Reseña: Los Maestros Inquisidores. Obeyron/ Sasmaël, de VVAA

Jean-Luc Istin vuelve a la carga para ofrecernos un universo completo que se desarrollará en seis volúmenes, primero y segundo de los cuales acaba de poner un pie en nuestro país gracias a Yermo Ediciones. Y cada álbum independiente a cargo de un guionista y un diseñador diferente, una nueva serie de fantasía realizada por los equipos creativos de Elfos, Enanos y Conquistas; lo que depara, ya os lo digo yo, en calidad garantizada en cuanto a guión e ilustración.

Los Maestros Inquisidores nos lleva a conocer una serie de magos-guerreros (mi clase favorita en los juegos de rol), garantes del orden y la justicia en estas convulsas y apenas pacificas tierras de Oscita. Me comentó un amigo que vive en tierras galas, que ya devoró la serie al completo, que el sexto y último volumen crea un hilo común general entre los personajes que deja con la boca abierta. Lo que me creó un hype tremendo de querer tener y leer desde ya toda-todita la obra. Cinco protagonistas que por lo visto lo petan en dicho volumen final.

La primera historia corre a cargo de Olivier Peru al guión y Pierre-Denis Goux al dibujo. Los encargados de arrancar la trama. Que cuenta la historia de Obeyron, un austero Maestro Inquisidor, quién, a través de su rectitud y su intransigencia, a lo largo de los años ha sido capaz de sembrar las semillas de un creciente odio hacia su persona. Y resulta que muchos piensan que perdió la vida en una emboscada. Pero de eso nada.  Es la investigación de su propia «muerte» lo que se nos cuenta aquí.

El segundo álbum pretende presentarnos a Sasmaël a través de la nueva investigación que se le acaba de encomendar.

El dibujo de Pierre-Denis Goux me sedujo por completo. Ya sean sus arquitecturas o sus secuencias en medio del bosque, ¡sus viñeras tienen una interpretación impresionante! Rápidamente nos sumergimos en este universo completo y complejo. Al mismo tiempo, tampoco estamos en total terra incognita. Las razas de elfos, enanos, humanos, orcos y consortes… que la componen, no nos son desconocidas. Y todo ello se teje de manera inteligente en una trama que más allá de esta única obra, formará para nosotros un fresco de que sentimos los comienzos de algo grande. Provoca que rápidamente el lector se sumerja con facilidad en este universo fantástico. Pero también diré que, al principio, para todo aquel que llega de nuevas a la Fantasía, puede resultar un escenario difícil porque aporta bastante tema de fantasía heroica incluida su cartografía.

Afortunadamente, las cosas vuelven a “la normalidad” pocas páginas después en la que con numerosos flashbacks nos ponen en situación «fácil» con gráficos impecables. Dibujo que es un placer a la vista no tanto por los personajes sino por los elementos de la decoración o los dragones negros; uno de los cuales ya he reservado en mi cuaderno de bocetos para un futuro tatuaje. Por lo demás, sigue siendo esa clásica serie fantasy, con intrigas, venganzas, duelos de espada y una pizca de magia que nunca debe faltar. Lo básico está. Sólo falta ver que, como dice mi colega semi-gabacho, la serie dé un respingo de los buenos hacia serie de cómic europeo indispensable. Esperando como loco ver, cómo se establecerá el vínculo entre todos estos maestros inquisidores.

Promete. Ideal para muchos de nosotros que hemos quedado huérfanos de buena Fantasía tras ver la decepción que ha sido Los Anillos de Poder… Por poner un ejemplo.

Reseña: Los Estratos, de Penélope Bagieu

El enamoramiento comiquero o literato viene dado por haber leído una obra de un autor o autora que no conocías y quedar prendado con el cómo lo hace y a partir de ahí querer leer todo lo posible de esa persona con don. Me pasó con Penélope Bagieu cuando leí su Cadáver Exquisito, cuando leí su adaptación ilustrada de Las Brujas, de Roald Dahl (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1589) y ahora que he disfrutado con Los Estratos. Su dibujo, sobre todo, me retrotrae a unas imágenes vista en la infancia en unos títulos que ahora no consigo poner en pie pero que en cualquier caso me encantaban. Norma Editorial es la responsable de traer nuevamente este título de una guionista/ilustradora francesa súper recomendable de seguir.

