Reseña: El Horror del Túmulo. Los Diez Relatos Weird Western, de Robert E. Howard

Costas de Carcosa, que nos tenía algo abandonados con esta colección en tapa dura que tan buenos momentos nos viene dando, regresa a lo grande con una tremenda antología, una publicación a manos del maestro del fantástico como fue el gran Robert E. Howard. Relatos de horror dentro del género western. Una mezcla que siempre he dicho que bien elaborada, puede ser una cazuela con un olor tan rico como sorprendente. Porque no es muy común ver que el genero western se mezcle con otro, y mucho menos con el Terror, y salga un buen resultado. Y en las manos y mente de este hombre brotaba… En Los Diez Relatos Weird Western vais a ver que esto se trata maravillosamente bien. Y es que el maestro escribió una de las primeras historias del Weird Western jamás creadas como fue El horror del túmulo, que junto a Las palomas del infierno, es uno de mis cuentos favoritos del creador de Conan, Kull o mi amado Solomon Kane. Porque Robert Ervin Howard fue un escritor pulp estadounidense de ficción fantástica, terror, aventuras históricas, boxeo, western y detectives. Howard escribió más de trescientas historias y setecientos poemas de pura emoción desenfrenada. Y aquí está la prueba exacta de como también hizo sus pinitos en tramas con el Lejano Oeste de fondo.

Todo lo que hacía o escribía Howard se convertía en oro puro.

Tras otro poderoso Prólogo como nos tiene acostumbrados el maestro Javier Jiménez Barco para la ocasión, tenemos a El horror del túmulo que es el relato que lidera esta antología. Y el más potente. Donde un codicioso vaquero de Texas busca un tesoro en un túmulo indio y despierta algo antiguo y malvado. Pero este tomo tiene otras maravillas como El hombre en el suelo o El corazón del viejo Garfield, un cuento de 1933 y una de las mejores historias extrañas que he leído en mucho tiempo porque no recordaba nada de nada y no estoy seguro de haberla leída en el pasado. Aunque creo que sí porque me recuerda a un relato que escribí, así que seguramente “bebí de este río”. Aquí lo siniestro y el horror están plenamente integrados en la puesta en escena de la frontera asentada. Personas que sentiréis que son o fueron verdaderos tejanos que se enfrentan a un misterio, pero que responden a ello con verdadera determinación. Nada de intelectuales sino de hombres prácticos enfrentándose al horror en las llanuras. Y La muerta recuerda es una historia casi perfecta de venganza y una excelente caracterización de la mentalidad de los vaqueros y de la sociedad ruda y dispuesta del Oeste de allá por 1870.

Pero hay más relatos con la mejor ambientación de finales del XIX en el verdadero Far West. Como Por el amor de Barbara Allen, El secreto del valle perdido (un lúgubre relato subteosófico de antiguas razas depravadas que descienden a toda velocidad en la escala evolutiva), El extraño caso de Josiah Willbager (que cuenta como nativos americanos le arrancaron el cuero cabelludo y lo dieron por muerto, pero sobrevivió milagrosamente gracias a una visión), El jinete del trueno, El horror en la noche, La sombra de la bestia (el hombre sureño defiende a su mujer de piel clara de amenazas bestiales sólo para encontrar algo aún más bestial y oculto rondando una casa; todo esto sin olvidar que cada relato viene con alguna ilustración y el volumen cierra con unos Apéndices; el primero, contenedor de unos poemas que el autor lanzó también con esta temática; y el segundo, artículos sobre cómo algunos de estos relatos también vieron la luz dentro de los cómics de la EC.

Siempre diré que con la lectura de una obra de Howard es muy difícil no ganar. En sus cuentos de terror, en el peor de los casos, es pulp. En el mejor de los casos, es un digno heredero al menos de Poe, incluso si hay gente que dice que nunca llega a igualar a Lovecraft (para mí lo supera); Howard aquí ambienta sus historias en la Texas que conocía, hace obvio como podía profundizar en el corazón del hombre blanco pobre y con problemas de aquella época y deja historias inolvidables en lo que es uno de los grandes libros publicados este año.

El horror a lo desconocido en el Lejano Oeste que, como en cualquier lugar del mundo, está ahí fuera. Aunque muchos se nieguen a creerlo retirando la mirada.

