues es su problema. Ambos dos son igual de homenajeables. Ahí lo dejo. Pero regresando…, aquel tweet decía además (lo que me interesó) que Sunny era un manga ideal para aquellos que habían sufrido de pequeños de un hogar roto. Y no puedo opinar sobre ello pero si doy gracias de no serlo. Porque este manga consuela y con ciertas escenas, te hace ver claramente lo que es. Y dependiendo de tu “implicación”, tus lágrimas pueden llegar a salir. Y a no dejar de salir durante la lectura. Aparte me hice súper fan del arte. Es realmente sorprendente cómo el mangaka puede representar tales detalles en las historias de los personajes. Normal que sea ganador de cantidad de premios.

¿Esta historia no es para todo el mundo? Diría que sí. Es más. Creo que a un alto porcentaje de todo aquel que se atreva, e independientemente de su edad, le encantará. Es esencialmente una parte de la vida, la comedia, el drama humano, y el teatro que a una parte del ser humano le ha tocado vivir. Y está bien saber que el daño siempre solo está a un paso. Y aunque uno de este tipo no lo hayamos sufrido, sí que podemos provocarlo. No hubo un personaje que no me gustara.

Reseña: Made in Korea, de Jeremy Holt y George Schall

Entré en Made in Korea relativamente ciego, como a veces me gusta hacer en libros y cómics donde incluso su portada no me gusta. Pero contenedores de ideas frescas de las que antes necesito tener cierta noción (tampoco uno es tonto). Con Made in Korea me pareció que debí ver o leer alguna vista previa del cómic en algún momento porque el argumento me sonaba. Aunque cuando comencé a leer se me olvidó y cuando lo acabé caí en la cuenta de a qué historia se me parecía. Al final de la reseña lo cuento.

En este volumen que ha publicado Panini Cómics en nuestro país, me topé con una trama de ciencia ficción original y realmente sólida, que trata un futuro cercano donde se plantean preguntas sobre la I.A. , el futuro de nuestra especie y en nivel micro, el tema de la paternidad. Nunca me senté a pensar y realicé una clasificación específica, pero uno de mis tipos favoritos de ciencia ficción es la discreta. La fácil de relacionar con el género pero sin complicaciones técnicas y astrofísicas de la muerte. Dime. Este elemento se junta con este por esta reacción y probablemente me lo creeré. Y Made in Korea es, sin duda, eso. El núcleo de la historia es la relación entre una pareja casada que, como muchas de las que hay hoy en día, aparentemente no puede tener hijos. Mientras que en una historia parecida al film Hijos de los Hombres, este concepto conduce a una distopía a menudo violenta, en Made in Korea se trata de forma contraria. Aquí es soledad y anhelo, en lugar de la ruptura social, el terrorismo o las armas. Y funciona. Funciona bastante bien. La caracterización es en gran parte culpable de eso. La mayor parte de la historia se centra en el diálogo de la pareja y todo es interesante, todo fiel a la realidad. Además, a los personajes secundarios se les dan sus propias necesidades y deseos, evitando que se sientan planos. El guion de Jeremy Holt siempre es creíble y convincente. Las representaciones, imágenes o viñetas de George Schall también están muy bien hechas.

Me gustó especialmente el trabajo de color que Schall presta al mundo donde se desarrolla la historia. En los momentos clave, utiliza un conjunto de tonos que podría describir como pasteles suaves y ominosos, especialmente en la secuencia inicial, que comienza audazmente con un escenario semi-futurista y un hombre trabajando en código. No siempre uno necesita cómics que abran con grandes explosiones. Comience una historia donde comienza y donde los fuegos sean brillantes, me dijo una vez una profesora de Escritura Creativa. La historia:

Una niña coreana de nueve años es adoptada y enviada a vivir a Estados Unidos con una pareja encantadora. Equipada con un cerebro enciclopédico pero con dificultad para socializar, el viaje de la joven a través de las complejidades de la raza, se topan con una bifurcación en el camino cuando descubre que no es del todo humana…

El guionista sabe dónde radica el drama, pequeños momentos como esperar para ver si el nuevo niño robot que has traído a casa (con un descuento considerable) será todo lo que esperas. Buena CF. Tranquila, identificable y profundamente humana. Una historia intrigante al estilo de la genial Los Superjuguetes duran todo el verano, del maestro Brian Aldiss, que fue llevada al cine por Steven Spielberg con el nombre de Inteligencia Artificial.