Una edición de Los Estratos genial. Me dijo un amigo hace unas semanas: “De todos los cómics de Bagieu que he leído, Los Estratos es, sin duda, mi mayor amor.” Pietro, que es italiano, que vive actualmente en Marseille pero que se crió en Rota (Cádiz), puede que haya heredado ese toque exagerado andaluz que tenemos muchos y que esplendemos hacia los demás cuando algo nos encantó. En definitiva, el ser muy exagerado, el poner por las nubes algo que acabamos de disfrutar, un comentario con el que embrujar al que sea. Bien. Pero es que a mí eso de “…Los Estratos es, sin duda, mi mayor amor.”, me cautivó. Por eso indagué algo más cuando me enteré que Norma Editorial lo publicaba. Y cuál fue mi impresión, la primera en la frente cuando vi que el objeto en sí, ya era un buen hallazgo, una joyita, una asemejada a una agenda moleskine, el formato perfecto para este tipo de diario esbozado a lápiz.

¿Y su contenido? A lo largo de las páginas, Penélope Bagieu cuenta anécdotas de su infancia y adolescencia, más o menos largas, a veces profundas y ligeras. Todas estas historias forman un todo, coherente, y son en todo momento situaciones de su vida que la han marcado de una forma u otra. Estratos de una vida que la han llevado a convertirse en la mujer que es hoy. Y sonreí. A veces, hasta reí durante la lectura. Y no carcajeé por estar en un lugar público mientras leía Los Estratos. Después, cavilando, llegué hasta la emoción de ver cómo un autor tiene que pasar interiormente en algunos momentos de su vida por momentos delicados y entonces se me nublaron los ojos. Una persona creativa goza de un enorme poder dentro, y el contenerlo, el no poder soltarlo en ciertos momentos de plenitud, hasta puede resultar peligroso. Repercute en depresiones, discusiones, incluso suicidios (más de un canta-autor se nos fue por esto) por tener una mente tan poderosa capaz de llegar a planos que no son de este mundo. Pensaréis que deliro, pero sé de lo que hablo. Y Bagieu si algún día lee esto me entenderá. Y tantos otros creativos y creativas que han «rozado» ese poder también.

A lo largo de sus álbumes, Penélope Bagieu ha perfeccionado su sentido de la narración. Cada historia tiene un buen ritmo y sabe encontrar el tono adecuado sea cual sea la emoción que quiere transmitir. Creo que su enorme poder reside en un diseño preciso y expresivo de las situaciones y personajes que muestra. Los temas tratados son variados, trata la niñez y la adolescencia con gran precisión; diría, que la mayoría de los lectores se encontrarán, se identificarán de algún forma, en una u otra de sus viñetas. Los Estratos es un libro, un cómic, un cuadernillo muy bonito tanto en contenido como en forma. No quitéis ojo a cualquier publicación de esta señora que llegue a nuestro país, por favor. Bien por Norma Editorial, una vez más.

Reseña: Renault. Las Manos Negras, de Lapasset y Benéteaue

Este álbum que os reseño hoy es un hermoso homenaje a la emprendedora persona que fue Louis Renault. Una de sus principales cualidades fue poner en perspectiva la toma de decisiones de la época. De hecho, siempre es fácil juzgar, a posteriori, el comportamiento de tal o cual personaje, por lo que aprecio especialmente el hecho de que los autores deslicen una cita como es: «Este pacifismo frenético, inconsciente si uno piensa en los horrores por venir…, es el de una generación que recuerda demasiado bien la guerra y que no puede concebir nada más improbable que volver a la batalla.” Cita o frase de las que hacen pensar. Aunque este pensamiento no concierne particularmente a Louis Renault, simboliza a mis ojos el estado de ánimo de los autores en el momento de la realización de este álbum. Abstenerse de juzgar, después de lo pasado, y relacionar los hechos y los comportamientos, justos o discutibles, recordando el contexto de la época en la que vivió este ingenioso señor.

Renault: Las Manos Negras. Su biografía. Pero no sólo su biografía, también es un relato histórico de la primera mitad del siglo XX y más concretamente sobre el papel de este genio industrial en las dos guerras mundiales con dos resultados muy diferentes. Héroe, luego, traidor a la patria…, y ahí reside la fuerza de esta historia. Saber diseccionar la increíble vida de este hombre sin olvidar plantear el contexto histórico y su importancia. Entonces, vamos pues a seguir los inicios del pequeño Louis al que le gusta ensuciarse las manos, pero sobre todo un cerebro que revolucionará el mundo del automóvil con su eje mecánico que transmite directamente la potencia del motor.

