Reseña: The Fade Out (Deluxe Edition), de Ed Brubaker, Sean Phillips y Elizabeth Breitweiser

Tuve un amigo que amaba cualquier argumento que hiciera referencia a novela negra, cine de época y entorno político-detectivesco de los años 50. La persecución de “comunistas” en Hollywood, las grandes novelas de Dashiell Hammett, Raymond Chandler y films provenientes de libros como La Dalia Negra y L.A. Confidential. Todo esto era súper ideal de la muerte para él. Y aunque yo lo criticaba sarcásticamente en días nublados, en cierto modo, me lo inculcó. O me pasó su fiebre. Pues si algo tiene el ser humano pasionario de gustos enfermizos es un inmenso poder de contagiar al de al lado. Siempre que estén en su misma onda y sean receptores abiertos, claro. El tema es que leí y vi bastantes cositas que a él le molaban, y en ese trajín de gustos que por supuesto disfruté, yo también descubrí cositas pero más de mi campo. Me topé con Ed Brubaker. Con su Soldado de Invierno, con su Criminal, su Batman: Gotham Noir, su Gotham Central, su Sleeper, su Fatale, su Velvet y su Kill or be Killed. Es decir, el género negro hecho cómic. Pero no el género negro bla-bla-blá y bla-bla-blá; el mejor thriller, el mejor cómic de espías, el jodido mejor género negro hecho cómic. Díganme ustedes entonces si tras tanto «sufrido» (os aseguro que no conozco a nadie y digo nadie que no le haya gustado ni siquiera una de las obras anteriores), nadie; cómo diablos no iba yo a pillar esta Deluxe Edition de The Fade Out que vuelve a editar Panini Cómics en su sello Evolution Cómics.

La historia tiene lugar en 1948, la edad de oro de Hollywood y el antiguo sistema de Estudios. Es una época de prosperidad de posguerra que se refleja en películas ostentosas y glamourosas en Hollywood. Durante estos días, los Estudios tenían TODO el poder y la influencia de Hollywood. Había mucho dinero en la industria del cine y dada la paranoia de la Guerra Fría, el incipiente FBI tenía un gran interés por erradicar a los presuntos simpatizantes comunistas dentro de la industria. Intereses duales de los estudios y el FBI dieron como resultado un Hollywood lleno de guionistas y actores que compitieron vendiendo al de al lado como competidor comunista, para que fueran puestos en la lista negra y eliminados.

Ser etiquetado como «comunista» e incluido en la lista negra es exactamente la situación en la que se encuentra uno de los protagonistas en The Fade Out. El otro, aún experimentando una carrera exitosa, está luchando con el trastorno de estrés postraumático de sus días en la guerra. Juntos, los dos se topan con un asesinato que se convierte en algo más grande de lo que uno puede imaginar… Un «noir» o un «hard-boiled» como la definió Raymond Chandler en su ensayo El simple arte de matar (1950); una trama oscura y violenta, pero también inteligente que nos muestra a un Ed Brubaker en su mejor momento.

Lo que hace que The Fade Out sea tan convincente es la atención de Brubaker a los detalles con respecto al período de tiempo. Leí una entrevista en la que dijo que basó esta historia en los relatos de su tío, que fue guionista de género negro durante dicho período. Todo-todito-todo te traslada a la época como hacen las buenas novelas de Hammett. Desde la jerga, la cruda descripción de la segregación de la costa oeste, las diferentes experiencias de la posguerra para los veteranos y los altibajos de la vida en Hollywood, todo se corresponde con precisión con aquellos momentos de penuria y vida. Como cinéfilo y amigo del “pasionario” que me lo inculcó, he leído libros y ojeado documentales de esta curiosa época norteamericana. En aquellos días, los actores, y las mujeres en particular, eran tratados básicamente como esclavos en la industria del cine. Y Brubaker captura ese lado feo e ignorado de los primeros días de Hollywood al explorar a los guionistas que, en última instancia, eran simples herramientas de los Estudios. Ironía negra clásica que resulta ser verídica en uno de los finales de cómic más tristes de todos los tiempos. Teniendo en cuenta, además (¡Tened en cuenta!), que esta trama se disfruta con delicadeza, paciencia, como realmente se lee una buena novela negra. Esas que aportan datos, más en los detalles y conversaciones, que en la propia prosa.

Estamos hablando de una Edición Deluxe que recopila los doce números de la serie, reparto de personajes, extras, biografías y bueno, siempre sin olvidarnos del gran Sean Phillips, alma gemela ilustradora de la mayoría de las grandes joyas escritas de Brubaker. Apoyado en un coloreado maravilloso de Elizabeth Breitweiser que lleva el cómic a un nivel grandioso visualmente. Me alegró mucho oír que se rumoreaba una adaptación cinematográfica en breve.

Así que leed The Fade Out si sois fanáticos del «noir». Leed esto si sois cinéfilos. Leedlo, si os encanta el drama criminal. The Fade Out es una maravilla que satisface a todos y obviamente acaba de posicionarse en el top de mis mejores lecturas de este odioso año.

Indispensable.

Reseña: Joker Asylum, de Arvid Nelson, Jason Aaron, Alex Sánchez, Jason Pearson, Gail Simone, Andy Kubert y VVAA

Una compilación de todo lo referente a la trama Joker Asylum es lo que se puede devorar en este tomo. Y aunque todo comenzó con una miniserie-elenco de cuatro numeritos donde los mejores creadores sacaron adelante una serie especial semanal protagonizada por los villanos más grandes de la galería de némesis de Batman; cada número contaba una historia independiente que brindaba a los lectores una mirada al interior de las destrozadas vidas de los mayores adversarios del Caballero Oscuro. Mas, lo que mola-mola-mola de verdad, es que las tramas están narradas por el principal maníaco homicida de este mundo, el Joker. Todo muy al estilo Tales from the Crypt (Historias de la Cripta), Joker Asylum es un volumen recopilatorio muy tocho que ECC Ediciones recién edita, un tomaco que profundiza en los peores enemigos de Batman de la mano de autores tan destacados como Jason Aaron (Scalped), Jason Pearson (Wetworks), Gail Simone (Batgirl), Joe Quiñones (Dial H de Héroe) o Andy Kubert (Flashpoint), entre otros.