Reseña: El Comisario Spada (Integral), de Gianni De Luca y Gianluigi Gonano

Otra buena noticia comiquera es tener disponible en librerías gracias a Ponent Mon, un integralazo de un clásico como es El comisario Spada. Un personaje que se inmortalizó en el país de la bota en los 70s, un cómic que aglutina crimen, revueltas, terrorismo… una realidad que pasó a la ficción, como bien se cuenta en la sinopsis editorial.

Una obra de Gianni De Luca y Gianluigi Gonano, otros dos maestros del fumetto. Y es que hubo una época en que los cómics italianos dominaban el mercado europeo aunque por estos lares costaba encontrarlos. Por eso y solo por eso, que Spada vuelva estar entre nosotros y en una edición así no es otra cosa que motivo de celebración. Porque El comisario Spada es una serie policíaca que fue una verdadera curiosidad cuando debutó en 1970 en las páginas del semanario Il Giornalino. Sí friends, para una serie detectivesca, era bastante inusual que su protagonista fuese un policía atlético y guapetón, contrariamente a la imagen de panzudo y venido a menos impuesta en un alto cargo dentro de la policía criminal de Milán (aunque a veces escapa al extranjero). También era y es especial, porque sus guiones mezclan hábilmente sus investigaciones con su vida privada. De hecho, se cuenta como Spada cría él solo a su hijo Mario, a quien los lectores verán crecer a lo largo de los episodios. Y además, a través de su hijo, Spada se enfrentará a los problemas de la juventud, problemas que existían en aquellos años de tantos cambios en las sociedades salidas de un régimen dictatorial. Pero lo que sorprende aún más en estos álbumes es el diseño casi geométrico de Gianni de Luca, un estilo que marca, y que se me vinieron a la mente rápidamente cuando recordé que había visto algo parecido en mi niñez en la revista Formule 1, aunque por entonces no me emocionaban demasiado quizás por lo joven que era. Ahora, al releerlas, me di cuenta que eran innovadoras. Y cuando comprobé su Hamlet, también percibí que el ilustrador había mejorado bastante su estilo.

Ahora, con el paso del tiempo, lees las aventuras y desventuras de El comisario Spada y ves que los escenarios no eran convencionales. Y ves obvio que esta serie se colocara entre las mejores de su tipo en el país vecino. No hace mucho escuché que hubo una veintena de episodios de este personaje que jamás se tradujeron al francés y que solo se tradujo un álbum al otro lado de los Pirineos y para nada es el mejor. Deben estar que trinan…

Porque El comisario Spada es para tenerlo, leerlo y devorarlo casi tan rápido como lo hice yo. Sus aventuras comenzaron en abril de 1970, como os decía, pero terminaron para siempre en mayo de 1984. Ponent Mon acaba de sacar este tomo, un tomo joyita de un personaje casi desconocido en la BD pero no por ello deseado entre los que llevan leyendo cómic europeo toda la vida. Después de haberme puesto con él tras mucho tiempo, admito que estaba un poco confundido. Lo recordaba algo más simple en sus historias. Parecen tramas convencionales pero vistos ahora, con algunas décadas encima y quizás ojos ya arrugados, me pareció encontrar en las intrigas algo más. Trasfondos más currados aunque casi escondidos. Confesiones personales supuestamente del guionista que me seducieron bastante.