Seguiremos sus primeras carreras de coches, la creación de su fábrica hasta la Gran Guerra y el papel que jugará allí. Luego los años 20 y la irrupción en su vida de André Citroën hasta la crisis del 29. Y finalmente los años 30, los años prósperos hasta el conflicto del 39 al 45 y el horror de aquellos años que todos conocemos. Dejándonos así una narración donde las voces en off de las personas que trabajaron con él alguna vez, dan un tono único a la historia y nos permite descubrir a un hombre solitario que nunca dejará de hacer crecer y prosperar su fábrica. Un hombre de carácter intransigente, exigente y nada fácil. La mejor definición de persona emprendedora que casi uno se puede encontrar, y un hombre o personaje del que te encariñas en este Renault: Las Manos Negras.

Un cómic también que me permitió descubrir a un personaje extraordinario y que me enseñó el trasfondo de las dos guerras mundiales. Con un dibujo que no es necesariamente mi taza de té…, pero es efectivo y transcribe perfectamente los tiempos cruzados. Los colores son ideales, eso si, están en su punto como dicen los franceses. En cuanto al diseño, Benéteau asegura un trabajo minucioso. El diseño es variado, los personajes están bien recreados y parecen similares a la realidad, por lo poco que sé de ellos. Además, la pasión del dibujante por el campo de la automoción proporciona a las viñetas una envidia por mi parte adicional.

Además, el último capítulo me conmovió tanto que vi en él un deseo de hacer justicia a un hombre que nunca ha sido idolatrado lo suficiente pero que cuya persona me ha parecido consecuente y honesta en sus elecciones. Alguien justo. Muy difícil de encontrar hoy en día.

Por tanto, una lectura enriquecedora que solo puedo recomendar.

Reseña: El Caballero del Ocaso, de Francesc Grimalt

¿Sabéis de esas historias en las que percibes que están creadas gracias a un montón de influencias? El Caballero del Ocaso es un ejemplo. Pero uno curioso porque esta mezcla tremenda de la que os hablo, raras veces salen bien y en esta ocasión, me pareció una maravilla. En especial, el tema de alejarse de la influencia algo para no poder catalogarse como copia. Y curioso es este tema aún más porque no solo hablo de la trama, también del dibujo. Pero bueno, lo que a mí no me sorprende para nada es que tengamos autorazos como Francesc Grimalt en nuestro país. Lo que sí me entristece es que no sepamos valorar lo suficiente lo que tenemos en casa y sí se haga de Los Pirineos pallá… Pues este señor mallorquín estudió Bellas Artes y Filosofía en la Universidad de Barcelona y también amplió estudios en la ENSBA de París, pero se dedica a la docencia, a la ilustración y al diseño conceptual para proyectos audiovisuales. Lo mejor de todo es que hace sus pinitos dentro del cómic europeo, cosa que nos viene de perlas para disfrutar de chuladas como El Caballero del Ocaso.

Un álbum que nos lleva a un mundo futurista dominado por el Núcleo, encabezado por el Arconte y su corte. Las otras castas son los aristócratas y los comerciantes. Un soldado llamado Oskar Arpad es el único superviviente de la ciudad Parazyn tras la batalla de Zalsuna contra los bárbaros. Y Oskar, de vuelta en su ciudad natal, tiene la misión de frustrar un complot del que se acaba de enterar, unas intrigas por las que va a ponerlo todo patas arriba. El autor supo crear un mundo coherente con sus códigos y sus estratos. Una investigación que mostrará a todos y dará lugar a un comercio mafioso cuando menos.

Un cómic con unos personajes muy conseguidos. Me encariñé del lugarteniente y compañero, y del traficante Solgo que le acompaña en gran parte de la aventura. También mola que se encontrarán con muchos otros personajes cada uno con su personalidad, todos muy diferentes, entre sí. Una pequeña crítica es que Oskar tiene un perfil un poco demasiado estereotipado, el del héroe militar, pero finalmente las claves de todo lo que rodea al protagonista hace que te olvides de eso, y esta historia se disfruta una barbaridad. El gazpacho de influencias que os decía, ya lo menciona en la sinopsis Yermo Ediciones que es la editorial que ha tenido a bien publicar esta chulada. Habla de una mezcla de influencias de la revista Metal Hurlant de los 80, las criaturas de H. R. Giger (creador de Alien), el steampunk y el Dune, de David Lynch. Y estoy muy de acuerdo con todo esto. Son exactamente esas obras las que tenía en mente mientras leía el cómic (nunca leo las sinopsis editoriales hasta acabar un título). Aunque también, por supuesto, no olvidemos mencionar a Jodorowsky y en el dibujo a Moebius. A El Incal, en definitiva. Por eso, El Caballero del Crepúsculo es para mí, sobre todo, una gran bofetada gráfica. Dulce, eso si, of course. Echad un ojo a la galería o a las imágenes del cómic disponibles en internet. Y si ya en vuestra librería especializada podéis echarle un ojo «in situ», os lo llevaréis a casa sí o sí. El estilo está dominado, las viñetas llenas de detalles y casi todo dentro de la página, muestra una creatividad increíble; edificios, vehículos, pertrechos, etc.