Reseña: Demon Wars (Edición de Lujo), de Peach Momoko

Si algo te llama la atención (aunque no sepas por qué), tienes que/debes acceder y echar un ojo porque puede que disfrutes un poco/demasiado. Es lo que me ha pasado con este tomo completo de Demon Wars que se ha marcado Panini Cómics y con el que si os soy sincero, el primero paso para poner mi atención en él, fue leer que era la colección completa de una obra en un solo de volumen. Así de simple, somos a veces, sí, pero para después descubrir un buen título del que no sabía nada de nada. O sea, que el tiro me salió bien. Así que ni tan mal. Aunque una frase promocional sí que había leído a la vez que me dejaba con el culo torcido: ¡Peach Momoko lleva su versión del Universo Marvel al siguiente nivel! Lo que queda entonces es otra buena lectura donde el guion y el dibujo se compaginan bien aparte de que no son el foco principal del título que tenemos entre manos. Este volumen recoge toda la ambientación de este mundillo: Demon Wars: The Iron Samurai, Shield of Justice, Down in Flames y Scarlet Sin. Y me ha encantado porque así queda uno a gusto cuando devora todo lo publicado de una obra que engancha desde la primera página.

Momoko-san se explaya y nos da un tremendo aporte de su propio mundo, el folclore japonés y se apoya en todo a la hora de unir los personajes de Marvel, dándole a la historia y al mundo más identidad propia. Sí friends, Demon Wars es donde se mezcla de forma alucinante personajes de Marvel Comics con folclore japonés, un viaje visualmente evocador donde la lógica se ciñe solamente a este mundo y sus sentidos.

Los personajes que lo habitan tienen sus propias motivaciones, y no hay porqué dar explicaciones de los caminos utilizados. Tenemos entonces una dimensión llena de criaturas maravillosas: una armadura samurái inteligente, un individuo alado con una máscara de halcón, una pantera misteriosa y un monstruo rojo con forma de serpiente con un apetito mortal. Mientras estos increíbles yokai luchan, Mariko Yashida se verá obligada a elegir un bando. La historia es sencilla pero atrapa como cualquier peli de artes marciales ochentera. No dejan de ser formas creativas de combinar la tradición popular y el mundo marvelita y darle juego con enfrentamientos épicos. Como echarte una “maquinita” de las que muchos degustábamos en nuestra infancia. Pero puedo adelantar que, sobre todo, The Iron Samurái se ha convertido desde ya en uno de mis cómics favoritos de Marvel de los últimos años. Peach Momoko tiene un empuje tremendo en esta primera miniserie con yokais legendarios y otras leyendas míticas. Y después vienen una serie de one-shots la mar de disfrutables aunque no tan potentes como la primera saga. En El Samurái de Hierro, Mariko Yashida ha vuelto a la normalidad después de enterarse que es descendiente de un Oni. Y mientras vive su vida adolescente normal, Mariko ve varios espíritus acercándose a ella solo para desaparecer. Pero una noche, incapaz de dormir, Mariko decide perseguir a los espíritus y se topa con un monje que invoca una puerta frente a ella. Mariko cruza la puerta y entra al mundo yokai con una yukata que no llevaba antes… (Lo entenderás cuando lo leas). Flipante todo a partir de aquí.

Los personajes clásicos de Marvel como el Capitán América, Iron Man, Black Panther, etc. hacen su debut en la realidad reinventada de Momoko, mientras Mariko debe descifrar la raíz de la crisis de su realidad. Tenemos a una obra inclasificable y a la vez estéticamente hermosa. Más que muchos de los cómics occidentales leídos hasta ahora.

Reseña: Laberintos, de Jeff LeMire

Jeff LeMire siempre es un guionista en cuyas novedades hay que poner siempre un mínimo de atención. A mí por lo menos siempre me ha dado lecturas muy buenas. Y de diversos géneros. Por eso ver que Planeta Cómic traía este mes en su colección de novelas gráficas la tan mencionada en USA, Mazebook (Laberintos), era motivo para alzar la ceja y querer saber más aprovechando que se publica en español. Un volumen en tapa dura que recopila los números #1 al #5, la edición completa de esta miniserie que es digna de estudio. Porque os puedo adelantar que Laberintos es una exploración conmovedora de los sentimientos apáticos de pérdida, pero al mismo tiempo nos prepara para un viaje desgarrador. LeMire te atrae magistralmente a los pasillos de la agonía emocional antes de sorprenderte con un giro que te recuerda porqué invertiste (y seguirás invirtiendo) en cómics así.