El comisario Spada trata un personaje que se debate entre el marco de las protestas juveniles, el terrorismo, el crimen organizado y las drogas. Personaje muy interesante para los amantes del género negro. Y no me iré sin felicitar a José Emilio Martínez Tur por su genial traducción del cómic. Ganador del premio Yellow Kid en 1971.

Reseña: El Teléfono Negro (Fantasmas), de Joe Hill

Fantasmas, de Joe Hill, es una de las mejores antologías de Terror que se pueden leer actualmente y esto no debería pasar desapercibido. Contiene algunas de las mejores tramas del género de horror contemporáneo y la prueba es que han salido buenas pelis o cómics de aquí. Tenéis el ejemplo claro en Black Phone, uno de los más potentes films de Terror que se pudieron ver en cines el año pasado, aunque dentro de esta antología hay más. mucho más horror, salido de la cabecita del autor estadounidense hijo menor del gran Stephen King.

Fantasmas (20th Century Ghosts) es una colección de cuentos que Nocturna Ediciones sigue teniendo en catálogo junto a otros tantos títulos de Joe Hill. Un escritor que parece haber heredado, sino el cien por cien, un alto porcentaje del don de su padre. Una colección de cuentos que se publicó por primera vez en octubre de 2005 en el Reino Unido y se lanzó en octubre de 2007 en USA. Curioso es también que el lanzamiento original estuviera disponible para venta anticipada solo a través del sitio web de la editora inglesa. Negocios, negocios… Fantasmas es una antología que ha ganado varios premios, incluido el Bram Stoker a Mejor Colección de Ficción, así como el Premio Británico de Fantasía a Mejor Colección y Mejor Cuento Corto para uno de ellos. Antología contenedora de una historia potente además, la misma que os decía antes, una de las mejores películas de asesinos en serie que he visto en años llamada El Teléfono Negro. Un secuestrador de niños y un joven que consigue usar un teléfono misterioso para comunicarse con las víctimas anteriores de dicho captor trastornado y con máscara inolvidable tras la que se esconde el actorazo Ethan Hawke.

Pero El Teléfono Negro solo es uno de los quince relatos que componen Fantasmas. Otros como La Capa me parecen brillantes también. Historia de rencillas entre dos hermanos que encuentran una capa que les permite volar y con el paso de los años la relación se convierte en tóxica no, lo siguiente. La podéis encontrar en formato cómic también.

Y así tenemos cantidad de historias de nivel de calidad medio alto la mayoría, lo cual es mucho decir. Las antologías son como discos musicales, es muy difícil mantener el nivel en todo el álbum y que todas las canciones enganchen pero en mi opinión, aquí todas mantienen el ritmo aunque no sean gloriosas. Encontraremos desde un editor de antologías de Terror que se dedica a leer cientos de relatos cada año para seleccionar los que le parecen mejor, lo que no acabará bien, hasta un ente que se le aparece en un cine a diferentes personas. Pero originales y surrealistas también como la historia de un niño hinchable o la reinterpretación del famoso cuento de Kafka como es Oirás cantar a la langosta. Y otra brillantez como es Hijos de Abraham, con dos niños y un padre obsesionado con que los vampiros existen. Otra historia digna de film. Cuentos sobrenaturales, una “carrera final” muy interesante, la peculiaridad del último aliento de los que mueren, amores perdidos, fantasmas de árboles, la maldad que todo ser humano lleva dentro sacada a flote, amantes reencontrados en el rodaje de una peli de zombies de Romero, gente que huye de los palos de la baraja o un niño autista con un don sorprendente…

Puede ser la antología de autor más recomendable de los últimos diez años. Y de Terror. Y disponible en español. Que no es decir poco.