Molan además las caras «alargadas», paisajes magníficos y exóticos. Me encanta la forma en que pinta el cielo con sencillez y el colorido en tonos cálidos. La única crítica que puedo hacer al dibujo, es que está petrificado. Diseño muy estático, muy de lienzo, pero no se hace nunca incómodo en todo el álbum. Quizás un poco en las escenas de acción. Mas, la historia es emocionante, ciertamente no muy original, pero el universo creado por el autor es rico y coherente y merece otros tomos para ser desarrollado. Un placer brindado, leer cómic europeo del bueno y nacido aquí.

Reseña: Wild West, de Thierry Gloris y Jacques Lamontagne

Ahora la reseña de una de esas obritas que gustan leer de vez en cuando ambientadas en uno de los siglos más convulsos que ha vivido el continente norteamericano. Wild West es una serie con la que Thierry Gloris y Jacques Lamontagne se encumbraron (diría) reivindicando el mito de Calamity Jane; una chica de la frontera estadounidense, francotiradora y narradora, que fue conocida, sobre todo, por su inestimable relación con Wild Bill Hickok. Entiendo que si estáis leyendo esta reseña es de suponer que sabéis un poquito-mucho del Salvaje Oeste americano. Pero si no, también os contaré que Wild Bill Hickok fue otro héroe popular de la zona conocido por su vida en la frontera como soldado, explorador, agente de la ley, jugador de cartas, showman y actor, y por su participación en muchos tiroteos famosos de la época. Otro que obtuvo una gran notoriedad en gran parte por las historias «invent» que contaba sobre sí mismo. Muchos de este entorno se dieron cuenta del detalle que si sembraban historias locas de hazañas suyas, su fama y reputación subía como la espuma. El boca a boca, ya sabéis.

En Wild West que nos publica Norma Editorial para el disfrute total del mejor cómic western, el que insisto, mola más el hecho en el viejo continente que en el nuevo; tenemos un cómic donde por álbum nos hablan de la vida de cada uno de estos personajes reales, historias que se romantizan mucho y se inicia con un volumen que recoge los dos primeros de la serie (Calimity Jane/Wild Bill) para el acople total. Y con acople me refiero a que estos dos álbumes recogen lo que se denominada primer ciclo de la serie, que vuelve a poner el mejor western en el candelero del cómic europeo. Y es que muy pronto entramos de lleno en la acción cuando pasamos a donde se narra una parte del viaje realizado por Calamity Jane en su alistamiento como exploradora en el ejército, una parte que por cierto, no se cuenta ni es muy conocida en los anales de la historia. Mola ese relleno. Se opta por presentarla como una señora de la limpieza en un salón-burdel, siendo «rica sólo en su virtud» porque se niega a dormir en el mismo lugar. Pero agredida por un cliente violento y salvada por el secuaz del jefe del burdel del que se enamora. Pero las cosas no son menos complicadas para ella y finalmente se ve obligada a prostituirse también. Aunque todo cambiará con la aparición en la ciudad del famoso cazarrecompensas Wild Bill Hickok quien conducirá a la joven a la aventura de las aventuras.

El diseño, la recreación y el viñetaje es tremendamente chulo en Wild West. Es creíble y vivo. El dibujo de Jacques Lamontagne es emocionante y ofrece páginas bastante cuidadas que sumergen inmediatamente al lector en la atmósfera de época.

Los colores participan de una manera hermosa y los personajes están bien hechos, incluso si la elección de presentar a la joven Calamity Jane como una hermosa joven heroína es un poco formulista ya que su físico real era mucho más rústico. Bastante más fea, hablando en plata. En definitiva, un cóctel apasionante que se lee como una aventura moderna con sus sorpresas y giros. Donde se aprecia el tener entre manos la reunión de dos leyendas del Salvaje Oeste. Y es que por mucho que la historia real nos diga que se conocían sin más detalles, ponerlos en acción juntos es aún más cautivador.

Muchos de los que estáis leyendo esta reseña ahora mismo, sabéis que vais a comprar, o al menos, andáis ya locos por leer el cómic. Lo sé. A poco que se publique una buena historia western, la queremos y más si está hecha en cómic europeo porque eso es sinónimo de calidad. Y así es, en Wild West, ttenemos un volumen que hace pensar en una gloriosa serie, semillas ya sembradas para que un buen árbol crezca.

