Reseña: La Ira de N´Kai, de Josh Reynolds

Imaginad que tenéis dos amigos que no se conocen entre ellos pero que el día que se conocen hacen una amistad de la ostia. Es eso y poco más la sensación que tengo tras haber descubierto como Minotauro ha dado en el clavo (al menos, conmigo) al traer a nuestro país estas estas novelas basadas en el mundo de Arkham Horror. ¿Me explico? A ver, este que os escribe, aparte de ser un lector tremendamente constante de libros y cómics, es tan polifriki que…, que también le da a los juegos de mesa modernos. Así se les suele llamar para que los no-jugones lo entiendan y no confundan los juegos de mesa que digo con el parchís, Monopoly, Trivial y otros trastos obsoletos. Lo cuento rápido. Ya desde hace unos años (aunque se están poniendo muy de moda ahora), están llegando a nuestro país toda una serie de juegos de mesa (eurogames, ameritrash, fillers…), juegos esta vez sí interesantes para adultos que están abriendo un nuevo mundo de ocio más que interesante. Dentro de esos «ameritrash» o juegos temáticos están los basados en los mundos de Arkham Horror. Contado a groso modo, diseños de juegos en los que poder sumergirte solo o con más jugadores en una aventura con investigación y lucha contra seres monstruosos, esos mismos que tan de moda puso H.P. Lovecraft y otros autores en la antología de relatos Los Mitos de Cthulhu. Aprovecho una linea más de esta parrafada para recomendaros Arkham Horror, Las Mansiones de la Locura y el indispensable Arkham Horror LCG. Los tres pilares de este mundillo aunque existen muchos más. En cuanto pruebes uno, vas a querer más.

Sumergirte en literatura basada en el mundo de Arkham Horror comienza con un estilo elegante en La Ira de N’Kai, de Josh Reynolds. Una trama entretenida y oscura sobre una ladrona de guante blanco que obtiene más de lo que esperaba de un trabajo que se presentaba fácil. Un primer libro de una colección que ya os aviso que Minotauro ha anunciado que al menos, se publicarán dos más en meses venideros. Historias independientes, por supuesto.

La condesa Alessandra Zorzi recibe el encargo de viajar a Arkham, donde se exhibirá una antigua momia recientemente descubierta. La idea es robarla. Pero lo que suena como un trabajo relativamente simple, se complica por la presencia de un investigador de la compañía de seguros que se suscribe a la exhibición y comprensión de hechos paranormales que comienzan a suceder. Más cosas de las que se ven a simple vista tanto en el mundo criminal de Arkham como en su clase alta adinerada… Lo que mola en La Ira de N’Kai es los grandes momentos de tensión que se crean en escenas clave de la historia (algo de lo que puede presumir también los juegos de mesa antes mencionados). Lo que al principio parece estar preparándose como una historia de atraco, se convierte en algo mucho más misterioso, ya que los planes de Alessandra se frustran con la llegada de otros que se llevan a la momia antes de que ella tenga oportunidad de mover un sólo dedo.

El investigador, Abner Whitlock, se establece rápidamente como un antagonista que se obsesiona con Alessandra y persigue sus pasos dificultando así sus movimientos. Pero él solo es uno de sus problemas. Para completar su tarea y apaciguar a su misterioso e infeliz cliente, necesita localizar a los ladrones y volver a robar la momia (quién roba a un ladrón…), cuando de pronto se ve atrapada entre las sospechas de Whitner y las partes rivales que quieren la momia por razones muy diferentes. Bandos que llegarán a donde haya que llegar por conseguir la figura decrépita. Entonces, Alessandra lo ve claro. Todo lo que tiene que hacer es llamar a un viejo amigo, y con la dudosa ayuda de un taxista de Arkham llamado Pepper, llegar a fondo del asunto.

Josh Reynolds crea un personaje icónico. A Alessandra no le faltan sus propias habilidades, fortalezas y experiencia, sin mencionar el revólver que siempre tiene a mano. Es de las que usa su encanto y persuasión cuando es posible, pero no se opone a un poco de violencia si la situación lo requiere. En otras palabras, mola conocerla. Al igual que en los juegos, tenemos aquí una historia, una aventura, un módulo de rol de La Llamada de Cthulhu, una novela, que se disfruta muchísimo. Los sonidos y olores peligrosos de Arkham se palpan. Una ciudad oscura llena de baretos clandestinos, gánsteres, túneles subterráneos y monstruos al acecho. Cine clásico de terror más novela de aventuras. Con suerte, no será la última vez que veremos a la condesa Alessandra Zorzi.

¡Sale en librerías mañana!

Reseña: Inmersión, de Joe Hill, Stuart Immonen y Dave Stewart

«Terror con Joe Hill» podría ser una sección de ese canal de Youtube que llevo tantos años planteándome hacer. Un lugar en el que exponer las obras de este genial autor, tanto de las nacidas de su ingenio, como aquellas en las que tiene relación de alguna forma y donde tendrían cabida, por supuesto, los cómics del sello DC Black Label, los cada vez más recomendables Hill House Cómics. Una serie de cómics con titulazos que ya he recomendado por aquí como un Un cesto lleno de cabezas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4116), La familia de la casa de muñecas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6952), En lo profundo del bosque (https://www.cronicasliterarias.es/?p=5922) o la genial Daphne Byrne (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6732). Es decir, junto a Inmersión que os traigo hoy, hemos reseñado todos y cada uno de los títulos publicados por ECC Ediciones en nuestro país. Terror del bueno que ya sabéis que como fans totales del género siempre vais a encontrar en Desde New York – Crónicas Literarias.