Reseña: Una Nevera llena de Cabezas, de Rio Youers, Tom Fowler y Bill Crabtree

Un Cesto lleno de Cabezas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4116) fue un pelotazo de cómic que trajo ECC Ediciones. Muchos de los que andáis por aquí lo sabéis. Aunque lo que quizás no sabíais es que aquella macabra historia tenía una secuela y que de pronto ya está aquí en librerías. Al menos, a mí me cogió por sorpresa. Nunca esperas que una historia tan bien cerrada tenga continuación. Al menos, no tan pronto. La Hill House Comics de Joe Hill ha estado de parón pero parece volver con más fuerza. Una Nevera llena de Cabezas es el ejemplo. La impresión comenzó en 2019, y en la nueva serie, uno debería esperar algunos vínculos con Un Cesto lleno de Cabezas, pero la serie está escrita por Rio Youers con dibujos de Tom Fowler y presenta algunas diferencias, principalmente, objetos malditos así como otros puntos sospechosos a tener en cuenta en esa pequeña ciudad de Maine donde se desató el horror tiempo atrás. Una trama de Terror digna de ser llevada al cine por partes al estilo Scream.

Lo que está claro es que si disfrutasteis tanto o más que yo del cómic de Joe Hill, está casi garantizado que os gustará este nuevo volumen que recopila los seis números de la miniserie coordinada por el afamado escritor hijo del maestro Stephen King. Pero que ahora llevan otros autores. Edición que además se acompaña de varias páginas de bocetos y diseños. ¿La trama? Presenta un giro similar de los acontecimientos, así como ese inspirador ambiente de Nueva Inglaterra que es inconfundible. Como se puede leer en la sinopsis, algunos matones buscan un objeto mágico que eventualmente desaparece. Pero nos vamos a 1984, Brody Island (Maine), donde una pareja está de vacaciones en verano. Y aquí Youers (el guionista) hace un gran trabajo desde el principio, con una buena actuación de Fowler (el dibujante) para dar a los lectores una sensación realista de los personajes que se ven y actúan como deberían actuar en tales circunstancias. El Terror si no es realista sufre de humor. Y desde la intensa apertura de vida o muerte hasta la pareja casual explorando su nueva cabaña, aquí hay Terror. Hay un nivel de realismo que realza el peligro cuando asoma la cabeza. Lo que quiero decir es que casi con nada estás inmerso en la historia al igual que cualquier inicio de peli de Terror de éxito ochentera (Viernes 13, Halloween, Pesadilla en Elm Street…). Ver dientes salir volando de la cabeza de alguien siempre es desconcertante.

Y tienes esa incertidumbre bien labrada de que hay algunas coincidencias afortunadas que mueven las cosas, pero qué historia del mejor género del mundo no las tiene. Y entonces un elemento clave del problema es un personaje que actúa de manera demasiado descuidada en una ciudad con la que no está familiarizado. Conduce a una secuencia de persecución vertiginosa bien coreografiada por Fowler llena de árboles de aspecto espeluznante al más puro estilo Evil Dead (Posesión Infernal). Y mezcla más ochenteo. Si amas Tiburón probablemente adorarás lo que Fowler cocina visualmente aquí.

No diré más para evitar spoilers, pero si pudieran introducir efectos de sonido en este cómic ya sería la leche. La leche del susto. El caos de los ataques, la desastrosa pareja, uno/a puede adivinar cómo usarán al amigo en función de su interés. Y el momento final es bastante genial dados los efectos de horror que rodean a este pareja de insensatos en todo momento. Bill Crabtree colorea la historia, quien le da al libro un sólido sentido de realismo. Más aún. Las opciones de color están fundamentadas para que cuando aparezcan elementos sobrenaturales, o esos efectos de sonido de los que estaba hablando, realmente resalten. Además de que las letras AndWorld Design siempre son buenas para un fuerte énfasis según sea necesario.

Una Nevera llena de Cabezas se disfruta mucho a solas, en un lugar apartado de la civilización, en una noche de Halloween o en cualquier momento que tengas si eres un amante del género de Terror y te gusta pasarlo mal/bien.