Y es que si hay una constante en la vida es la pérdida. La pérdida de la inocencia. La entropía que gobierna nuestro universo. En el caso de Will –el protagonista– se trata de la pérdida de un ser querido, y para afrontar la pérdida, Will se pierde en la mundanidad de la rutina. Pero, para bien o para mal, se avecina un cambio masivo para él. Will es un inspector de construcción que lleva años lamentando la pérdida de su hija, amante de los rompecabezas. Pero una noche recibe una misteriosa llamada telefónica de una chica que dice que es ella y que está atrapada en medio de un laberinto, lo que hace que Will se embarque en un viaje en busca de respuestas a sus diarios personales y acertijos sobre dónde está y cómo traerla de regreso a su hogar… Si es que esto es posible.

LeMire muestra de manera experta cómo el dolor divide a las familias. Con su esposa en una nueva relación, por ejemplo, mientras Will se vuelve más desaliñado y retraído y sigue obsesionado con el porqué hay que perder a seres tan queridos como un hijo o una hija. Mas, ¿Wendy sigue viva o Will está usando su amor por los laberintos para finalmente hacer frente a su dolor y seguir adelante? ¿Will está perdiendo la poca cordura que le queda? ¿Le terminará explotando la cabeza por culpa del dolor y la locura?

En Laberintos percibí que los dibujos están plagados de acertijos, laberintos e imágenes superpuestas que contribuyen aún más al misterio de lo que está sucediendo. Además, LeMire permite deliberadamente a los lectores interpretar este volumen como un cómic de misterio en el que un padre busca a su hija que es a la vez una forma de terapia cognitivo-conductual en la que utiliza el amor de su hija por los rompecabezas para aceptar su pérdida. Me repito, sí, pero solo es para que veáis o sepáis que este método está estudiado en Psicología y que ahora ha sido llevado al noveno arte de forma maravillosa por el autor.

Lecturas que son toda una experiencia.

Reseña: Blackwater I. La Riada, de Michael McDowell

Fui uno de esos que llegó a Michael McDowell por las recomendaciones que hizo Stephen King. El de Maine describió a McDowell como el mejor escritor de originales de literatura popular de USA. De hecho, a su mujer Tabitha King, se le pidió que completara la novela inacabada de McDowell, Candles Burning, que se publicó en 2006 con buenas críticas. Pero en cuanto a su carrera, McDowell nunca intentó ser algo fuera de lo común. Atestiguó que era solamente un escritor comercial e incluso estaba orgulloso de ello. Escribir era un trabajo para él. Lo dice en su libro Faces of Fear: «Escribo cosas para ponerlas en librerías el próximo mes. Creo que es un error intentar escribir para ciertas edades.» Un tío tan sincero como diferente. Y uno que anda por aquí y que ama el género de terror por encima de todas las cosas, tiene en su más alto podio su novela Los Elementales (que rezo porque Blackie Books la rescate). Y es que nunca tuve oportunidad de leer su saga Blackwater pese a que me atraía mogollón toda la trama que había detrás y la forma en que se decidió publicarla (inspiración para La Milla Verde, de Stephen King). Sin embargo, como soy de esos que piensan que las cosas ocurren por una razón, el destino hizo que tuviera la oportunidad de empezar a leerla AHORA en las bonitas ediciones llevaderas y económicas (ideales para clubes de lectura), las mismas que ha colocado en librerías Blackie Books en nuestro país con portadas maravillosas que están haciendo estragos en internet.

Hoy os traigo para reseña el primer volumen, La Riada, pero que sepáis que pienso hacer lo mismo con los seis tomitos que comprenden la saga. Porque pocas atmósferas se pueden crear tan adictivas como la que vais a encontrar aquí. Desde la primera página. Y no sé porqué se le está llamando de todo, ahora tan de moda en su nueva publicación en toda Europa, menos lo que es. Friends, esto es puro folk-horror. Un retrato realista con toques sobrenaturales, sí, pero un pueblo con problemas que ha sufrido una catástrofe donde cuyos habitantes empiezan a desvelar poco a poco (como bien sabe hacer Mc Dowell) su lado más oscuro. Una crónica de una familia sureña atraída por lo sobrenatural. Porque en este primer volumen las oscuras aguas del río Blackwater han inundado Perdido, un pequeño pueblo al sur de Alabama donde los Caskey, un gran clan de ricos terratenientes, intentan hacer frente a los daños causados por la riada. Y comenzando con el rescate de una mujer misteriosa encontrada en un hotel parcialmente inundado y terminando con otra inundación en la misma ciudad, aquí hay una simetría que no se encuentra a menudo en el terror. Y quizás sea porque Blackwater no es realmente una novela de fantasía oscura. Lo describiría más como una telenovela o saga familiar del gótico sureño, con elementos sobrenaturales y terroríficos. ¡Lo que viene a ser folk-horror! ¿Recordáis la primera temporada de True Detective? Pues de ese palo aunque bastantes años antes.