El segundo volumen me convenció más. Me pareció excelente y me lo pasé muy bien leyendo las locuras de Wild Bill y acabé enamorándome de este personaje. Y los mensaje gráficos y evocadores a los paisajes del Lejano Oeste y la Frontera… es que son geniales. Por cierto, ¿dónde he visto yo antes a la chica de la portada del tomo? ¿Quién tomaron de modelo? Es una actriz conocida, ¿no? No caigo ahora…

Reseña: Monsieur VADIM (Integral), de Gihef y Morgann Tanco

Monsieur Vadim es un cómic que trata un tema interesante: historia de mafiosos pero con el concepto de la tercera edad como trasfondo. ¿Cómo? La vejez. El héroe epónimo, Vadim, fue miembro de la Legión Extranjera y ahora está retirado. Un tipo fornido que aprendió a pelear y matar para seguir adelante pero ahora tiene artritis, se siente solo y tiene la mente ocupada con la mera idea de asegurarse de que su nieto, huérfano de madre, pueda vivir feliz a pesar de un padre que Vadim odia. Muy Mike todo… (referencia al personaje de Breaking Bad o Better Call Saul). No obstante, un día se va todo -un poco más- al garete. Un fatídico día se encuentra sin dinero tras una estafa y decide poner un pie en el estribo. Recuerda un poco a la trama de la peli Red, excepto que aquí el viejo guerrero no está necesariamente del lado de los buenos y acepta trabajar para matones en conflicto con una mafia más poderosa que ellos. Y que no podrá contar con ninguna ex-pareja sino solo con su instinto de supervivencia y sus doloridas articulaciones. Perdonad por mi constante referencia a films, pero de estos temas, sobre todo, me he tragado bastantes cositas en la gran pantalla.

Con lo contado, creo que ya he enganchado a muchos de vosotros. ¿Hypeado? Monsieur Vadim, y más en este formato integral que nos trae la siempre recomendable Ponent Mon, por supuesto, es un cómic a disfrutar por los amantes del género negro. Ese tan de moda que tan buenas historias está dando tanto en pelis como series, o cómics, donde el maestro Ed Brubaker es…, eso, un maestro. Aquí no está Brubaker pero Gihef tiene ese estilo. De su guión me gustó la densidad y el buen manejo de la trama un poco compleja pero pegadiza. El inframundo criminal del sur de Francia está representado de manera creíble y es fácil elegir bando entre los menos podridos, y esperar que el viejo lobo solitario pueda castigar a esos bastardos que han venido a este mundo solo para hacer el mal. También me gustó la complejidad y profundidad del héroe y los pocos momentos emotivos que surgen de sus recuerdos y la explicación de su situación actual. Sus momentos de debilidad física ralentizan un poco el ritmo, cierto, y podrían frustrar un poco a los lectores que aman la acción impecable, pero siendo realistas una trama más real -valga la redundancia- transcurriría así.

Siento que las historias de gangster protagonizadas por ancianos se están convirtiendo en todo un subgénero. Y no me molesta. Tiene que haber y habrá de todo en esta vida dulce para algunos, mala para muchos. Los personajes que encontramos en Monsieur Vadim son interesantes. Insisto, dignos de ser elevados al formato fílmico. Incluso los peores personajes, o mejor dicho, secundarios o terciarios que aparecen, están bien llevados. Los gráficos también molan con buenas dinámicas y ofreciendo a cada protagonista una verdadera personalidad visual. Me gustaron mucho los colores empleados.

Resumiendo, a pesar de algunos retrasos de lectura que no sé porqué ocurrieron y que hice inconscientemente con este cómic, Monsieur Vadim me enganchó y no me soltó. Eso si, me prendó de esa añoranza que va in crescendo en los que ya tenemos una edad y vemos lo rápido que se-nos-va/y pasa el tiempo. Un final apresurado y no necesariamente muy claro, tiene la historia. Pero no me molestó. Así es la vida. Quién sabe cuando cambiará… Si es que te cambia.

Reseña: Queenie, la Madrina de Harlem, de Lévy y Colomba

Lo primero que me impactó de este álbum fue ver que iba recomendado por la señora maestra de la actuación Whoopi Goldberg. Supongo que como muchos lectores, me asusté un poco y me agradó saber que esta señora lee cómics y de los buenos. Aunque no sea tan raro después de saber lo que trata Queenie: la madrina de Harlem. No obstante, vuelvo a reivindicar que el cómic -si no lo es ya- debe ser de casi obligado un medio de difusión a las masas al igual que pelis, libros y música. La cantidad de historias de historias buenas -madre mía- que se pierden muchos por no leer cómics con sus ideologías sin sentido que lo relacionan con lo infantil. Pero vamos que esto me consta que en pocos sitios pasa ya, pero PASA. Pocas historias más adultas que Queenie: la madrina de Harlem se pueden encontrar en formato cómic. Además de que ya tenemos el ejemplo del cómic como pura inspiración para el cine. Los faltos de ideas de Hollywood por fin se han dado cuenta de la mina de oro que hay en el noveno arte.