Y esta vez es el propio Joe Hill (NOS4A2, Locke & Key) el que hace tandem junto al ilustrador Stuart Immonen (El increíble Spiderman, Superman: Identidad Secreta), ambos creadores de un viaje a las profundidades. Una historia muy lovecraftiana con el profundo y terrorífico océano muy presente. Pues el barco de reconocimiento o buque de perforación Derleth, desapareció en abril de 1983 junto a todos sus tripulantes. Cuarenta años después, una estación costera recibe una llamada de socorro automatizada de dicho navío. La compañía petrolífera Rococo sigue la señal hasta un remoto atolón del Estrecho de Bering, ya que un tsunami reciente ha dejado al Derleth parcialmente sobre el nivel del mar en un arrecife de Alaska permitiendo que sus sistemas de energía solar se reactiven. Para ello, la empresa propietaria del barco contrata al especialista en salvamento Gage Carpenter y su tripulación para localizar e investigar qué demonios sucede allí. Y al llegar a su destino, el equipo descubre que el barco no es lo único que se recuperó de las profundidades. La tripulación, que se supone muerta, está ahora en tierra firme caminando y hablando. Aunque si se les puede llamar vivos eso es otro asunto.

El equipo de Gage Carpenter se siente impactado por el descubrimiento. Todos excepto uno: un hombre involucrado en la organización de la expedición que ya tenía una idea de lo que se encontraría en ese arrecife y cómo podría beneficiarle personalmente…

Joe Hill no hace ningún esfuerzo por ocultar sus influencias en el guión de Inmersión (Plunge). Referencias directas al film de La Cosa (The Thing), de John Carpenter o a los relatos de Los Mitos…, de August Derleth. Todos estos son hechos incrustados en la historia, así como guiños directos al cine ochentero cuando encuentras escenas donde los personajes se comparan directamente entre sí con el elenco de Tiburón. A eso sumad, el horror lovecraftiano y la extrañeza gótica de ensueño que me estoy encontrando en estos cómics de la Hill House cuyo agobio van “in crescendo” a favor de la acción y el terror sin remilgos. En Inmersión, los personajes principales nunca van más allá de los límites de la convención del género. El equipo de salvamento asume los roles de hombres comunes con los que cualquiera podría relacionarse: el tipo duro Gage, el friki Clark y el hippie de pelo largo Russell. La bióloga marina Moriah es la representante de la ciencia y proveedora de exposiciones, mientras que su socio Bill parece estar ahí como representante del tema amoroso. Luego tenemos a David Lacome, el director de la empresa, frío y mercenario, sabe más de lo que deja ver sobre el misterio de los no-muertos. Y si hace falta, está dispuesto a enviar a su equipo bajo el barco en favor de sus intereses.

Inmersión es el tipo de historia que asusta por el porcentaje enormemente alto de realidad que conlleva. Los siempre intrigantes mundos submarinos desarrollan un miedo ancestral dentro del ser humano. En eso precisamente basó su ficción el maestro Lovecraft. La proximidad a áreas desconocidas del cosmos dentro del inconmensurable océano del que todos procedemos, es un misterio que de cerca que lo tenemos, no queremos mirar. Solo bañarnos en la orilla. Inmersión consigue que seamos protagonistas de ese miedo. Un volumen que recopila la miniserie de seis números junto con comentarios exclusivos y bocetos.

Reseña: Redneck Vol.1, de Donny Cates, Lisandro Estherren, Dee Cunniffe y Joe Sabino

Los doce primeros números de una serie de vampiros que no he podido parar de leer. Quizás sea la época de frío y nieve que tenemos encima, quizás haya sido el disfrutarla junto a la chimenea sin ruido alguno, quizás, es que vuelven a estar de moda los vampiros, sobre todo, con series de TV tan interesantes como Chapelwaite o Misa de Medianoche… O simplemente que no esperaba que Redneck, del siempre genial Donny Cates y el dibujante Lisandro Estherren, me gustara tanto. Para quien no lo sepa, en USA, el término “redneck” (cuello rojo), se usa de forma común y vulgarmente para hablar de forma peyorativa de un campesino de la América profunda normalmente sureño. A lo que en su día se le llamó un “poor white” (un pobre blanco). Usar el término «redneck» es despectivo en la forma que aquí podríamos usar de forma malintencionada la denominación «cateto». Aunque estos norteamericanos siempre tiran más hacia la forma pobre y desaliñada de vivir, cuya escopeta suele ser su bien para todos los males. Lo de «cuello rojo» proviene, en realidad, por la quemaduras solares que se encuentran en el cuello de estos agricultores al estar tanto tiempo agachados labrando el campo, dado que raro es el que se puede permitir maquinaria para ello.

Pero eso es otra historia.

Donny Cates… ¡¿por qué sigues haciéndome esto ?! Redneck es serie de cómics que publicó Image Comics en USA y que ECC Ediciones ha decidido traer a nuestro país en tres geniales integrales en tapa dura. He aquí el primero. El guionista Donny Cates cuyo trabajo sigo fervientemente con lecturas que me llevaron a Babyteeth, Relay, The Ghost Fleet, Interceptor (Cates mostraba vampiros en el espacio), God Country, Star Trek: Waypoint, Deviations… Tras todo esto. Tenía muy claro que no se me iba a escapar esta oportunidad de leer su trabajo en español, donde junto al artista Lisandro Estherren, el colorista Dee Cunniffe y el rotulador Joe Sabino empaquetan una historia bestial, visceral e intrigante en todos los niveles.