Una antología de relatos que empieza muy potente, con sucesos sobre la vida de Hidra Venenosa, Dos Caras, el Espantapájaros, el Sombrerero Loco, Pingüino, Harley Quinn, Riddler, Killer Croc, Clayface… Cada trama centrada en un villano, el Joker actúa como narrador de fondo pero también es el protagonista de inicio. Aparece en la primera historia y luego a lo largo de los siguientes números va presentando a los demás. El equipo creativo cambia con cada capítulo, cada uno brinda una profundidad interesante y giros a lo que ya conocemos de cada villano. Drásticamente diferente, se centran en varios temas como el amor, los rencores, la corrupción y la moralidad. Cada historia nos recuerda por qué estos villanos son tan populares, pero también qué es lo que les impulsa a ser malos como demonios. Y esa parte mola un montón. Las historias de Hiedra Venenosa y Pingüino son muy normalitas, pero cada una termina con una nota escalofriante, interrumpida al estilo Joker, con final humorístico. Provoca que quieras más. No obstante, lo que se cuenta sobre Dos Caras es súper chulo, una trama con doble moral, que si hubiesen sido realmente los sucesos que conocemos de él, quizás estuviésemos hablando del mejor/peor enemigo del orejas picudas, uno de los personajes malos-malutos mejor creados.

Opción múltiple: ¿bueno o malo? La mayoría de las primeras tramas que se tratan en Joker Asylum cuentan con esa tesitura. Involucran la participación del lector para determinar el resultado, con algunos finales reguleros, otros curiosos, otros maravillosos y alguna que otra joyita como he contado antes que capturan a la perfección la psique del paciente/víctima/asesino a tratar. Además, quizás valga la pena echarle un vistazo a Joker Asylum como introducción para lectores que no están familiarizados con estos personajes, para así conocer de qué pie cojea cada uno. Algunos guiones hacen un trabajo increíble al explorar la oscuridad del personaje y su inquietante patología. Pero este súper integral -que no me cabe duda que está hecho para ti, si has leido la reseña hasta aquí-, además contiene toda una serie de continuaciones, sagas y miniseries que derivan de la proposición del Joker de contarnos las “voladuras” de los malhechores más prestigiosos de Gotham. Esta genial edición recopila todo lo que brotó de esa pionera idea. Véase, Joker’s Asylum II #1-#5 USA (la continuación a la primera miniserie que hace lo mismo pero con más villanos), pero también toda una serie de números concretos o arcos argumentales de otras colecciones donde por H o por B se hacen referencia o extienden lo contado a lo presentado en Joker Asylum; véase los incluidos aqui: Batman #23 USA, Batman and Robin #23 USA, Detective Comics #23 USA, Batman: The Dark Knight #23 USA, Batman: The Dark Knight Annual #1 USA).

Un volumen que cuenta además con un arte tan perturbador como lo que proponen los guiones de Arvid Nelson, Jason Aaron u otros tantos guionistas con los que cuenta el tomo. Ilustraciones que parecen hechas a medidas para con la pérdida de cordura a tratar. Arte tosco y esquemático del artista Alex Sánchez, una provocativa y estilística, esun buen ejemplo de sintaxis adecuada para dibujo y guión. Liderando lo que otros muchos ilustradores proponen.

Joker Asylum es para colmo, un material y excelente ejemplo de cómo Batman es creado por sus villanos. Profundiza en su mentalidad y muestra las formas en que el héroe podría inclinarse fácilmente hacia el lado más oscuro y retorcido de la moralidad. Sin embargo, aunque Batman aparece en algunas historias, es en gran medida un personaje secundario, narrado desde el lado de la villanía. Esta perspectiva le da al tomo un aspecto muy interesante, una visión retorcida y potencial, una lectura fresca y curiosa, una valioso añadido a la colección de cualquier fan del Caballero Oscuro.

Reseña: Marvel Héroes. Doctor Extraño. Relatos Extraños, de Peter B. Gillis, Sal Buscema y VVAA

Eah, pues vamos a decirlo ya: el tomo recomendado que todo el mundo estaba esperando sobre Doctor Extraño ya está aquí. ¿Relatos Extraños? ¿Por qué? Muy fácil. Se esperaba como agua de mayor un buen tomo recopilatorio de la etapa del guionista Peter B. Gillis, donde el Doctor Extraño casi que es otro. Ahora más tenaz, duro, el Hechicero Supremo con un parche en el ojo y desplegando a más no poder el uso de la magia negra. Una etapa maravillosa ahora recogida en un integral que recopila los primeros diecinueve número de Strange Tales, Doctor Strange #74-#81 y Doctor Strange: Sorcerer Supreme #1-#4; lugar donde se le va la pinza del todo. Es más, podéis mirar webs norteamericanas donde se pide consejo sobre lo mejor de lo mejor de Strange y raro es el que no aconseje esta etapa.

Pues Relatos Extraños hace, sin duda, referencia a aquella serie antológica de Marvel Comics. Un título que fue revivido de diferentes formas y en múltiples ocasiones. Y donde Doctor Extraño y Nick Furia, agente de S.H.I.E.L.D., hicieron su debut. Un escaparate para las historias de CF y Suspense de los maestros Jack Kirby y Steve Ditko, y para la obra pionera del escritor e ilustrador Jim Steranko. Y aquí es donde algunos se dará cuenta que el Doctor Extraño tiene una larga historia en Marvel. En mi caso, por ejemplo, a poco que veo a alguien medianamente interesante en el personaje, rápidamente acudo a mostrarle todo un mundo de posibilidades e historias por descubrir. Da igual si queréis profundizar en Extraño después del film en solitario de Benedict Cumberbatch o tras disfrutarlo en Infinity War o EndGame (dónde para mí lo peta). El caso es que el Maestro de las Artes Místicas es obviamente uno de los mejores superhéroes (si se le puede llamar así) jamás creado en la Casa de las Ideas.