Una de las cosas que adoro de McDowell, y hay muchas de ellas aquí, es cómo trata los horribles eventos sobrenaturales como si no fueran gran cosa. De alguna manera, esto hace que el evento sea aún más horrible, si eso tiene algún sentido. Además de que McDowell escribe sobre dinámicas familiares como nadie, este libro lo demuestra al igual que lo hizo en Los Elementales. Escribe muy bien sobre gente que está en la cima, cae, y viceversa. Y suele repetir con familias de hombres ricos pero con mujeres dominantes detrás. Y con nativos-criados alrededor que tienen una potente personalidad. Pudo ser lo que él mismo vivió en la misma Alabama.

En un porcentaje muy alto, Blackwater no se parecerá a nada que hayas leído o que leerás en mucho tiempo. Aunque está categorizado como gótico sureño y archivado en la sección de terror en USA (cuando no está agotado), desafía el género en casi todos los sentidos. Una epopeya impulsada por personajes que abarcan varias generaciones, haceros una idea de estar leyendo a Harper Lee o William Faulkner cuando de pronto la historia nos recuerda al mejor Stephen King. ¡Estamos enganchadísimos!

McDowell fue un creador de los buenos, además de escribir varios libros proporcionó al cine guiones como el de Beetlejuice y Pesadilla antes de Navidad para Tim Burton.

Arrea.

Reseña: Donald y el Viento del Sur, de Guido Martina y Carpi

En mi intenso disfrute gracias a Panini Cómics y SD de los guiones del maestro italiano Guido Martina, he podido acercarme por primera vez en mi vida a algo que para nada esperaba leer nunca. Donald y el viento del sur ha sido toda una experiencia porque para nada pensaba que me iba a gustar algo así. Y he disfrutado mogollón lo que es la traslación al mundo Disney de la genial novela de Margaret Mitchell como es Lo que el viento se llevó. ¿En serio? ¡Sí! Una historia cómica Disney escrita por Guido Martina y dibujada por el gran Giovan Battista Carpi que fue publicada originalmente en 1982 en el semanario Topolino (del #1396 al #1400). Una de las historias más famosas ilustradas por Carpi y sí, una parodia de la novela y película que interpretara en su día Clark Gable y Vivien Leigh.

Donald es Paper Butler (Rhett Butler) y Daisy Duck O’Hara (Escarlata O’Hara, la señortia escarlaaaaata). La historia del cómic sigue, en parte, la trama de la película homónima de Fleming, salvo algunos cambios realizados por los autores del cómic. Donald ordena a sus sobrinos que busquen en el sótano de la casa un objeto precioso para regalárselo a Daisy por su cumpleaños. Molesto por los ruidos provocados por Qui, Quo y Qua, el propio pato baja al sótano, donde descubre una antigua estatuilla colocada en el estante de un mueble. En un intento por atraparla, Donald derriba los muebles, rompiendo la estatua, pero encuentra un viejo álbum de fotos de la Guerra Civil. Inicialmente, planean vender las fotografías a los periódicos, pero una vez que ojean las páginas, se dan cuenta de que el álbum trata sobre sus propios antepasados…