Pues en Redneck este conjunto de autores, nos llevan a saber de vampiros de acento sureño, una antigua familia de vampiros que vive en la zona rural de Texas. Los Bowman. Unos seres de cuidado que han estado viviendo en un pueblecito durante décadas, escondiéndose silenciosamente tras un negocio local y siguiendo reglas muy estrictas para evitar problemas mientras beben sangre de animales. Pero cuando los Bowman más jóvenes salen a pasar la noche por la ciudad, las cosas terminan siendo bastante problemáticas para la familia. Llegando a desatar lo peor. Pero no dejan de ser vampiros que parecen estar en desacuerdo consigo mismos. La mayoría no quieren ser lo que son. Aunque tienen que sobrevivir. Son dueños de un asador y crían su propio ganado en la granja. Viven de la sangre de ese ganado y usan la carne para venderla en el restaurante. Luego usan el dinero que ganan para comprar más ganado y comenzar el círculo de nuevo.

Además, se rodean de algunos “familiares” que les trabajan haciendo cosas que ellos no pueden hacer durante el día. Es un pequeño sistema que funciona hasta que Bartlett lo arruina todo tras una noche de fiesta. Y ahora uno de los suyos ha muerto. Y para más inri la gente del pueblo se enteran del secreto y van a por ellos. Y JV ha encerrado a estos jóvenes en el sótano para evitar que hagan algo imprudente y estúpido otra vez. Solían tener un credo por el que vivían. Cuando uno de los suyos era asesinado, independientemente de los hechos que los rodeaban, se marchaban del pueblo no sin antes exterminar a toda alma viviente. Y sabiendo esto los más jóvenes claman venganza. Pero JV está tratando de ser más diplomático esta vez, tratando de aclarar los hechos antes de que todo se vaya a pique.

Donny Cates es uno de esos guionistas que amo y odio. Lo amo porque todo lo que escribe es bueno. Es genial. Y ahora mismo está rozando la cima con sus trabajos. Por otro lado, también lo odio porque tiene ideas muy chulas que encima las lleva a cabo demasiado bien. Es tan bueno que hace que el resto de los que intentamos ser guionistas/escritores de renombre, parezca que estamos arrojando mierda a las pantallas de nuestros portátiles. Con Redneck ha creado algo enorme. Una colección que la quiero tener sí o sí al completo en mi cómicteca en la sección de joyitas de temática con vampiros. No queda otra. Haceros un favor si habéis leído hasta aquí y pillad ya este primer integral y decidme si estoy equivocado y esta historia no es indispensable de tener, o al menos, disfrutar.

Reseña: Raptor. Una Novela Gráfica de Sokól, de Dave McKean

Y sueño que puedo extender mis alas;

volando alto, alto, soy un pájaro en el cielo…

La última historia que leí de Dave McKean fue Celluloid, que ciertamente fue algo que me dejó… uff. No obstante, McKean es aparte de guionista un creador-ilustrador fascinante, y vale la pena echarle un vistazo a todo lo que hace, así que, por supuesto, que iba a hacerme con su Raptor, ahora que lo recién publica ECC Ediciones. McKean subtitula este cómic como Una novela gráfica de Sokół. El personaje principal se llama así, Sokół, aunque no penséis que todo es tan sencillo como eso. No estoy seguro de por qué McKean lo hace. Es la primera vez (creo) que tenemos conocimiento los comiqueros de este personaje. Por lo que no es un tema de vender al estilo de: “Oye mira, aquí más de Sokól, una historia aparte…”. Pero cuando lees Raptor, la disfrutas, aunque tampoco es una trama que se preste a múltiples historias… ¡¿Pero qué digo?! ¿Cómo que no, si es precisamente eso? Supongo que a McKean le gustaba como sonaba el subtítulo y de ahí, lo que tenga que venir, vendrá.

En Raptor comenzamos con nuestro protagonista, que usa una máscara dura (parece de plástico, pero en la época en la que sucede la historia, dudo que el plástico ya estuviera en boga), tiene un ave de presa como mascota (una rapaz, para más datos), y aparentemente lucha contra monstruos. La primera parte del volumen está bellamente narrado y aunque parece un poco pretencioso ver que Sokół se encuentra en una playa con su pájaro luchando contra lo que parece ser un crustáceo gigante, un horror lovecraftiano, después de la lucha, encuentra una moneda antigua en la playa. El dueño de ella parece ser el Contramaestre de la ciudad. Pero Sokół no la quiere y se la da a uno de los habitantes. Hasta aquí todo bien. Pero luego pasamos al cementerio de una iglesia y a una casa pequeña, donde un joven llamado Arthur acaba de enterrar a su joven esposa. Su hermano lo visita y lo convence de que lo acompañe a una reunión con un tipo de sociedad secreta, donde sacan cartas del tarot, se colocan en alineaciones extrañas e intentan comunicarse con seres del Más Allá. Arthur tiene una visión pero no parece suceder nada más. Mientras tanto, Sokół deambula por un bosque, encuentra un edificio en ruinas, saca un libro de la estantería y comienza a leerlo. El libro resulta un poco familiar, y más tarde, cuando Sokół está en la cantina del pueblo, se da cuenta de que las palabras del libro han cambiado desde que lo leyó unas horas antes… Y hasta aquí puedo leer.

Como podéis ver, estamos ante un cómic atractivo como pocos, cuando sabes realmente de qué va. En el fondo, es una meditación sobre el dolor y la pérdida y el cómo superarlo. Pero le sobrevuelan tantos ramales narrativos tan típicos del Mignolaverso (Mike Mignola y sus personajes, y toda esa serie de monstruos y pueblos encantados por el mundo), que me atrapó de todas-todas. Pues Sokół parece el tipo de persona que disfruta luchando contra esas aberraciones. Especialmente, porque en un momento no terriblemente sutil, McKean demuestra que se siente cómodo luchando contra cosas que no parecen monstruos pero que lo son (es extraño que se me parezca también a otra novela gráfica como la de Monstruos, de Barry Windsor-Smith, que brinda por el “¡Oh, no, los verdaderos monstruos se parecen a nosotros!”). Como si eso fuese raro.