Doctor Extraño: Relatos Extraños recoge una maravillosa época-aventura larga del personaje. Esta parte vio la luz a mediados de los 80s donde casi cada colección de cómic contaba con un a día de hoy reconocido maestro del noveno arte, ya sea en guión o ilustración. Este tomo se inicia con los últimos números de Doctor Strange (#74 al #81), que dan pie al reinicio de la serie con Strange Tales #1, en los que entramos de lleno en una aventura del Hechicero Supremo junto a Capa y Puñal. Lo aclaro ya porque después vienen las eternas preguntas: está bien comenzar aquí incluso si no has leido nada antes o incluso si no te has sumergido en la saga del Barón Mordo o no has entendido bien el papel de El Anciano (mentor de Extraño y predecesor como Hechicero Supremo).

Como os decía, Doctor Extraño: Relatos Extraños recopila la totalidad de la carrera de Doctor Strange en la revivida Strange Tales, y da pie a una serie de encuentros y desencuentros que vuelven las cosas (contadas hasta el momento) un poco confusas. Dado que Extraño ha regresado de una tremenda batalla, exhausto y sin poder, y su Sanctum Sanctorum ha sido golpeado y muchas de sus armas y artefactos destruidos con tal de detener a un hechicero rival. Y todas las cosas que esos artefactos mantenían a raya ahora están tratando de volver a funcionar…, pero requieren su tiempo. Por lo que son tiempos desesperados que requieren medidas desesperadas, y Extraño se ve de pronto interesándose por el Lado Oscuro para sobrevivir al cansancio y al horror que le acecha constantemente. Abrazando los peligros del sopor y… la magia negra.

Pero, espera, espera, desde sus inicios fue descrito como un practicante de magia negra, ¿no? ¡O así lo llamaron! ¡Incluso como nigromante! ¡Dios mío…, acabo de matar a mi primer hombre!, llega a exclamar entre lágrimas, muy afectado por lo sucedido. Aunque es obvio que se ha olvidado de los hombres, demonios y seres varios que ha derribado a lo largo de los años. Y también hay bastante de: ¡Debo negarme a mí mismo los placeres del amor! Cosa que estaba pasando después de varios “tonteos” con su discípula/aprendiz, Clea. Pero lo que mola-mola-mola, de verdad, es como estos guiones de Peter B. Gillis se encaminan al más puro de Terror de Lovecraft.

Rituales a impedir, ocultismo y seres que no debieran haber pisado nunca nuestro planeta. La parte en la que Extraño se une a un viejo enemigo del Primigenio para atacar a la peor de las fuerzas oscuras, que resulta ser nuestro viejo amigo Shuma-Gorath, es espectacularmente soberbia. Tras tragarse una tonelada de oscuridad y fusionarse con Arioch (¿Señor del Caos de las obras de Moorcock?), nos topamos con pulp a raudales, almas torturadas, ritos ancestrales, la oscuridad a un paso para dejar atrás tanto sufrimiento… Horror, suspense, acción, romance y fantasía oscura con una pizca de elementos de carácter lascivo, violencia y erotismo.

Sí, la etapa de Peter B. Gillis con Doctor Extraño, es notablemente buena. Esta sí es mi taza de té.  Todo funciona.

Reseña: Spirou y Fantasio Integral 1958-1959, de André Franquin y VVAA

¿Qué más podemos decir de una de las mejores series, puntal de lanza del cómic europeo, como es el Spirou y Fantasio, de Franquin? Cincuenta y cuatro álbumes avalan por el momento a esta musa viva de la Casa Dupuis. Seguir esta colección es casi pertener a un culto. En este cómic nacieron elementos que se han consolidado como auténticos mitos, ya sea a través de sus icónicos personajes (el propio Spirou y su eterno traje, Zorglub, Seccotine, Vito Cortizone, el Marsupilami, Champignac, Spip…) o por los trucos característicos que en ella salen (el «sable de madera» de Champignac, el «houba houba» del Marsu, Spip y sus avellanas, etc…). Son pocas las series franco-belgas que hasta ahora han conseguido convertir sus elementos constitutivos en iconos de la cultura del noveno arte. Riqueza en los personajes, las expresiones, da además lugar a un merchandising muy rentable: el Marsupilami se convirtió en héroe de su propia serie (¿leísteis la reseña de hace unos días?), Spirou fue adaptado en dibujos animados, existe o está en construcción un parque de atracciones centrado en el héroe y sus aventuras pronto en el país vecino… Todo son virtudes en esta serie. Y todo por que Spirou y Fantasio cuenta con bastantes aventuras de muy alta calidad. El que conozca la obra, sabe que los viajes de estos personajes suelen terminar invariablemente en aventuras memorables.

Este gran volumen que publica Dibbuks, Spirou y Fantasio Integral 1958-1959, vuelve a ser una genial y portentosa edición en tapa dura, para disfrutar. Un lugar ideal para comprobar de todas-todas que Franquin sabía elegir a sus asistentes. Encontramos a Greg al guion y a Jidéhem y Roba al dibujo. Todos futuros maestros del cómic. Álbumes, aventuras, casi perfectas, por su intensidad y gran concentración de humor, buena trama, grandes personajes y dibujo. Un sexto volumen que incluye El Prisionero de Buda, donde nos vamos a la mansión del Conde Champiñac donde Spirou y Fantasio encuentran recluido al inventor soviético Nicolas Nicolaievitch Inovskyev, el cual tras su fuga de su “hermoso” país, ha ideado un maravilloso invento por el que las grandes naciones están dispuestas a enfrentarse. No obstante, hay otro científico, el norteamericano Longplaying, que también conoce los secretos del Generador Atómico Gamma, y este ha sido secuestrado por los chinos y encerrado en el inexpugnable valle de los Siete Budas. ¿El camino de la izquierda o la derecha? Spirou y los Hombres Burbuja, no es la secuela de La Guarida de la Morena como muchos se piensan. Más bien es un raro spin-off que únicamente toma protagonistas y su excelente contexto para contar algo más. Recordemos que el objetivo inicial de las aventuras de estos años, era dar a conocer a Spirou en Francia en Le Parisien Libéré, periódico que tenía una gran difusión (¡La editorial Dupuis quería venderles las serie al público francés!). Y Spirou y los Hombres Burbuja se convierte en la mejor de las tres historias proporcionadas con ese objetivo. El ambiente policial es excelente y el guión está particularmente bien elaborado. Comienza con una explosión y la fuga de John Helena, luego regresamos al fondo del mar donde ocurren misteriosos sucesos. No cuento más, es maravillosa.