A lo que vamos. En Queenie: la madrina de Harlem, descubrí la existencia de una dama y me vi leyendo y disfrutando de la mini biografía de una persona de la que no sabía nada. Queenie (nombre real Stéphanie Saint Clair) lideró un poderoso clan mafioso en Harlem en los años 30 del siglo pasado. Una tipa que se habría logrado hacer un hueco entre otros mafiosos, como hizo Lucky Luciano, por ejemplo. Pero mujer, y además negra, ya me diréis si esto no es impactante por dónde ocurre, cómo y la época. Pero, qué es lo extraño aquí. ¿Por qué a casi ninguno de nosotros nos suena el nombre? ¿No lo véis? Los americanitos yankees de pro nos la tenían borrada de la memoria…

Norma Editorial publica esta chulada de tomo donde Lévy y Colomba recrean en viñetas la vida de Stéphane St Clair, la mujer que se adueñó del juego clandestino en la Nueva York de los años 30. Tras la lectura, pensaréis como yo. ¿Cómo demonios hemos tardado tanto tiempo en no ver peli o serie de la vida de esta señora, tan potente personaje? Se llamaba Stéphane St Clair y fue la dueña de los bajos fondos de Harlem. Controló el juego clandestino, se enfrentó a políticos, policía y poderes gordos de la ciudad más famosa del planeta. Con dos pares de cojones logró abrirse camino en un mundo violento y despiadado. Un volumen que permite saber sobre esta “anomalía” histórica que tenía nombre y alma pura.

Una personalidad fuerte como pocas, traída de los barrios pobres de las Antillas francesas, Queenie: la madrina de Harlem, con un diseño clásico se vuelve rápidamente una historia gustosa de leer. Un trazo fino, bastante lamido, que de lo bien que te lo pasas con el paso de los acontecimientos, deja con hambre. Y más cuando indagas después (que es a lo que incita este tipo de obras) y ves que ciertos aspectos de la vida de Queenie siguen siendo un misterio tras la lectura del volumen; la forma en que montó su negocio, por ejemplo, y los medios necesariamente brutales para mantenerse en el poder frente a los «competidores». Imponerse en Harlem… ¡Joder, quiero saber más de eso! Y no sé si es bueno o malo decir algo así de un cómic que me ha gustado tanto, pero bueno, le van ocurriendo cositas a esta señora y mola ver cómo sale de situaciones en las que otros saldrían corriendo. Que atrape al lector de esa forma, que la historia la devores con ganas y queriendo saber más, mosqueándote por ello… Eso para nada es fácil de conseguir con una trama comiquera.

Una novela gráfica que como os decía próximamente se convertirá en una ambiciosa serie de televisión producida en Hollywood. Queda el descubrimiento de un personaje que tiene su lugar en el «salón de la fama» del bandolerismo, y que también desempeñó un importante papel «social» en esta parte de Nueva York. Lévy y Colomba son dos jóvenes creativas a tener en cuenta. La guionista Aurélie Lévy y la ilustradora Elizabeth Colomba suman fuerzas para contar las peripecias de Stéphane St Clair. Eligieron la viñeta para hacerlo y el resultado es este genial Queenie: la madrina de Harlem. En definitiva, una obra que llega a nuestro país avalada por sendos galardones como el Quais du Polar/Experience/France 3 Auvergne-Rhône-Alpes, el Premio Fetkann! y el Premio Maryse Condé en la categoría juvenil. También fue finalista en los Premios Landerneau BD y resultó seleccionada para el Prix Wolinski du BD du Point y el Prix de la BD Fnac BD en colaboración con France Inter.

Disfrutable como poco.

Reseña: El Puerto Prohibido, de Teresa Radice y Stefano Turconi

Lo primero que llama la atención de El Puerto Prohibido es su dibujo absolutamente hermoso. Y cuando abres este tomazo que se acaba de marcar Nuevo Nueve Ediciones te das cuenta que encima, esbozo tras esbozo, se repite. Teresa Radice y Stefano Turconi responsables de una de las grandes últimas obras publicadas en el casi siempre lindo entorno de la BD, la historia de El Puerto Prohibido puede parecer clásica pero es esa que siempre nos atrapa y nos invita a echar un buen rato de aventuras en nuestro sillón. A partir de un joven y amnésico náufrago, vamos teniendo conocimiento de una trama de redención, tesoros y honor. Sin embargo, estamos ante una obra que tiene cantidad de cualidades, como por ejemplo, unos potentes personajes de los cuales da una enorme satisfacción placer seguir la evolución de cada uno de ellos, pero también descubrir poco a poco sus grietas interiores. Las apariencias nunca son las que son.