Aparte, el personaje de Arthur y su deseo de luchar contra lo paranormal también, se traduce en cómo deshacerse contra lo que mató a su esposa. Eso si, ambientada en el siglo XIX, la misma gripe podría haberla matado. Pero quiere contraatacar contra aquellos que quizás no hicieron lo suficiente por salvarla. McKean mantiene esta subtrama opaca, en su mayor parte. Y bueno, dado que es un cómic de Dave McKean (Sandman, Hellblazer, Batman…), el arte es asombroso. Poco más que decir al respecto. Maravilloso todo.

Raptor es un cómic excelente y siempre es bueno ver a buenos creadores esforzándose por hacer cosas interesantes. Aquí, un ejemplo. Mola ver que no ha perdido su don.

Reseña: Los Evangelios Escarlata, de Clive Barker

Puede ser uno de los libros que más rápido he leído en toda mi vida. Pudiera ser por el ansia lectora de buen Terror que tengo en esta época del año, pudiera ser, por las tremendas ganas que tenía también de Clive Barker. Revisitar sus obras, sus tremendos Libros de Sangre, cada no mucho, me inspira cosa mala por lo diferente y original que es su contenido pese a los años. Y fue durante este estado de horror-hype que me enteré que Hermida Editores traía a nuestro país una obra de Barker terriblemente muy esperada. Los Evangelios Escarlata por fin en nuestro idioma. ¿Cómo? Sí, sí, la continuación de la grandiosa obra magna del Terror como es Hellraiser. Aquella novela corta que dio para peli, o mejor dicho, para uno de los grandes films ochenteros del género que impactó a muchos. Obra magna de un escritor muy alabado como es Clive Barker, que siendo claros, lleva décadas sin hacer nada grandioso.

Pero diría que Los Evangelios Escarlata cambia esa tónica. Va a dar que hablar nuevamente la obra del autor que ha hecho más por redefinir la naturaleza y los parámetros de lo que hemos llegado a conocer como horror que probablemente cualquier otro escritor de finales del siglo XX. Barker nos dio las figuras icónicas de Pinhead y sus compañeros cenobitas, monstruosas perversiones de la carne y la filosofía que de alguna manera encarnan todo sobre el núcleo podrido de la humanidad. Espejos perfectos del zeitgeist en el que nacieron estas creaciones literarias. El lanzamiento de Los Evangelios Escarlata trae consigo toda una falange de pavorosa anticipación, aunque solo sea por el hecho de que es una continuación de la novela corta The Hellbound Heart, que aquí se tradujo como Hellraiser, debido a la película. Una trama donde Pinhead hizo su primera entrada en la conciencia de muchos lectores y televidentes y ha tenido veinte años de periodo de gestación para arreglárselas con los humanos que merecen la pena…

Pinhead, también conocido como el Sacerdote del Infierno en esta encarnación, ocupa un lugar destacado en Los Evangelios Escarlata, al igual que Harry D’Amour, un detective que posee la desgracia de poder traspasar el velo de la realidad y entrar en la dimensión de lo oculto, para enfrentarse con esos seres desagradables del propio Infierno. Pinhead aparecía en la novela corta The Hellbound Heart, de 1986 (publicada en el tercer volumen Night Visions, editada en USA, nada menos, que por George R.R. Martin), aunque quizás algunos no sepan que no era un personaje importante en la trama literaria. Por otro lado, D’Amour apareció por primera vez en La Última Ilusión (The Last Illusion), otra novela corta que se puede encontrar en los Libros de Sangre, creo recordar que en el último volumen. Aunque le recuerdo también en el libro El Gran Espectáculo Secreto, en el relato Almas Perdidas (The Lost Souls) y en Everville. En lo último que leí, ambos personajes eran los actores principales de sus historias. Pero en Los Evangelios Escarlata, la trama comienza de manera bastante diferencte, con cinco magos, el último de una Orden que una vez tuvo cientos, reanimando el cuerpo de Joseph Ragowski para pedirle que los ayude contra los sangrientos ataques de Pinhead. Este último ha estado masacrando sistemáticamente a miembros de la Orden, con el único objetivo de tomar los volúmenes prohibidos de conocimiento ocultista que cada uno de ellos tenía. Debe estar planeando algo muy gordo.

D’Amour entra en escena cuando Norma, una mujer ciega que conversa con el difunto tan fácilmente como lo hacen los humanos entre sí, le encarga echar abajo una casa en Nueva Orleans propiedad del recién fallecido Carston Goode; un cristiano aparentemente conservador que tiene un profundo y oscuro secreto. Sin embargo, el detective encuentra más de lo que esperaba, aparte de los extraños volúmenes y fetiches vudú. Es entonces cuando vuelve a aparecer Pinhead y los acontecimientos comienzan a descontrolarse; lo que finalmente lleva al secuestro de Norma y el descenso infernal de D’Amour a las entrañas del inframundo para rescatar a su Eurídice.

No hay otra forma de decir esto. Los Evangelios Escarlata, con un comienzo terriblemente prometedor -y aunque tarda algo en ponerse en marcha-; da lo que uno esperaba. Jamón de cinco jotas para el pobre muerto de hambre de horror del bueno. La prosa poética y el don de enganche a una historia que poseía Barker, vuelve décadas después. Incluso en algunas partes de la historia, pone el listón tan alto como hizo con algunos de sus mejores relatos de los Libros de Sangre. Y mola mucho ver al Sacerdote del Infierno, tan alejado como está de la definición de humanidad tal como la conocemos, retratado como intensamente humano aquí. Aunque como un espécimen hambriento de poder, enojado, beligerante, enfermo…

Quizás el aspecto de Los Evangelios Escarlata más problemático es que no se recomienda para el que viene de nuevas. El Archidemonio, el Anti-Papa, personajes, seres, eminencias que traicionan sus orígenes humanos…, todo un compendio de monstruos y seres que si nunca has leído a Barker puedes no entender. Un libro que, sin embargo, se eleva hacia lo más alto en términos de escritura cuando describe el Infierno y su arquitectura.