En 1958, Franquin estaba sobrecargado de trabajo: cada semana tenía que producir dos planchas de Spirou y Fantasio para el periódico, así como sus animaciones y gags de Modeste & Pompon para la Revista Tintín. Es por eso que contrata los servicios de talentosos colaboradores; Tembo Tabou fue creado por Roba y Greg. Es la primera historia escrita en colaboración con otros compañeros (al menos, de este tipo), lo que probablemente explica por qué no resulta del todo convincente. Pero también es la última aventura que publicará el diario parisino y Dupuis esperará hasta la década de 1970 para sacarlo como álbum entre sus aventuras de Fournier, autor oficial de la serie en ese momento. Tembo Tabou cuenta la inverosímil historia de traficantes de oro en África que explotan a la población local nativa y la aterrorizan con elefantes rojos. Una trama alegórica muy buscada entre coleccionistas de aquella época.

André Franquin, una vez más, demostrando su talento y cediendo ideas por acumulación de trabajos. Spirou es un aventurero nato. Con su amigo Fantasio y la ardilla Spip siempre a su lado, luchando contra malos-malutos del mundo. Una maravilla de cómic por siempre. Spirou y Fantasio en su mejor época. Un volumen genial que además aporta historias cortas e inéditas como Las Miniaturas o Spirou descubre Europa. Así como un numeroso material extra formado por bocetos, anuncios y portadas originales.

Reseña: Djinn Integral 1 (Ciclo Otomano), de Jean Dufaux y Ana Miralles

Nadie podrá negar nunca la belleza que existía en las féminas del harén en la Turquía de principios del siglo XX. Un cómic donde poder comprobarlo es esta maravilla llamada Djinn, la obra de Dufaux y Miralles que nos traslada de todas-todas a la Constantinopla de entonces, una ciudad magnífica, ambientada genialmente para esta historia. Rápidamente nos sumergimos en una intriga de atmósfera mágica y cautivadora pero no solo eso, también nos permite descubrir una Estambul fascinante en el corazón de una sensualidad oriental. Me gusta y sigo al guionista Jean Dufaux, a quien considero uno de los mejores por lo bien que se documenta para sus obras. Se percibe que existe preocupación por el realismo, sus personajes son intransigentes con ese buen toque de libertinaje típico de cada época. No obstante, aunque mola que Dufaux firme el Prefacio en cada álbum de Djinn, a veces, revela demasiado sobre la historia. Por lo que aconsejo desde aquí, y cuando tengáis esta maravilla entre manos, ser leído después. Es decir, como epílogo de cada álbum. Aunque lo que importa es que por fin llega la esperada edición integral de Djinn, el sensual relato de Jean Dufaux (Conquistador, Rapaces) que aúna fuerzas con la española Ana Miralles y que Norma Editorial recopila en un magnífico integral en tapa dura para deleite del aficionado. Donde Kim Nelson sigue los pasos de su abuela Jade, a quien no conocía, pero poco empieza a descubrir que el destino de dos mujeres excepcionales tenderán a reencontrarse. Y nos mantendrá en vilo, pues existe un vínculo muy, muy especial que las unirá.

Un cómic que sin duda engancha por sus portadas, pero bueno sí, vale, lo admito, unos buenos y sensuales lienzos no deben ser suficientes para comprar un cómic. ¿O sí? Tras leer los dos primeros álbumes (La Favorita, Las 30 Campanillas) de cuatro que alcanza este integral, os puedo decir que os vais a enganchar a esa “búsqueda” y vais a quedar atrapados con la trama tan erótica-sensual y agradable propuesta. Me gustó el lado ligeramente erótico de viñetas de fuerte tensión sexual no resuelta que aparecen. Más un dibujo original e influyente de forma espectacular. Y su mezcla con pasajes de la Historia no necesariamente abordados con mucha frecuencia es, en mi opinión, también muy acertado y preciso. Una narración también de calidad, diálogos ágiles y una trama a través de la cual damos saltos al pasado con una intriga permanente. Se crea una obra cautivadora y que puede ser de todo, menos lineal. Además, la incorporación de un toque de fantasía encaja con el marco y la narrativa, y se convierte en guinda para un pastel súper apetecible de degustar.

Me comentaron que Djinn es una serie de bastantes álbumes que se encuadra por ciclos. Del primer ciclo se dice que es ligero y con escenarios menos exigentes. El segundo, por lo visto, donde nos vamos a África y dicen que entonces la serie alcanza cotas maravillosas en cuanto a ambiente, volviéndose cautivadora, incluso asfixiante, de lo real que es. Pero en lo que concuerda todo el mundo  es que el escenario general de la serie, su credibilidad o la búsqueda de la joven, no es otra cosa que un potente film o serie de intriga de las buenas. Y aunque podamos sentir un poco distantes los personajes, si conoces a Dufaux de obras anteriores, sabes y esperas que lo fantástico aparezca de un momento a otro. La expectativa está ahí siempre. Y cuando apareció, debo decir que me encantó. Con ese preciosista dibujo de Ana Miralles que despierta admiración por todo lo alto ya que seres mágicos y cuerpos están perfectamente dominados. (Aviso: si eres sensible a los cuerpos femeninos bellamente dibujados, no deberías estar preguntándote por mucho tiempo, si comprar este titulo o no. Sabes que sí).