La que más les llama la atención es la imagen de un tal Paper Butler, descrito por Donald como un personaje intrépido, duro y hábil (aunque los flashbacks de la historia muestren todo lo contrario). Butler intenta convencer a su padre de que fue ascendido con la máxima puntuación y una mención de honor en la academia de West Point, pero una carta de la misma academia expone su mentira: en realidad, el pato fue expulsado por su carácter holgazán. El padre, no queriendo tener un holgazán en la casa, lo echa. Paper Butler decide entonces contactar con su tío Paper McPaper (idéntico al tío Scrooge), para recibir hospitalidad y quizás alguna ayuda económica. El tío, debido a la mala reputación de su sobrino, se niega a ayudarlo, por lo que Butler decide pedir un préstamo a un banco frente a la tienda de su tío, intercambiando su burro a cambio. El dueño del banco, Rock Jaffery (Rockerduck), nada más conocer su nombre, le ofrece tres mil dólares sin pedir, de momento, nada a cambio. Butler regresa a la tienda de su tío, donde se compra un traje nuevo con el dinero que le acaba de dar. En esta ocasión conoce a Duck O’Hara (Daisy), Charles Hamilton (Paperoga) y a la hermana de este último, Melania. Esta última quiere casarse con Gaston Wilkes (Gastone) y le revela a Duck su deseo de anunciar el compromiso durante una fiesta en honor de los voluntarios que partirán hacia el frente…

Un cómic chulo con muchas partes de cómic adulto e incluso histórico. Una visión diferente de la historia que diría que a muchos les entraría mejor. Y es que Donald y el viento del sur, tras su primera publicación en Italia, se publicó en Brasil, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Grecia, Países Bajos, Noruega, España y Suecia. En Italia se reeditó también por entregas en las series I Grandi Classici Disney y Super Miti Mondadori y posteriormente en un solo volumen. Acaba de ser reeditado en nuestro país en formato íntegro y llevadero, una muy genial forma de llevarlo consigo para leerlo doquiera que te encuentres. Una edición que cuenta con un nuevo coloreado que embellece más si cabe tan mítica historia. Con estos Disney Limited (en este caso, en versión pocket) estamos llegando fácilmente a la posibilidad de contar en nuestras cómictecas con títulos y recopilatorios que son obras de museo del cómic. A favor de eso siempre.

Reseña: Hinatsuba, de Koichi Masahara

Koichi Masahara es un mangaka moderno y clásico al mismo tiempo. Refinado intérprete de Jidai Geki, es capaz de hacer muy atractivas tramas de ambientación histórica, en su mayoría situadas temporalmente en el corazón del período Tokugawa. Además tiene antologías muy buenas como Los regalos de Edo, obra que por cierto aún no la he podido disfrutar en español. En nuestro país, Quaterni es la editorial que tenéis que buscar para encontrar bellísimos mangas tanto en títulos como en formato. y uno de los que consta en su catálogo es Hinatsuba, obra del maestro Masahara. Un volumen único que nos cuenta la historia de una joven con alma de samurái, en el final de la época Edo.

De nombre Suzu, a través de la prota, vamos a conocer más personajes femeninos, diferentes vidas, en esos años de transición en el imperio del sol naciente. Porque Hinatsuba es un manga atractivo lo mires por donde lo mires. Hacía tiempo que le tenía ganas a esta lectura. Ganas de este volumen tan agradable a los ojos y a las manos porque además sabía que era un manga ligero a la vez que profundo. Pero jamás imaginé que tan cargado de significado sobre la búsqueda de tu sitio en el mundo y del papel condicionante que puede jugar la sociedad sobre eso. Y tiene lo que muy pocos mangas aportan: escenas de paisajes que cautivan, lo que provocó que me metiera en la obra de todas-todas.

Además, en Hinatsuba, se puede disfrutar como telón de fondo, de los hechos narrados en dicha época clásica en todo su esplendor. A través de los paisajes, las vestimentas, los vínculos familiares y la cultura de sus habitantes. Sigue siendo evidente el deseo del autor, ya expresado en otros títulos, de crear un contraste fuerte entre una época tan lejana, la temática de las historias y el estilo moderno, casi digital, al que ha llegado dicha sociedad a día de hoy. Son muy precisos y detallados los dibujos. Y mientras que en otras obras es poquísimo el espacio que se da a las figuras femeninas. en Hinatsuba, todo lo contrario. Ella estará acompañada de personajes entrañables como su pretendiente, Iba, y su padre. Los consejos de su padre serán un gran apoyo para Suzu, así como las nuevas personas que entran en su vida; desde su futuro prometido hasta otras mujeres que se encuentran en la misma situación. Se topará con situaciones que harán que se plantee su forma de pensar, y afrontar sus problemas desde una perspectiva más humanista, alejando de su mente el peso de la sociedad. Porque, sin duda, el punto fuerte de este manga es su gran abanico de personajes.