Una maravilla.

Reseña: El Monstruo de Hawkline (Un Western Gótico), de Richard Brautigan

Ahora voy con la recomendación original para devorar en estos días que se aboga tanto por el Terror. Una novela que sorprende, sobre todo, por cómo es extrañamente poco conocida en los círculos literarios del género, aunque es una historia que deja de todas-todas con el culo torcido.

El Monstruo de Hawkline: Un Western Gótico la definiría más como novela occidental gótica antes que horror puro. Su subtitulo A Western Gothic está tremendamente bien puesto. Pero no me refiero a engaño con el contenido. No quiero decir que no estamos ante una historia de Terror. Me refiero a la engañosa sencillez con la que el poeta/autor Richard Brautigan ofrece la historia. En el momento que pasas por el primer capítulo, los acontecimientos se descomponen en frases tan eficientes por las que Hemingway lloraría. Y es que para nada me resulta extraño que esta historia la quisieran filmar en su día Hal Ashby o Tim Burton. Sobre todo, este último, porque es una trama Burton cien por cien. ¿Bittlejuice (Bitelchús)? Pues sí, me da que dicha peli bebe bastante de aquí y en muchos sentidos. Como si Burton se hubiera dicho: «¿No me dejáis hacer El Monstruo de Hawkline? Pues me lo invento». ¿Y qué cuenta El Monstruo de Hawkline: Un Western Gótico? Voy,

El viaje de San Francisco a Hawái pudo ser la experiencia más aterradora por la que habían pasado Greer y Cameron, incluso más terrible que aquella vez que dispararon a un ayudante del sheriff en Idaho diez veces y el cabrón no se moría y Greer finalmente tuvo que decirle al ayudante del sheriff: «Por favor, muérase porque no queremos volver a dispararle» y el alguacil contestó: «Está bien, moriré, pero no me disparen de nuevo». Personajes así, engañan al lector que se proponga leer El Monstruo de Hawkline: Un Western Gótico, una maravilla que lo petó en USA en los años 70. Alguien existe y luego no existe. La naturaleza y poder de esta novela es la mezcla exacta de creatividad y originalidad que el poeta embrujado Brautigan hizo, cuya vida tristemente terminó en suicidio.

La premisa habla de dos sicarios que son contratados por una extraña mujer nativa americana para matar a un extraño monstruo que vive bajo su sótano. Creo que con esto ya os he puesto en situación de una forma que queréis leerlo sí o sí. Y hacéis bien. Porque yo pasé por eso cuando supe que Blackie Books reeditaba esta maravilla de la literatura estadounidense del siglo XX. Aquí nos trasladamos al año 1902. Dos asesinos a sueldo, Cameron y Greer, regresan de un trabajo fallido en Hawái. Greer es el cerebro de la operación, mientras que Cameron es un poco raro y se puede decir que un poco autista. Todo cuenta para él: le gusta contar los pasos, las palabras, ruidos repetidos, todo. Cuando estos dos sujetos regresan al continente, se les acerca una joven y hermosa nativa americana llamada Niña Mágica (Magic Child) la cual les entrega unos miles de dólares y les dice que deben regresar con ella a Oregon para matar a algo. En unos años en los que la Coca-Cola costaba cinco centavos, unos pocos miles de dólares es mucho dinero. Así que estos dos no dudan en aceptar la oferta. Sin embargo, una vez que regresan a la ciudad, las cosas comienzan a ponerse feas. Regresan a la casa de la madre de la niña y Miss Hawkline, en cinco minutos, Magic Child y Miss Hawkline, se vuelven la misma persona. Así que ahora hay dos Miss Hawklines. ¿Cómo? Ya lo entenderéis.

La señorita Hawkline original les explica que deben matar a un monstruo que vive en el sótano. También les cuenta que su marido era científico y que estaba trabajando en un experimento y puede que haya creado accidentalmente a ese monstruo antes de desaparecer. Cameron y Greer están preparados para el trauma, pero a medida que el grupo de cuatro empieza a hablar, se distraen, incluso se confunden, sobre por qué están todos aquí, tienen sexo, y se varias situaciones oníricas. Después de varios sucesos, parecen recuperar sus sentidos. La señorita Hawkline cuenta que el monstruo tiene la capacidad de confundirlos y por eso lo están. Mmmmm… Y hasta aquí llego. Porque El Monstruo de Hawkline: Un Western Gótico no es otra cosa que una experiencia lectora que hay que vivirla en primera persona.

Que nadie te la cuente.

Es difícil decir que la trama de una novela es incorrecta cuando como guion funciona. La realidad es que si la trama principal hace muchas cosas bien, al final, da igual lo que pase, la obra sigue siendo un éxito. Y eso ocurre con esta obra inclasificable en la que inicialmente empecé a leer el libro incentivándome a pensar en la historia como una peli ochentera de David Cronenberg. Me fue imposible no amar el estilo. Y os confieso que quiero escribir algún día algo así. Un personaje no muere por la violencia sino por la destrucción de su identidad. Esto me ha marcado. Todas las historias donde hay niños con poderes sobrenaturales nos han enseñado a ver que un pequeño o pequeña con un poder demasiado grande terminan por ejercerlo de forma horrible. Y por eso El Monstruo de Hawkline merece un lugar de honor entre las más originales novelas de horror que se pueden recomendar.