Después de oír, casi saber, que nos espera una África peligrosa y abrasadora, un universo completamente diferente que se explora para deleite de lectores con sus preocupantes hechiceros rodeados de magia negra y la belleza accidentada de un paisaje eterno; de un ciclo más que por lo visto transcurre en las Indias, otro edén cautivador y sensual donde nuestro Djinn tendrá que educar el sexo de la futura esposa de un Maharajá para controlarlo con fines puramente políticos en un contexto de colonización anglicana… Djinn se ha vuelto una de las obras de la BD que más deseo leer por completo. Sabiendo además que Djinn finalmente terminó n el volumen #13, casi quince años después del comienzo de la aventura, es una obra que quiero al completo sí o sí en mi estantería. A lo que dura la risa de un loco, un orgasmo extenuado o un chasquido de Djinn…

Un apasionado relato en el que los más oscuros deseos del ser humano son liberados. Mente, cuerpo y alma mostrados en una trama por desenmarañar que cautivará a todo aquel que se exponga libremente.

Reseña: La Mazmorra. Integral 1, de Joann Sfar, Lewis Trondheim y Boulet

Conocí a Joan Sfar en Vampir, y cuando me enteré que tenía una obra magna y que encima estaba en español, hice todo lo posible por conseguir/leerlo. De esto no hace mucho y para mi alegría, esta búsqueda coincidió con encontrar un tesoro a espuertas, luz al final del túnel, al descubrir que Norma Editorial recién acababa de publicar un integral de dicho tesoro como es La Mazmorra. Una gran serie originalmente imaginada por Joann Sfar y Lewis Trondheim, un enorme cúmulo de historias, un lugar de terror, tesoros, hechizos malignos, poder, gestión, monstruos de todo tipo, guerreros famosos; un sitio donde encontrar buenos momentos de “relajación” y aventura y carne fresca. El corazón de un universo expansionista que dentro de la BD llena hoy en día estanterías con sus más de treinta álbumes en los últimos años. De seguro, uno de los mayores éxitos del cómic europeo que, por supuesto, no nos íbamos a perder en Desde New York – Crónicas Literarias.

Sfar y Trondheim han cohesionado un universo propio de la mejor literatura fantástica. Una ambientación muy digna, rolera, un buen adjetivo que viene a la mente cuando se habla de esta serie y sus personajes. Un cómic donde el pato Herbert y el dragón Marvin están en el centro de divertidas aventuras, siempre rodeados de eternos pero no imprescindibles secundarios. Aquí es donde puedes ingresar al universo de La Mazmorra: si queréis, una caricatura del universo heroico-fantástico, que rápidamente se está convirtiendo en referente del género. Dichos autores -bajo el pretexto de distraer y hacer reír-, han construido en La Mazmorra una serie inteligente a partir de imágenes y estereotipos vinculados al género. ¡Y muy disfrutable a cualquier edad!

Fue en 1998 cuando ambos autores dieron vida a La Mazmorra, una saga, una serie de álbumes con los que vais a alucinar a poco que os guste la Fantasía en todas sus facetas. Norma Editorial reúne en esta colección de integrales la totalidad de esta serie, ya de culto, que supuso un antes y un después en el cómic franco-belga. Una edición definitiva y supervisada por sus propios autores que permitirá descubrir a los lectores de manera inmejorable una de las obras maestras del género. La famosa serie de fantasía humorística surgida de una poderosa imaginación común que vuelve ahora en este tenebroso 2020 con fuerza a nuestro país en un genial formato en tapa dura, indispensable se mire por donde se mire. Si no sabías nada o si te habías escapado de los treinta y siete álbumes anteriores, ya me diréis si no es una grandísima oportunidad ahora para poder haceros con este formato-compendio de un universo tan rico como hilarante.

Si es cierto, que esta serie, si entrabas tarde, te mareaba por su enorme material. Por ello, insisto, en que este integral con su índice por sagas o conjunto de aventuras es maravilloso. Una multitud de seres que gravitan y se cruzan alrededor de cuatro torres oscuras, la más alta de las cuales se puede ver a días de camino. Un lugar donde enfrentarte a tantos monstruos como puedas matar, es sin duda un paraíso para los aventureros, esos que buscan gloria y recompensas voluptuosas en objetos mágicos escondidos; siempre que cuesten encontrarlos en los dungeons maléficos y generosos en curvas y pasillos, claro. Un comienzo de fanfarria… ¡y al lío! Y entonces quedarás atrapado rápidamente en este universo adictivo, del que no pretendo revelar mucho, por culpa de sus maravillosas y variadas aventuras.

Una serie que en la primera década del nuevo siglo, su avalancha de álbumes rozó el delirio superando el millón de copias vendidas. Alcanzando el número récord de 34 álbumes lanzados, incluido un Bonus Dungeon que entregaba las claves del universo y un juego de rol ya para entusiastas totales. Lo dicho, la mejor serie “dungeonera” para mí. Historias increíbles, frescas y llenas de humor. El que me conoce sabe de mi gusto del humor mezclado con la Fantasía al más puro estilo Groo El Errante, del gran Sergio Aragonés. Pero en este caso, personajes excelentes como Marvin, el matón cuya fe le prohíbe golpear a quienes lo insultan… jajaj. De diseño muy acorde gracias a los lápices de Boulet, La Mazmorra encuentra equilibrio entre aventura y humor absurdo, sin que se convierta en parodia.

Realmente imprescindible.

Me he enamorado.

Un flechazo.

Mi cómic favorito del momento.

Reseña: Marvel Héroes. Los Vengadores. La Llegada de Proctor, de Bob Harras, Steve Epting y VVAA

Una grata sorpresa es encontrar nuevas sagas (para mí) en colecciones tan interesantes como Los Vengadores. Y en este preciso momento, now, ahora, uno de los méritos irrefutables del plan editorial de Panini Comics es sin duda el de seguir fielmente su programación de reimpresiones de material antiguo y nuevo, para que nunca falte al aficionado de pro el mejor material. Un único denominador como es publicar historias emocionantes y coleccionables mes a mes para tener siempre disponible una lectura gustosa, total, en esta época del año con más tiempo libre (supuestamente). Una operación que también nos permite comprender cuáles son las obras que a pesar del paso del tiempo conservan no solo el encanto (con la nostalgia empujando), sino también fuerza expresiva y profundidad literaria. ¿Unos ejemplos? Sin duda, el caso del Hulk, de Peter David, una de las series más largas de Marvel, una de las más celebradas. Pero, en especial, un buen ejemplo es La Llegada de Proctor, recién publicada en Marvel Héroes, un tomo más que imprescindible si de verdad quieres perderte en una nueva aventura-campaña de los héroes reunidos más poderosos de la Tierra.