A este nivel tenemos una trama poderosa digna de una muy buena serie de TV, de esas cursada en no muchos capítulos. Gracias a la emoción de la historia, en varias ocasiones, sentimos la fuerza de la escritura de la señora Radice, un buen guión para cada uno de los personajes y una hermosísima onírica del escenario que compite con el potente y hechizante dibujo del señor Turconi.

En el verano de 1807, un barco de la armada de Su Majestad recupera en la costa de Siam a un joven náufrago, Abel, que solo recuerda su nombre. Pronto se hace amigo del primer oficial que actúa como capitán al desaparece el comandante del barco. Abel regresa a Inglaterra encuentra alojamiento en la posada regentada por las tres hijas del capitán fugitivo. Este descubrirá algo profundamente inquietante sobre sí mismo y comprenderá la verdadera naturaleza de algunas de las personas que lo han ayudado.

El Puerto Prohibido entra en la categoría de historia naval y/o de piratas clásica pero con romances e hilos costumbristas de alta alcurnia real. Tiene un ligero toque sugerente que lleva a recordar a Long John Silver o Aboard the Matutine Star, pero aquí no solo hay miedo, sudor y sangre, también puedes encontrar sentimientos y amores no resueltos. Corazones rotos. El escenario y los eventos gordos están bien desarrollados y se sienten épicos cuando toca. Hacen que te pierdas o te dejes llevar con facilidad dentro de la trama. No obstante, el lector se verá atrapado en el juego de preguntas que la autora propone con la potente empatía de los personajes. Los protagonistas principales se llaman Rebecca y Abel pero Nathan también tendrá mucho que decir…

El sesgo de los dibujos a lápiz o incluso los bocetos que parecen ser cada una de las viñetas a medio terminar puede desanimar a algunos lectores conservadores de cómic europeo. Pero a mí me pareció original y diferente leer una obra así en plan borrador. Eso no quita que el estilo de dibujo de Stéfano Turconi sea realmente impresionante y otorgue un aliento épico que no esperaba en las aventuras marítimas de Abel (¡el combate naval en la primera parte es magnífico!), porque si la historia de Teresa Radice es ante todo marítima, sin embargo, combina historias de amor, fanatismo, la típica y aventurera trama de la caza del tesoro que tanto gusta a los nacidos en mi época.

Además, este tomo tiene un encanto más con su estética exterior y sus extras. Radica en la poesía de tener entre manos un volumen digno de la misma época que su historia propone, además de las paulatinas citas y extractos de Shakespeare así como poemas del poeta William Blake o Robert Louis Stevenson (autor de La isla del tesoro). Incluso extractos de La Biblia, las diferentes tripulaciones de la época, mapas, utensilios reales ilustrados de la Royal Navy… Y todo esto último a todo color. Una edición de lujo con cantidad de extras que molan cantidad. Y es que hay álbumes que te cuesta soltar, en los que una vez que te has tragado hasta la última viñeta, sabes que necesitas releer la historia para disfrutarla una vez más. Eso ocurre con El Puerto Prohibido.

Reseña: El Fantasma de la Fiesta del Té, de Reimena Yee

Un título que venía muy bien leer para la época de Halloween pasada y que se me pasó comentar es la obrita de El Fantasma de la Fiesta del Té que recién publicó ECC Ediciones. En tono humor, por supuesto, y fuera de esas obras de terror extremo pero que viene que ni pintada para disfrutar de un cuento más que con la base de sucesos sobrenaturales, aporta una ocasión de lectura que, por supuesto, quiero recomendar por la genial sensación que deja. Una oda a la vida, al paso de los años, a la terrible consecuencia de hacerse mayor… Lora es una colegiala en la frontera entre la niñez y la adolescencia. Cuando sus amigos ya parecen dar ese paso para cruzar el puente a la madurez, ella rechaza este cambio y prefiere seguir viviendo felizmente sus juegos desenfadados y dando vida a su imaginación desenfrenada. Se arriesga a encontrarse sola, por supuesto, por desgracia la vida parece empujar a cosas que una no quiere y quizás tenga que terminar por dar el paso a… Pero esperad, esperad, ¿y si un día se topa con un fantasma en casa y se hacen buenos amigos?