Reseña: El Umbral de lo Siniestro, de Junji Ito

Hacer recomendaciones de lectura para Halloween y no tener en cuenta a Junji Ito es como hacer una fiesta e invitar a todo el mundo a agua. Cero sentido. Junji Ito es el culmen de los relatos cortos de Terror desde hace ya algunos años. El maestro que todo el mundo debería leer…, pero no solo de manga, sino de libros, cómic o todo lo que lleve letras. A poco que ames el Terror, indispensable leer sus obras. Y es que Junji Ito no necesita mucha presentación, aunque siempre estoy feliz de poder hablar sobre él. Por que eso significa que hay un nuevo titulo suyo entre las novedades.

Durante los últimos diez años, se ha convertido en uno de los creadores de manga más populares a nivel internacional, y se ha convertido en éxito incluso entre personas que no leen manga. ¿Lo mejor? Que cualquiera de los títulos que ya existen en librerías especializadas, la extensa cantidad de obras que ECC Ediciones ya ha traído a nuestro país, cualquier de ellos te vale para empezar a disfrutar de este autor. Crea historias súper digeribles, cercanas, y lo mejor, muy dignas de aquel cine de Terror japonés que tanto impactó al mundo con films como The Ring, Dark Water, La Maldición, El Grito o El Ojo. Terror del bueno porque son historias tan simples y mundanas que a cualquiera de nosotros nos podrían ocurrir. Dicho esto, uno de los creadores más apreciados de todo el panorama de la cultura pop japonesa vuelve a dar un paso al frente con esta antología. Que por cierto, cuenta con relatos más largos de lo que es normal en el autor y eso provoca que esplendan. Tienen más consistencia y se desarrollan cositas que otras veces no. Siempre lo digo, a ver lo que tarda Hollywood en en darse cuenta de lo maravilloso que es este genio.

Genkai Chitai aproximadamente traducido como El Umbral de los Siniestro es una especie de área de descanso donde ocurren cosas a lo Twilight Zone. Lugar donde comienzan a ocurrir hechos extraños en la vida diaria de los transeúntes. Este tomito explora esas perturbaciones creadas por estas rarezas temporales donde obviamente el potencial de Junji Ito va a llenarnos la cabeza a diferentes indulgencias espeluznantes. Provocando que miremos en lugares de nuestra casa donde antes no habíamos mirado con esta obra formada por cuatro relatos terroríficos, historias sobre muertos muy vivos, espectros, voces del Más Allá y la incertidumbre que muchas veces tenemos entre la vigilia y el sueño.

La cuesta de las plañideras nos habla de una pareja que se va de escapada a la sierra y al pasar por un pueblo se topan con un lugar donde aún quedan plañideras. ¿Qué? Esas señoras contratadas para llorar en los entierros que ya normalmente no se ven. Un encuentro que se volverá contra ellos para siempre…

La Madona nos lleva a saber de una de una chica que entra en un internado religioso donde los profesores son como mínimo misteriosos de ocultar un Mal que nadie piensa. La atmósfera opresiva del colegio que Ito crea aquí es maravillosa.

La corriente espectral de Aokigahara habla de una de esas muchas parejas que van a suicidarse a la falda del monte Fuji. Pero en esta ocasión descubren una cueva.

Cierra el tomito El Duermevela. Que cuenta el caso de varios asesinatos que se están dando en el que las víctimas aparecen acuchilladas y cubiertos con una parca. Muy a lo Aaron Boone en Razas de Noche, el protagonista cada vez que se despierta, tiene ligeros recuerdos de dichos asesinatos y llegar a pensar que él es el asesino. Historia con un tremendo desenlace.

ECC Ediciones sigue trayéndonos (¡Y qué no pare!) el mejor Terror en formato manga. Un nuevo recopilatorio del maestro que no sólo no-debe faltar en cualquier biblioteca de Terror que se precie, tampoco en cualquier fiesta donde Halloween sea el motivo de la reunión. Asombro, desasosiego, terror… Otro indispensable.

Reseña: La Inquietante Historia del Horror, de Darryl Jones

Y más Terror. Más, hablando del género del que somos fans muchos más de los que aparecen en los registros. Para una época de Halloween que gusta meterse en ambiente, ahora toca hablar de un ensayo, de un autor que aboga por el Terror. «El horror es algo muy profundo…», dice Darryl Jones, en su compacta y entretenida La Inquietante Historia del Horror. Y «… es parte de lo que somos».

Este genial ensayo que recién publica Alianza Editorial no llega a las doscientas páginas pero me sorprendió ver que esta obra que nos lleva a saber desde Eurípides hasta el temido Slender Man, se haya publicado en una genial edición en tapa dura tan llevadera que me hizo sospechar antes de leerlo que, a juzgar por el atractivo diseño físico del libro, su portada tenía muchos más detrás de lo que parecía. Paranoias mías o no, el caso es que con un estilo sencillo (pero meticulosamente bien documentado), Darryl Jones ayuda a hacer de este un libro que cualquier persona interesada en la cultura literaria o cinematográfica del género podrá disfrutar. Recomendadísimo para mis camaradas aficionados al Terror, este libro ayuda a enmarcar nuestra pasión en contextos de sociedad, política y psicología, y trata de ofrecer explicaciones de por qué nos gusta horrorizarnos continuamente.

Y por qué engancha.