En esa laguna que tuve entre los inicios de mi emancipación donde dejé de leer cómics por un tiempo, supongo que este titulo tuvo varias ediciones en este país. Pero si no, La Llegada de Proctor me suena verla en nuestro idioma, unos veinticinco años atrás en la grapa mensual de Los Vengadores (cuando el súper grupo estaba muy lejos aún de glorias cinematográficas y no era el título más vendido ni por asomo). Y por lo que me han contado, una saga a menudo solicitada pero nunca reimpresa, hasta ahora. Os cuento: en los años 90, los X-Men dominaban indiscutiblemente las listas de ventas. Por muchos factores. Pero sobre todo por la fidelidad que Chris Claremont había construido con lectores y personajes, una profundidad en la que el maestro usaba muy bien su don. Estructura narrativa basada en interrelaciones. A partir de ahí, todas las demás colecciones y héroes se vieron un poco reflejados en eso. Y es que pese a que el grupo histórico por excelencia tuviera cierta división cuando David Micheline se le ocurriera crear un grupo paralelo y llevárselo a la Costa Oeste; lejos de revoluciones copernicanas, Los Vengadores luchaban a finales de siglo XX en historias que a menudo no iban a ninguna parte. Y se puede decir que en cuanto a ventas, iba siendo poco a poco aplastados por la popularidad de los mutantes. Por tanto, hizo falta la llegada de Bob Harras (entonces editor de títulos X y en proceso de convertirse en editor jefe de Marvel) para darle un fuerte empujón a una serie que llevaba “descansando” demasiado tiempo, dormidos en los laureles y rememorando historias pasadas una y otra vez. Memorables sí (Guerra Kree/Skrull, la Saga de Korvak…), pero incapaces de captar la atención de público y crítica. Hasta que llega Harras y da ese toque extra. Una nueva visión como es La Llegada de Proctor. Innovar con algo fácil en principio, con la sencillez de tramas que no pasan por trastornos absolutos como los que, después de varios años, provocaría Bendis.

Harras opera de manera más sutil y aún más disruptiva. Harras injertó en esta enorme saga, subtramas que automáticamente conducen a desarrollos narrativos de muy amplio alcance y que potencialmente podrían contener nuevas historias, años y años después. Y así se ha visto. Los Vengadores: La Llegada de Proctor recopila en un solo volumen todo lo referente a esta saga, incluso desde unos números antes. Exactamente, desde Avengers #348 al #366 incluyendo el Annual #22. ¿Y quién es Proctor? Proctor, en realidad, es una versión alternativa del Caballero Negro, el líder de Los Vengadores en otra dimensión. A groso modo, Proctor se enamoró locamente de Sersi, quién lo convirtió en su Gann Josin (nombre para el compañero sentimental de un Eterno), pero finalmente Sersi se aburrió de Proctor y lo dejó. Y este enloqueció. Además Proctor también fue víctima de la maldición de sangre de su padre. Sin embargo, en lugar de resistir la maldición como el Caballero Negro de la Tierra-616, Proctor la abrazó. Y a través de ella y de su estado Gann Josin, Proctor ganó poderes increíbles. Tanto que destruyó la Tierra de esa dimensión y mató a Sersi cientos y cientos de veces en dimensiones paralelas. Ni que decir tiene que el descenso de Proctor a nuestra dimensión pondrá en jaque al súper grupo más potente de nuestra época.

Con un Steve Epting a tope de gama con sus lápices y un Bob Harras inspirado enganchándonos con una trama bien currada, bien entretejida y que ha soportado muy bien el paso del tiempo (nunca mejor dicho), Los Vengadores: La Llegada de Proctor se ha convertido en mi más maravillosa lectura de este verano. Una en la que me he perdido entre viajes en el tiempo, momentos fatídicos y sorpresas con buenísimos personajes que no esperaba. A falta de un buen estreno fílmico desde hace tiempo, durante casi una semana, leído con tranquilidad y recreándome en sus grandes viñetas, me he perdido en toda una serie de geniales tramas creadas por dos maestros del noveno arte.

Obra súper indispensable para marvelitas y recomendable para lectores asiduos de ese maravilloso género que es la Ciencia Ficción.

Reseña: 100% Marvel HC. Veneno. Y Entonces Llegó una Araña/La Presa, de Hama, St. Pierre, Zircher, Rouleau y Calafiore

El otro día os lo comentaba respecto a Panini Cómics y su constante trabajo de traernos todas las obras de un personaje en el mejor formato actual. Lo decía sobre Viuda Negra pero es que con Veneno llevan largo tiempo haciéndolo, y desde que viera la luz su film, tiempo después siguen llegando las mejores sagas de este maligno ente alienígena. ¿Pero que yo encantado, eh? Que muy obvio es que me he aficionado a este ser y ver la maldad que acapara y de lo que es capaz. Por que es Veneno contra Spider-Man una vez más, sí… ¿Pero qué Spider-Man si el que conocemos está de vacaciones? ¿Acaso os suena un tal Ben Reilly?

Veneno: Y Entonces Llegó una Araña es la primera de dos sagas que comprende este genial 100% Marvel HC. Donde de primeras nos topamos con lo que más mola, Spider-Man contra Venom dándose leña mutuamente. Y como dice la sinopsis, como si fuera la primera vez, ya que Parker no está y le sustiuye un tal Ben Reilly, a quién tenemos como un web-slinger muy diferente. Mas, como Venom sigue siendo buscado y la ex-esposa de Eddie Brock, Anne Weying, está de por medio, renace una rivalidad mortal. Una lucha, una serie de escaramuzas que se convertirán en una guerra de locura y de enorme calibre.