Reseña: Cosmoknights, de Hannah Templer

Un cómic brillante como conjunción de historias. ¡Aplasta el patriarcado! Este alegato puede sonar como una forma militantemente agresiva a la hora de empezar la reseña de un cómic que aunque se publicará por partes, podría formar perfectamente una buena y gorda a la vez que interesante novela gráfica. Pero a decir verdad, dicha máxima no es otra cosa que el resumen perfecto de Cosmoknights, de Hannah Templer, una historia sobre mujeres que recorren la galaxia buscando conseguir derrotar un sistema feudalesco que a pesar de todo su carácter futurista y atavíos, está impregnado de misoginia como nuestra querida historia europea del siglo XIV.

En una galaxia donde la humanidad se ha extendido a innumerables mundos, toda la progresión social de los siglos XX y XXI parece haberse desvanecido en el aire, y así, mientras hay cohetes, computadoras avanzadas y la capacidad de hacer casi cualquier cosa en formas que parecen tan avanzadas para los simples mortales, también hay un sistema realista arraigado que esencialmente coloca al 1% en un lugar intocable lejos del pedestal que razonablemente podrías pensar que dejó de existir cuando la gente abandonó la Tierra y partió hacia las estrellas. Pero por desgracia no es así. Y mis idealistas y personajes favoritas desde ya en el mundo de Cosmoknights, son princesas echadas pa´lante, pelean en cada planeta, recordad, no estáis o deberíais estar en un mundo establecido para sufrir. ¡Solo se vive una vez!. Ningún valor o posición y, sobre todo, ninguna familia real debe oprimiros. Menudo alegato hace Hannah Templer en este cómic publicado por Editorial Astronave. Y es que aparte de grandes torneos, compañeras de vida, amor e intento de destrucción del patriarcado, Cass y Bee, están tan furiosas que se han propuesto destrozar este sistema enloquecedoramente misógino que les rodea. En el planeta Viridian, se encuentran con serios problemas, cuya resolución los pone en contacto con Pan, un mecánico del taller del padre de una de ellas que anhela involucrarse en algo más grande y mejor que el universo en el que viven. Y ahí se lía.

Si todo esto suena súper serio, en muchos sentidos lo es. Es un cómic que gracias a la escritura vívida y chispeante de Hannah Templer, se pone serio aunque en realidad estás degustando una trama muy digerible con salseo de space-opera conseguido. Templer es una dibujante y diseñadora gráfica súper interesante además de considerarse queer. También es una artista que ha trabajado en IDW Publishing y Netflix y en proyectos muy reconocidos como colorista y diseñadora de portadas e interiores. Y tiene el genial «defecto» de promocionar su amor por el rol y los juegos de mesa. Algo con lo que sabéis que me identifico bastante. Es una polifriki como yo.

Como os decía al principio, Cosmoknights es un cómic genial en lo que respecta a la construcción de ideales y mundos. Obra divertida y con reparos. Pensad en ella como una cucharada de azúcar antes de que la medicina se acerque. Cass y Bee, eternas.

Reseña: Muertos de Segunda, de Christopher Buehlman

Hermida Editores es esa editorial donde se están rescatando libros interesantes de CF y Terror. Aunque no anunciados a bombo y platillo. Pero hacen bien, porque ya sabemos lo que hay con los tres grandes géneros del fantástico y esas despectivas críticas que tenemos que aguantar de vez en cuando aunque en el formato cine y series de TV les callemos la boca a cada momento…, porque tienen que recurrir a nosotros por falta de ideas. ¡Sin nosotros no son nadie! Después de este alegato defensor, alegar, valga la redundancia, que menudo libro, novela de vampiritos chula que acaba de publicar la editorial. La chulada Muertos de Segunda (The Lesser Dead), de Christopher Buehlman, es esa novela que tan buenas críticas tuvo en USA y que ganó el Premio a la Mejor Novela de Terror del año 2015 de la American Library Association, que no es decir poco. Imaginaos gente como nosotros, amantes de este género, opinando y votando.