Koichi Masahara, nacido en Kyōto en 1967, debutó como artista de manga en 1999. En 2011 recibió el premio en la categoría Nuevo Talento del Japan Media Arts Festival en la sección de manga. Su arte se hizo famoso gracias a su forma de describir la humanidad del período Edo con un estilo refinado y rico en investigaciones históricas. En breve, espero poder reseñaros más títulos del maestro Masahara.

Tiene un don.

Reseña: Superman. La Orden de la Lámpara Negra, de Cantwell y Rodríguez

Me gusta cuando se intenta sacar originalidad o algo nuevo de personajes que normalmente son redundantes en sus tramas. Y para eso siempre es efectivo recurrir al antes o después. Contar algo de su infancia, de su juventud… o su senectud. Algo que nunca se contó. Por eso me gusta la idea que propone Superman: La Orden de la Lámpara Negra; una colaboración entre Javier Rodríguez y Christopher Cantwell que homenajea a la Edad de Oro del personaje así como a muchas novelas de época. Porque cuentan que antes de estar en La Liga de la Justicia, el joven Clark Kent fue miembro de un club muy especial: la Orden de la Lámpara Negra, el club de fans de Hop Harrigan, su héroe de la infancia. Y le acaba de llegar una nota en la que alguien de la Orden indica: “Sálvame”.

Hop Harrigan fue un personaje clásico de DC (All American Comics, 1939) creado por John Blummer. Un aviador con el que vivíamos trepidantes aventuras en parajes exóticos. Todo muy al estilo Indiana Jones. Pero Harrigan alcanzó una cuota de popularidad importante durante la Segunda Guerra Mundial llegando a protagonizar seriales de radio, películas y serie de televisión. Y La Orden de la Lámpara Negra trata sobre él, sobre el olvido y la memoria. Y aunque Superman y Harrigan son personajes que tienen prácticamente la misma edad, uno permanece en la memoria de todos y el otro no.

Una miniserie que ECC Ediciones ha recopilado en un genial TPB para el disfrute comiquero de todos. Tres números en uno que curiosamente fueron publicados originalmente en la serie Batman: The Brave and The Bold, en la parte «trasera», muy al estilo de lo que se hacía en los cómics que nos encontrábamos en kioscos los niños de los 80. Una trama donde Cantwell (cocreador de Halt and Catch Fire, Briar, Iron Man) y el artista asturiano Javier Rodríguez (Daredevil, Defenders), nos muestran como Superman encuentra un anillo decodificador con un mensaje secreto. Un mensaje oculto que le lleva a saber de un misterio relacionado con el pasado del Hombre de Acero, con el que descubre una curiosa ubicación y entonces se topa con una pregunta: ¿Terminará uniéndose a una persona que nunca pensó que volvería a ver mientras transita los misterios de un lugar secreto que jamás esperaba encontrar? Tenemos a Lois como jefa interina del Planet junto a Clark en este misterio. Ambos interesados en el mensaje recibido, ambos creyendo que la crónica del rescate del antiguo héroe sería mucho más interesante si la escribe Superman como colaborador especial del Daily Planet. Porque Clark de niño era fan de Harrigan y pertenecía a su club. Y todos los miembros recibían un anillo. Y ahora, en el paquete de auxilio, acaba de recibir un anillo “auténtico” que se abre y le permite seguir la pista del héroe desaparecido…

Y ya estás inmerso en la aventura.

Un cómic de Superman que, más que clásico, funciona muy bien al estilo pulp de las novelas de aventuras de los años 50. Homenajea a los personajes que llenaron nuestros sueños, los de una dinastía anterior y algunas posteriores a los niños de los 80 que andamos por aquí. Los diálogos entre Superman y Harrigan están repletos de contenido y de significado metalingüístico que si los pillas, vas a sonreír cada poco. En el apartado gráfico tenemos a nuestro paisano Javier Rodríguez que además es el entintador y colorista. Y nada mejor que sus ilustraciones para una historia así. Le da un aroma clásico a la obra que pocos podrían conseguir.

Una historia breve pero apasionante del superhéroe más poderoso de todos los tiempos.