La segunda miniserie que incluye el tomo es La Presa. Tres numeritos que vieron la luz en 1996 pero que gozan de una tremenda acción. Además, hacía mucho que los fans esperábamos poder tenerla reeditada, por lo que se agradece su inclusión aquí. Pues después de la invasión en El Planeta de los Simbiontes, un alienígena devorador de simbiontes conocido como Xenófago (-fago: que come…) llega a la Tierra para cazar a los seres restantes que quedaron atrás. Y por una cosa o por otra, Veneno termina siendo culpado de los brutales asesinatos de Xenófago, y no solo termina siendo perseguido por la policía sino también por este devora-alienígenas. Lo obvio se hace evidente, y el terror se acerca un poco más. ¡El cerebro de Eddie corre peligro de ser devorado! Dos perseguidores para un Venom que intentará sobrevivir a estos dos perseguidores implacables, pues aquí la policía también se las trae. Con una persecución a través del metro maravillosa, maravillosa, maravillosa.

Lo mío con Venom siempre fue un interés semi-amoroso. Como todo villano me es atractivo, pero Veneno tiene eso que muy pocos malos-malutos de Marvel tienen; se presenta con la maldad de la mano y la aplica al segundo. Pocas veces da lugar a conversaciones banales, y eso mola. Si traes muerte, ¿por qué esperar y hablar sobre ella? Pero sin duda mi débil excusa para continuar leyendo sus mejores historias, sus mejores arcos argumentales es que Panini Cómics está editando lo mejor del personaje y a saber cuando volverá a estar todo esto disponible otra vez. Desde el tremendo arte de Ron Lim hasta muchos otros que se atrevieron con el personaje y no lo hicieron nada mal. Obras como Matanza Desencadenado, Redención, Noches de Venganza, Protector Letal, Guerra de Simbiontes…, todas ellas ya disponibles y muchas, dos por el precio de una.

Ya no me sorprende nada estar pasándomelo tan bien con este villano. Y tenerlo todo-todito-todo de él en mi cómicteca es todo un gozo.

En vosotros está poneros o no, con el mejor cómic de aventuras.

Reseña: Terry y los Piratas 1937-1938. Tambores de Guerra, de Milton Caniff

Terry es un joven estadounidense, inteligente y dinámico. Un día, su abuelo le deja un viejo mapa de China en el que se menciona un lugar donde podría haber un tesoro. Aunque es un soñador, Terry también es realista, pero se embarcará en la aventura, por que su idea no es ir solo. Formará un grupo con su tutor (y, sin embargo, amigo) Pat Ryan. Pero también Dale Scott (una encantadora jovencita) y una cocinera llamada Connie (de nombre real, Georges Webster Confucio). Un equipo que viajará por mares distantes, luchando contra formidables piratas y bandidos. Y aunque la colección se llama «y los Piratas», estamos ante un enorme compendio de aventuras en el que viajaremos por lugares exóticos pero también por países occidentales y momentos clave de la historia. Por poner un ejemplo, el ataque a Pearl Harbor, donde Terry se alista en la fuerza aérea estadounidense, se convierte en soldado profesional y continua «su lucha” contra comunistas coreanos hasta sufrir un enorme un atolladero en Vietnam…

Me encanta esa aventura.

Dolmen Editorial en su genial y constante trabajo de publicar y traernos gloriosos cómics de antaño, edita Terry y los Piratas: Tambores de Guerra. Una nueva edición integral destacable, ediciones completas de tiras de periódico clásicas, nada más y nada menos, que bajo la pluma del prolífico Milton Caniff. Esta vez, con todo lo publicado entre 1937 y 1938, tiras que se estiman (según los ejemplares vendidos de diarios) fueron leídas en su día por más de un millón de “Terry-Pirates”; así se les llamó a los primeros fans de la serie. De hecho, de todos es conocido que Howard Chaykin siempre la consideró La Mejor Tira Cómica de Aventuras Hecha Nunca. Terry y los Piratas es una serie que ha envejecido bien. Por supuesto, algunos elementos están un poco desactualizados (los chinos que hablan como los negros de Tintín en el Congo, por ejemplo), pero de todos modos te haces y son historias inmersivas y altamente temáticas. Milton Caniff es realmente bueno imaginando aventuras entretenidas y cautivadoras de principio a fin. Tenía el don.

Como se le ha alabado a la serie en cantidad de ocasiones, los escenarios son ricos en giros y vueltas de tuerca y casi no dejan respiro al lector. Obviamente, los tiempos lo requieren, muchos de estos giros son un poco exagerados, sin embargo, muchos de ellos se convierten en gags que harán reír al que disfrute lo propuesto. Además, contamos con personajes poco profundos pero de los que realmente necesitas saber lo justo. ¿Para qué una enorme psicología si lo que importa aquí es el viaje? Como en los anteriores volúmenes (indispensables para ti, si has leído hasta aquí), abre el integral un articulo de Rafael Marín (gran escritor y guionista de cómics gaditano y responsable de la Colección Sin Fronteras de la editorial). Nos cuenta un poco más, sobre lo que hay detrás de esta gran serie. Grandes anécdotas de como el autor ponía y disponía y tenía en mente un enorme teatrillo de personajes para ella.

Historias en sí muy divertidas. La narración y el ritmo de Caniff son extraordinarios en todo, y así es como Terry y los Piratas brilla con luz propia y fluye. Comienza guay, avanza rápidamente y parece haber soportado bien el paso del tiempo. Insisto, siendo conscientes y sabiendo desde un principio el tipo de cómic que tenemos entre manos y lo que supone leerlo hoy en día, sobran las comparaciones a los títulos que se editan actualmente. Estamos hablando de una obra con más de ochenta años, friends. Sepamos valorar eso. Y si nunca ha leído series de tiras cómicas, os diré que producirlas en su formato original es un arte en sí mismo. La primera de cada una de las tiras diarias (de tres o cuatro paneles) debe resumir rápidamente lo que sucedió antes. Y la tira final normalmente presenta algún tipo de suspense para que te lances rápidamente a “comprar el periódico” del día siguiente.