El Fantasma de la Fiesta del Té es obra de Reimena Yee, una ilustradora, diseñadora y novelista gráfica de estilo muy elegante natural de Kuala Lumpur. Hace libros y cómics para niños y adultos. Cómics, ilustración y diseño, Reimena Yee toca todo los palos con un potente portafolio. Sus gráficos recuerdan a ciertos ilustradores web y blogueros pero tiene ese punto interesante que se le ve que ya dió el salto de calidad. Sabe hacerse agradable con el buen humor gobernando sus historias, potentes, en colores y personajes. El comienzo de El Fantasma de la Fiesta del Té es un poco jemeplo de todo esto pero también tiene un toque desestabilizador porque es difícil ubicar la edad de la heroína; la autora dibuja un cuerpo de adolescente grande, tanto para ella como para sus amigos, pero se comporta de manera infantil. Creo que esto es intencionado. Me encanta cuando un autor sabe sugerir entrelineas.

La historia de una adolescente que no quiere envejecer y le preocupa perder a sus amigos, es como mínimo interesante, pero es que el toque de la fantasma Alexa es genial. Y como le cambia la vida de la noche a la mañana con su nueva amistad con el fantasma de una joven de su edad, que ya no recuerda su vida pasada pero que también fue la amiga imaginaria de la heroína cuando era muy pequeña. Un toque muy interesante. Las dos almas gemelas se apoyarán mutuamente y se ayudarán a progresar. Pero siempre te quedará la duda de si es el propio cerebro de la prota la que la está ayudando a tomar decisiones importantes para su futuro.

Este cómic, que en un principio puedes tomarlo como obra infantil, tiene mucho detrás. Un trasfondo y una filosofia del carpe diem potente. Algo parecido a los últimos films que Pixar está sacando a salas últimamente. Tiene un mensaje universal, optimista y está dirigido a cualquier lector que quiera tener un buen ratito de lectura.

Reseña: Buyan. La Isla de la Muerte, de Martin y Xavier Etxeberria y Aritz Tryeba

Al igual que la lotería, cupón o demás apuestas; un libro o un cómic siempre te puede sorprender para bien. Y quizás el flow sube cuando las expectativas no eran muy altas y te llevas el premio gordo como me ha pasado con Buyan: La Isla de la Muerte.

Un cómic violento, sangriento, a veces melancólico, características también de los esclavos o personas venidas a menos que encontrarás dentro. Cómics que a mí me molan por lo profundos que resultan ser. Porque estamos ante un volumen que, en definitiva, es, un cuento medieval y un viaje impresionante a una parte del mundo aún hoy en día inexcrutable con una mitología desconocida para muchos, y aún más, cuánto más al sur del globo terráqueo te vayas.

¿Pero qué cuenta? Mientras los mongoles liderados por Batu Khan continúan con sus conquistas, los Caballeros Teutónicos llegan para conquistar Novgorod. El príncipe de esta ciudad, Alexander Nevsky, deberá elegir entre la peste y el cólera, la horda de oro o los cristianos. Pero entre el tumulto de la guerra, los pueblos brindan. Y Maansi que vio cómo atacaban su pueblo y cómo mataban a su esposa, termina yendosele la pinza y… A raíz de esta tragedia, decide ir a Buyan, esa mítica isla donde descansan los muertos y el único lugar donde, por lo visto, tiene la oportunidad de volver a ver a su amada.

Buyan: La Isla de la Muerte es una trama dura pero a la vez hermosa. Un cuento que alcanza la crudeza de las tramas eslavas pero que ha sido escrito por Martin y Xavier Etxeberria. Además, ilustrado por el talentoso Aritz Tryeba. Es el primer cómic en español de esto premiados autores internacionales que gracias a Aleta Ediciones se puede adquirir ya en librerías especializadas. Con una línea nítida e intransigente, los colores a menudo melancólicos y suaves, a veces terribles y sangrientos. En mi opinión, consiguen captar al cien por cien el entorno que se proponen en narraciones norteñas donde el frío es el menor de los problemas.

Un álbum atractivo a las pocas páginas, con un contexto no muy original (podría ser una buena historia western) pero que consigue el enganche que todo cómic intenta con ese lector rodeado de las prisas del día a día. Tenemos a Maansi que emprende un largo viaje, uno peligroso hacia el Oeste, acompañado de su perro lobo blanco Noho. Se encontrará con guerreros sedientos de sangre, fanáticos religiosos pero también con espíritus magullados por la guerra. También conocerán a un bardo irreverente que está decidido a seguirlos hasta la Isla de la Muerte… Es casi una odisea pues además conoceremos hechos históricos reales del siglo XIII asi como seres sobrenaturales de dicho folklore.

Muy recomendable.

Diferente.