Reseña: Cazadores de Savia, de Genefort y Ristorcelli

Cazadores de Savia es lectura agradable en cualquier caso. Y es que Los Humanos siguen explorando e ilustrando el universo de las novelas de Laurent Genefort, un autor que no conozco muy bien (hasta ahora sólo he leído la adaptación de Le Sang des immortels), pero es cierto que Ristorcelli hace algo bueno con su historia, se toma su tiempo para desarrollar la trama, a lo largo de más de cien páginas, y eso nos permite recrearnos entre bastantes páginas contemplativas hasta que intercala con fuertes tensiones la historia. Una que se desarrolla a ritmo sugerente pero nunca aburrido. Estas fueron las sensaciones que me quedaron tras leer este álbum de cómic europeo que Yermo Ediciones recién publica en nuestro país.

La acción se desarrolla en un planeta extraño y desconocido, en el que conviven (¡más o menos bien!) diversos pueblos humanoides y especies de animales tan exóticas como amenazantes (aunque el bestiario no es realmente lo importante aquí). Nos trasladamos a un planeta fantástico donde toda la vida se concentra en una enorme cubierta vegetal, los humanos viven en enormes árboles (encontramos lo mismo en otro contexto, en una Tierra post-apocalíptica) en Arbomundo. Un lugar que parece estar en decadencia cuando un grupo de humanos (de un pueblo enemigo) se embarcan en una búsqueda para descubrir la fuente del avance del Mal que están sufriendo y que pretende amenazar a toda raza viviente.

Porque las gigantescas ramas de Arbomundo albergan un grupo de clanes.  Y uno de ellos son los cazadores de savia. Y Pierig ha sido capturado por este clan guerrero. Se comprende que sus dotes como zahorí son el tema candente aquí. Sus virtudes son necesarias.

Su búsqueda, su rescate, el viaje, quizás sea una lucha contra algo que no es otra cosa que un enemigo común al que tendrán que unirse todos para poder vencer. ¿He visto una historia antes sobre un pueblo que vive en armonía en un árbol gigante? Avatar, de James Cameron. ¿Se parecen? Muy poco. Se explora un “ramal” diferente de dicha base argumental. Una enfermedad incurable que afecta al árbol creando desolación con ramas muertas y una expedición de rescate para encontrar una solución. La escena inicial sobre la masacre del pueblo de nuestro héroe Pierig por parte de otra tribu es muy potente.

Un cómic, un one-shot, un álbum para disfrutar de una sentada que si te mola, ten cuidado, porque puede que ames las buenas historias de fantasía y ciencia ficción.

Reseña: Marvel Omnibus. Tierra X. Omega, de VVAA

Tierra X: Omega concluye la oscura visión de Alex Ross sobre el futuro del Universo Marvel. La Capitana Marvel encabezó una carga contra La Muerte y la mató. Y ahora nadie puede morir. Pueden retorcerse de dolor, sus cuerpos están destrozados sin posibilidad de reparación… pueden clamar para que termine su sufrimiento… pero no perecerán. La muerte está verdaderamente muerta. ¡¿Qué?! ¿Qué ha hecho Mar-Vell? Los héroes restantes de Tierra X deben unirse para poner fin al tormento del paraíso que ayudaron a crear. Y entonces, ¿tendrán éxito en su desesperada búsqueda para revivir a La Muerte?

Recopilando el clímax épico completo de Tierra X: Alpha (https://www.cronicasliterarias.es/?p=13084), además de la historia detrás de las visiones demoníacas de Nighthawk, protagonizada por Daredevil y Mephisto (Paradise X 0-12, Heralds 1-3, X, Xen, Devils, A, Ragnarok 1 y 2 y Marvels X 1-6), tenemos en librerías un nuevo Marvel Omnibus con el que deleitarnos y cerrar una buena saga en conjunto. El segundo y último volumen de la obra maestra de Alex Ross, dos enormes tomos y dos maravillas publicadas en esta gloriosa época de los integrales que estamos viviendo. Un final que a muchos puede dejar con el culo torcido porque la trama continúa en su proceso arduo donde entremezcla divesas temáticas. Múltiples ideas abiertas que no se terminan de cerrar al estilo Perdidos (Lost). Un tema que a muchos cabrea, descoloca o incluso gustar como es mi caso. El mundo siempre estará dividido entre los que disfrutaron Lost y los que no. Además de que tenemos una saga que queda abierta para secuelas.