Darryl Jones es profesor de literatura británica contemporánea y decano de la Facultad de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales en el Trinity College de Dublín. Ha escrito numerosos artículos sobre la ficción del siglo XIX y la literatura de temática sobrenatural. En La Inquietante Historia del Horror comienza mostrando que el espectáculo de la violencia… está codificado en el arte desde sus inicios, ya desde la tragedia griega de Eurípides representada por primera vez allá por el 400 a. C (Las Bacantes), en la que el rey Penteo es desmembrado por Agave y sus Ménades mientras está bajo la influencia del dios Dioniso. Esto pone el listón muy alto para las representaciones artísticas de violencia y sangre que vinieron después. Sin embargo, el horror ha generado controversia durante todo este tiempo; desde el horror gótico de Matthew Lewis con El Monje (en una mención al libro, Samuel Taylor Coleridge argumentó que sus escenas de lujuria y depravación probablemente iba dirigida a lectores corruptos), pero también a las notorias películas denominadas “Nasty” (Desagradables) que fueron prohibidas en el Reino Unido en 1984. Títulos como I Spit on Your Grave (Escupiré sobre tu tumba) o la mega-conocida pese a su gore, Holocausto Caníbal.

El ensayo se toma el ejemplo del Titus Andronicus, de Shakespeare, que muestra escenas impactantes de mutilación, violación y canibalismo. No obstante, nadie pide que se prohíba a Shakespeare en las escuelas (aparte de los estudiantes, tal vez) y, ¿por qué? Para Jones, tragedias como Las Bacantes o Titus Andronicus son “horror para clase alta». Parece haber un sesgo de clase en el impulso de prohibir ciertos medios violentos. Es como si las clases medias pudieran ver tal violencia con un grado de desapego crítico y otros, sin embargo, pueden mostrar una respuesta más pavloniana a medida que se exponen a ese horror, volviéndose gradualmente insensibles, lo que lleva a una tendencia de cometer sus propios actos violentos. Sabiamente, Jones nos recuerda que las películas de Terror no provocan directamente que las personas cometan actos horribles. Totalmente, de acuerdo. Pero me hubiera gustado que esta introducción hubiera ido más allá porque hay pregunta sin respuesta aquí:

¿Por qué algunos se sienten atraídos por el horror mientras que otros lo evitan?

Si el verdadero propósito del horror es forzar a sus audiencias a confrontar los límites de su propia tolerancia, ¿es simplemente que algunas personas tienen una mayor tolerancia debido a una variedad de factores internos y externos? Tras la introducción, el libro se divide en capítulos que exploran diferentes temas: monstruos, lo oculto y lo sobrenatural, el horror y el cuerpo, el horror y la mente, la ciencia y el horror posterior al milenio… Jones ha encontrado una manera de abordar casi todas las películas de terror u obras literarias que se hayan producido, ya sea que tengan un nombre específico o no, porque el horror presenta tropos a los que los seres humanos volvemos una y otra vez.

Una y otra vez.

Saldrás de aquí con el horror como un regalo. Saldrás con una mayor apreciación de lo que te atormenta e inquieta.

Reseña: El Taxidermista y Otras Histerias Macabras, de SantiPérez

La recuperación de los grandes cómics españoles, y de españoles, grandes historias que gozan de ilustradores muchos mundialmente conocidos, a todo eso y más está dedicando sus labores Isla de Nabumbu. No hay que ser muy listos para ver que su editor es un enamorado de esas grandes publicaciones que Toutain Editor se marcó en nuestro país. Un lugar, una casa encantada con miles de rincones, una caja de Pandora de donde se pueden extraer grandes relatos de Terror, Fantasía y Ciencia Ficción. Insisto, con grandes autores que si somos honrados y humildes deberíamos homenajear, rememorar, casi cada día. Porque el olvido es la muerte del hombre, el olvido es la muerta certera del maestro, del ser humano que una vez fue. El olvido es el Terror de muchos y es el dolor de unos pocos. Una época en la que fuimos muy grandes una vez.

SantiPérez es de esos maestros que Isla de Nabumbu rescata del olvido. Tras Autraleón y otros tantos (y muchos más que están por venir, estoy seguro), ahora le toca el turno a un autor que sorprendió a todos por su llegada pronta al mundo del cómic de élite. El Taxidermista y otras histerias macabras no es otra cosa que una genial antología de grandes guiones e ilustraciones de SantiPérez realizadas muchas para Toutain en los 90s. Ya sabéis, aquellas revistas que fueron “crème de la crème” en USA pero sobre todo en nuestro país. Revistas joyitas que siempre alabaré como Creepy, Zona 84, Dossier Negro, Comix Internacional… No obstante, los relatos aquí recogidos solo vieron la luz en la primera y en la última. Pero además se incluyen historietas inéditas, bocetos, comentarios del autor y un portadón digno de enmarcar. Tal como dicen ciertas menciones, el talento de SantiPérez es capaz de alumbrar a muertos que regresan de la tumba, relaciones de pareja morbosas, familias disfuncionales con asesinatos de por medio, muñecos vivientes con celos patológicos… Todo ello reflejado con exquisita brillantez con un estilo clásico y moderno a la vez. Pero lo que más me gusta de todo esto es que SantiPérez sigue muy activo en el sector. Ha trabajado en IDW, Norma Editorial, con Diábolo Ediciones ha hecho «cositas»…, sigue siendo un tío de Estudio, como digo yo. Y eso siempre es una buena noticia. Que grandes autores de la extinta Toutain sigan dando caña no es otra cosa que sinónimo de calidad para el mundillo que más nos gusta. Y para la ocasión, para disfrutar con otro buen álbum que, sin duda, os recomiendo ya como compra para este Halloween; Isla de Nabumbu edita este tomo de historietas que vieron la luz entre 1990 y 1993. Casi noventa páginas en las que perderte en historias de horror con saber a clásico que la editorial ha escaneado de los originales, retocado y vuelto a rotular, además de utilizar papel de alta calidad para ello.