Muertos de Segunda nos lleva a mi tierra. Nueva York en 1978. Donde Joseph Hiram Peacock (Joey para los amigos) lleva siendo adolescente durante décadas. Está disfrutando de su vida vampírica y pasa el rato en la famosa Studio 54, mirando la televisión y viviendo en una comunidad de vampiros escondida de la sociedad. Sí, es un buen momento para ser no-muerto. Al menos, lo era hasta que comenzaron a aparecer cuerpos y cuerpos a diestro y siniestro. Y un grupo de niños vampiros en los alrededores. Sin embargo, estos niños no actúan como ningún vampiro que Joey haya visto. Necesitan alimentarse con demasiada frecuencia, carecen de autocontrol y son rápidos. Muy rápidos. ¿Es esta una nueva variedad de vampirismo? ¿Van a provocar que todo se vaya a la mierda? ¿Es un efecto secundario que solo sufren los pequeños monstruitos esos? Vamos a decir que no. No por nada. Parece algo mucho peor…

Libro divertido y aterrador como pocos. Odio usar esa palabra en una reseña porque es muy fácil descartarla desde un punto de vista literario. ¿Divertido? Mmmmm… Bueno friends, mientras que un vampiro es una metáfora maravillosa del ser humano, a veces un vampiro es solo un vampiro y una historia puede ser divertida por el hecho de ser divertida si lector que ama un buen libro de Terror sonríe de escena en escena. Sí, creo que no pensaréis que estoy loco si os confieso que me vi sonriendo en varias escenas de El misterio de Salem´s Lot. Eso si. Era una sonrisa de gusto, de amar lo que estaba leyendo. De que me pareciese casi un milagro que una historia ficticia enganchara tanto. Pues con Muertos de Segunda también sonreí. Y eso no quiere decir que sea una historia perfecta. De ninguna manera. Tengo dos quejas bastante importantes que impidieron que recibiera el tratamiento de cinco estrellas. Primero, hay demasiados personajes y pocos de ellos están realmente desarrollados. Desaprovechado su potencial. Los personajes van y vienen, se descartan muchos nombres, se establecen tramas paralelas con los personajes y luego pasamos cien páginas sin verlos solo para que los maten o los descarten de alguna manera. Eso me mató, nunca mejor dicho. Frustrante, sobre todo, porque encuentras algunos realmente potentes. No obstante, la excusa por la que no me frustro al cien por cien, es porque si lo estoy comparando con el libro de Stephen King, aquel tenía bastantes más páginas.

En segundo lugar, la elección de los estilos narrativos. Joey como narrador me frustra muchísimo. El flujo narrativo es irregular y se interrumpe constantemente durante aproximadamente la primera parte del libro. Por eso si os cuesta al principio, mi consejo es no abandonar por lo que más queráis. Haced un esfuerzo y no os perderéis una genial novela de vampiros. Una novela que devuelve al vampiro a sus oscuros y aterradores orígenes.

Amo el Terror en todas sus formas y aunque los vampiros que me molan son los más clásicos, los más cercanos a las leyendas de los países del Este (strigois, vurdalaks… y aberraciones así), tengo que confesar que hay algo muy interesante y “puro” en esos vampiros ochenteros que salieron en novelas y pelis con los que me crié. Lost Boys, El Misterio de Salem´s Lot…, aquella peli de una familia que iba en una caravana… Está claro que los vampiros, si bien no son un monstruo particularmente aterrador a día de hoy, pueden ser una gran metáfora, de ellos parten historias interesantes y la atmósfera de tales historias suele ser encantadora en una noche oscura y lluviosa donde todo apunta a disfrutar de una buena lectura. Por eso siempre digo que debéis recurrir a los clásicos. O a novelas que recuerden a ellos muy mucho como le pasa a Muertos de Segunda.

Parece que Christopher Buehlman entiende de esto. Y se puede comprobar gracias a la genial traducción de Óscar Mariscal.