Es curioso cómo los personajes de los cómics pueden ser «malvados» o tomar «malas decisiones» o vivir una vida de estupidez o vender su alma al diablo y, sin embargo, un acto de altruismo de alguna manera los redime. ¿Esto es real? Cada uno tendrá su opinión. La realidad que yo veo día a día, diría que es así. Perdonamos cada vez con más facilidad. Los actos más desoladores siempre, de algún modo, la justicia los perdona. Hasta que a uno o una le toca lo suyo. La madre del Doctor Doom vendió su alma a Mephisto para que Victor von Doom pudiera ser «un hombre importante». Ella nunca le pidió que fuera un «buen hombre». Sin embargo, aparentemente cuando el Doctor Extraño se une a Doom para salvar a su madre del tormento de Mephisto, su madre realiza un acto de altruismo que la «redime». Lo mismo ocurre con Silver Surfer y algunos personajes más en esta saga. Los autores mostrándonos la idea de que no existe el Bien sin el Mal, y no al revés. Y una conciencia cósmica, una «perspectiva cósmica», de que siempre hay algo por encima de nosotros.

Sinceramente, Omega no es un tomo tan bueno como Alpha. Aunque degustable su contenido algo más complejo, especial para fans de Marvel de toda la vida. Recoge las consecuencias del primer volumen y las desarrolla a limites insospechados que casi nadie esperará. Diría que incluso merece una relectura para entenderlo mejor. Pero esto no nos quita tener a Jim Krueger, Alex Ross y Doug Braithwaite con Steve Sadowski, Tom Yeates, Steve Yeowell y Well-Be nuevamente dándolo todo, en una saga digna de ser llevada con coherencia al UCM (Universo Cinematográfico Marvel). Siempre que se ponga al nivel de entendimiento del público general, claro. Una macro-saga que provoca una sonrisa eterna al fan de Marvel.

Reseña: Soy Leyenda, de Hernández, Caballero y Matheson

A una buena historia de Terror, uno siempre quiere volver.

Y más aún si nunca tuviste la oportunidad de verla reflejada en un formato diferente a la que la leíste o viste por primera vez. Hablo de Soy Leyenda, el novelón que se marcó el siempre original Richard Matheson, allá por 1954. Nada más y nada menos. Una versión que nos traslada a una post-apocalíptica ciudad de Los Ángeles (no a Nueva York), en lo que serían unos supuestos años entre 1976 y 1979. Una historia que los quita-méritos del género de terror siempre han querido catalogarla de Ciencia Ficción antes que decir claramente que estamos ante una trama que alcanzó la cima de nuestro glorioso y amado género. Y todo, para llevársela a su terreno. Pero no, my friends, I am leyend es puro horror y para mí no es una trama que produce los clásicos síntomas del vampiro mítico y trata de re-evaluarlo, como he leído por ahí. Para mí es simplemente la versión de Matheson de lo que sería un mundo gobernado por zombies.

Y ahora Sergio Hernández y Toni Caballero (Backhome, Planeta Manga), han convertido esta historia en novela gráfica. Ya la convirtieron en cómic en su día Matheson, Brown y Elman en 2007, pero que duda cabe que era llamativa y atractiva la idea de leer esta versión de dos autores de este país, elaborada al estilo amerimanga.

Si no conocéis la historia, ya tardáis. Tenemos a Robert Neville, el único superviviente de un despiadado virus que ha asolado el planeta, convirtiendo al resto de la humanidad en “vampiros”. Su existencia, se ha reducido a combatir a estos seres sanguinarios, quienes tratan desesperadamente de darle caza, ya que, para ellos, él es el verdadero monstruo. Y con escenas espectaculares, de acción y bastante drama (de esta historia, recordaremos siempre el tema del perrito), van pasando los días, días que Neville intenta seguir a duras penas con el solo objetivo de encontrar a otros que hayan sobrevivido como él. Y salir, poder llegar lejos, alcanzar un mundo nuevo que debe haber tras la ciudad fortificación en la que se esconde…

Neville ha sobrevivido a una pandemia propinada por una bacteria. ¿Os suena? Solo que no fue lo mismo que vivimos hace unos años, ¿no? Gracias a Dios. Pero como veis, casi setenta años antes, Matheson adelantaba acontecimientos con una idea futurista entonces, de lo que podía pasar por culpa de una guerra bacteriológica. Aunque estoy de acuerdo que Soy leyenda, en realidad, trata otros temas como la soledad, la fuerza del ser humano por sobrevivir, ese mismo que flaquea en ocasiones y se piensa seguir viviendo.

Una luz en lo que parecía un largo e interminable túnel.

Lo he dicho. A una buena historia, uno siempre vuelve.