Migas es la historieta más corta, la primera que hizo profesionalmente el autor. Un tiro al corazón. Accidente Laboral, se hizo para un concurso de dibujo de instituto. Los profesores llamaron al autor para ver si tenía problemas en casa… Puppet (en color), consiguió el primer premio de ese concurso. Amigos hasta la muerte, es la historia más larga, con más enjundia, digna de film. El Taxidermista, es la historia con la que entró a formar parte de Toutain y se publicó en un especial de Zona 84/ TOTEM. Jack el Moroso, con trama a lo América profunda, se publicó en el número #2 de Creepy. La Mirada, en el #4. Sígame, Padre en el #11 y cuenta la historia de una mujer que recurre al cura de su pueblo para que vaya a ver a su marido que lo tiene encadenado en el sótano… Accidente Doméstico, es una historia que os pondrá los pelos de punta a los que tengáis hijos pequeños. Merrie Melodies (en color también), os mostrará los peligros de estar enganchado a la TV. Y Valle Paraíso es una trama en dos partes, que os va a dejar con ganas de más. De saber más. Aunque temerosos de lo que pueda ocurrir. Recordaros también que el editor Javier Alcázar aporta un artículo al principio del volumen, en el que nos pone al día del autor y su obra.

Y ahora, tal como menciona el propio autor en un apartado que me encanta que se aporte en la antologías (allí donde se menciona de dónde procede o parte la idea de tal y cual relato), este álbum podría haberse titulado Historias para concursos… Pero la cuestión no es esa. Es si estamos ante un volumen recomendable o no. Y, sinceramente, creo que tanta obviedad puede llegar a molestar.

Reseña: HYDE, de Craig Russell

Hyde es el capitán de la policía de Edimburgo y está profundamente preocupado por su pasado y su tiempo como soldado en la India. También sufre de una forma rara una epilepsia que le provoca alucinaciones y episodios que lo sacan del mundo real. Estos episodios seguidos de la pérdida de tiempo y memoria de los hechos que le precedieron hacen que se preocupe por su estado de ánimo y las cosas de las que es capaz. Mientras lucha contra extrañas visiones, se encuentra de pronto en el lugar de un espantoso asesinato en el que le acomete un inquietante grito de Banshee… Pero a medida que investiga el asesinato, salen a la superficie más y más cosas impactantes y se revelan secretos que deberían haber permanecido ocultos; sociedades secretas, rituales celtas, la resurrección del diácono, los perros del infierno… Aumenta la intensidad de la historia y nos agarra hasta el final. Mas, ¿puede Hyde detener al asesino antes de que vuelva a atacar o se encontrará cara a cara con el monstruo que se esconde dentro de sí mismo? Edward Hyde tiene un don extraño y una maldición.

HYDE es uno de los grandes títulos que se marca Roca Editorial para este final de año. De hecho, llega perfecto para disfrutar en época de Halloween, sin duda, el mejor momento para disfrutar de esta obra que atrapa tanto. Un thriller que se agarra al Terror como un niño pequeño se agarra a su padre ante el miedo. Craig Russell dándolo todo una vez más. Una historia de estilo procedimental policial que sigue al capitán Hyde, que investiga un asesinato inusual que se asemeja a la triple muerte famosa de los cuentos celtas, la historia es una versión intrigante del Dr. Jekyll y Mr.  Hyde que todos conocemos y que habla sobre la naturaleza del hombre. El Bien y el Mal. La eterna dualidad del Universo, además, con el detallito de contener un párrafo de Robert Louis Stevenson como Prólogo y Epílogo que siempre gusta encontrar.

Lo que me encantó de HYDE es que está impregnada de ese Terror de folclore clásico que tanto mola. A base de leyendas crea un entorno atmosférico tan inquietante como fascinante. Una historia que dejando migajas por el camino, se llena de elementos que forman un todo al final. ¡¡Y qué final!! Estuve tan metido en la historia desde que la empecé que me llegué a obsesionar con los mitos celtas y cuentos escoceses tanto que he pillado algunos compendios por ahí para ver de dónde sale tanto elemento sobrenatural en esa tierra. Y no me refiero a mi amiga Banshee, por supuesto; ser que conozco sus habilidades hace tiempo. Pero HYDE es espeluznante, inquietante y escalofriante en ciertos momentos. No tenía a Russell por un buen autor de Terror.

En HYDE, la historia es un poco más pesada al principio. El ritmo es más lento y se toma tiempo para establecer los diferentes puntos de la trama y preparar las diferentes revelaciones. Como escritor, os diré que esto se hace adrede para que todo se asiente en la mente del lector como se debe. Aunque algunos arriesgan tanto que el lector no aguanta. Pero no es el caso. La lucha por la salud mental y el trastorno de personalidad sí que tiene su atractivo. Y llega a dar miedo de verdad, por la idea simple de que todos estamos a un paso de la locura. Sin embargo, llegamos a saber qué pasa exactamente por la mente de Hyde y esto está terriblemente bien logrado.

Un libro que además cuenta con personajes fascinantes, con los que si das con la esencia de cada uno y su comportamiento, hallarás la mejor manera de darle la vuelta a la historia y complementarla con su poderoso final.

Que para nada es lo que esperaba.

HYDE es una historia de Terror que sumerge en un mundo interesante. Los elementos paranormales y el folclore son súper molones, insisto. El entorno atmosférico y la ominosa nube oscura que se cierne alrededor del personaje principal proporciona el telón de fondo perfecto para el estilo gótico de la historia. Había visto otras veces críticas asombrosas de obras de este autor, pero no sé porqué nunca le eché demasiado cuenta. Por norma general, suelo huir de escritores de bestsellers (excepto de mi Tito King). Y ahora tengo la emoción de querer leer más libros de Craig Russell. Va directamente a mi lista de autores “perseguidos”.

Aunque miedo me da pensar que HYDE su única buena novela buena de Terror.