Caniff no solo fue un maestro en crear ritmos de este estilo, también ideó y fue maestro en mantener dos tramas al mismo tiempo. Estadounidenses de los años 30 sólo leían el periódico el domingo, lo que significaba que los fans se perdían la mayor parte de la historia. Para resolver el problema, Caniff escribía una historia para la edición del domingo (que se presentan al inicio de este volumen) y un guión aparte para la edición diaria. Dos tramas igualmente atractivas.

Una formidable colección que ningún amante del cómic clásico debería perderse.

Reseña: Los Aristócratas, de Alfredo Castelli y Ferdinando Tacconi

Nueva joyita reeditada o rescatada es, sin duda, el integral de Los Aristócratas que acaba de publicar Ponent Mon. Quién nos iba a decir que volveríamos a ver esta maravillosa obra de Alfredo Castelli y Ferdinando Tacconi nuevamente publicada y en una genial edición en tapa dura; la obra que los dos maestros italianos lanzaron en el Corriere dei Ragazzi en 1973. Y es que «il fumetto» italiano ya cuenta con más de un siglo de historia y Los Aristócratas es una de sus puntas de lanza. Sí es cierto que desde que alcanzamos el cambio de siglo casi cada año podríamos celebrar el centenario de un buen titulo inmortal, sin embargo, puede ser útil volver a series pasadas, aparentemente desconocidas o injustamente subestimadas por ciertas editoriales. O incluso por lectores que únicamente tienen buenos ojos para los superhéroes. Pero el que es lector de cómics de toda la vida, sabe que hay donde elegir. Que hay otros muchos héroes sin poderes que vivieron a mano de sus autores grandes y atractivas aventuras. El caso es que, por una cosa o por otra, los que tuvimos suerte de leer «fumetti» desde pequeños (al cómic italiano se le denomina así en referencia al nombre del globo de diálogo o bocadillo), seguimos muy cerca la obra de Alfredo Castelli. En especial, las reediciones de sus obras que últimamente se están haciendo con cuenta gotas. Ni que decir tiene que soy súper fan de su Martin Mystère que tristemente se quedó sin editorial en nuestro país tras la desaparición de Aleta…

Por lo tanto, era obvio que las buenas cosas llegaran y era súper obvio que si Ponent Mon lanza al mundo un genial tomo recopilatorio de Los Aristócratas, aquí lo reseñamos: Los Aristócratas, de Alfredo Castelli y Ferdinando Tacconi (ilustrador de la serie), a quienes también ayudó el propio Sclavi. Y es que 1972 había sido un año importante para los cómics italianos populares: nació el Corriere dei Ragazzi, un periódico con una base editorial muy dirigida a las series de cómics donde se disfrutaba de mayor libertad para temas ligeramente más adultos, con prevalencia de nuevos cómics de aventuras sobre los típicamente humorísticos. Por eso, tan solo un año después, Los Aristócratas se convirtió en la serie más emblemática de dicha publicación. Creada en 1973, destaca por numerosas virtudes, en primer lugar, no sigue la tradición legalista típica de los cómics infantiles, sino que tiene un grupo de caballeros ladrones como protagonistas. Por supuesto, este grupo británico de caballeros que viste de forma impecable ponen rápidamente al lector del lado del bando malvado. ¡Ellos molan! El Conde inefable, la bella Jean, el fenomenal Álvaro, el poderoso Moose y el brillante Fritz, presentan un cómic coral, lo cual es bastante raro de ver en el cómic italiano. Una referencia podría haber sido quizás los espías internacionales de Alan Ford y el Grupo TNT, de 1969 (un cómic italiano o tira satírica creada por Max Bunker (Luciano Secchi) y Magnus (Roberto Raviola), que contaba con agentes secretos clásicos de humor surrealista y referencias irónicas a los aspectos de la sociedad italiana y occidental de la época); de los cuales Castelli podría haberse inspirado en la estructura narrativa, adaptándola a un formato diferente con malos-malutos. Tal vez, como critica a las tan de moda series de TV británicas de entonces, como Los Vengadores o incluso Los Persuasores, de Roger Moore y Tony Curtis.

El Conde es la mente y el líder de los aristócratas, y es el verdadero «aristócrata» por excelencia. Un señor que se expresa como un libro impreso y desprecia la modernidad y la vulgaridad en todas sus formas. Junto a él, su guapa y sobrina Jean, la única chica del grupo, con quien a menudo tiene peleas educadas, y que representa al personaje mejor caracterizado y sensual y es motor principal de la narrativa y de las situaciones cómicas más delicadas, pues Jean está enamorada del inspector Michael Allen, amigo-enemigo de Los Aristócratas. Una idea muy chula. Los otros aristócratas son personajes más funcionales: el alemán Fritz representa la tecnología, y sus dispositivos a lo James Bond, a menudo aparecen en las historias como un elemento maravilloso que permite, además, soluciones menos violentas. El gigante irlandés Moose recuerda al desaparecido Bud Spencer, y representa la fuerza bruta, usualmente restringida pero ocasionalmente necesaria. El ladrón y playboy italiano Álvaro es la habilidad del ladrón en persona. Pero lo que de verdad os va a molar es que esta serie mezcla personajes icónicos de la gran novela de aventuras y el cine. Así que no dudéis en toparos con Sherlock Holmes, James Bond, Fantômas, Agatha Christie, el inspector Clouseau o Arsenio Luppin, entre otros. Siempre mezclando hechos reales con ficción, Castelli usa todos los trucos del cómic clásico para animar, y aunque la serie es principalmente humorística-aventurera, la situación inicial es a menudo dramática, con algunos personajes en grave peligro, creídos muertos o desacreditados.

Y el estilo de Tacconi, moderno, irónico y dinámico, al mismo tiempo; convierte a Los Aristócratas en una de las mejores series que se pueden leer pese a sus años. Puntal de lanza, como dije, en los mejores cómics europeos de todos los tiempos e indispensable para cualquier cómicteca que se precie.

Maravillosa, maravillosa, maravillosa.